domingo, 14 de septiembre de 2014

PARA UNA ALTERNATIVA AL PP - PSOE

ESTUDIO INTRODUCTORIO AL TEXTO CLÁSICO:

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Polanyi, Karl (1947): “Our Obsolete Market Mentality”, Commentary, número 3, páginas 109-117. Posteriormente reeditado en Dalton, George. (Ed.) (1968): Primitive, Archaic and Modern Economies. Essays of Karl Polanyi, Boston: Beacon Press, páginas 59-77.
Nuestra hegemónica mentalidad de mercado. Actualidad y límites (democráticos) del pensamiento político de Karl Polanyi.

Arturo Lahera Sánchez
Universidad Complutense de Madrid

En 1947 Karl Polanyi (1886-1964) publica en la revista Commentary1 el artículo “Our Obsolete Market Mentality”, en el que difunde sus propuestas de interpretación sobre el desarrollo de la sociedad de mercado recogidas en su obra más conocida y paradigmática (por su innovador enfoque sustantivista): The Great Transformation (1944). En ese artículo, recogido a continuación en una traducción original para este número de la revista Sociología Histórica, se sintetizan los principales argumentos del programa de investigación social, antropológica, económica y cultural de Polanyi, pero como un llamamiento de acción política, de pensamiento para la acción (Lahera Sánchez, 1999): esta vez, con la esperanza de que, tras la barbarie de la II Guerra Mundial, pero también de las experimentaciones sociales del New Deal estadounidense y de la planificación económica probada en el esfuerzo bélico, se estuviera comenzando a gestar una domesticación política de la esencia ‘destructora de la sociabilidad humana’ que había supuesto la estructuración social de la economía capitalista devenida en sociedad de mercado.

1 La revista Commentary fue fundada en 1945 por el American Jewish Committee, estando dedicada a la reflexión política y cultural, desde una perspectiva liberal en los Estados Unidos de América, es decir, izquierdista y antitotalitaria (antiestanilista), al menos durante sus primeras dos décadas de publicación, sustentando a partir de finales de la década de 1970 una perspectiva neoconservadora, que sigue defendiendo dominantemente en la actualidad, aunque de manera pluralista: Balint, B. (2010): Running Commentary: The Contentious Magazine that Transformed the Jewish Left into the Neoconservative Right, Nueva York: Public Affairs. Su último número publicado es de noviembre de 2013. SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)

Polanyi vuelve a comenzar señalando en este artículo el carácter ‘artificial’ de los valores del mercado, de la imposición disciplinaria de las instituciones culturales liberales que definen las prácticas económicas del capitalismo, sus instituciones económicas utilitaristas (individualismo, egoísmo, deseo ilimitado autónomo respecto a lo ‘social’…) y la gestión de la escasez como objeto único de los procesos económicos, como si toda posible organización económica de la producción, la circulación y el consumo de los bienes de sustento sólo pudieran serlo a través de la economía formalista del mercado (solipsismo económico). Frente a esta propuesta, su apuesta epistemológica es acercarse a través de un enfoque sustantivista a las formas de (integración y) organización de los procesos económicos realmente socializados e institucionalizados por diferentes sociedades y grupos sociales (Polanyi, 1994).

Enfatiza así su argumentación de que el análisis formalista de la teoría económica ortodoxa (clásica, neoclásica, marginalista… de la escasez) sólo sería veraz bajo sociedades que hubieran organizado sus procesos de obtención de sustento realmente mediante las instituciones económicas del mercado, por lo que no sería teórica ni empíricamente cierto que la única, natural (y divina), más eficiente y más ordenadamente pacífica forma de organizar las relaciones económicas de producción del sustento sea el mercado, junto con el comercio basado en la obtención del beneficio: recuperando multitud de ejemplos etnográficos e históricos en que el incentivo del hambre y el incentivo de la ganancia estaban proscritos o limitados socialmente, en el que las motivaciones para la producción y el consumo no estaban exclusiva o íntimamente basadas en racionalidades materiales sino en sistemas axiológicos y culturales orientados a la protección de la colectividad social frente a las relaciones agonísticas del mercado (como institución cultural).

A través de los ejemplos del sistema kraal de los kaffir, de la sociedad de los kwakiutl, del complejo intercambio kula de los trobriandeses, o de las propias experiencias monacales o feudales europeas, en “Nuestra obsoleta mentalidad de mercado” se desarrolla no únicamente una crítica metodológica sobre cómo abordar económica y antropológicamente los comportamientos para la producción y el consumo de los sujetos (enmarcados o embebidos en la estructura social), para su comprensión científica (el paradigma institucionalista de la propuesta sustantivista de Polanyi frente al paradigma formalista de la economía ortodoxa), sino que, lo que es mucho más importante en el objetivo de ese artículo, también permite defender que esas experiencias históricas y culturales no-mercantiles justifican empíricamente la posibilidad de organizar la economía y el orden social de manera (políticamente) alternativa

En definitiva, otra economía y otra sociedad son posibles, ya que, como demuestran esas formas históricas distintivas, “si las llamadas motivaciones económicas fueran naturales al ser humano, habríamos de juzgar a todas las sociedades antiguas y primitivas como absolutamente contranatura” (Polanyi, 1947: 112), lo que es empíricamente falaz para el propio Polanyi. La falacia económica de la universalidad atemporal y espacial de la forma de integración del mercado no sólo supone la victoria política de una ideología (del liberalismo del laissez-faire ), sino un intento de bloquear cualquier propuesta de reconstrucción de la sociabilidad humana y de los procesos culturales de la economía al margen del mercado, de desarrollar democráticamente una economía social alternativa (delimitada socialmente) que evitara la destrucción de la humanidad y de la naturaleza que, para Polanyi, había provocado la “herejía” y el “trauma” del mercado como origen de nuestro tiempo, como origen de la violencia totalitaria y de las guerras mundiales.

Esa herejía suponía para nuestro autor señalar la ingente cantidad de recursos políticos, económicos, empresariales, educativos, disciplinarios, violentos o represivos que habían sido necesarios históricamente, como explicitó en la La Gran Transformación (la creación forzada y violenta de mercados de trabajo), para socializar los valores asociados al mercado como institución, para hacer pasar como ‘natural’ una apuesta ideológica y cultural que ‘formateó’ un modelo de pensamiento (y de prácticas cotidianas) interiorizado educativamente, socializado como consciencia colectiva basada en una dominante y hegemónica mentalidad de mercado (“el hambre y la ganancia entronizadas”).

Desvelar la construcción e imposición política o disciplinaria del mercado se configura así, también en este artículo, como la principal apuesta científica de Karl Polanyi para abogar por un proceso político de socialización alternativa de una organización socioeconómica que permitiera superar los desastres del mercado, la violencia social, la desigualdad del capitalismo liberal industrial (“la civilización industrial todavía puede destruir al ser humano”, Polanyi, 1947:

Es imprescindible no desestimar las perspectivas críticas a la obra de Polanyi, que señalan su ‘romanticismo’ e ‘idealización’ de las sociedades y humanos ‘primitivos’, en las que se minimiza el conflicto social, la agresividad, la violencia, el sexismo, la crueldad, el belicismo, la superstición…: el buenismo rosseauniano de su (obsoleta) mentalidad anti-mercado (Cook, 1966: 68). Véase también la recensión de una nueva edición de The Great Transformation: Clark, G.: “Reconsiderations: The Great Transformation by Karl Polanyi”, en The New York Sun, 4 de junio de 2008. SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)

Se trata de lograr políticamente la obsolescencia de la mentalidad de mercado, de su sustento exclusivo en el materialismo como única (sesgada y falsa) explicación (liberal y marxista) de las prácticas de los sujetos: “el ser humano no es un ser económico, sino social. No pretende salvaguardar su interés individual en adquisición de posesiones materiales, sino más bien asegurar una benevolencia social, un estatus social y recursos sociales” (Polanyi, 1947: 112). El objetivo político sería dejar de forjar nuestros pensamientos y valores en el molde de la innovación que supuso la socialización de la mentalidad del mercado, de encontrar un nuevo modelo de pensamiento (como reza el subtítulo del texto que ahora presentamos), una nueva moral sobre la que construir una nueva sociedad y, por tanto, una nueva economía, nuevas instituciones (culturales) económicas: “Nosotros mismos nos encontramos anquilosados por la herencia de una economía de mercado que nos ha transmitido perspectivas simplificadas de la función y el rol del sistema económico en una sociedad. Para que la crisis pueda ser derrotada, deberíamos recuperar una visión más realista del mundo humano y dar forma a nuestros objetivos comunes a la luz de ese reconocimiento” (Polanyi, 1947: 109).


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