viernes, 6 de octubre de 2023

Nuevas dataciones confirman que las pisadas halladas en Nuevo México tienen entre 21.000 y 23.000 años

 

 

Nuevas dataciones confirman que las pisadas halladas en Nuevo México tienen entre 21.000 y 23.000 años


TERCERAINFORMACION / 06.10.2023

El nuevo trabajo corrobora los resultados de un controvertido estudio de 2021, en el que se indicaba que los humanos ya habitaban el sur de Norteamérica durante el Último Máximo Glacial, milenios antes de lo que se creía.

Pisadas humanas fosilizadas en el Parque Nacional de White Sands (Nuevo México). / National Park Service

 

Un equipo de investigadores de Estados Unidos y Europa ha empleado técnicas de radiocarbono (o carbono-14) y luminiscencia simulada ópticamente para confirmar que las pisadas fosilizadas humanas del Parque Nacional de White Sands (Nuevo México, EE UU) tienen una antigüedad de entre 20.000 y 23.000 años. Los resultados se publican en el último número de Science.

Los autores ya publicaron un estudio previo en 2021 sobre la datación de estas huellas en esta misma revista con similares resultados (entre 21.000 y 23.000 años de antigüedad), que recibió múltiples críticas por parte de la comunidad científica.

Ahora, en respuesta a la controversia generada, el equipo, en el que han participado investigadores del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), afirma tener evidencias, confirmadas con varias líneas de datación independientes, que apuntan a la misma antigüedad aproximada.

Esto demuestra, según los autores, “que los humanos estuvieron presentes en el sur de Norteamérica durante el Último Máximo Glacial” (LGM, por sus siglas en inglés). Antes se pensaba que habían llegado a esa zona hace entre 13.500 y 16.000 años.

Las pisadas humanas fosilizadas se formaron en lodo blando en los márgenes de un lago poco profundo que ahora forma parte de Alkali Flat, una gran zona de dunas en White Sands. David Bustos, administrador del programa de recursos del parque nacional, fue el primero en descubrir estas huellas en el año 2009. Bustos, junto a Matthew Bennett, un geólogo de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido) y otros científicos del USGS comenzaron a estudiar más detalladamente el lugar en 2019.

Según explica a SINC Kathleen Springer, investigadora geóloga del USGS y coautora del trabajo, “los resultados iniciales de radiocarbono del trabajo de 2021 fueron controvertidos porque las semillas de la planta acuática (Ruppia cirrhosa) que utilizamos para fechar las superficies en las que quedaron marcadas las pisadas, tienen el potencial de sufrir efectos de depósito de carbono que podrían comprometer la exactitud de su datación”.

Análisis de polen de coníferas

Pero ahora, “en el nuevo estudio nos hemos centrado en el polen de coníferas porque estas especies –principalmente los pinos– son plantas terrestres y no se ven afectadas por los efectos de depósito, ya que su carbono procede directamente de la atmósfera a través de la fotosíntesis”, añade.

Springer reconoce que “el inconveniente de la datación del polen es que es diminuto, pero los métodos que utilizamos en esta investigación nos permitieron aislar 75.000 granos de polen puro por muestra, lo que fue suficiente para obtener dataciones de radiocarbono sólidas”.

Además, se utilizó “la datación por luminiscencia de los granos de cuarzo aislados de los sedimentos, lo que proporciona una verificación completamente independiente de las fechas por radiocarbono”, señala.

“Incluso mientras publicamos el estudio anterior, ya habíamos empezado a probar nuestros resultados con múltiples líneas de evidencia. Confiábamos en nuestras dataciones originales, así como en las sólidas pruebas geológicas, hidrológicas y estratigráficas, pero sabíamos que era fundamental un control cronológico independiente”, subraya Springer.

Ilustración del yacimiento estudiado durante el Último Máximo Glacial que muestra la coexistencia de humanos y megafauna a lo largo del tiempo. / Karen Carr / National Park Service


La científica recalca que las conclusiones obtenidas mediante “la datación por radiocarbono del polen y luminiscencia de los sedimentos muestran que el marco cronológico establecido originalmente para las pisadas del parque nacional es sólido”.

“Caso cerrado y controversia resuelta”

Para Springer, el nuevo estudio de las pisadas fosilizadas de White Sands cierra el caso y resuelve la controversia: “Combinado con la evidencia geológica, hidrológica, estratigráfica, cronológica y climática, previamente reportada, la congruencia de las dataciones de carbono 14 calibradas de las semillas acuáticas de Ruppia, las de los granos de polen terrestres y las logradas mediante luminiscencia apoyan la conclusión de que los humanos estuvieron presentes en Norteamérica durante el Último Máximo Glacial”.

¿Qué supone esta confirmación?. Según la geóloga, “los humanos estuvieron en el sur de Norteamérica durante el LGM, hace entre 21.000 y 23.000 años, y esto significa que estaban allí antes de que se cerraran las enormes capas de hielo”.

“Nuestros hallazgos –concluye– amplían en miles de años el rango conocido de ocupación humana en la zona, lo que tiene implicaciones para las rutas migratorias, los estudios de ADN antiguo y la lingüística”.

La historia detrás de unas huellas grabadas en el lodo

Según aparece en la información de la web del Parque Nacional de White Sands, durante unos 80 años, solo se conocía la existencia de una pequeña colección de huellas  fosilizadas, pero en 2006, un grupo de científicos observó manchas oscuras en el lecho del lago que parecían ser pisadas. Su curiosidad les llevó a desenterrar estas manchas oscuras en 2009, lo cual acabó desvelando las huellas humanas y un año después las de un lobo huargo. Estas marcas de pies se encontraban junto a semillas antiguas, que entonces los científicos dataron en más de 18.000 años.

En 2018, los investigadores descubrieron lo que creen que son las pisadas de una mujer. Estas cuentan una historia que puede parecer aún familiar. Sus huellas la muestran caminando durante casi una milla, con las pisadas de un niño pequeño que aparecen ocasionalmente junto a las suyas. Las pruebas sugieren que llevaba al niño en brazos, cambiándolo de lado a lado y dejándolo en el suelo de vez en cuando mientras caminaban. Las pisadas se ensancharon y resbalaron en el barro debido al peso adicional que llevaba.

Basándose en la estatura y la velocidad de la marcha, parece que la mayoría de las marcas encontrada proceden de adolescentes y niños. Según el estudio de 2021 en Science, “una hipótesis es la división del trabajo, en la que los adultos se dedican a tareas especializadas, mientras que ir a buscar y cargar se delegaba en los adolescentes acompañados por niños, que en conjunto dejan un mayor número de pisadas, un patrón que es común a todas las superficies excavadas”. 

En una escena de la era glacial, una mujer con un niño en brazos a orillas del antiguo lago Otero deja las huellas en el lodo. / Karen Carr

 

Referencia:

Jeffrey S. Pigati, Kathleen B. Springer, Matthew R. Bennett et al. “Independent age estimates resolve the controversy of ancient human footprints at White Sands». Science (octubre, 2023)

Fuente: SINC

 *++

La deshumanización de los (inmigrantes) pobres

 

La deshumanización de los (inmigrantes) pobres

 

Por Jorge Majfud

Rebelion

06/10/2023 

 

Fuentes: Rebelión - Imagen: "Esclavitud indocumentada", de J. Leigh García


El discurso de la inmigración legal ha sido la tradicional muletilla para justificar cada uno de los ataques contra los inmigrantes pobres que, en Estados Unidos, desde la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto se lava con la excusa de la legalidad.

A fines de los años 70, mi padre le compró un televisor a sus suegros. Ellos vivían en una granja sin electricidad en Colonia, Uruguay. Allí, mi hermano y yo pasábamos los tres meses del verano, los meses más felices del año, trabajando en el campo (con frecuencia al sol, durante horas; no era una imposición, sino el reflejo de la ética del trabajo de los abuelos). Por las noches, podíamos ver dos horas de televisión argentina, porque eso era lo que duraba la batería que alimentaba un cargador artesanal de viento. Uno de los programas favoritos de los niños era El Chavo del 8

En una conversación reciente, Fernando Buen Abad me hizo notar la violencia permanente que sufría El Chavo. Yo nunca había reparado en ese tema que ocupaba a Fernando. De hecho, me hizo recordar que siempre me dolía la escena de don Ramón golpeando al niño cada cinco o diez minutos, pero, al mismo tiempo, lo tomaba como algo gracioso. De la misma forma, disfrutábamos del humor sexista de Benny Hill, uno de los actores más creativos en ese género. La violencia es fácil de naturalizar, incluso (o sobre todo) cuando se la presenta como algo divertido. También para los espectadores de las corridas de toros, el espectáculo de la tortura animal es algo divertido.

El pasado 2 de octubre, la embajada de Estados Unidos en México lanzó una campaña publicitaria destinada a quienes estaban pensando emigrar, recurriendo a El Quico, el segundo personaje más importante de la serie El Chavo, sino el primero. El publicitario está lleno de las famosas frases de nuestro querido antihéroe de la infancia, cuarenta años mayor pero vestido y hablando de la misma forma:

“Cállate, cállate porque me desesperas… No cruces la frontera de Estados Unidos porque pueden estar en peligro tu papá, tu mamá, tu tío, tu perro, el gato, el perico… Mejor, cruza legal. Ándale, dime que sí. Si lo haces, sí me simpatizas”. El anuncio cierra con “Cruza legal” y “Utiliza las vías legales”. Nada muy diferente de lo que cualquiera de nosotros recomienda cada tanto. Entonces, ¿cuál es el problema?

El Quico (la Embajada) no le está hablando a un niño que no puede realizar ningún trámite. Le está hablando a adultos, a quienes trata como si fueran niños. Pero esto sería un detalle, considerando la tragedia del contexto.

El discurso de la inmigración legal ha sido la tradicional muletilla para justificar cada uno de los ataques contra los inmigrantes pobres que, en Estados Unidos, desde la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto se lava con la excusa de la legalidad. “No estamos contra los inmigrantes, sino contra la inmigración ilegal”. Por eso en 1882 prohibieron, legalmente, la inmigración de asiáticos y no pararon filtrando razas indeseables hasta 1965. En 2017 el presidente Trump reemplazó razas por naciones.

El eslogan de la embajada “Cruza legal” también es demagógico. Los embajadores estadounidenses saben, mejor que nadie, que los pobres no cruzan de forma ilegal porque sea más fácil o porque sea más barato. Un coyote les cobra miles de dólares para dejarlos tirados en el desierto. Cruzan de ilegales porque son pobres o no tienen una beca universitaria, y las embajadas no otorgan visas a los pobres ni a los obreros que no pudieron estudiar.

Voy a repetirme: si esos países empobrecidos del sur fuesen a reclamar una indemnización por más de un siglo de saqueos, de golpes de Estados, de destrucción de democracias o de apoyos a dictaduras amigas que dejaron varios cientos de miles de muertos sólo en América Central, no nos darían las reservas del Tesoro Nacional ni todo el oro de Fort Knox.

Así que, por lo menos, podríamos dejar de tratar a los inmigrantes ilegales como niños y como criminales. La solución de la pobreza y la violencia del mundo no está en las manos de un solo gobierno, pero dejar de deshumanizar a los pobres, como niños buenos o como adultos malos, podría ayudar en algo. Bastante deshumanizados ya están como mano de obra desechable.

Los estadounidenses deberían agradecer que todavía hay pobres que quieren venir a trabajar a este país. Pero todavía no han tomado conciencia de que gran parte de su prosperidad (asentada en sus medios imperiales, desde la fuerza militar hasta la emisión de la divisa global) se basó en la necesidad de sobrevivencia de los habitantes de las neocolonias, ya sean profesionales especializados en la punta de la pirámide laboral o de inmigrantes pobres y sin títulos universitarios en la base. Justo en los dos extremos donde, desde hace décadas, existe un déficit crónico. 

Sin embargo, al mismo tiempo que este flujo de fuerza productiva comienza a secarse en Europa y en Estados Unidos por la misma razón (por la pérdida de la hegemonía global y su poder de acoso y saqueo de los últimos siglos), en lugar de competir por los inmigrantes del mundo, insisten en obstaculizar su ingreso con leyes anacrónicas y discriminatorias, hijas de un viejo y profundo racismo que ha sabido camuflarse de legalidad. Racismo que el mismo embajador Lee Salazar en México sufrió en carne propia, cuando de joven, en Colorado, lo llamaban “mexicano sucio”, como si los mexicanos los hubiesen invadido y no al revés.

Ahora, que ya no es tan fácil dictar la moral y las políticas económicas al resto del mundo ni venderles brujas y espejitos a cambio de los recursos que mueven el poder global, entonces explota el fascismo visceral. Esta reacción fascista ha contagiado a otras partes del mundo, aún con situaciones sociales y económicas opuestas, como en las neocolonias que, por generaciones, han copiado las tendencias de la moda y de las ideologías del Norte. Ahora, una parte de las neocolonias es la encargada de mantener viva la mentalidad del colonizado, aunque más no sea como inercia cultural. Así aparecen los Jair Bolsonaro y los Javier Milei repitiendo ideas del imperialismo del siglo XIX con las narrativas de la Guerra Fría, como si fuesen la última novedad.

Yo también aconsejo que nadie emigre de forma ilegal. Es una forma de convertirse en un esclavo moderno, como los europeos pobres se vendían como esclavos indenture en el siglo XIX, no porque quisieran hacerlo sino porque sus otras opciones eran el hambre y la muerte. Como esos indenture, el resto de los inmigrantes pobres también fueron criminalizados al llegar a este país, sobre todo si pertenecían a una variación corrupta de la sangre blanca, como era el caso de los irlandeses, primero, y de los italianos después.

Pero ¿quién soy yo, o cualquier otro, para juzgar y criminalizar a un padre o a una madre desesperada que sólo lucha por una vida mejor para su familia y, al llegar, encuentra más violencia y más miseria humana? En lugar de vender políticas infantiles, las leyes de inmigración bien podrían dejar de criminalizar a los trabajadores sin grandes cuentas bancarias.

Aquí, señores embajadores, necesitamos más gente como esa. No más inútiles de las oligarquías del Sur.

 *++

El largo verano del 23

 



El largo verano del 23


Publicado el 6 de octubre de 2023 / Por Alejandro Floría Cortés / KAOSENLARED

 

Si las campañas electorales del 28M y del 23J en España destacaron por una profunda pobreza intelectual y política, el circo sin pan que las ha sucedido con las búsquedas de apoyos para las posibles investiduras avala que siempre es posible alcanzar las más altas cotas de miseria. Una miseria multidimensional que parece no tener un límite y el cual, de existir, debe de ser ajeno a las instituciones y al sistema de representación, pero que, por lo pronto, ni está, ni se le intuye, ni se le espera. En esta degradación asintótica hacia el infinito, los problemas a los que atiende la clase politíca ocupan su tiempo, en misteriosas proporciones, entre sus egotismos y los intereses privados.

Políticos que se niegan el saludo, que se dan palmaditas en la cara, que se ponen pinganillos, que sacan de quicio todo lo que se diga, haga y ponga a su alcance provocan adhesiones, en uno u otro sentido, en el formato del hooliganismo asnal más rancio y acrítico. Los medios de comunicación juegan un papel imprescindible en este sentido porque esto es un increíble disipador de energía política. Ahora que incluso Feijóo quiere ser progresista, todo está impregnado de identidad y de emoción, el ciudadano inoculado con el democratismo, ha devenido, por fin, en el perfecto posmo-leloSe culmina un nuevo nivel de separación que se disuelve en unas redes sociales que no son colectivos y que, ¡oh, sorpresa!, siempre te devuelven, especularmente, lo que quieres. Se trata, sí, de separarlo todo y de generar la ilusión de completitud a partir de la mera autopercepción y en la más absoluta des-memoria. Divide… et Impera.

No recuerdo que haya habido algún partido político que haya puesto como condición primera e irrenunciable para otorgar sus votos en una sesión de investidura la solución para los 2,6 millones de niños y adolescentes, el 32,2 % de la población infantil en España, que está en riesgo de pobreza y exclusión social [1]¿Se le ocurre acaso a alguien una condición más urgente o comparable a esta (lo que la convertiría en adicional a la misma)?, ¿alcanzar, acaso, el 2% del PIB en Defensa como pide la OTAN? ¿o, directamente, socializar cualquier pérdida de intereses privados (farmacéuticas, banca, renovables, armamento,…)? Por atroz que pueda resultar, qué duda cabe que está dramáticamente extendido el pensamiento de que ciertos sufrimientos de los otros son bien merecidos, fruto de aspectos y argumentos tan peregrinos como desconectados. Detrás de cada pero (patatas) suele haber, también,una ignorancia vanidosa un miedo atávico bien inducidos.

Mucho podría cambiar en poco tiempo a través de la educación si no fuera porque se encuentra secuestrada por dos caras de la misma moneda que se acusan mutua y convenientemente de adoctrinamiento. Cualquier persona de cierta edad podrá reconocer tal cosa en los libros de sus hijos, en uno u otro sentido, y también la recordará y la re-conocerá en los propios. Pero si abogásemos por una educación centrada en las personas y en la preservación del medio ambiente, en la que predominasen valores de cooperación y apoyo mutuo frente a los de competencia e individualismo no me cabe la menor duda de que seríamos acusados de adoctrinamiento tanto por derecha como por izquierda, una vez que ambas asumieran su más absoluta falta de protagonismo.

Y es que un objetivo tan rotundo y tan simple en su formulación ya ha sido cooptado porque su implantación real, apunta necesariamente a conceptos inaceptables para el estado actual de las cosas, para ese BAU que mata, como pueden ser la preservación de las necesidades básicas de las personas (sanidad, cuidados, educación, alimento, vivienda, energía,…) sin admitir el lucro en ellas y orientar y estructurar, mucho más localmente, la economía (y el empleo) hacia las mismas. Eso implica, entre otras muchas cosas, otros patrones de consumo, otras relaciones comerciales, otros parámetros financieros y económicos, una re-potenciación de los oficios, una simplificación técnica que nos devuelva una mayor robustez frente a una cínica obsolescencia programada… Pero, vaya,… ¿cómo puede sonar tan subversivo ocuparse de verdad de las personas y del planeta?

Ciertos palmeros tuiteros del futuro segundo gobierno más progresista de la historia, y que a estas alturas se les va a hacer bien de rogar, encuentran, no obstante, a un actor disruptivo, casi revolucionario, en un Joe Biden que se fotografía con los sindicatos en huelga. Es mismo Biden, sí, que envía armas a los nazis de Ucrania, o a cualquier facción terrorista en África, que tiene un problema de salud pública salvaje con cien mil muertos anuales por sobredosis, que sigue imponiendo mandatos COVID sin ningún criterio científico… A veces es difícil saber si estas cuentas son parodias, pero cuando retuitean a Errejón, a Emilio Santiago Muiño o al mismo POTUS y aconsejan asertividad con baboso paternalismo al SUMAR más pusilánime, se despejan las dudas: se creen lo que están diciendo y creen combatir en una guerra cultural. O acaso sólo quieren que el lector lo crea. Me temo que aquellos bienintencionados que fueron a votar con la pinza en la nariz para tratar de frenar a un supuesto fascismo que, bien mimetizado, ya lo impregna todo, deben sufrir un profundo trauma en la pituitaria amarilla.

Ahora que es casi imposible distinguir entre derecha e izquierda, ni entre sus patéticos subconjuntos disjuntos, si es que alguna vez se pudo, se promueven nuevos falsos conflictos tratando de confundir lo que se cuestiona con el modo en que se hace. Negacionismo y conspiranoia son enormes sacos sin fondo a los que los guardianes de la moral te pueden empujar sin escrúpulos científicos. El pensamiento crítico y libre es molesto, y no digamos el (revelador) pensamiento sistémico que tanto alcanza, pues suponen un tiempo y un esfuerzo que son más rentables si se mercantilizan. El pensamiento único traviste y se presenta como la confortable píldora del consensoSon tiempos interesantes en los que enunciar ciertas palabras va a ser de todo, menos popular, siempre que seamos capaces de mirar más allá de las distracciones dirigidas. El verano se está haciendo largo,…

Alejandro Floría Cortés

[1] La carencia material severa en niños, niñas y adolescentes alcanza cifras históricas en España (05/07/2023) https://www.plataformadeinfancia.org/la-carencia-material-severa-en-ninos-ninas-y-adolescentes-alcanza-cifras-historicas-en-espana/

Imagen de portada: Reloj, el tiempo no pasa –  Flickr | Detalles de la licencia – Autor: morpheus17pro 

 *++

La segunda independencia de África

 

¿Estamos ante una segunda independencia de África destinada a complementar la que se produjo al final de la Segunda Guerra Mundial y cuyas promesas han dado lugar a profundas frustraciones? ¿Estamos ante el fin del saqueo?


La segunda independencia de África



Boaventura de Sousa Santos

El Viejo Topo

6 octubre, 2023 

 

Desde 1964, la mayoría de los países de la región del Sahel (palabra de origen árabe, que significa margen, y se refiere a la franja norte del África subsahariana) han experimentado uno o más golpes de Estado (sólo en Sudán, 17). Los que se han ido produciendo más recientemente, aunque con perfiles diferentes, tienen algo en común que les separa de los golpes anteriores. Me refiero en particular a los golpes de Estado en Malí, Burkina Faso y Níger. Veamos las razones con mayor detalle. Todos estos golpes, que son promovidos por personal militar entrenado por los antiguos países colonizadores, tienen como objetivo liberar al país de la dependencia económica y social de la potencia colonizadora (en este caso, Francia) que permaneció en gran medida intacta después de los procesos de independencia política en la década de 1960.


Su objetivo es obtener el control de sus recursos naturales después de llegar a la conclusión de que han sido saqueados por empresas de la antigua potencia colonizadora u otros países del Norte global, sin que su extracción resulte en ningún aumento del bienestar de la gente, a pesar de que puede ser una fuente de búsqueda de rentas para las élites políticas corruptas.  En segundo lugar, la democracia es una farsa cada vez que se impone desde el extranjero. Siempre que sea promovida por el Norte global, su objetivo es elegir políticos que sean serviles y garanticen la continuidad del saqueo; con este fin, movilizan todos los medios abundantes a su disposición, financieros y mediáticos. Cada vez que los africanos quieren tomar la democracia en sus manos y elegir políticos que no están en la lista de los autorizados por el neocolonialismo y el imperialismo, las potencias del Norte global organizan golpes de Estado para «proteger la democracia». En tercer lugar, el mantra de los derechos humanos, los valores universales y el orden internacional basado en reglas (que el Norte formula exclusivamente) solo se usa verdaderamente cuando defiende los intereses imperiales y neocoloniales. Cuando no es así, prevalecen estos intereses, se olvidan los principios y se recurre a la violencia. Tomemos la reciente pandemia de COVID y la crisis humanitaria que ha creado. Los intereses de cinco compañías farmacéuticas del Norte global fueron suficientes para evitar que países como Brasil, Sudáfrica e India produjeran vacunas efectivas producidas en masa a bajo costo. ¿Cuántas vidas se habrían salvado? La hipocresía del Norte global ha alcanzado límites que el Sur global no olvidará fácilmente.

¿Estamos ante una segunda independencia de África destinada a complementar la que se produjo al final de la Segunda Guerra Mundial y cuyas promesas han dado lugar a profundas frustraciones? Tal vez sea solo una nueva fase de un proceso que ha tenido otras fases en el pasado reciente. Así se debe entender la nacionalización del Canal de Suez por Gamal Abdel Nasser (1956), la lucha fatal de Muammar Gadafi por cambiar la moneda de referencia en los asuntos internacionales de los países de la Unión Africana (2011) o incluso la lucha de Robert Mugabe en Zimbabue por la (fallida) devolución de las tierras que la independencia dejó en manos de la minoría blanca (2008).

Tal vez sea legítimo hablar de una nueva fase porque el movimiento atraviesa varios países y las condiciones internacionales pueden favorecer su expansión a muchos más países. Los objetivos de los segundos procesos de independencia tienen características diferentes. Distingo entre nacionalismo anticolonialista, nacionalismo antiimperialista y colonialismo interno. No se trata de categorías inflexibles, ya que cada uno de ellos tiene elementos de cualquiera de los otros. En el caso de los países que estuvieron sometidos al colonialismo francés, el movimiento es de nacionalismo anticolonialista porque pretende profundizar en la descolonización. La supuesta descolonización francesa fue sangrienta (Argelia) o se negoció en términos tan leoninos que dejó a los nuevos países en estricta dependencia de Francia (la Françafrique: control de la moneda, reservas en el Banco de Francia, control de la política monetaria y económica, privilegios extractivos para las empresas multinacionales o estatales francesas, etc.). La dependencia neocolonial de la que se quejaba Nkrumah en 1965 era especialmente marcada en el caso de las colonias francesas.

En el caso de los otros países africanos que se independizaron del colonialismo inglés y portugués, el perfil de la segunda independencia es de nacionalismo antiimperialista. El saqueo de los recursos naturales por parte de corporaciones transnacionales radicadas en varios países del Norte global (algunas antiguas colonias de dominio blanco como Estados Unidos, Canadá y Australia), el (des)orden de las imposiciones del FMI y la primera Guerra Fría contribuyeron a que las redes de dependencia fueran más amplias y convirtieran al excolonizador en uno solo entre otros de los beneficiarios del saqueo y, a menudo, como en el caso portugués, ni siquiera el principal beneficiario.

Sudáfrica es un caso especial porque casi desde principios del siglo XX ha estado dominada por el colonialismo interno en la forma particularmente violenta de las políticas segregacionistas del apartheid. El fin del apartheid en 1994 no significó el fin del colonialismo interno, aunque alteró profundamente su modus operandi. De ahí que las luchas sociales en Sudáfrica que pueden integrarse en la idea de la segunda independencia tomen la forma de una lucha por el fin real y no solo formal del apartheid, que tiene que ver con la devolución de la tierra, el control de los recursos naturales y la lucha contra la desigualdad y la corrupción de las élites políticas.

La idea de la segunda independencia de África busca mostrar que la primera estaba incompleta. En lugar de discutir su carácter incompleto, tal vez sea más importante averiguar por qué, a pesar de todo, fue posible. Sólo así podremos analizar las condiciones de posibilidad de esta segunda independencia y, sobre todo, especular de manera informada si esta segunda fase será definitiva o si seguirán otras fases. Hablar de fase implica una peligrosa generalización cuando se trata de un continente. Baste recordar el caso de Egipto, cuya independencia de Inglaterra tuvo múltiples fases, desde 1922 (fin formal del protectorado con la continuación de la ocupación) hasta 1956 (guerra por la nacionalización del Canal de Suez). Con todas estas reservas, tiene sentido hablar de la primera fase y la segunda fase si nos limitamos al África subsahariana y excluimos a Sudáfrica.

La transición a la independencia de las antiguas colonias francesas es sólo el caso más extremo de la continuidad de la dependencia poscolonial, pero no es el único caso. Basta con leer el acuerdo de Lancaster House de 21 de diciembre de 1979 sobre la independencia de Zimbabue. De hecho, Lancaster House fue el lugar donde se negoció la independencia de otras colonias británicas, como Nigeria y Ghana, Zambia y Tanzania, con una lógica similar. Todos los líderes africanos pasaron por allí, de Nkrumah a Nyerere, de Kaunda a Mugabe. Allí se negociaron las dependencias posteriores a la independencia. Las negociaciones posteriores con los nuevos aspirantes al poder en las antiguas colonias han continuado hasta hoy en Londres, esta vez en Chatham House.

Las independencias del colonialismo portugués configuran una situación diferente en África. Ocurrieron después de un prolongado período de guerras de liberación (Angola, Mozambique y Guinea-Bissau) entre 1961 y 1975, y terminaron con el fin del largo régimen fascista en Portugal (1926-1974). De hecho, los dos acontecimientos están estrechamente vinculados y los demócratas portugueses deben más de lo que se pueden imaginar a la heroica lucha de los combatientes africanos por la restauración de la democracia. Dado que no era previsible que ninguna de las partes ganara la guerra a corto plazo (excepto quizás en Guinea-Bissau, donde las fuerzas del PAIGC, Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde, tenían grandes ventajas operativas), algunos militares portugueses propusieron una solución política al conflicto como continuación de lo que se había intentado anteriormente. El régimen fascista, sin embargo, decidió no escucharlos. Ante esto, al no poder terminar la guerra, los valientes militares de abril, como se les conocería, decidieron acabar con el régimen en la madrugada del 25 de abril de 1974. A pesar de las vacilaciones iniciales, el proceso de descolonización, como transición a la independencia, permitió a los nuevos países decidir los nuevos destinos de sus países sin que Portugal hubiera podido imponer condiciones. Esto por sí solo explica por qué todas las antiguas colonias optaron por regímenes socialistas y la ideología marxista-leninista. ¿Por qué esta opción?

La respuesta a esta pregunta ayuda a explicar las condiciones en las que tuvo lugar la primera fase de las independencias en África. La era posterior a la Segunda Guerra Mundial estuvo dominada por la llamada «Guerra Fría» entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. En abril de 1955, 29 países asiáticos y africanos (así como representantes de varios movimientos nacionalistas) se reunieron en Bandung para discutir la posibilidad de definir sus políticas de forma independiente y sin subordinarse a los intereses de una de las dos grandes potencias que surgieron de la guerra. De África, solo la Costa de Oro (ahora Ghana), Etiopía, Egipto, Libia, Liberia y Sudán participaron, porque la mayor parte del continente todavía estaba sujeto al colonialismo europeo. De esta reunión y de la primera  Conferencia realizada en Belgrado em 1961, surgió el principio de la No Alineación y el concepto del Tercer Mundo. Este no es el lugar para analizar el significado de la Conferencia de Bandung y su evolución en las décadas siguientes. Sólo quiero resaltar que la señal dada a los países africanos todavía sometidos al colonialismo europeo fue que la no alineación tendría que tener en cuenta que los países colonizadores pertenecían al bloque occidental y que, si hubiera negociación, este factor pesaría.

Este fue el contexto que dominó la primera fase de las independencias africanas: por un lado, el deseo de independencia plena y, por otro, la necesidad de negociar con el colonizador. Uno de los primeros líderes africanos en denunciar las antinomias de este proceso fue Kwame Nkrumah, primer presidente de Ghana, en el libro de 1965 (Neo-Colonialism, the Last Stage of Imperialism) en el que acuñó el término que dominaría muchas de las discusiones posteriores: neocolonialismo. Este término definiría el carácter incompleto de las independencias. Para escapar de esta camisa de fuerza, la única solución sería la guerra de liberación. Fue la solución seguida por los líderes de los movimientos de liberación de las colonias portuguesas en África después de haber intentado durante mucho tiempo soluciones pacíficas y negociadas. Pero la guerra era solo otro campo para la afirmación de la Guerra Fría. Mientras que Estados Unidos y Europa Occidental ayudaron más o menos encubiertamente al régimen fascista y su política colonialista, la Unión Soviética y luego China y otros países miembros del bloque soviético ayudaron a los movimientos de liberación. Esto explica el perfil político de los nuevos países africanos liberados del colonialismo portugués.

De todo esto se puede concluir que la Guerra Fría fue el gran condicionante geopolítico de la primera fase de las independencias de África. ¿Cuál será el condicionante de esta segunda fase y qué posibilidades puede ofrecer a los países africanos que la primera fase no permitió? Todo apunta a que estamos entrando en una nueva Guerra Fría, esta vez entre EEUU y sus aliados, principalmente la Unión Europea, contra China y sus aliados, principalmente Rusia. Pero como la historia no se repite, no me parece que esta nueva Guerra Fría tenga el mismo impacto que la anterior. Es que hay un hecho nuevo, los BRICS, el surgimiento de un grupo de países, demográficamente numerosos (47% de la población mundial), y económicamente poderosos (36% del PIB mundial). La polarización es ahora ideológicamente menos intensa: en lugar de capitalismo versus comunismo/socialismo, la dicotomía ahora es capitalismo multinacional con una mezcla de democracia/autocracia pro-occidental versus capitalismo de estado con una mezcla de democracia/autocracia soberanista y en algunos casos  movilizada por la idea del Sur global. Este no es un nuevo pacto de Bandung porque ahora no hay lugar para la no alineación ni para un horizonte pos-capitalista. Por otro lado, si es cierto que China y Rusia son parte de los BRICS, Rusia ya no es la Unión Soviética y ninguno de estos países tiene la autonomía para imponerse unilateralmente porque India, Brasil y Sudáfrica también forman parte de este grupo.

La asociación de países africanos que actualmente luchan por una segunda independencia está en marcha. Las relaciones que se establezcan entre estos países y los BRICS serán decisivas para determinar si la segunda independencia es la última o sólo una fase más a superar por otras que eventualmente seguirán. Para ser la última, tendrá lugar en un vasto campo de soberanías compartidas en el que las relaciones de cooperación, la ayuda mutua, los tratados horizontales y los contratos equitativos, la libre circulación de personas como solución a la migración (terminando muchas veces en la muerte en el desierto, en el mar o en alambre de púas), el compromiso con la salud colectiva y la paz justa, y del que se eliminan las viejas recetas de «ayuda al desarrollo», del extractivismo de los recursos naturales y humanos, de responsabilidad injusta por la inminente catástrofe ecológica, de transiciones ecológicas sólo para que el capitalismo pueda seguir adelante, de bases militares para proteger intereses que ya están más que protegidos. ¿Es esto posible dentro del marco del sistema capitalista, ya sea el del Norte global o el del Sur global? No creo. Si estoy en lo cierto, la segunda fase de las independencias de África será seguida por otras fases que ya no afectarán a África, sino al mundo en su conjunto.

Traducción de Bryan Vargas Reyes

Fuente: Other News.

 *++