Imprescindible reflexión crítica de
Víctor Alonso Rocafort sobre la mutación política y organizativa de Podemos
bajo su actual cúpula dirigente: "En Podemos votan muchos, pero (...) para
los grandes asuntos son cuatro o cinco líderes quienes deciden qué y cómo se
vota, aunque sea a última hora y mal. El pueblo aclama o abuchea. La cosa solo
cambia en que se hace mediante un clic telefónico. Por el momento, se aprueban
por abrumadora mayoría las propuestas y equipos de Pablo Iglesias. Da igual el
contenido, por lo que una vez más se hurta una auténtica deliberación ciudadana
en la política española.
Pero el contenido importa. Podemos ya es un partido vertical, con casi todo
el poder concentrado en el Secretario General, que sin duda será Pablo
Iglesias. Los mecanismos revocatorios y de control siguen siendo débiles. Este
contará con la potestad de escoger al equipo ejecutivo de coordinación. También
ha escogido directamente a los 62 que irán en la lista para el Consejo
Ciudadano. Sabemos que saldrá, y dará igual quién vaya en ella. Es su lista.
Hasta al Comité de Garantías que habrá de controlarlo ha sido escogido por él.
No hay palabras (...).
A mi entender el problema central que tiene que superar la cúpula de
Podemos es ese, la aceptación de la crítica, tanto interna como externa. La de
la derecha les viene bien, y en ella entran de manera inteligente. Pero se teme
y rechaza al flanco izquierdo, cuando habría que aprender a dialogar con él
(...).
Tengo la triste sensación de que, con este modelo de partido, se ha cerrado
una de las ventanas de oportunidad que teníamos. Espero que no estemos hablando
en décadas. Los Ganemos, la esperada refundación de IU, o una nueva e
inesperada Unidad Popular que pueda surgir, son ya las únicas esperanzas en
este sentido que se me ocurren (...).
Al contrario de lo que afirman, a la oligarquía se la vence con el lenguaje
de la democracia. Esta es capaz de prosperar en terreno hostil, se crece en la
resistencia. No es necesario adoptar su estructura de partido. Tampoco una
"maquinaria de guerra" mediática y electoral. Menos aún renunciar a
temas sensibles como el antimilitarismo, la derogación del Concordato, el
republicanismo, el feminismo o la necesidad de otra política migratoria. A
muchos, aunque reconozcamos que es muy preferible a lo que hay, no nos
entusiasma demasiado que gane un PSOE 2.0. El momento es propicio para algo más
audaz (...).
El sistema de listas montado esta semana en Podemos responde al mismo
esquema que las plazas universitarias en España. De cara a la galería varias
normas que disfrazan el proceso. Pero por dentro es el dedazo del cuaderno azul
del one el que ordena y manda. Nada nuevo a lo que Rajoy, Aznar o Felipe, alias
Dios en sus tiempos, introdujeron como marca de la casa del régimen del 78.
Creo que Podemos trae la esperanza de poner fin a los desahucios, de
reconstruir lo público, de parchear importantes desigualdades que están
hundiendo al país. Ha generado ilusión y, hasta que se le ha empezado a cortar
las alas desde dentro, estaba escandalizando democráticamente a propios y
extraños. Estamos en una situación de emergencia social, de acuerdo. Son
mejores que PP y PSOE. Pero hemos de decirlo claro: sus dirigentes nacionales
no están haciendo nueva política.
El desencanto que se está empezando a provocar entre los activistas de
estos años, tan solo superado a día de hoy por el que está generando el
inmovilismo de la parte dominante de IU, es paralelo al ascenso entre los
encuestados del CIS. Hay riesgo de estar ante un gigante con pies de barro, un
ídolo más (...).
Me gustaba mucho más cuando en este país
soñábamos que íbamos a traer, alejados de la idolatría y desde el protagonismo
ciudadano, una democracia digna de tal nombre."
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