domingo, 6 de enero de 2008

CHAVEZ Y LA COMUNICACION (1/3)

No puedo decir que conozca la realidad venezolana. El único contacto y relación directa que tengo con Venezuela, me llega a través de mi amigo Roberto, Observador Internacional, que cada vez que va y vuelve, me da sus impresiones acerca de lo que ve sobre el terreno.
Lo más directo, pues, que me llega de Venezuela es la vía indirecta que ya he dicho, a la que añado, lo que dice el Diario El País, que bien podría pasar por una de las mejores publicaciones de España, si acaso no fuera la mejor.
De la lectura de El País el trigo limpio que saco es: lo mucho que les huele el aliento al grupo capitalista que lo posee y los inmensos deseos que tiene para que fracase la política del Gobierno de Chávez, lo que hace de forma subrepticia, indirectamente, pero muy bien previsto y calculado, para que cale de verdad en la opinión pública, y forme parte así de su acerbo de creencias personales.
Si es necesario criticar con cuanta dureza y rigor se pueda a los denominados grandes medios de comunicación, entre los cuales figura El País, por su contribución a la deformación de la realidad que hacen en función de sus intereses particulares y contrarios a los de la inmensa mayoría de la sociedad, mucho más hay que hacerlo con el Gobierno de Hugo Chávez, por lo que tiene de Socialista, pero no para hacer descarrilar su política, como pretende la derecha económica, sino, precisamente, para no proporcionarle a ésta ningún argumento político que pueda argüir en su contra.
A la derecha económica con mantener el actual estado de mentiras e hipocresías reinantes le basta para conseguir sus propósitos, a la izquierda no.
La izquierda, por una parte, tiene que desmontar las mentiras de la derecha, lógicamente, muy arraigadas en la sociedad (en la gente que se declara, o nos declaramos, de izquierdas también) y, por otra, crear un lenguaje nuevo que pueda originar el principio de un actitud nueva ante la vida.
Con la ideología de derechas, se diga lo que se diga, no pueden realizar más que actos que estén a tono con esa ideología, como norma general de comportamiento.
Por estás razones se tiene que estar más atento al error propio que al de la derecha, y por ello, hay que mirar con lupa lo que haga o deje de hacer el gobierno de Chávez, para ver si aleja o acerca al Socialismo que se predica, para ver si lo que se hace, no lo que se dice, tiene reflejo inmediato en la realidad, no en el plano de las palabras, porque el Socialismo, si no tiene concreción práctica, lo podemos considerar una frase más o menos bella, pero sin pies ni cabeza, o lo que es lo mismo, equivale a dar carta de naturaleza a la derecha económica, que es lo que han hecho los distintos gobiernos del PSOE en España.
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