domingo, 28 de febrero de 2010

A MI CRITICO/A ANONIMO/A (Ver comentario que hizo en este Blog el 26.02.10)

ZAPATERO, SUS JEFES, ENCARGADOS, AFINES Y YO(*)

Zapatero pasa por ser el presidente del Gobierno español, y por consiguiente, de ello se deduce en el plano formal que es el presidente de todos los españoles. Y hasta aquí de acuerdo, pero ya sabemos que lo formal las más de las veces es mentira.
Zapatero es en la práctica, que es donde redondamente son las cosas, capataz de uno de los grandes grupos capitalistas dominantes en España, y por ello, se ha reunido con unos cuantos banqueros para que estos le digan que debe decir y que postura debe mantener en la reunión de capataces de los grandes capitalistas que formalmente se llama el Grupo G-20.
Lo que hayan hablado banqueros y Zapatero no lo sabemos, ni lo tenemos porque saber, porque son asuntos privados de ellos, pertenece al ámbito privado de los negocios de jefes y capataz.
Una vez que el grupo de banqueros jefes le ha leído la cartilla a Zapatero de pe a pa, este se ha ido con la lección bien aprendida debajo del brazo a los encargados síndicos, que formalmente se denominan sindicatos mayoritarios, para que sean estos últimos los que se encarguen de la brega con los trabajadores, a fin de que estos marquen el paso por las líneas trazadas por los grandes capitalistas.
Después de todo lo dicho, Zapatero, que tuvo un abuelo republicano, que dicho sea de paso, no constituye mérito alguno, porque en una republica todos son republicanos, al igual que cualquier español hoy es súbdito edulcorado, se ha ido a hablar con su colega Rajoy para decirle: “tranqui, tronco, que en el G-20 voy a decir y voy a defender lo que tu dirás y defenderás cuando seas capataz de tu grupo de capitalistas en la presidencia del Gobierno español,” a lo que Rajoy le ha respondido: “güay, colega. Y que no se te olvide pedir libertad de economía y libre mercado.” O lo que es lo mismo, que acelere y garantice todavía más y mejor, la inmoralidad y la injusticia que supone poner más miles de millones de euros del dinero de todos (menos el de los ricos que están en los paraísos fiscales) los que trabajamos, en manos y a la libre disposición de los mismos marmoletes del capital, que con sus ansias de enriquecerse todavía más, han originado el descontrol financiero actual, con la anuencia de los correspondientes gobiernos.
Y al final de todo lo que antecede ya vengo yo, en lo último de todo, con todos los derechos que me garantiza la Constitución, que es también cosa formal, porque en la práctica ya es otra cosa.
En la práctica, sin trampa ni cartón ni cachondeos ni tío páseme usted el río, viene que de mi nómina me han quitado, ojo al parche: 479,39 euros por el IRPF (de cuyo impuesto ni me sé la denominación y un güevo que me importa); 2,44 euros por Formación Profesional (que no sé quién coño me está enseñando a mí nada profesionalmente); 39,00 euros para Accidente y Desempleo (que tampoco sé ni donde me accidento ni dónde me desempleo) y 114,55 euros por Contingencias Comunes (y esto de las Contingencias Comunes debe ser el Copón con ruedas, pero tampoco lo sé). Total, que del sueldo del mes pasado me quitaron de la nómina 635,38 euros, lo que equivale al 27,60 % de mi sueldo y, cuidado, cuidadito, cuidadín, chupense esta los asesores fiscales de postín de la Casa Real y de los nenes ricos y nenas ricas: no me quejo de pagar impuestos. Me quejo, que para eso soy el último, de que no quiero de que con mis impuestos se pague un céntimo más de euro a la Casa Real; ni un céntimo más a ningún banquero por muy banquero que sea; ni un céntimo más al Estado del Vaticano vía Iglesia Católica Apostólica Romana y ni un céntimo más a las Fundaciones de José María Aznar y del PSOE, por poner sólo unos ejemplos de lo que no quiero que se haga con mi dinero.
Y, no niego que no sea libre ni que no me amparen derechos, formalmente, lo que digo es que estoy hasta los mismísimos testiculares de tanto Pili y mili que vive y se enriquece a costa del sudor del de enfrente, y que a robar al monte, si tienen cojones.
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(*) Publicado en este mismo Blog el 13.11.08

REUNIÓN DE SIMPLES OVEJAS Y PASTORES MIENTRAS MAS LEJOS MEJOR

(Ovejas que como no han querido ser trasquiladas han despedido al pastor)

La reforma laboral es imprescindible. La imponen más que pedirla, el gobernador del Banco de España; El Rey, El Banco Europeo, El Fondo Monetario Internacional… Es decir, que la reforma laboral la imponen más que pedirla, precisamente todos aquellos que ni viven ni se enriquecen con el producto de su trabajo, sino que disfrutan de la vida, además de enriquecerse a costa precisamente de los que trabajamos.
El gobierno, los partidos que de una u otra manera gobiernan con él, los paridos que aspiran a gobernar y los sindicatos que sin tener ni legal ni moral ni en número la representación de todos los trabajadores, cada cual desde sus puntos de vista respectivos actúan en función de los papeles que les asignan los que poseen y tienen a su disposición las grandes masas de capitales que no son de su propiedad jurídica aunque sí de hecho.
La tan cacareada reforma laboral, aceptada tan buenamente por todos los que trabajamos, en absoluto se refiere a que el sistema productivo debido a los avances técnicos y organización del trabajo es cada vez más productivo, y por consiguiente, cada vez con menos tiempo de trabajo se producen más bienes, mejores y más baratos, y como consecuencia de ello es objetivamente posible hoy que a todos los miembros de la sociedad le lleguen más bienes, más baratos y con menor esfuerzo y menos tiempo dedicado al trabajo. Y como esto que es hoy objetivamente posible no se produce, sino todo lo contrarios: que cada vez se trabaja más para tener menos, se tiene en la práctica que en vez de vivir mejor, como hoy es objetivamente posible hacerlo porque existen más bienes de los que poder disfrutar, resulta que se vive peor, y no sólo eso, sino que las perspectivas de futuro son todavía para vivir peor.
La reforma laboral, de la que no solo se habla, y nosotros, los trabajadores, aceptamos como si fuera algo baladí o no nos afectara ni a nosotros ni a nuestros hijos, lleva en marcha muchos años, pero no para reformar esa disfunción evidente entre las posibilidades reales y efectivas de poder vivir mejor y el hecho también evidente de que cada vez se vive peor, que sería la reforma laboral verdaderamente necesaria justa, civilizada y posible, sin ninguna hojarasca palabrera que la oculte.
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RESPUESTA A LA CRITICA DE UN/A SUJETO/A ANONIM0/A

Texto de la crítica anónima recibida(*):

“Bueno, eso de la jubilación a los 67 en vez de los 65 si que es un tremendo golpe a las aspiraciones de quienes anhelan pasar su vejez sustentada en una bono de por vida. Sin embargo, manolito, se os olvida que las matemáticas no mienten y que es necesario una relación de al menos 3 trabajadores por cada dos jubilados y esa relación se ha desbordado en muchos países, principalmente aquellos que tienen una esperanza de vida mas larga.
os veo protestar en cada escrito y también he leído sus propuestas sacadas de la manga ilusa del bienestar para todos, lo que a pesar de ser un anhelo justificable, encomiable y todo eso, en la realidad de la economía se hace añicos y no aguanta el menor rasguño que a ellos hagan las decisiones de quienes tienen la sartén por el mango. Siga así, señorito, protestando desde su puesto de funcionario público, a ver si algún día Zapatero lee esto que usted escribe y se conmueve de tanta penuria...”


Respuesta:
Tendremos que convenir de entrada, en que yo doy mi nombre y demás señas y tú no. Lo cual no tiene que significar necesariamente nada en tu contra, pero desde luego, a tu favor tampoco.
Una de las características de los cobardes, según lo veo yo, es que empiezan por esconderse en la oscuridad o detrás de Internet, por no dar la cara, y de gente así, menos algo bueno, uno puede esperar cualquier cosa. En principio estamos en este caso, en que no das la cara.

En esta especie de crítica (no es critica sino intento de descalificar) que me haces escondiéndote en el anonimato, y que conste que no la considero tal, porque yo a la critica no la concibo más que como discusión intelectual basada en conceptos y no en creencias, simpatías o antipatías personales, o en frustraciones personales, que es lo que me haces tú en el comentario que me has dejado.
Comienzas afirmando: “Bueno, eso de la jubilación a los 67 en vez de los 65 si que es un tremendo golpe a las aspiraciones de quienes anhelan pasar su vejez sustentada en una bono de por vida”
La primera impresión que me da al leer esa afirmación tuya es que de sentimientos, de los buenos, andas escasillo. Que entre lo bueno y lo malo elijes lo malo, por ello supones que los que quieren jubilarse a los 65 y no a los 67 son gentuza que lo único que no quiere es trabajar y que están esperando llegar a los 65 para vivir de por vida a la sopa boba y claro, tener que esperar a los 67 es un “tremendo golpe” para sus expectativas de vagancia.
Se ve que a esa escasez de buenos sentimientos que yo te presupongo, se te une una flojedad mental evidente, al calificar un hecho del que no tienes en cuenta lo fundamental, y es: que quien no quiere jubilarse a los 67 sino a los 65 es que está trabajando y, cotizando, es decir pagándose su jubilación futura desde hace 20, 25, 30, 35 años o más, y que por tanto la paga que le queda cuando se jubile y hasta que se muera, no es por gracia del Rey, sino con los dineros propios que a lo largo de su vida laboral le han ido descontando del sueldo mes a mes. Y reclamar y no permitir que nadie le toque eso, no es anhelo justificable ni encomiable como tú afirmas, sino de justicia a palo seco. Justicia = a dar a cada uno lo suyo.
Te diriges a mí poniéndome un nombre, “Manolito”, en lo que has acertado plenamente.
De niño, personas muy queridas por mí, así me llamaba. Y todavía viven algunas que de vez en cuando me lo siguen llamando. Pero, debes saber y si no lo sabes te lo digo ahora, que ofender, lo que se dice ofender, sólo ofende quien puede.
A continuación yerras (que te equivocas, para que me entiendas) refiriéndote a mi en plural. Dices: “… se os olvida que las matemáticas…” Yo hablo, escribo, en primera persona, singular, por tanto que pluralices no tiene sentido, porque yo solo hablo por mi y sin atribuirme representación de nadie.
Cierto que de matemáticas no ando muy bien, me sé las cuatro reglas; algo de trigonometría y un poco de cálculo diferencial, pero de estadística y calculo de probabilidades que es lo que me hace falta saber ahora, sé poco. Pero te diré que llevo una temporada estudiándolas, y mas bajo te diré el por qué.
No obstante, por si tu sabes algo de aritmética, que es mas sencillo que todo lo que te acabo de decir, y para desmontarte ese seudo argumento tuyo de tres trabajadores por cada jubilados que están cobrando sus pensiones, toma lápiz y papel y suma:
30 millones de las antiguas pesetas que se le dieron a la Princesa Leticia para que se comprara ropita; 100 millones de euros que costarán los 500 militares más que van a ir a Afganistán; 17 millones de euros que se le dan todos los años a una fundación del PP y a otra del PSOE (entre las dos); guarda espaldas de más que lleva Aznar para cuando se emborracha sostenerlo de pie: ídem para Felipe González cuando hace sus viajes a Latinoamérica y lucir sus gracias como artesano de joyas; lo que han robado los del caso Gürtel y la Alcaldesa de La Muela; las inversiones que hace el Estado en infraestructuras para que una vez que estén realizadas ponerlas en manos de los banqueros a través de diferentes mecanismos; miles de millones de euros dejados de ingresar por el Estado procedentes de ENDESA y TELEFONICA, eso sí, si Aznar no se las hubiera endosado a sus amigos personales; pagos innecesarios que en concepto de Sanidad Pública paga Esperanza Aguirre a empresas privadas; sobre coste de un 40% del AVE Madrid-Barcelona; los cuatro millones de pesetas que de los dineros públicos se gastó Aznar para comprarse la medalla del Congreso de USA, total, pa ná, no se la vendieron…, y a esta lista, suma lo que tu te sepas de la muchachada sociata, que yo en eso te doy cobertura y todo el apoyo que quieras.
Si haces esta suma vas a ver que todo el dinero del Estado gastado innecesariamente y sólo para enriquecer a los que ya eran ricos y a otros para estrenarlos en eso de la riqueza. Si en vez de eso hubiera sido racionalizado y utilizado ese mismo dinero en quienes crean la riqueza (los pequeños y medianos empresarios también, no sólo los asalariados) y en fomentar el desarrollo económico y no exclusivamente el crecimiento económico, tiraría por tierra esa falacia tuya, que por otra parte, es falacia general, de justificar (eso si es justificar, y de una manera indecente) la bajada de las prestaciones sociales y el alargamiento de la edad laboral en que por cada dos jubilaos hay solo tres personas trabajando.
Vuelta la burra al trigo. Dices tú: “Os veo protestar en cada escrito…” Escribo yo, en singular. Vuelve a no tener sentido esas ganas tuyas de pluralizar en lo que digo. Lo digo en nombre propio, y desde luego me parece más que justo criticar (eso que tu llamas protesta) que el Rey tenga un apartamento privado en Barcelona para cada vez que va al urólogo mientras haya una sola persona que tenga que dormir en la calle en Zaragoza, Lebrija o Sebastopol.
Das la impresión de que no sabes muy bien por dónde te da el aire. No se puede soplar y sorber al mismo tiempo, y eso es lo que intentas hacer en tu afán de criticarme. Por un lado afirmas que mis propuestas “del bienestar para todos” me lo saco de la “manga ilusa”. Y por otra parte calificas esas supuestas propuestas mías (que en realidad no hago. Las haré más adelante, dentro de un tiempo, cuando sepa más estadística y reúna más datos donde poder asentar mis razonamientos y tenga más tiempo para decir, efectivamente, cómo deberíamos plantear una alternativa global al actual modo de producción capitalista, al margen de la política tal y como la conocemos hoy) como “anhelo justificable, encomiable y todo eso”
Si no fueran conocidas las causas, por ejemplo, de por qué en España hay hoy más de ocho millones de pobres; o por qué en Zaragoza hay miles de viviendas vacías mientras que hay gente que duerme en la calle; o cómo el Rey siendo pobre hoy su fortuna se cuenta entre las grandes fortunas, mientras que hay gente sin trabajo y muchos cientos de miles de gentes que con trabajo no tienen lo suficiente para vivir, etc., cabría la posibilidad de podérseme acusar, con razón, de iluso y sin ninguna base para afirmar que el bienestar debe ser para todos.
Pero sabiendo las causas que producen esa situación y sabiendo además que existen los medios materiales suficientes como para que todos vivamos bien, creo que es de justicia reclamar eso, que los bienes existentes son para el disfrute de todos, y por tanto me parece injustificada esa especie de crítica que intentas hacerme.
A mi me parece que lo que está demostrado es que el tocino y la velocidad son cosas distintas y sin relación alguna, salvo que el que corre vaya a la vez comiendo tocino.
Tú en cambio lo que es uno lo haces dos. Por una parte lo que llamas “la realidad de la economía” y por otra “quienes tienen la sartén por el mango” y de esta forma según dices tú, y según interpreto yo que dices tú, porque lo que dices no está nada claro, o al menos yo no lo entiendo claramente, “la realidad económica” (que yo interpreto que quieres decir el capital) no permitiría el “menor rasguño” que les hagan “las decisiones de quienes tienen la sartén por el mango” (que yo interpreto que quieres decir el gobierno).
La economía y la política no son cosas distintas. De igual manera que ni la una ni la otra existen en abstracto. Pensar que existen separadamente y en abstracto, que es lo que haces tú en ese intento de critica que pretendes hacerme, si que es una ilusión que te sacas de la manga y sin basarte en ninguna realidad.
Existen y en concreto tipos o modos de economías y a estos tipos o modos de economías les corresponde sus correspondientes tipos de políticas. Así, a un tipo de economía capitalista como es la nuestra le corresponde una política de tipo capitalista como es también la nuestra.
Es inconcebible por elemental lógica que a una economía capitalista le pueda corresponder un tipo de política que no sea capitalista, con lo que de un plumazo y aunque no venga a cuento ahora de una manera directa, ya nos hemos quitado de en medio a Zapatero con una política socialista. Una política de tipo socialista es imposible en una economía capitalista.
Por tanto, no es que la “economía” (el capitalismo) no vaya a permitir que el que tiene la sartén por el mango, según tú, el gobierno, le haga “el menor rasguño”, sino que es el capitalismo (la economía según tú) quien tiene la sartén por el mango, que a su vez tiene a su servicio el gobierno como instrumento político para impedir que la sociedad civil le haga el menso “rasguño” (o sea, tú y yo, es decir muchos “tús” y muchos “yoes” en tanto en cuanto tengamos conciencia de pertenencia a esa clase social que hoy niegan muchos, y que se llama clase trabajadora. Y para “rasguñear” a la Economía solo hay que reclamarle al capital lo nuestro, que es el producto de nuestro trabajo).
Así, pues, no creo ser un iluso, o al menos tan iluso como para esperar que por mencionar el bienestar para todos vaya ser concedido por el sistema. Más bien creo que el iluso es quien vea eso en lo que escribo.
Terminas diciendo: “Siga así, señorito, protestando desde su puesto de funcionario público, a ver si algún día Zapatero lee esto que usted escribe y se conmueve de tanta penuria...”
Sigo manteniendo esa postura mía de no considerarme iluso en el sentido de que no espero que Zapatero lea cuanto escribo y que una vez leído se conmueva con “tanta penuria”, porque es él, junto a la clase política que dirige oficialmente y los que le apoyan y los poderes económicos que le respaldan los que crean las condiciones para que esa penuria exista, y no sólo que exista, sino que se perpetúe para que el capital pueda seguir manteniendo sus tasas de beneficios. Mencionar a Zapatero incluye a meter en el mismo saco a Rajoy.
Cuando me calificas de “señorito”, puesto que no lo soy, te lo voy a pasar por alto es vez. Si me lo volvieras a decir te demostraré lo graciosos que somos los de mi pueblo diciendo improperios cuando se nos toca los cojones de malas maneras como haces tú.
Y, para concluir, desde mi puesto de funcionario público lo que hago es matar legiónela, o cuando menos asustarla, para que la legionela no mate a otras personas, y así me gano la vida, que me permite, después de trabajar, estudiar, escribir y alguna cosilla más.
Y gracias por leer lo que escribo, que lo uno no quita lo otro.
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(*) ¿Y de las barbas del vecino a remojar, qué? El Ojo Atipico, 26.02.2010