ESTUDIO
INTRODUCTORIO AL TEXTO CLÁSICO:
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Polanyi, Karl (1947): “Our Obsolete Market Mentality”,
Commentary, número 3, páginas 109-117. Posteriormente reeditado en Dalton,
George. (Ed.) (1968): Primitive, Archaic and Modern Economies. Essays of Karl
Polanyi, Boston: Beacon Press, páginas 59-77.
Nuestra
hegemónica mentalidad de mercado. Actualidad y límites (democráticos) del
pensamiento político de Karl Polanyi.
Arturo Lahera
Sánchez
Universidad
Complutense de Madrid
En 1947 Karl
Polanyi (1886-1964) publica en la revista Commentary1 el artículo “Our Obsolete
Market Mentality”, en el que difunde sus propuestas de interpretación sobre el
desarrollo de la sociedad de mercado recogidas en su obra más conocida y
paradigmática (por su innovador enfoque sustantivista): The Great
Transformation (1944). En ese artículo, recogido a continuación en una
traducción original para este número de la revista Sociología Histórica, se
sintetizan los principales argumentos del programa de investigación social,
antropológica, económica y cultural de Polanyi, pero como un llamamiento de
acción política, de pensamiento para la acción (Lahera Sánchez, 1999): esta
vez, con la esperanza de que, tras la barbarie de la II Guerra Mundial, pero
también de las experimentaciones sociales del New Deal estadounidense y de la
planificación económica probada en el esfuerzo bélico, se estuviera comenzando
a gestar una domesticación política de la esencia ‘destructora de la
sociabilidad humana’ que había supuesto la estructuración social de la economía
capitalista devenida en sociedad de mercado.
1 La revista Commentary
fue fundada en 1945 por el American Jewish Committee, estando dedicada a la
reflexión política y cultural, desde una perspectiva liberal en los Estados
Unidos de América, es decir, izquierdista y antitotalitaria (antiestanilista),
al menos durante sus primeras dos décadas de publicación, sustentando a partir
de finales de la década de 1970 una perspectiva neoconservadora, que sigue
defendiendo dominantemente en la actualidad, aunque de manera pluralista:
Balint, B. (2010): Running Commentary: The Contentious Magazine that
Transformed the Jewish Left into the Neoconservative Right, Nueva York: Public
Affairs. Su último número publicado es de noviembre de 2013. SOCIOLOGÍA HISTÓRICA
(SH)
Polanyi vuelve a
comenzar señalando en este artículo el carácter ‘artificial’ de los valores del
mercado, de la imposición disciplinaria de las instituciones culturales
liberales que definen las prácticas económicas del capitalismo, sus
instituciones económicas utilitaristas (individualismo, egoísmo, deseo
ilimitado autónomo respecto a lo ‘social’…) y la gestión de la escasez como objeto
único de los procesos económicos, como si toda posible organización económica
de la producción, la circulación y el consumo de los bienes de sustento sólo
pudieran serlo a través de la economía formalista del mercado (solipsismo
económico). Frente a esta propuesta, su apuesta epistemológica es acercarse a
través de un enfoque sustantivista a las formas de (integración y) organización
de los procesos económicos realmente socializados e institucionalizados por
diferentes sociedades y grupos sociales (Polanyi, 1994).
Enfatiza así su
argumentación de que el análisis formalista de la teoría económica ortodoxa
(clásica, neoclásica, marginalista… de la escasez) sólo sería veraz bajo
sociedades que hubieran organizado sus procesos de obtención de sustento realmente
mediante las instituciones económicas del mercado, por lo que no sería teórica
ni empíricamente cierto que la única, natural (y divina), más eficiente y más
ordenadamente pacífica forma de organizar las relaciones económicas de
producción del sustento sea el mercado, junto con el comercio basado en la
obtención del beneficio: recuperando multitud de ejemplos etnográficos e
históricos en que el incentivo del hambre y el incentivo de la ganancia estaban
proscritos o limitados socialmente, en el que las motivaciones para la
producción y el consumo no estaban exclusiva o íntimamente basadas en
racionalidades materiales sino en sistemas axiológicos y culturales orientados
a la protección de la colectividad social frente a las relaciones agonísticas del
mercado (como institución cultural).
A través de los
ejemplos del sistema kraal de los kaffir, de la sociedad de los kwakiutl, del
complejo intercambio kula de los trobriandeses, o de las propias experiencias
monacales o feudales europeas, en “Nuestra obsoleta mentalidad de mercado” se
desarrolla no únicamente una crítica metodológica sobre cómo abordar económica
y antropológicamente los comportamientos para la producción y el consumo de los
sujetos (enmarcados o embebidos en la estructura social), para su comprensión
científica (el paradigma institucionalista de la propuesta sustantivista de
Polanyi frente al paradigma formalista de la economía ortodoxa), sino que, lo
que es mucho más importante en el objetivo de ese artículo, también permite
defender que esas experiencias históricas y culturales no-mercantiles
justifican empíricamente la posibilidad de organizar la economía y el orden
social de manera (políticamente) alternativa
En
definitiva, otra economía y otra sociedad son posibles, ya que, como demuestran
esas formas históricas distintivas, “si las llamadas motivaciones económicas
fueran naturales al ser humano, habríamos de juzgar a todas las sociedades
antiguas y primitivas como absolutamente contranatura” (Polanyi, 1947: 112), lo
que es empíricamente falaz para el propio Polanyi. La falacia económica de la
universalidad atemporal y espacial de la forma de integración del mercado no
sólo supone la victoria política de una ideología (del liberalismo del laissez-faire
), sino un intento de bloquear cualquier propuesta de reconstrucción de la
sociabilidad humana y de los procesos culturales de la economía al margen del
mercado, de desarrollar democráticamente una economía social alternativa
(delimitada socialmente) que evitara la destrucción de la humanidad y de la
naturaleza que, para Polanyi, había provocado la “herejía” y el “trauma” del
mercado como origen de nuestro tiempo, como origen de la violencia totalitaria
y de las guerras mundiales.
Esa herejía suponía
para nuestro autor señalar la ingente cantidad de recursos políticos,
económicos, empresariales, educativos, disciplinarios, violentos o represivos
que habían sido necesarios históricamente, como explicitó en la La Gran
Transformación (la creación forzada y violenta de mercados de trabajo), para
socializar los valores asociados al mercado como institución, para hacer pasar
como ‘natural’ una apuesta ideológica y cultural que ‘formateó’ un modelo de
pensamiento (y de prácticas cotidianas) interiorizado educativamente,
socializado como consciencia colectiva basada en una dominante y hegemónica mentalidad
de mercado (“el hambre y la ganancia entronizadas”).
Desvelar la
construcción e imposición política o disciplinaria del mercado se configura
así, también en este artículo, como la principal apuesta científica de Karl
Polanyi para abogar por un proceso político de socialización alternativa de una
organización socioeconómica que permitiera superar los desastres del mercado,
la violencia social, la desigualdad del capitalismo liberal industrial (“la
civilización industrial todavía puede destruir al ser humano”, Polanyi, 1947:
Es
imprescindible no desestimar las perspectivas críticas a la obra de Polanyi,
que señalan su ‘romanticismo’ e ‘idealización’ de las sociedades y humanos ‘primitivos’,
en las que se minimiza el conflicto social, la agresividad, la violencia, el
sexismo, la crueldad, el belicismo, la superstición…: el buenismo rosseauniano
de su (obsoleta) mentalidad anti-mercado (Cook, 1966: 68). Véase también la
recensión de una nueva edición de The Great Transformation: Clark, G.: “Reconsiderations:
The Great Transformation by Karl Polanyi”, en The New York Sun, 4 de junio de
2008. SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
Se trata de
lograr políticamente la obsolescencia de la mentalidad de mercado, de su
sustento exclusivo en el materialismo como única (sesgada y falsa) explicación
(liberal y marxista) de las prácticas de los sujetos: “el ser humano no es un
ser económico, sino social. No pretende salvaguardar su interés individual en
adquisición de posesiones materiales, sino más bien asegurar una benevolencia
social, un estatus social y recursos sociales” (Polanyi, 1947: 112). El
objetivo político sería dejar de forjar nuestros pensamientos y valores en el
molde de la innovación que supuso la socialización de la mentalidad del
mercado, de encontrar un nuevo modelo de pensamiento (como reza el subtítulo
del texto que ahora presentamos), una nueva moral sobre la que construir una
nueva sociedad y, por tanto, una nueva economía, nuevas instituciones
(culturales) económicas: “Nosotros mismos nos encontramos anquilosados por la
herencia de una economía de mercado que nos ha transmitido perspectivas
simplificadas de la función y el rol del sistema económico en una sociedad.
Para que la crisis pueda ser derrotada, deberíamos recuperar una visión más
realista del mundo humano y dar forma a nuestros objetivos comunes a la luz de
ese reconocimiento” (Polanyi, 1947: 109).
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