sábado, 6 de mayo de 2017

PRIVATIZACIÓN DE LA SANIDAD PÚBLICA = ROBO MONDO Y LIRONDO, PERO CON PALABRAS GUAY, DEL PATRIMONIO PÚBLICO PARA QUE SE LO QUEDEN CUATRO MICIFÚ DEL CAPITAL, QUE A SU VEZ SON FAVORABLES Y PROS AL SISTEMA DE CORRUPCIÓN O CHUPE TETA BORREGA PÚBLICA, Y A VIVIR QUE SON DOS DÍAS

 


Cinco consecuencias de una década de privatización de la sanidad madrileña

Rebelion
La Marea
06.05.2017

El Observatorio Madrileño de Salud denuncia un deterioro de la sanidad pública en la región desde que, en 2007, el PP apostó por privatizarla


Diez años después de que el Gobierno del Partido Popular en la Comunidad de Madrid comenzase el proceso de privatización de la atención sanitaria, la región “se ha convertido en un parque temático sanitario donde conviven diversos modelos de gestión”. Quien lo denuncia es Marciano Sánchez-Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. Esta organización, junto a la Asociación Madrileña de Salud Mental, ayuntamientos, entidades sociales, CCOO y UGT — que conforman el Observatorio Madrileño de Salud — , han presentado este viernes el informe La privatización hospitalaria en Madrid: balance de 10 años. En Madrid conviven tres modelos de gestión sanitaria.
 
El proceso de gestión privada de la sanidad ha dado lugar a tres tipos de hospitales. En Madrid, actualmente conviven los PFI (llamados así por las siglas en inglés de “iniciativa de financiación privada”), las concesiones administrativas y la cesión de la atención sanitaria de un área a la Fundación Jiménez Díaz —aunque este centro fui inaugurado como una fundación privada en 1955, en 2003 empezó a ser gestionada por una empresa privada (ID salud) y ahora está en manos de la multinacional Quirón, presente en España, Latinoamérica y Oriente Medio—.

El citado informe desgrana las consecuencias que ha tenido esta transformación sobre la calidad de la atención sanitaria en Madrid, tanto para pacientes como para profesionales, y los efectos sobre el gasto público.

Menos camas y personal insuficiente
En los últimos diez años, en Madrid se han abierto diez hospitales nuevos y se ha trasladado uno de ellos. Sin embargo, en este periodo se han cerrado 300 camas. En 2016, el promedio era de 3,33 camas por 1.000 habitantes —en la Unión Europea la media es de 5 camas por 1.000 habitantes — . Desde el Observatorio Madrileño de Salud denuncian que este hecho se debe al cierre en paralelo de camas en los hospitales preexistentes.

El número de personas en lista de espera quirúrgica ha pasado de 27.672 en junio de 2005 hasta los 84.000 en septiembre de 2016. “No existen evidencias de mejora de la asistencia sanitaria en la región”, inciden desde el Observatorio.

En los nuevos centros, el número de trabajadores por cama es inferior respecto a los centros de gestión tradicional. Esto “dificulta su capacidad para garantizar una atención sanitaria de calidad y evidencia que se hacen recortes para mejorar la rentabilidad empresarial sin tener en cuenta la calidad de la asistencia”, concluye el Observatorio.

Además, las plantillas de los nuevos centros proceden fundamentalmente de personal trasladado desde hospitales con una gestión tradicional, por lo que, a su vez, también se ha reducido el servicio de la atención pública.

Los centros de gestión tradicional se han deteriorado
Los centros públicos más cercanos a los nuevos hospitales “han sufrido un especial castigo económico”, prosigue el informe. En 2016, el hospital de Alcalá tuvo una reducción presupuestaria del 10,6% y el de Móstoles vio mermado su presupuesto en un 6,91%. Esta disminución de los recursos públicos tiene como consecuencia el cierre de camas y la reducción de personal, que, según el estudio, favorece la derivación hacia el centro privado.
Aunque no se conocen los datos oficiales sobre estos trasvases, el Observatorio matiza también que “las patologías que no son rentables las mandan al hospital tradicional”. La derivación de los enfermos más graves o que precisan técnicas diagnósticas o tratamientos más costosos a otros centros es “una costumbre de los centros concesionados que se especializan en atraer y tratar a aquellos que presentan patologías rentables”, señalan.

Sobrecostes e irregularidades en la financiación
Según el Observatorio, el modelo PFI incrementa el coste entre 7 y 8 veces respecto a la gestión pública. Asimismo, el de concesiones administrativas supone un sobrecoste del 14,95% anual y la concesión de la asistencia a un hospital privado ha presentado un incremento presupuestario del 25,04% anual.

Los costes de construcción de los hospitales, la contratación de empresas privadas para el control de los nuevos centros, la privatización de laboratorios y la externalización de algunos servicios médicos son algunas de las principales claves en las que se basan desde el Observatorio para calcular estos sobrecostes.

Además, denuncian que “existen numerosos casos detectados de aportaciones extrapresupuestarias de financiación pública hacia estos centros, pero no se ha hecho un análisis sistemático de la situación”.

En este sentido, las entidades que forman parte del Observatorio exigen que se lleve a cabo una auditoría por parte de la inspección sanitaria y el tribunal de cuentas para conocer detalladamente la realidad.

La ausencia de transparencia es la norma
Desde el Observatorio, insisten en la falta de transparencia y de evaluaciones de los últimos hospitales abiertos y denuncian que existe “poca información pública confiable” sobre esta cuestión.

“No hay un control público sobre el funcionamiento de estos centros y se desconoce el cumplimiento de los contratos que mantienen con el sector público”, añaden.


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VENEZUELA, PERIODISTA QUE CONFUNDE EL CHÁ, CHÁ CHÁ CON EL PERIODISMO. EN LA ENTREVISTA INTERESA LA OPINIÓN DEL ENTREVISTADO, Y NO HACER COINCIDIR LA OPINIÓN PERSONAL DE LA ENTREVISTADORA CON LA DE CARLOS CUESTA DE 13 TV

VENEZUELA. ¿QUE TIENEN QUE DECIR RESPECTO DE ESTE ARTÍCULO MIS COLEGUILLAS DE 13tv, JESÚS SEA CON TODOS NOSOTROS,Y MIS HERMANOS EN LA PIEDAD Y AMOR HERMOSO DE CRISTO BENDITO DE LA COPE, CON HERRERA CARLOS, LOCUTOR DE USTEDES DE LA CADENA COPE PARA ESTAR INFORMADOS, QUE YA DIGO, ES HERMANO MIO EN EL REBAÑO DEL SEÑOR DE TODA LA VIDA? Y NO SE ME TERGIVERSE NI SE ME BUSQUEN LAS COSQUILLAS (no por nada, simplemente que me entra la risa tonta) POR LOS CUATRO VIAJES DE MIERDA QUE HAGO TODOS LOS FINES DE SEMANA DESDE QUE ME AMIGUÉ CON LA RANA ESPERANZA A LOS PARAISOS FISCALES DE AQUÍ Y DE ALLÍ PARA ESCONDER LO QUE ME QUEDA DE PAGA, QUE NO HE PREGUNTADO A QUIÉN LE VENDIÓ AZNAR 50.000 PISTOLAS EN VENEZUELA. O SEA...

                                         

¿Qué persiguen los grupos armados en Venezuela?

Publicado: 4 may 2017 22:18 GMT | Última actualización: 5 may 2017 01:27 GMT

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Un militar retirado con el grado de comandante explica que estos grupos forman parte de un plan que tiene implicaciones políticas.
                       
¿Qué persiguen los grupos armados en Venezuela?
Carlos Garcia RawlinsReuters





 
El jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro Moros, precisó que dentro de los grupos opositores que operan de manera violenta han surgido grupos armados que enfrentan a los organismos de seguridad.
"He ordenado que se activen operaciones de búsqueda de los grupos armados que se han alzado en armas contra la República y contra el pueblo", sostuvo el presidente, según una nota difundida por el Ministerio de Comunicación e Información.

Este jueves, durante una rueda de prensa ofrecida en Caracas, el ministro para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, habló en términos similares cuando precisó que "los actos terroristas y vandálicos han pasado a un nivel de insurgencia armada", publicó el portal AlbaCiudad.

¿El uso de esos términos cambia la dinámica política del último mes en Venezuela? El militar retirado con grado de comandante en la Fuerza Aérea, William Izarra, cree que sí.

Parte de un plan

Entrevistado por RT explicó que "insurgencia armada" se refiere a grupos que operan al margen de la ley y que "están aquí (en territorio venezolano) con un objetivo que podemos llamar 'militar'".


Carlos Garcia RawlinsReuters

Para Izarra, la acción de esos grupos armados tributa a un "plan del Comando Sur, que es el que dirige las operaciones desestabilizadoras contra Venezuela".

El exmilitar asegura que la utilización de grupos irregulares busca "la ocupación territorial", para evitar el empleo de un ejército regular.

El fin último de los "grupos insurgentes" es "posesionarse del terreno con miras a derrocar al Gobierno y establecer otro afecto a los intereses de Estados Unidos", aseveró William Izarra.


Carlos Garcia RawlinsReuters

Esperando la orden

Una fuente policial explicó a RT que para eventos como los de las últimas semanas existen protocolos apegados a la defensa de los derechos humanos y que enmarcan las operaciones del orden público.

Estos tienen tres niveles: de mantenimiento del orden público (preventivos y rutinarios), de control (disuasivos, para asegurar que las manifestaciones pacíficas se mantengan como tales) y de restablecimiento (que es cuando se interviene ante manifestaciones que se vuelven o nacen violentas).


Carlos Garcia RawlinsReuters


"En este último nivel (aplicado para la violencia opositora), los protocolos se orientan a dispersar las manifestaciones, confinar, bloquear su acción violenta, capturar a los actores que lideran la violencia o la ejecutan".

Todas las operaciones son coordinadas por los cuerpos policiales que se encuentran bajo el control del Ministerio para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz.

Mientras las manifestaciones se desarrollan de forma pacífica, los cuerpos de policía tienen la preeminencia de la actuación. Cuando ocurren las llamadas 'guarimbas', "se activa el apoyo militar con la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y se coordinan las operaciones conjuntamente entre los Ministerios de Defensa e Interior", sostiene la fuente.

Solo cuando las manifestaciones "son muy violentas, armadas, con pérdidas de vidas, y llamando a la desobediencia civil", la competencia sigue siendo concurrente entre ambos Ministerios, "pero toma la batuta el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (CEOFAN). Y esa orden no se ha dado todavía", concluye.


Ernesto J. Navarro




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viernes, 5 de mayo de 2017

¡A LAS BARRICADAS!

GALLO ROJO GALLO NEGRO. Canción del anarquista Chicho Sánchez Ferlosio, interpretada por Los Olimañeros

POR QUÉ EL "GALLO" NEGRO FALSEA LA HISTORIA Y PARA QUÉ (El "gallo" rojo tiene que dejar de cacarear, que eso es de gallinas; dejar de leer a cuenta gotas para leer más y poder alzar la voz con fuerza y convencido)


RECETA ANTIGUA: "FRAUDE ELECTORAL 1936" AL HORNO

Francisco Espinosa
Sociología Crítica
04.05.2017


Es probable que 1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular, de Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García, llegue a superar en ventas al Pío Moa de sus mejores tiempos. Resulta evidente que la cadena de propaganda de la derecha funciona bien y que existe un público que compra estos libros. Pero en este caso no estamos ante un libro simple en estilo e ideas orientado al consumo fácil, como era el caso Moa, sino de un denso trabajo de historia política que nos retrotrae a tiempos pasados y que se mueve en la estela de Joaquín Arrarás y su Historia de la Segunda República Española. Otra cosa es que en las entrevistas sus autores simplifiquen el abigarrado texto, lo cual es de agradecer.

Los ingredientes, todos ellos sobradamente conocidos, son los siguientes: origen dudoso de la II República, Manuel Azaña como símbolo de la intransigencia republicana, continua labor de zapa durante el Bienio Negro que culmina en la revolución de octubre de 1934, anulación del centro-derecha como opción política, demonización de la CEDA, gran fraude electoral en las elecciones generales de febrero de 1936, falsificación de los sufragios, ocupación por asalto de los centros de poder (ayuntamientos, diputaciones y gobiernos civiles), violencias de todo tipo amparadas por el nuevo gobierno e inicio de la senda de la revolución.

Entrevistados por el periodista Peio H. Riaño para El Español ambos autores coinciden en que la forma en que se realizó el recuento de votos perjudicó al centro-derecha. Villa incide en que representantes del Frente Popular tomaron directamente los centros de poder y controlaron la documentación electoral. Manuel Álvarez Tardío considera que se trató de “un volumen de actas y de escaños no muy grande pero decisivo”, que cifran en medio centenar y que solo afectó a algunas provincias.

Manuel Azaña y su gobierno en ningún momento dirigen ni controlan el fraude pero, según Tardío y Villa, lo permiten y validan. “El papel de Azaña no es el del estadista que nos han contado”, afirman, sino que viene a ser la “imagen inversa de lo que va a pasar luego en la transición…”. Es más, “el Frente Popular no se trató de una coalición contra el fascismo sino todo lo contrario”. El agudo periodista inquiere: “¿Esto se entendería como próximo a una revolución?”, a lo que Villa responde: “Sí, podría considerarse así…”.

Luego, quiere saber si la llegada al poder del centro-derecha representaba una usurpación para los republicanos, a lo que Villa responde: “Sí porque, en su consideración de democracia, el sufragio universal está para ratificar la República de izquierdas o la República con las esencias de las izquierdas. Para nada más. Esto, de todas maneras, no es cosa de los años 30, ya está presente en el sexenio revolucionario del siglo XIX”. Es decir, historia buena para adelante, la transición, e historia mala para atrás, el sexenio democrático (1868-1874).

Frente a la España intransigente del Frente Popular los autores mantienen que existía otra España centrada y liberal que, al contrario que Azaña, no pensaba en coaligarse con la extrema izquierda. Esta sería para Tardío y Villa la España sacrificada por la deriva de la República. A modo de conclusión, tanto los autores como aquellos que consideran el libro un hito en la historiografía sobre la España de los años treinta están convencidos de que rompe “el relato dominante” de muchos años. Hasta Stanley Payne se ha unido a la fiesta afirmando que el libro supone “el fin del último de los grandes mitos políticos del siglo XX”, aunque es difícil saber si los halagos de Payne resultarán beneficiosos o perjudiciales para el libro.

Hay que mencionar también la entrevista concedida por los autores a Federico Jiménez Losantos en Libertad Digital. Aquí, de entrada, Álvarez Tardío afirma: “Hay que decir, Federico, que aquello era una república semiparlamentaria”. Por su parte Villa García comenta los casos clave del fraude: Cáceres, Galicia, Cuenca, Granada… Lo más significativo, aparte de las consabidas loas, es la pregunta que, sin mala intención, les hace uno de los periodistas: “¿Cómo entender que la bibliografía franquista y la propaganda del régimen no vindique eso que vosotros estáis planteando desde el punto de vista documental? Es decir: ‘No ganó las elecciones el Frente Popular. Disponemos de la documentación’. ¿Por qué no lo hacen?”. He aquí la respuesta de Tardío: “Yo no sé, no tengo ni puñetera idea, sinceramente, [de] por qué a los franquistas les interesa más o menos. Esa es la verdad, pero yo… yo tengo… yo tengo mi…, o sea, yo lo que sí estoy convencido, Federico, de verdad…”. Parece evidente que, al ver un tanto perdido a Tardío, Jiménez Losantos se pone a hablar de la guerra y las checas y da un giro a la conversación.

Ni en el artículo de Javier Redondo en El Mundo, en el que se llega a decir que las elecciones tuvieron lugar en “un ambiente viciado, radicalizado, polarizado y caníbal”, ni en ninguna de estas entrevistas los autores mencionan que la obra no es en modo alguno novedosa, sino que se trata de una receta antigua. Exactamente de hace 79 años. Fue entonces cuando se redactó un informe que, según exponía en su planteamiento, no era otra cosa que “un gran proceso, encaminado a demostrar al mundo, en forma incontrovertible y documentada, nuestra tesis acusatoria contra los sedicentes poderes ilegítimos, a saber: que los órganos y personas que en 18 de julio de 1936 detentaban el Poder adolecían de tales vicios de ilegitimidad en sus títulos y en el ejercicio del mismo que, al alzarse contra ellos el Ejército y el pueblo, no realizaron ningún acto de rebelión contra la Autoridad ni contra la Ley”.

Es la estrecha relación entre las elecciones de febrero del 36 y el golpe de julio la que los autores, conscientes de a lo que esto suena, intentan evitar en todo momento. En realidad no hace falta que aludan a lo que vino después: todos los medios que han recibido con alborozo el libro saben de qué va en el fondo, por más que no se haga la más mínima alusión a lo que ocurrió exactamente cinco meses más tarde.

Con ese objetivo el franquismo, ya cuando se atisbaba el final de la guerra, buscó y encontró, como no podía ser de otra manera –ya se sabe que los golpistas encontraban todo lo que buscaban–, las pruebas del “fraude parlamentario”, de la falsificación de los sufragios, del asalto a los puestos de mando, de los delitos y tropelías amparados por el Gobierno y de otros hechos posteriores. Esto ocurrió en diciembre de 1938 por iniciativa de Serrano Suñer, por entonces en la cumbre de su carrera política. La comisión estuvo formada por veintidós personas relacionadas con el Derecho y por supuesto partidarias del golpe, las cuales elaboraron un largo informe publicado parcialmente en 1939 bajo el nombre de Dictamen de la Comisión sobre ilegalidad de poderes actuantes en 18 de julio de 1936 (Editora Nacional, 1939). El análisis de los miembros de la comisión merecería estudio aparte, no solo por el hecho de ser muy conocidos algunos sino por representar un selecto grupo del conservadurismo más rancio. Bastará con decir que buena parte de ellos habían ocupado cargos políticos importantes en el primer tercio del siglo XX.

El Dictamen constaba de una parte en la que se denunciaban los hechos y de dos apéndices. En la primera se exponían los antecedentes, es decir, los preparativos de la revolución (1931-1934), los planes del fraude electoral y de sus resultados, el asalto al poder, la formación del nuevo gobierno y la trascendencia de todo ello, concluyendo que el nuevo gobierno fue, además de ilegítimo, “inconstitucional y faccioso”. Se dedicaba especial atención a lo ocurrido, entre otras, en algunas provincias como Cáceres, Coruña, Pontevedra, Granada, Cuenca y Málaga. Se narraba cómo representantes del Frente Popular tomaron los centros de poder “para adueñarse y operar impunemente sobre la documentación electoral” y se cifraba en medio centenar las actas robadas a las derechas y que dieron la mayoría a las izquierdas, con las consecuencias consiguientes.

También se insistía, por ejemplo, en la ilegalidad de la amnistía y en que la nueva relación que se abría entre el Estado y Cataluña “rompe de nuevo la unidad de España”. Finalmente se hacían una serie de consideraciones sobre los meses posteriores hasta julio, en los que se mantenía que el Gobierno “tolera y alienta incendios, despojos y asesinatos”. Hasta aquí lo que nos interesa, que como vemos parece un guión del trabajo de Villa y Tardío. Al contrario que el Dictamen, Tardío y Villa rehúyen en todo momento conectar el “gran fraude electoral” con el “18 de julio”. Saben que dicha conexión les perjudica.

De las conclusiones del dictamen cabe destacar el punto 8, verdadera obsesión de los que habían dado un golpe militar y provocado la guerra: “Que el Glorioso Alzamiento Nacional no puede ser calificado, en ningún caso, de rebeldía, en el sentido jurídico penal de esta palabra, representando, por el contrario, una suprema apelación a resortes legales de fuerza que encerraban el medio único de restablecer la moral y el derecho, desconocidos y con reiteración violados”. El dictamen fue aprobado “por unánime aclamación”. Los dos apéndices acumulaban documentos supuestamente probatorios de las acusaciones mantenidas en la primera parte. Ahí, por ejemplo, en el primero de ellos están todos los datos sobre los fraudes electorales comentados.

Ni qué decir tiene que en el artículo y en las entrevistas mencionadas ni Álvarez Tardío ni Villa García aluden al Dictamen de 1939. Se entiende que así fuera en los casos de Redondo y Riaño por no tocarse el asunto. Peor explicación tiene que a la pregunta directa que les hizo un periodista en Libertad Digital dieran la extraña y huidiza respuesta antes comentada. Pero el caso se agrava si tenemos en cuenta que en el libro solo aparece una mención al Dictamen en el epílogo (p. 518) y dos al Apéndice I en notas. Es ahí donde, tras criticar a quienes proyectan “la Guerra Civil hacia atrás” y están convencidos de que “todo debate sobre la llegada del Frente Popular al poder ha de conllevar una toma de partido”, citan como ejemplo “el célebre Dictamen publicado por las autoridades franquistas en 1938, del que nuestra investigación está tan alejada como de la publicística republicana o los relatos de corte antifascista, no pocas veces reproducidos de forma acrítica por algunos historiadores. Así, es posible que nuestra investigación pueda interpretarse de forma distorsionada”. Aquí los “prestigiosos historiadores”, como los llama Redondo, intuyen lo que puede pasar.

¿Es posible publicar una obra en la que se plantean argumentos sobradamente conocidos sobre las elecciones de febrero de 1936 y las consecuencias del triunfo del Frente Popular sin dedicar la más mínima atención al Dictamen de la Comisión sobre ilegalidad de poderes actuantes en 18 de julio de 1936? ¿Tiene sentido que solo se aluda a él en una ocasión, en el epílogo, como “el célebre Dictamen” sin dar ni siquiera el nombre completo y en otras dos en notas citando mal su nombre? ¿Puede entenderse que ni se molesten en analizarlo pese a tratarse evidentemente del antecedente y fuente de inspiración del trabajo de Tardío y Villa? ¿De verdad está tan alejada la “investigación” realizada por los autores respecto al Dictamen de 1939?

Carece de sentido alguno que solo se mencione el Dictamen de pasada al final y que no se le dedique atención especial desde el mismo comienzo del libro. Ese debiera haber sido el punto de partida, que luego podría haber sido enriquecido con el análisis de la persistencia de tales teorías justificadoras desde 1939 hasta nuestros días. Solo tras esto hubiera tenido cabida la propuesta de los autores.

La mayor parte de los lectores no tendrán ocasión de comprobar la relación entre el Dictamen y la obra comentada, ya que no se trata de un libro fácilmente accesible. Según parece solo se hizo la edición mencionada de 1939. Dada su función no hacía falta otra. Establecidas las relaciones entre la obra de Tardío y Villa y el Dictamen del 39 cabe preguntarse en qué se sostiene la propuesta. Volviendo al símil de la receta hay que decir que a los ingredientes ya mencionados al comienzo del artículo hay que sumar finalmente el toque personal de los autores, que consiste en añadirle a la receta mucha prensa. No creo exagerar si digo que más de la mitad de las numerosas notas del libro remiten a publicaciones periódicas. Por lo demás la documentación consultada para seguir los fraudes electorales en provincias sigue la pauta del Dictamen, cosa lógica si pensamos que al fin y al cabo unos como otros buscaban lo mismo.

La justificación del “18 de julio” es tan antigua como el propio golpe de estado y nunca ha cesado. El modelo de transición ha permitido que la propaganda franquista se haya mantenido hasta hoy mismo y el pacto de silencio llevó a las políticas de olvido instituidas desde entonces. Apenas habíamos dejado atrás la historiografía franquista cuando ya veíamos en el horizonte la doble línea en que nos hemos movido: a un lado la línea PSOE-PRISA y al otro la PP-FAES. Sembrado ya el terreno, poco faltaba para que de la Universidad surgieran voces justificadoras del ciclo abierto con el golpe de julio del 36 y cerrado con la transición. La historia y la memoria de la II República debían ser arrasadas definitivamente. Ese día los poderes consolidados por la transición dormirán tranquilos.

Si admitimos que la receta presentada como novedad por Álvarez Tardío y Villa García es antigua, hay que decir que llega en un momento en que el país, en medio de una gran ofensiva conservadora, se ha convertido en un horno, cosa fácil de percibir si ponemos en relación una serie de hechos que no han dejado de proliferar en los últimos años. Me refiero, entre otras cosas, al descaro con que los nostálgicos del franquismo se manifiestan en la tranquilidad de que nada les pasará por hacer apología del fascismo. A la desfachatez con que la derecha hace caso omiso del amago de ley de memoria de Rodríguez Zapatero. Al desnortamiento de quienes se pensaban de izquierdas hasta no hace mucho y no acaban de reubicarse. O al retorno a las esencias patrias que ingenuamente creíamos superadas. Incluso ciertos sectores de la Justicia, de natural conservadora, parecen cada vez más escorados a la derecha con sentencias e iniciativas que producen perplejidad.

Álvarez Tardío y Villa García comparten algo con Pío Moa: presentar como novedades ideas que proceden del pasado más negro de este país. Y algo más que define bien de qué proyectos hablamos: la acogida que les dan tanto la derecha como la extrema derecha española, desde los medios considerados conservadores hasta esa anomalía llamada Fundación Nacional Francisco Franco. El Dictamen de la Comisión sobre ilegalidad de poderes actuantes en 18 de julio de 1936, la Ley de Responsabilidades Políticas, la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo y la Causa General, todas ellas elaboradas entre 1939 y 1940, forman parte del gran proyecto represivo del fascismo español. Unas debían servir para justificar el golpe y la guerra y otras para aplastar aún más el mundo de los vencidos. El libro de Manuel Álvarez tardío y Roberto Villa García recoge y actualiza parte de aquella herencia.
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Nota: Javier Redondo, ‘El pucherazo del 36’ (El Mundo, 12/03/2017). La entrevista de Peio H. Riaño fue publicada en El Español (14/03/2017) y la de Federico Jiménez Losantos en Libertad Digital (24/03/2017).

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jueves, 4 de mayo de 2017

L´ESTACA, LO QUE NO ES L´ESTACA Y LO QUE ALGUNOS SACAN DE L´ESTACA


L´estaca es una canción de los años 70, una canción protesta decían algunos que era. Yo como otros muchos hacía de ella un símbolo y a él me adscribía, y me adscribo. Yo no veía aquella canción como algo específico contra el franquismos (esto me parecía y me parece un simplismo como otro cualquiera, y por tanto con poco o ningún valor analítico, que era lo que me interesaba y sigue interesando), sino contra la injusticia que representaba aquel régimen. Todavía la escucho de vez en cuando.

Escuchaba y también sigo escuchando las Jotas de ronda de La Bullonera (... y mas te vale ite ahora, que se nos hinchen los huevos, y caigas de cabecica del Puente Piedra hasta el Ebro,,,) contra las bases americanas en España, empezando por la de Zaragoza.

Así, pues, ni la una ni la otra (junto a muchas otras) me las tomaba (ni me las tomo) literal y materialmente al pie de la letra, sino como representativas de algo contra lo que estaba y estoy.

Hay sin embargo muchos y muchas, o mejor dicho, muy pocos y pocas que parecen muchos porque tienen medios de comunicación a su disposición para envenenar a la opinión pública, que de cualquier cosa, por ejemplo, de un pedo mal dado a una lata,  o de la E´estaca tomada literal y materialmente como un cacho palo para romperle los sesos a otro, construyen un argumento contra todo lo que pudiera provenir del pensamiento de izquierdas, o cuando menos que no diga: sí señor Rajoy, puede usted robarme cuanto quiera, que además le presentaré un amigo para que le robe a él también..., y a mandar, señor Rajoy, que para eso estamos.


Pero claro, esta es mi posición personal al respecto de lo comentado, porque también puede haber otras









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Un añadido a una carta de siete ciudadanas sobre Lluís Llach y L’estaca


03.05.2017



Siete ciudadanas enviaron una carta al director de El País que se publicó el pasado jueves, 27 de abril. Muy breve, decía lo siguiente: “Creíamos que cantar L’estaca era cantar contra Franco, contra el franquismo, contra la dictadura. Ahora resulta que L’estaca éramos nosotras, mujeres de Madrid, de Segovia, de Murcia, de A Coruña… Y ahora nosotras señor Llach, ¿qué hacemos con su música?”¿Qué hacemos con su música, preguntan estas compañeras? Lo que mejor estime cada una por supuesto. Yo ya no la escucho a pesar de haber sido durante muchos años parte esencial (al lado de Raimon, Paco Ibáñez, Labordeta, Oskorri, Prada, Morente, Gerena y Luis Pastor) de mi marco musical popular. No por sectarismo político-cultural. Es que no puedo. La rabia y la indignación me lo impiden. Me siento absolutamente traicionada. No entiendo que alguien que pudo componer, escribir y cantar Abril del 74 o Campanades a mort sea ahora diputado (al lado de Mas, Junqueras o Turull) de una coalición secesionista (y de ricos o bien situados), profundamente antiespañola sin matices y fuertemente neoliberal como Junts pel sí.

Pero no es ese el punto de esta nota. Es este: no se trata de que compañeras antifascistas que viven fuera de Cataluña sientan que son L’estaca en tanto que españolas (España contra Cataluña, .Cat es esclava de Cataluña, los españoles nos ahogan, nos impiden ser lo que queremos ser, nos roban cada año 16.000 millones de euros, etc.) sino que muchas otras, de aquí, de .Cat, de otra .Cat que apenas conoce el empresario vinícola Llach, yo por ejemplo que vivo en Santa Coloma de Gramenet, una ciudad obrera pegada a Barcelona, también somos parte de esa estaca. ¿Y eso por qué? Porque no somos secesionistas y para nosotras son tan importantes Salvat Papasseit o Rosselló-Pòrcel como Celaya, Castelao, Cernuda, Aresti, Gamoneda, Jorge Riechmann, Alberti, Gil de Biedma o don Antonio Machado. ¿Cómo, si no fuera así, podríamos pensarnos?

Para entendernos: un himno antifranquista, no es el único caso, lo han transformado en una canción nacionalista-secesionista. Con la señera lo mismo; la única válida es la suya, la estelada. Que Podemos usara la canción -no sé si lo sigue haciendo- en algunos de sus reuniones o encuentros es absolutamente incomprensible (sabiendo lo que sabemos de ese cambio de significantes no vacio). El despiste, como ocurre con la inclusión de autodeterminación (independencia!) en la marcha obrera, en la marcha de la dignidad del 28 de mayo, no tiene parangón. Así no hay forma, cómo vamos a ser, digamos lo que digamos, una alternativa nacional-popular. ¿Dónde situamos nuestra tradición federalista? ¿Dónde ubicamos la unión fraternal de todos los pueblos de España? ¿Es música trasnochada?

Por debajo de todo esto una idea tan básica como la siguiente: no valen currículums (o curricula como decía, dándoselas de culto, aquel ministro franquista que firmó penas de muerte): somos lo que ahora somos, no lo que fuimos. Llach fue un autor y cantante antifranquista; ahora es un diputado secesionista que da charlas, cuenta cuentos falsarios, un empresario al que, por todo lo que dice, el resto de trabajadoras españolas le importa un higo. No somos de los suyos, no somos parte de su Patria. La de Mas, Millet, Pujol junior, Ferrusola y don Pujol i Soley. ¡Menuda compañía! ¡Todo un proceso de liberación hacia Itaca!

Por lo demás, y puestos a hablar de L’estaca y de sus miembros, ¿dónde situarle a él después de sus declaraciones sobre los funcionarios, el cumplimiento de las nuevas “leyes catalanas” y las sanciones?

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LA PETULANCIA O HERRERA CARLOS LOCUTOR DE USTEDES DE LA CADENA COPE PARA ESTAR INFORMADOS, O SEA, QUE ES LO MISMO LA LECHE QUE EL CALDO TETA


Petulancia - Qué es, origen y concepto

Eco Republicano
01.05.2017 


Petulancia - Qué es, origen y concepto
La petulancia, tiene su origen en el vocablo latino petulantĭa, hace referencia a la arrogancia, la altanería y el engreimiento de una persona. Es un tipo de actitud sumamente molesta, en la medida en que busca llamar la atención ajena y a la vez constituye una actitud irrespetuosa y desconsiderada de una persona hacia otra. Desde esta perspectiva es totalmente correcto que constituye un vicio o defecto de carácter que puede minar enormemente las relaciones con los demás. El petulante tiende a agrandar sus hazañas y evita hacer referencia a sus problemas, a sus defectos y a sus fallas. Puede ser comprensible en edades tempranas de la vida, pero sumamente criticable cuando ya se está en una edad madura.

La petulancia debe entenderse en íntima relación con la soberbia. Esta falta moral es enormemente señalada pero pocas veces se reflexiona acerca de su naturaleza. Una definición clásica remite a que la soberbia es el amor desordenado a sí mismo. Esto significa que se dará más importancia a los propios anhelos, a la propia condición que a la ajena. Dada esta actitud, es entendible que se considere a la soberbia la raíz de los demás vicios, de los demás defectos. En efecto, el soberbio se ve a sí mismo como ideal, sin que existan posibles fallas, circunstancia por la cual se verá reacio a intentar cambiar algún tipo de falla; solo puede mejorarse lo que se asume como imperfecto.

En la petulancia se expresa esta soberbia tanto en la oralidad como en el comportamiento para con otros. Así, se referirán las acciones propias como grandes hechos, como dignas de ser replicadas por los demás. El petulante descalificará, por el contrario, cualquier observación ajena por el solo hecho de que proviene de otra persona, sin que por ello se considere si la observación es positiva y si puede agregar valor. Todo este tipo de comportamiento se ve reflejado en un intento por ser el centro de la atención en todo momento.

Dado lo expuesto, es fácil observar que la petulancia es un defecto que perjudica enormemente tanto al que la manifiesta como a aquel que la presencia. Una forma de atacar el problema es confrontar con la persona que tiene este tipo de actitudes para que tome conciencia de su situación; en caso de que la misma se niegue a entrar en razón (cosa harto posible) bastará con ignorarla, pocas cosas hacen reflexionar más a una persona de estas características, necesitadas del reconocimiento ajeno, que negárselo.

Fuente: definicion.mx

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PODEMOS: MOCIÓN DE CENSURA. ¡EA, EA, EA, HERNADO 1 DEL PP Y HERNADO 2 DEL PSOE SE CABREAN!

Moción de censura: ¿Por qué la mayoría de los partidos del Congreso quieren ser cómplices de la corrupción del PP?


Eco Republicano
02.05.2017


Felipe y Guerra
Ahora, de repente, presentar una moción de censura que podría prosperar si todas las fuerzas se pusiesen de acuerdo para echar a un gobierno podrido por la corrupción es un número circense. Si todos, absolutamente todos los grupos parlamentarios coinciden en que la corrupción es endémica en el partido del gobierno, si más de ochocientos altos cargos están implicados en casos demostrados de corrupción…

¿Se puede llamar charlotada a la acción de presentar una moción de censura cuando todos los partidos están de acuerdo que nos han robado por encima de nuestras posibilidades?

El gobierno no tiene mayoría absoluta, gobierna gracias a la complicidad de C´s y los golpistas de Susana Díaz…

Los mismos que dicen que el PP es una asociación de corruptos; y, sin embargo, los apoyan, los cómplices en la legislación vigente son también delincuentes. Un delincuente puede no está en condiciones de acusar a otro de ser delincuente si al mismo tiempo le apoya para que siga delinquiendo, ¿no?

¿El PSOE, C´s y otros grupos apoyan a delincuentes o están en contra de los delincuentes? ¿En qué quedamos?

Cuando en 1980 el PSOE llevo a cabo una moción de censura contra el Gobierno de Adolfo Suárez, no existía NINGUNA posibilidad de prosperar, la UCD, tenía mayoría absoluta. Nadie cuestionó lo inteligente de una propuesta condenada a no prosperar, pero no al fracaso.

Cuando en 1987 el PP presentó la contra el gobierno de Felipe González, no existía NINGUNA posibilidad de prosperar, el PSOE tenía mayoría absoluta. Nadie cuestionó lo inteligente de una propuesta condenada a no prosperar, pero no al fracaso.

En ambos casos, la moción de censura sirvió para hacer llegar con claridad la corrupción o debilidad del gobierno de aquellos tiempos.

Recientemente, en Murcia, el PSOE propuso una moción de censura en solitario contra el más que presunto corrupto presidente de la Comunidad, y a todos nos pareció lógico. ¿Por qué ahora se empeñan todos los partidos políticos en ser cómplices de delincuentes y a la vez, por tanto, convertirse en delincuentes?

Ahora hay millones de motivos para presentar una moción de censura, por los millones de personas a los que nos están robando por encima de nuestras posibilidades, porque está claro que esto no es una crisis, sino una ESTAFA.

Hay motivos para presentar una moción de censura, cuando los delincuentes le dicen al ministro de Justicia quién debe ser el fiscal anti corrupción y este prevarica puniendo trabas a la acción de la Justicia, el ministro charla con los delincuentes y les manda mensajes de ánimo. El primer ministro el señor Rajoy, si cada vez que ha puesto la mano en el fuego por un corrupto, se le hubiese quemado, sería manco hace ya muchos años, si todos los ladrones que han metido la mano en las arcas públicas se hubiesen quemado las manos… ¿Cuántos altos cargos tendrían que firmar con la boca?

Tengo claro que la moción de censura no prosperará, no porque no haya razones para llevarla a cabo, sino porque gran parte de la Cámara legislativa están dispuestos a ser cómplices de delincuentes, convirtiéndose a su vez también en delincuentes.

Y puesto que no va a prosperar, no estaría demás hablar con claridad del anacronismo que representa la monarquía borbónica y de sus “negocios”, y de la necesidad de que exista una democracia legitima y no un mal sucedáneo impuesto por un dictador.

Sí, porque ya es hora de que la Soberanía Nacional resida en el pueblo, y hablemos ya de la Tercera República Española, creo que ya toca…¿no?

Paco Arenas

Fuente: España por la República

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miércoles, 3 de mayo de 2017

PODEMOS, SU MOCIÓN DE CENSURA Y CONTENIDO (PERO POR FAVOR, SEAN COMPRENSIVOS CONMIGO Y QUE ESTO NO CAIGA EN EL BUCHE DE HERRERA CARLOS, LOCUTOR DE USTEDES DE LA CADENA COPE PARA ESTAR INFORMADOS, PORQUE SE ENFURRUSCARÁ CONMIGO Y ME LLAMARÁ MAMARRACHO, COMO AL ALCALDE DE CÁDIZ)





PODEMOS ADELANTA LAS INICIATIVAS EN EL ACTO 'MADRID SE LEVANTA'

Las 10 principales medidas de gobierno que Iglesias propondrá en la moción de censura


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María F. Sánchez *

Cuarto Poder
03.05.2017


El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en el acto 'Madrid se levanta' para celebrar un 2 de mayo "contra la trama".
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en el acto ‘Madrid se levanta’ para celebrar un 2 de mayo “contra la trama”. / Dani Gago (Podemos)

Pablo Iglesias adelantó este martes en el acto de Podemos ‘Madrid se levanta’ cinco de las medidas de su programa económico y otras cinco iniciativas de “regeneración y lucha contra la corrupción” que el partido presentará con la moción de censura en contra del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Con ello, según aseguró, demostrarán que tienen “una alternativa de país” contraria a la del Partido Popular “para poder decirle algo nuevo a España”. También incidió en que la formación morada es la única que ha presentado “una alternativa presupuestaria” a los recortes que continúan con los Presupuestos Generales del Estado del Ejecutivo. Estos son los puntos que forman parte del plan de la organización para conquistar el poder.

Medidas económicas


  1. Reforma fiscal. Iglesias propondrá “ingresar más para gastar mejor” porque “el problema de la política económica en España no es un problema de gasto, es un problema de ingreso”. En esta línea, plantea “racionalizar la senda de reducción del déficit público”, una medida en la que coinciden los economistas “más competentes.
  2. Reducir el déficit social. Para abordar este problema, anuncia cuatro medidas, una de ellas es el diseño de un plan de renta garantizada porque es “una vergüenza” que en la cuarta economía del euro existan millones de personas que “se quedan fuera”. Las otras tres son el blindaje de las pensiones para protegerlas de la pérdida de poder adquisitivo, la recuperación de las ayudas a la dependencia y el impulso de un plan integral de igualdad, no solo porque es “más justo”, sino porque también es “imprescindible” en política económica.
  3. Un plan de transición energética. Iglesias califica esta medida como “la palanca fundamental de cambio de nuestro modelo productivo” que es imprescindible “por razones estratégicas”, ya que España no puede seguir dependiendo de los hidrocarburos. La apuesta serían las energías renovables, que también sirven para crear empleo “de calidad”. La medida sirve para combatir la energía nuclear y la dependencia de la economía española del precio internacional del barril del petróleo.
  4. Empleo de calidad. Mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, no solo es contribuir a “la justicia social”, sino que es una medida eficiente. “Si la gente no gana sueldos dignos, es imposible reactivar la economía”, asegura Iglesias. En este sentido, sostiene que el PP no solo es corrupto, sino que también es “ineficiente” en su política económica.
  5. Municipalismo. Esta es una medida estratégica porque “la palanca fundamental son las comunidades autónomas, pero sobre todo los ayuntamientos”. Los gobiernos municipales son los que deben administrar los servicios sociales, según Iglesias. “Lo están demostrando los ayuntamientos en los que gobernamos. A pesar de tener en contra a (Cristóbal) Montoro, demuestran que las administraciones de cercanía social son las más eficaces”, sostiene.
Medidas de “regeneración” contra la corrupción
  1. Derogación inmediata de la ‘ley Berlusconi’. Para desatar las manos de jueces y fiscales, según Iglesias, es necesario arremeter contra la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que servía para reducir los plazos de investigación de la corrupción. “El caso Lezo, los casos que se están conociendo hoy, no se hubieran podido investigar con la reforma a la LECrim del Partido Popular”, sostiene. El partido pretende acabar con la ingerencia gubernamental en la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Anticorrupción porque “es un problema democrático que haya policías, guardias civiles, fiscales y jueces que tengan miedo del Gobierno porque les presiona”.
  2. Desatar las manos a los organismos reguladores y acabar con las puertas giratorias. Recursos y medios para que los inspectores de Hacienda y técnicos puedan hacer su trabajo y “obliguen a los grandes a pagar, igual que los autónomos, la pequeña y la mediana empresa pagan”. Iglesias promete que, si llega al Gobierno, “ninguna gran corporación va a humillar a nuestro estado”. Acabar con las puertas giratorias es imprescindible para acabar con la corrupción. “No puede ser que una empresa energética pueda comprar los servicios de un exministro o un expresidente”, argumenta.
  3. Fin del secreto bancario. Podemos pretende acabar con la contratación pública de empresas con dinero en paraísos fiscales. Además, consideran imprescindible acabar con el secreto bancario. “Saber donde tiene el dinero todo el mundo, es una medida para dejar de proteger a los delincuentes”, sostiene Iglesias.
  4. Control de la financiación de los partidos políticos. “Se puede ganar sin pedir un euro a los bancos”, cree Iglesias, que sostiene la necesidad de cambiar las leyes de financiación de los partidos políticos.
  5. Reforma del Código Penal. Por último, propone endurecer las penas de corrupción y los delitos económicos. “No puede ser que las cárceles estén llenas de pobres, mientras están libres los ladrones de cuello blanco”, considera. “Es el delito más grave que puede cometer un político”, argumenta.
(*) María F. Sánchez es periodista.
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