sábado, 11 de noviembre de 2017

EL VISCERÓN JOSÉ AGUILAR DEL DIARIO DE SEVILLA ESCRIBE CON LAS VÍSCERAS, O QUE CREE EL LADRÓN VISCERÓN QUE TODOS SON DE SU CONDICIÓN



El primer elemento de la corrupción empieza porque los periodistas en vez de acudir a la veracidad del hecho para informar, analizar e incluso dar su opinión personal si lo desea, se dedican a deformar la esencia de mismo. Ello deja la puerta abierta a que sobre ese mismo hecho deformado se le puedan añadir al hecho en si mismo deformado o a sus autores cuantas descalificaciones, mentiras, calumnias, vicios o maldades quiera o le pida el cuerpo el periodista corrupto.  Caso del viscerón señor José Aguilar del Diario de Sevilla, porque él escribe con las vísceras, debe cobrar, supongo, dinero de curso legal, pero escribir escribe con las vísceras.


Para ratificarme en estas afirmación me ha bastado comparar dos artículos periodísticos (que se transcriben a continuación) de distintos periódicos del mismo día y relacionados con el mismo tema: la presencia de Puigdemont en Bruselas. ¿De dónde se habrá sacado el víscerón en cuestión que "Puigdemont se acobardó tanto que huyó a Bélgica"?


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INPEDENDENCIA COBARDONA

JOSE AGUILAR


Diario de Sevilla

11 Noviembre 2017


El 21 de octubre, ante la inminente aplicación del artículo 155 de la Constitución, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, hizo una declaración institucional comprometiéndose a no dar un paso atrás en la secesión de Cataluña proclamada en la cámara que lidera. El 9 de noviembre, con la Generalitat intervenida por el Estado represor y ante el Tribunal Supremo, ha dado no un paso, sino un salto atrás: acata la legalidad vigente y dice que la proclamación de la república catalana fue un acto puramente simbólico. La cárcel, que es muy mala.

Forcadell ha abierto una tercera vía en la reacción del estado mayor independentista a la contraofensiva de la democracia española. Puigdemont se acobardó tanto que huyó a Bélgica con varios consejeros, en un alarde de épica de cartón piedra que le ha convertido en el grotesco fantasma de Bruselas; Junqueras y otros consejeros dieron la cara, y en prisión provisional andan, sin que ni siquiera Amnistía Internacional lo considere preso político, y Forcadell se ha negado a sí misma hasta el deshonor para quedar en libertad bajo fianza. A la hora de la verdad se apagan los faroles.

Tres respuestas distintas a la Justicia española, y también distintas estrategias ante las elecciones del 21 de diciembre. El enloquecido Puigdemont, que ya sólo piensa en sí mismo, propone una lista electoral unitaria de los independentistas -encabezada por él, por supuesto-, que Junqueras descarta con una trampa de primero de EGB de política ("o vamos todos juntos o cada uno por su lado"), la CUP no acepta ni muerta diluirse en candidaturas con partidos burgueses y los de Ada Colau-Pablo Iglesias quieren ser la llave de la próxima legislatura, lo que requiere acudir en solitario a las urnas. Total, el frente secesionista afronta la nueva etapa más dividido que nunca, de modo que ya no tiene esa ventaja sobre el bloque constitucionalista.

En los otros dos campos de batalla del separatismo tampoco les va bien. En el ámbito internacional, Puigdemont está más solo que la una y sus escasos apoyos perjudican más que ayudan: flamencos xenófobos, Le Pen, populistas rusos y Pamela Anderson. Con estos amigos, ¿para qué necesita enemigos? Dentro de casa, las masas se desinflan. No ha habido huelga general, sino cortes de carreteras y trenes por adolescentes y niños (literalmente). Incluso aumentó el consumo de electricidad. La próxima huelga general aún será un fracaso mayor. Y los Jordis están presos desde hace veintidós días.

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LA TRASTIENDA DE LA “OPERACIÓN BRUSELAS”





11.11.2017

El País

 

Imagen distribuida ayer por la CUP de la visita que dos de sus miembros, Anna Gabriel y Benet Salellas, hicieron a Carles Puigdemont en Bruselas.

(© Twitter Imagen distribuida ayer por la CUP de la visita que dos de sus miembros, Anna Gabriel y Benet Salellas, hicieron a Carles Puigdemont en Bruselas)
La salida de España de Carles Puigdemont fue algo tan precipitado como estudiado. Todo se decidió en cuestión de poco más de un día, pero también con un informe sobre la mesa en el que se detallaba al expresidente de la Generalitat cuáles eran las mejores opciones para refugiarse en Europa si —como finalmente hizo— decidía abandonar el país. Ese documento fue elaborado por un jurista entre el sábado 28 y el domingo 29 de octubre a petición de uno de los entonces ya consejeros cesados del Govern. En él se proponía como posibles destinos Reino Unido, Alemania, Bélgica y Holanda al considerar el autor del documento a todos estos estados de la Unión Europea como los más favorables a priori para iniciar una batalla legal. El informe también recogía los pros y los contras de cada uno de ellos, según revelan a EL PAÍS fuentes conocedoras de su elaboración y contenido.
El documento señalaba al Reino Unido como el menos favorable sobre el papel. Se destacaba que al no estar incluido en el espacio Schengen —que permite la libre circulación de ciudadanos entre los países de la UE acogidos al mismo, entre ellos España— obligaría a Puigdemont a identificarse al llegar a la frontera. Además, su condición de isla impedía desplazarse hasta allí por carretera, una de las opciones que se barajó desde el principio para la huida. Sobre Alemania, el informe ponía especial énfasis en la decisión del Gobierno de Mariano Rajoy del pasado 13 de octubre de no extraditar al escritor turco-alemán Dogan Akhanli, al que reclamaba Ankara. El documento apuntaba el riesgo de que el Gobierno de Ángela Merkel pudiera devolver el favor a Madrid acelerando los plazos de una entrega de los políticos catalanes si se refugiaban en el país centroeuropeo.
Por ello, el documento reducía finalmente las opciones más viables a Holanda y Bélgica, a los cuales señalaba como opciones prácticamente similares desde el punto de vista legal dada su tradición de acogida. Sólo apuntaba un detalle que finalmente terminó por decantar la balanza en favor de Bruselas: "razones políticas". El autor del informe no era más explícito, pero sugería la existencia de una comunidad, la flamenca, que había mostrado sus simpatías hacia el movimiento independentista catalán, lo que podía facilitar crear una imagen favorable dentro de Bélgica hacia Puigdemont y los suyos.
Según las fuentes conocedoras del informe jurídico, una copia de este fue entregada el domingo 29 de octubre al entonces ya expresidente y a los que habían sido miembros del Govern hasta la aplicación del artículo 155. Estas fuentes desconocen, sin embargo, si también lo recibió el exconsejero díscolo Santi Vila. Cada uno de ellos, junto a sus abogados, fueron los que finalmente decidieron si acompañaban al expresidente en su huida o permanecían en España a la espera de que la justicia los llamara a declarar como imputados. Ese domingo se conoció que la Fiscalía General del Estado preparaba una querella contra todos ellos por los delitos de rebelión y sedición.
Ese domingo, Puigdemont y cinco de sus exconsejeros —Antonio Comín, Joaquim Forn, Meritxell Borrás, Meritxell Serret y Dolors Bassa— iniciaron el viaje que les llevó por carretera hasta Marsella y, desde allí, en avión hasta Bruselas. El resto decidió en un primer momento quedarse en España, aunque en los días siguientes —y tras la presentación de la querella de la fiscalía contra ellos y la decisión de la juez Lamela de citarles a declarar—, dos de ellos —Clara Ponsatí y Lluís Puig— decidieron unirse al grupo de Bruselas. Otros dos —Forn y Bassa— decidieron en paralelo regresar para personarse en la Audiencia Nacional.
Para entonces, Puigdemont y los suyos ya habían decidido los pasos a dar a partir de ese momento. El martes 31 de octubre, antes de que la juez Lamela hubiera ordenado la citación de todos ellos como imputados, el equipo jurídico belga que les asesoraba desde su llegada —con Paul Bekaert a la cabeza— había mantenido una reunión con la Fiscalía del país europeo para mostrar su disposición a colaborar y coordinar los pasos a dar una vez que la Audiencia Nacional emitiera la más que previsible orden europea de detención.
En aquel encuentro se cuidó hasta el último detalle, incluida la hora y la comisaría en la que finalmente se presentaron Puigdemont y los cinco exconsejeros el pasado domingo. El objetivo, añaden, era evitar que ninguno pasase la noche en un centro policial o que se produjera la imagen del expresidente de la Generalitat junto a un policía. Por ello, se personaron poco después de las nueve de la mañana, para dar tiempo suficiente a que la justicia belga pudiera tomar una decisión sobre ellos esa misma mañana. Por ello, también, fueron a la comisaría de la Rue Royale, en la que una entrada trasera al edificio dificultaba que algún medio pudiera captar imágenes.
También acordaron con la fiscalía belga pedir que el proceso judicial se desarrollase íntegro en neerlandés, una maniobra con la que los abogados aspiran a retrasar el papeleo ante la mayor dificultad que supondrá previsiblemente a las autoridades españolas conseguir las traducciones de los documentos, explican las fuentes consultadas. El objetivo sigue siendo "ganar tiempo", añaden. El próximo asalto judicial será el 17 de noviembre. Ese día está previsto que se celebre la vista ante la Cámara del Consejo de Bruselas para que la justicia belga examine por primera vez la petición de entrega a España del presidente y los consejeros cesados. Su equipo jurídico trabaja en la estrategia a seguir ese día. La Operación Bruselas no ha hecho nada más que empezar.

Diputados de la CUP visitan al ‘expresident’

Los diputados de la CUP en el Parlament Anna Gabriel y Benet Salellas se desplazaron dos días a Bruselas para visitar al expresidente de la Generalitat y a los consejeros cesados que le acompañan. Gabriel y Salellas se reunieron con Carles Puigdemont y, por otra parte, con Toni Comín, Clara Ponsatí, Lluís Puig y Meritxell Serret.
Los diputados expresaron su apoyo en un momento de “represión democrática que vive Catalunya” por la aplicación del artículo 155 de la Constitución y por la disolución del Parlament.
El encuentro se celebró dos días antes de que la CUP celebre su Asamblea Nacional Extraordinaria en Granollers (Barcelona), donde votarán cuatro posibilidades de cara a las elecciones del 21 de diciembre.
Los cuatro escenarios que votará la CUP son: no presentarse de ningún modo, no presentarse pero apoyar a una candidatura civil, crear un frente de partidos de izquierda o bien presentarse en solitario.
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