domingo, 22 de enero de 2023

¿Por qué Alemania no quiere enviar a Ucrania sus carros de combate Leopard y la OTAN se pone nerviosa?

 

¿Por qué Alemania no quiere enviar a Ucrania sus carros de combate Leopard y la OTAN se pone nerviosa?

 

INSURGENTE / 21 enero 2023



La dependencia energética de Alemania para con Rusia, el descontento popular de trabajadores, pero también de empresarios, con la política de sumisión a EE.UU y la OTAN que viene realizando el ejecutivo germano, ha tocado esta semana un tema crucial: sus tanques Leopard. Un arma de guerra especialmente destructora y que su envío al ejército nazi-ucraniano se cuestiona desde la propia Alemania pese a las peticiones de países de la OTAN y del propio Zelenski. Ahora bien, porqué se niegan una y otra vez (hasta el momento) a enviar los Leopard. Las causas son varias:

Alemania, sus agentes sociales y la población que sigue manifestándose contra la OTAN y la guerra, quiere terminar cuanto antes con el conflicto. Le va en ellos su economía (la energética incluida) y la supervivencia del establishment político en buena medida (forzadamente) subyugado a EE.UU.

Alemania percibe -y con razón- que su envío puede ser leído como una involución en el escenario de guerra.  Por eso Berlín no quiere que solamente se envíen sus tanques: puede autorizarlo pero… si Estados Unidos envía también sus propios tanques, los M1 Abrams. La Administración americana excusa diciendo que los M1 Abrams son más caros, más complejos y difíciles de utilizaren el campo de batalla por los ucranianos.

El uso de los famosos Leopard trae consigo una gran preparación previa, se habla de muchas semanas y ese tiempo para Zelenski es mucho, esto ha generado la petición de que, en vez de trasladar militares ucranianos a Alemania, sea al revés, que vaya la tropa alemana a Ucrania. Algo que por conocidas razones históricas, Alemania siempre ha eludido, más que un precedente sería abrir una puerta hasta ahora cerrada y con muchas llaves.

Hay países occidentales que tienen los tanques Leopard pero no los pueden enviar a Ucrania porque eso necesita del visto bueno del fabricante alemán. El gobierno de extrema derecha de Polonia está decidido a enviar estos tanques a la guerra sin el consentimiento de los alemanes, pero  los germanos tendrían derecho a demandarles y solicitar cuantiosas cifras económicas.

La Cumbre de Aliados de Ucrania se desarrolló en una Base militar de EE,UU en Alemania y se aprobó otra partida económica gigantesca que tiene una buena parte de crédito y préstamos que, algún día, Ucrania tendrá que devolver (en dinero o especies).

TANQUE LEOPARD

Se trata de un carro de combate de 62 toneladas, de 9,67 metros de longitud y 3,75 metros de altura. En ellos caben hasta 4 personas, puede alcanzar una velocidad máxima de 70 kilómetros hora (km/h) y tiene autonomía para 340 kilómetros. En cuanto al armamento, el ‘Leopard’ tiene un cañón de 120 mm y 2 ametralladoras de 7,62 mm. Además de una munición de 42 disparos.

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Cuando el pueblo ya no tenga qué comer, se comerá a los ricos

 

Cuando el pueblo ya no tenga qué comer, se comerá a los ricos

 

Por Vijay Prashad

Rebelion

 | 21/01/2023 |

 

Fuentes: Instituto Tricontinental de Investigación Social [Imagen: Maruja Mallo (España), La Verbena, 1927]


El 8 de enero, grandes multitudes vestidas con los colores de la bandera brasileña descendieron sobre la capital del país, Brasilia. Invadieron edificios federales, entre ellos el Congreso, el Tribunal Supremo y el palacio presidencial, y vandalizaron bienes públicos. El ataque, llevado a cabo por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, no fue una sorpresa, ya que los golpistas llevaban días planeando “manifestaciones de fin de semana” en las redes sociales. Cuando Luiz Inácio Lula da Silva (conocido como Lula) fue formalmente investido como nuevo presidente de Brasil una semana antes, el 1 de enero, no hubo tal tumulto; parece que los vándalos esperaban a que la ciudad estuviera tranquila y Lula fuera de la ciudad. A pesar de todas sus fanfarronadas, el ataque fue un acto de extrema cobardía.

Mientras tanto, el derrotado Bolsonaro no estaba siquiera cerca de Brasilia. Huyó de Brasil antes de la investidura —presumiblemente para escapar de la persecución— buscando refugio en Orlando, Florida (Estados Unidos). Aunque Bolsonaro no estaba en Brasilia, las y los bolsonaristas, como se conoce a sus partidarios, dejaron su huella por toda la ciudad. Incluso antes de que Bolsonaro perdiera las elecciones frente a Lula el pasado octubre, Le Monde Diplomatique Brasil sugirió que el país iba a experimentar un “bolsonarismo sin Bolsonaro». Esta predicción se ve respaldada por el hecho de que el Partido Liberal, de extrema derecha, que sirvió de vehículo político a Bolsonaro durante su presidencia, detenta las mayores bancadas tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado del país, mientras que la influencia tóxica de la derecha persiste tanto en los órganos electos de Brasil como en el clima político, especialmente en las redes sociales.

Mayo (Egipto), Un soir à Cannes [Una tarde en Cannes], 1948.


Los dos hombres responsables de la seguridad pública en Brasilia —Anderson Torres (secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal) e Ibaneis Rocha (gobernador del Distrito Federal)— son cercanos a Bolsonaro. Torres fue ministro de Justicia y Seguridad Pública en el gobierno de Bolsonaro, mientras que Rocha apoyó formalmente su candidatura. Mientras los bolsonaristas preparaban su asalto a la capital, ambos hombres parecían haber abdicado de sus responsabilidades: Torres estaba de vacaciones en Orlando, mientras que Rocha se tomó la tarde libre el último día laborable antes de la intentona golpista. Por esta complicidad en la violencia, Torres fue destituido de su cargo y enfrenta cargos, mientras que Rocha está suspendido. El gobierno federal se hizo cargo de la seguridad y ha detenido a más de mil de estos “nazis fanáticos”, como los llamó Lula. Hay buenas razones para afirmar que estos “nazis fanáticos” no merecen una amnistía.

Las consignas y los carteles que invadieron Brasilia el 8 de enero eran menos sobre Bolsonaro y más sobre el odio de los golpistas hacia Lula y el potencial de su gobierno popular. Este sentimiento lo comparten grandes sectores empresariales —principalmente el agronegocio— que están furiosos con las reformas propuestas por Lula. El ataque fue, en parte, el resultado de la frustración acumulada por personas a las que las campañas de desinformación intencionadas y el uso del sistema judicial para desbancar al Partido de los Trabajadores (PT), el partido de Lula, han llevado a creer que Lula es un delincuente, aunque los tribunales hayan dictaminado que esto es falso. También fue una advertencia de las élites brasileñas. La naturaleza desordenada del ataque contra Brasilia se asemeja al ataque del 6 de enero de 2021 contra el Capitolio de Estados Unidos por parte de partidarios del expresidente estadounidense Donald Trump. En ambos casos, las ilusiones de la extrema derecha, ya sea sobre los peligros del “socialismo” del presidente estadounidense Joe Biden o del “comunismo” de Lula, simbolizan la oposición hostil de las élites al más leve retroceso de la austeridad neoliberal.

Kartick Chandra Pyne (India), Workers [Trabajadores], 1965.


Los ataques a las sedes gubernamentales en Estados Unidos (2021) y Brasil (2023), así como el reciente golpe de Estado en Perú (2022), no son eventos azarosos; debajo de ellos hay un patrón que requiere ser examinado. En el Instituto Tricontinental de Investigación Social nos hemos dedicado a este estudio desde nuestra fundación hace cinco años. En nuestra primera publicación, En las ruinas del presente (marzo de 2018), ofrecimos un análisis preliminar de este patrón, que desarrollaré más adelante.

Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991 y el marchitamiento del proyecto del Tercer Mundo como consecuencia de la crisis de la deuda, se impuso el programa de globalización neoliberal impulsado por Estados Unidos. Este programa se caracterizó por la retirada del Estado de la regulación del capital y por la erosión de las políticas de bienestar social. El marco neoliberal tuvo dos consecuencias principales: en primer lugar, un rápido aumento de la desigualdad social, con el crecimiento de los multimillonarios en un extremo y el crecimiento de la pobreza en el otro, junto con una exacerbación de la desigualdad en el eje Norte-Sur; y en segundo lugar, la consolidación de una fuerza política “centrista” que pretendía que la historia, y por lo tanto la política, habían terminado, quedando solo la administración (que en Brasil se denomina bien centrão, o “centro”). La mayoría de los países del mundo fueron víctimas tanto de la agenda de austeridad neoliberal como de esta ideología del “fin de la política”, que se hizo cada vez más antidemocrática, abogando por que los tecnócratas estuvieran al mando. Sin embargo, estas políticas de austeridad, que afectan de lleno a la humanidad, crearon su propia nueva política en las calles, una tendencia que fue presagiada por los “disturbios del FMI” y los “disturbios del pan” de la década de 1980 y que más tarde se fusionó en las protestas “antiglobalización”. La agenda de la globalización impulsada por Estados Unidos produjo nuevas contradicciones que desmentían el argumento de que la política había llegado a su fin.

La Gran Recesión que se inició con la crisis financiera mundial de 2007-2008 invalidó cada vez más las credenciales políticas de los “centristas” que habían gestionado el régimen de austeridad. El Informe sobre la Desigualdad en el Mundo 2022 es una acusación contra el legado del neoliberalismo. Hoy en día, la desigualdad de la riqueza es tan grave como en los primeros años del siglo XX: en promedio, la mitad más pobre de la población mundial posee solo 4.100 dólares por adulto (en paridad de poder adquisitivo), mientras que el 10 por ciento más rico posee 771.300 dólares, aproximadamente 190 veces más riqueza. La desigualdad de ingresos es igualmente dura: el 10% más rico absorbe el 52% de los ingresos mundiales, mientras que el 50% más pobre sólo dispone del 8,5%. La situación empeora si nos fijamos en los ultrarricos. Entre 1995 y 2021, la riqueza del 1% más rico creció astronómicamente, acaparando el 38% de la riqueza mundial, mientras que el 50% más pobre solo «alcanzó un aterrador 2%», escriben los autores del informe. Durante el mismo periodo, la proporción de la riqueza mundial en manos del 0,1% más rico pasó del 7% al 11%. Esta riqueza obscena —que en gran medida no paga impuestos— proporciona a esta pequeña fracción de la población mundial un poder desproporcionado sobre la vida política y la información, y reduce cada vez más la capacidad de supervivencia de los sectores pobres.

El informe Perspectivas Económicas Mundiales del Banco Mundial (enero de 2023) prevé que, a finales de 2024, el producto interno bruto (PIB) de 92 de los países más pobres del mundo será un 6% inferior al nivel previsto en vísperas de la pandemia. Entre 2020 y 2024, se prevé que estos países sufran una pérdida acumulada de PIB equivalente aproximadamente al 30% de su PIB de 2019. A medida que los bancos centrales de los países más ricos endurecen sus políticas monetarias, se agota el capital para inversiones en las naciones más pobres y aumenta el costo de las deudas ya contraídas. La deuda total de estos países más pobres, señala el Banco Mundial, “es la más alta de los últimos 50 años”. Aproximadamente uno de cada cinco de estos países está “efectivamente bloqueado en los mercados mundiales de deuda”, frente a uno de cada quince en 2019. Todos estos países —excepto China— “sufrieron una contracción de la inversión especialmente aguda, de más del 8%” durante la pandemia, “un descenso más profundo que en 2009”, en plena Gran Recesión. El informe estima que la inversión agregada en estos países será en 2024 un 8% inferior a la prevista en 2020. Ante esta realidad, el Banco Mundial ofrece el siguiente pronóstico: “La lentitud de la inversión debilita la tasa de crecimiento de la producción potencial, reduciendo la capacidad de las economías para aumentar los ingresos medios, promover la prosperidad compartida y reembolsar las deudas”. En otras palabras, las naciones más pobres se hundirán más profundamente en una crisis de la deuda y caerán en una condición permanente de crisis social.

El Banco Mundial ha dado la voz de alarma, pero las fuerzas del “centrismo” —en deuda con la clase multimillonaria y la política de austeridad— simplemente se niegan a apartarse de la catástrofe neoliberal. Si un líder de centroizquierda o de izquierda intenta sacar a su país de la persistente desigualdad social y de la polarizada distribución de la riqueza, se enfrenta a la ira no solo de los «centristas», sino también de los ricos tenedores de bonos del Norte, del Fondo Monetario Internacional y de los Estados occidentales.

Después de que Pedro Castillo ganara la presidencia de Perú en julio de 2021, no se le permitió practicar ni siquiera una forma escandinava de socialdemocracia; las maquinaciones golpistas contra él comenzaron antes de que tomara posesión. Las políticas civilizadas que acabarían con el hambre y el analfabetismo simplemente no están permitidas por la clase multimillonaria, que gasta enormes cantidades de dinero en think tanks y medios de comunicación para socavar cualquier proyecto de decencia y financiar a las peligrosas fuerzas de la extrema derecha, que desplazan la culpa del caos social de los ultra-ricos libres de impuestos y del sistema capitalista hacia los pobres y marginados.

La insurrección delirante de Brasilia surgió de la misma dinámica que produjo el golpe de Estado en Perú: un proceso en el que las fuerzas políticas “centristas” son financiadas y llevadas al poder en el Sur Global para garantizar que sus propios ciudadanos permanezcan al final de la cola, mientras que los ricos tenedores de bonos libres de impuestos del Norte Global permanecen al frente.

Ivan Sagita (Indonesia), A Dish for Life [Un plato de por vida], 2014.


En las barricadas de París, el 14 de octubre de 1793, Pierre Gaspard Chaumette, presidente de la Comuna de París que cayó él mismo en la guillotina a la que envió a muchos otros, citó estas bellas palabras de Jean-Jacques Rousseau: “Cuando el pueblo ya no tenga qué comer, se comerá a los ricos”.

Fuente: https://thetricontinental.org/es/newsletterissue/brasilia-ataque-ultraderecha/

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Pronóstico 2023: caída inminente. [Amodorrao, dícese del que lleva una modorra encima como un piano de grande. Ya, ya, ¿pero qué es la modorra? Oiga, que me sé yo que es la modorra, o es que se han pensado que yo soy un diccionario. Pues, ni mijita, señor mío, yo no soy un diccionario ni sé que es la modorra, ¿y qué pasa? Pero eso sí, el des amorrador que nos quite la modorra que llevamos a cuestas los trabajadores, buen des amorrador será. Y a lo que vengo yo, que eso es a lo que vengo: des amorrado el trabajador ( y yo el primero, para qué nos vamos a engañar), pues que como quien no quiere la cosa, se le pasa en primer lugar las frustraciones personales y la sensación de impotencia que lleva por dentro que le carcome los higadillos y parte de la suela de los zapatos; a continuación se le van los miedos y, sin llegar a creerse que es Superman, se dice: ay, que joder, si aquí el bueno de la película soy yo. Y es más, se añade: pero si aquí el que trabaja más que Pepe el hijoputa, soy yo. Y, se vuelve a añadir: pero si la chispa de la vida no es la coca cola, sino el trabajo, ¡anda la osa!, qué cosas tiene esto del des modorre. Pero aquí no acaba el asunto, porque precisamente aquí es donde todo comienza, puesto que una vez tomada conciencia, o sea, adquirido conocimiento claro de sí mismo y del papel que representa en la vida, tanto personal como social y políticamente, empieza a decirse: coño, pues esto lo tengo yo que hablar con mi vecino y con mi compañero de trabajo para ver como se roe el hueso este de los canterburianos y canterburianas de la política, del armamento y del jardín floreado sin flores de Europa que nos están llevando a la hecatombe. Y ya luego es cuando viene que los trabajadores se empiezan a organizar de forma efectiva para resolver problemas concretos de sitios concretos de gentes concretas y así sigue y sigue y sigue. Y ya después viene más y más y más]

 

Hay consenso entre los “pronosticadores” de que economía mundial tendrá una fuerte caída del PIB real y muchas economías importantes este año entrarán en recesión. Esto puede acarrear terribles consecuencias para el nivel de vida de muchísima gente.


Pronóstico 2023: caída inminente

 

Michael Roberts

El Viejo Topo

22 enero, 2023 

 


Al final de cada año, intento hacer un pronóstico de lo que sucederá en la economía mundial el siguiente año. Por supuesto, los pronósticos tienen en errores dadas las muchas variables involucradas que mueven a las economías. Pese a que los pronósticos meteorológicos son difíciles de hacer y los meteorólogos se ocupan de eventos físicos y no de acciones humanas ( al menos no directamente) hoy en día las previsiones con hasta tres días de antelación son bastante precisas. embargo. Incluso los pronósticos del cambio climático a más largo plazo se han visto confirmadas en las últimas décadas. Entonces, si consideramos que la economía es una ciencia (aunque una ciencia social), hacer predicciones es parte de probar teorías y evidencias, esta vez en el campo de la economía.

¿Cómo resultaron las predicciones que hice el año pasado para 2022?   

En 202, se esperaba que la economía mundial creciera alrededor del 3,5 a 4,0% y esto era una desaceleración significativa en comparación con 2021 (un 25% menos en ese índice). En realidad, 2022 parece ser peor que aquel pronóstico de consenso, habrá solo un crecimiento de un 3.2%.

Se esperaba que las economías capitalistas avanzadas crecieran cerca del 4%; ahora parece que estas economías sólo lograrán el 2,4%. Se esperaba que las llamadas economías emergentes lograran un aumento promedio del 4% –fue una aproximación demasiado optimista– el resultado más probable es de 3,7%. Como resultado, a las principales economías les fue mucho peor que en 2021, y peor que las previsiones de consenso. De hecho, la caída del crecimiento en 2022 en comparación con 2021 fue una de las más profundas registradas.

Mi propio pronóstico de crecimiento del PIB real para 2022 también fue demasiado alto. Pero, al menos reconocí la razones del por qué hubo tal retroceso económico. Sostuve que el gasto fiscal de los gobiernos y las enormes inyecciones de dinero crediticio por parte de los bancos centrales, se dio por terminado ante la fiebre del consumo acumulado ocurrido después de la pandemia.

Como sabemos, a mediados de 2022, los bancos centrales al aumentar las tasas de interés agrandaron drásticamente el costo de los préstamos para consumidores y empresas. Pasaron bruscamente de la flexibilización monetaria (QE) al endurecimiento crediticio (QT). La transición fue rápida y pronunciada debido al rápido aumento de la inflación de bienes, servicios y materias primas a nivel mundial.

He discutido las razones del pico inflacionario y la reacción de los bancos centrales en muchas publicaciones. Las economías débiles de baja productividad, los bloqueos de la cadena de suministro global por el COVID y la crisis energética, potenciada por el conflicto entre Rusia y Ucrania, fueron los impulsores de la inflación, no lo ha sido ni una ‘demanda excesiva’, como argumentaron los keynesianos; ni demasiado ‘dinero barato’, como argumentaban los monetaristas. Como resultado, los bancos centrales han sido impotentes para detener la inflación, pero han destruido ingresos, elevado los costos de la deuda e intensificado así la probabilidad de una caída total en las principales economías en 2023.

De hecho, el año pasado se esperaba que llegara una crisis de deuda global: “Tal era el tamaño de la deuda corporativa y la gran cantidad de las llamadas empresas zombis que estas ni siquiera estaban obteniendo suficientes ganancias para cubrir el servicio de sus deudas y podría producirse un colapso financiero”( a pesar de tasas de interés muy bajas en ese momento).

Eso no ha sucedido todavía en las economías capitalistas avanzadas, en parte debido a que la inflación ha reducido la carga ‘real’ de los costos del endeudamiento. La relación deuda/PIB global alcanzará el 352 % para fines de 2022, según el último Monitor de Deuda Global del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) con sede en Washington. Eso incluye la deuda del sector financiero, generalmente adeudada dentro del sector. Exceptuando este dato, la deuda global supera el 250% del PIB mundial según el BIS.

Pero, como pronostiqué, las llamadas economías emergentes se enfrentan a una gran crisis crediticia, con impagos de deuda que ya están ocurriendo en Sri Lanka, Zambia, Ghana y en países como Egipto y Pakistán, que están al borde de la insolvencia. El dólar, muy fuerte en 2022, ha hecho que el servicio de la deuda en dólares para muchos de los países pobres sea prácticamente imposible de pagar.

Según el BIS, hay unos 65 billones de dólares de deuda en dólares de entidades no bancarias en economías emergentes. Alrededor de la mitad de las economías de bajos ingresos (LIEs) ahora están en peligro de incumplimiento de pago. La deuda de los ‘mercados emergentes’ con respecto al PIB ha aumentado del 40 % al 60 %. Hay poco margen para aumentar el gasto público y aliviar el golpe.

Según un informe del Banco Mundial este año se espera que los países más pobres del mundo paguen un 35% más en intereses para cubrir los costos adicionales provocados por la pandemia y el aumento en el precio de las importaciones de alimentos.

América Latina enfrenta una ‘crisis prolongada’ tras la pandemia del COVID. Un informe de la ONU advierte que casi el 45 por ciento de los jóvenes de América Latina y el Caribe viven por debajo del nivel de pobreza. El informe de la CEPAL encontró que 56,5 millones de personas en la región se vieron afectadas por el hambre. Se estima que el 45,4 por ciento de las personas de 18 años o menos en América Latina viven en la pobreza. Comparemos este drama con las enormes ganancias obtenidas por los productores de energía en 2022. Las ganancias de las siete empresas petroleras más grandes se dispararon a casi $ 175 mil millones.

Dije en mi pronóstico que “este el 2022 podría ser el de un colapso financiero o al menos el de una corrección severa en el mercado de valores y en el precio de los bonos, en la medida que aumentaran las tasas de interés, lo que eventualmente llevaría a un sector de empresas zombis a la bancarrota”.  Bueno, todavía no se ha producido el colapso ni las quiebras, pero hemos tenido una severa corrección en los mercados financieros. Los mercados de acciones y bonos de las principales economías se han desplomado en línea con la fuerte reducción del crecimiento y el aumento de las tasas de interés.

Hubo dos bajas notables por el endurecimiento del crédito y la liquidez: la muerte de las criptomonedas, y la fuerte caída de las acciones de los “dioses” de la especulación «tecnológica» como Tesla y Meta. 2022 ha sido el año de la criptocatástrofe. Más de $ 2 billones en valor teórico se han desvanecido en el aire a medida que la capitalización total del mercado de tokens criptográficos se ha desplomado un 70 por ciento desde su punto máximo en noviembre de 2021.

La locura de las criptomonedas tipo Ponzi ha quedado al descubierto. Su desastre comenzó con el escándalo de Tether y terminó con el arresto, con cargos criminales, de Sam Bankman-Fried, el jefe supremo del imperio FTX. La especulación es inherente al capitalismo, pero aumenta, como otras actividades financieras, en épocas de malestar económico y crisis, es decir, cuando cae la rentabilidad en los sectores productivos y el capital emigra a sectores improductivos y financieros donde la tasa de ganancia es mayor. Esta es la razón del surgimiento y del auge del criptomercado.  Lo que ahora muestra la caída de este mercado es lo que sucede cuando los inversores comienzan a esperar una caída en las ganancias debido a una desaceleración inminente e incluso una recesión en la economía ‘real’.

Y luego está Tesla y su cabeza monstruosa, Elon Musk. El aumento del precio de las acciones de este aparentemente líder mundial en autos eléctricos convirtió a Musk en el multimillonario más rico del mundo. Pero su tensa compra de Twitter y la importante caída en la producción y ventas de Tesla han destruido casi la mitad de su riqueza sobre el papel. Tesla valía 1,2 billones de dólares en capitalización de mercado a principios de 2002, ahora el valor de Tesla ha caído a 400.000 millones de dólares, una caída equivalente a la capitalización de mercado de más de 80 de las empresas del índice S&P 500.

En mi pronóstico para 2022, calculé que “es probable que las altas tasas de inflación actuales sean ‘transitorias’ porque durante 2022 el crecimiento de la producción, la inversión y la productividad probablemente comenzará a retroceder a tasas de una ‘larga depresión’. Eso puede significar que la inflación también disminuirá, aunque seguirá siendo más alta que antes de la pandemia”.  Esto fue escrito antes de que realmente comenzara la crisis energética y comenzara el conflicto en Ucrania. Por lo tanto, las tasas de inflación no disminuyeron en 2022 y, por el contrario, continuaron aumentando hasta alcanzar niveles máximos en noviembre.

Pero las tasas generales de inflación ahora están comenzando a caer, a medida que disminuye el precio de la energía y los alimentos (aunque se mantienen en máximos históricos). Habiendo alcanzado más del 7 % como promedio en 2022, la inflación mundial podría reducirse a menos del 5 % en 2023, si bien aún es mucho más alta que el promedio del 3 % en la década de 2010. En ese sentido, la alta inflación resultará ‘transitoria’ en 2023 (pero, más alta que antes de la pandemia), aunque solo sea porque la economía mundial se dirige a una nueva recesión sólo tres años después de la recesión pandémica, que fue la más profunda en la historia del capitalismo (¡unos 200 años!).

Nunca se había esperado tanto una recesión inminente.

Tal vez esto no sucederá, ¡dado el historial de los principales pronosticadores económicos! Pero esta vez el consenso parece estar en lo correcto. Claro, hay algunos pronosticadores en los EE. UU. que continúan afirmando que esta economía con un mercado laboral ajustado, la desaceleración de la inflación y el dólar fuerte evitarán una caída. Pero eso no es lo que piensan todas las agencias de pronóstico internacionales.

Tomemos el FMI primero.  El Fondo calcula que el crecimiento del PIB real mundial será solo del 2,7% en 2023. Oficialmente, eso no es una recesión, «pero se sentirá como tal». El crecimiento de EE. UU. se desacelerará al 1%; el Reino Unido, junto con la Eurozona, al 05% , mientras que Alemania entrará en recesión al -0,3%. «Las perspectivas siguen siendo inusualmente a la baja». Y esto que la previsión del FMI es la más optimista.

La OCDE estima que el crecimiento global se desacelerará a 2,2% el próximo año.  “La economía mundial se enfrenta a importantes desafíos. El crecimiento ha perdido impulso, la alta inflación se ha extendido a todos los países y a todos los productos y está demostrando ser persistente. Los análisis están inclinados a la baja”. Luego, la UNCTAD, en su último informe sobre Comercio y Desarrollo, también proyecta que el crecimiento económico mundial caerá al 2,2 % en 2023. “La desaceleración mundial dejaría el PIB real aún por debajo de su tendencia previa a la pandemia, lo que le costaría al mundo más de $17 billones, cerca del 20 % de los ingresos mundiales”.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) se une a las demás agencias internacionales para pronosticar una recesión global.  “Se prevé que el comercio mundial de bienes se desacelere bruscamente el próximo año bajo el peso de los altos precios de la energía, el aumento de las tasas de interés y los obstáculos relacionados con la guerra, lo que aumenta el riesgo de una recesión mundial”. El pronóstico de la OMC  para en 2023 es del 2,3% y advierte una desaceleración aún mayor si los bancos centrales aumentan las tasas de interés demasiado en sus esfuerzos por controlar la alta inflación.

En el sector privado el Instituto Peterson pronostica una recesión para la Eurozona, los EE. UU., el Reino Unido y Brasil, con un crecimiento económico mundial cayendo a un mínimo del 1,8%. Y el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), un organismo de investigación financiado por las principales instituciones financieras internacionales, pronostica una caída aún más profunda.  “Pronosticamos una recesión global en 2023. El próximo año el crecimiento global será solo de +1,3 %. Eso es tan débil como en 2009, cuando el crecimiento general fue menor (+0,6 %), pero el remanente fue de -0,7 %. Otra “Gran Recesión”.

Por lo tanto, parece que la mayoría de las principales agencias internacionales están de acuerdo: se avecina una caída. Sin embargo, algunos economistas convencionales descartan este pronóstico con el argumento de que la economía mundial seguirá creciendo en 2023. “Mientras que la  Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el Fondo Monetario Internacional  esperan que el crecimiento global se  desplome entre un 2,2 y un 2,7% en 2023 , desde el 6,1% en 2021, nuestros cálculos dejan a la economía mundial con pocas probabilidades de contraerse durante trimestres consecutivos”. ( Jeffrey Frankel ).

Sin embargo, Mr. Fankel no debería olvidar que si el PIB real mundial crece alrededor del 2 % el próximo año la tasa de crecimiento será tan baja como en la Gran Recesión de 2008-9.

¿Puede Estados Unidos escapar a una recesión? 

En diciembre, la actividad empresarial se estaba contrayendo al ritmo más rápido desde la pandemia . El PMI compuesto que analiza la actividad empresarial cayó a 44,6 en diciembre desde 46,4 en noviembre. Ojo, cualquier valor por debajo de 50 significa contracción y cuanto más bajo sea, más rápida es la caída. Esta es una señal clara de que la economía estadounidense se dirige a una caída. Los economistas de JP Morgan informan que la producción manufacturera cayó en noviembre «a un nivel rara vez visto fuera de las recesiones». Esto apunta a un aterrizaje forzoso de la producción fabril mundial en 2023.

El BCE ahora reconoce que la economía de la eurozona ya está en recesión, con una contracción de la producción para el último trimestre de 2022 y para el primer trimestre de 2023. Pero espera que la recesión sea «relativamente breve y superficial».  Incluso si este fuera el caso yo lo dudo. Se anticipa que el crecimiento del PIB real de la zona euro sea de solo el 0,5% el próximo año y el crecimiento se mantendrá por debajo del 2% anual en el futuro previsible.

Si las principales economías entran en una recesión total en 2023 o simplemente la evitan, es sólo un tema de discusión para los economistas. De cualquier manera, la salud de la economía hoy tiene consecuencias nefastas para los medios de subsistencia de millones en el Norte Global y los miles de millones en el Sur Global.

The Financial Times del Reino Unido lo resumió así:

A medida que nos acercamos al final del año, es difícil argumentar que 2022 ha sido bueno para los trabajadores. La escasez de mano de obra ha persistido y el crecimiento de los salarios ha repuntado con bastante fuerza en algunos países como Estados Unidos y el Reino Unido. Pero los salarios NO se han mantenido al ritmo del aumento de los precios. Como resultado, los salarios globales cayeron en términos reales este año según la Organización Internacional del Trabajo (por primera vez desde que comenzaron los registros). La participación laboral en el ingreso global también ha disminuido, según los cálculos de la OIT, ya que el crecimiento de la productividad superó el crecimiento de los salarios por el mayor margen desde 1999. En el Reino Unido, una década de crecimiento salarial estancado antes de la pandemia ahora será seguida por una caída más pronunciada en los niveles de vida de los hogares en seis décadas, según las previsiones oficiales”.

En los EE. UU., la disminución promedio de los salarios reales fue de poco más del 2 por ciento interanual en el tercer trimestre de 2022. En Europa, Alemania y España experimentaron caídas aún más pronunciadas en el poder adquisitivo, con una caída de los ingresos reales de poco más del 4 y 5 por ciento, a nivel nacional. Los salarios reales en la eurozona han caído un 8 % desde el final de la pandemia en 2020. En Alemania, los ingresos reales se han desplomado un 5,7 % en el último año, la mayor pérdida de salarios reales desde que comenzaron las estadísticas.

La pregunta que debemos hacer es por qué las principales economías están cayendo nuevamente en una nueva depresión después de tan poco tiempo desde la caída de COVID. En artículos anteriores he destacado dos factores (dos hojas de ‘tijera’ que están a punto de cerrarse y recortar producción e inversión). Los dos factores son la desaceleración e incluso la caída de las ganancias y el aumento del costo del servicio de la deuda en niveles récord.

Los salarios no son los responsables de la inflación

Como he mostrado antes en publicaciones anteriores con cierto detalle, contrariamente a las afirmaciones de los principales políticos, gobernadores de bancos centrales y economistas, no existe una espiral de ‘salarios-precios’. Los salarios no están elevando los precios. De hecho, son las ganancias las que han aumentado considerablemente desde la pandemia. Pero a medida que nos acercamos a fines de 2022, el bajo crecimiento de la productividad, los precios aún crecientes –de materias primas y componentes– y el aumento de los costos laborales unitarios están afectando los márgenes de ganancias. La caída de los márgenes de ganancia conducirá eventualmente a una menor rentabilidad e incluso a una disminución de la masa de ganancias. Y la caída de las ganancias es la fórmula para una eventual caída de la inversión y la producción.

El crecimiento de la productividad sigue cayendo en EE.UU. El tercer trimestre de 2022 experimentó una caída interanual del -1,4 %, lo que supuso tres trimestres consecutivos de descenso interanual, el primero de este tipo desde la profunda caída de 1982. Entonces, aunque los salarios están aumentando poco más del 3 % en comparación con la inflación de más del 8 %, la caída de la productividad está comenzando a reducir las ganancias de las empresas, ya que los costos laborales por unidad de producción aumentaron más del 6% interanual.

En los Estados Unidos las ganancias corporativas cayeron en el tercer trimestre de 2022, según los últimos datos publicados. Los beneficios totales cayeron un 1,1% respecto al trimestre anterior. De hecho, los beneficios de las empresas no financieras cayeron casi un 7% en el trimestre. Los beneficios de las empresas no financieras se han desacelerado hasta el 6,4% interanual.

La contracción de las ganancias ha comenzado ya que los salarios, los precios de importación y el costo de los intereses ahora está aumentando más rápido que los precios de venta. Los márgenes de ganancia (por unidad de producción) han tocado techo (a un nivel alto) y los costos unitarios no laborales y los costos salariales por unidad están aumentando a medida que la productividad se estanca. La bonanza de ganancias pospandemia ha terminado.

Esta es una de las hojas de “la tijera de la depresión”. La otra cuchilla es el aumento del costo de los préstamos. Muchas corporaciones están cargadas de deudas y se encaminan hacia problemas a medida que aumentan los costos de endeudamiento y los bancos reducen la liquidez. En efecto, un gran número de las ‘empresas zombis’ no obtienen suficientes beneficios para cubrir ni siquiera sus compromisos de servicio de la deuda; y los “ángeles caídos”, aquellas empresas que se han endeudado demasiado para invertir en activos de riesgo ahora se enfrentan a un “reventón”. Tal vez las quiebras que se pospusieron en 2022 surgirán este 2023.

Si bien los bancos centrales y los gobiernos son reacios a admitir que se avecina una recesión, los inversores financieros no son tan optimistas. Otra señal fuerte y confiable de una recesión inminente ha sido la llamada curva de ‘rendimiento de bonos invertidos’. Una curva de rendimiento de “bonos invertidos” es cuando su rendimiento a largo plazo (10 años) es más bajo que las tasas de interés a corto plazo (3 meses o 1 año). Actualmente, la curva de rendimiento de los bonos estadounidenses está muy, muy invertida, lo que realmente predice una recesión. Las otras cuatro veces que esta curva se rompió por debajo de la línea cero, en poco tiempo se produjo una recesión.

Entonces, parece que el consenso entre los “pronosticadores” puede resultar correcto y la economía mundial tendrá una fuerte caída del PIB real y muchas economías importantes entrarán en recesión. Esto puede ocurrir con terribles consecuencias para el nivel de vida de muchísima gente. Después de ‘la crisis del costo de la vida’ vendrá la crisis de la vida.

Fuente: Observatorio de la crisis.

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Al Mutámid, el último rey poeta de Sevilla

 

Al Mutámid, el último rey poeta de Sevilla

 

 

 Ezequiel Martínez

PORTALDEANDALUCIA.ORG

21 enero, 2023

 


Profundos sentimientos en el mausoleo dedicado a Al-Mutámid en Agmat, a 35 kms al Sur de Marrakech. He visitado numerosas veces Marrakech, y siempre tenía pendiente ir a Agmat. Hace poco viajé una vez más, a Bounou, la kasbha que resiste al paso del tiempo y a la invasión de las arenas del Sahara. Allí desde hace años, hay una familia de amigos y amigas bereberes y marroquíes, que nos reciben siempre con amistad, hospitalidad y afecto. En este viaje le propuse a mi amigo Plácido Osuna, empresario agrícola, productor de un excelente AOVE ecológico en Sevilla, poeta, y artífice de esos viajes a los oasis de Bounou y a M´hamid, que al regresar junto con nuestra amiga Maru, fuesemos a Agmat. Les encantó y así lo hicimos. Llegamos antes del anochecer a Agmat y nos alojamos en “Moorish House”, una casa familiar situada en un lugar tranquilo y cerca del mausoleo. Recorrimos Agmat y cenamos en un pequeño establecimiento y al día siguiente, llegamos a las diez a las puertas del edificio donde nos recibió Ibn Abd el-Krim, el guardíán conservador del panteón. Sobre el suelo tres lápidas de mosaicos o azulejería de variado colorido predominando el verde y blanco. A la izquierda la que simboliza ser la de Al-Mutámid; a la derecha, la de su esposa Itimad Rumaykiya y en el centro, una pequeña, la del hijo. Allí reza el epitafio del rey poeta de Sevilla: “Tumba del forastero, que la llovizna vespertina y la matinal te rieguen, porque has conquistado los restos de Ibn Abbad”. Le pregunté a Abd el-krim que ya que Al Motamid había sido rey de Sevilla donde se habla español, porqué en los paneles explicativos no figuraba nuestra lengua, además del árabe, francés e inglés. Y me dijo que se lo expondría a su director. Por este lugar, pasan pasan unas 200 personas al mes, me dijo. Y muchos son españoles, le insistí. Creo que tomo nota de mi observación, y espero que en alguna visita futura, pueda comprobar que las informaciones sobre las tumbas de Al Mutámid, Rumaykiya y su hijo se puedan ofrecer también en nuestra querida lengua española, pero conociendo un poco a nuestros vecinos del sur, dudo que mi sugerencia sea tenida en cuenta, aunque sería beneficiosa para nuestras relaciones de vecindad y hermanamiento. Hay un cuadro que constata la visita que hizo el Presidente de la Junta, Manuel Chaves el 19 de marzo de 1999, como homenaje de Andalucia, al rey poeta. El mausoleo se creó en 1970. Es un lugar simbólico, quizá no el lugar exacto donde hace casi mil años fuese enterrado Al Mutámid, pero allí se guarda su memoria, y me hizo pensar en la importancia de la Ley de memoria histórica que trata de devolver reparación, justicia y dignidad, a todas las personas asesinadas o desaparecidas tras el levantamiento militar contra la Segunda República española, la guerra civil y los años negros posteriores.

Abu I-Qásim al.Mu´támid (Beja, Portugal, 1040-Agmat, Marruecos, 1095), reinó en la taifa de Sevilla entre 1069 y 1090 y fue el último rey abadí. Al-Mu´támid sucedió a su padre al-Mu´tadid el año 461 de la Hégira, correspondiente al 1068 de la era cristiana. En 1091, el general almorávide Yusuf ibn Tásufin le arrebató la ciudad hasta 1147, en que pasó a manos de los almohades.

Al-Mutámid destacó como poeta y en su reinado la cultura floreció en Sevilla. Protegió a poetas, literatos y científicos como: el astrónomo Azarquiel, o los poetas: Ibn Hamdís, Ibn al-Labbana, Ibn Zaydún o el propio visir y poeta Ibn Ammar (Silves, Portugal, 1031-1086, Sevilla). También fue visitado por Ibn Hazm de Córdoba (994-1063), autor del Collar de la Paloma:

“Aunque queméis el papel, no podréis quemar

lo que encierra, porque lo llevó en mi pecho”.

Ibn Ammar, era de origen humilde, su talento para la poesía hizo que el joven Al-Mu´támid lo convirtiera en su amigo y amante y le hiciera visir, al morir su padre Al-Mutádid. Tras traicionar a Al-Mutámid, Ibn Ammar fue de sitio en sitio, Murcia, Toledo, Zaragoza, hasta llegar a la cárcel de Sevilla, donde escribió una casida, una elegía por la que solicitaba el perdón a Al-Mutámid:

¡Cuántas noches pasamos en el Azud,/ entre los meandros del río,/ que se deslizaba con la sinuosidad de una serpiente!

¿Quién ha visto el sol en mitad/ de la negra noche, sino nosotros?

Al-Mutámid estuvo dispuesto a perdonarle, pero cayó en sus manos una carta de ibn Ammar contra Rubaykiya, y al-Mutámid preso de la cólera acudió con un hacha a la celda donde estaba su antiguo amigo encadenado, y sin darle tiempo a reaccionar lo golpea hasta matarlo, tal como relata Claudio Sánchez-Albornoz en “Ben Ammar de Sevilla”.

“Motamid, último rey de Sevilla” es una obra de teatro que publicó en 1920, Blas Infante, considerado el padre de la patria andaluza. Es un drama sobre el último emir de la Taifa de Sevilla, en el que Motamid aparece como un símbolo de pacifismo y tolerancia. Blas Infante visitó la tumba de Al Mutámid el 15 de setiembre de 1924.

En noviembre de 2022, Plácido Osuna, Maru, y un servidor firmamos en el libro de visitas del mausoleo: “Con emoción, en honor de Al-Mutámid, el último rey de Sevilla”. En Agmat, queda el recuerdo del rey poeta de Sevilla: “En verdad bebí vino que derramaba su resplandor,/ mientras la noche desplegaba el manto de la tiniebla/ hasta que la luna llena surgió en Géminis,/ como un rey en el apogeo de su pompa y de su fausto”.

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