Las edificaciones y viviendas
en los países socialistas y Valencia
DIARIO OCTUBRE / febrero 24, 2024
Julio Tuñón
Osoro.— En enero de 1984 visité la URSS cuando gobernaba
Andropov, al mes siguiente fallecía tomando el timón Chernenko, eran los
últimos bolcheviques revisionistas traidores a Lenin y a Stalin, que después
les siguieron los demás ejecutores que conocemos. A partir de este viaje año a
año seguí viajando al resto de los países del Este, el Telón de Acero como lo
llamaba el capitalismo, no llegué a visitar Hungría ni la RDA.
Independientemente del resto de la vida socialista de estos países quiero referirme a la construcción de edificios y lógicamente a sus viviendas, desde la URSS hasta el resto de países del Bloque. Según mi libro Unión Soviética, Guía Política-Económica, dice, a la Unión Soviética la llaman el país de las nuevas obras en construcción. El destacamento de obreros de la construcción, incluidos los aprendices, cuenta con 8 millones de personas
En las obras se
utilizan más de 437.000 máquinas y mecanismos de construcción. El país comenzó
a funcionar diariamente con una y dos empresas grandes de construcción
entregando como promedio 8.000 apartamentos. En el País Soviético experimentó
grandes cambios. En las obras ha adquirido buena reputación la autogestión
financiera por brigadas, con gran rendimiento y muy buena calidad en la
construcción de viviendas, alcanzando en 1974 el 45% de edificaciones.
La edificación
de viviendas en el país la realizan, principalmente organizaciones
especializadas de construcción y montaje y empresas de construcción de
edificios, empezando a tener nuevos materiales eficaces, estructuras avanzadas,
métodos progresivos de trabajo, lo que contribuye a elevar la calidad, reducir
los gastos laborales y los plazos de construcción. En el resto de los países
socialistas se guiaron por las construcciones soviéticas, yo pude observar los
edificios construidos, sobre todo esos monstruos tan altos que acogían a
familias soviéticas y a todos los obreros, al igual que otras edificaciones más
bajas en plantas.
Claro, el mundo
capitalista las consideraba como edificaciones galleta al realizar tantas
viviendas, además sociales, públicas, de los Estados socialistas, pero yo pude
observar que eran edificios duros, resistentes, compuestos de hormigón y vigas
de hierro en sus interiores digno de ver presencialmente.
El año pasado
realicé un viaje a Albania, estuve en Tirana, Durres, Berat, Vlore, Girokaster
y Korka. Albania se encuentra en unos momentos con un pie dentro de lo que
queda de socialismo y valores sociales, y con otro pie inmerso en el
capitalismo, en lo que respecta a la construcción de edificios y viviendas,
estas siguen identicamente al igual que en la época de Enver Hoxha, al igual
que en la URSS y el resto del Este de aquellos años, Albania de momento no
tiene empresas extranjeras capitalistas de construcción que hayan ido a meter
mano y construir edificios, tiene sus constructoras solamente locales
albanesas, solo el grupo Meliá está construyendo un hotel en Tirana y otro ya
construido en zona turistica.
En todas estas ciudades pude comprobar la robustez de los edificios, prácticamente todos de cuatro y cinco plantas, unos pintados, otros no, en donde se ven el hormigón con ese color gris y ventanas de aluminio, esta robustez en los edificios posiblemente mejor que otros del resto del Este fue debido al miedo que tenía el gobierno comunista albanés de cualquier tipo de invasión por parte de los italianos y los griegos en sus momentos, de esta manera la población estaría más protegida, aparte de los bunkers.
Los edificios
son antiguos, pero muy conservados que dan una auténtica seguridad para su
pueblo, viviendas públicas y gratuitas con Enver Hoxha, a diferencia del
capitalismo, todo lo contrario, lo sucedido en Valencia es producto de la
política capitalista en materia de vivienda, cuando se levanta un edificio el
sistema te ofrece lo mejor, los mejores materiales, y no veamos sus interiores,
la mejor calidad, dicen, claro, se cree, como no se ven será verdad, y luego a
pagar la estafa, se demuestra cómo estaban construidos después de ocurrir una
catástrofe como la de Valencia u otras en otros países capitalistas.
Detrás quedan
centenares de familias sin hogar, sin nada, con lo puesto o lo que les den, y
los gestores del sistema capitalista, los de la derecha, los de la izquierda
apesebrada, que hacen? lamentos, abrazos ,besos, y su bandera a media hasta
varios días, soluciones? no existen, el sistema no lo permite, solamente
promesas de solución, compañías de seguros especulando limosnas para los
afectados que no acabaran llegando nunca, abogados que estudiarán salidas pero
no habrá ninguna al final, el final es más miseria, más pobreza, más bajo nivel
de vida, es el glorioso sistema del capital, el capital como dijo Marx, viene
al mundo chorreando sangre y lodo, por todos los poros, desde los pies a la
cabeza.
Los edificios
galleta no eran los del socialismo, son los del capitalismo, la rapiña, el
engaño, y al final, el resultado está ahora en Valencia, dos edificios galleta,
donde ahora no fue nadie el culpable, y al cabo de los días se irá olvidando,
porque el pueblo está idiotizado sin que pida responsabilidades e incapaz de
reivindicar, mientras tanto las familias de los edificios siniestrados,
olvidando ya los fallecidos, pasarán al ejército de reserva, no industrial,
sino de la pobreza más misera, que nadie espere su salvación con este sistema,y
desde luego con el socialismo esto no pasaría.
Es el sistema
sangriento del capitalismo que solamente tiene como bandera el color del
dinero.
FUENTE: truenoscalibur2002@yahoo.es
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