lunes, 27 de septiembre de 2010

DOÑA ESPERANZA AGUIRRE SE SUELTA EL PELO Y SE SINDICALIZA

(Doña Esperancita Aguirre de Mdrid, la sindical, con la naricilla junto a la de Camps, coleguis jefaturizados en el PP -y que digo yo, ahora que no viene a cuento, que a ver cuando sabemos algo más de la chupandría del caso Gürtel, donde Camps está metido hasta la nariz , pero que hasta que no haya sentencia no es culpable de ná de ná-)
Vaya, vaya que aquí no hay playa como en Madrid y que hay que ver como se nos ha puesto doña Esperancita Aguirre contra los sindicatos, y es que, el que no sabe como el que no ve. La política es así, la de derechas, que cogiendo una palabrilla de aquí, otra de allá, mezclando ambas con algo de mala leche, tantico así de hipocresía, un pedacito de mentira, cuarto y mitad de poca vergüenza, una de despiste y dos cucharadas soperas de mala fe, a uno le sale lo que quiera que le salga.
Mismamente Zapatero, que ha creído el hombre que por venir a Zaragoza vestido con pantalón vaquero de currela, con cazadora y sin corbata, nos iba a tomar el pelo contándonos la milonga de lo mucho que se sacrifica el hombre por los trabajadores y jubilados. Ya les digo, la derecha es así, que cree que nos hace tontos con tan solo abrir sus piquitos de oro.
Con el pelo suelto doña Esperancita de Madrid, jefaza que es ella del PP, de estas que andan con navaja en mano para ver si puede coser a navajazos a sus compis-compas arrejuntados por mor del mando en las alturas del PP: alcalde de Madrid y Rajoy, que las albaceteñas no distinguen nombre, sino todo por la patria que el mango de la sartén lo quiero yo, puesto que la sartén ya la tengo, arremete que es un primor contra el sindicalismo.
Pero doña Esperancita de Madrid no es tonta. Líbreme Dios con un puñado de angelitos mal contados de acusar a la susodicha señora de tonta. Ella será una autentica sin vergüenza. Tendrá vergüenza torera, democrática, apoteósica o líbrica, cualquier tipo de vergüenza adjetivada que no sea vergüenza. ¿Pero tonta? ¡Seños, Señor…?, no puede serlo. Ella es política de palanqueta, como Zapatero.
Desmelenadamente carga doña Esperancita de Madrid contra los sindicalistas. Con ese punto de mala baba y peor leche doña Esperancita de Madrid hace que fijemos la atención contra los liberados sindicales.
Mujer de Dios y señora jefa del PP, los sindícaloides que se dedican a utilizar sus horas sindicales para lamer las partes bajas de sus jefes (navajeando a Cristo bendito si preciso fuere o fuese para el futuro ascenso político personal) y se amigan con jefes de partidos para ver si le hacen un hueco en la siguiente lista electoral no son sindicalistas, sino el escalón más bajo y previo para llegar a ser un día como usted: chupa tetas borrega pública, o sea, futuros colegas de usted: políticos de baja intensidad intelectual y con mucha capacidad de chupe de sangre de trabajadores (los jubilados también lo son), o sea, unos sanguijuelas sociales, mismamente como usted, doña Esperancita.
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