viernes, 25 de julio de 2025

El desmoronamiento de los salarios

 

Solo hace falta ir al súper para darse cuenta de que el salario no alcanza. Y no solo se ve en el incesante aumento de precio de los alimentos: todo sube, menos los salarios. ¿Cómo han conseguido que traguemos con esto?


TOPOEXPRESS


El desmoronamiento de los salarios

 

Miguel Ángel Cerdán Pérez

El Viejo Topo

25 julio, 2025 



EL DESMORONAMIENTO DE LOS SALARIOS EN ESPAÑA

 

Las cifras suelen tener el vicio de la tozudez y la virtud de la verdad. No engañan. Y las cifras de nuestro país, de España nos dicen,  según el Instituto Nacional de Estadística, que los salarios reales han disminuido en España desde el año 2002. No es que hayan aumentado poco, es que en el 2023, descontada la inflación, habían disminuido respecto al 2002. Y si atendemos a diversos aspectos de la cesta de gasto con la que se calcula el IPC, como vivienda, educación o transporte, es decir el comprarse o alquilar una casa, el pagar la carrera de los hijos e hijas y el comprarse un coche, lisa y llanamente se habían derrumbado.

En el año 2002 el salario medio bruto era de 19.802 euros anuales. En el año 2023 ese salario era de 28.049 euros. Es decir, se había dado una subida del 41,65 %. En el año 2002 el salario mediano, que divide la gráfica entre salarios más altos y más bajos, era de 15.829,61 euros anuales nos dice el INE. En el 2023 ese mismo salario mediano era 23.349 euros, con una subida del 47,5 %. Y el salario más frecuente, es decir el que cobran mayor porcentaje de españoles, se situaba en el año 2002 en 12.503 euros brutos anuales, para alcanzar en el 2023 la cifra 15.784,85 euros, con una subida del 25 %. Parecen subidas importantes, ¿verdad? Sin embargo, si lo comparamos con la inflación llega la verdadera realidad. El IPC subió entre el año 2002 y el 2023, según el INE, un 56,5 %. Ello indica que el salario medio ha perdido un 15 % de poder adquisitivo, el mediano un 9 % y el más común nada más y nada menos que un 30 %. Para entendernos y ponerlo en perspectiva: el salario mediano debería ser superior en 4.207 euros anuales y el salario más común en 3.900 euros al año para ser similares a cómo lo eran en el año 2002, para tener esa capacidad adquisitiva. Para ser más concreto, sería en 14 pagas mensuales, unos 300 euros más al mes. Se dice pronto, ¿verdad? Como también se dice pronto que donde más se ha reducido la capacidad de compra de los salarios es en aquellos más frecuentes, lo que indica a las claras que nuestro país ha apostado decididamente por “competir” en base a mano de obra barata, lo más barata y peor pagada posible.

Pero es que el IPC, para su cálculo, se compone de diversos ítems. Y sí, es cierto, con el Smartphone y el Whatssap y la wifi, las telecomunicaciones han bajado. Y alguna ropa también. Sin embargo, la cosa cambia cuando nos fijamos en otros ítems que componen la llamada cesta de la compra. Así, los alimentos y las bebidas no alcohólicas han subido un 86 % entre el 2002 y el 2023. Ello indica, con las cifras vistas, que para poder comprar en el supermercado lo mismo que en el 2002, el salario mediano debería ser casi un 45 % superior y el más frecuente un 60 %. Para entenderlo gráficamente: el salario mediano debería ser 13.000 euros superior al actual, es decir 900 euros más al mes, y el más frecuente 9.350 euros más al año. No sé ustedes, pero a mí se me queda mal cuerpo cuando me doy cuenta, con cifras, de la enormidad del timo al que estamos sometidos. Para comprar o alquilar vivienda las cifras serían, para ser equivalentes a las del 2002, de un 30 y de un 45 % para el salario medio y más frecuente, lo mismo aproximadamente para comprar coche y para pagar la carrera de los hijos. Y es que entre el 2002 y el 2023, el IPC en vivienda ha subido un 68,9 %, en Transporte un 68,8 % y en Enseñanza un 72,7 %. Para entendernos, y sin ser exhaustivos con las cifras, para poder acceder a lo mismo que se accedía en el 2002 a aquellos coches y viviendas, un salario medio debería ser superior en 8.400 euros anuales, y un salario más frecuente en 7.000 euros. En definitiva, en 14 pagas, 600 y 500 euros mensuales más. Y ojo, esto no para mejorar; esto simplemente para seguir como hace más de 20 años.

La cuestión es, ¿cómo han conseguido que traguemos con esto? Porque la monserga de la moderación salarial repetida de forma reptiliana por medios de comunicación, académicos y  demás creadores de opinión, no es suficiente.

¿Qué ha pasado? En primer lugar, como muy bien dice Peter Turchin en su magnífica “Final de partida. Élites, contraélites y el camino de la desintegración política”, se rompió el contrato social no escrito, y “los salarios de los trabajadores se vieron presionados a la baja por diversas fuerzas que modificaron el equilibrio entre la oferta y la demanda de la mano de obra. La mano de obra se vio inflada…” En definitiva, se aumentó  de forma notable “el ejército de reserva” del que hablaba Engels para presionar a la baja los salarios. Y es que está todo inventado. Se abarató además el despido y se inmovilizó a los sindicatos. Esto último se logró mediante el reparto de dádivas y sinecuras y convirtiendo a las centrales sindicales en la “cara b” del poder político. Al mismo tiempo, se impuso la hegemonía del neoliberalismo por medio de la superestructura, y se difundió el lema de que la codicia era buena, y de que “uno es dueño de su destino”. Esto último implicaba que si uno estaba en paro o no llegaba a fin de mes era por culpa suya, por no haber estudiado lo suficiente, por no haber sido lo bastante espabilado en invertir en criptomonedas, en comprar casas para especular o en acciones, en definitiva por no haber hecho las suficientes “dominadas”, como popularizó ese personaje. Patético, ¿verdad? Como también resulta patético que se admita el aumento brutal de las plusvalías por parte de los empresarios pero que ello se difumine con esa ideología de que invertir en bolsa te convierte en un pequeño Bezos. Las risas de Buffet y de toda la élite de Wall Street deben ser inmensas en sus reuniones y brindis.

Todo esto llegó, como bien señala Turchin, con “el declive de las instituciones sociales que alimentaban la vida social y su cooperación. Entre estas se encuentran la familia, la Iglesia, el sindicato, las escuelas públicas, las asociaciones de padres y de vecinos”. Es decir, se fomentó el individualismo extremo. Y triunfó dicho fomento. A costa claro de un deterioro no sólo económico sino también psicológico entre los trabajadores. Hoy en España estamos a la cabeza de Europa en consumo de cocaína y de ansiolíticos. Y no es casualidad. Y en Estados Unidos, como han demostrado basándose en  Case y Deaton diversos autores como Andrew Oswald, se ha disparado el nivel de “angustia extrema” entre la clase trabajadora. De ahí que en Estados Unidos esté disminuyendo la esperanza de vida entre los trabajadores. Se dice pronto, ¿verdad? Pero también se dice pronto que exactamente lo mismo pasará en breve en España, de hecho está pasando. La ruptura del contrato social tiene estas consecuencias, una ruptura que sólo se puede solucionar desde abajo y no desde el apoyo a unas contraélites que sólo buscan un lugar en el Sol.

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Solo la lucha cambia las condiciones laborales, también en el ámbito público [España]

 

Solo la lucha cambia las condiciones laborales, también en el ámbito público [España]

 

Diariooctubre / julio 25, 2025

 


En este artículo hablaremos de la huelga de los tribunales de oposiciones en el País Valencià, un ejemplo de cómo se tienen que organizar la huelgas y cómo, si se hace bien, se consiguen los objetivos. La Conselleria d’Educació decidió unilateralmente no pagar la labor de los tribunales de oposiciones cuando acabaran las clases lectivas. En las oposiciones de maestros de 2024 no avisó de nada y, en el momento del pago, en los desgloses que se presentó a los compañeros y compañeros, no estaba el pago de la asistencia después de finalizar las clases. En cambio, para los tribunales de 2025 y con la experiencia de 2024, los tribunales sabían que no les iban a pagar. Por eso se comenzaron a organizar, primero pidiendo el auxilio de las organizaciones sindicales, de sus representantes electos, con respuestas tan peregrinas como que se sumaran a una huelga general que el sindicato había convocado por otros temas o directamente justificando a la patronal, la administración, indicándoles que era todo por un nuevo secretario de hacienda que había llegado. Viendo que ningún sindicato estaba dando cobertura, se autoorganizaron, en este caso, por la dispersión, usando un grupo de Telegram, que comenzó con 40 personas, pero acabó con casi 800 personas. Los sindicatos mayoritarios no les ofrecían cobertura a sus necesidades, les proponían organizar concentraciones y seguir corrigiendo, pero ellas y ellos sabían que la única opción era parar las oposiciones si querían conseguir su objetivo.

Quedaban 12 días para la prueba general de las oposiciones en la que se presentan todos los opositores, porque después ya van uno a uno. Ningún sindicato con representación en la junta de personal les proporcionaba cobertura, así que desde el Consejo Sindical Obrero decidimos que si nadie lo hacía, CSO, sin representación en la junta de personal, lo haría y convocaría huelga el último día en que se podía convocar, para dar tiempo al resto de organizaciones a sumarse. Así fue como el sindicato mayoritario, STEPV, se vio arrastrado a convocar la huelga o que se viera a las claras lo que estaba haciendo: contener a los trabajadores y trabajadoras que querían exigir sus derechos. Al final se convocó una asamblea virtual donde la inmensa mayoría de los asistentes votaron la convocatoria de huelga y se lanzó para el segundo día de la prueba general. Si se materializaba, las oposiciones no se podrían llevar a cabo, lo que ralentizaría todo el proceso, con la posibilidad de hacerlo desbancar, tanto por las fechas en las que nos encontrábamos como por la huelga indefinida de tribunales que se estaba trabajando en el grupo.

La administración tardó, pero reunió al comité de huelga. Una primera reunión para conocer nuestras reivindicaciones y en una segunda para proponer un acuerdo que colmaba todas las reivindicaciones llevaron a la huelga: se comprometió a pagar todas las sesiones de tribunales, independientemente de su horario, como se había realizado hasta la fecha. Además, conseguimos que se revisara de oficio, en virtud del presente acuerdo, las minutas de los tribunales del año anterior, que no se habían pagado, para contemplar también el pago de todas las sesiones. Todo un éxito de la movilización y la lucha de los tribunales de oposiciones, también en el ámbito público.

Como aprendizaje: solo la organización y la lucha cambian las cosas. Desde el punto de vista de trabajadores y trabajadoras no debemos esperar que nadie nos resuelva nuestros problemas, debemos ser partícipes de la organización colectiva que promueva los cambios necesarios. Desde el punto de vista de una organización sindical combativa, CSO, el sindicato es una herramienta para organizar la lucha y tiene que estar al servicio de la clase trabajadora. Cuando intenta paralizar o desorganizar la lucha hay que superarla y avanzar, usando todas las herramientas a nuestro alcance.

Felip Vicedo, Responsable Educación – Consejo Sindical Obrero

Fuente: unidadylucha.es

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«Democracia siempre»: Una cumbre de verdugos para la farsa renovada de la burguesía global

 


«Democracia siempre»: Una cumbre de verdugos para la farsa renovada de la burguesía global

 

Por Canarias Semanal

Kaosenlared

24 de julio de 2025 

 

Una cumbre «progresista» para salvar lo insalvable

Por GUSTAVO BURGOS (*) / CANARIAS-SEMANAL.ORG.-

Totalmente de espaldas a los trabajadores y resaltada como un acto diplomático, la reunión «Democracia Siempre» —celebrada en La Moneda con la pompa ritual que caracteriza a las cumbres del progresismo burgués— no es más que una nueva escenificación desesperada de legitimación para un orden en ruinas.

Con la presencia de los presidentes Boric (Chile), Lula (Brasil), Sánchez (España), Petro (Colombia) y Orsi (Uruguay), el acto no ha sido otra cosa que una misa laica en defensa del orden burgués disfrazada de cruzada moral contra el «extremismo» y la «desinformación».

Una vez más, los supuestos representantes de una “izquierda” institucional han ratificado su rol como bomberos del sistema.

 

El mito de la democracia capitalista

El documento final reafirma un conjunto de principios abstractos –la “defensa de la democracia”, la “cooperación multilateral”, la “gobernanza digital”, la “transparencia algorítmica”– cuya función no es otra que encubrir la profunda putrefacción del régimen capitalista. Con estas lindezas pretenden hacernos creer que la solución a la crisis terminal del orden burgués pasa por «más democracia», entendida siempre en los límites que señala la gran propiedad privada: el parlamentarismo capitalista, las ONGs financiadas por fundaciones imperialistas y la «gobernanza» de los mercados.

Pero para las masas trabajadoras y explotadas del mundo, la experiencia concreta desmiente esa ficción. Desde Ecuador hasta Francia, desde Haití hasta Palestina, los trabajadores y los pueblos oprimidos no han conocido más que represión, miseria, inflación, guerra y saqueo.

Y esta “democracia” que los presidentes quieren resguardar no es otra cosa que el mecanismo de dominación mediante el cual las oligarquías se rotan en el poder con el aval de procesos electorales controladosmedios de comunicación hegemónicos y estructuras supranacionales como el FMI o el BID.

 

Cumbre de verdugos, no de demócratas

Todos los presentes en Santiago son jefes de Estado que, en sus respectivos países, han impulsado políticas de ajuste contra el pueblo trabajador:

Gabriel Boric militariza el Wallmapu, reprime a los secundarios y garantiza el pago de la deuda interna a los grandes grupos económicos.

Luiz Inácio «Lula» da Silva ha pactado con los banqueros y el agronegocio, impulsando una política fiscal ortodoxa y de subordinación al capital financiero.

 Pedro Sánchez, artífice de la represión al independentismo catalán y gestor de la «ley mordaza» bajo otra cara, revalida el rol imperialista de España en África y América Latina.

  Gustavo Petro, en nombre del progresismo, pacta con la derecha uribista mientras reprime a las comunidades movilizadas.

Yamandú Orsi, bajo el manto del Frente Amplio, no rompe ni un ápice con el modelo neoliberal uruguayo siguiendo el derrotero de Mujica.

Es decir, se trata de una reunión de administradores del capital en crisis, de verdugos que, mientras se declaran defensores de los “valores democráticos”, aplican medidas antiobreras y sostienen al imperialismo. Su verdadera intención es restaurar la credibilidad de las instituciones burguesas, ante el desprestigio generalizado que sufren a escala mundial.

 

El hundimiento de las ilusiones democráticas

Lo que esta cumbre intenta evitar a toda costa es lo que ya se está gestando en los subsuelos de la historia: la ruptura del proletariado con el fetichismo democrático. El aumento de la abstención, el descrédito de los partidos tradicionales, la radicalización de la juventud y el resurgimiento de métodos insurreccionales en países como Perú, Ecuador o Sri Lanka son síntomas de un fenómeno objetivo: las masas comienzan a experimentar con la vía directa y revolucionaria, porque ya no confían en los dispositivos de representación de una clase social enemiga.

A contramano de lo que estos mandatarios sostienen, la democracia no es un espacio neutral, sino una forma específica del Estado capitalista, que garantiza el dominio de clase bajo una envoltura liberal. Es la dictadura de la burguesía con ropaje parlamentario, como enseñó Lenin. Su defensa hoy no es sino una estrategia para evitar que el proletariado recorra el camino de Octubre.

 

¿Y Gaza?

Mención especial merece la fraseología sobre la “paz en Gaza” y el “derecho internacional humanitario”. Cinismo en estado puro. Ninguno de estos mandatarios ha roto relaciones con el Estado de Israel. Ninguno ha llamado a un boicot efectivo. Ninguno ha actuado más allá de declaraciones vacías. En realidad, forman parte del sistema internacional que permite y justifica los genocidios si estos responden a los intereses de Occidente. Hablan de «alto el fuego» mientras venden armas, garantizan tratados de libre comercio y permiten la impunidad.

 

Conclusión: Los únicos antisistema son los trabajadores

Estas Cumbres no son inocuas. No sólo reproducen los moldes ideológicos del sistema que dicen combatir, sino que le entregan en bandeja su discurso y su lugar político a las variantes más reaccionarias de la extrema derecha y el fascismo. Cada vez que el progresismo burgués clama contra “el odio” sin enfrentar la raíz capitalista de la desigualdad, le abre la puerta al fascismo. Cada vez que se aferra a los ritos democráticos en decadencia, facilita el ascenso de las derechas que se presentan —falsamente— como alternativas antisistema.

Pero no es Milei, Le Pen o Trump el enemigo de esta Cumbre: su verdadero enemigo es la revolución socialista, es decir, el poder de los trabajadores movilizados en levantamientos y estallidos. Por eso hacen estas convocatorias: para contener lo incontenible, para intentar frenar lo que ya asoma. La polémica instrumental que pretende ubicar a los BRICS como una alternativa «multipolar» al imperialismo norteamericano, revela con estos actos políticos su naturaleza de clase. Que Lula y Sánchez —ambos integrantes de bloques «enfrentados» en el concierto de este antiimperialismo de opereta— compartan este espacio en Santiago, revela la profundidad del acuerdo antiobrero que más allá de sus discrepancias tácticas tienen EEUU-Europa de un lado y del otro los BRICS. La cacareada multipolaridad es un intento vano de renovar las ilusiones de resolver los conflictos sociales en el marco de la dominación capitalista.

La verdad es simple: los únicos verdaderamente antisistema hoy son los trabajadores, los explotados, los que ya no creen ni en parlamentos ni en pactos sociales. La única salida no es más democracia burguesa, sino que organización y movilización independiente de los trabajadores.

(*) Gustavo Burgos. abogado y militante marxista chileno, es director de El Porteño y conductor del canal de Youtube de análisis político «Mate al Rey».

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DIRECTO. RUSIA ATACA.UCRANIA TIEMBLA. ZELENSKI DA MACHA ATRÁS TRAS PROTE...

jueves, 24 de julio de 2025

Después de Sánchez, ¿qué?

 

Estamos en un proceso destituyente, dice aquí Monereo, y con razón. El futuro del Estado Social y de Derecho es más bien sombrío. Nos lo están robando impunemente mientras permanecemos semiparalizados. Intentar resistir, ¿es todavía posible?


Después de Sánchez, ¿qué?

 

Manolo Monereo

El Viejo Topo

24 julio, 2025 



Parece que la mayoría de gobierno y aquellos que lo apoyan se han tranquilizado; Pedro Sánchez, cada vez más demacrado, resiste y no habrá elecciones. Tezanos sabe su oficio: ir a las urnas ahora es dar el gobierno a las derechas unificadas. Todo menos eso, se repite una y otra vez. La pregunta hay que hacerla: ¿hay un plan alternativo para revertir la situación? ¿Resistir por resistir? ¿El tiempo todo lo cura? No sabemos las dimensiones de la corrupción y hasta qué punto el PSOE está implicado; también desconocemos si algunos de los procesados “colaborará” con la fiscalía y delatará a posibles cómplices. Todo está muy abierto. Feijóo actúa con fiereza, mordiendo a una presa que cree, ¡por fin!, abatible. Abascal a lo suyo: apostando al medio plazo y, sobre todo, intentando crear un espacio político propio autónomo de la “derechita cobarde”. Hay una pequeña luz en el túnel: el ínclito Montoro ha sido procesado. Resistencia ante unos telediarios cada vez más adversos.

Pensar al ritmo de los medios, dejarse mover por un día a día cada vez volátil, no tener criterios claros para la fase política que vivimos es ir derechos a la derrota. No hay estrategia y se va por detrás de los acontecimientos, que, a su vez, los gobiernan los juzgados. Esto ya lo conocimos con el PSOE y con el PP. Tiempo, ¿para qué? El escenario europeo e internacional no invita al optimismo. La palabra clave es militarización de la política y de la sociedad, rearme general, incremento de la deuda pública y cuestionamiento a fondo de lo que va quedando del Estado Social. Putin como enemigo está funcionando bien, hasta muy bien; las élites dirigentes siguen pensando que es una buena cobertura para legitimar una mayor centralización del poder en una Unión Europea dirigida políticamente por la OTAN, reconvertir el viejo aparato productivo del núcleo central dominado por Alemania y, sobre todo, alinearse más que nunca con unos EEUU que exigen apremiantemente el pago inmediato del coste de su protección pasada, presente y futura. Nada es gratis.

No hace mucho, Wolfgang Mönchau hablaba, en otro contexto, de la importancia de tener estrategia clara y poner a su servicio una táctica adecuada, de no dejarse gobernar por una agenda impuesta por las varias oposiciones. Desde la izquierda alemana, Michael Brie reclamaba un debate estratégico ante un cambio de época. De eso se trata. Y del fin, digámoslo con franqueza, del ciclo político del gobierno de Pedro Sánchez. Hay que hacerse las preguntas adecuadas: ¿qué quedará del PSOE? ¿Qué quedará de lo poco que hay ya a su izquierda? ¿Cómo afrontar la reconstrucción de un proyecto alternativo de poder y de sociedad en las condiciones de una larga, agotadora y compleja travesía del desierto? Ahora se juega a verlas venir dirigidos y al lado del superviviente Sánchez. Todo menos elecciones. Ganar tiempo, ¿para qué? El debate hay que abrirlo ahora. El problema es claro y distinto: el fin del gobierno de Sánchez puede ser el fin de la izquierda en nuestro país. Se puede vivir sin izquierda; miremos a nuestro alrededor.

Para entender lo que pasa hace falta entender cuatro asuntos que andan sueltos y que conviene volverlos a relacionar. Primero, el agotamiento histórico de lo que fue el 15M y el fracaso de Podemos como alternativa al bipartidismo. Segundo, el secesionismo catalán y el surgimiento de un nacionalismo español de masas en torno a VOX. Tercero, las derechas mayoritarias en la sociedad y en la política, y el gobierno a la defensiva y sin proyecto. Cuarto, unos poderes facticos que han decidido poner fin a este gobierno para entrar en una nueva etapa. Son cuatro cuestiones, dos del reciente pasado que determinan, en gran medida, el presente y dos sobrevenidas que lo cambian. Siempre se puede afinar más. ¿Qué las une? La crisis de régimen. Se puede decir que eso ya pasó; no lo creo, sigue ahí, pero en otra clave. Dicho de otra forma, ya no viene por la izquierda, por la defensa y desarrollo de la democracia, ahora viene por la derecha, por el cambio de la Constitución real y por la restricción de las libertades públicas y los derechos sociales. Estamos, aquí y ahora, ante un proceso destituyente y mientras, lo que queda de la izquierda, mirando al cielo y rogando a los dioses que Pedro Sánchez dure. No parece mucho.

El régimen del 78 lleva cambiando desde hace tiempo y dentro de poco, cambiará más. Está pasando en todas partes, en todos los Estados.  La Unión Europea juega su papel hacia dentro (derogando el constitucionalismo social e imponiendo un liberalismo cada vez más autoritario) y hacia afuera (militarizándose y profundizando en la dependencia de los EEUU). Es curioso, tanto hablar de Europa y blandir el europeísmo como arma, para no relacionar, en lo concreto, la UE y sus políticas, y la crisis de las democracias constitucionales en los Estados individualmente considerados. Con la erosión y la desintegración de la soberanía popular las democracias realmente existentes se convierten en “comunidades autónomas” de una forma de dominio (la Unión Europea) esencialmente autoritaria, firmemente controlada por los grandes poderes corporativos financieros y cada vez más subalterna de un Occidente colectivo dirigido por Donald Trump. Para (re)comenzar hay mirar la realidad tal como es y no confundir deseos con realidades.

Hay que ir al fondo: ¿por qué los poderes fácticos han decido poner fin al gobierno de Pedro Sánchez? La respuesta inmediata: porque no están de acuerdo con sus políticas. No hablo del tema de la corrupción; para los que mandan y no se presentan a las elecciones, la corrupción es funcional a sus intereses y la vienen practicando desde siempre. Periódicamente sus medios, siempre sus medios, la hacen emerger y consiguen intervenir decisivamente en la vida pública. El negocio es completo: comprando a los políticos consiguen amplios beneficios, neutralizan a los partidos críticos con el sistema de poder y, maravilla, ponen de manifiesto ante las clases populares que la política es corrupta por definición; que todos son iguales y que lo mejor es el sálvese quien pueda. Idea central: en la política no hay salvación y en la acción colectiva, menos. Rizando el rizo: ¿por qué no votar a los ricos? ¿Por qué no votar a los señoritos? ¿Por qué no votar a los que ya tienen poder? Ellos se corrompen, sí, sin duda, pero al menos hacen algo. El “Estado de Obras” dejó poso cultural y siempre vuelve cuando la política, la de verdad, como ética de lo colectivo, como autodeterminación democrática y programa, entra en crisis.

El asunto parece claro: los que mandan han decido que Pedro Sánchez ya ha cumplido su papel y que hace falta alinearse con una EU en proceso, el enésimo, de refundación y giro radical, insisto, hacia la militarización; ese es el dato políticamente relevante y que marcará la fase. No hay que engañarse ni engañar. No echan al gobierno de coalición porque haya realizado políticas que democraticen sustancialmente las relaciones sociales de poder, que modifiquen en sentido progresivo el modelo productivo dominante, que promoviera los derechos de las mayorías sociales o una redistribución real de la renta y la riqueza del país. Ellos, los que mandan, saben que no es así. Lo echan porque es necesario y urgente un giro radical hacia la derecha, cumplir las directivas que vienen de arriba (OTAN, UE, EEUU), imponer políticas de austeridad para garantizar el rearme y, sobre todo, reducir el gasto social. A mi juicio, este gobierno de VOX y del PP buscará limitar el poder contractual de las clases populares, debilitar aún más el papel de los sindicatos y acelerar la deconstrucción del Estado Social. VOX, desde el gobierno o desde la oposición, le dará un sesgo especial; a saber, profundizar desde el gobierno la batalla cultural desde posiciones nacional-católicas, promover y ejercer un fuerte “liberalismo autoritario” combinado, como siempre, con nacionalismo español de consumo interno y dependencia, clara y nítida, de la UE y, sobre todo, de EEUU y de la OTAN. Georgia Meloni enseña mucho.

Siempre se olvida un dato esencial. El neoliberalismo fue y es una (contra)revolución de masas contra las conquistas históricas de las clases trabajadoras. Su objetivo, conseguir que su modelo económico y de poder fuese irreversible. Lo lograron en todas partes. Lo que viene ahora es otra cosa, una forma de liberalismo fuertemente autoritario que pretende cancelar a las clases trabajadoras como sujeto político y cultural, poner fin al conflicto social y a los derechos laborales en la empresa. El nuevo régimen que llega se parecerá mucho a una “democracia militante” que prohíba las fuerzas extremistas y que deje a Santiago Abascal la definición de lo que es o debería ser una democracia puesta al día.

El “soberanismo” de las derechas duras es postizo: oponerse a los efectos y defender fanáticamente las causas. Trump, Meloni, Abascal ganan fuerza, obtienen votos por oponerse a las consecuencias de las políticas neoliberales y, paradoja de las paradojas, que ellos defienden mucho más allá que los (neo)liberales. Ellos, las derechas extremas, son el recambio necesario de esta UE dirigida por la OTAN. Los llamados federalistas europeos no acaban de entender (el PSOE el primero) que ellos legitiman una “Europa otra” que conduce inevitablemente a gobiernos “pro Trump”. ¿Quién mejor que ellos para representarlo?

Vuelvo al principio. Sigo debatiendo mucho sobre el gobierno de Sánchez en estos días. Escucho el mismo discurso: Sánchez es fundamental y debe continuar sí o sí; todo menos elecciones. ¿Tiene algún plan? No parece. ¿Pasará a la ofensiva? No está claro. Lo de Montoro creen que le da un poco de oxígeno, se gana tiempo. ¿Tiempo para hacer qué cosa? No podemos ir por separado a las elecciones, sería una tragedia. Los más realistas, apuestan por aprovechar este tiempo para construir algo. Hay coincidencia en el diagnóstico: por abajo hay cada vez menos organización, menos militancia y los vínculos sociales se están perdiendo. La economía de la organización es debilísima y lo único, que nos queda –poco– es los medios de comunicación ligados a la acción de gobierno.

Hay que tomar decisiones. O el gobierno pasa a lo ofensiva en los temas centrales (guerra, rearme, derechos sociales y laborales, democratización del poder judicial) o mejor dejarlo ya y pasar a la oposición. No es fácil, pero hay que dar una señal clara de que se está por otra cosa y que se afrontan los retos de frente, con coraje y con firmeza. No se trata de dejar caer al gobierno sino de defender una propuesta coherente y, lo fundamental, dedicar todas las energías de las que se disponen en la construcción de un programa alternativo. Es el momento, luego será demasiado tarde. ¿Construir sobre la derrota? ¿Se lo imaginan?

El ¿qué hacer? es ahora dramático. El problema más complejo es afrontar un cambio de época que obliga a un nuevo comienzo, a la fundación de un entero proyecto histórico y, a la vez, responder a las necesidades, urgentes y decisivas, de un fin de ciclo político español marcado por la debilidad, la fragmentación y la carencia de ideas. Algunos piensan que no hay mimbres. No lo creo. La primera tarea será poner fin a la resignación, romper con la consciencia de que no hay alternativa y que estamos condenados, una vez más, a perder.

Hace una semana Héctor Illueca hablaba de construir un “tercer espacio” político frente al bibloquismo partidista dominante. Hay mucha verdad en ello. Ahora es el momento de la autonomía, de la unidad y de la diferenciación, de la construcción de un nuevo sujeto político, de un espacio democrático-socialista, republicano y plebeyo. En su centro: un programa para la acción consciente, colectivamente organizado y una propuesta unitaria solvente. Las batallas que no se dan se pierden siempre. Seguimos.

FuenteNortes

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AHORA! LOS RUSOS TOMAN EDIFICIOS DENTRO DE LA CIUDAD DE POKROVSK! SE DER...

miércoles, 23 de julio de 2025

DIRECTO.UCRANIA RÓBO A EE.UU. PROTESTA MASIVA CONTRA ZELENSKI.BASE OTAN ...

Para no ser una selva de cemento

 

Este artículo se publicó en la revista cubana La Tizza el 16 de julio. La ministra cubana de Trabajo y Seg. Social, cuyas declaraciones ocuparon el centro de la polémica a la que se refiere el artículo, ha dimitido de su puesto. Cuba está mal. Muy mal.


Para no ser una selva de cemento


Fernando Luis Rojas

El Viejo Topo

23 julio, 2025



PARA NO SER UNA SELVA DE CEMENTO

En la literatura existen inicios que se inscriben en la memoria de los lectores. En el caso de la narrativa latinoamericana —dice Jorge Fornet— cabe destacar los de Pedro Páramo y Cien años de soledad.

También ocurre en la música. Se aloja en los pechos la voz de Héctor Lavoe cuando entona: «La calle es una selva de cemento»; así comienza a vibrar la canción Juanito Alimaña. Por ella desfilan la violencia, el miedo, la corrupción, el robo, el clientelismo… Pero hay más. En construcción inversa: el camino para que la calle sea una selva de cemento, para que pueda campear Juanito Alimaña, pasa por la impunidad y el silencio, por apartar la vista.

El nuevo trending en/sobre Cuba está asociado con la intervención realizada por la ministra de Trabajo y Seguridad Social durante una reunión conjunta de dos comisiones permanentes de trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el pasado lunes 14 de julio.

Hay al menos tres dimensiones del negacionismo en que incurre la ministra al rehusarse a reconocer la presencia de situaciones de pobreza —de mendicidad— en la Cuba de estos días. Tres dimensiones que no están disociadas entre sí.

La primera, y la más importante, es la de negar una realidad que nos golpea el rostro como nunca había sucedido desde el triunfo de la Revolución cubana en enero de 1959. Desconocer esa realidad, ocultarla, equivale a naturalizar la clausura de una de las bases del proyecto revolucionario: el de que cada persona importa, y ello es así —o debe serlo— por la condición de proceso colectivo de ese proyecto. Principio que no es una construcción discursiva, ni nunca lo fue, sino que se afianzó a través de transformaciones socioeconómicas y político-culturales concretas y de la manera en que caló —dando lugar a un nuevo pueblo— en las subjetividades de las cubanas y los cubanos. Lo dice Silvio Rodríguez en una de sus canciones: «Ya se dijo que es más grande / que el más grande de nosotros / Y ya se dijo que se hace / para otros.» Para los no iniciados en otras partes del mundo, en sus palabras Silvio hace referencia al conocido apotegma de Fidel de que en Cuba se había «hecho una revolución más grande que nosotros mismos».

El asunto central en este caso no se limita a lo que cabe interpretar como falta de empatía individual —aunque ello también sea importante— por parte de una funcionaria gubernamental.

La cuestión estriba, en cambio, en dilucidar cuánto una postura personal y pública sobre realidades y políticas —y consecuencias políticas específicas— se anuda con una práctica generalizada de naturalización de la actual coyuntura, de aceptación de la derrota y de vaciamiento del proyecto revolucionario, y de dócil anclaje en lo posible. Para volver a Silvio, en su reciente Más porvenir, nos dice: «Y me crecí de todo / lo bueno y lo terrible, / escudriñando modos / de ensanchar lo posible.»

Una segunda dimensión del negacionismo implícito en las declaraciones de la ministra cubana de Trabajo y Seguridad Social se constata en su desconocimiento de investigaciones que dan cuenta de situaciones de pobreza y vulnerabilidad en la Cuba de estos tiempos.

Es amplio el acervo ya acumulado de investigaciones en ese sentido. A veces hay que hurgar un poco, pero se encuentran. Hace apenas un mes (10 de junio), por ejemplo, la socióloga Mayra Espina publicó el trabajo «Pobreza y vulnerabilidad en expansión: necesitamos saber». En su texto, luego de reconocer que existen «obviedades empíricamente observables» y que se necesitan datos actualizados, Espina hace referencia a investigaciones realizadas por entidades cubanas como el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE), perteneciente al Ministerio de Economía y Planificación, ¡en la primera década de este siglo! O el Informe Nacional Voluntario de Cuba sobre los avances logrados en la consecución de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Los estudios sobre las desigualdades y la pobreza en Cuba están institucionalizados en espacios de investigación —en no pocos casos, subordinados directamente a ministerios— como el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Cuba), el Centro de Estudios de la Economía Cubana, entre otros. Asimismo, se reflejan en publicaciones de esas entidades y del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y en revistas cubanas como Temas.

Por tanto, esa segunda dimensión o arista del negacionismo de la ministra barre simbólicamente con el acervo acumulado que debería servir de base de políticas públicas transformadoras, al mismo tiempo que pasa por alto la apuesta de Fidel por la centralidad política y el potencial transformador del conocimiento, por no hablar ya de la política postulada del actual gobierno respecto de la prioridad de la innovación, la ciencia y la tecnología.

No deja de ser llamativo, a la vez que contradictorio, que haya sido el propio Ministerio de Trabajo y Seguridad Social uno de los organismos que más empeño haya puesto en visibilizar la existencia de diálogos con investigadores e investigadoras sociales.

La tercera dimensión guarda estrecha relación con la anterior. Resulta evidente la contradicción con otras declaraciones gubernamentales y, lo que es más contraproducente y doloroso, con lo dicho y reiterado en su momento por el propio Fidel Castro en relación con ese haz de problemas e interrogantes.

Fue Fidel quien, en la clausura del Congreso Internacional Pedagogía 2003, expresó:

«La Revolución, más allá de los derechos y garantías alcanzados para todos los ciudadanos de cualquier etnia y origen, no ha logrado el mismo éxito en la lucha por erradicar las diferencias en el status social y económico de la población negra del país […]».

Fue Fidel quien, en la clausura del VIII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, el 5 de diciembre de 2004, destacó la puesta en práctica de «revolucionarios conceptos que barren con el formalismo y el conformismo y aceleran los procesos de transformaciones necesarias para el futuro del país»; conceptos entre los que cabe destacar los siguientes:

«Ningún joven debe quedar abandonado y ningún ciudadano depender de su suerte»; «La labor de coordinación que se ejecuta debe contar con el estudio constante para la toma de decisiones, información actualizada que tome en cuenta con toda precisión los detalles; meditar y pensar bien cada acción, actuar con rapidez y no perder nunca un minuto»; «Encontrar nuevos métodos y mecanismos de coordinación para que todos los organismos y entidades participen bajo el concepto de que la prioridad está en los intereses del país por encima de contradicciones burocráticas, ansias protagónicas y celos institucionales.»

Y fue también Fidel quien, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, dijo el 17 de noviembre del 2005:

«Es tremendo el poder que tiene un dirigente cuando goza de la confianza de las masas, cuando confían en su capacidad. Son terribles las consecuencias de un error de los que más autoridad tienen, y eso ha pasado más de una vez en los procesos revolucionarios.»

Todas esas frases se pronunciaron en el contexto de lo que se conoció como «Batalla de Ideas», período de nuestra historia con el que todavía tenemos una inaplazable deuda analítica y política. Por ahora, quisiera sólo destacar que cada uno de los discursos pronunciados durante esos años se distinguió por haber estado acompañado de acciones y proyectos concretos de impacto inmediato en la población, y no por promesas.

3.

Negacionismo contextual, negacionismo teórico-investigativo y negacionismo histórico-político son tres aristas tributarias de un solo eje: negacionismo conservador.

Llegaron ya, después de la intervención de la ministra de Trabajo y Seguridad Social este 14 de julio, las reacciones en redes sociales, la rabia de la gente revolucionaria y decente, la alegría de los coleccionistas de despojos que desde la distancia y la comodidad quieren ver a Cuba hecha jirones. Se evidenció con fuerza, hace apenas unas horas, el negacionismo conservador que, lejos de impulsar, inmoviliza.

Quizás sobrevenga una salida de escarmiento, un camino dostoyevskiano que reconozca crimen e imponga castigo. Quizás se piense que lo mejor sea calmar las aguas por medio de una solución que se limite a individualizar el caso.

Pero ojalá nos demos cuenta de que cortar los hilos colectivos de un negacionismo que no se merece este pueblo es la única vía para conjurar la selva en el cemento.

Fuente: la Tizza

Artículo seleccionado por Carlos Valmaseda para la página Miscelánea de Salvador López Arnal

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martes, 22 de julio de 2025

El racismo, expresión de ignorancia y de ideología desfasada

 


El racismo, expresión de ignorancia y de ideología desfasada

 

Por Grup Antimilitarista Tortuga

KAOSENLARED

22 de julio de 2025 

 

Más de mil asociaciones de todo el territorio español han suscrito un comunicado que, bajo el título «Ni violencia racista, ni criminalización colectiva», reflexiona sobre los graves hechos sucedidos recientemente en Torre Pacheco a raíz del atentado sufrido por un hombre mayor de la localidad. El Grup Antimilitarista Tortuga, al mismo tiempo que apoya el manifiesto, quiere ofrecer nuestro punto de vida sobre este hecho y otros semejantes que están ocurriendo en el estado español y en otras partes del mundo.

Pensamos que el racismo, y cualquier acto de discriminación, ponen en evidencia la ignorancia y el absurdo más grande en que podemos incurrir las personas. Al rechazar a cualquier ser humano por ser distinto, desconocemos su importancia, su dignidad y cualquier valor que posee. Por otra parte, quien discrimina o considera menos a otra persona, tira por tierra su propia dignidad. El ser humano manifiesta lo que es en su relación sana y respetuosa con sus semejantes.

Al mismo tiempo, el racismo niega que la vida, el crecimiento y el avance de la humanidad, en todos los sentidos, es fruto y consecuencia del intercambio, comunicación y enriquecimiento mutuo entre razas y culturas. Lo que es una persona, un pueblo o una nación, no tiene explicación sin la buena relación, apertura e intercambio con toda la especie humana.

Lo que hemos escrito anteriormente podría quedarse en una bonita teoría con poca relación con la realidad y con la vida. Ser racista, discriminar y atacar a los migrantes es ignorar por completo que España ha sido, y sigue siendo, una nación de migrantes. Muchos miles de personas y familias pudieron salir adelante porque emigraron de nuestro país a otras naciones para buscar trabajo, vender sus productos o encontrar algún medio de vida. Una persona mayor de nuestro colectivo nos relata: «Mis abuelos y toda mi familia, todos, han sido emigrantes. Yo he sido inmigrante; he viajado a otros países para trabajar y ganarme la vida». El crecimiento que en su día experimentó la economía española no se explica sin las aportaciones de quienes salieron a trabajar a otros países. Pero esto de las migraciones no es un hecho del pasado. Leemos en medios de comunicación que en el 1 de enero de 2023, había 2.790.319 españoles fuera de nuestras fronteras, según los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE). De estos, 1.789.451 se encuentran en la edad laboral, lo que supone un 64%. Esta cifra supone el aumento del 1,7% (47.712 personas) respecto a los datos de principios del año anterior.

Rechazar a los migrantes evidencia ignorancia acerca del país en que vivimos. También podríamos rechazar a los 98 millones de turistas que se prevé que vendrán a España en el 2025. Se les recibe con los honores más grandes, porque dejan mucho dinero inmediato. No tanto dinero en metálico dejan los migrantes que vienen a trabajar en la agricultura, la construcción, la atención a personas mayores y los servicios del turismo. Pero su aportación a nuestra economía es muy importante. No sabemos qué sería de la agricultura en España, de la construcción, la hostelería y del trabajo a domicilio sin la aportación de las personas que han venido de otros países. Asimismo, lamentamos que las condiciones de trabajo que tienen gran parte de las personas migrantes que viven entre nosotros y nosotras no sean las adecuadas, siendo frecuente la explotación laboral y que, en general, dejen mucho que desear.

Al mismo tiempo que nos damos cuenta del absurdo del rechazo y de la criminalización de los migrantes, constatamos que las migraciones que actualmente experimenta el estado español constituyen una realidad que necesita ser afrontada por la sociedad. Está pendiente mejorar y humanizar la terrible situación de los centros de acogida a migrantes, la distribución de los niños en las distintas comunidades para evitar hacinamiento, la regularización de las situaciones laborales injustas, el problema de la vivienda, la creación de espacios culturales donde las personas migrantes puedan cultivar su identidad… El tiempo va pasando y los problemas continúan sin resolverse.

Además de los conflictos que muestran los medios de comunicación, surgen muchos interrogantes sobre esta realidad que nos interpela cada día: ¿Cómo una sociedad humana y civilizada habría de afrontar el paso de las pateras y la muerte de tantas personas al cruzar el Mediterráneo o los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla? ¿Qué tipo de relación diplomática, económica y cultural, debería establecer con los países de donde proceden quienes llegan al territorio español, con el fin de garantizar la seguridad de su viaje y regularizar el proceso de acogida? ¿Cómo trabajar en una mayor justicia social entre naciones, con el fin de que emigren las personas que lo deseen, no las que se vean forzadas por sus malas condiciones de vida?

No es bueno dejar este problema en manos de los partidos políticos y gobernantes. Darle una respuesta justa y humana es tarea de todas y todos.

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Cae imagen del presidente Milei, amplio rechazo a sus políticas

 



Cae imagen del presidente Milei, amplio rechazo a sus políticas

TERCERAINFORMACION / 21.07.2025

El 57,5 por ciento de los encuestados en un sondeo que hoy circula en medios y redes sociales tiene una imagen negativa del presidente Javier Milei a un año y siete meses de asumir el mandato.



El estudio realizado por la consultora Zuban Córdoba detectó además que el 56,8 por ciento de los argentinos rechaza las políticas de su gobierno, lo cual representa un crecimiento del descontento social con la gestión libertaria en momentos en que están cada vez más cerca las elecciones en la provincia de Buenos Aires (7 de septiembre) y las nacionales (26 de octubre).

A su vez, la encuesta indica que el 41,9 por ciento tiene una buena opinión del mandatario y el 42,8 aún mantiene su apoyo al ejecutivo.

En otro dato de interés el 53,6 por ciento de los encuestados se define antimileista y el 28,1 mileista. Además, el 55,4 considera que el jefe de Estado representa «un riesgo para la sociedad» y el 37,8 que «sigue siendo el cambio».

Con la mira puesta en los próximos comicios, tanto provinciales como nacionales, el sondeo también apuntó que la intención del 52,8 por ciento de los encuestados es «castigar la gestión del gobierno actual» con su voto, mientras que el 38,3 lo premiará.

El 31 de agosto la provincia de Corrientes realizará sus comicios legislativos en los que son bajas las probabilidades de La Libertad Avanza de Milei, en tanto el 7 de septiembre tendrán lugar en la Provincia de Buenos Aires.

Según el relevamiento de opinión de Zuban Córdoba, la mitad de las personas que rechazaría a Milei en las urnas condena la «destrucción del Estado y las políticas públicas» y por «ser un gobierno cruel».

A su vez, en medio de la tensión popular en tono al mandatario, la encuesta indica también que el 55,3 por ciento de los argentinos cuenta con una pobre imagen de la vicepresidenta Victoria Villarruel, y el 38,6 señaló que tiene una buena percepción de ella.

mem/mh

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lunes, 21 de julio de 2025

URGENTE! LAS TROPAS RUSAS ENTRAN EN LA CIUDAD DE POKROVSK! MISILES HIPER...

Precedente histórico: un juez ordena detener el envío de armas a Israel

 

Precedente histórico: un juez ordena detener el envío de armas a Israel

 

Marc Vandepitte | 

21/07/2025 



Fuentes: Rebelión [Foto: Marc Vandepitte]

Traducido del neerlandés por el autor

Un fallo sin precedentes de un tribunal de Bruselas no solo ordenó al gobierno flamenco detener un envío específico de material militar destinado a Israel, sino que también prohibió cualquier tránsito futuro de armamento hacia ese país. Esta sentencia sienta un precedente jurídico que se podría aplicar en muchos otros países. Es, además, una victoria importante en la lucha contra el genocidio en Gaza.

Precedente

En un fallo sin precedentes el Tribunal de Primera Instancia de Bruselas ordenó al gobierno flamenco detener de inmediato un contenedor con material militar destinado a Israel, así como prohibir cualquier otro tránsito de armamento hacia ese país.

El juez dictaminó que Flandes —una región del norte de Bélgica— incumple estructuralmente sus obligaciones según la legislación sobre armas y los tratados internacionales, e impuso incluso una multa coercitiva por cada envío que aún se permita. Dio la razón en todos los puntos a cuatro ONG flamencas que presentaron la demanda.

El contenedor en cuestión se encuentra en el puerto de Amberes. Contiene rodamientos cónicos fabricados por la empresa Timken a través de una filial francesa y destinados a Ashot Ashkelon Industries, una empresa de defensa israelí que suministra piezas para los tanques Merkava y los vehículos blindados Namer. Según las organizaciones demandantes, ambos se utilizan diariamente en el contexto del genocidio en Gaza.

La sentencia del tribunal prohíbe al gobierno flamenco autorizar nuevos tránsitos hacia Israel. Desde 2009 existe un acuerdo para no exportar armas a Israel que puedan fortalecer sus fuerzas armadas, pero en la práctica se ha ignorado sistemáticamente esa política.

Para garantizar el cumplimiento de la sentencia, el tribunal impone una multa de 50.000 euros por cada envío que se permita aún hacia Israel.

Solo se podrán autorizar exportaciones si el gobierno flamenco presenta pruebas documentadas de que los productos tienen un uso civil. Según la abogada defensora del caso Lies Michielsen, de Progress Lawyers Network, la sentencia implica que el gobierno debe verificar activamente el destino final del material exportado a Israel.

Importancia

Esta decisión es muy significativa porque el tribunal confirma que es ilegal facilitar la entrega de armas a un Estado que comete crímenes de guerra o incluso genocidio.

“El tribunal afirma lo que los políticos se niegan a reconocer”, dice Fien De Meyer de la Liga por los Derechos Humanos.

Esto marca el fin de la impunidad: los gobiernos ya no pueden mirar a otro lado mientras sus armas se utilizan para cometer atrocidades.

La sentencia crea un precedente jurídico que obliga a los gobiernos a asumir su responsabilidad. Se espera que causas similares sigan en otros países.

En todo caso, se trata de una victoria para los movimientos por la paz y la solidaridad, que demuestra que la resistencia funciona.

Seguimiento

Casi al mismo tiempo, se presentó en Bélgica otra demanda, esta vez contra el gobierno federal. Un grupo de demandantes palestinos y organizaciones belgas enviaron una notificación formal que hacía a Bélgica responsable de complicidad pasiva en el genocidio en Gaza. Si no reciben una respuesta satisfactoria, acudirán a los tribunales. También eso sienta un precedente mundial.

La iniciativa cuenta con el apoyo de un ciudadano palestino, varias ONG belgas y una jurista. Exigen que Bélgica detenga todas las entregas militares a Israel, confisque importaciones procedentes de territorios palestinos ocupados, bloquee inversiones en dichas zonas y suspenda el acuerdo de asociación entre la UE e Israel.

Según los demandantes, la pasividad belga es inaceptable tanto moral como jurídicamente. La acción cuenta con el respaldo de artistas e intelectuales que están recaudando fondos para cubrir los costos judiciales.

También se están tomando medidas en el ámbito europeo. La ONG jurídica JURDI ha llevado a la Comisión Europea y al Consejo de la UE ante el Tribunal de Justicia por su “negligencia” frente a la violencia en Gaza. Por primera vez en la historia se demanda a estas dos poderosas instituciones por no cumplir con sus obligaciones legales.

JURDI invoca el artículo 265 del Tratado de la UE, que permite sancionar la inacción institucional. Según la ONG, las instituciones europeas aplican un doble rasero: sancionaron duramente a Rusia, pero no a Israel, pese a las graves violaciones de derechos humanos documentadas.

JURDI exige, entre otras cosas, la suspensión del acuerdo UE-Israel, el cese de las subvenciones y sanciones contra funcionarios israelíes. La demanda sostiene que la UE tiene una obligación jurídica y moral de actuar, y advierte que incluso los líderes europeos podrían ser procesados por complicidad en el genocidio.

Complicidad

En estos casos es fundamental la siguiente pregunta: ¿tiene un país como tercera parte o, por extensión la Comisión Europea la obligación jurídica de prevenir un genocidio en otro lugar? Según la Convención sobre el Genocidio, sí. Según ese tratado, cada país no solo debe castigar, sino también prevenir activamente.

En enero la Corte Internacional de Justicia ya llamó a Israel a tomar todas las medidas necesarias para prevenir un genocidio. Pero ¿se aplica también esa obligación a países como Bélgica, que no están directamente involucrados? Según dieciocho destacados juristas belgas, sí. En una carta advierten que un país como Bélgica corre el riesgo de ser llevado ante la Corte Internacional de Justicia si continúa guardando silencio sobre la situación en Gaza. La pasividad puede ser interpretada jurídicamente como complicidad.

Los juristas exigen sanciones contra Israel y consideran que la suspensión del Acuerdo de Asociación UE-Israel es lo mínimo que se debe hacer. Los países se esconden con demasiada frecuencia tras la prudencia diplomática, pero esa actitud se vuelve jurídicamente y moralmente insostenible, según ellos. Solo acciones concretas, no palabras, pueden salvar la credibilidad de Bélgica y de la UE.

Sin pausa

La sentencia ganada en Flandes y otras demandas en curso representan un salto cualitativo en la lucha contra el genocidio. Pero esa lucha está lejos de haber terminado. El genocidio no hace pausas. Mientras los políticos titubean, la población de Gaza sufre.

Ahora es el momento de mantener e intensificar la presión. Se deben presentar demandas judiciales en otros países también. Las demandas clave incluyen la aplicación inmediata de la prohibición de exportar armas, transparencia total sobre la exportación de material militar y el enjuiciamiento de quienes sean cómplices de estos crímenes.

Demandas como esta son muy importantes, pero sin duda no son suficientes para detener las masacres en Gaza. Se debe presionar a los líderes políticos de todo el mundo mediante protestas masivas y acciones de solidaridad.

Los movimientos de resistencia palestina en Gaza han lanzado por ello un llamado conjunto a una movilización mundial a partir del 20 de julio de 2025 para salvar a la población de Gaza del genocidio, el hambre y la sed causados por la ocupación israelí.

Denuncian el silencio internacional, y llaman a países y ciudadanos de todo el mundo a salir a las calles y actuar para detener el genocidio.

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