domingo, 10 de marzo de 2013

PARA LECTURA DE LA IZQUIERDA POLITICA


Carta a la izquierda árabe y mundial 

 (1/6) 

Salama Kayleh
Entretierras 
Rebelion/11-03-2013

Hace unos días me tomé un segundo café con Salama Kayleh en Beirut. Repetir cafés nunca es mala idea, sobre todo cuando no sabes que te vas a llevar una tarea a casa: Salama me pidió, como favor personal, que tradujera esta carta que a continuación presento. Me lo pidió apenas dos días antes de la muerte de Chávez. Hablamos de que estaría bien que la leyera. Ahora que él ya no puede, esperamos que sus seguidores lo hagan y reflexionen sobre un error estratégico en el que la izquerda ha perdido al mundo árabe. Es una carta larga, pero que merece la pena leer hasta el final:

Coalición de la izquierda siria 

 “Las fuerzas marxistas sufren de una cierta dispersión en cuanto a sus posturas de cara a la revolución siria, pues hay quien apoya la revolución y quien se niega de partida a considerarla una revolución, también hay quienes tienden a apoyar al poder clasista gobernante. Ha quedado patente que esta dispersión es resultado en primera instancia de una problemática a la hora de comprender el marxismo mismo, además de un desperdicio de fuerzas y de la caída de muchos de ellos en una comprensión formal basada en lo político-factual y que se aferra a ideas que la realidad supera y clichés que en ningún momento fueron ciertos. Por tanto, el marxismo mismo ha estado ausente, una vez ha quedado patente que el conocimiento adquirido sobre él no sale de la superficialidad que creó el “marxismo soviético”, que eliminó el marxismo en sí al convertirlo en una “lógica formal” y una “doctrina teológica”. 

Ahora es necesario adoptar una postura clara marxista de cara a la revolución siria. Una postura apoyada en el marxismo como metodología (y no como lemas y clichés); es decir, la dialéctica materialista como mecanismo de pensamiento, comprensión y conocimiento de una realidad que cambia porque es un proceso. El marxismo es una comprensión material y no una “doctrina” o unos lemas políticos, y, partiendo de dicho materialismo (que es dialéctco por necesidad), determina su imagen de la realidad para determinar con ello la postura científica exigida a los marxistas en su lucha en pro del desarrollo, la modernidad y el socialismo.

Desde esta perspectiva, pueden identificarse las siguientes cuestiones: 

1. El principio que lleva a la determinación de una posición marxista es el estudio de la estructura dentro de la cual se conforma la sociedad. Las contradicciones a las que hace referencia el marxismo son contradicciones en la estructura de clases existente. Esa es la base de cualquier análisis y comprensión, paso previo a la determinación de una postura. Es la clave de todo análisis. Pasar por alto esta obviedad hace de todo análisis un análisis no marxista, ni científico, porque no parte de una realidad palpable. El marxismo comienza por la economía (y no por la política) en el análisis de la realidad, pero sin detenerse en ella, sino que eleva el análisis de la realidad hasta el nivel de las clases, y después al nivel ideológico y finalmente el político. Esta última, la política, es la que Lenin dijo que era la expresión concentrada de la economía, cuya comprensión exige una comprensión previa de la economía.

Comenzar por la realidad palpable exige que comencemos por Siria cuando discutimos la situación de la revolución en el país, y que comencemos por el análisis de la estructura económica y de clases antes de acercarnos a la situación política, las diferencias políticas y las luchas políticas. Debemos buscar las diferencias y las luchas en la realidad económica y de clases, para ser materialistas en el análisis. En este punto, observaremos que todos los que rechazan la revolución parten de diferencias y luchas políticas sin acercarse a la realidad económica y de clases o extraer dicha realidad a partir de esas diferencias y luchas. Esa es una comprensión idealista, lo opuesto diametralmente al marxismo. Por ello deja de ser un análisis marxista.

En consecuencia, la pregunta que parece obvia es: ¿Cuál era la situación económica y de clases en Siria antes de la revolución? ¿Cuál era la situación de los trabajadores, los agricultores y las clases medias? ¿Cuál era la naturaleza clasista que definía al poder? La postura ha de partir de esto precisamente y no de ninguna otra cosa, a no ser que haya una situación de ocupación, en sentido directo, lo que hace que el análisis quede ligado a tal situación. Siria no está ocupada (solo está ocupado el Golán, y la política del poder se basa en que la paz es la opción estratégica). 

El liberalismo venció en Siria bajo el mando de Bashar al-Asad, cuando se liberó la economía, se marginó el “sector público”, se vendieron algunas empresas con ganancias y la importación pasó a ser la base de las operaciones económicas. Ello provocó el desplome de la industria y la agricultura, y la economía pasó a ser una economía rentista gobernada por una reducida minoría de la familia gobernante y sus seguidores. En consecuencia, la mayoría pasó a vivir en una situación difícil, ya fueran trabajadores, agricultores o miembros de la clase media. El paro creció mucho (30-33%) y los sueldos no bastaban para vivir (el sueldo mínimo es un quinto de lo que se calcula como mínimamente necesario para vivir). Así, el poder pasó a estar en manos de los “nuevos hombres de negocios”, que sometieron a la burguesía comercial tradicional, pasando el modelo de dominio de ser un dominio por parte del Presidente como en tiempos de Hafez al-Asad a ser un dominio por parte de este sector, que comenzó a configurar una alianza financiero-securitaria. Los trabajadores y agricultores pobres y de clase media y las clases medias urbanas en su mayoría dejaron de poder sobrevivir, mientras que aquellos pasador a dominar un 70-80% de la economía nacional (suponiendo un escaso 2% de la población). 

Con esta situación, ¿dónde ha de posicionarse todo marxista? Se trata de una definición primaria de la situación, previa a la revolución en todo caso. El marxista está con los trabajadores y los agricultores pobres, en una alianza que incluye todas las clases sociales. Esa es su postura de partida para poder llamarse marxista. Así, está en contra del poder capitalista, mafioso y policial gobernante por necesidad. Debe tener en cuenta todas las demás cuestiones partiendo de tal postura y no desde una perspectiva elitista aislacionista cuya esencia y análisis “imaginario” se superpone a los intereses de dichas clases. 

Es decir, el marxismo está con el pueblo y trabaja para activar la movilización social contra el capitalismo mafioso gobernante. 

¿Esta situación provoca una revolución? Por supuesto, porque es la coyuntura ideal de toda revolución y es una situación parecida en todo caso a la de los países que han sido testigos de una revolución, donde se había conformado un poder familiar, mafioso y policial. Esa es la situación revolucionaria que comenzamos a vivir en los países árabes y veremos cómo se extiende a otros muchos en el mundo. En consecuencia, ¿cuál es la postura marxista de cara a la revolución? 

*++

No hay comentarios: