sábado, 9 de abril de 2022

La OTAN se prepara para actuar contra China calificándola de amenaza para la seguridad y la democracia.[Pero la OTAN –Organización Tratado Atlántico Norte, 1949, creada por las potencias capitalistas del momento para frenar la mejora de las condiciones de vida para los trabajadores que representó en su día la URSS, o sea, para el sometimiento de los trabajadores a los intereses del capital que ya había creado dos guerras mundiales y que está amenazando con la creación de la III Guerra Mundial- qué voluntad popular representa, digo esto porque el poder del pueblo, ya saben, eso de la democracia y la libertad lo representa esto y lo otro, las musarañas volanderas, catapúm chin, chin y el patio de mi casa es particular que cuando caen bombas hacen pupita como en los demás, aparte del toro torito bravo capitán de la manada, porque ya luego viene lo de Conchita Piquer. Pues ahí le hemos dado paisano, que como prolongación de la guerra de USA con Rusia en campo ucraniano (de momento) viene la misma guerra pero con China, con el chinito pelón YA LAHEMOS LIAO. Está en manos de los trabajadores y sólo en manos de los trabajadores, sin buenos por aquí y malos por allí, el evitar la que ya se tiene encima, pero que viene más. Y que no se me asuste ni se me trastoque nadie que únicamente se trata de nuestra existencia, una tontada, un toque al botón del face de me gusta, no me gusta, ni me gusta ni me deja de gustar o de que me entran las vomitinas, ¡Vaya por Dios, quién lo iba a decir!, nada más]

 

La OTAN se prepara para actuar contra China calificándola de amenaza para la seguridad y la democracia

 

INSURGENTE.ORG / 9 abril 2022


El jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha dicho que la alianza militar se está preparando para actuar contra China, declarándola una amenaza para la seguridad y la democracia.

Dijo en una conferencia de prensa el martes que la OTAN planeaba profundizar sus conexiones con los aliados asiáticos para hacer frente al desafío planteado por Beijing.

Stoltenberg dijo que convocará una reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de los estados miembros de la OTAN junto con los de Finlandia, Suecia, Georgia y la Unión Europea.

Representantes de Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur también han sido invitados a asistir a la reunión, que discutirá la «creciente influencia y las políticas coercitivas de China en el escenario global que plantean un desafío sistémico a nuestra seguridad y a nuestras democracias.

«Vemos que China no ha estado dispuesta a condenar la agresión de Rusia y se ha unido a Moscú para cuestionar el derecho de las naciones a elegir su propio camino», dijo Stoltenberg.

China ha sido instada a «elegir un bando» en el conflicto entre Rusia y Ucrania por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien ha amenazado a Beijing con consecuencias si apoya a Moscú militar o económicamente.

Pero China ha insistido en permanecer neutral, diciendo que será una fuerza para la paz, y se ha ofrecido a mediar si es necesario.

Beijing ha negado previamente haber eludido deliberadamente las sanciones impuestas a Rusia por Estados Unidos y los países europeos. Se opone a las restricciones económicas, y el portavoz del gobierno chino, Wang Luting, advirtió que «los efectos de estas sanciones también corren el riesgo de extenderse al resto del mundo.

«Incluso Europa ha estado llevando a cabo negocios normales con los rusos.

«Estamos contribuyendo a la economía global manteniendo el comercio normal [con Rusia], para evitar cualquier posible interrupción de las cadenas de suministro e industriales», dijo.

El primer ministro de Pakistán, Imran Khan, acusó a Washington de estar detrás de un complot para derrocarlo por su fracaso en condenar a Rusia y sus críticas a la política exterior de Estados Unidos.

India también ha sentido la ira de los Estados Unidos por su continuo comercio con Rusia y su incapacidad para alinearse con las potencias imperialistas occidentales.

Pero Estados Unidos ha sido acusado de hipocresía por presionar a la UE y sus aliados para que bloqueen el petróleo ruso mientras aumentan sus propias importaciones de Moscú en un 43 por ciento a 100,000 barriles por día durante la semana pasada.

morningstar

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Aristóteles y Francis Bacon

 

Tal día como hoy de 1626 fallecía el filósofo y político inglés Francis Bacon. Considerado el padre del empirismo, sus obras fueron un gran aporte para el naciente método científico en la interpretación de la relación del hombre con la naturaleza.


Aristóteles y Francis Bacon

 

Anthony Gottlieb

El Viejo Topo

9 abril, 2022 



Bacon sigue siendo a menudo considerado como un profeta de la revolución científica, aunque con frecuencia no sabía de qué estaba hablando y tenía una notable habilidad para mirar hacia otro lado cuando estaba pasando algo interesante. Según parece, no habría sido capaz de darse cuenta de que se había producido un gran descubrimiento científico aunque le hubiera caído literalmente en la cabeza, como la proverbial manzana de Newton.

Pasó por alto el trabajo de su propio médico, el doctor William Harvey, que descubrió la circulación de la sangre; condenó la teoría del magnetismo propuesta por un conocido suyo, William Gilbert, calificándola de tontería ocultista; ignoró a Galileo y a Kepler porque no pudo entender sus matemáticas, y tampoco vio la importancia de Copérnico. Sin embargo, como propagandista desempeñó un papel honorable colaborando a que cambiase la marea dominante de la vieja visión del mundo de Aristóteles y la escolástica.

Bacon le criticaba principalmente dos cosas a Aristóteles. En primer lugar, afirmaba que la física de Aristóteles estaba terminalmente enferma por culpa de unos conceptos cancerosos y de unas teorías lisiadas. En eso tenía parte de razón Bacon (aunque de hecho tampoco él se zafó completamente de dichos conceptos y teorías). Y en segundo lugar, decía que Aristóteles habitualmente ignoraba los hechos y desdeñaba las observaciones debido a su ciega adhesión a las teorías que había pergeñado. Esta fue la más influyente de las críticas de Bacon y es completamente errónea, aunque a menudo la comparten y refrendan personas que no se molestan en leer a Aristóteles antes de repetirla.

Esto es lo que dice el propio Aristóteles, justo después de sacar una errónea conclusión acerca de las abejas obreras:

“Esta parece ser la verdad respecto a la generación de las abejas, a juzgar por la teoría y por lo que se cree que son los hechos respecto a ellas; los hechos, sin embargo, no han sido todavía suficientemente comprobados; si alguna vez lo son, habrá que dar más crédito a la observación que a las teorías, y a las teorías habrá que darles crédito solamente si lo que dicen concuerda con los hechos observados.”

En general, escribió en otra parte, ‘tenemos que inspeccionar lo que ya hemos dicho, sometiéndolo a la prueba de los hechos, y si armoniza con los hechos, tendremos que aceptarlo, pero si está en conflicto con ellos, entonces habremos de considerar que lo que hemos dicho es una mera teoría’.  Y esto no es una piadosa declaración de intenciones; es exactamente lo que Aristóteles trató de hacer en toda la obra científica suya que ha llegado hasta nosotros. La verdad es que Aristóteles tenía la misma curiosidad y apertura mental que los miembros de la Royal Society, pero debido a que éstos se consideraban a sí mismos unos revolucionarios, tenían que convencerse de que pensaban lo contrario. Lo que necesitaba ponerse al día no eran tanto los métodos de Aristóteles cuanto sus conclusiones, lo que, dado que llevaba más de 2.000 años muerto, no podía hacer por sí mismo. Él no tenía la culpa de que algunos pensadores posteriores hubieran convertido sus conjeturas en dogmas.

Galileo entendió esto mejor que Bacon. Reconoció que Aristóteles ‘no sólo admitía la importancia de la experiencia entre los diversos modos que permiten sacar conclusiones acerca de los problemas físicos, sino que incluso le concedía un lugar preeminente’.

Consideremos el caso de las manchas solares, cuyo descubrimiento fue una cruel salpicadura de ácido sobre el cuadro de la visión aristotélica del mundo (en tiempos de Galileo hacía más de mil años que se veneraba aquel cuadro). Aristóteles había dejado dicho que ‘durante todo el tiempo pasado, hasta allí donde llegan los registros que hemos heredado, no parece haberse producido ningún cambio en los lugares más remotos del cielo’.  Es decir, al parecer no pasaba nunca nada en las estrellas. A partir de esto Aristóteles llegó provisionalmente a la conclusión de que la única forma de cambio que podía encontrarse fuera de la atmósfera de la Tierra era el movimiento circular uniforme, y que por tanto había una diferencia radical entre el turbulento reino terrestre y el sereno e inmaculado firmamento. Esta idea resultó ser muy conveniente para los propósitos religiosos de la Edad Media, pues dicha división entre el cielo y la tierra parecía ser un eco de lo que afirmaban las Sagradas Escrituras.

Pero cuando Galileo miró por su telescopio y vio unas manchas irregulares que ensuciaban la superficie del Sol, se dio cuenta de que, al fin y al cabo, los cielos no eran tan perfectos e inmutables como todo el mundo creía. También se dio cuenta de que Aristóteles hubiera cambiado de opinión acerca de la tierra y del cielo si ‘su conocimiento hubiera incluido la evidencia sensorial que poseemos actualmente’. Los filósofos-sacerdotes medievales hubieran tenido entonces que buscar otra cosa en que basar sus fantasías religiosas.

Naturalmente, nadie puede demostrar que Aristóteles hubiera cambiado definitivamente de opinión si hubiera visto lo que vio Galileo. Pero tampoco tenemos ningún motivo para pensar que se hubiera negado a hacerlo. Había, sin embargo, una diferencia genuinamente revolucionaria entre el enfoque de Aristóteles al conocimiento científico, y el que fue defendido con tanto éxito por Bacon. Esta diferencia está en la respectiva actitud de los dos pensadores frente a la tecnología.

Aristóteles no tenía ninguna concepción al respecto: para él, el conocimiento de la naturaleza era un fin deseable por sí mismo y no tenía nada que ver con la invención de artilugios que nos permitan no tener que trabajar tanto. Bacon, en cambio, fue el profeta de la sociedad tecnológica. Es posible que no entendiese mucho de ciencia, pero sabía muy bien lo que quería y percibía vagamente que la ciencia era la forma de conseguirlo. La Madre Naturaleza tenía que ser dominada y puesta a trabajar al servicio del hombre.

En el transcurso de su campaña a favor de este nuevo proyecto, Bacon defendió con insistencia la necesidad de más experimentos, de observaciones más sistemáticas y de más cooperación científica. Ninguna de estas cosas era exactamente nueva en sí misma, pero sus esfuerzos en defensa de ellas fueron un útil correctivo a la tradición medieval.

Bacon dedicó mucho tiempo a pensar en los métodos para obtener y evaluar los datos de la investigación empírica. Desafortunadamente, él mismo no era muy bueno en este campo, pero por lo menos sus principios eran muy sensatos. Creía que al proponerlos estaba ofreciendo una nueva técnica que sustituiría a los cánones del método científico propugnado por Aristóteles.

Bacon creía, como varias generaciones habían creído antes que él, que Aristóteles había proclamado que la ciencia consistía simplemente en improvisar unos cuantos principios generales lo más verosímiles posible sin tener que molestarse en contrastar los hechos. Este rumor arraigó en un tiempo en que las únicas obras disponibles de Aristóteles eran partes de algunos de sus tratados de lógica, y se basa en una mala lectura de los mismos. Lo que se dice que dijo Aristóteles no es lo que realmente dijo.

Fuente: Fragmento del capítulo «El maestro de los que saben. Aristóteles», del libro de Anthony Gottlieb,  El sueño de la razón. Una historia de la Filosofía, desde los griegos hasta el Renacimiento.

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