sábado, 5 de diciembre de 2009

AL GOBIERNO DE ARAGON NO SE LE CAE LA CARA DE VERGÜENZA

(Mazaleón, Teruel, donde la mano legal del gobierno aragonés no llega)


El gobierno de Aragón, que como todos los gobiernos es un gobierno del pueblo y para el pueblo, no para facilitar la hipoteca política y económica de todos los aragoneses con General Motors, que la pobrecilla no sabe hacer ni su propio negocio: montar coches, porque fabricar no los fabrica, y por eso se lo tenemos que pagar entre todos.
El gobierno de Aragón, es pues, un gobierno del y para el pueblo. No hay duda, lo que pasa es que claro, del pueblo, pueblo… mismamente del pueblo…, pues va a ser que no, y además lo reconoce, se declara impotente para resolver el problema que tienen los vecinos de Mazaleón, Teruel, para poder ver la televisión por la TDT. Y para reconocer su impotencia y que veamos todos que es un gobierno del pueblo y para el pueblo dice:
"No existe una obligación legal de poner una antena en todos los rincones de Aragón. Estamos ampliando la cobertura en la medida de lo posible. Hay muchos pueblos de Aragón con red de cable, porque fue una solución histórica en muchas zonas con problemas de orografía. No podemos atender todas las quejas particulares"
[i] Y no se le cae la cara de vergüenza, que es lo más destacable de la noticia.
Y no se le cae la cara de vergüenza, seguramente, porque no la tiene, aunque el problema este no es cosa que pueda ser resuelta por la vía moral sino política, que es lo que no sabemos hacer.
El gobierno de Aragón puede remover Roma con Santiago para hacer una ley a la medida de los mafiosos del juego para poner un gran complejo de la mafia del juego, puede incluso echar tierra y venga tierra que es la guerra, para que la corrupción evidente y manifiesta de los dirigente municipales de La Muela se quede como se debe quedar: con los corruptos que se han enriquecido a base de robo que te robo queden ricos y en la calle, pero hacer que los vecinos de Mazaleón puedan ver la televisión no, porque ya lo dice el gobierno aragonés no pueden “atender todas las quejas particulares”, porque es evidente, según el gobierno aragonés, los particulares no son pueblo, en cambio la empresuela que les quiere cobrar a cada vecino de Mazaleón 150 euros si quieren ver la televisión si es pueblo. La ley ampara a esta empresa para que pueda cobrar su impuesto medieval, pero para los vecinos de Mazaleón no hay ley, no la tiene el gobierno aragonés, y lo que es peor, tampoco la pueden hacer.
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[i] P. FIGOLS. Zaragoza, Heraldo de Aragón, 05.12.09

A POR LA 51 DE RAJOY

(Rajoy con el bracito derecho en alto)

Que Rajoy sea un embustero no tendría mayor trascendencia si lo fuera a nivel personal. Todos no podemos ser guapos, eso hay que entenderlo.
Lo grave es que Rajoy tiene por oficio el de político oficial, un modo de vida que significa que se vive a costa del costillar ajeno, Y no sólo tienen ese modo de vida, sino que, además, la labor política condiciona el modo de vida del ajeno que le de de comer.
Pero claro, también hay que reconocerlo, en un mundo de mentiras, como es el de la política actual, no puede sobrevivir más que el embustero.
Hace tan solo un par de semanas Rajoy anunció 50 medidas para la regeneración de la vida pública, lo cual es parejo a la regeneración de la vida común.
De esas medidas nada se sabe, y si alguien llegara a saber algo de ellas y me lo dice, creeré que la Virgen del Pilar hace milagros de muy padre y señor mío, porque, que las medidas anticorrupción lleguen de la mano precisamente de quienes crean y amparan esa misma corrupción, tendrían tanta verosimilitud como la de esperar que las sardinas galopen monte arriba.
Desde el fogonazo de palabras dado por Rajoy en la aplicación de sus 50 medidas para la trasparencia política y el comportamiento ético de los políticos se han conocido nuevos datos de corrupción, tanto del caso Gürtel, como en el Ayuntamiento de Málaga, sin que, lógicamente, ni Rajoy ni el Partido Popular hayan tomado ninguna medida que no sea la de dejar que siga la corriente.
A mi no me cabe duda. A las 50 medidas anticorrupción anunciadas por Rajoy le falta una, quizás la más importante, y es: el abandono de la política del mismo Rajoy.

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