(Pepe Blanco, Ministro, en color moreno natural de andamio, dado que ha tenido que sustituir a un alnañil que estaba de vacaciones)
Ya me parecía a mí que el Pepillo este no era tan tonto como parecía y nos la quiere dar con queso otra vez. Pero sosiéguese el lector que aquí estoy yo para perdonar al ministro y conducirlo por la senda del bien.
Vamos a ver Pepillo, no te metas en camisa de once varas y deja que cada profesional haga lo suyo. Deja que Robin Hood haga su trabajo: que robe a los ricos y se lo de a esos que si cumplen a, b y c, cobraran 420 euros al mes, y déjate de esas tontadas de que los ricos paguen más impuestos, que tu sabes mejor que nadie que las leyes están precisamente para eso, para que el que más arrample menos pague , listo, que eres un listo, ¡no te jode!
Tú limítate a no regalarle nuestros dineros a los susodichos interfectos, o sea, a los ricos, y si tienen esa afición del robo o les llega por vía sanguínea que roben, que nadie es nadie para ir quitando por ahí aficiones, que roben, pero que se vayan al monte, que es guay del Paraguay de sano.
Pepillo, compañero del metal, tú estate quieto, a mi ladito, y lee lo que escribo, y no te dejes caer ahora con la gilipollez esa de que de niño no fuiste a la escuela y por eso no sabes leer, que ese es ya un truco muy viejo, que te conozco.
Tú conmigo a la reflexión, Pepe. Lo de los 6.000 millones de euros desde agosto hasta diciembre para toda esa sarta de tonterías que decís del estímulo de la economía y que si quieres arroz Catalina, bien. Está bien. Dedicarlo a la obra pública, bien, Pepe, bien, pero no me te hagas el listo, so listo, en esos 6.000 millones que no meta el cazo ninguna gran empresa de esas que se adjudican las obras que es un primor, como Acciona, Dragados, o el Florentino Pérez del Real Madrid, que no se que coño pinta este con las adjudicaciones de arreglar aceras en Zaragoza, cuando son los autónomos zaragozanos los que trabajan en las aceras zaragozanas.
Y la razón es bien simple, como lenguaje de lengua de trapo de monarca campechano que no sabe ni castellano correctamente, y me la vas a coger a la primera, Pepe.
Esas grandes empresas y esos grandes personajes si se adjudican esos 6.000 millones, para empezar a saber la hora que es le meten un pellizco y se apalancan el 20 % en concepto de beneficios, o sea, que antes de nada 1.200 millones quedan en sus bolsillos, y el resto, esto es, 4.800 millones para pagar las subcontratas que hacen los pequeños y medianos empresarios del lugar que son las que hacen el trabajo.
Y ahora ya te dejo solo para que entres en acción, pero a lo que te digo, nada de pedirles más impuestos a esa empresa adjudicatarias, sencillamente a no dejarles que nos roben esos 1.200 millones en este caso concreto, y de paso te evitas el paripé ese de tenerles que pedir que nos den, Si con que no nos roben es suficiente. Pepe que te lo vengo diciendo.
*
Ya me parecía a mí que el Pepillo este no era tan tonto como parecía y nos la quiere dar con queso otra vez. Pero sosiéguese el lector que aquí estoy yo para perdonar al ministro y conducirlo por la senda del bien.
Vamos a ver Pepillo, no te metas en camisa de once varas y deja que cada profesional haga lo suyo. Deja que Robin Hood haga su trabajo: que robe a los ricos y se lo de a esos que si cumplen a, b y c, cobraran 420 euros al mes, y déjate de esas tontadas de que los ricos paguen más impuestos, que tu sabes mejor que nadie que las leyes están precisamente para eso, para que el que más arrample menos pague , listo, que eres un listo, ¡no te jode!
Tú limítate a no regalarle nuestros dineros a los susodichos interfectos, o sea, a los ricos, y si tienen esa afición del robo o les llega por vía sanguínea que roben, que nadie es nadie para ir quitando por ahí aficiones, que roben, pero que se vayan al monte, que es guay del Paraguay de sano.
Pepillo, compañero del metal, tú estate quieto, a mi ladito, y lee lo que escribo, y no te dejes caer ahora con la gilipollez esa de que de niño no fuiste a la escuela y por eso no sabes leer, que ese es ya un truco muy viejo, que te conozco.
Tú conmigo a la reflexión, Pepe. Lo de los 6.000 millones de euros desde agosto hasta diciembre para toda esa sarta de tonterías que decís del estímulo de la economía y que si quieres arroz Catalina, bien. Está bien. Dedicarlo a la obra pública, bien, Pepe, bien, pero no me te hagas el listo, so listo, en esos 6.000 millones que no meta el cazo ninguna gran empresa de esas que se adjudican las obras que es un primor, como Acciona, Dragados, o el Florentino Pérez del Real Madrid, que no se que coño pinta este con las adjudicaciones de arreglar aceras en Zaragoza, cuando son los autónomos zaragozanos los que trabajan en las aceras zaragozanas.
Y la razón es bien simple, como lenguaje de lengua de trapo de monarca campechano que no sabe ni castellano correctamente, y me la vas a coger a la primera, Pepe.
Esas grandes empresas y esos grandes personajes si se adjudican esos 6.000 millones, para empezar a saber la hora que es le meten un pellizco y se apalancan el 20 % en concepto de beneficios, o sea, que antes de nada 1.200 millones quedan en sus bolsillos, y el resto, esto es, 4.800 millones para pagar las subcontratas que hacen los pequeños y medianos empresarios del lugar que son las que hacen el trabajo.
Y ahora ya te dejo solo para que entres en acción, pero a lo que te digo, nada de pedirles más impuestos a esa empresa adjudicatarias, sencillamente a no dejarles que nos roben esos 1.200 millones en este caso concreto, y de paso te evitas el paripé ese de tenerles que pedir que nos den, Si con que no nos roben es suficiente. Pepe que te lo vengo diciendo.
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