Noción de capitalismo, la crisis de 2008 y su
superación / Manuel Sogas
Manuel Sogas Cotano
Corresponsal del Pollo Urbano en la República Dominicana
Corresponsal del Pollo Urbano en la República Dominicana
Desde los más remotos orígenes del ser humano, este ha tenido que
producir algo para proveerse de lo necesario para la subsistencia y la
reproducción, que son sus
necesidades vitales básicas, y ello lo ha tenido que realizar siempre bajo un
determinado modo de producción más o menos complejo, en función del desarrollo
alcanzado por las fuerzas productivas en cada momento.
A
lo largo de la historia, pues, la humanidad ha conocido diferentes modos
de producción. Los principales han sido la barbarie, la esclavitud, la
servidumbre o feudalismo y el capitalismo.
Lo inherente a la naturaleza humana es el trabajo. Mediante el trabajo el
individuo ha ido logrando adoptar a sus necesidades de consumo aquellos
elementos que estando en la naturaleza no eran consumibles en el estado natural
en que se encontraban. Así pues, lo natural en el ser humano es el trabajo,
pero no la forma de producir ni de distribuir los objetos producidos, que
evidentemente han variado a lo largo de la historia. Cualquier modo de
producción es un producto de la historia y está en función del desarrollo
productivo de las mismas. En el momento de aparecer un modo de producción ya
lleva consigo el germen de su extinción.
Todos los modos de producción sin excepción se basan en una estructura
económica que hace referencia a la producción; una estructura política
relativa a la regulación de la distribución de los bienes producidos y de las
relaciones entre los individuos y de estos con las cosas, y una estructura
ideológica que representa el consenso general de la sociedad con respecto
tanto a la forma de cómo se producen los objetos como a su forma de
distribuirlos y, en general todos los valores morales y sociales en los que se
asienta esa sociedad: cultura, arte, religión, filosofía…, etc. Estas tres
estructuras conforman una unidad inseparable y constituyen el sostén de
cualquier tipo de sociedad que se considere.
“¿Qué es una sociedad, cualquiera que sea su forma? El producto de la
acción recíproca de los hombres. ¿Son los hombres libres de escoger tal o cual
forma social? En absoluto. Tomad un determinado estado de desarrollo de las
facultades productivas de los hombres y tendréis una determinada forma de
comercio y de consumo. Tomad determinado grado de desarrollo de la producción,
del comercio, del consumo y tendréis una determinada forma de constitución
social, una determinada organización de la familia, de órdenes o de clases, en
una palabra: una determinada sociedad civil. Tomad una determinada sociedad
civil y tendréis un determinado estado político que no es más que la expresión
oficial de al sociedad civil…” [[1]]
En un principio el individuo, junto a otros individuos, no puede producir
más que aquellos objetos que necesita para sí y lo suyos, es decir, objetos que
contengan las cualidades necesarias para la satisfacción de las necesidades
básicas que tiene. Es una producción del tipo siguiente:
M… P … M´
Donde M representa el elemento de la naturaleza en su estado natural, no apto
para el consumo humano en el estado en que se encuentra; P el proceso de
producción que arranca a M de la naturaleza dotándole de las cualidades
precisas para convertirlo en un producto M´ que posibilita su consumo humano.
En este tipo de comunidad en la que se produce exclusivamente para
satisfacer las necesidades de subsistencia y reproducción, todos sus miembros
realizan un tipo de trabajo muy parecido, teniendo que tener necesariamente
pleno dominio del medio e trabajo que realice, esto es, el instrumento que
interponga entre él y la naturaleza (la herramienta), y desconociéndose el
concepto de propiedad privada que hoy se tiene. Se es poseedor de la tierra por
el simple hecho de nacer dentro de la familia, clan o tribu en que se nace,
pero no a título personal. Nadie puede comprar o vender la tierra a título personal
y todos están obligados a trabajar para producir y a recibir una parte de lo
producido.
Para que se de el trueque entre pueblos o comunidades es necesario en
primer lugar que las fuerzas productivas alcancen el desarrollo necesario como
para poder producir más productos de los considerados necesarios en una
comunidad, de modo que sea este excedente de la producción el que se pueda
dedicar al trueque o cambio por otros bienes que son igualmente excedentes de
la producción en otras comunidades. En el trueque los objetos que se
intercambian responden al uso que de ellos se hace y no por el valor de cambio.
O sea, se intercambian bienes con valores de uso y no valores de cambio.
Con lo expuesto hasta aquí ya podemos realizar algunas conclusiones de
forma categórica. La primera es que contrariamente a como lo presentan los
ideólogos burgueses, el modo de producción capitalista no es algo dado por la
naturaleza desde el principio de los tiempos como la forma de producir
inherente a la naturaleza del ser humano, sino que es producto del desarrollo
de las fuerzas productivas, es decir, no es natural, sino creado por el ser
humano, y por ello desde el momento mismo de su nacimiento lleva
implícito el germen de su extinción.
El modo de producción capitalista aparece en la historia cuando determinados
hechos materiales anteriores a él lo fuerzan a ello. El fundamental de estos
hechos lo constituye la acumulación de capitales que fue realizando la
burguesía por sus actividades comerciales y llegado un momento ve impedido su
desarrollo por las estructuras políticas e ideológicas del feudalismo, razón
por al cual surge la Revolución Francesa de 1789, inspirada y dirigida por la
burguesía y en función de sus intereses, aunque cuando el peso de la misma
descanse en los hombros del pueblo que toma como propios, cuando no lo eran, el
lema de igualdad, libertad, fraternidad. El burgués pide igualdad con la
nobleza ante la ley que tenía vedada; libertad para poder comerciar sin los
impedimentos de las fronteras y fraternidad también con la nobleza. De hecho,
la burguesía no tiene inconveniente alguno en pactar con la nobleza cuando se
hace necesario para someter o contener al pueblo llano. Este, lo que logra de
la Revolución burguesa es la libertad, pero no en el sentido moral y personal
de encontrarse en una situación real en la que poder decidir que hacer o que no
hacer, sino libertad con respecto a los lazos feudales que le tenían atado a la
tierra como si fuera un animal de trabajo (que constituyendo un progreso social),
para quedar “completamente” libre a merced del burgués, puesto que abandonada
la tierra, dado que es un ser “libre”, para subsistir no le queda más
remedio que vender su fuerza de trabajo, que es lo único que tiene, al
propietario de los medios de producción que es el burgués, o puede que su
antiguo Señor.
Lo que logra la Revolución Francesa de 1789 con el derrocamiento de las
relaciones de producción feudales es adecuar la estructura política e
ideológica existente hasta ese momento que impedían el desarrollo del
capitalismo para adaptarla a sus necesidades de desarrollo.
Se señaló implícitamente al principio de este capítulo. El modo de producción
capitalista es efectivamente un modo histórico de producción de objetos
materiales e inmateriales. Pero no produce exclusivamente bienes materiales e
inmateriales, de cuya producción da cuenta su estructura económica. Es
también un modo de distribuir lo producido de una determinada forma, de lo que
se ocupa su estructura política, y tanto esa forma de producir como de
distribuir lo producido, se tiene que corresponder con un consenso social
mayoritario que se corresponde la con la estructura ideológica.
Por ello concebir al capitalismo como algo estrictamente económico,
neutro y aséptico políticamente, es tanto como no comprenderlo, sin embargo no
son pocos los que así lo conciben, y por no comprender lo que es y cuáles son
sus reglas de funcionamiento, muchos también le atribuyen virtudes o defectos
de tipo personal: con rostro humano o salvaje, inmoral o cargado de virtudes.
El capitalismo no es un sujeto, sino una creación económica, política e
ideológica del individuo como producto de la historia, por tanto no cabe
juzgarlo como moral o inmoral, sino como hecho histórico que en su devenir, y
siempre en función del desarrollo de las fuerzas productivas, ha ido pasando de
formas capitalistas menos desarrolladas e imperfectas como las del capitalismo
comercial de los siglos XV-XVIII hasta otras formas más desarrolladas y
perfectas como la del capitalismo industrial entre los años 40 y 70 del siglo
XX, para adoptar a continuación la nueva forma de capitalismo financiero hasta
la crisis de 2008, que marca la culminación del desarrollo capitalista como
elemento de progreso social para adquirir su ultima forma regresiva, el fascismo
financiero [[2]],
que le acompañará hasta su extinción como modo de producción dominante.
El modo de producción capitalista que es el que nos interesa especialmente aquí
produce valores de cambio para el mercado. Su punto de referencia es el dinero
que se puede obtener mediante su intercambio en el mercado. Esto no significa que
los bienes producidos no tengan ninguna utilidad social, o sea, que no valgan
para nada. Tienen que tenerla puesto que si no la tuvieran ni sirvieran para
nada nadie los querría comprar, pero el punto de referencia de su producción es
el mercado y no la de satisfacer las necesidades sociales.
El
único Dios entero y verdadero que tiene el capital es el acrecentamiento
ilimitado de los capitales invertidos, para lo cual no reparará en ninguna
consideración moral ni de ningún tipo, y para lograr sus fines removerá cuantos
obstáculos le salgan al paso sin consideración alguna, recurriendo al crimen
material, chantaje o guerra a cualquier nivel cuando vea peligrar sus
intereses, que en sí mismo son por naturaleza contrarios a los de la inmensa
población de la sociedad.
Sin embargo la pretensión de hacer crecer los capitales de una manera ilimitada
en el tiempo constituye una quimera, como demostraremos más adelante con unos
sencillos cálculos aritméticos que se mostrarán. Pero aun sin cálculos
aritméticos de ningún tipo, con un mínimo de lógica elemental, la intuición ya
deja establecida al menos la duda razonable de que algo pueda estar creciendo
permanentemente de forma ilimitada.
La expresión que representa en esencia el funcionamiento del modo de producción
capitalista es la siguiente:
D – M … P … M´-
D´ [1]
Esta expresión indica en primer lugar que tiene que haber alguien con un dinero
inicial D (el capitalista) que lo invierte en la compra de una mercancía
M para ser transformada mediante el proceso productivo P en una
nueva mercancía M´ que será llevada al mercado como un producto
terminado, donde se intercambiará por un dinero D´, siempre con la
condición de que este dinero D´ sea mayor que el dinero inicial D.
Con el dinero inicial D el capitalista lo invierte en la compra de una mercancía
M (Para el capitalista todo tiene carácter de mercancía: instalaciones,
materias primas, salarios, suministros, servicios, etc.) que someterá a un proceso
de producción P donde transformará la mercancía M en otra mercancía
M´(producto terminado) que llevará al mercado para intercambiarla por un dinero
D´, de cuyo dinero se resarcirá de todos los gastos ocasionados y el resto
constituirá su ganancia, la parte que contribuirá al acrecentamiento de sus
capitales.
Para el capitalista tiene la consideración de mercancía M todo
aquello en lo que invierte su dinero, diferenciando lo que son los salarios de
los obreros como capital variable V y como capital fijo C todo lo
demás, de modo que:
M = C + V
El mayor mal que puede acontecer es no ser consciente de ese mal que acontece,
no tener noción de él, pues ignorando su existencia quedan cerradas todas las
puertas para buscar las posibles causas de su origen sobre las que poder
actuar para erradicarlo, o al menos paliarlo, disminuyendo sus efectos
perniciosos en caso de no poder ser erradicado. De este modo el mal no es
concebido como algo sobrevenido sino como una parte más de la naturaleza del
ser humano que como tal lo acompañará hasta que perezca.
Los ideólogos y economistas burgueses, faltando al rigor histórico y a la
honradez intelectual han mantenido y siguen manteniendo todavía que la forma
natural de producción por adaptarse a las características de la naturaleza
humana es el modo de producción capitalista, y esta falsedad histórica
alimentada también por la enseñanza, ha hecho creer entre los grandes sectores
sociales que, efectivamente, el capitalismo es la forma natural de producción,
y que no puede existir ninguna otra que la pudiera sustituir, porque siendo el
capitalismo lo querido por la “naturaleza” es de necios intentar cambiarlo.
Desarrollando y analizando la expresión [1] se comprende la esencia del
funcionamiento del modo de producción capitalista, las leyes internas que lo
rigen, la existencia de las clases sociales, las cuales no las crea nadie en
particular (¡Las mismas que muchos dan ya por inexistentes!), la creación del
valor, las crisis capitalistas, los cambios de forma que el propio capitalista
crea si n variar su naturaleza y, como por fin, al llegar a su máximo
desarrollo se convierte de elemento de progreso social que fue en freno de ese
mismo progreso social, convirtiéndose en inviable históricamente y por ello
reclamando su sustitución por un modo de producción más desarrollado y justo:
el socialismo, que evidentemente nada tiene que ver con el Partido Socialista
Obrero Español (PSOE) que hoy conocemos.
Para la comprensión del capitalismo mediante el desarrollo y análisis de la
expresión [1] partamos de un ejemplo práctico sencillo que se va
desarrollando a través del tiempo, en los que hay que prestar más atención que
a las cifras, que son absolutamente arbitrarias, a lo que subyace por debajo de
ellas.
Así, pues, supongamos que un capitalista dispone de un dinero
inicial D por valor de 120 con el que compra una mercancía M
por el mismo valor (2 máquinas (capital fijo C) a razón de 50 cada una
de ellas y paga a 10 asalariados a razón de 2 a cada uno (capital variable
V) para obtener la mercancía M´ que venderá por una cantidad de dinero
D´ de valor de 300.
Estos datos representan la situación de partida con la que el capitalista
inicia el primer proceso productivo P, que para simplificar, suponemos
que dura un año.
Cuadro nº 1.
Dinero inicial
(D)
|
120
|
Mercancía (M)
Capital fijo
(C): 100
2 máquinas x
50
Capital
variable (V): 20
10
asalariados x 2
|
120
|
Dinero (D´).
Ventas a realizar
|
300
|
Realizado el proceso de producción P que se ha llevado a
cabo según lo previsto en el Cuadro nº 1. El capitalista lo primero que
comprobará será el dinero ganado (La plusvalía PV obtenida), para
lo cual, del dinero D´ (las ventas realizadas) deduciría la cantidad de dinero
inicial D invertido, realizando la siguiente operación:
D´ – D =
PV [2]
O
sustituyendo en la expresión [1] D y D´ por sus respectivos valores
numéricos:
300 – 120 =
180.
Podemos comprobar que el capitalista ha logrado su objetivo de acrecentar
los capitales invertidos al obtener una plusvalía PV de valor 180, pues
del dinero inicial D que tenía de 120 (Cuadro nº 1.) lo ha
incrementado hasta el valor de 180.
La situación patrimonial del capitalista después de la realización del primer proceso
productivo P es la que refleja el Cuadro siguiente:
Cuadro nº 2.
CONCEPTOS
|
IMPORTE
|
Efectivo
remanente primer proceso
|
180
|
TOTAL
PATRIMONIO
|
180
|
El
cálculo del incremento del capital del capitalista se realiza dividiendo la plusvalía
PV obtenida por la suma de dinero total invertida (D) para obtenerla
que proporcionara la tasa de ganancia g´ obtenida, es decir:
g´= PV /
D [3]
O
en su valor numérico:
g´= 180 / 120 =
1,5
Veamos que ha sucedido con los asalariados que han contribuido al incremento
del patrimonio del capitalista. Sabemos que el total de los salarios recibidos
por los 10 asalariados han ascendido a la suma total de 20. De estos
salarios para la subsistencia y reproducción de los asalariados y sus familias
tienen que gastar una determinada cantidad. Supongamos que el 50% de lo
percibido pro salarios, lo cual supondría unos salarios muy altos, dado que si
para la subsistencia propia y la de al familia correspondiente gasta la mitad
de lo que gana, significa que la otra mitad la pueden ahorrar para lograr un
determinado patrimonio que queda reflejado en el siguiente
Cuadro nº 3.
Nº
Asalariados
|
TOTAL
Salarios
|
DIVERSOS
Gastos
|
TOTAL
Patrimonio
|
10
|
20
|
10
|
10
|
Si
comparamos la situación patrimonial del capitalista con la de cada asalariado
individual que ha contribuido al acrecentamiento de sus capitales, vemos la
enorme desproporción que han tenido los asalariados respecto del incremento del
patrimonio de capitalista, el cual ha visto incrementado su capital con
la cantidad de 180, mientras que la de los trabajadores ha sido de 1, a
pesar de estar en el supuesto de percibir salarios altos.
Esta diferencias de ingresos entre el capitalista y el asalariado son cada vez
grandes, a medida que el crecimiento económico aumenta, cosa que la práctica
demuestra, mientras que la ficción y propaganda capitalista afirma que el
capitalismo crea y reparte la riqueza.
Si
se observa, la mercancía M que tiene un valor D, a su paso por el
proceso de producción P se transforma en una nueva mercancía M´
con un valor superior D´ quiere decir que ese incremento de valor se
produce en el proceso de producción P, que es el que los asalariados
ponen en marcha y mantienen en funcionamiento durante todo el proceso, por
consiguiente, puede afirmarse que la figura del capitalista como tal
capitalista, sujeto aportador nato de capitales, no es necesario y
mucho menos imprescindible en el proceso de producción P, como lo prueba la
práctica en formas empresariales no capitalistas, como las cooperativas (que no
tengan ningún asalariado), en las que absolutamente nadie podría ostentar el
título de empresario, dado que el papel de empresario y de trabajador se dan en
la misma persona. Es necesaria e imprescindible en la producción, a partir de
un determinado grado de complejidad en la misma, la función de dirección,
que perfectamente puede no coincidir con la figura del capitalista. Y hay una
última observación que si bien no se puede dar por sentada categóricamente, si
viene en cambio a poner en cuestión la afirmación categórica tanto de
economista como ideólogos burgueses, de que el capitalista sin realizar ninguna
función ni de dirección y ninguna otra en el proceso productivo P
concreto de que se trate, recibe sus beneficios en función del riesgo al que
somete a sus capitales. Esto podría ser admitido en caso de pequeños y medianos
empresarios, todos ellos trabajando en alguna función en sus respectivas
empresas y arriesgando el dinero propio y, a veces, incluso el de familiares y
amigos que hayan podido ser avalistas en algunos préstamos. Pero tanto menos
cierto cuanto más grandes y poderosos son los capitalistas, en cuyo caso,
primero el capital invertido puede perfectamente no se de ellos personalmente,
sino de un préstamo recibido, y la garantías de este prestamos podrían
perfectamente no ser garantías reales personales, como podría ser el caso, por
ejemplo, de un Presidente de una Caja de Ahorros que recibe un préstamo
de 100 para comprar un paquete de acciones de una gran empresa, por ejemplo,
ENDESA, cuyo paquete de acciones es el ofrecido como garantía del préstamos con
que las compra.
Dejemos que nuestro capitalista continúe el desarrollo de la expresión
[1] que le habíamos interrumpido.
Sabemos que en la expresión [3] el dinero inicial D es la suma de
lo invertido en capital fijo C y lo invertido en capital variable V,
es decir C + V, por lo que la expresión [3] es equivalente a:
g´ = PV / C +
V [5]
Si dividimos todos los términos de la expresión [5] por V
tendremos una expresión equivalente:
g´= (PV / V) /
[(C / V) + (V / V)] [6]
Ahora
bien, en la expresión anterior [6] se puede observar lo siguiente:
- PV / V = p (Tasa de la plusvalía)
- C / V = o´ (Composición orgánica del capital)
- V / V = 1 (Una constante)
Por lo que la
expresión [5] queda reducida a:
g´= p / o´+
1 [7]
Si se
sustituye a), b) y c) por sus valores tenemos:
- 180 / 20 = 9 (Tasa de plusvalía PV del capitalista en el ejemplo)
- 100 / 20= 5 (Composición del capital orgánico en el ejemplo)
- 20 / 20 = 1 (constante)
Luego la
expresión numérica de [7] es:
g´= 9 / 5 + 1 =
9 / 6 = 1,5 [8]
Como puede comprobarse el valor de las expresiones [3] y [8]
son idénticos:
[3] g´= 1,5
[8] g´= 1,5
Quien mejor estudió y analizó el mecanismo interno del funcionamiento del modo
de producción capitalista fue Marx, concibiéndolo como un modo de producción
social determinado por el desarrollo histórico, y por ello, con un principio y
un fin, a diferencia de los economistas e ideólogos burgueses que ven en el
capitalismo la forma de producción natural inherente a la naturaleza humana y
por ello perdurable e invariable a través de la historia hasta el final de los
tiempo.
La expresión [7], que se la debemos a Marx, explica la medición de la tasa
de ganancia g´ de los capitales invertidos y los elementos que contribuyen
a su formación.
Hemos señalado y no está de más volver a reiterar, que el fin último del
capitalismo es hacer crecer los capitales invertidos por encima de cualquier
otra consideración o circunstancia. El verdadero Dios del capitalista es el
dinero. Cualquier otro Dios únicamente lo puede tomar como un Dios instrumental
en la medida exclusivamente que le ayude a incrementar sus capitales.
La crisis capitalista se reduce a que la tasa de ganancia g´ necesaria
para hacer crecer los capitales cae por debajo del nivel que necesita el
capitalista para que los capitales crezcan al ritmo adecuado. Y, en
consecuencia, la crisis se supera una vez que la tasa de ganancia g´
vuelve a recuperar el nivel adecuado.
La afirmación en relación a la crisis de 2008 de que: “La economía española no
deja de recibir elogios de los analistas internacionales por su
“impresionante crecimiento”, como calificó el FMI. El último ha sido Deutsche Bank
a través de su gestora de fondos, que considera que las medidas adoptadas por
el Gobierno “en ocasiones dolorosas” están “dando sus frutos” con un ritmo de
crecimiento que superará el 3% por tercer año consecutivo. “La eurozona
no será más una historia de ‘crecimiento alemán…” [[3]],
Cuando “Hoy, diez años después del comienzo de la crisis, en España viven
8,5 millones de personas en riesgo de exclusión, 1,3 millones más que antes de
la crisis. Esto es, aproximadamente, uno de cada cinco habitantes.” [[4]]
Podría parecer que tuviera que ver con lo paradójico o el cinismo, sin
embargo, nada tiene que ver ni con lo uno ni con lo otro, sino con la lógica
del punto de vista de clase desde el que se hace tal afirmación, que en este
caso, se corresponde con el punto de vista de clase de los grandes capitales.
Si la tasa de ganancia g´ está al nivel que permita acrecentar los
capitales según sus necesidades, se ha salido de la crisis. Si esta salida de
la crisis produce dolor en las personas es cuestión menor para el capital en la
que no entra. Su función es hacer crecer los capitales a cualquier costo,
incluida la guerra si es necesario.
Así, pues, mediante la expresión [7] se puede saber cuando los
capitales están o no en crisis, pero también nos advierte, siendo esto lo más
importante, y que no obstante los dirigentes políticos de izquierdas parecen no
haber reparado en ello, de que a partir de un determinado momento el modo de
producción capitalista se hace materialmente inviable. El momento de esta
inviabilidad material llega cuando la composición del capital orgánico
o´ adquiere un determinado volumen, al que necesariamente llegan los capitalistas
por las continuas inversiones a que se ven obligados a realizar, y al figurar o´
en el denominador de la expresión, en la misma medida que aumenta hace
descender la tasa de ganancia g´, que en esencia es lo que viene a
representar la crisis de 2008.
En 2008 el capitalismo en su forma de capitalismo financiero llega a su
plena madurez sin que tenga a su disposición una forma superior de capitalismo
que represente algún tipo de progreso social, por ello adquiere la nueva forma
de fascismo financiero, que lejos de representar ningún elemento de progreso
social, se convierte en freno del desarrollo social. Y la razón objetiva es la
siguiente: si todos los capitales invertidos en ese momento necesitaban una tasa
de ganancia g´ equivalente, por ejemplo, a 1,2 para seguir creciendo,
puesto que se produce la crisis, indica que las formas capitalistas más
desarrolladas hasta ese momento, como el capitalismo industrial y el capitalismo
financiero, en conjunto no llegaban hasta el nivel necesario de la tasa de
ganancia g´ necesaria, sino que, llegaba, por ejemplo a 0,9, lo que indica que
el 0,3 que alta para llegar a la tasa de ganancia g´ de 1,2 lo tiene que
extraer directamente de los recortes sociales que realizan los gobiernos a su
servicio para hacérselo llegar a sus bolsillos; del robo directo de las
empresas más rentables del Estado (O sea, del patrimonio de toda la sociedad)
bajo la denominación de “privatizaciones”; mediante las denominadas
desregularizaciones de la económica, a través de las cuales determinados
servicios pasan a manos de los grandes capitales; mediante el robo de los
fondos públicos de las pensiones públicas para entregárselos a los bancos;
mediantes las reformas constitucionales a medida de lso intereses de los
grandes capitales, en el caso de España, reforma del artículo 135 de la
Constitución, etc. Este comportamiento es el que inaugura la nueva forma de fascismo
financiero, y el que nos garantiza que de seguir por el camino que se lleva
de buscar soluciones a una crisis que no tiene solución dentro de los
parámetros capitalistas nos conduce al precipicio de la barbarie. O, al
socialismo. Socialismo que no tiene en absoluto nada que ver con el PSOE. Para
lo primero basta con dejar correr las cosas tal y como van, con creer que la política
es cosa de los lideres que son los que entienden, piensan, saben y
deciden por los demás. Para lo segundo, para evitar la barbarie capitalista y
establecer como alternativa el Socialismo, hay que trabajar, empezando como
paso previo a todo lo demás por entender qué es el capitalismo, con el fin de
no perder más tiempo buscando soluciones a lo que lo la tiene.
Para sostener los argumentos mantenidos que se acaban de mencionar,
retomemos el ejemplo numérico que habíamos abandonado eventualmente para
comprobar cómo el capitalismo industrial se va convirtiendo en capitalismo
financiero en la medida que se van desarrollando, y en esa misma medid en
que se desarrolla y aumenta la riqueza, esta se va concentrando cada vez más en
el capitalista abriendo una brecha cada vez más grande entre este y los
trabajadores, hasta llegar a la forma actual de fascismo financiero, en
la que ya de forma meridianamente clara y sin rodeos empieza a perder toda la
sociedad de forma generalizada.
El patrimonio del que dispone el capitalista para realizar un segund0 proceso
de producción P es de 180, según se refleja en el Cuadro nº 2.
Si a la vista de los resultados obtenidos y todas las informaciones que tiene
el capitalista le inducen a pensar que produciendo un valor de 150 más que lo
producido en el proceso de producción P realizado y que puede
incrementar sus ventas en esa misma cantidad, no dudará en comprar una nueva
más quina más como las que ya tiene y en contrata a 5 asalariados más, en cuyo
caso la situación de partida para el inicio del proceso productivo número 2,
sería la que aparece en el siguiente Cuadro nº 4.
Cuadro nº 4.
Dinero
inicial (D)
|
180
|
Mercancía (M)
Capital fijo
(C): 150
3 máquinas x
50
Capital
variable (V): 30
15
asalariados x 2
|
180
|
Dinero (D´).
Ventas a realizar
|
450
|
Si se realizara el proceso productivo número 2 sin ninguna variación según la
previsión del capitalista, este volvería a realizar los cálculos que ya
conocemos y comprobaría que su capital ha vuelto a crecer 1,5 veces que es la tasa
de ganancia g´ obtenida:
D´- D =
PV [2]
450 – 180 = 270
PV / D = g´ [4]
270 / 180 = 1,5
El capitalista ha vuelto a lograr su objetivo al hacer que crezca el dinero
inicial D invertido (180), haciéndolo pasar de 180 a 270, quedando su
situación patrimonial como refleja el Cuadro siguiente:
Cuadro nº 5.
CONCEPTOS
|
IMPORTE
|
Efectivo
remanente primer proceso
|
270
|
TOTAL
PATRIMONIO
|
270
|
En
tanto que la situación patrimonial de los asalariados sería la siguiente:
Cuadro nº 6.
Nº
Asalariados
|
TOTAL
Salarios
|
DIVERSOS
Gastos
|
TOTAL
Patrimonio
|
15
|
30
|
15
|
15
|
En estos dos ejemplos que se han expuesto quedan circunscritos a la forma
capitalista de capitalismo industrial (Casi las tres décadas que
siguieron a la finalización de la II Guerra Mundial) en la que se ha visto que
cuanta mercancía M´ produce el sistema productivo puede ser vendida
íntegramente en el mercado, por lo tanto de permanecer constantes las
circunstancias en que se realizan esas operaciones, tanto lo que se refiere a
la producción como a la venta, el funcionamiento del capitalismo no ofrece
ningún problema ni desajuste, puesto que el capitalista hace crecer su dinero, Cuadro
nº 5, y a la vez crece el número de puestos de trabajo y el patrimonio de
los trabajadores, Cuadro nº 6., en cuyas circunstancias no se podría
originar ninguna crisis dentro del capitalismo.
Esta situación es una quimera que no se ha dado en el capitalismo nunca en
todos sus siglos de historia, excepto en las décadas que van desde la
finalización de la II Guerra Mundial a la crisis capitalista de la década de
los 70.
Entre 1948 y 1952 en Europa se produce el mayor crecimiento de su historia. La
producción industrial crece un 35% con la ayuda financiera de USA, con lo que
la pobreza y el hambre de los o primeros años de la postguerra desaparece, lo
que unido al pleno empleo y una mejora relativa de los salarios (como nunca se
había producido en toda la historia del capitalismo, y que ya no se volverá a
conocer), sirve también para frenar el expansionismo ideológico de la URSS,
entonces con prestigio y auge entre las clases trabajadoras y el debilitamiento
de los grandes partidos comunistas franceses italiano. Este crecimiento
económico tiene un impacto directo en la mejora de las condiciones de vida de
los trabajadores y de la sociedad en general, que llega hasta la aparición de
la crisis capitalista en su forma industrial de los años 70, en cuya década
comienza la nueva forma capitalista del capitalismo financiero o neoliberalismo
que llegará hasta el año 2088 con el estallido de otra nueva crisis más aguda y
grave que ninguna otra de las habidas en la historia del capitalismo.
Esta bonanza económica, que algunos la atribuyeron cínicamente a que el
capitalismo había adquirido una faz humana, era en realidad la consecuencia de
la destrucción que había ocasionado la guerra
Durante los seis años que duró (1939-1945) tan solo sobre el III Reich alemán y
Gran Bretaña cayeron cerca de millón medio de toneladas de bombas,
concretamente, 1.350.000 sobre el primero y 74.172 en Gran Bretaña [[5]].
Resultaron afectadas 93 millones de personas (55 millones de muertos; 35
millones de heridos y 3 millones de desaparecidos). De estos 30 millones fueron
civiles (7 millones de rusos; 5,4 millones de chinos; 4,2 millones polacos; 3,8
millones de alemanes y entre 4 y 5 millones de judíos). Los militares afectados
fueron 13,6 millones de rusos; 6,4 millones de chinos; 4 millones de alemanes; 1,2
millones de japoneses; unos 400 mil británicos; unos 400 mil italianos y unos
300 mil de USA.
Los daños materiales fueron descomunales. Solamente
entre las flotas mercantes de USA y Gran Bretaña se perdieron más de 22
millones de toneladas, a lo que habría de sumarse la destrucción de material
militar; la destrucción de buena parte de la industria de lso países europeos
que participaron en la guerra; ferrocarriles; puertos; aeropuertos, Carreteras;
ciudades…
El costo económico se calculó alrededor de 1 billón 500 mil millones de dólares
de la época (1.500.000.000.000), de los que el 21% correspondió a USA; el 20% a
Gran Bretaña; el 18% a Alemania; el 13% a la URSS y el 4% a Japón.
Si en el último ejemplo expuesto el capitalista hubiera cometido un error en
sus previsiones y en vez de vender mercancía M´ por un valor de 450 como
tenía previsto hubiera vendido únicamente por valor de 410, la situación
que aparece en el Cuadro nº 4., hubiera sido la siguiente:
Cuadro nº 7.
Dinero
inicial (D)
|
180
|
Mercancía (M)
Capital fijo
(C): 150
3 máquinas x
50
Capital
variable (V): 30
15
asalariados x 2
|
180
|
Dinero (D´).
Ventas a realizar
|
410
|
D´- D =
PV [2]
410 – 180
= 230
PV / D = g´ [4]
230 / 180 = 1,2
Como se puede ver también con este ejemplo el capitalista ha logrado
incrementar su capital, pero ha crecido en menor medida a como lo venía
haciendo, puesto que la tasa de ganancia g´ ahora ha sido de 1,2
en lugar de 1,5, por lo que su situación patrimonial sería con este ejemplo, la
siguiente
Cuadro nº 8.
CONCEPTOS
|
IMPORTE
|
Efectivo
remanente primer proceso
|
230
|
TOTAL
PATRIMONIO
|
230
|
En tanto que la situación patrimonial de los asalariados no sufre cambio,
manteniéndose como se refleja en el Cuadro nº 6.
Al
pasar la tasa de ganancia g´ del valor 1,5 al valor 1,2, probablemente
no sería exacto hablar de crisis capitalista, pero sí de estar en camino de la
misma, por lo que seguramente el capitalista preferirá que sus capitales sigan
creciendo al ritmo de la tasa de ganancia g´ de 1,5 que le proporcionó
el proceso productivo realizado en primer lugar, que preferirá repetir antes que
los dos últimos, es decir, preferirá realizar el segundo proceso productivo con
2 maquinas y 10 asalariados que fue como realizó el primero. Por tanto,
la situación inicial con la que pone en marcha el segundo proceso productivo es
Cuadro nº 9.
Dinero
inicial (D)
|
120
|
Mercancía (M)
Capital fijo
(C): 100
2 máquinas x
50
Capital
variable (V): 20
10
asalariados x 2
|
120
|
Dinero (D´).
Ventas a realizar
|
300
|
Dinero ocioso
después de realizada la inversión de 120: 60 (180-120 = 60)
|
|
Hay que señalar que este Cuadro por lo que respecta a lo productivo
(capitalismo industrial) es idéntico al Cuadro nº 1. La diferencia está
en que el capitalista en el Cuadro nº 1, disponía de un dinero
inicial D por valor de 120 que invierte en su totalidad en el proceso
productivo, y ahora, en el Cuadro nº 9, invierte igualmente un dinero inicial D
por valor de 120, pero como resulta que el patrimonio del capitalista es de 180
(Cuadro nº ) después de realizada la inversión en el nuevo proceso productivo
le queda un valor ocioso, sin invertir de 60, cuyo capital lo tiene que hacer
crecer, pero fuera del sistema productivo directo, concretamente como capital
financiero, por lo que a partir de ese momento la tasa de plusvalía g´
de los capitales será la suma de la tasa de plusvalía g´ que obtenga
directamente del sector productivo y la tasa de ganancia g´ que obtenga
del sector financiero.
Supongamos que el dinero ocioso que tiene el capitalista por valor de 60
se lo presta al Estado durante un año al 10% de interés.
Realizado este nuevo proceso productivo el capitalista realizará los cálculos
que ya conocemos respecto del sector productivo, al que habrá de agregarle los
correspondientes cálculo relacionados con la actividad financiera (que para simplificar
a aquí se hace coincidir con el proceso productivo del ejemplo) para
comprobar el crecimiento total de sus capitales.
Por lo que respecta al sector productivo ya los conocemos, Cuadro nº 2,
que bastará con transcribir al nuevo Cuadro de la situación patrimonial de
capitalista, al que habrá que añadir la suma del dinero prestado y cobrado más
los intereses correspondientes por los mismos:
Cuadro nº 10
CONCEPTOS
|
IMPORTES
|
Efectivo
remanente segundo proceso
|
180
|
Cobro dinero
prestado
|
60
|
Intereses
dinero prestado
|
6
|
TOTAL
PATRIMONIO
|
246
|
La situación patrimonial de los asalariados resulta afectada negativamente por
el préstamo recibido por el Estado, puesto que el valor 6 pagado en
concepto de intereses al capitalista, indirectamente, lo pagan los asalariados
mediante o a través de los impuestos.
Por lo que respecta a la situación patrimonial de los asalariados y en lo
referente a la producción habría sido idéntica a la que reflejaba en Cuadro
nº 3:
Nº
Asalariados
|
TOTAL
Salarios
|
DIVERSOS
Gastos
|
TOTAL
Patrimonio
|
10
|
20
|
10
|
10
|
Pero dada la circunstancia de que el Estado ha tenido que cobrar unos
impuestos por valor de 6 para hacer frente a los intereses del préstamo que le
hizo el capitalista, esa misma cantidad de 6 es la que los asalariados se han
visto obligados a realizar, por lo que una de dos: han aumentado sus gastos en
6, con lo que se elevan de 10 a 16 quedándoles en consecuencia un patrimonio de
4; o bien, manteniendo los mismo gastos, se descuentan los impuestos
directamente del patrimonio que tenían para quedar reducidos a 4, igual que en
el caso anterior.
Con este último ejemplo se confirma lo que ya se había señalado que la crisis
capitalista la determinaba la bajada de la tasa de ganancia g´ cuando su
nivel logrado no fuera suficiente para hacer crecer los capitales invertidos, y
a esa bajada de la tasa de ganancia g´ contribuye lógicamente una bajada
en las ventas, como se acaba de ver.
Para la realización del siguiente proceso productivo P el
capitalista deberá prever que sus ventas disminuirán en un valor de 6, porque
los asalariados disponen de 6 menos para poder comprar debido a los impuestos
(o bajada de salarios), lo que a su vez llevará al capitalista a invertir menos
dinero en el sistema productivo para a su vez dedicar ese capital no invertido
en medios de producción a actividades financieras, que a la postre tendrán que
pagar lso asalariados con nuevos impuestos, lo que volverá a incrementar la
disminución de las ventas, a lo que hay que añadir que la competencia entre
capitalistas para abaratar costos les lleva cada vez más a sustituir mano de
obra por maquinaría o tecnología, es decir, a incrementar el capital fijo C
disminuyendo el capital variable V, que como sabemos (C / V = o´)
se encuentra en el denominador de la expresión [7]
g´= p / o´+
1 [7]
Y
como es evidente que C (máquinas, tecnología, etc.) es siempre de un
valor muy superior a V, es lógico que cuantas más inversiones se
realicen en C, por estar en el denominador de la expresión más disminuirá la
tasa de ganancia g´.
En España con el pretexto de salir de la crisis de 2008 todos los
gobiernos habidos, que han sido de distintos colores político han tomado
medidas económicas, políticas e incluso ideológicas, aunque estas última
de una manera tímida, con el resultado de un empeoramiento generalizado de las
condiciones de vida para cada vez más amplias capas sociales. “Muchos
trabajadores viven bajo el umbral de la pobreza pese a tener un trabajo y un
sueldo. La crisis ha aumentado en España el índice de la llamada “pobreza
laboral” en solo tres años, de 2007 a 2010, la tasa ha aumentado del 10,8% al
12,3%” [[6]],
es decir, que en toda la historia del capitalismo y precisamente cuando ha
logrado su máximo nivel de desarrollo, aparece por primera vez la categoría de
la pobreza laboral, donde se incluyen los trabajadores que con trabajo y
cobrando por lo trabajado son pobres, y sin la esperanza de abandonar ese tipo
de pobreza, dado que al disponer de trabajo no pueden esperar de este la
redención de la pobreza.
Junto a estos millones de trabajadores que a pesar de disponer de trabajo son
pobres, existen más de 3.700.000 trabajadores en paro que no reciben ningún
tipo de prestación social del Ministerio de Empleo, según la Encuesta de
Población Activa (EPA) correspondiente al segundo semestre del año 2015.
Esta situación surgida en España tras la crisis de 2008 nos la encontramos con
rasgos semejantes en Europa, donde según la ONG Oxfam Intermón entre 2009 y
2013, el número de europeos viviendo con severas privaciones materiales (sin
dinero suficiente para calentar sus hogares o afrontar gastos inesperados) se
incrementó en 7,5 millones de personas hasta llegar a los cerca de 50 millones
que viven en esa situación. “Hay 123 millones de europeos viviendo situaciones
de pobreza (de los que a España le corresponden más de tres millones) casi una
cuarta parte de la población.”
La misma tónica en relación al empeoramiento de las condiciones de vida de cada
vez mayores capas sociales, y por las mismas razones, por la incapacidad
objetiva del modo de producción capitalista para satisfacer las necesidades
sociales, la podemos encontrar en Haití, Argentina, Ecuador o Chile, que
se hallan objetivamente en las puertas de la revolución social para superar la
situación de penuria en que han quedado como consecuencia de la crisis de 2008.
¿Se ha salido de la crisis de 2008 en España? Efectivamente, se ha salido
porque la ideología dominante capitalista impone lo que es bueno o malo
para la sociedad, pero en función de los intereses de los grandes
capitales que son los intereses contrapuestos a los de la inmensa mayoría de la
población, y como la tasa de ganancia g´ ha subido para los grandes
capitales: bancos, compañías de seguros, fondos de inversión, a costa, eso es
evidente y cada día más palpable, a costa de empeorar las condiciones de vida
de cada vez más cantidad de gentes.
Por el camino que vamos estamos abocados a la miseria y la barbarie. El
estallido social, organizado o no es seguro, y quien no vea esto es que no le
gusta verlo porque siente miedo. La solución tiene que venir de la mano del
socialismo para sustituir al modo de producción capitalista. Socialismo que,
evidentemente, nada tiene que ver con el PSOE que hoy conocemos, y que hay que
hacer, y cuanto antes pongamos manos a la obra más cortas y menos serán
las penurias y sufrimientos que nos aguardan de dejar seguir como están las
cosas actualmente.
* * *
Manuel Sogas
Cotano / Mao, Octubre, 2019
De mi libro en
preparación La Crisis de
2008. Apuntes para la Nueva Revolución Social.
[[1] ] Marx / Engels. Cartas sobre El Capital. EDITORIAL LAIA, Barcelona,
1974, pág. 21. El Texto completo se presenta como el Apéndice nº 1. Acerca del
desarrollo de la producción.
[[2]] Basado en la unilateralidad y la simpleza mental, que eran los dos
elementos esenciales para definir la filosofía fascista, según Ortega Y Gasset.
[[4]]
https://ctxt.es/es/20190612/Firmas/26725/Observatorio-Social-La-Caixa-pobreza-desigualdad-exclusion-social-informe-foessa.htm
[[5]] Herman Kinder/Werner Hilgemann. Atlas Histórico Mundial, tomo II,
págs. 222-240. Ediciones ISTMO, 1971, Madrid.
*++
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