domingo, 24 de noviembre de 2019

RELATO DE MIL CARACTERES DE UNA SERIE DE 1.000 RELATOS



EL UNIVERSO DE JUANITO


Juanito de niño, hacia de eso muchos años: treinta, cuarenta, cincuenta o más, jugaba como jugaban entonces los niños en su pueblo: a tractores, cogiendo una tapadera de cacerola entre las manos, convirtiéndola con el mágico poder de la imaginación en el volante del tractor, y corría tras ella acompañado por el ruido del motor que simulaba con la boca: ¡ruúmm, ruúmm, ruúmm! Y así recorría una y otra vez todo el contorno del pueblo que para él constituía todo el universo.
Cuando dejó de ser niño y sin saber cómo, se halló en la cima de una de las montañas que circundaba el pueblo, y desde aquella altura descubrió que el universo era infinitamente más ancho y extenso de lo que él había visto. Vio muchas más cumbres, algunas borrosas, muy lejos, otras más cercanas y monumentales, valles, acantilados, ríos y vaguadas, caminos y senderos.
Ante aquel inédito universo misterioso que se extendía bajo sus pies y que ni siquiera era capaz de abarcar con la vista, primero sintió asombro y extrañeza, y después miedo, un miedo espantoso que le hizo temblar.
Bajó tembloroso y cargado de miedos de aquella cima que le hacía intuir que el mundo era muchísimo más de lo conocido por él, pero no quiso salir de lo que le era conocido y familiar.
Desde entonces Juanito hace los mismos recorridos que hacía de niño, de una a otra punta del pueblo, pero triste y cabizbajo, con pasos lentos, pesados, porque ya no es un niño para seguir jugando a tractores con la tapa de cacerola.

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Manuel Sogas Cotano
Zaragoza 17 Agosto 2005
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