jueves, 16 de enero de 2025
miércoles, 15 de enero de 2025
Las infiltraciones policiales llegan al Tribunal Constitucional
Las infiltraciones policiales llegan al Tribunal Constitucional
Por Tomás
Muñoz
Rebelion / España | 14/01/2025 | España
Fuentes: El
Salto
Las infiltraciones de agentes
policiales bajo identidades falsas en movimientos sociales y
sus consecuencias en las personas que fueron víctimas de este espionaje,
llegarán al Tribunal Constitucional. Irídia-Centre per la Defensa
dels Drets Humans, conjuntamente con el colectivo de afectadas por
estas infiltraciones Acció Contra l’Espionatge d’Estat,
ha interpuesto un recurso de amparo para denunciar la falta de investigación de
las graves vulneraciones de derechos fundamentales derivadas de las
infiltraciones policiales en espacios políticos y sociales de Barcelona.
Esta acción
judicial es una respuesta a la inadmisión a trámite de la querella interpuesta en
enero de 2023 por ocho personas afectadas contra el agente infiltrado D. H. P.,
sus superiores jerárquicos y el Ministerio del Interior. Una resolución que,
según Irídia, “supone un incumplimiento grave de la obligación de garantizar la
prohibición absoluta de la tortura y otros tratos inhumanos o degradantes, tal
como establecen los estándares internacionales de derechos humanos”. Irídia
considera que este incumplimiento “pone en riesgo la protección efectiva de los
derechos humanos y consolida la impunidad de las autoridades responsables de
unas prácticas tan innecesarias como abusivas”.
Tanto el
Juzgado como la Audiencia han avalado y hecho propio el discurso de Fiscalía,
que alega que investigar el caso “podría poner en peligro la seguridad del
Estado”. Iridia considera que con este posicionamiento “se prioriza una
cuestión de supuesta seguridad antes que nuestros derechos fundamentales”.
Especial trascendencia constitucional
El recurso
subraya la necesidad que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre los
límites legales y éticos del uso de relaciones sexoafectivas por parte de
agentes policiales infiltrados, una práctica aún no resuelta por la
jurisprudencia. Iridia hace referencia a las declaraciones del Secretario de
Estado de Seguridad, Rafael Pérez, en comisión de interior, en los que describía
a estos infiltrados como agentes de inteligencia, diferenciándolos de los
agentes encubiertos.
“Esta práctica
afecta gravemente la dignidad, la libertad sexual y la participación política
de las personas afectadas, a la vez que criminaliza y limita los movimientos
sociales”, manifiesta Iridia, que reafirma su compromiso “de agotar todas las
vías judiciales para exigir que se investiguen unos hechos tan graves y se
establezcan responsabilidades políticas y judiciales, llegando a instancias
internacionales si fuera necesario”.
La falta de transparencia sobre las infiltraciones policiales
Este caso no es
aislado, sino que desde junio de 2022 hasta la actualidad se ha podido conocer
la presencia de nueve agentes infiltrados en movimientos sociales en cuatro
ciudades diferentes (Barcelona, Girona, València y Madrid). Desde
entonces, se han iniciado dos otros procedimientos penales contra los agentes
infiltrados, así como sus superiores jerárquicos; el último el pasado jueves 9 de
enero en València.
Si bien estas
operaciones se han probado como una tendencia represiva al alza, se han topado
con la negativa sistemática del Estado español a desclasificar el número de
agentes policiales infiltrados en espacios de movilización social y política,
amparandose en la Ley franquista de Secretos Oficiales. Esta carencia de
transparencia “no solo limita el derecho a la información de la ciudadanía,
sino que también dificulta la rendición de cuentas por unas prácticas que
tienen impactos devastadores en las personas afectadas y en el tejido
asociativo”, explican desde Iridia.
El anuncio de
esta acción llega el día siguiente al estreno del documental “Infiltrats”, producido por La Directa y
emitido en el programa 30Minuts de 3Cat. Este documental aporta
información inédita sobre el caso y sus impactos en las personas y los
movimientos afectados, dando respuesta a algunas preguntas que señalan la falta
de voluntad política para esclarecer los hechos. La investigación periodística
refuerza la necesidad de abrir un debate público sobre la legitimidad de estas
operaciones y sus graves implicaciones en los derechos fundamentales.
Las infiltraciones son tortura
Desde Acció Contra l’Espionatge d’Estat, en un
comunicado emitido a raíz del citado documental, señalan que “las
infiltraciones policiales y las prácticas que las sustentan son tortura y,
además, en este caso han ido de la mano de agresiones sexuales perpetradas por
el policía infiltrado, es decir, lo que podriamos definir como violencia
institucional sexualizada”. El colectivo, creado para denunciar y afrontar
colectivamente “los efectos y consecuencias de esta herramienta represiva del
estado”, señala que “estas prácticas atentan contra la dignidad y la integridad
de las personas y conllevan unos daños y secuelas personales irreparables”.
Desde este
colectivo hacen una llamada a “la solidaridad y al apoyo mutuo para generar una
respuesta colectiva ya que, más allá de las personas directamente afectadas,
estas infiltraciones policiales son una vulneración que nos afecta a todas”.
Así como señalan que “no hay que normalizar ni acatar los ejercicios de
violencia en manos del estado: el conjunto de casos destapados hasta ahora nos
demuestran la gran amplitud de colectivos, espacios, organizaciones y personas
que podemos ser objetivos”.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/represion/infiltraciones-policiales-llegan-al-tribunal-constitucional
Mijail Santos, técnico de comunicación de la OMS: “La desinformación profesional complica aún más distinguir lo verdadero de lo falso”
Mijail
Santos, técnico de comunicación de la OMS: “La desinformación profesional
complica aún más distinguir lo verdadero de lo falso”
TERCERAINFORMACION / 15.01.2025
Los bulos en salud
representan una amenaza global que socava la confianza en la ciencia y pone
vidas en riesgo. El experto en comunicación Mijail Santos contribuye desde la
Organización Mundial de la Salud a desmentir noticias falsas, proteger la salud
pública y garantizar decisiones informadas.
Presentación en Mijail
Santos en el congreso de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud. /
Mapi Muñoz
Mijail Santos (Querétaro,
México, 1989) comienza sus charlas sobre desinformación en salud citando
un estudio de
psicología social según el cual deslizamos unos 90 metros
de información diarios en nuestras pantallas, una extensión como la altura de
la Estatua de la Libertad en la que caben muchos contenidos erróneos o
directamente maliciosos.
Este experto, que trabaja desde 2020 en Ginebra
como técnico de comunicación, estrategia, planificación y coordinación de
la Organización Mundial de la Salud (OMS), explicó recientemente
en Santander, durante el congreso de la Asociación Nacional de Informadores de
la Salud (ANIS), cómo abordar este desafío en un contexto de creciente
desconfianza en los medios de comunicación tradicionales, como alertan el barómetro de
confianza de la consultora Edelman y el Instituto Reuters, añadido a los retos que
plantea la inteligencia
artificial, territorio que conoce bien.
Tras estudiar ciencia política en México, Santos
completó un máster en políticas públicas en Singapur. “Ahí empecé a trabajar en
una empresa que utilizaba inteligencia artificial para
analizar cómo la comunicación puede influir de manera positiva en las políticas
públicas; la OMS era uno de nuestros clientes”. Como explica a SINC por
videoconferencia, el ámbito de la salud también se enfrenta a la polarización
porque “la desinformación afecta no solo la toma de decisiones de
los individuos, sino también la de los gobiernos””.
¿De quién se fían las
personas para informarse sobre salud?
Según el barómetro de
salud Edelman de 2024, la fuente de información más confiable es
su médico de atención primaria. En segundo lugar, los farmacéuticos y en
tercero, la familia y amigos. Después están los gobiernos y, en última
posición, los periodistas, que caen diez puntos respecto al informe previo. Los
canales predominantes varían según el país, la edad y la accesibilidad, pero se
confía cada vez más en las redes sociales. Según este barómetro, cuatro de cada
diez personas se arrepienten de al menos una decisión sobre salud basada en
desinformación.
¿Qué tipos de
desinformación existen?
Primero, la denominada en inglés disinformation,
información falsa creada con intención de engañar por motivaciones políticas,
económicas o sociales. Según estudios sobre redes sociales, aunque sólo el 3 %
de las cuentas activas son tóxicas, producen el 33% de todo el contenido.
Por otro lado, está la llamada misinformation,
que se difunde sin intención de engañar, creyendo que puede ser beneficiosa.
Predomina entre la compartida por familiares o en redes sociales y se transmite
sin comprobar las fuentes, pero puede tener incluso mayores efectos porque
viene de alguien en quien se confía. Tomamos decisiones en función de nuestras
emociones y, aunque una información sea falsa, si existe un vínculo emocional,
tendemos más a creerla.
Durante la pandemia se creó
también el término infodemia.
Sí, es la propagación de informaciones falsas en
cantidades extremas y conlleva ambos tipos de desinformación. También afecta la
toma de decisiones porque la gente ni siquiera sabe cómo identificar la
verdadera, dada la cantidad de datos que le llegan por redes sociales, los
medios, los amigos o WhatsApp. Nosotros intentamos proveer información
accesible, fácil de entender, pero también que sea empática porque las personas
tenemos diferentes sistemas de valores o distintos conocimientos previos y todo
eso afecta la manera en que la recibimos. La forma en que nos comunicamos con
distintas audiencias también tiene que ser distinta.
¿En qué áreas ha
identificado la OMS más desinformación?
En casi todas, pero en particular en vacunas,
educación sexual integral, mpox [antes llamada viruela del mono], productos del
tabaco (incluidos los vapeadores), salud de la mujer (como en anticonceptivos),
sobre acuerdos entre naciones de preparación ante futuras pandemias y sobre el
papel de las farmacéuticas o los intereses de algunas organizaciones
internacionales por quitar soberanía a los estados, lo cual es absolutamente
falso.
¿Quiénes son más
vulnerables a la desinformación?
Todos lo somos. Con la tecnología y la
profesionalización de la desinformación, se ha dificultado más aun distinguir
lo verdadero de lo falso, aunque algunos sesgos nos hacen más vulnerables. Uno
es el de confirmación: si ya escuché cierta información falsa, traigo esa
creencia que solo espero que alguien confirme, sin importar quién sea; otro, el
de accesibilidad, que implica que, a menor diversidad de fuentes disponibles,
mayor vulnerabilidad (por ejemplo, si solo accedo a la de redes sociales); por
último, está el sesgo de repetición: Si me reiteran en lenguaje simple que la
covid se cura con ajo, puedo no necesitar contrastarlo.
Pero incluso los expertos en un tema pueden ser
vulnerables porque la desinformación puede usar lenguaje científico. Recomendamos
comprobar las fuentes, revisar que haya citas bibliográficas y cómo fue
patrocinada la investigación o quién está detrás, pero cada vez es más difícil.
Debemos tener empatía porque al final no es que alguien no sea cuidadoso o
tenga la culpa de caer en desinformación, es que se ha creado un sistema muy
complejo.
Mijail Santos es técnico de
comunicación, estrategia, planificación y coordinación de la OMS. / Justas
Gumbrevicius
¿Cómo afecta la
desinformación a gobiernos y decisores de políticas públicas?
Están expuestos como cualquiera a informaciones
falsas. Muchas veces nos contactan para saber si alguna información que les
llegó ya ha sido contrastada por la OMS porque están evaluando determinada
política pública. A través de nuestras oficinas de países y oficinas
regionales, nos comunicamos con los ministerios de salud para facilitarles
nuestras guías al respecto, pero vemos que hay otros actores implicados en esa
toma de decisiones que están más expuestos a la desinformación, lo que genera
debates importantes y hace que también se vaya polarizando el tema de la salud,
lo que afecta a la decisión final.
Además de peligrosa, ¿la
inteligencia artificial podría ser beneficiosa?
Ambas cosas. Así como un riesgo es tomar
decisiones tras plantear ciertos síntomas a ChatGPT y obtener respuestas no
basadas en la ciencia, podría ser beneficioso obtener respuestas de otras
herramientas entrenadas con estudios científicos. En la OMS hemos creado un
proveedor de salud digital llamado Sarah que
tiene acceso a fuentes fiables y aporta información resumida, veraz y que
conoce sus limitaciones. Si se pregunta por tratamientos en función de
síntomas, Sarah contesta que para eso hay que consultar a un proveedor de
salud. También responde a información sobre preservativos o riesgos del alcohol
o el tabaco.
¿Cómo aborda la OMS la
desinformación en salud?
Hay tres estrategias principales. La primera es
la de inoculación, que consiste en prevenir, como con las vacunas.
Evaluamos las potenciales áreas de desinformación y distribuimos información
verdadera para que impregne a las personas antes de que llegue la
desinformación. Aquí trabajamos mucho con los medios de comunicación.
La segunda es la mitigación de
desinformación que ya circula. Si la identificamos de forma temprana,
podemos corregirla respondiendo mediante fact-checking [verificación de
hechos], incluso en redes sociales directamente a algunas publicaciones.
Sabemos por investigaciones
en psicología que los jóvenes no solo leen la publicación
original, sino también los comentarios y así tienen también nuestra versión.
La tercera forma es ignorar alguna
desinformación mientras monitoreamos su evolución, como hacemos con
ciertas teorías conspiracionistas que no han cobrado mucha popularidad. Es
complejo porque si nos involucramos más de lo necesario, podríamos estar
echando leña al fuego.
¿Cómo podemos evitar
convertirnos en fuentes de desinformación?
Para evitar convertirnos en fuentes de
desinformación, podemos seguir el acrónimo SHARE (Source, Headline, Analyse,
Retouched, Error). Primero, hay verificar la fuente para asegurarnos que sea
confiable, a veces con una simple búsqueda en internet. Luego, leer todo el
artículo y no dejarse llevar por titulares sensacionalistas que buscan apelar a
tus emociones.
Además, hay que analizar el contenido y su
coherencia, recordando que correlación no implica causalidad. Mantener alerta
ante imágenes retocadas o sacadas de contexto, lo cual se puede comprobar con
una búsqueda inversa de imágenes. Finalmente, prestar atención a errores
ortográficos o gramaticales, comunes en la desinformación.
Por último, debemos vigilar errores ortográficos
o gramaticales en el texto, frecuentes en la desinformación o en informaciones
manipuladas.
Fuente: SINC
martes, 14 de enero de 2025
¿Se está acelerando la guerra?
¿Ha llegado el momento
decisivo para el cambio en Corea del Sur? La situación continúa
desarrollándose. Una sacudida en los cimientos del orden social actual.
¿Se está acelerando la guerra?
David Insaidi
El Viejo Topo
14 enero, 2025
En las últimas
semanas han pasado muchas cosas en el mundo.
Una vez, hace
años, el Papa Bergoglio dijo que ya estábamos en la Tercera Guerra Mundial,
pero «en pedazos».
No soy creyente
y, sin embargo, no se me escapa que los Papas suelen estar bien informados de
los hechos que suceden y no dicen ciertas cosas al azar.
Nunca antes la
guerra había asumido múltiples facetas como en nuestros tiempos y se desarrolla
en ámbitos muy variados: desde las guerras comerciales -con sanciones o
deberes- hasta las diplomáticas, las mediáticas, los golpes de Estado, en la
forma clásica o en mayor modernidad de las “revoluciones de color”.
Luego,
lamentablemente, también están los militares.
En el espacio
de unos diez días tuvimos un fallido intento de golpe de Estado en Corea del
Sur por parte del Presidente Yoon. Luego, otro cuasi golpe de Estado -con
resultados aún por verse- en Georgia, donde el presidente derrotado en las
últimas elecciones, Zourabichvili, no reconoce su validez y no tiene intención
de dimitir para dar paso al vencedor de las elecciones. El Sueño Georgiano,
Mikheil Kavelashvili, desatando disturbios callejeros. Un tercero ocurrió en
Rumania -sí, en la Europa democrática- en el que el Tribunal anuló la primera
vuelta de las elecciones porque estaba «quizás condicionada por influencias
rusas» (¡sic!).
En Francia
asistimos también a la caída del Gobierno Barnier, que apenas llevaba unos
meses en el poder, con Macron que, a pesar de haber perdido un apoyo
considerable, no tiene intención de dimitir. Esto va de la mano con la caída
del gobierno de Scholz en Alemania hace apenas un mes. Un auténtico terremoto
político, producto de una fuerte crisis económica que azota a ambos países, que
siempre han constituido el núcleo central de la Unión Europea.
Pero el acontecimiento
más llamativo e inesperado, al menos para la mayoría, fue sin duda la invasión
relámpago de Siria por parte de grupos terroristas, que en apenas una semana
consiguieron increíblemente conquistar una ciudad tras otra, hasta llegar a la
capital Damasco, provocando la caída del gobierno de Assad, que había logrado
resistir siete años de guerra civil.
No entraré en
un análisis en profundidad de lo que ha pasado y está pasando en Siria, ya que
los acontecimientos allí son sumamente complejos y nos falta mucha información.
Y, de hecho, en
comparación con los acontecimientos en Siria, quedan bastantes incógnitas y
preguntas. El primero y significativo se refiere a la razón por la cual el
ejército sirio, de hecho, ha renunciado a defender el país, permitiendo que los
grupos yihadistas se expandan por todo el país, sin contrarrestarlos
adecuadamente. Entre otras cosas, parece que no faltaron informes sobre los
riesgos por parte de países aliados o en todo caso cercanos a Damasco, pero
parecen haber sido completamente ignorados.
A la espera de
que se desarrollen los acontecimientos en Siria y de que entendamos mejor dónde
terminarán, lo que parece evidente en este momento es que sin duda fueron
Israel y los EE.UU. los que se fortalecieron, que siempre se habían opuesto al
gobierno sirio y al partido Baaz. Entre otras cosas, Tel Aviv está invadiendo
una parte de Siria cerca de los Altos del Golán, sin que el nuevo gobierno de
Jolani tenga nada que decir al respecto.
Turquía también
salió claramente ganadora de los acontecimientos y se está fortaleciendo
significativamente en el norte del país.
Por el
contrario, el que claramente se ha debilitado es Hezbollah, que a partir de
ahora ya no podrá contar con el corredor sirio para recibir ayuda de Irán.
La causa
palestina en su conjunto también se ha debilitado claramente, a pesar de las
celebraciones de Hamás.
Sin embargo, no
está del todo claro cómo salieron de allí Rusia e Irán. Por el momento no
parece que las dos bases rusas en el país estén en riesgo. Luego, por supuesto,
Moscú perdió lo que había sido un aliado aparentemente férreo durante décadas,
pero también es cierto que en los últimos años Assad se estaba moviendo mucho
por su cuenta, acercándose a los países del Golfo Árabe y quizás también a
Occidente. . En cualquier caso, para Putin el juego más importante se juega sin
duda en Ucrania, dado que es allí donde se está produciendo un choque casi
directo con la OTAN, y él está ganando ese juego. Por no hablar de los éxitos
conseguidos en el otro «juego», el de los BRICS.
Volviendo a la
discusión anterior, todos los acontecimientos ocurridos en las últimas semanas
en varios rincones del mundo y la creciente velocidad con la que se están
produciendo tensiones, golpes de estado, guerras, ataques, elecciones
reprimidas, etc., son cuanto menos inquietantes.
También porque,
además de los acontecimientos mencionados, hay muchos otros que, aunque de
forma menos sensacionalista -al menos por el momento-, se están gestando y
podrían explotar en cualquier momento, o ya están en marcha, pero casi no se
mencionan a ellos . Dos ejemplos para todos: Taiwán y Yemen.
Más allá de las
especificidades individuales, esta aceleración de la dinámica del conflicto,
incluso local, pero que se produce a nivel global, es claramente el síntoma de
un choque general, en el que ciertamente participan muchos actores, numerosos
factores y dinámicas contradictorias, no siempre fácilmente comprensibles,
esquematizables y reducibles a dos frentes opuestos, pero que, sin embargo,
tienen lugar en el contexto de un choque más amplio y global, que es el que
existe entre un mundo unipolar -liderado por los EE.UU. y
apoyado por todo el mundo- mundo occidental, y basado en el dominio de los
grandes capitales financieros, y un mundo multipolar , cuyos
principales artífices son sin duda China y Rusia, pero en el que muchos otros
países desempeñan un papel importante (India, Brasil, etc.) y que ve en los
BRICS una poderosa herramienta de propagación y consenso a nivel mundial.
Para evitar
malentendidos, cabe precisar que entre los variados partidarios del mundo
multipolar hay, sí, un componente que se puede definir como antiimperialista,
pero también hay otros sujetos que no lo son en absoluto y que sólo pretenden
defender su capitalismo del poder excesivo del gran capital financiero
occidental.
Fuente: laboratorio-21
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