Otro acelerón
hacia el nuevo mundo
DIARIO OCTUBRE / mayo 27, 2022
Esto va a toda vela. Si China se está retirando paulatinamente del modelo educativo occidental o, por decirlo mejor, cada vez hay más rechazo al mismo bajo la consigna de “Mas Marx, menos Occidente”; si China edita revistas científicas donde publican sus investigadores (que no son publicados en las occidentales) porque crecían las críticas a un sistema universitario viciado por las prácticas occidentales; si China comienza a retirarse del sistema de clasificación universitario que impone Occidente, ahora es Rusia la que da otro golpe en este ámbito: el martes anunció que se retira de todo lo relacionado con el Plan Bolonia. ¡Por fin! En Occidente seguimos dormidos, anestesiados, pero hay otro mundo en marcha y no es el nuestro. Afortunadamente.
El Plan
Bolonia es la mercantilización de la universidad y una cantera para las
empresas, tirando a la cuneta el papel de lugar de formación y desarrollo
humano y pasando a ser una mera fábrica de mano de obra (si es que se consigue
trabajo) y, además, pagando mucho más por ello, como con el escándalo de los
máster. El Plan Bolonia lo imparten 49 países, todos los europeos, Turquía y
todos los de la antigua Unión Soviética menos Kirguizistán, que fue rechazada
su petición de adherirse al mismo. España se unió en 2007, Rusia en 2003.
Lo primero
que exigió Occidente a Yeltsin para apoyarle tras la desaparición de la URSS (y
a todos los países que surgieron) fue la desaparición del sistema educativo
soviético. Y lo hizo (hicieron) a conciencia. Pero como el sentimiento
soviético es fuerte en la sociedad rusa, desde hace un tiempo hay un movimiento
parecido al chino, no solo para rechazar el modelo occidental sino para
recuperar el sistema educativo soviético. Eso, tal y como está la correlación
de fuerzas en el Kremlin y sus apoyos, es hoy bastante difícil porque son
capitalistas y reimplantarlo sin una sociedad como la soviética no es posible.
Pero es evidente que Rusia tiene que mirar hacia algún lado, bien sea a China
o, lo más probable, a su pasado. Y nunca funcionó mejor la educación en Rusia
que bajo el modelo soviético, así que me equivocaré poco si dijo que dentro de
no mucho tiempo, tal vez en el comienzo del nuevo curso o en el siguiente,
veamos un modelo híbrido entre la educación actual y partes soviéticas.
El anuncio
del martes va con el añadido de que “hay que volver al sistema tradicional de
educación superior” porque eso va a hacer que el sistema educativo ruso sea más
independiente de Occidente “y preservará el antiguo legado de la educación rusa
y soviética”. Como véis, no me voy a equivocar mucho.
Decía Daniel
Bensaid, uno de los pocos trotskistas decentes, que “quien no tiene
memoria ni de derrotas ni de victorias pasadas tampoco tiene demasiado futuro”.
Eso es lo que está haciendo el Plan Bolonia con la juventud universitaria en
toda Europa, borrar cualquier atisbo de la historia para hacer simples
borregos. Y de ahí el auge del fascismo que estamos viendo en todo el
continente europeo (desbordándose no solo en apoyos en todos los países, sino
permeando toda la sociedad y llegando hasta el ensalzamiento por los medios de
propaganda de los nazis del Batallón ucraniano “Azov”, ahora felizmente
derrotado), porque Bertolt Brecht tenía razón
cuando dijo aquello -refiriéndose al fascismo- de “aún es fecundo el
vientre del que surge la bestia inmunda” en el epílogo que
cierra “La resistible ascensión de Arturo Ui” (1941).
China y
Rusia, por este orden, están teniendo memoria y actuando en consecuencia. Los
chinos van muy por delante y están formando a una juventud
que nada tiene que ver con la nuestra. Rusia va a dar el paso para
hacer lo mismo, aunque la duda está en cómo de largo o de corto va a ser ese
paso que acaban de dar con la renuncia a aplicar el Plan Bolonia en sus
universidades. En cualquier caso, la iniciativa es muy loable.
P.D.- Como
llevo un tiempo sin poner música, una de las señas de identidad de esta página,
aquí tenéis una canción épica africana, “Indépendance Cha, Cha”.
Escrita en el período de la independencia de Congo (1960), se convirtió en el
emblema de los movimientos anticoloniales del continente africano.
El
movimiento en el ámbito educativo que os comento de China y Rusia que, a buen
seguro, pronto será seguido por otros países, no es una revuelta anticolonial
porque estos países son la antítesis de Occidente -aunque Rusia estuvo muy
cerca de convertirse en una colonia durante la etapa de Yeltsin- y es un
acelerón, otro más, hacia el nuevo mundo que estamos viviendo, que no es este
hegemonizado por Occidente.
En este
nuevo mundo también hay movimientos anticoloniales, que vuelven a resurgir con
fuerza en África (Malí, Guinea, Burkina Faso, República Centroafricana) y que
son respondidos con la nueva modalidad de control neocolonial: las sanciones.
Todos estos países africanos han sido sancionados (algo ilegal, según el
derecho internacional) por la UE a instancias de Francia, la antigua metrópoli,
y eso repercute directamente en los pueblos. Estos son los “valores
democráticos” occidentales y los nuevos métodos de neocolonialismo.
Incluso el
gesto de países como México o Bolivia, al rebajar su presencia en la charada
montada por EEUU y llamada Cumbre de las Américas por no invitar a Cuba,
Nicaragua y Venezuela, tiene que ser visto con simpatía.
Así que todo
esto, el rechazo al modelo educativo occidental y las revueltas anticoloniales,
bien merece la pena celebrarlo con las canciones que os ofrezco. Y lo hago,
como siempre que puedo, con original y versión. El original a cargo de quien la
compuso, Joseph Kabasele (“Le Grand Kallé”), y su
grupo, African Jazz. La versión es del grupo congoleño Afro
Fiesta. Que las disfrutéis, con un innegable sabor cubano, desde luego. Y
si las podéis bailar, mejor.