viernes, 30 de diciembre de 2022

Marinaleda, otro mundo es posible. Juan Manuel Sánchez Gordillo

EL CABRERO por Fandagos en Marinaleda 2019

Embajador argentino: la URSS mostró que es posible un modelo económico distinto

 

Embajador argentino: la URSS mostró que es posible un modelo económico distinto

Diario octubre / diciembre 30, 2022

 


“Me parece que fue un momento muy importante en la historia, fue la concreción de una idea que había surgido en la mitad del siglo anterior al nacimiento de la URSS, promocionada por [Karl] Marx y por [Fiedrich] Engels y por otros idealistas de que podía haber una sociedad superadora al capitalismo. Lo que hizo la URSS fue demostrar de que no solo podía ser una contribución teórica sino que llevada a la práctica. En ese sentido, fue una revolución”, dijo Laborde.

 

La URSS fue fundada el 30 de diciembre de 1922, cinco años después de la Revolución de Octubre de 1917, que puso fin al imperio de los zares de Rusia.

“La URSS cambió la vida del pueblo ruso y de los otros países soviéticos; le puso una competencia al capitalismo, quedará entre los grandes hitos la concreción de la idea de que debe haber una sociedad superadora al capitalismo”, agregó Laborde.

Consideró que el error que se cometió en América Latina fue aplicar el mismo modelo de la URSS en la región, ya que cada país debía buscar su propio modelo.

Además, recordó que con el surgimiento de la URSS emergió un mundo bipolar.

“Aquel mundo llamado bipolar generó que muchos de los países del Tercer Mundo buscaron una alternativa: no solo era obedecer a EEUU, permitió que muchos países lucharan por su liberación y muchos se independizaron en África. A partir de esa experiencia histórica, América Latina lo que tiene que hacer en este momento es construir un polo frente a un mundo multipolar. Tenemos que no solamente ser atraídos por los polos de EEUU, China, Rusia. América Latina tiene que transitar por la construcción de un polo propio para que el mundo sea efectivamente multipolar”, reflexionó.

En los últimos años la idea de apostar a una mayor integración de América Latina ha empezado a ganar fuerza dentro de la izquierda latinoamericana, quien busca una mayor independencia de la región con respecto a la influencia de otras potencias.

 

FUENTE: sputniknews.lat

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¿Cómo se creó la URSS y qué impacto tuvo en el mundo?

 

¿Cómo se creó la URSS y qué impacto tuvo en el mundo?


TERCERAINFORMACION / 30.12.2022

La Unión Soviética o URSS estuvo conformada por cuatro repúblicas socialistas: Rusia, Transcaucasia, Ucrania y Bielorrusia.



Desde sus inicios, la Unión Soviética tuvo como objetivo reestructurar la economía y la política para mejorar las condiciones sociales de la población. | Foto: EFE

Este 30 de diciembre se cumplen 100 años de la creación de las extintas Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), formadas después de la Revolución de Octubre de 1917. Su creación trajo consigo una época de prosperidad económica y un nuevo modelo de sociedad.

La URSS, conocida también como Unión Soviética, estuvo conformada por cuatro repúblicas socialistas: Rusia, Transcaucasia, Ucrania y Bielorrusia.

Estos países aprobaron el Tratado de Creación y la Declaración de la Creación, que fue firmado por los líderes Mijaíl Kalinin, Mikha Tskhakaya, Mijaíl Frunze y Grigory Petrovsky, y Aleksandr Chervyakov el 30 de diciembre de 1922.

Origen de la URSS: La Revolución de Octubre

En 1917, la Revolución de Octubre, liderada por Vladimir Lenin, derrocó el régimen del zar Nicolás II, quien tuvo que abdicar y se instaló un gobierno provisional.

Poco después, en 1922 se constituye oficialmente la URSS, pero no es hasta febrero de 1924 que es reconocida oficialmente por las potencias Gran Bretaña, Francia e Italia.

Lenin se convierte en el primer líder del Estado al ser nombrado presidente del Consejo de las Repúblicas Socialistas Soviéticas.

¿Cómo era la URSS?

Al nacer, la URSS solo tenía cuatro repúblicas socialistas soviéticas, formadas directamente tras la Revolución de Octubre. Pero con el paso de años siguió creciendo hasta tener 15 repúblicas en 1940.

Su gobierno tenía un Comité Central Ejecutivo y un Consejo de Comisarios de la Gente. Los miembros del gobierno, llamado Soviets, eran elegidos por consejos locales, y estos reportaban ante el Congreso.

Esta federación socialista ocupaba 22.402.200 kilómetros cuadrados. Su territorio se extendía entre el oriente de Europa y la porción septentrional de Asia. Por ello, la URSS tenía un clima muy variado, desde subtropical y continental a subártico y polar. 

Por otro lado, la Unión Soviética contó con más de 150 etnias y una población total de 293 millones de habitantes hasta 1991, siendo superada únicamente por China e India.

Prosperidad de la URSS

Desde sus inicios, la Unión Soviética tuvo como objetivo reestructurar la economía y la política para mejorar las condiciones sociales de la población. En esa época (1917) Rusia era un país muy retrasado tecnológicamente en comparación con el resto del mundo.

Por este motivo, se diseñó el plan Goelro, el cual creó una red de 30 centrales eléctricas regionales, diez grandes centrales hidroeléctricas y llevó electricidad a las principales empresas del país. Fue así como solo en sus primeros años, la URSS trajo a la población electricidad y desarrollo industrial.

De esta forma, la Unión Soviética se convirtió en la segunda economía más importante del mundo, después de Estados Unidos. Su producción industrial pasó de 5,5 por ciento a 20 por ciento entre 1913 y 1980.

Trascendencia y legado socialista de la URSS

Se trató del primer Estado en intentar construir una sociedad socialista, basada en los ideales de libertad e igualad. Esto constituyó una gran diferencia con los países de sistemas feudales, esclavistas y capitalistas. 

El impulso de esta sociedad socialista tuvo trascendencia internacional, pues inspiró revoluciones en diferentes partes del mundo, como la Revolución Cubana y la Sandinista en Nicaragua.

Además, la URSS tuvo un papel fundamental en la derrota del fascismo que se cernía sobre el mundo y lideró el camino hacia sociedades más solidarias.

Por ello, la Revolución rusa y la Unión Soviética se convirtieron en los acontecimientos más importantes del siglo XX.

La URSS dejó de existir en 1991, cuando Rusia, Bielorrusia y Ucrania declararon su disolución y fue reemplazada por la Coalición de Estados Independientes.

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La UE ha perdido el rumbo

 

La subordinación de la UE a los intereses de EEUU en relación con la guerra de Ucrania la deslegitima como mediadora para intentar la paz. Ignorar que la de Ucrania es una guerra civil que lleva años desarrollándose es impropio de una clase política cada vez más desprestigiada.


La UE ha perdido el rumbo


Alastair Croke

El Viejo Topo

30 diciembre, 2022 

 


La UE, con mucho ruido y pocas nueces, anunció esta semana el NOVENO paquete de sanciones a Rusia. ¿Qué pasa con las sanciones que la UE no «entiende»? Rusia ha sobrevivido cómodamente a las sanciones financieras occidentales –incluso el fervientemente anti-Putin The Economist está de acuerdo. Quizá sean las sanciones

tecnológicas las que acaben «estrangulando a Rusia», dice. ¡Buena suerte con la espera! ¿Quién acaba estrangulando a quién?

La UE sigue ocupada intentando («legalmente») anexionarse todos y cada uno de los activos rusos en Europa. ¿Y qué objetivos rusos ha encontrado la UE para sancionar? Bueno, no ha sido una caza fácil, puesto que ya se han sancionado muchas cosas. Así que la atención se centra en hacer ilegal cualquier última voz rusa que aún exista en Europa.

Sí, los europeos estamos tan desorientados por la lluvia de desinformación estatal y por las mentiras escandalosas y evidentes, que muchos han empezado a cuestionarse su propia cordura y la de los que les rodean. En su perplejidad, han llegado a ver el «mensaje» de las interminables sanciones como «perfectamente racional». Han sido hipnotizados en «O estás ‘con la narrativa’ o ‘contra ella’».

Así que, claramente, todo el discurso ruso dentro de Europa debe ser eliminado: «La cuestión es», dijo Alice, «si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas

diferentes». «La cuestión es», dijo Humpty Dumpty, «quién es el amo. Eso es todo». (A través del espejo, de Lewis Carroll)

La semana pasada, el Consejo General de la UE declaró que le «preocupa que Turquía mantenga una estrecha relación con Rusia, a pesar de la guerra en Ucrania y las duras sanciones occidentales contra Moscú». La profundización de los lazos económicos entre Turquía y Rusia es «motivo de gran preocupación», dijo el jefe de la política exterior de la UE, Borrell, en una carta al Parlamento Europeo. También era «motivo de preocupación» la política continuada de Turquía de «no sumarse a las medidas restrictivas de la UE contra Rusia», decía la carta. Es importante que Turquía no ofrezca a Rusia ninguna solución a las sanciones, advirtió Borrell. A lo que el Presidente Erdogan replicó: «Es una declaración fea». Borrell no puede definir y formalizar nuestras relaciones con Rusia. No tiene ni la cualificación ni la capacidad para tomar tales decisiones. ¿Quién es él para evaluar nuestras relaciones con Rusia en materia de sanciones?» Posteriormente, el 12 de diciembre, Borrell anunció que la UE acordará un paquete de sanciones «muy duras» contra Irán: «Vamos a aprobar un paquete de sanciones muy duro. Tomaremos todas las medidas que podamos para apoyar a las mujeres jóvenes y a los manifestantes pacíficos. E intentaremos acordar más sanciones contra Irán por el suministro de drones a Rusia».

En pocas palabras, la UE dobla la apuesta, es más, la triplica: aumenta sus sanciones contra cualquiera que «no esté con la narrativa».

Es sorprendente (o tal vez «no») que la UE no esté leyendo bien las runas sobre Ucrania, en términos de la lucha sobre la política ucraniana que tiene lugar en Washington. En pocas palabras: la élite realista de Estados Unidos, junto con Henry Kissinger –un «halcón» que a veces se hace pasar por realista- se enfrenta a la élite rusófoba, insinuando que esta última desea una guerra mayor (que Estados Unidos no haría bien en librar).

Aunque esa posición no sorprendería a la mayoría de los lectores, Kissinger -al decir que desmembrar Rusia o destruir su capacidad de dirigir una política estratégica es un «no-no»- desnuda implícitamente a la camada neoconservadora al exponer sus objetivos encubiertos en la conciencia objetiva (esta última siempre ha negado que su objetivo sea  desmembrar Rusia en estados intrascendentes y luego apoderarse de sus recursos). Kissinger al menos «aborda» el tema.

Hasta ahora, estas maniobras entre las élites estadounidenses tienen más que ver con la preparación del terreno en los grupos de debate sobre política exterior de Estados Unidos que con el nacimiento de una nueva política. (¿Quizá sea demasiado pronto para eso?).

La UE, sin embargo, quiere «marcar su territorio», pero no piensa bien las cosas. Olaf Scholz, con la lengua floja, murmura sobre un alto el fuego y la retirada completa de las tropas rusas de Ucrania. El primer ministro británico, sin embargo, ha echado agua fría sobre cualquier alto el fuego: Occidente debería considerar que cualquier llamamiento ruso a un alto el fuego en su guerra contra Ucrania «carece completamente de sentido» en las circunstancias actuales, dijo el lunes Rishi Sunak.

Bueno, incluso si hubiera una retirada a las posiciones del 24 de febrero de 2022 (esa es la propuesta de Kissinger), eso simplemente no funcionaría como base para un alto el fuego, sino que pone de manifiesto la ingenuidad del «pensamiento» de la UE.

La UE envuelve a Ucrania en la fantasía de un Estado democrático afín que lucha por su independencia contra un «gran hermano» prepotente. Esto no tiene sentido. Ucrania está dividida étnica, lingüística, cultural e ideológicamente. Está en plena guerra civil. Lleva décadas en guerra civil. Con decenas de miles de muertos.

Pretender simplemente que este hecho fundamental no afecta a ningún marco de alto el fuego es ridículo. Las líneas de asedio de los nacionalistas armados están situadas al alcance de los cohetes de las ciudades civiles del norte (culturalmente rusas) (como Donetsk) que los nacionalistas radicales desean conquistar y someter.

Tal alto el fuego sería análogo a la reinserción de las fuerzas católicas del Ejército Republicano Irlandés (IRA) ante las narices de los paramilitares protestantes de Irlanda del Norte. ¿Cree alguien que Londres sería capaz de abandonar sin más a los protestantes ante semejante perspectiva? Pues bien, Moscú tampoco puede permitir que los rusos étnicos (sobre todo en tierras que forman parte de Rusia desde hace siglos) se dejen llevar por el viento de un alto el fuego en el que todo vuelva a ser «como antes» (es decir, cuando las fuerzas nacionalistas trataban a la ciudad de Donetsk como si fuera un tímido coco).

Hay que reconocerle a Kissinger su mérito, pues admite la inverosimilitud del alto el fuego al referirse a la posible partición de Ucrania (a través de referendos), convirtiéndose en una necesidad, si su propuesta de alto el fuego resultara imposible.

La UE está muy lejos de pensar así. Más bien, la UE se ha atrincherado en una «trinchera Bakhmut» con su Ucrania «debe ganar», y «debemos apoyar a Ucrania durante «el tiempo que haga falta». La UE actúa como si creyera tener el control; es decir, que la UE decidirá si se le va a»conceder un alto el fuego» a Rusia… o no.

Lo más probable es que la UE sea un espectador que observa los acontecimientos desde fuera. No se sentará a la mesa. Y puede que nunca haya un «alto el fuego» formal. A los diplomáticos les gusta demasiado decir que los conflictos nunca se resuelven por medios militares, pero eso es totalmente falso. A menudo es necesaria una demostración de fuerza militar, precisamente para catalizar y provocar un cambio tectónico.

O, sencillamente, el resultado puede surgir de «dentro afuera», es decir, de un reajuste de liderazgo de abajo arriba, o de fuera adentro, que se produzca dentro de Kiev o en el ejército ucraniano, al margen de cualquier implicación directa de la UE o Estados Unidos. Esta posibilidad no debe pasarse por alto.

Las consecuencias para las elevadas pretensiones de la UE de intervenir en los acontecimientos de Ucrania no son triviales, sino de orden estratégico. La más inmediata es que el apoyo fanático de la UE a Kiev ha alejado cada vez más a la Ucrania étnicamente «antirrusa» de cualquier posibilidad de servir como Estado neutral o tampón.

Lo mismo para cualquier papel de la UE. Ha quemado cualquier puente como mediador. ¿Por qué iban a confiar los ucranianos étnicamente rusos en la UE (cuando el Kremlin no lo hace)? El avivamiento -por parte de «activistas» ucranianos, dentro de la clase dirigente de la UE y al más alto nivel de la UE- de sentimientos tóxicos antirrusos ha establecido inevitablemente una amarga línea de fractura en Ucrania.

Sin embargo, no se limita únicamente a Ucrania: está fracturando Europa y creando una línea de fractura estratégica entre la UE y el resto del mundo.

El presidente Macron dijo esta semana que ve «resentimiento» en los ojos del presidente Putin. «Una especie de resentimiento» dirigido contra el mundo occidental, incluidas la UE y Estados Unidos, y que está alimentado por «la sensación de que nuestra perspectiva era destruir a Rusia».

Y tiene razón. Sin embargo, el resentimiento no se limita a los rusos que han llegado a despreciar a Europa, sino que en todo el mundo bulle el resentimiento por todas las vidas destruidas que ha dejado a su paso el proyecto hegemónico occidental. Incluso un embajador francés de alto rango describe ahora el orden

basado en normas como un injusto «orden occidental» basado en la «hegemonía». La entrevista de Angela Merkel a la revista Zeit confirma al resto del mundo que la autonomía estratégica de la UE siempre fue una mentira. Ella admite que su defensa del alto el fuego de Minsk de 2014 fue un engaño. Fue un intento de dar tiempo a Kiev para reforzar su ejército, y tuvo éxito en ese sentido, dijo Merkel: «[Ucrania] utilizó este tiempo para fortalecerse [militarmente], como se puede ver hoy. La Ucrania de 2014/15 no es la Ucrania de hoy».

La UE se postula como un actor estratégico; una potencia política por derecho propio; un coloso del mercado; un monopsonio con poder para imponer su voluntad a quien comercie con ella. En pocas palabras: la UE insiste (y cree) que posee una agencia política significativa. Pero no tiene poder político ni militar per se (es vasalla de Estados Unidos). Más bien, su influencia se deriva de su magnitud económica, que ha desperdiciado haciéndose daño a sí misma.

Fuente: https://english.almayadeen.net/articles/analysis/the-eus-lost-the-plot

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