lunes, 13 de mayo de 2013

15 M: HIERVE MADRID

El 15-M celebra su segundo cumpleaños en las calles al grito de “¡sí se puede!” 
(Madrid. Puerta del Sol domingo 12 mayo 2013)

por Kaos. 
13 de Mayo de 2013 

Los gritos, incesantes a lo largo de toda la tarde, han sido lo ya clásicos: “¡Sí se puede!” o “De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue todo lo que cueste”, junto a otros como “Los banqueros son unos bandoleros”.

El 15-M fue el que nos movilizó, el que nos sacó a la calle. Nosotros fuimos detrás, crecimos gracias a ellos. Por todo eso, el 15-M es un ejemplo para todos”. Estas palabras de una yayoflauta, la primera persona que ha tomado el micrófono en la Puerta del Sol al término de la manifestación, resumen el papel que ha tenido el movimiento a lo largo de estos dos años: el de revulsivo de unos movimientos sociales que permanecían invisibles.

Las principales ciudades del país se han vuelto a llenar de indignación. En Madrid, decenas de miles de personas, según los convocantes, han vuelto a sacar sus pancartas a la calle. Como es habitual, las marchas han partido de varios puntos de la comunidad autónoma hasta confluir en el centro de la capital, a la altura de la glorieta de Cibeles, para acabar desembocando en la Puerta del Sol.

Los gritos, incesantes a lo largo de toda la tarde, han sido lo ya clásicos: “¡Sí se puede!” o “De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue todo lo que cueste”, junto a otros como “Los banqueros son unos bandoleros”. Los carteles también expresaban unas proclamas que guardan la esencia de estos dos años, apuntando contra banqueros, políticos corruptos y recortes.

Madurez del 15-M

El movimiento, aunque en ocasiones parece haber perdido la capacidad movilizadora en citas clave, ha nutrido otros, como las plataformas contra los desahucios o las mareas contra la privatización de los servicios públicos, en especial de la sanidad y la educación, que en estos momentos son los que más intensidad demuestran.

Pese a todo, son muchos los que creen que el 15-M como tal debe continuar. “Esto cada día va a peor. Vemos casos de corrupción escandalosos y aquí nadie va a la cárcel, la justicia está totalmente a su favor”, lamenta Francisco Maroto. Este manifestante de 67 años cree que el movimiento se encuentra en forma y que hoy hay “muchas más razones que hace dos años para salir a la calle”.

Unos metros más atrás, un grupo de estudiantes avanza con camisetas verdes. A Mario Hernández, que se encuentra cursando ingeniería química, le indignan especialmente la subida de las tasas universitarias y los recortes en educación. “También vengo por solidaridad, porque es una buena oportunidad de juntarnos con otros movimientos y mostrar nuestro apoyo”, explica.

“Procesiones” que hacen reír al poder

Sin embargo, no todo han sido felicitaciones. En Sol, uno de los impulsores de la convocatoria del 25-A, que llamaba a “asediar” el Congreso a finales de abril, comparaba las marchas del 15-M con “procesiones”. “Ya está bien de manitas, ya está bien de este tipo de manifestaciones. Cuando nosotros levantamos las manos los que están en el Gobierno se ríen de nosotros. Tenemos que hacer otro tipo de protesta”, ha espetado, entre aplausos de algunos de los asistentes.

Después, los manifestantes se han dividido, según su barrio de procedencia, en diferentes plazas alrededor de Sol para evaluar las luchas y los logros de este año y las nuevas iniciativas conjuntas que les gustaría emprender. Pese a que no se han logrado cambios legislativos ni a nivel institucional, el 15-M defiende que, sin la movilización que ha habido estos dos años, los recortes habrían sido mucho peores. Sea como sea, lo cierto es que todavía son muchos los que gritan “¡Sí se puede!”.

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LA RESPONSABILIDAD DEL BANCO CENTRAL EUROPEO EN LA CREACIÓN DE DESEMPLEO


La responsabilidad del Banco Central Europeo en la creación de desempleo 

Viçen Navarro/el plural.com
12/05/2013

El contraste entre el comportamiento del Banco Central estadounidense (el Federal Reserve Board, FRB) en EEUU y el Banco Central Europeo (BCE) en la Eurozona es enorme. El Sr. Draghi y el BCE que preside, consideran que la labor más importante a realizar es la de garantizar una baja inflación y lo están consiguiendo. La inflación ha ido bajando y bajando en la Eurozona, alcanzando en el último trimestre el promedio del 1,7%, por debajo incluso de lo permitido en tal comunidad monetaria. 

Pero las políticas públicas (tales como la política de recortes de gasto público y las reformas laborales orientadas a facilitar el despido y la reducción de los salarios) que el BCE está activa y agresivamente promoviendo en la Eurozona, con las cuales consigue esta baja inflación, están causando una enorme recesión (la Eurozona está prácticamente en recesión desde 2011) y una tasa de desempleo nunca antes vista desde la II Guerra Mundial (un 12% como promedio). En España esta cifra ha batido un récord. Es, después de Grecia, la tasa de desempleo más elevada. Esta situación está afectando muy negativamente al bienestar y calidad de vida de la población, no solo de la desempleada, sino también de la empleada, pues aumenta la inseguridad y el temor (algunos pueden llamarlo el terror) entre la población. La gran mayoría de la población tiene miedo a perder su puesto de trabajo, habiéndose creado una cultura de inseguridad y falta de protección social.

Las recientes y crecientes manifestaciones populares en contra de estas políticas, así como su clara ineficacia para salir de la crisis, están forzando a que se reconozca cada vez más lo que ahora se llama “la insuficiencia de las políticas de austeridad”. E incluso el Sr. Draghi ha indicado recientemente que es necesario desarrollar “políticas de estímulo económico”, reanimando a la demanda doméstica para que pueda estimular la economía. Que este señor reconozca esta obviedad es semejante a que el Papa reconociera que el uso de preservativos es bueno para prevenir el SIDA (cosa que, por cierto, el Vaticano nunca ha admitido). 

Pero no hay lugar para ninguna posibilidad de optimismo, pues lo que el Sr. Draghi define como estímulo es la versión neoliberal de lo que quiere decir estímulo. Para él, el estímulo es, por ejemplo, continuar y profundizar más en la desregulación de los mercados de trabajo que, en lenguaje llano, quiere decir –tal como acentuaba antes- facilitar el despido del trabajador y bajar salarios, con lo cual la demanda (que el Sr. Draghi considera que hay que reavivar) disminuye todavía más.

El BCE no es incompetente 

Estas contradicciones e incoherencias pueden dar la impresión de que el BCE y su equipo dirigente son incompetentes. No descarto que haya bastante incompetencia en el BCE y sobre todo en el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuyas predicciones económicas son conocidas por su escasa credibilidad. Pero el mayor problema del BCE no es que sea incompetente. 

Tampoco es cierta la evaluación moral que predomina en algunos sectores progresistas que consideran que el BCE “miente”. Esta acusación parece desconocer que como condición para que una persona mienta es necesario que primero conozca la verdad y lo que es más que preocupante es que no conocen la verdad. Mentir es decir algo que se conoce que no es verdadero. Y por mucho que extrañe, el establishment financiero (desde el BCE al Banco de España) se creen lo que dicen y proponen. Su ideología, el neoliberalismo, es como una religión. Se basa en dogmas. Y tanto el BCE como la dirección política del Banco de España (sus gobernadores) se creen que la mejor manera de estimular la economía y crear empleo es facilitando su destrucción, atribuyendo el elevado desempleo a una supuesta dificultad que tiene el mundo empresarial para despedir a los trabajadores, a pesar de que la evidencia científica lo niega y muestra, precisamente, lo contrario.

Esta observación es relevante a raíz del gran debate sobre el comportamiento del BCE, centrándose en la sabiduría (o falta de ella) de las políticas públicas promovidas por dicha institución. En este debate se ignora el contexto político que condiciona y determina sus políticas. Y como he estado diciendo durante muchos años, el BCE no es un Banco Central, sino un lobby de la banca. Y ahí está la explicación. El BCE defiende única y exclusivamente los intereses de la banca, a costa de todos los otros intereses. Y asume que los intereses particulares de la banca son los intereses generales de la población y de la economía. Y lo está haciendo exitosamente. La inflación es del 1,7%, como consecuencia, en parte, de que el desempleo haya alcanzado unos niveles enormemente perjudiciales para la población (y para la economía). De ahí que el BCE no compre deuda pública (y en cambio preste dinero a los bancos privados para que la compren a unos intereses exuberantes), mientas que el FRB lo hace constantemente, siendo los intereses de los bonos públicos federales más bajos que los existentes en la Eurozona (que a su vez se caracterizan por una enorme y abusiva diversidad y desigualdad, que perjudica a los países periféricos a costa de beneficiar a los países centrales, y muy en especial a los bonos públicos de Alemania, centro del capital financiero de la Eurozona. Una variabilidad tan acentuada no existe en EEUU).

El Sr. Draghi –como también el establishment financiero- se cree (a pesar de la enorme evidencia en contra) que sus políticas son las mejores para todos, y no solo para la banca. El gran mérito de una religión, que por definición está basada en dogmas, es que, además de ser impermeable a la evidencia científica, mantiene la fe de sus promotores y garantiza la protección de los intereses económicos y financieros que la apoyan y promueven. España es un ejemplo de ello. Es extraordinario observar lo que está ocurriendo en nuestro país. El establishment financiero, económico, político y mediático no ha variado ni un centímetro de las políticas neoliberales que nos están creando tanto dolor, a pesar de que la evidencia de su insuficiencia es robusta y abrumadora. Este es el impacto de que una doctrina económica se convierta en una religión.

El capital financiero y su desregulación fueron responsables de la enorme crisis financiera, facilitada por el BCE y el Banco de España, que pusieron como objetivo primordial de sus intervenciones defender la viabilidad y sostenibilidad de las instituciones financieras que precisamente habían causado la crisis. El capital financiero alemán, entre otros, alimentó la burbuja inmobiliaria española, la cual, al explotar, creó el enorme incremento del desempleo. Pero el continuo crecimiento del desempleo desde 2007 ya no puede atribuirse a la destrucción del empleo en el sector inmobiliario y al de la construcción (así como otros sectores afines) sino a las medidas apoyadas por el BCE y por el Banco de España, en sus imposiciones de destruir empleo, a través de las reformas laborales y reducción del gasto y empleo público. A la destrucción de empleo, causada por la explotación de la burbuja inmobiliaria (responsabilidad del capital financiero, supuestamente supervisado por el BCE y el Banco de España) ahora se añade la destrucción de empleo, consecuencia de las políticas impuestas por el mismísimo capital financiero (supervisado por los mismos BCE y Banco de España) que están destruyendo empleo. Nunca antes unas instituciones habían hecho tanto daño en tan poco tiempo. Y todo ello permitido por las instituciones políticas llamadas democráticas. No es sorprendente que la credibilidad y legitimidad de estas últimas estén tan cuestionadas. En realidad, nunca antes la mayoría de la población había sentido (en la gran mayoría de países de la Eurozona) tanto desafecto hacia tales instituciones, percibidas como meros instrumentos de aquellas instituciones financieras, supervisadas por el BCE y (en España) por el Banco de España. Así de claro. 

Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University 

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PUBLICADO EN CRONICA DE ARAGON


Andalucía: un ejemplo de la actuación bancaria chantajista y especuladora 
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En la esquina de las calles San Juan Bautista y Pablo Parellada, en el Barrio de La Paz de Zaragoza, hay dos bloques de viviendas, en total, 34, que fueron construidas a principios de los años 70 del siglo pasado, por la Cooperativa de Viviendas “El Camino”.

Aquellas viviendas fueron ocupadas por 34 familias de trabajadores con el sueldo correspondiente de la época (que como en esta, no era para tirar cohetes) que ni soñando podrían haber comprado un piso en aquellas fechas de no haber existido aquella Cooperativa.

Para la compra del piso no se dio ninguna entrada ni a la entrega de llaves se pagó cantidad alguna, ni nadie cobró el 10% por administración y gastos de gestiones como ha venido siendo habitual en otras “Cooperativas” de viviendas, es decir, que nadie ganó dinero con aquellas viviendas, salvo el constructor que no era cooperativista, Daniel Villarroya, que ganaría lo que fuera normal en un constructor, y el que esto escribe que no pasarían de 1.500 pesetas (salario de tres meses, 500 pesetas al mes). Y como consecuencia de que nadie ganó nada, o sea, que no se especuló o que no se subieron los preciso de las mismas artificiosamente para enriquecer a nadie, los trabajadores en cuestión pudieron tener su vivienda.

El terreno se compró con un préstamo de la entonces Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja (hoy Ibercaja), avalado por unas personas con patrimonio que llevados por sus creencias cristianas y compromiso social adquirido accedieron al favor que les solicitamos los cooperativistas, y las obras se financiaron con la subvención de 30.000 pesetas por vivienda que daba el Instituto Nacional de la Vivienda; con el 70% del costo de la obra que obligatoriamente prestaba el Banco de Crédito a la Construcción a todo promotor de obras sin excepción (y que se cargó Felipe González para entregarlo a la banca privada –ni que decir tiene que con aquel Banco y con otros se podían hacer y se hacían trampichuelas, dado que todo esto se refiere al periodo tardo-franquista–); y con las cuotas mensuales que pagaban los cooperativistas (en julio y diciembre, aprovechando las respectivas pagas extras, se pagaba el doble) que era de 250 pesetas. Terminadas las obras y entregados los pisos por sorteo (el sorteo se realizó en el hoy desaparecido cine del Barrio de la Paz, donde una vez cantó el cantautor andaluz, Manuel Gerena) en una caja de Farias vacía, papeletas con nombres de pisos y en otra, papeletas con nombres de socios, de cuyas cajas se fueron extrayendo las respectivas papeletas y adjudicándose los correspondientes pisos.

Adjudicados los pisos, cada socio se subrogó en la correspondiente hipoteca sin que se diera ningún caso de impago.

Se menciona este hecho real como ejemplo de que la vivienda no tiene que ser necesariamente un bien para ser utilizado estrictamente como valor de cambio para la especulación, con el único fin de enriquecer a unos pocos tan solo porque ocupan un determinado lugar en la sociedad, a costa de la necesidad y de trabajo de los demás, sino como un bien de uso que debe ser utilizado para el fin que se creó: vivienda.

Y también se menciona como justificación moral y ética, más allá de cualquier planteamiento político o ideológico, de la expropiación de viviendas (que de ningún modo es el caso del Gobierno andaluz) cuando éstas están construidas en cientos de miles con el único propósito de enriquecer a sus promotores (los cuales poco o ningún dinero particular han utilizado para su financiación) en tanto que otros cientos de miles de personas no tienen vivienda, y además, se echa de sus viviendas por falta de pago a quienes las habían comprado (en condiciones crediticias abusivas en muchos casos) cuando tenían trabajo, y que de pronto se ven en el paro, en cuyo paro tienen gran parte de culpa precisamente quienes instan los desahucios: la banca y las grandes inmobiliarias ligadas de una u otra forma a esa misma banca.

(continuará…) 

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