Ensayo general del colapso que
vendrá (cast/cat)
Publicado
el 24 de noviembre de 2023 / Por Debates
kaosenlared
Abróchense el cinturón para los próximos 30 años: el planeta ha llegado al límite, y los medios de comunicación no estamos prestando suficiente atención
Por Sergi Picazo
Todas las series y películas con futuros distópicos y
catastróficos comienzan con un gran desastre que lo ha hecho saltar todo por los
aires. ‘The road’ , de
Viggo Mortensen, arranca con una explosión en el planeta que provoca “una
claridad cegadora”. ‘The 100′ , de
Netflix, culpa a una especie de error nuclear que lo deja todo
radiactivo. ‘The rain’ tiene
su origen en un tipo de lluvia que transmite un virus mortal. El punto de
arranque de ‘The handmaid’s tale’ es
un grave problema de natalidad. Una de las últimas series de este género
que se han estrenado es la francesa ‘El colapso’ , que narra el intento
desesperado de sobrevivir al final de la sociedad actual, pero no explica sus
causas.
Sin embargo, pocas películas y series norteamericanas
o europeas sitúan el fin de la humanidad tal y como lo entendemos hoy en el
calentamiento global, en el fin de la biodiversidad y en los excesos del
capitalismo . Y, en cambio, eso es exactamente lo que los
científicos dicen que ocurrirá si no detenemos ya –ayer– la cuenta atrás de la
explosión.
La crisis de la Covid-19 es un buen ensayo general
para el colapso que vendrá. Se siente ya el rumor de fondo de una ola mucho más
potente y profunda. Nos preocupa, lógicamente, la pandemia actual . Pero
no tenemos en cuenta todas las nuevas enfermedades y virus que van a llegar por
culpa del calentamiento global y de la pérdida de biodiversidad. Nos
preocupa, lógicamente, el futuro del turismo en Catalunya, y
no existe ningún plan previsto por sí, como dicen todos los pronósticos, el
aeropuerto de Barcelona o el de Palma quedan inundados por la subida
del nivel del mar .
Nos preocupa, lógicamente, si Cataluña acaba
siendo o no independiente , cuando en realidad vivir en la mayor parte
de Cataluña será muy duro por culpa de la contaminación y de las altas
temperaturas que tendremos. La ley para frenar el cambio climático de la
Generalitat, tal y como publicó CRÍTIC , no se
está aplicando, y casi nadie protesta, pese a que el Servicio Catalán de
Meteorología asegura que la temperatura media del país en
2050 puede aumentar en 2 o 3 grados , un desastre sin
precedentes para una vida digna, para poder plantar alimentos en el suelo, para
el turismo, para las pistas de esquí, ¡para todo! ¿De qué independencia
hablamos, si quizás ni siquiera nos queda país? ¿De qué caray hablamos
cuando todo se está yendo a la mierda?
La crisis total se produciría por una multiplicación
de colapsos: primero, el clima; después, la economía, y, al final, la
política
El mundo que nos espera, cuando ocurra –si ocurre– la
enorme crisis de la Covid-19, podría ser dentro de pocos años aún
peor. Esto dicen los científicos, desde el Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas hasta
la alerta del filósofo ecologista Jorge Riechmann . “La
muerte de nuestra civilización ya no es una teoría o una posibilidad académica:
es el camino en el que estamos”, aseguró ya en 2009 el expresidente de la
Fundación Rockefeller y CEO del ‘International Herald Tribune’, Peter Goldmark .
Pocos intelectuales, medios de comunicación o partidos
políticos se atreven a apretar el freno. “La revolución no es un tren que
escapa. Es estirar el freno de emergencia”, escribió Walter
Benjamin. La emergencia sanitaria ha hecho olvidar todos los retos y
peligros ingentes que nos esperan en las próximas décadas, y prácticamente
ningún gobierno en el mundo hace casi nada por enfrentarse a retos como el
calentamiento global, el cambio climático, el fin de la
biodiversidad, la crisis energética cuando acabe el petróleo barato, el
agotamiento de las materias primas, los problemas del crecimiento demográfico,
el hambre, la escasez de agua…
El profesor de Ciencia Política Carlos Taibo,
en su terrorífico libro ‘Colapso’ (Catarata, 2020) ,
relata el fin de la sociedad moderna, capitalista e industrial actual como una
posibilidad bien realista causada por una multiplicación de colapsos: un colapso
climático que comporta más sequías, más calor y problemas
agrarios; un colapso económico y financiero , con la
insolvencia de los estados y la desaparición de los ahorros de la inmensa
mayoría; un colapso comercial , con un dinero devaluado o
escaso; un colapso político , con gobiernos
deslegitimados y revueltas constantes, y, finalmente, un colapso sociocultural ,
con el aumento de la percepción de que nada se puede esperar del resto de
personas ni de las instituciones.
Todo esto ya está ocurriendo hoy, a cámara lenta y
como aparentes fenómenos aislados. Se están moviendo las placas tectónicas
del sistema, pero no lo notamos, porque no reunimos todas las piezas del
tablero. Hoy ya estamos sufriendo oleadas de refugiados climáticos (como
explicaba la investigación “The great climate migration has
begun” , de ‘The New York Times’), ya existe una crisis
alimentaria en el mundo por la sequía y por el calentamiento (una buena parte
de África del centro y del norte), ya existe un aumento de la violencia más allá
de los estados (México, Colombia, Somalia, Congo, Siria…) y, como posible
respuesta, ya está habiendo uno auge del autoritarismo postdemocrático (Rusia,
Turquía, Hungría…). Hay señales de alerta, pero no haremos caso, confiando
en una solución tecnológica desde arriba que nos salve en el último minuto.
Colapso, capitalismo terminal, transición ecosocial,
ecofascismo… El libro de Carlos Taibo, que va ya por su cuarta edición,
explicita de forma cruda, planteando siempre los escenarios científicos más prudentes,
los momentos principales de colapso que vendrán , ya los que los medios
de comunicación no estamos dando suficiente atención por culpa de la
brutal pandemia sanitaria global de la Covid-19. Aquí van, entre comillas,
las preocupantes conclusiones finales del estudio de Taibo.
1) Emergencia climática:
desertificación, sequías y olas de calor
“Al margen del aumento de temperatura, es necesario
avisar de una subida del nivel del mar, de entre 20 y 88 centímetros durante el
siglo XXI, un fenómeno delicado, ya que el 80% de la población mundial vive en
zonas costeras . Algunas estimaciones dicen que el hielo del polo Norte
puede fundirse entre el año 2040 y el 2100. Los suelos sufrirán el avance de la
desertificación, las sequías y las olas de calor, y los lugares secos serán más
secos, con más incendios y tormentas de polvo. Hoy se pierden en el mundo
120.000 kilómetros cuadrados de bosques. En paralelo, aumentarán el número
y la intensidad de los huracanes. Por tanto, cuando hablamos de todo esto,
en realidad hablamos de los problemas de la agricultura y de la ganadería, que
tendrán dificultades para la producción de alimentos”.
2) Agotamiento de las materias
primas energéticas
“Hemos consumido en las dos últimas décadas la mitad
de la energía generada desde el inicio de la Revolución Industrial. Hoy
dependemos dramáticamente de los combustibles fósiles para vivir. Si
fallan, hay muchas cosas que no se podrán hacer: desalinizar el agua del mar,
buena parte de la agricultura sufrirá, extraer recursos minerales… Si se
terminan el petróleo, el gas natural y el carbón, prácticamente no quedará nada
de nuestra civilización termoindustrial. El progresivo agotamiento de las
materias primas energéticas provocará un menor crecimiento económico, una menor
movilidad internacional y cambios tecnológicos. Diferentes estudios
alertan de que la oferta de energía se reducirá entre un 25% y un 40% en los
próximos 25 años. En la década de 2030 se alcanzaría el umbral límite del
petróleo, del gas natural, del carbón y del uranio”.
3) Pérdida de biodiversidad, nuevas
enfermedades y virus de origen animal
“Desaparecerán y mutarán muchas especies animales, y
las agresiones serán especialmente duras en los ecosistemas marinos. Estas
extinciones harán imposible volver a la anterior situación. Unas 30.000
especies desaparecen cada año, tres cada hora. Si continúa el ritmo de
extinción, en 2050 podría haber desaparecido la mitad de los 10 millones de
especies vivas actuales: un 12% de los pájaros, un 23% de los mamíferos, un 77%
de las especies marinas, sobre todo a causa de la sobreexplotación y la
contaminación de los océanos. Esto tiene consecuencias sobre los
equilibrios delicados que permiten la vida en la Tierra. Además, la
destrucción de los hábitats naturales y de especias provocará nuevas enfermedades y
virus de origen animal que se transmitirán a los humanos ”.
4) Aumento demográfico inquietante
“En 2019, después de un aumento demográfico
espectacular en el siglo XX, la población mundial es ya de casi 7.600 millones
de habitantes. Pero el 90% del crecimiento demográfico se registra en
países del Sur, afectando sobre todo a lugares como Bangladesh, Brasil, China,
Etiopía, India, Indonesia, Nigeria o Pakistán. La mayoría de los estudios
auguran que el crecimiento mundial se estabilizará en las próximas décadas. Sin
embargo, el escenario no es nada tranquilizador: ¿qué pasará con 7.500 millones
de humanos en un escenario de emergencia climática y de agotamiento de las
materias primas? ¿Se puede mantener el nivel de consumo de un ciudadano
medio occidental en el nuevo panorama? ¿Habrá más migraciones masivas de
población joven del Sur empobrecido hacia el Norte?”
5) Hambre y problemas agrarios por
los monocultivos, por la sequía y por la contaminación
“Actualmente, 20 especies de plantas proporcionan un
90% de los alimentos de origen vegetal que consumimos. De éstas, tres (el
trigo, el arroz y el maíz) constituyen la mitad de las cosechas. Este
supuesto triunfo de la agricultura moderna, de la mano de los monocultivos, es
una fuente de problemas de futuro, puesto que nos deja en una situación de gran
vulnerabilidad. Cabe recordar que hoy habría unas 35.000 plantas
comestibles –hay quien multiplica la cifra por dos– y no parece razonable
prescindir de la mayoría de estas en una situación tan delicada como la que
vendrá”.
6) La escasez de agua provocará
pobreza, mortalidad y conflictos
“Según Naciones Unidas, en 2025 unos 1.800 millones de
personas vivirán en regiones que sufrirán una escasez absoluta de
agua. Pero, además, dos tercios de la población mundial tendrán que hacer
frente a problemas para acceder al agua potable. El Himalaya y los valles
del Jordán y Ferganá muestran a la perfección los conflictos por el agua que se
pueden generar en el futuro. Se prevé, según la ONU, que en los próximos
años habrá 300 potenciales conflictos por el agua en todo el planeta. La
escasez de agua provocará una mayor pobreza y mortalidad, reducirá la
producción agrícola, pone en peligro muchos procesos de extracción minera y
dificulta la producción de energía”.
7) La expansión de nuevos virus y
enfermedades globales
“Nuevas y viejas enfermedades ha llevado al colapso a
imperios políticos y económicos en el pasado. Hoy en día, el riesgo es más
evidente. Epidemias y pandemias tienen la posibilidad de expandirse
globalmente de forma mucho más rápida que nunca gracias al transporte aéreo ya
la globalización económica. Se están multiplicando los cánceres y
enfermedades cardiovasculares, y se expande la obesidad, con efectos muy
negativos, sobre todo en el Norte. Las enfermedades crónicas se han convertido
en la primera causa de muerte, por encima de las infecciosas, y constituyen una
bomba de relojería en países como China o India. Además, existe un peligro
de repunte de enfermedades como la tuberculosis o la malaria. Todas las
regiones del planeta están bajo amenaza”.
8) Violencia, terrorismo y estados
fallidos
“Uno de los factores de nuevos conflictos bélicos
seguirá siendo, sobre todo ante la crisis energética que vendrá, por el control
de los yacimientos y los conductos de transportes de petróleo y de gas
natural. Un responsable militar estadounidense señaló que más de la mitad
del enorme gasto militar del país respondía al objetivo de proteger el acceso a
las materias primas energéticas. Mientras tanto, China necesita más
materias primas para mantener su crecimiento. Por eso, los riesgos de
conflicto aumentan en zonas productoras como el mar de China meridional,
Oriente Próximo, Asia Central y algunas áreas concretas de África y América
Latina. El mapa de escenarios conflictivos coincide con el de regiones con
fuertes tensiones ecológicas, como pueden ser el de Chiapas, Gaza, Sudáfrica,
Pakistán y Ruanda. Y, en paralelo, hay cada vez un mayor riesgo de colapso
de algunos estados, los llamados ‘estados fallidos’ o que no controlan zonas de
su propio territorio”.
Sin embargo, y como decía la semana pasada en la Bienal
de Pensamiento la filósofa Marina Garcés , “el
colapso, sin embargo, no puede colapsar nuestro pensamiento crítico y la
imaginación política de un futuro mejor”.
Fuente original: ASSAIG GENERAL DEL COL·LAPSE QUE
VINDRÀ– Critic– Licencia
C.C.
Imagen de portada: Captura de pantalla de tráiler
oficial de la serie francesa “Colapso”
Versión en catalán:
ASSAIG GENERAL DEL COL·LAPSE QUE VINDRÀ
Cordeu-vos el cinturó per als propers 30 anys: el
planeta ha arribat al límit, i els mitjans de comunicació no hi estem parant
prou atenció
Totes les sèries i pel·lícules amb futurs distòpics i
catastròfics comencen amb un gran desastre que ho ha fet saltar tot pels
aires. ‘The road’, de Viggo
Mortensen, arrenca amb una explosió al planeta que provoca “una claror
encegadora”. ‘The 100′, de
Netflix, en culpa una mena d’error nuclear que ho deixa tot radioactiu. ‘The rain’ té l’origen en un tipus de
pluja que transmet un virus mortal. El punt d’arrencada de ‘The handmaid’s tale’ és un greu
problema de natalitat. Una de les darreres sèries d’aquest gènere que s’han
estrenat és la francesa ‘El col·lapse’, que narra l’intent
desesperat de sobreviure al final de la societat actual, però no n’explica les
causes.
Poques pel·lícules i sèries nord-americanes o
europees, però, situen la fi de la humanitat tal com l’entenem avui en
l’escalfament global, en la fi de la biodiversitat i en els excessos
del capitalisme. I, en canvi, això és exactament el que els científics
diuen que passarà si no aturem ja –ahir– el compte enrere de l’explosió.
La crisi de la Covid-19 és un bon assaig general per
al col·lapse que vindrà. Se sent ja la remor de fons d’una onada molt més
potent i profunda. Ens preocupa, lògicament, la pandèmia actual.
Però no tenim en compte totes les noves malalties i virus que arribaran per
culpa de l’escalfament global i de la pèrdua de biodiversitat. Ens preocupa,
lògicament, el futur del turisme a Catalunya, i no hi ha cap
pla previst per si, com diuen tots els pronòstics, l’aeroport de Barcelona o el
de Palma queden inundats per la pujada
del nivell del mar.
Ens preocupa, lògicament, si Catalunya acaba
sent o no independent, quan en realitat viure a la major part de Catalunya
serà molt dur per culpa de la contaminació i de les altes temperatures que
tindrem. La llei per frenar el canvi climàtic de la Generalitat, tal com va
publicar CRÍTIC, no s’està
aplicant, i gairebé ningú no protesta, malgrat que el Servei Català de
Meteorologia assegura que la temperatura mitjana del país
l’any 2050 pot augmentar en 2 o 3 graus, un desastre sense
precedents per a una vida digna, per poder plantar aliments a terra, per al
turisme, per a les pistes d’esquí, per a tot! De quina independència parlem, si
potser ni tan sols no ens queda país? De què carai parlem quan tot se
n’està anant a la merda?
La crisi total es produiria per una multiplicació de
col·lapses: primer, el clima; després, l’economia, i, al final, la política
El món que ens espera, quan passi –si passa– l’enorme
crisi de la Covid-19, podria ser d’aquí a pocs anys encara pitjor. Això diuen
els científics, des del Grup Intergovernamental
d’Experts sobre el Canvi Climàtic de les Nacions Unides
fins a l’alerta del filòsof ecologista Jorge Riechmann. “La
mort de la nostra civilització ja no és una teoria o una possibilitat
acadèmica: és el camí en el qual som”, va assegurar ja l’any 2009 l’expresident
de la Fundació Rockefeller i CEO de l”International Herald Tribune’, Peter Goldmark.
Pocs intel·lectuals, mitjans de comunicació o partits
polítics s’atreveixen a prémer el fre. “La revolució no és un tren que
s’escapa. És estirar el fre d’emergència”, va escriure Walter Benjamin.
L’emergència sanitària ha fet oblidar tots els reptes i perills ingents que ens
esperen en les properes dècades, i pràcticament cap govern al món no fa gairebé
res per enfrontar-se a reptes com l’escalfament global, el canvi
climàtic, la fi de la biodiversitat, la crisi energètica quan s’acabi el
petroli barat, l’esgotament de les matèries primeres, els problemes del
creixement demogràfic, la fam, l’escassetat d’aigua…
El professor de Ciència Política Carlos Taibo,
en el seu terrorífic llibre ‘Colapso’ (Catarata, 2020), relata
el final de la societat moderna, capitalista i industrial actual com una
possibilitat ben realista causada per una multiplicació de col·lapses: un col·lapse
climàtic que comporta més sequeres, més calor i problemes agraris;
un col·lapse econòmic i financer, amb la insolvència dels estats i
la desaparició dels estalvis de la immensa majoria; un col·lapse
comercial, amb un diner devaluat o escàs; un col·lapse polític,
amb governs deslegitimats i revoltes constants, i, finalment, un col·lapse
sociocultural, amb l’augment de la percepció que no es pot esperar res de
la resta de persones ni de les institucions.
Tot això ja està passant avui, a càmera lenta i com a
aparents fenòmens aïllats. S’estan movent les plaques tectòniques del sistema,
però no ho notem, perquè no reunim totes les peces del tauler. Avui ja estem
patint onades de refugiats climàtics (com explicava la investigació “The great climate migration has
begun”, de ‘The New York Times’), ja hi ha una crisi alimentària al
món per la sequera i per l’escalfament (una bona part de l’Àfrica del centre i
del nord), ja hi ha un augment de la violència més enllà dels estats
(Mèxic, Colòmbia, Somàlia, el Congo, Síria…) i, com a possible resposta, ja
està havent-hi un auge de l’autoritarisme postdemocràtic (Rússia, Turquia,
Hongria…). Hi ha senyals d’alerta, però no en farem cas, confiant en una
solució tecnològica des de dalt que ens salvi en l’últim minut.
Col·lapse, capitalisme terminal, transició ecosocial,
ecofeixisme… El llibre de Carlos Taibo, que va ja per la quarta edició,
explicita d’una manera crua, plantejant sempre els escenaris científics més
prudents, els moments principals de col·lapse que vindran, i als quals
els mitjans de comunicació no estem donant prou atenció per culpa de
la brutal pandèmia sanitària global de la Covid-19. Aquí van, entre cometes, les
preocupants conclusions finals de l’estudi de Taibo.
1) Emergència climàtica:
desertificació, sequeres i onades de calor
“Al marge de l’augment de temperatura, cal avisar
d’una pujada del nivell del mar, d’entre 20 i 88 centímetres durant el segle
XXI, un fenomen delicat, ja que el 80% de la població mundial viu en zones
costaneres. Algunes estimacions diuen que el gel del pol Nord es pot fondre
entre l’any 2040 i el 2100. Els sòls patiran l’avanç de la desertificació, les
sequeres i les onades de calor, i els llocs secs seran més secs, amb més
incendis i tempestes de pols. Avui es perden al món 120.000 quilòmetres
quadrats de boscos. En paral·lel, augmentaran el nombre i la intensitat dels
huracans. Per tant, quan parlem de tot això, en realitat parlem dels problemes
de l’agricultura i de la ramaderia, que tindran dificultats per a la producció
d’aliments”.
2) Esgotament de les matèries
primeres energètiques
“Hem consumit en les últimes dues dècades la meitat de
l’energia generada des de l’inici de la Revolució Industrial. Avui depenem
dramàticament dels combustibles fòssils per viure. Si fallen, hi ha moltes
coses que no es podran fer: dessalinitzar l’aigua del mar, una bona part de
l’agricultura patirà, extreure recursos minerals… Si s’acaben el petroli, el
gas natural i el carbó, pràcticament no quedarà res de la nostra civilització
termoindustrial. L’esgotament progressiu de les matèries primeres energètiques
provocarà un menor creixement econòmic, una menor mobilitat internacional i
canvis tecnològics. Diferents estudis alerten que l’oferta d’energia es reduirà
entre un 25% i un 40% en els propers 25 anys. En la dècada del 2030 s’arribaria
al llindar límit del petroli, del gas natural, del carbó i de l’urani”.
3) Pèrdua de biodiversitat, noves
malalties i virus d’origen animal
“Desapareixeran i mutaran moltes espècies animals, i
les agressions seran especialment dures en els ecosistemes marins. Aquestes
extincions faran impossible tornar a la situació anterior. Unes 30.000 espècies
desapareixen cada any, tres cada hora. Si continua el ritme d’extinció, l’any
2050 podria haver desaparegut la meitat dels 10 milions d’espècies vives
actuals: un 12% dels ocells, un 23% dels mamífers, un 77% de les espècies
marines, sobretot a causa de la sobreexplotació i la contaminació dels oceans.
Això té conseqüències sobre els equilibris delicats que permeten la vida a la
Terra. A més, la destrucció dels hàbitats naturals i d’espècies provocarà noves malalties i
virus d’origen animal que es transmetran als humans“.
4) Augment demogràfic inquietant
“L’any 2019, després d’un augment demogràfic
espectacular en el segle XX, la població mundial és ja de gairebé 7.600 milions
d’habitants. Però el 90% del creixement demogràfic es registra en països del
Sud, i afecta sobretot llocs com Bangladesh, el Brasil, la Xina, Etiòpia,
l’Índia, Indonèsia, Nigèria o el Pakistan. La majoria dels estudis auguren que
el creixement mundial s’estabilitzarà en les pròximes dècades. Tot i això,
l’escenari no és gens tranquil·litzador: què passarà amb 7.500 milions d’humans
en un escenari d’emergència climàtica i d’esgotament de les matèries primeres?
Es pot mantenir el nivell de consum d’un ciutadà mitjà occidental en el nou
panorama? Hi haurà més migracions massives de població jove del Sud empobrit
cap al Nord?”
5) Fam i problemes agraris pels
monocultius, per la sequera i per la contaminació
“Actualment, 20 espècies de plantes proporcionen un
90% dels aliments d’origen vegetal que consumim. D’aquestes, tres (el blat,
l’arròs i el blat de moro) constitueixen la meitat de les collites. Aquest
suposat triomf de l’agricultura moderna, de la mà dels monocultius, és una font
de problemes de futur, ja que ens deixa en una situació d’una gran
vulnerabilitat. Cal recordar que avui hi hauria unes 35.000 plantes comestibles
–hi ha qui multiplica la xifra per dos– i no sembla raonable prescindir de la
majoria d’aquestes plantes en una situació tan delicada com la que vindrà”.
6) L’escassetat d’aigua provocarà
pobresa, mortalitat i conflictes
“Segons les Nacions Unides, l’any 2025 uns 1.800
milions de persones viuran en regions que patiran una escassetat absoluta
d’aigua. Però, a més, dos terços de la població mundial hauran de fer front a
problemes per accedir a l’aigua potable. L’Himàlaia i les valls del Jordà i de
Ferganà mostren a la perfecció els conflictes per l’aigua que es poden generar
en el futur. Es preveu, segons l’ONU, que en els pròxims anys hi haurà 300
conflictes potencials per l’aigua arreu del planeta. L’escassetat d’aigua
provocarà més pobresa i mortalitat, reduirà la producció agrícola, posa en
perill molts processos d’extracció minera i dificulta la producció d’energia”.
7) L’expansió de nous virus i
malalties globals
“Noves i velles malalties ha portat al col·lapse
imperis polítics i econòmics en el passat. Avui, el risc és més evident.
Epidèmies i pandèmies tenen la possibilitat d’expandir-se globalment de manera
molt més ràpida que mai gràcies al transport aeri i a la globalització
econòmica. S’estan multiplicant els càncers i les malalties cardiovasculars, i
s’expandeix l’obesitat, amb efectes molt negatius, sobretot al Nord. Les
malalties cròniques s’han convertit en la primera causa de mort, per sobre de
les infeccioses, i constitueixen una bomba de rellotgeria en països com la Xina
o l’Índia. A més, hi ha un perill de repunt de malalties com la tuberculosi o
la malària. Totes les regions del planeta estan sota amenaça”.
8) Violència, terrorisme i estats
fallits
“Un dels factors de nous conflictes bèl·lics seguirà
sent, sobretot davant la crisi energètica que vindrà, pel control dels
jaciments i dels conductes de transports de petroli i de gas natural. Un
responsable militar dels Estats Units va assenyalar que més de la meitat de
l’enorme despesa militar del país responia a l’objectiu de protegir l’accés a
les matèries primeres energètiques. Mentrestant, la Xina necessita més matèries
primeres per mantenir el seu creixement. Per això, els riscos de conflicte
augmenten en zones productores com el mar de la Xina meridional, l’Orient
Pròxim, l’Àsia Central i algunes àrees concretes de l’Àfrica i de l’Amèrica
Llatina. El mapa d’escenaris conflictius coincideix amb el de regions amb
tensions ecològiques fortes, com poden ser el de Chiapas, Gaza, Sud-àfrica, el
Pakistan i Ruanda. I, en paral·lel, hi ha cada cop un risc més alt de col·lapse
d’alguns estats, els anomenats ‘estats fallits’ o que no controlen zones del
seu propi territori”.
Tanmateix, i com deia la setmana passada a la Biennal
de Pensament la filòsofa Marina Garcés, “el col·lapse,
però, no pot col·lapsar el nostre pensament crític i la imaginació política
d’un futur millor”.
Fuente original: ASSAIG GENERAL DEL COL·LAPSE QUE
VINDRÀ– Critic– Licencia
C.C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario