miércoles, 9 de marzo de 2022

LA CONDUCCIÓN DE GAS DE RUSIA A EUROPA QUE HABRÍA EVITADO CIENTOS O MILES DE MUERTOS EN LA GUERRA DE UCRANIA Y HABRÍA EVITADO LA SUBIDA DE PRECIOS DEL MISMO QUE HA IMPUESTOS USA A TODO EL MUNDO, INCLUIDOS A LOS PROPIOS TRABAJADORES DE USA.

 

Esta muy bien, peor arpchipirulitamente bien que el “presidente” pro un ratito, como Guaidó en Venezuela,  de los grande capitales occidentales, pedro Sánchez, en sus funciones de presidente del gobierno españolo por la cosa esa de la representación representativa y qu et veo a representar, mire pro apliar su sanchides, que además es socialitsa así como toy soy el Copón con ruedas (pero con tapones de corcho, porque yo también tengo mi punto de originalidad)

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Nord_Stream



Mapa general de los gasoductos que unen Rusia con la Unión Europea.

 

Nord Stream (nombres antiguos: North Transgas y Gasoducto europeo del Norte; también conocido como el Gasoducto Ruso-AlemánGasoducto del Mar Báltico, en ruso: Северный поток (Severnyy potok), en alemán: Nordeuropäische Gasleitung) es un gasoducto de gas natural construido en alta mar desde Víborg en Rusia hasta Greifswald en Alemania. El nombre de vez en cuando tiene un significado más amplio, incluyendo al gasoducto de alimentación terrestre en Rusia, y nuevas conexiones en Europa Occidental.

Este gasoducto es objeto de controversia política, medioambiental y de problemas de seguridad en varios países como SueciaPolonia y los Estados bálticos, que favorecen las alternativas terrestres.

Los proyectos de Nord Stream se habían encontrado la firme oposición por parte de los Estados Unidos y Ucrania, así como por otros países de Europa central y oriental, debido a la preocupación de que los gasoductos aumenten la influencia de Rusia en Europa, y debido a la gran reducción de las tarifas de tránsito por su uso, de gasoductos alternativos en países de Europa Central y Oriental.

Nord Stream (nombres antiguos: North Transgas y Gasoducto europeo del Norte; también conocido como el Gasoducto Ruso-AlemánGasoducto del Mar Báltico, en ruso: Северный поток (Severnyy potok), en alemán: Nordeuropäische Gasleitung) es un gasoducto de gas natural construido en alta mar desde Víborg en Rusia hasta Greifswald en Alemania. El nombre de vez en cuando tiene un significado más amplio, incluyendo al gasoducto de alimentación terrestre en Rusia, y nuevas conexiones en Europa Occidental.

Este gasoducto es objeto de controversia política, medioambiental y de problemas de seguridad en varios países como SueciaPolonia y los Estados bálticos, que favorecen las alternativas terrestres.

Los proyectos de Nord Stream se habían encontrado la firme oposición por parte de los Estados Unidos y Ucrania, así como por otros países de Europa central y oriental, debido a la preocupación de que los gasoductos aumenten la influencia de Rusia en Europa, y debido a la gran reducción de las tarifas de tránsito por su uso, de gasoductos alternativos en países de Europa Central y Oriental.

 


Localización del gasoducto Nord Stream 1.

El proyecto del gasoducto incluye dos ramales paralelos, cada uno con 1224 km de longitud, 1220 mm (48 pulgadas) de diámetro, 22 MPa (220 bares) de presión y 27 500 millones de m³ anuales de capacidad. El primer ramal empezó a construirse en abril de 2010, fue completado en junio de 2011 e inaugurado el 8 de noviembre de 2011 por la canciller alemana Angela Merkel y el presidente ruso Dmitri Medvédev. El segundo ramal empezó a construirse en mayo de 2011 y se terminó en abril de 2012, el transporte de gas a través de la segunda línea se inició en octubre de 2012.12

Nord Stream 1 tiene una capacidad anual total de 55 mil millones de m³ (1,9 billones de pies cúbicos) de gas,

El consorcio encargado de la construcción y operación es Nord Stream AG aunque el proyecto ha sido promovido por los gobiernos de Alemania y Rusia.

Fuentes de suministro

La principal fuente de gas natural para el gasoducto Nord Stream será del Campo de Yuzhno-Rússkoye, que se encuentra en el raión de Krasnoselkup, del Distrito autónomo de Yamalia-NenetsiaÓblast de Tiumén.345 Nord Stream será también alimentado de los campos en la península de Yamalgolfo del Obi - estuario del Taz. Gazprom ha indicado que la mayoría del gas producido en el yacimiento del Campo de Shtokman se venderá a Europa a través de Nord Stream. Para ello, el gigante energético ruso ha dicho que construirá (sin participación internacional) el yacimiento de gas mar adentro más grande del mundo.6

Contratos de transporte

El 13 de octubre del 2005, el brazo de exportaciones de Gazprom, Gazprom Export, firmó un contrato con la empresa alemana de gas Wingas, una operación conjunta de Gazprom y Wintershall (filial de BASF), para suministrar 9 millones de m³ de gas natural al año durante 25 años.7 El 16 de junio de 2006 Gazprom y la danesa DONG Energy firmaron un contrato por 20 años para el suministro de 1 bcm de gas ruso al año a Dinamarca, mientras que DONG Energy suministrará 0,6 millones de m³ de gas natural por año para la filial de Gazprom, Gazprom Marketing and Trading, en el Reino Unido.8 El 1 de octubre de 2009 las empresas firmaron un contrato para doblar la entrega a Dinamarca.9

Costos y financiación

Según Gazprom, los costos de las tuberías terrestres en el territorio ruso y en el alemán podrían ser de alrededor de €6 mil millones.10 La parte marítima del proyecto se espera que cueste €7400 millones.11 Sin embargo, según Gerhard Schröder, el presidente de Nord Stream AG, el gasoducto de alta mar costará €8 mil millones, mientras que BASF espera que la cifra pueda elevarse a €9 mil millones.12

Aproximadamente el 30% de la financiación será a través de capital aportado por los accionistas en proporción a su participación en el proyecto, mientras que el 70% será de financiación externa de bancos.13

Nord Stream 2

El tendido de Nord Stream 2 se llevó a cabo en 2018-2021. La primera línea de Nord Stream 2 se completó en junio de 2021 y la segunda línea se completó en septiembre de 2021.

Nord Stream 2 tiene una capacidad anual total de 55 mil millones de m³ (1,9 billones de pies cúbicos) de gas,

El consorcio encargado de la construcción y operación es Nord Stream 2 AG aunque el proyecto ha sido promovido por los gobiernos de Alemania y Rusia.

Controversia y sanciones

En mayo del 2021 la administración Biden retiró las sanciones a la empresa Nordstream AG y a su gerente general Matthias Warnig.14

En febrero de 2022, el canciller de Alemania Olaf Scholz ha manifestado que se detiene la aprobación del proyecto Nord Stream 2, por la crisis ruso-ucraniana.

MAPA 2

Localización del gasoducto Nord Stream 1.

El proyecto del gasoducto incluye dos ramales paralelos, cada uno con 1224 km de longitud, 1220 mm (48 pulgadas) de diámetro, 22 MPa (220 bares) de presión y 27 500 millones de m³ anuales de capacidad. El primer ramal empezó a construirse en abril de 2010, fue completado en junio de 2011 e inaugurado el 8 de noviembre de 2011 por la canciller alemana Angela Merkel y el presidente ruso Dmitri Medvédev. El segundo ramal empezó a construirse en mayo de 2011 y se terminó en abril de 2012, el transporte de gas a través de la segunda línea se inició en octubre de 2012.12

Nord Stream 1 tiene una capacidad anual total de 55 mil millones de m³ (1,9 billones de pies cúbicos) de gas,

El consorcio encargado de la construcción y operación es Nord Stream AG aunque el proyecto ha sido promovido por los gobiernos de Alemania y Rusia.

Fuentes de suministro

La principal fuente de gas natural para el gasoducto Nord Stream será del Campo de Yuzhno-Rússkoye, que se encuentra en el raión de Krasnoselkup, del Distrito autónomo de Yamalia-NenetsiaÓblast de Tiumén.345 Nord Stream será también alimentado de los campos en la península de Yamalgolfo del Obi - estuario del Taz. Gazprom ha indicado que la mayoría del gas producido en el yacimiento del Campo de Shtokman se venderá a Europa a través de Nord Stream. Para ello, el gigante energético ruso ha dicho que construirá (sin participación internacional) el yacimiento de gas mar adentro más grande del mundo.6

Contratos de transporte

El 13 de octubre del 2005, el brazo de exportaciones de Gazprom, Gazprom Export, firmó un contrato con la empresa alemana de gas Wingas, una operación conjunta de Gazprom y Wintershall (filial de BASF), para suministrar 9 millones de m³ de gas natural al año durante 25 años.7 El 16 de junio de 2006 Gazprom y la danesa DONG Energy firmaron un contrato por 20 años para el suministro de 1 bcm de gas ruso al año a Dinamarca, mientras que DONG Energy suministrará 0,6 millones de m³ de gas natural por año para la filial de Gazprom, Gazprom Marketing and Trading, en el Reino Unido.8 El 1 de octubre de 2009 las empresas firmaron un contrato para doblar la entrega a Dinamarca.9

Costos y financiación

Según Gazprom, los costos de las tuberías terrestres en el territorio ruso y en el alemán podrían ser de alrededor de €6 mil millones.10 La parte marítima del proyecto se espera que cueste €7400 millones.11 Sin embargo, según Gerhard Schröder, el presidente de Nord Stream AG, el gasoducto de alta mar costará €8 mil millones, mientras que BASF espera que la cifra pueda elevarse a €9 mil millones.12

Aproximadamente el 30% de la financiación será a través de capital aportado por los accionistas en proporción a su participación en el proyecto, mientras que el 70% será de financiación externa de bancos.13

Nord Stream 2

El tendido de Nord Stream 2 se llevó a cabo en 2018-2021. La primera línea de Nord Stream 2 se completó en junio de 2021 y la segunda línea se completó en septiembre de 2021.

Nord Stream 2 tiene una capacidad anual total de 55 mil millones de m³ (1,9 billones de pies cúbicos) de gas,

El consorcio encargado de la construcción y operación es Nord Stream 2 AG aunque el proyecto ha sido promovido por los gobiernos de Alemania y Rusia.

Controversia y sanciones

En mayo del 2021 la administración Biden retiró las sanciones a la empresa Nordstream AG y a su gerente general Matthias Warnig.14

En febrero de 2022, el canciller de Alemania Olaf Scholz ha manifestado que se detiene la aprobación del proyecto Nord Stream 2, por la crisis ruso-ucraniana.


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Crisis en Ucrania y fantasmas en la izquierda. [La izquierda no tiene ningún fantasma al que enfrentarse, por cuanto que el problema de la izquierda tiene carne y hueso, es decir, es algo concreto y real, materialmente objetivo, lo cual permite hacerle frente de una manera también concreta, real y materialmente objetiva, y esto es lo absolutamente opuesto a cualquier noción de fantasmagoría. Cosa distinta es que se afirmara que lo que sí tiene la izquierda (que convendría más y considerarla como NO IZQUIERDA) son muchos “fantasmas” que pasan por ser encarnaciones de la izquierda o dirigentes de izquierdas, por lo que se convierten en los primeros agentes contra la izquierda. El problema de “carne y hueso” con el que se enfrenta y debe enfrentarse la izquierda es con una realidad social dominada por las relaciones de producción impuestas por el modo de producción capitalista basadas en la explotación económica, política e ideológica de unas personas pro otras, cuya realidad social tiene que ser superada por otra nueva realidad social basada en relaciones de producción basadas en la cooperación entre las personas, y esto no por ninguna “superioridad” moral de ningún personaje concreto de la izquierda, sino por estrictas y objetivas razones históricas, cuyas razones objetivas históricas deben ser conocidas (para no ser fantasma) en primer lugar por todo aquel que ose atribuirse o incluirse en la denominación de izquierdas, máxime si está incluido en la dirección política de algún partido por muy minoritario que pudiera ser (porque lo pequeño se hace grande y lo grande se hace pequeño. Se trata únicamente de la dialéctica materialista que hay-que-co-no-cer-y-no-ú-ni-ca-men-te-por-su-de-no-mi-na-ci-ón-), y una vez conocidas (pero yo digo conocidas) estas objetivas razones históricas por la dirección política darlas a conocer y hacer que sean conocidas por la más amplia mayoría social posible de los trabajadores que son quienes han de erradicar las relaciones de explotación capitalistas (0-no-se-po-drán-e-rra-di-car-las-re-la-ci-o-mes-de-pro-duc-ci-ón-ca-pi-ta-lis-tas-con-lo-que-la-des-truc-ci-ón-del-mun-do-que-de-po-si-ble-men-a-se-gu-ra-da) para ser sustituidas por las nuevas relaciones de producción basadas en la cooperación. El “nuevo” mundo de las relaciones multilaterales a las que alude el artículo únicamente podrían ser aceptas si esa multilateralidad no se toma como objetivo último a conseguir, sino como paso necesario intermedio para evitar la inminente catástrofe humana que nos está anunciando, incluso con bombo, platillos y música propagandística ideológica-política a favor de la guerra de Ucrania por parte de los defensores (conscientes o no) del capitalismo, que no es crisis de Ucrania, sino crisis irreversible del modo de producción capitalista, marcada en 2008, como punto de partida del proceso de su extinción histórica como modo de producción dominante, de los que no parecen haberse dado cuenta todavía los “fantasmas” que pasan por ser los directores de la izquierda ni otros fantasmillas con moño o desmoñados. Mundo multilateral sí, pero a condición de paso intermedio para evitar la catástrofe humana que se avecina, y que ya ha empezado (y todo por no comprar Europa el gas ruso un 40% más barata que el que se le compra a USA) con la subida de precios y escasez de algunas materias, al tiempo que dentro de esa multilateralidad se van preparando las condiciones ideológicas y políticas para la erradicación de las relaciones de producción capitalistas que son las que constituyen las causas originarias de la situación presente.]

 

La crisis ucraniana vuelve a confrontar a la izquierda con sus propios fantasmas. El mundo será distinto después de Ucrania 2022, pero sólo será mejor que el de hoy si se acaba imponiendo el multilateralismo.


Crisis en Ucrania y fantasmas en la izquierda

 

EL Viejo Topo

9 marzo, 2022


Armando Fernández Steinko y Eduardo Luque


La crisis ucraniana vuelve a confrontar a la izquierda con sus propios fantasmas. Ya sucedió durante la crisis yugoslava, la libia, la siria y también con la olvidada guerra del Yemen. Una vez más, las fuerzas progresistas pueden abordar los problemas geopolíticos desde dos prismas diferentes. El primero es subordinando la realidad a una serie de postulados morales tales como el legítimo derecho a vivir en paz, a la vida o el respeto a la integridad territorial. El segundo enfoque intenta partir de la realidad y de los hechos históricos para hacer avanzar la realización de dichos postulados sobre bases empíricamente fundadas o “reales”. El primero se conforma con valorar y contemplar la realidad, el segundo la valora, como no puede ser de otra forma, para además intentar construir un mundo mejor.

La mayor parte de las izquierdas hispanas han apostado por el primer prisma en su posicionamiento frente a la intervención militar de Rusia en Ucrania. Hay precedentes. Después de una denuncia firme y fundada de la guerra en Iraq, adoptó posiciones más ambiguas frente a las masacres cometidas en Libia o en Siria repitiendo los argumentos humanitarios defendidos por las potencias occidentales. En la crisis de Ucrania, la alineación acrítica de muchos con los argumentos de la OTAN está siendo casi total. La construcción de una “determinada cantidad de enemigo apropiado” (Nils Christie) que conocemos de la criminología, ha dado sus frutos en la figura de Vladimir Putin y en la actualización de la historia del “oso ruso”, un viejo relato geopolítico fraguado por el Reino Unido en los años de su imperialismo más exacerbado, y que ha seguido fundamentando su política exterior hacia Rusia desde finales del siglo XIX.

Pero por poco que exploremos los antecedentes de la situación, por poco que seamos capaces de situarnos en el lugar del otro, veremos que el principal pecado de Vladimir Putin radica en haber sacado a su país de la condición de estado fallido a la que lo había arrojado Boris Yeltsin, que sus posiciones son esencialmente defensivas y preventivas aún cuando, al tratarse de un país muy grande, su política afecte a muchos territorios aunque todos próximos a sus fronteras. Una somera consulta de las hemerotecas desvela la machacona insistencia de Putin a lo largo de los últimos veinte años en la necesidad de que todos los países influyentes respeten la legalidad internacional. En que sólo si se construye un orden internacional multipolar que no contemple el monopolio de un país -y de sus afines- en la definición de los criterios políticos, militares y económicos vigentes puede crearse una comunidad internacional de paz. En que solo si se respeta el derecho de todos los países a vivir con seguridad, puede evitarse la vandalización del mundo. Putin insistió -por ejemplo en la sonada conferencia de Munich de seguridad de 2007- en la importancia de que estos argumentos no acabaran ahogados en protocolos formales, buenas palabras y golpecitos en la espalda, sino que fueran tomados en serio pues de ellos dependía la posibilidad de crear un orden internacional civilizado. Estaba haciendo una propuesta concreta, realista y constructiva que permitía apoyar la moral y las buenas ideas en una hoja de ruta susceptible de ser construida de forma multilateral antes que en simple retórica y declaraciones bienintencionadas destinadas a tranquilizar a la opinión pública. Las burlas de las élites occidentales, sobre todo de los norteamericanos tipo “parece un niño arrogante que quiere recuperar su viejo juguete”- a estas propuestas, también se pueden rastrear fácilmente en las hemerotecas: fueron actos de imperdonable irresponsabilidad colectiva por parte de no pocos países occidentales.

Lo que proponía Putin -y no sólo él sino también la dirección china y el conjunto de los países del BRICS- es una invitación a toda la comunidad internacional a que ninguna potencia -ni los EEUU, ni cualquier otra incluida la propia Rusia- le pueda imponer su criterio moral, militar, económico y político al resto, en definitiva un orden internacional multilateral. Esto incluye el derecho de todos los países a vivir sin amenaza nuclear. Las demandas de Rusia son incluso más legítimas, si cabe, que las del resto de los países, pues ha sido invadida varias veces desde el oeste y la última vez perdió más de 25 millones de sus habitantes. La amenaza no es cuestión del pasado pues los constructores de los nuevos “enemigos apropiados” siguen trabajando en la reactivación de los viejos enemigos y las escuadras nazis, que tienen en Rusia a su principal enemigo histórico, dirigen hoy una parte importante de los batallones del ejército ucraniano que viene siendo armado desde hace algún tiempo por los países occidentales a espaldas de sus propias opiniones públicas.

Los países de la OTAN se reservan para sí el derecho a vivir sin amenazas nucleares.  Critican muy severamente a Rusia por inmiscuirse en los asuntos internos de terceros países. Provocan cambios de fronteras sin respetar la legalidad internacional reconociendo la separación de Kosovo del territorio de Serbia en 2008. Bombardean países sin el respaldo de Naciones Unidas como sucedió con Serbia, Libia o Iraq, en realidad casi un año sí y otro también desde 1999. Legalizan los grupos nazis en sus territorios y critican las políticas de uniformización etnolingüística cuando se producen en un territorio de la OTAN como España. Sin embargo no le reconocen esos mismos derechos a Rusia: consideran inadmisible la modificación de fronteras de Rusia en Crimea tras el golpe de estado de Maidán, financian las escuadras neonazis para usarlas contra Moscú etc. Muchos progresistas occidentales prefieren no tomar nota de todo esto: de que la OTAN lleva más de 27 años acercando sus fronteras hacia Moscú, de las interminables quejas, ruegos, declaraciones diplomáticas y peticiones de comprensión con las que la diplomacia rusa ha venido respondiendo a esta estrategia aparentemente inocente en las formas pero profundamente agresiva en sus intenciones ¿se puede fijar un posicionamiento moral sin tener en cuenta estos hechos?

Porque los hechos son que la intransigencia y la agresividad occidental en su intento de desvincular a Ucrania primero cultural, luego afectiva, económica y políticamente de Rusia, no se pueden cuestionar. Ucrania es un país dividido lingüísticamente y durante la segunda guerra mundial se produjo un enfrentamiento civil entre ambas comunidades. La parte occidental -originalmente vinculada al imperio austrohúngaro, agrícola, de escasa tradición nacional y ucranoparlante- apoyó mayoritariamente a los invasores alemanes. La segunda -industrial, muy ligada a Rusia desde hace siglos- apoyaba y combatió al lado de su vecino ruso del norte. El conflicto lingüístico quedó razonablemente resuelto durante décadas con la derrota de Alemania en la segunda guerra mundial, pero el golpe de estado de Maidán de 2014 lo reactivó pues servía para alejar a Ucrania de Rusia con el fin último de incorporarla a la OTAN. Dicho golpe no se apoyó sólo en el sector prooccidental de los profesionales urbanos del país, como sugerían los medios occidentales. También y sobre todo se apoyó en las escuadras neonazis que aportaron manifestantes y agitación armada en Kiev. En estos últimos recayó también la persecución de los militantes de izquierda hasta llegar a su exterminio en algunos lugares como sucedió en la casa de los sindicatos de Odessa. En ellos recae también la actual guerra contra las provincias de Donetsk y Luhansk que, igual que Crimea, se quieren separar de Ucrania debido a la elevada concentración de rusoparlantes una vez rotos los consensos en 2014. En ellos se apoya además la actual estructura del ejército ucraniano, pues actúan a modo de comisarios políticos para evitar deserciones. La guerra en Donetsk y Luhansk es una guerra en suelo europeo y viene durando muchos años, una guerra que no ha preocupado demasiado a parte de la izquierda a pesar de que ya costado más de 13.000 vidas fundamentalmente de civiles.

¿Pero por qué tanto lío con Ucrania y en cambio no lo hubo con los países bálticos? El geoestratega norteamericano más influyente y artífice de la ampliación de la OTAN hacia el este, Zbigniew Brzezinski, responde a esta pregunta[i] : “una Rusia que pueda conservar el control sobre Ucrania podría seguir intentando convertirse en un imperio eurasiático, sin Ucrania este objetivo es irrealizable”. Esta interpretación imperialista de la política exterior rusa, que enlaza con la teoría del oso ruso insaciable, es la que siempre han cultivado la diplomacia británica y norteamericana, sin duda las más imperialistas del mundo desde 1800. Sólo recientemente ha sido sustituida por la del nuevo “enemigo apropiado” chino, aunque las similitudes entre ambas son muy grandes. Brzezinski continuaba en 1997: “en algún momento entre 2005 y 2010 Ucrania se habría acercado lo suficientemente al oeste como para iniciar las conversaciones de incorporación a la OTAN” (traducción propia de la versión alemana).

Ambas afirmaciones del geoestratega norteamericano encierran las claves del conflicto: las necesidades más esenciales de seguridad de Rusia dependen de la neutralidad de Ucrania. Por dos razones. 1.) porque el estacionamiento de ojivas nucleares en su territorio amenazarían directamente a Moscú. Es comparable al establecimiento de armas nucleares en Canadá apuntando a Washington; y 2.) Porque la franja territorial ucraniana es lo que le ha dado a Rusia históricamente la «profundidad estratégica” -así se expresa en lenguaje militar-  que le ha permitido defenderse de los invasores y que sigue siendo plenamente vigente hoy para la seguridad de Rusia. Esto significa en plata que la incorporación de Ucrania a la OTAN es incompatible con los derechos de seguridad más elementales de Rusia. Y otra cosa más: el guión y los antecedentes de la intervención en Ucrania hay que buscarlos en Washington antes que en Moscú.

¿Pero no tiene el gobierno ucraniano el derecho de decidir si ingresa o no en un bloque militar? ¿No puede decidir cada país la alianza de la que quiere formar parte y cómo hacerlo?

El propio liberalismo político ha demostrado que la libertad individual termina ahí donde esta provoca una mengua de la libertad de la otra parte. Traducido al derecho internacional en los tratados internacionales este principio significa que los países no tienen el derecho de incrementar su propia seguridad a costa de sus vecinos. Así, por ejemplo, la Carta de París, firmada por todos los países occidentales, por la URSS y Yugoslavia en 1990, reza: “La seguridad es indivisible y la seguridad de cada Estado participante está inseparablemente vinculada a la de todos los demás” (ver https://www.osce.org/files/f/documents/9/d/39521.pdf). Es el principio  más importante para asegurar la paz y evitar las guerras tras las enseñanzas de la segunda guerra mundial: la atribución al otro de los mismos derechos de seguridad que reivindica legítimamente cada país para sí.

¿Cuál es la respuesta de muchos progresistas frente a los acontecimientos en Ucrania? La respuesta ha sido posicionarse tanto frente a unos como frente a otros. Parece que se trata de una posición intachable, pues se apoya en la reivindicación de que los mismos principios sean aplicados efectivamente a todos por igual, una respuesta plenamente compatible con el espíritu de la Carta de París y también con los argumentos que viene defendiendo la diplomacia rusa una y otra vez desde hace casi veinte años: desde Sochi, hasta el Club Waldai pasando por las sucesivas conferencias de seguridad de Munich en las que ha venido participando desde 2007.

¿Pero qué pasa si una de las partes no respeta este principio, si se burla -literalmente- de la otra parte, si considera los argumentos de Rusia como la pataleta de un niño que no se hace a la idea de que no tiene ya nada que decir en la esfera internacional?  ¿Qué se supone que tiene  que hacer la parte amenazada por los persistentes incumplimientos de la otra parte? ¿Hasta cuándo tiene que permanecer sin hacer nada la parte amenazada existencialmente mientras dicho incumplimiento va horadando sus necesidades de seguridad más esenciales? ¿Hasta cuándo tuvieron que esperar las potencias occidentales mientas Hitler intervenía en la guerra de España y se anexionaba Austria y los Sudetes?

Es aquí donde aparece la parte incómoda del asunto, la parte que muchos progresistas prefieren no arrostrar desde la harmonía de los argumentos morales libres de realidades fácticas y de otras suciedades incómodas. Ignorar, hacer como que no han sucedido una serie de cosas, banalizar la secuencia histórica de los acontecimientos para reencontrarse con los argumentos de buenos y malos, soñar que la moral tiene fuerza suficiente para combatir la guerra “de unos y de otros” es, sin duda, la posición más cómoda e impecable. Pero si los argumentos, quejas, peticiones, advertencias, charlas y conferencias no llevan a ninguna parte, si la respuesta de la parte amenazada es un “hasta aquí hemos llegado” entonces los neutrales se llevan las manos a la cabeza: “¡estamos en favor del derecho internacional y la culpa de su ruptura es de Rusia!”. Su posicionamiento pierde su inocencia, no querían intervenir pero ahora lo hacen. Lo hacen asumiendo de facto el relato del verdadero agresor.

De nada sirve esquivar el asunto principal que es el que estamos intentando esbozar aquíPretender, por ejemplo, que el conflicto se fundamenta en el intento de hacerse con las materias primas que duermen en suelo ucraniano, o que todo lo hace girar el diabólico Vladimir Putin es una escapatoria moral para no mancharse las manos. Cuando EEUU intervino en Irak, el argumento “petróleo” fue efectivamente muy importante. Sin embargo tampoco fue el único en ese momento como argumentaron algunos progresistas repitiendo argumentos propios de un materialismo vulgar que más bien los desprestigia. La política interna y externa en general tiene una autonomía propia, una autonomía que obliga a inyectarle complejidad al análisis, que limita el poder explicativo de las razones “económicas” basadas en el valor futuro de las materias primas o también las razones “psicológicas” basados en el carácter corrosivo del “Señor Putin”. Si se quiere comprender la situación creada en Ucrania hay que leer a Brzezinksi, repasar las hemerotecas y los propios argumentos de la diplomacia rusa hechos públicos hasta la saciedad a lo largo de los últimos 20 años: no hay misterio alguno, está todo a la vista para el que quiera entender.

Es necesario protestar contra la guerra, pero es al menos tan importante protestar contra las políticas que la causan pues, si no desaparecen, volverán a producirse guerras. Esto pasa hoy por identificar el carácter ofensivo de la OTAN y oponerse a ella tal y como lo hicimos en los años 1980, cuando dio el primer paso para romper la paridad militar y hundir económicamente a la URSS: es ella la que provocó entonces y la que ha provocado ahora esta situación y no hay nada que nos permita afirmar que no va a provocar otras similares en el futuro si no la paramos. Las agresivas incursiones norteamericanas en los mares del Pacífico con el fin de “contener” a China explican la sorpresiva incondicionalidad con la que su gobierno ha apoyado la respuesta de Rusia en Crimea, y el rosario de bases militares norteamericanas que rodean el territorio de Rusia, no pueden ser más elocuentes para quien quiera comprender. ¿Cuántas bases rusas rodean los EEUU? Ninguna. La diferencia entre querer la paz y hacer lo posible para que se haga realidad pasa por determinar las causas de la guerra, por definir con realismo a los actores que destruyen la paz y las motivaciones que tienen para hacerlo. Son esos actores y esas motivaciones el principal enemigo del pacifismo.

Lo que está sucediendo en Ucrania demuestra en todo caso que no estamos al final de la historia, como pensaban Brzezinksi, Fukuyama & Co, sino más bien al comienzo de un nuevo tramo de la misma. El que este tramo sea unilateral o multilateral es una cuestión existencial para la humanidad, y perdonen si nos ponemos patéticos. Primero porque no habrá justicia y paz sostenibles si una potencia mundial piensa que se puede imponer su universo a todas las demás. Segundo porque sólo podremos salvar el planeta a partir de un consenso mundial que impida que los que más ensucien externalicen el coste de su forma de vida hacia los que no tienen poder para hacer valer su criterio. Y tercero porque la justicia norte-sur es incompatible con la capacidad de un país de imponerle al resto su criterio, su moneda, su economía, sus formas de vida etc. El multilateralismo y su defensa es el mortero que le permitirá a la humanidad hacer frente a las crisis que la atenazan al mismo tiempo: la ambiental, la social, la financiera etc.

El siglo XXI con sus guerras híbridas y sus invasiones humanitarias nos muestra la complejidad que están adquiriendo algunos términos como “violencia”, “humanitarismo”, “guerra” o “paz”, término este último que algunos gobiernos usan como eslogan mientras se preparan activamente para imponerle al contrario su criterio utilizando la violencia si este no lo acepta.  El pacifismo no se impondrá si no aprende a identificar los significados que pueden llegar a adquirir todas estas palabras, a explorar las causas de los conflictos sin recurrir a relatos de buenos y malos, a esos “enemigos apropiados” que tanto facilitan las cosas en el plano moral. No es necesario compartir las políticas de unos gobiernos o de unos dirigentes hacia dentro de sus propios países para poder apoyarlos cuando abrazan causas que dan un respiro a los que siempre han sido sometidos, ignorados y pisoteados, cuando abrazan las causa del multilateralismo. Tampoco era necesario identificarse con el socialismo soviético para reconocer el beneficio que le aportaba a los menos favorecidos dentro y fuera de los países occidentales para saludar la existencia de un equilibrio de poderes en el mundo. El mundo será distinto después de Ucrania 2022, pero sólo será mejor que el de hoy si se acaba imponiendo el multilateralismo.

Barcelona-Madrid marzo 2022

Nota

[i] El gran tablero mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos. Barcelona: Paidós

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Rusia declara un alto el fuego a partir de las 7:00 GMT del 9 de marzo -...

LA MUERTE DEL VIEJO MUNDO (Artículo razonado que muestra una visión razonada de la guerra de Ucrania ) y NO A LA PAZ (Artículo que sigue al anterior de Sanáchez-Molini del Diario de Sevilla azuzando a la matanza de la guerra

 

LA MUERTE DEL VIEJO MUNDO

 

Aleksey Zotiev

Sociología crítica

04.03.2022

 

Fuente: Servicio de Análisis del Donbass. ASD

Los acontecimientos en Ucrania cambiarán radicalmente el modelo geopolítico

El viejo mundo, el mundo defectuoso formado sobre los «restos» de la Unión Soviética, confeccionado según los patrones de Occidente, estaba condenado. Un mundo creado a toda prisa, construido solo sobre el deseo de un estado de convertirse en un hegemón, un predictor, podría haber existido por muchos años más, si no fuera por un problema. Rusia. Este mundo era hostil a Rusia y, por tanto, implicaba su destrucción progresiva. El colapso de la URSS por sí solo no fue suficiente para el Occidente colectivo y, habiendo designado a Rusia como su rival geopolítico, el mundo, ajeno a nosotros tanto ideológica como culturalmente, pasó a la ofensiva.

No, el mecanismo destrucción del viejo mundo, un mundo orientado exclusivamente a los intereses de Estados Unidos, no se activó el 24 de febrero, con la entrada del ejército ruso en territorio de Ucrania. No, la lógica y esperada operación de desmilitarización de los vecinos perdidos no es la causa de la crisis global, estas son sus primeras consecuencias. El viejo mundo se derrumbó antes, en 2014, cuando Occidente sancionó tácitamente el genocidio de la población de habla rusa de Ucrania. Se derrumbó después de los acontecimientos en Odessa, después del primer bombardeo de las ciudades pacíficas de Donbass. Y todo este tiempo, todos los largos ocho años, observamos su agonía, creyendo ingeniosamente que todo saldrá bien y que Occidente, insidioso y cínico, aún podrá lograr cierta paridad con Rusia, que eventualmente se perderá en una herramienta efectiva para lograr la paz la armonía en la región.

No diré que el liderazgo de Rusia se equivocó y siguió el ejemplo de sus «socios», no, hoy es obvio que no es así. El Kremlin se estaba preparando para los inevitables hechos que ya estaban atrasados ​​y que pudieron ser iniciados en cualquier momento y por cualquiera de las partes de este enfrentamiento. Y acertamos primero, porque utilizamos más que buenas razones para ello. Fundamentos escritos con la sangre de decenas de miles de nuestros hermanos.

Hoy ya está bastante claro que este mundo nunca volverá a ser el mismo. El mundo, construido sobre el dominio de la ideología occidental, el modelo occidental del orden mundial y la cosmovisión, se ha derrumbado por completo. Cartago es destruido porque tenia que ser destruido. De lo contrario, Rusia habria ido al basurero de la historia. Por supuesto, cuando digo Rusia, me refiero a algo más que va más allá de las fronteras de nuestro estado. Rusia es la RPD, LPR, Osetia del Sur, Abjasia, Transnistria, es imposible separarse de Rusia y Bielorrusia, que también está firmada por Occidente para su destrucción.

Rusia sigue siendo una serie de estados que, aunque no apoyamos lo más abiertamente posible, siguen siendo nuestros aliados y proceden del hecho de que somos la única alternativa al Occidente agresivo que puede formar un eje de poder capaz de oponerse a sí mismo. al eterno agresor.

¿Que sigue? Teniendo en cuenta la dinámica de los acontecimientos que se desarrollan en Ucrania, se puede decir con plena confianza que el ejército ruso pronto logrará el cumplimiento de las tareas que se le aprobaron y destruirá toda la infraestructura militar del país, que se condenó a sí mismo un tal resultado. Occidente seguirá algún tiempo ahogando a Rusia con sanciones, mientras intenta no ir más allá de la línea que separa a este mundo de la catástrofe. Occidente no durará mucho, porque los países «democráticos» no están realmente dirigidos por políticos, sino por empresarios, y están extremadamente desinteresados ​​​​en depreciar sus activos.

Y hoy todo va exactamente a este punto: el gas ya se suministra a Europa a $2,000 por mil metros cúbicos, el petróleo ha saltado el umbral de $110 por barril, las grandes corporaciones se ven obligadas a reducir la producción de sus productos y cerrar sucursales en Rusia y Bielorrusia, reduce significativamente no solo los ingresos, sino también las deducciones fiscales a los presupuestos de todos los niveles. En cualquier caso, a la larga, esto conducirá a una crisis económica prolongada y de gran escala, que está garantizada para cubrir toda Europa. Agregue a esto el costo de mantener a millones de refugiados que, olvidando que fueron nombrados patriotas, se precipitaron desde el territorio de Ucrania al territorio de la Unión Europea.Esta es una carga significativa para las economías de aquellos países que los albergan en su territorio. Y esta carga solo crecerá.

¿Sobrevivirán Rusia y sus aliados bajo el yugo de sanciones hasta ahora inauditas? Indudablemente. Hemos vivido momentos aún más difíciles, y las dificultades, como es costumbre, sólo unen a nuestro pueblo. La mayoría de nosotros estamos lo más inmersos posible en la cronología de los acontecimientos que se desarrollan en Ucrania en general y en el Donbass en particular desde 2014. la Ucrania moderna es precisamente el problema, ni siquiera se puede llamar de otra manera, solo puede sucede de acuerdo con un escenario.

Por supuesto, la propaganda occidental pinta imágenes sombrías de nuestro futuro, diluyéndolas con imágenes de las “terribles atrocidades” de los soldados rusos cometidas en Ucrania. Pero todos sus «argumentos y hechos» están cosidos con hilo blanco y no resisten ninguna crítica. Rusia no inicia las guerras, las termina. Y este axioma puede y debe aplicarse a los acontecimientos que tienen lugar hoy en Ucrania. El ejército ruso no cruzó la frontera en absoluto para iniciar una guerra en Ucrania. Cruzó la frontera para poner fin a la guerra en el Donbass. Una guerra que se cobró la vida de decenas de millas de civiles: niños, mujeres y ancianos, por cuya muerte nadie ha respondido hasta el día de hoy.Se movió para hacer justicia y poner fin a la corta historia del Estado, que inesperadamente enfermó de fascismo.

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LUIS SÁNCHEZ-MOLINI que habitualmente publica en el Diario de Sevilla es abiertamente partidario de la guerra en Ucrania. Hay que reconocerle en este sentido que es menos sepulcro blanqueado que muchos de sus colegas del mismo diario al decir lisa y llanamente lo que piensa. Lo que no dice es si él personalmente se alistará voluntario para ir a la guerra de Ucrania, probablemente sea que no, limitándose únicamente a azuzar el espíritu militar, que no guerrero (el que hace la guerra en primera persona para sí y los suyos directamente) para que se maten entre sí los trabajadores de uno y otro bando para beneficio de los grandes capitales.

No a la paz

Lo que necesita Ucrania no son palomas de la paz sino aviones de combate

  


LUIS SÁNCHEZ-MOLINÍ

DIARIO DE SEVILLA

01 Marzo, 2022 - 01:45h

 

Es difícil que alguien con un mínimo de perspicacia crea ya en las supuestas buenas intenciones de los que tremolan la pancarta del "No a la guerra". Con la invasión rusa de Ucrania se ha visto claramente que detrás del manido lema, tan venenosamente equidistante como absurdamente genérico, se encuentran, simplemente, las voces de aquellos que, sin atreverse a decirlo abiertamente, apoyan por diversos motivos (económicos o ideológicos, por ejemplo) al sátrapa Putin y sus pretensiones neoimperiales. Sueños, por cierto, que beben directamente tanto del zarismo como del comunismo soviético, dos conceptos aparentemente distintos que el líder del Kremlin ha sabido integrar en un mismo discurso gracias al pegamento del nacionalismo ruso extremo. Putin tiene algo de partícula cuántica que es capaz de estar en dos sitios distintos a la vez, de ahí que despierte simpatías y apoyos tanto en la derecha como en la izquierda.

Cualquiera que conozca con un mínimo de detalle la historia de la Guerra Fría sabe que la URSS apoyó activamente al movimiento pacifista en Occidente, con lo que se pretendía desarmar moralmente a un enemigo cuya opinión pública derivó peligrosamente hacia el antimilitarismo. Todavía hoy cualquier aumento en el gasto de defensa activa automáticamente la contestación de algunos sectores de la izquierda que, incluso, están en el Gobierno. En la escuela, anualmente se dedica un día "a la paz" en el que los niños hacen todo tipo de papiroflexias colombófilas y se entregan a la retórica cursi e ingenua más sonrojante, como si de una coreografía de Parchís se tratase. Nadie les explica a nuestros párvulos, sin embargo, que dicha "paz" es un estado que nunca está garantizado y que requiere de ejércitos que la protejan. Así lo demuestra la historia. La falta de una cultura nacional y ciudadana de defensa es una de las tareas pendientes de nuestra democracia.

Si no fuera porque desde hace ya mucho tiempo tengo aversión a las manifestaciones callejeras, yo también saldría a la calle con una pancarta que pusiese "No a la paz, sí a la guerra". Sí a la guerra justa, a la que libran ahora mismo miles de ucranianos para repeler una invasión que supone no sólo una violación de los principios más elementales del derecho internacional, sino también la creación de un campo de batalla en el que Putin está midiendo la firmeza y el compromiso de Europa con sus propios valores de democracia política, libertades económicas, protección social y derechos humanos. La UE y Ucrania pueden perder momentáneamente esta guerra, pero no su alma, que es lo que pretenden Putin y sus apoyos. En estos momentos lo que necesita Ucrania no son palomas de la paz, sino aviones de combate.