Ucrania: cómo vestir una derrota sin paliativos de la
OTAN con unos ropajes de cierta compostura
mpr21 / Redacción
10.06.2022
En Washington cada vez hay más voces que se replantean la Guerra de Ucrania. La dan por perdida y tratan de averiguar dos cosas: la primera, dónde estuvo el error y la segunda, cómo salir del atolladero. La mayor parte cree que deberían desembarazarse de Zelensky, cuanto antes mejor. Es un personaje amortizado que se ha convertido muy rápidamente en un estorbo. Deberían abrirle una sustanciosa cuenta corriente para que se pasee por el mundo concediendo entrevistas y dando charlas en las universidades explicando lo malvados que son los rusos.
“El
fracaso no está ocurriendo, ya ha ocurrido”, dice Andrei Martyanov (1). “No hay
manera de que los ucranianos destruyan o derroten a los rusos”, dice el general
Stephen M. Twitty, antiguo Comandante del Mando Europeo de Estados Unidos (2).
¿Cuanto
tiempo más va a tardar Zelensky en ceder, o no lo hará hasta que sea derrocado?
Cuanto más tiempo transcurra, mayores concesiones tendrá que hacer. Los rusos
ya les han dejado bien clarito que no se han embarcado en una guerra para
volver a los Acuerdos de
Minsk de 2015, que los propios ucranianos se encargaron de
enterrar. Aparte de perder Crimea y el Donbás, ¿qué otras regiones van a
desaparecer del mapa de Ucrania?
Un
Golpe de Estado en Kiev o una destitución fulminante de Zelensky sería una
buena salida para la OTAN. Es el mejor chivo expiatorio que podían encontrar.
Les permitiría imputarle sus propios errores y fracasos.
“La
idea de utilizar a Ucrania para buscarle las cosquillas al oso ruso fue una
tontería desde el principio”, dice Larry Johnson (3). Entre los críticos cada
vez suena más lo de que han subestimado a Rusia, que es una constante de la
historia desde los tiempos de Napoleón.
En
Estados Unidos se tiran de los pelos porque saben que son los responsables de
la derrota de Ucrania. Hay quien, como el New York Times, no quiere hacer
sangre y opina que todo ha sido consecuencia de una “falta de inteligencia”
(4). Los espías han vuelto a fallar. Se creen las noticias que aparecen en los
medios de comunicación y entran en un bucle de mentiras y fantasías.
Se
engañan unos a otros. Luego la censura y subsiguiente imposición de un discurso
uniforme impide corregir los errores y refuerza la falta de alternativas
políticas.
En
una audiencia del Senado el mes pasado, Avril D. Haines, directora de
inteligencia nacional, dijo algo curioso: tenemos más información sobre el
enemigo (los rusos) que sobre el amigo (los ucranianos). ¿Cómo es posible? Son
los misterios absurdos con los que las centrales de inteligencia salen de los
apuros. Como no vigilamos a los amiguetes, no sabemos nada de ellos…
A
quien deberían haber espiado es a Zelensky y su camarilla, que tienen un pie en
tierra. Seguir enviándoles armas es “apostar por el caballo equivocado”, dice
Yves Smith (5). “Ya se ha hablado de un posible golpe militar”, añade Smith,
cada vez más verosímil a medida que las tropas rusas sigan avanzando porque, en
contra de lo que dicen los “expertos”, el tiempo juega a favor de Rusia.
Por eso en Moscú no tienen ninguna prisa. Están dispuestos a dejar que la OTAN
y su gobierno en Kiev se cuezan a fuego lento y en su propio jugo.
(1)
https://smoothiex12.blogspot.com/2022/06/i-am-getting-tired-writing-posts-with.html
(2) https://www.cfr.org/event/russias-war-ukraine-how-does-it-end
(3) https://sonar21.com/is-u-s-intelligence-really-this-screwed-up/
(4) https://www.yahoo.com/news/u-lacks-clear-picture-ukraines-120806912.html
(5) https://www.nakedcapitalism.com/2022/06/the-tricky-question-for-russia-of-how-far-to-go.html
FUENTE: mpr21.info