martes, 19 de marzo de 2019

FRANCIA Y LOS CHALECOS AMARILLOS: LA RIQUEZA LA CREAN LOS TRABAJADORES CON SU TRABAJO. LA FUERZA LA TIENE EL PUEBLO TRABAJADOR (LOS DISTURBIOS LOS CREA EL GOBIERNO CON SUS POLITICAS PARA APRPIARSE DE LA RIQUEZA CREADA POR LOS TRABAJADORES Y PONERLA A DISPOSICIÓN DE CUATRO PISCOLAVIS DEL CAPITAL)



EL REGIMEN FRANCES NO ES CAPAZ DE CONTENER LAS MOVILIZACONES DE LOS CHALECOS AMARILLOS



Diario Octubre
19.03.2019
Es la constatación de un fracaso. Al final del decimoctavo sábado de manifestaciones de chalecos amarillos, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha admitido la incapacidad para impedir los disturbios. “Se ha hecho mucho desde noviembre”, ha dicho en alusión al mes en que comenzaron las protestas. “Pero la jornada de hoy muestra que, en estos temas, no lo hemos logrado”(1).

El gobierno francés está considerando la posibilidad de prohibir la celebración de manifestaciones en los Campos Elíseos de París que, desde hace meses, es uno de los escenarios de las protestas (2).

Acusados de uso excesivo de la fuerza, los responsables policiales también afrontan críticas por no atajar la violencia. “Quiero que cuanto antes tomemos decisiones fuertes para que no vuelva a ocurrir”, ha dicho el presidente.

Tras cuatro meses de protestas, los chalecos amarillos, que desde el otoño piden desde mejoras salariales y bajadas de impuestos hasta la caída de Macron, languidecían. Casi han desparecido de las rotondas y carreteras, y las manifestaciones del sábado en París cada vez eran más minoritarias y llamaban menos la atención de los medios de comunicación. Hasta este sábado. Los saqueos e incendios en los Campos Elíseos parecen una repetición de las escenas del otoño. Y reabren el debate sobre la eficacia de la policía y la impotencia del Estado ante una explosión violenta poco habitual en las democracias desarrolladas.

Macron, que se encontraba de fin de semana en los Pirineos, adelantó el regreso a París. Las críticas, no solo por estar esquiando mientras volvían las imágenes de “París en llamas”, le llegaron de todos los flancos. “Es tiempo de reaccionar, es tiempo de actuar”, instó en la red social Twitter Laurent Wauquiez, presidente de Los Republicanos, el partido de la derecha tradicional. La alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, declaró al diario Le Parisien: “Mi sentimiento es que deberíamos ser capaces de controlar una situación como la que acabamos de vivir. Espero explicaciones”.

En la última manifestación de París, acudieron unas 10.000 personas. Aunque es una cifra modesta, son más que los fines de semana anteriores. Pero en todo Francia fueron unos 30.000, lejos de los 280.000 de la primera jornada, el 17 de noviembre. Lo novedoso fue el regreso de una violencia contra mobiliario urbano, comercios de lujo y edificios de los barrios más opulentos. Y la evidencia de que las fuerzas del orden, o bien no saben o no pueden evitarlo.

La paradoja es que, en las últimas semanas, se ha redoblado la presión para que las fuerzas del orden revisasen sus métodos, considerados demasiado contundentes. Las denuncias se centran en las llamadas LBD-40, o lanzaderas de balas de defensa. Según el recuento del periodista David Dufresne, estas balas de caucho han dejado 231 heridos. El Ministerio del Interior registra 2.200 heridos entre los manifestantes con esta arma y otras. Once personas han muerto, diez de ellas accidentalmente en las carreteras bloqueadas por los chalecos amarillos. En Marsella, una anciana murió al caer en su apartamento una granada de gases lacrimógenos.

El 6 de marzo, en un discurso sobre las desigualdades la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, señaló varios episodios de protestas contra las desigualdades que toparon con una respuesta represiva. Bachelet citó cuatro países: Sudán, Zimbabue, Haití y Francia. “Insto [al gobierno francés] a una investigación de todos los casos denunciados de uso excesivo de la fuerza”, dijo. También la comisaria de los derechos humanos en el Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, publicó en febrero un informe en el que se declaraba “extremadamente preocupada” por las denuncias de violencia policial contra los chalecos amarillos. En Francia, el defensor de los Derechos —equivalente al Defensor del Pueblo—, el veterano político conservador Jacques Toubon, ha pedido la supresión de las lanzaderas de balas de defensa.

Un factor que complica la tarea de las fuerzas del orden, y facilita la de los chalecos amarillos violentos y de los infiltrados ajenos al movimiento, es que las manifestaciones no suelen estar anunciadas y carecen de itinerario, horario y servicio del orden. En algunas manifestaciones, policías y gendarmes han dado muestras de pasividad. En otros momentos, han actuado con dureza.

Una nueva ley antidisturbios permitirá impedir la asistencia de ciertas personas a las protestas, registrar previamente a los asistentes y acudir enmascarado a las manifestaciones. La ley está pendiente del visto bueno del Consejo Constitucional.

(1) https://elpais.com/internacional/2019/03/17/actualidad/1552847187_281107.html
(2) https://www.elperiodico.com/es/internacional/20190318/macron-estudia-prohibir-las-manifestaciones-en-los-campos-eliseos-7360546

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VENEZUELA. PARA DESVERGUENZA (SI LA TUVIEREN O TUVIESEN) DE LAS BESTIAS Y BESTIAS EN FORMA DE POLITICOS QUE PRETENDEN EL DERRAMAMIENTO DE SANGRE DE LOS TRABAJADORES VENEZOLANOS


Venezuela sobre el terreno
 
La realidad de la calle frente al espectáculo mediático

Rebelion
19.03.2019

Traducido Para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo


El fotorreportero británico Alan Gignoux y la periodista y cineasta venezolana Carolina Graterol, ambos residentes en Londres, han viajado a Venezuela durante un mes a grabar un documental para una importante cadena de televisión global. Han conversado con el periodista Paul Cochrane sobre el retrato que pintan los medios mayoritarios sobre el país comparado con sus experiencias sobre el terreno. 
 
Paul Cochrane (PC): ¿Qué hacíais en Venezuela? ¿Cuánto tiempo estuvisteis allí y cómo os fue?

Allan Gignoux (AG): Pasamos un mes en junio de 2018 para rodar un documental. No puedo revelar todavía en qué canales se emitirá, pero pronto estará en antena. Visitamos Caracas, la capital, Mérida (en los Andes), Cumaná (en la costa) y Ciudad Guayana (cerca de la desembocadura del río Orinoco).

PC: ¿Como fue vuestra estancia en Venezuela, en relación con lo que trasmiten los medios de comunicación occidentales?

Carolina Graterol (CG): Yo soy periodista, tengo familia en Venezuela, y sabía que la realidad era muy diferente a la que retratan los medios, pero aún así me quedé sorprendida. Lo primero que advertimos fue la ausencia pobreza. Alan quería filmar a indigentes y pobres en las calles. Esta misma mañana he visto en Londres a tres personas durmiendo en la calle, pero en Venezuela no pudimos encontrar a ninguno, en ciudades grandes o pequeñas. Queríamos entrevistarlos, pero no pudimos hallarlos. Esto se debe a los programas multidisciplinares del gobierno, que incluyen servicios sociales para sacar a los niños de las calles o devolverlos con sus familias. El programa lleva funcionando mucho tiempo pero no había sido consciente de lo eficaz que era.

PC: Alan, ¿qué te sorprendió a ti?

AG: Debemos ser realistas. Hay desgaste y cansancio generalizados. Aunque hay comida y los restaurantes y cafeterías privados están abiertos, se aprecian las consecuencias de la crisis económica. Eso sí, la pobreza no tiene nada que ver con la que existe en Colombia o en Brasil, llenos de niños de la calle. En Venezuela no parece existir un problema de falta de casas, y las favelas tienen agua corriente y electricidad. La pobreza extrema no parece comparable a la de otros países sudamericanos. Antes del viaje, la gente me advirtió que tuviera cuidado con la delincuencia, pero trabajábamos con una señora de El Salvador que nos dijo que Venezuela era fácil comparada con su país, en donde existen guardias de seguridad con ametralladoras a la puerta de las cafeterías. También nos comentaron que muchos delincuentes se habían marchado porque no había mucho que robar y les iba mejor en Argentina, Chile u otros lugares.

PC: ¿Cómo han afectado las sanciones a los venezolanos?

CG: La comida está cara, pero la gente sigue comprando cosas. A causa de la inflación, hace falta efectuar múltiples pagos con las tarjetas, porque los datáfonos no aceptan transacciones tan elevadas de una sola vez. El gobierno ha creado un sistema, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), que proporciona una caja de alimentos a 6 millones de familias todos los meses. La idea era sortear las redes de distribución privada y evitar el acaparamiento y la escasez. Nuestra ayudante provenía de un barrio de clase media de Caracas y era la única chavista allí, pero los vecinos se unieron y crearon un sistema CLAP, por el que reciben una caja con 19 productos. A menos que percibas un salario muy alto, o dinero del exterior, necesitas encontrar modos alternativos para alimentarte. Pero las despensas estaban llenas, pues se han acostumbrado a prepararse para emergencias. En general, las personas han perdido peso, calculo que muchos adultos de 10 a 15 kilos. La última vez que estuve en Venezuela hace 3 años encontré muchas personas obesas, como en Estados Unidos, por una alimentación excesiva, pero en esta ocasión habían recuperado el buen tipo, y nadie muere de hambre o malnutrición.

PC: Entonces, ¿qué es lo que están comiendo los venezolanos? 

Básicamente, una dieta vegetariana. Se disculpaban por no poder ofrecernos carne; comíamos verduras, lentejas y frijoles. Todos se han visto obligados a adoptar una dieta vegetariana y tal vez la principal queja era que no podían comer tanta carne como antes. La situación no es tan grave. Antes de que Hugo Chávez asumiera el poder, Venezuela tenía un índice de pobreza extrema del 40% y un 80% de pobreza. Esta cifra descendió hasta el 27%, y antes de la crisis la pobreza extrema era de tan solo el 6% o el 7%. Todo el mundo recibe asistencia del gobierno.

PC: ¿La comida es la principal preocupación?

CG: El ataque real a la economía afecta la comida. Cuando existe hiperinflación, todos los precios suben, pero la alimentación se ha convertido en el principal gasto porque es la variable que sube de precio a niveles exorbitantes. Otras variables como la electricidad, el agua o el transporte público no han subido tanto y representan un pequeño porcentaje del gasto familiar. Esa es la razón por la que las distorsiones en la economía no son intrínsecas, sino causadas por factores externos, de lo contrario todos los precios habrían aumentado.

PC: Alan, ¿perdiste peso en Venezuela?

AG: ¡No! Me sorprendió ver cuántas personas cultivan sus propias verduras. Es un poco como en Rusia, donde todo el mundo tiene una dacha. Venezuela posee un clima tropical, por lo que es fácil producir. Hay árboles de mango por todas partes, así que puedes tomar uno cuando te apetece.

PC: Entonces, ¿la crisis de la que nos hablan cada día se debe fundamentalmente a las sanciones de Estados Unidos?

CG: Las sanciones han afectado al país. Para ser justa, creo que el gobierno tardó en reaccionar frente a los acontecimientos a los que les estaban empujando. Probablemente no fue una buena idea desembolsar 70.000 millones de dólares en pago de deuda externa los últimos cinco años. En mi opinión, Maduro decidió cumplir con los pagos pensando que era lo correcto responsabilizarse de nuestros compromisos, pero al mismo tiempo empezó a librarse esta guerra económica tanto dentro del país como desde el exterior, y se bloquearon los préstamos internacionales. 

El gobierno debería haber emprendido acciones contra Colombia por permitir la instalación de más de cien casas de cambio en la frontera con Venezuela. Esos comercios debilitaban la moneda, ya que usaban diferentes tasas de cambio, lo que contribuía a la devaluación del bolívar. Creo que deberían haber denunciado al gobierno de Juan Manuel Santos. Si Colombia afirma que el petróleo venezolano que atraviesa su frontera es contrabando, ¿por qué no es lo mismo con la moneda? Es preciso recordar que la mayor industria colombiana es la cocaína, el narcotráfico, y que ha crecido exponencialmente, por lo que tienen un exceso de dólares estadounidenses que necesitan blanquear, lo que merma el valor de la moneda venezolana. Es hiperinflación inducida. En Miami, por otro lado, la oligarquía venezolana creó hace doce años un portal web llamado DolarToday para destrozar la economía venezolana.

PC: ¿Qué más os llamó la atención?

CG: La gente no pierde la sonrisa y hace bromas sobre la situación, lo que me parece increíble. Están deseosos de compartir, de echar una mano, y nos vimos envueltos en algunas situaciones complicadas, como cuando nuestro coche se averió por la noche.
AG: Todo el mundo dice que no se debe conducir por la noche en Venezuela. Estábamos en carretera y nos figurábamos que solo nos quedaba como media hora de viaje, ¿qué podía salir mal? Entonces se quemó un transformador. Pensé que estábamos a punto de vivir una pesadilla, atascados en mitad de la nada, de noche en una carretera oscura. ¿Quién iba a encontrarnos?

CG: Como no había luces, tuvimos que usar los teléfonos para que los grandes camiones pudieran vernos.

AG: Me hice pasar por sordo, ya que nadie creería que era venezolano con mi acento español. Entonces, se detuvo una camioneta realmente vieja. Sus ocupantes parecían molestos pero fueron muy amables y nos llevaron hasta una estación de servicio.

CG: Le dije a Alan que no estábamos en Estados Unidos ¡que nadie iba a dispararnos!
AG: Iba acompañado de tres mujeres con dinero y pensé, vaya, nos van a asaltar, pero todo salió bien y pensaron que era sordo.

CG: Nos dijeron que podíamos dormir en una tienda, pero preferimos hacerlo en el coche y no estuvo tan mal.

PC: ¿Qué hay de los apagones que han proliferado por el país?

CG: Durante los apagones, la gente contaba historias, tocaba música o salía a charlar a la calle. Era un paraíso, sin televisión ni smartphones, un contacto real entre las personas. Se cocinaba en común. Durante el día, jugaban a juegos de mesa, al dominó, y los chavales lo pasaban bien. Probablemente las personas con hijos estaban más tensas, sobre todo si vives en un bloque de apartamentos y no tienes agua ni luz. Por eso EE.UU. atentó contra la red eléctrica, porque eso supone el corte de agua en Caracas (con un área metropolitana que agrupa a unos 7 millones de personas). Por suerte, existen pozos de agua limpia en los alrededores y la gente hacía cola para conseguirla.

PC: Entonces, ¿hay mucha discrepancia entre la imagen que os habíais hecho de la situación, a partir de los medios de comunicación, y la realidad?

AG: Bueno, hay colas para comprar gasolina, pero la gente no está muriendo de hambre y, como ya dije, la pobreza no se acerca ni de lejos a la que hay en Brasil. Yo no lo calificaría de dictadura, la gente es abierta y critica al gobierno y a Estados Unidos, pero también a Chávez y a Maduro. El Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) ha admitido haber tomado decisiones económicas erróneas. Pensé que encontraría más represión, pero no ha sido así. La gente no tiene miedo de expresarse. Creo que los venezolanos echan más la culpa de la situación a los americanos que a Maduro.

PC: ¿Qué os parece el revuelo que se montó en febrero cuando la ayuda de EE.UU. y Canadá quedó bloqueada en la frontera?

AG: La ayuda es un caballo de Troya, una buena forma de que EE.UU. entre en el país, y por eso las agencias internacionales no querían formar parte del plan. Sin embargo, se ha recibido ayuda de China y de Rusia.

CG: No se produjo el caos que EE.UU. y Trump esperaban que se produjera. (El líder de la oposición y autoproclamado presidente Juan) Guaidó es el tipo más odiado en Venezuela. Tiene que alojarse en un hotel lujoso en Las Mercedes, un barrio caro de Caracas. Ahí tienen electricidad, porque estaban preparados para el apagón y compraron generadores. Por eso Guaidó está viviendo allí, ocupa toda una planta de un lujoso hotel para él y su familia. Mientras el pueblo sufre, Guaidó se prueba trajes para su próximo viaje a Europa. Es un mundo paralelo.

AG: ¿Crees que Guaidó fracasará?

CG: Los venezolanos hacen muchos chistes con su nombre, pues suena similar a güevón (persona poco inteligente y de comportamiento ridículo). Y fíjate en la manifestación del otro día (12 de marzo) en Las Mercedes: las masas no aparecieron. Se está convirtiendo en un chiste en el país. Cuanto más le reconocen como presidente Estados Unidos y Europa, más ridícula es la situación, ¡Guaidó no es presidente de Venezuela! Es curioso que Chávez ya predijera lo que está ocurriendo, escribió sobre ello, y la gente está recuperando sus obras y volviendo a leerle.

PC: Hay mucho material sobre la historia del imperialismo norteamericano en Sudamérica para hacer dichas predicciones y también, más recientemente, los canadienses y sus compañías mineras, en Paraguay, Honduras, y ahora apoyando a Guaidó.

CG: Exacto. Mira Chile en 1973, lo que ocurrió con los sandinistas en Nicaragua, en El Salvador, en Guatemala.

Es una estrategia bien ensayada para destruir una economía mediante el uso de fuerzas externas que hagan subir los precios de suministros y productos. Cuando se produce un ciclo así, explota.

Alan Gignoux es un fotorreportero centrado especialmente en temas sociopolíticos y medioambientales. Sus trabajos han sido publicados en el New York Times, CNN Traveller, The Independent, Reuters y World Photography News, entre otros (www.gignouxphotos.com).

Carolina Graterol es una periodista cineasta y artista venezolana (www.carolinagraterol.com). Ha trabajado para el BBC World Service (es español) y Telesur. Es directora de “A letter from Venezuela”.
 Paul Cochrane es un periodista residente en Beirut.

Fuente: https://www.counterpunch.org/2019/03/18/on-the-ground-in-venezuela-vs-the-media-spectacle/
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ARGELIA, QUE TAMBIÉN ES BARRIO DE BILBAO. ESE ES EL CAMINO: MOVILIZACIÓN SOCIAL, HUELGA GENERAL, DESTITUCIÓN DEL GOBIERNO QUE PROMUEVE LOS DISTURBIOS POR SUS POLITICAS INJUSTAS Y NUEVO GOBIERNO. PERO CLARO,ESPAÑA ES DE BILBAO, PERO NO DEL MISMO MISMO BILBAO



Argelia, en vísperas del viernes 15 de marzo 

Primera victoria, ¡la lucha continúa!




Hocine Belalloufi
Viento sur
14.03.2019 

[Hocine Belalloufi analiza el primer retroceso del poder en Argelia como consecuencia del movimiento popular de las últimas semanas y la forma en que Buteflika intenta conservar el control de la situación proponiendo una “Conferencia Nacional” de la que estarán inevitablemente excluidas las clases populares y sus preocupaciones sociales y democráticas. Evoca finalmente algunas pistas para profundizar el movimiento.]
Las inmensas manifestaciones populares de los viernes 22 de febrero, del 1 y del 8 de marzo coronadas por una huelga general emprendida el 10 de marzo han acabado haciendo retroceder al poder.
El 11 de marzo, Buteflika anunció por carta su renuncia a presentarse a un 5º mandato, la anulación de las elecciones presidenciales del 18 de abril y “cambios importantes en el seno del Gobierno”. Este anuncio fue seguido de la dimisión del odiado Primer Ministro, Ahmed Ouyahia.
Este retroceso no debe ser banalizado, pues es el acta del fracaso de una tentativa de imposición y constituye por ello un innegable éxito popular. Movilizado y unido, el pueblo puede arrancar victorias.
La Conferencia Nacional de Buteflika: una maniobra antidemocrática
Pero Buteflika intenta al mismo tiempo retomar la iniciativa política que se le escapaba desde el 22 de febrero. Anuncia una salida de la crisis por arriba a fin de permanecer ilegalmente en su puesto tras el 18 de abril y de mantener el control sobre el ineluctable proceso de cambio a fin de salvar su régimen liberal autoritario de fachada democrática. Intenta también reeditar la experiencia de 1988 cuando la transición política fue enteramente pilotada por las instituciones de la era del partido único (Presidencia, Gobierno, Asamblea Popular Nacional -APN…), con el resultado que se conoce.
Hoy Buteflika conserva la APN y el Senado de mayoría FLN (ex partido único), el Consejo Constitucional cuyo presidente ha nombrado él mismo y todas las instituciones antidemocráticas del régimen. Cesa a Ouyahia, pero le reemplaza con su ministro del Interior, Noureddine Bedoui, el hombre que amenazaba al pueblo hace apenas unas semanas.
Pretende imponer la forma, el contenido y el ritmo del cambio a través de una ciénaga institucional. La Conferencia Nacional que será convocada intenta en lo fundamental impedir al pueblo que elija él mismo su destino. Quiere reunir, sin mandato del pueblo, a “élites” autoproclamadas provenientes de las filas del poder y de la oposición, flanqueadas de “personalidades independientes” y de notables a fin de ahogar las pocas voces independientes restantes para adoptar, en circuito cerrado, un proyecto de Constitución que el pueblo, sin embargo único verdadero soberano, no tendrá sino que ratificar. Todo este procedimiento debería además durar más de dos años…
Inaudibles desde hace tres semanas, los partidos de la coalición presidencial (FLN, RND, MPA, TAJ) han expresado tímidamente su apoyo a la iniciativa de Buteflika. Con el objetivo de que se sume la oposición ultraliberal que se pronuncia también por una Conferencia Nacional, el Presidente le muestra la perspectiva tentadora de “reformas económicas”.
Demasiado poco y demasiado tarde, pues el pueblo exige un verdadero cambio político
La promesa de cambio de Buteflika llega demasiado tarde y resulta demasiado limitada. No se trata ya de parchear el régimen, sino de cambiarlo. El pueblo argelino se ha expresado. No quiere ya que Buteflika permanezca y rechaza el mantenimiento de las personas y de las instituciones actuales. Las capas populares rechazan mayoritariamente su política antisocial y antinacional que enriquece a un puñado de oligarcas y de importadores, favorece el saqueo de las riquezas nacionales por las multinacionales y hunde en la miseria a las y los trabajadores y las capas populares. Esta política ofrece por únicos horizontes para la juventud popular el paro y la precariedad, la droga, el fondo del Mediterráneo o un exilio incierto en una Europa en crisis. Además, esta política solo puede ser impuesta de forma antidemocrática.
Por todo lo anterior, las manifestaciones han continuado al día siguiente del anuncio de Buteflika, el Presidente que se comunica con su pueblo exclusivamente por carta. Las y los manifestantes rechazan la prolongación del cuarto mandato más allá del 18 de abril y reclaman la salida de Buteflika. La huelga general emprendida el 10 de marzo se mantiene mientras ha empezado un proceso de reapropiación de la UGTA por sus afiliadas y afiliados y sus estructuras de base. Los partidos políticos de izquierda han rechazado, todos, sumarse a la iniciativa presidencial.
Todo indica que el pueblo volverá a salir masivamente a la calle el 15 de marzo para expresar claramente su rechazo a las maniobras del poder y mantener su exigencia de un verdadero cambio político. Signo de los tiempos, la propia oposición ultraliberal ha rechazado el mercadeo de Buteflika aunque no esté mayoritariamente a favor de la consigna de Asamblea Constituyente.
Conferencia Nacional o Asamblea Constituyente soberana
Frente a la maniobra de Buteflika que pretende arrebatar la iniciativa política del Hirak (movimiento) y enterrar a este último en los muros de un recinto cerrado llamado Conferencia Nacional, la única solución democrática consiste en devolver la palabra al pueblo, no para que se pronuncie mediante un “si” o un “no” en un referéndum sino para que decida, tras un debate popular, la elección a la proporcional integral de una Asamblea Constituyente soberana. Una Asamblea encargada de redactar un proyecto de Constitución, de satisfacer inmediatamente las reivindicaciones sociales de las masas populares y de preservar los intereses de la nación frente a la oligarquía y el imperialismo.
Las consignas gritadas por las y los manifestantes son particularmente claras en lo que se refiere a las potencias imperialistas. Expresan un rechazo claro a las injerencias imperialistas, se manifiesten bajo la forma de un apoyo a Buteflika (Francia) o de un apoyo hipócrita al movimiento (Washington).
Proseguir el movimiento e indicar una perspectiva política popular
Hoy todo el mundo es consciente de la trampa tendida por Buteflika. La manfiestación del 15 de marzo constituirá un test decisivo para expresar el rechazo a esta enésima maniobra del poder. Por ello las fuerzas políticas y sociales, de todas las tendencias, preparan esta movilización a fin de que sea lo más masiva y combativa posible.
La protesta popular tiene más necesidad que nunca de unidad. Pero las fuerzas políticas (PT, FFS, PST…) y sociales (sindicatos, movimientos y asociaciones) que, en su seno, luchan a la vez por la defensa de la soberanía nacional frente al imperialismo y por la soberanía popular y la justicia social frente al autoritarismo y las políticas liberales deben urgentemente converger para constituir un polo consecuente que garantice que el movimiento no sea desviado y llevado a una vía sin salida. Tarde o temprano, en efecto, las clases y fracciones de clases dominantes, bien apoyen al poder o a la oposición, encontrarán un terreno de acuerdo, realizarán un compromiso para defender sus intereses e impedir a las clases populares, con las y los trabajadores a su cabeza, ofrecer una perspectiva democrática, pero también social (antiliberal) y nacional (antiimperialista).
El polo popular, que se trata de construir en una situación de desconfianza generalizada hacia los partidos, debe poder constituirse para:
- aumentar la presión sobre el poder ampliando la movilización, la autoorganización popular y la huelga general,
- denunciar la Conferencia Nacional que intenta parchear el régimen y oponerle la consigna de Asamblea Constituyente soberana,
- impulsar el proceso fundamental de reapropiación de la UGTA así como el proceso de autoorganización de la ciudadanía (estudiantes, abogadas y abogados, jueces y juezas, periodistas…)
- propagar la idea de constitución de un Frente Sindical que agrupe a las y los militantes de una UGTA renovada y a las y los militantes de los sindicatos autónomos combativos a fin de que la clase trabajadora juegue un papel político central en la movilización,
- movilizarse masivamente todos los viernes en todas las wilayas (provincias) del país,
- enfrentarse a las injerencias imperialistas, cualquiera que sea la forma bajo la que se presenten: apoyo del gobierno francés a Buteflika o apoyo de los EEUU al movimiento. El pueblo argelino no tiene necesidad del apoyo hipócrita y envenenado de Washington.
*Hocine Belalloufi vive y trabaja en Argel. Periodista, antiguo coordinador de la redacción de Argel Republicano de 2003 a 2008 y militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), es tambiénautor de dos obras, La démocratie en Algérie. Réforme ou révolution ? (Apic et Lazhari-Labter, Alger, 2012) y Grand Moyen Orient : guerres ou paix ? (Lazhari-Labter, Alger, 2008).
Argel, 13/03/2019

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MEDIO AMBIENTE, AMBIENTE ENTERO. QUE NO ES EL HOMBRE EN ABSTRACTO EL QUE TIENE EL MEDIO AMBIENTE HECHO UNOS ZORROS, SINO ALGUNOS HOMBRES Y ALGUNAS MUJERES DE LOS GRANDES CAPITALES, QUE YO NO HE TIRADO UNA BOMBA EN MI VIDA QUITANDO LAS DOS O TRES BOMBAS DE MANO QUE TIRÉ CUANDO FUI RECLUTA, QUE NO TE ENTERAS CONTRERAS. ¿QUE YO TENGO QUE APAÑAR EL MEDIO AMBIENTE? NO ME JODAS QUE ME INCOMODAS



El agente naranja sigue pudriendo los suelos de Vietnam 50 años después

Por Miguel Ángel Criado
Kaosenlared
18.03.2019

El herbicida usado por EE UU en la guerra aún llega a los humanos desde sedimentos de ríos y lagos.


En Vietnam, el ejército de EE UU mantuvo dos guerras: una contra el Viet Cong y otra contra la naturaleza. En esta, los militares estadounidenses usaron millones de litros de herbicidas contra la selva donde se escondían los comunistas y los cultivos de arroz que les alimentaban. El herbicida más usado fue el agente naranja. Una revisión de diversos estudios muestra que, 50 años después de que dejaran de rociarlo, aún hay restos altamente tóxicos de este defoliante en suelos y sedimentos, desde los que entran en la cadena alimenticia.

Fue el presidente Kennedy quien, en el marco de una nueva estrategia para impedir que Vietnam del Sur colapsara bajo la presión de los nacionalistas y comunistas del norte, abrió la puerta a la mayor guerra química de la historia. Los primeros herbicidas llegaron al sudeste asiático en enero de 1962 en una operación que acabaría llamándose proyecto Ranch Hand. Usaron diversos compuestos químicos, muchos de ellos desarrollados durante la guerra mundial para destruir las cosechas de alemanes y japoneses.

Diversos informes de las Academias Nacionales de Ciencia de EE UU (NAS) y agencias gubernamentales como la USAID estiman que en la Guerra de Vietnam se usaron más 80.000 millones de litros de herbicidas. El más usado fue el agente naranja, un defoliante. Los militares no se rompieron mucho la cabeza al nombrarlo: iba en barriles con una franja de ese color para diferenciarlo del agente blanco, el agente púrpura, el agente rosa o el agente verde (contra vegetación de hoja ancha) y el agente azul (usado contra los arrozales).
El 20% de las selvas del país y 10 millones de hectáreas de arrozal fueron rociadas al menos una vez con dosis 20 veces mayores a las recomendadas
La lógica militar era la siguiente: ya que los comunistas usaban la selva como un arma más contra ellos, había que neutralizarla. El trabajo recién publicado en una revista especializada en suelos muestra que el 20% de las selvas de Vietnam fueron fumigadas al menos una vez. Pero el arroz y otros productos agrícolas también fueron objetivos. Hasta el 40% de los herbicidas se usaron contra los cultivos. Aunque los militares intentaran diferenciar entre arrozales de amigos y enemigos, unos 10 millones de hectáreas fueron rociadas con agente azul, que acababa con la cosecha en horas. El tercer principal uso de los herbicidas fue el de acabar con todo el verde que hubiera en los alrededores de las bases militares estadounidenses, creando así un perímetro de seguridad.

Los efectos de todos los herbicidas eran temporales y había que volver a rociarlos cada cierto tiempo. Para ello usaban desde mochilas a la espalda hasta las lanchas para rociar las riberas. Pero fueron una flotilla de aviones C-123 Provider y helicópteros adaptados para levantar tanques de 3.800 litros los que protagonizaron el proyecto Ranch Hand, con más de 19.000 salidas entre 1962 y 1971.
El agente naranja era en realidad un compuesto a partes iguales de dos herbicidas, el ácido 2,4-diclorofenoxiacético (2,4-D) y el ácido 2, 4, 5- triclorofenoxiacético (2,4,5-T). Son reguladores hormonales del crecimiento y en unos días, semanas como mucho, dejan de actuar. Pero lo que no se sabía entonces era que el agente naranja contenía una dioxina altamente tóxica, la TCDD. Para acelerar la producción, se elevó la temperatura unos 5º y el cloro presente en el compuesto a altas temperaturas generaba entre 6.000 y 10.000 partes por millón (ppm) de TCDD más que en condiciones normales. Esta sustancia carcinogénica es hidrofóbica, así que no se disuelve en el agua. Tampoco se absorbe, sino que se adsorbe. Se quedaba pegada como una lapa a las hojas que, al caer, llevaban la dioxina hasta el suelo y la naturaleza se encargaba de propagarla.

La Fuerza Aérea de EE UU realizó unas 20.000 misiones herbicidas. U.S. AIR FORCE PHOTO

“La dioxina contaminante se adhiere al carbono orgánico y partículas arcillosas del suelo en las zonas contaminadas y procesos de erosión mueven los sedimentos contaminados mediante escorrentías hasta los cursos de agua, ríos, estanques y lagos, donde las condiciones anaeróbicas protegen la dioxina de la degradación microbiana, extendiendo su vida media”, comenta en un correo el experto en suelos y coautor del estudio Ken Olson, profesor de la universidad de Illinois (EE UU).
Expuesta a la acción del sol, la TCDD se degrada en menos de tres años. Pero en suelos protegidos por la vegetación tarda en degradarse hasta 50 y, si está en sedimentos fluviales o marinos, más de un siglo. “Los peces y camarones que se alimentan en el fondo atrapan los sedimentos contaminados y la dioxina se acumula en sus tejidos. Peces más grandes se comen a estos peces y los vietnamitas a ellos”, recuerda Olson.
En uno de los informes más recientes revisados por Olson y su colega, la socióloga rural de la Universidad Estatal de Iowa Lois Wright Morton, los investigadores oficiales analizaron los suelos de la base aérea de Bien Hoa y sus alrededores. Fue una de las principales bases desde las que partían las misiones herbicidas y allí se acumularon los bidones sobrantes cuando se suspendió Ranch Hand. “Recogieron 1.300 muestras de suelo de 76 puntos diferentes de la base, tierras cercanas y lagos. Unas 550 muestras tenían niveles de dioxina por encima de la normativa para el uso de la tierra del Ministerio de Defensa Nacional de Vietnam”, comenta el profesor estadounidense.
Treinta años después de ser usados en Vietnam, varios aviones aún tenían la dioxina pegada
Los suelos de otras 16 bases áreas estadounidenses tanto en Vietnam como Tailandia están contaminados y muchos de los vietnamitas y estadounidenses expuestos en su momento a estos productos desarrollaron enfermedades. Pero se sabe poco del impacto del agente naranja que queda más allá de las bases. Junto a la de Bien Hoa está la ciudad homónima, en la que viven unas 900.000 personas, y está prohibida la pesca en ríos y lagos de la zona aún hoy.
La persistencia de la TCDD es tal que varios de los aviones que se usaron para rociar el agente naranja tuvieron que ser retirados de una subasta e incinerados porque, 30 años después de volver de Vietnam, aún tenían la dioxina pegada. El último de los informes de las NAS sobre los efectos del agente naranja en los veteranos de guerra, publicado en noviembre pasado, añadía nuevas patologías que aparecían correlacionadas con la exposición al herbicida. Estos informes se publican cada dos años y son un mandato del Congreso de EE UU.
Aunque se estima que hay aún tres millones de vietnamitas que sufren los efectos de los defoliantes, no tienen un seguimiento similar al de los veteranos estadounidenses. De los pocos estudios internacionales sobre la persistencia de la TCDD en el ambiente destaca uno publicado hace ya 10 años por investigadores japoneses y vietnamitas. En él compararon los niveles de contaminación de los suelos de una de las aldeas rociadas con agente naranja con los de otras que se libraron. En la primera, la presencia de dioxina quintuplicaba a la de la segunda, aunque su concentración era más baja que la observada en la base aérea de Bien Hoa. El trabajo también halló mayores niveles de dioxina en la leche materna, pero no puede descartarse que se deban a la exposición más reciente a pesticidas agrícolas.

Olson cree que sería exagerado y sin base científica considerar que todos los suelos rociados hace 50 años sigan contaminados hoy. En todo caso, solo en Bien Hoa hay al menos 414.000 metros cúbicos de suelos que deberían ser tratados. Para Olson, el método definitivo para acabar con la dioxina sería incinerarlos, quemar la tierra.
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