Cuando los votos de los que te mantienen veas bajar, pon tu corona a remojar
Que el trono estuviera en pie sobre dos muletas desde la matanza del
elefante es harto sabido y evidente. Pero que el Rey ni siquiera pudiera
estar de pie sin la ayuda de una muleta, no ha sido razón argüida por
el monarca para su anunciada abdicación. De haberlo hecho habría sido
perfectamente creíble.
La “espontaneidad” del Rey diciendo, como si él escribiera lo que
dice, que se va del negocio de la Corona por motivos generacionales,
para darle con su hijo Felipe, frescura y salero a la Corona, lo vamos a
dejar en una mentira más muy mal construida por sus asesores en forma
de pienso político, ofrecido irrespetuosamente a la opinión pública,
proveniente de un sistema corrupto que no puede producir más que
corrupción.
Evidentemente, para los fontaneros de la monarquía que trabajan en
sus interioridades para mantenerla en pie, no pudieron dejar de ver la
matanza del elefante por parte del Rey, las castas aventuras con su
entrañable amiga Corina, que a veces dejaba en segundo lugar a su real
esposa, las trifulcas conyugales con esta, sus supuestas correrías de
cama en cama, el escándalo de robi-robo de su yerno Urdangarín y la
implicación de su hija en el mismo, todavía no cerrado, etc.,
constituirían elementos más que suficientes para ir elaborando alguna
versión con lo que poder salir a la luz pública, caso de que los
escándalos reales, por acción ú omisión, fueran calando en el amado
pueblo español, y pudiera crear en el mismo desafección a la monarquía
hasta llegar a cuestionarla si se iba más allá de los limites
socialmente permisibles.
La desafección social a la monarquía llegó, como lo prueban
objetivamente los estudios sociológicos encargados al respecto. Pero a
pesar de todo ello, los fontaneros de la monarquía no debieron
considerar que la misma peligraba, porque no plantearon en ningún
momento la baja del Rey y el engarce de su hijo Felipe para la
continuidad de los intereses de la oligarquía. Sino que debieron pensar
que los altos niveles de desafección social a la monarquía podrían ser
rebajados con algunos viajecillos del Rey y ramillete de empresarios a
sus corruptos y antidemocráticos amigos del Golfo en Arabia, donde
tenían montado tenderete de AVEs y demás de gran envergadura. Pero esto
por lo visto les salió rana.
Y les salió rana, probablemente, no porque los fontaneros de la
monarquía plantearan mal sus estrategias para seguir engañando a la
inmensa mayoría de la población, sino porque el 25 de Mayo había
elecciones al “Parlamento Europeo” y lógicamente no se podían saber sus
resultados.
Pero los resultados de esas elecciones se produjeron: unos cinco
millones de votos menos a los partidos que le han servido de base a la
monarquía (PP-PSOE) y que la han protegido cuanto han podido. Y esto ya
no son suposiciones ni prospecciones de intencionalidad política, sino
la prueba del algodón que viene a demostrar de forma fehaciente, que de
seguir por el camino que va la Monarquía, en manos de dos muletas,
cuesta abajo y sin freno, dura menos que un caramelo en la puerta de una
escuela, y esta es la razón, a mi juicio, de que el Rey nos anunciara
que se jubilaba.
Anuncio de la jubilación del Rey que no debe ser tomado, por lo ya
dicho, como algo espontáneo, sino como algo que ya estaba previsto
realizar, pero que han urgido la realización de los planes previstos los
resultados de las elecciones europeas y en previsión de que tanto PP
como PSOE vuelvan a perder votos en las próximas elecciones que ya
tenemos a la vuelta de la esquina.
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