jueves, 7 de marzo de 2013

SENTANDO LAS BASES PARA LA TRANSFORMACION SOCIAL


  LA ORGANIZACION POLITICA EN TRANSICION
  (7/8)

Traducido del inglés para Rebelión por Christine Lewis Carroll

Hilary Wainwright 
Red Pepper 
Rebelion.org 28.02.2013 

Las luchas para transformar el Estado 

En este apartado quiero reflexionar sobre los múltiples movimientos e iniciativas que emprendieron las luchas contra la privatización desde mediados de los años 90. Muchas de estas luchas se llevaban a cabo también para transformar el Estado. Hay suficientes ejemplos a nivel mundial para sugerir que estas luchas indican cierto desarrollo de los sindicatos del sector público y alianzas más amplias, sobre todo a nivel local pero con apoyo nacional e internacional. 

Estas experiencias indican una respuesta positiva ante la ruptura que representaba la división de la fuerza de trabajo característica de los movimientos laborales socialdemócratas señalados anteriormente entre el sindicalismo que se ocupaba de las relaciones industriales y la contratación y los partidos que se comprometen con los temas políticos más amplios, lo que incluye el Estado de bienestar. 

Ante el rechazo de los sindicatos a aceptar la comercialización de los servicios públicos y al mismo tiempo su defensa de la reafirmación y renovación del objetivo de maximizar el bien público en vez del beneficio privado, éstos se responsabilizan como ciudadanos de lo que era antes dominio de la política representativa. 

De alguna manera están defendiendo la función primitiva del Estado de redistribuir y revertir la mercantilización; pero inician también una dinámica de renovación y transformación de dichas relaciones no comerciales. ¿Qué es lo que hace que estas luchas sean transformadoras y vayan más allá de defender las relaciones existentes para iniciar una nueva dinámica que libera las capacidades y poderes creativos de los trabajadores?

El desarrollo clave aquí es que las organizaciones sindicales enraizadas en lugares de trabajo específicos y que cooperan con las asociaciones de consumidores y comunitarias han empezado a luchar en torno a los valores de uso producidos por sus miembros en vez de sólo replicar las relaciones de producción de mercancías y regatear el coste y condiciones de la fuerza de trabajo. 

De hecho para ganar la lucha por los servicios públicos han transformado su organización de un medio de representación y movilización a uno que socializa democráticamente el conocimiento que los trabajadores y consumidores ya tienen del servicio que producen o utilizan y de esta manera prevén cómo dicho servicio puede desarrollarse y mejorarse. En la práctica incorporan la superación de la naturaleza alienada de la fuerza de trabajo como parte de su lucha para defender y desarrollar todo el potencial de la esfera pública de la provisión no mercantil. 

La organización política en transición 

Todos los ejemplos indicados en este ensayo ilustran una transición del cambio socialista centrado en el Estado a la valoración del poder transformador organizado dentro de la sociedad. El gobierno -en este caso el gobierno local- sigue siendo importante pero no como el principal impulsor del cambio, sino como el elemento que ejerce los poderes específicos de redistribución y socialización del suelo y las finanzas y la defensa de los servicios públicos. 

Estos poderes apoyan las capacidades de los ciudadanos organizados con el fin de resistir y transformar, tanto en contra del capital como para facilitar la organización y apoyar la gestión democrática y descentralizada de los recursos políticos, lo que incluye los ‘bienes comunes’. ¿Qué es lo que podemos concluir sobre las implicaciones de esta transición para la naturaleza de la organización política? 

 Hemos vislumbrado, mediante estos ejemplos del GLC, Porto Alegre y la resistencia transformadora a la privatización, la multiplicidad de maneras de la organización e iniciativa políticas en las que el objetivo de la representación política y/o el gobierno es sólo un elemento del proceso de cambio. 

El concepto de ‘lo político’ ha adquirido en las últimas cuatro décadas el significado más amplio de la pertinencia de las relaciones del poder transformador dentro de la sociedad. Muchas de las iniciativas políticas se centran a menudo en las relaciones sociales en el sentido más amplio y tienen en cuenta un abanico de valores. 

Un elemento de esta interpretación más amplia de la política es cómo estas actividades crean cada vez más alternativas en el presente que no sólo ilustran el futuro que buscan sino que además abren una mayor dinámica de cambio. A este respecto hicimos una comparación con el pensamiento estratégico innovador de André Gorz a mediados de los años 60; pero al considerar cómo es la organización política ahora, un ejercicio de contraste nos ayudará a identificar otro elemento de la transición actual. La dimensión organizativa de la lucha ha cambiado considerablemente desde el tiempo de Gorz. 

Por muchas razones, entre ellas las derrotas políticas de organizaciones sindicales tradicionales, el impacto socialmente devastador de la economía neoliberal y también los cambios radicales en la tecnología y la organización productiva, nos enfrentamos a modos extremos de fragmentación y dispersión. 

De hecho el problema de crear el cambio en el presente con la idea del cambio futuro implica tanto la creación de nuevas formas de autogestión como las reformas del Estado. Podemos comprobar esto a través de las campañas en torno a la resistencia y alternativas a la privatización. 

Hemos descubierto cómo estas campañas pretenden conseguir los cambios en el presente y un futuro alternativo al defender o recuperar los servicios públicos absorbidos por el mercado, pero también a hacerlos realmente públicos en el sentido organizativo y mediante la propiedad. Estas campañas no podrían depender sólo de las organizaciones existentes del movimiento obrero. Ha sido necesaria una innovación organizativa considerable que implicaba a las comunidades en las que el sindicato es sólo un actor entre muchos y los partidos obreros tradicionales sólo han estado presentes de forma testimonial. Tales campañas han señalado la necesidad de convertir el sindicato de un medio de negociación defensiva en uno que recoja todo el conocimiento de los trabajadores con el fin de actuar de forma comprometida para transformar los servicios en respuesta a las necesidades de los usuarios. 

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