martes, 1 de agosto de 2017

LA CAJA POSTAL. UNA BASE REAL Y ECHA PARA LA BANCA PÚBLICA



Otro sistema financiero es posible
Apostemos por una banca pública

Viento Sur
Rebelión
31-07.2017


Desde el estallido en 2008 de la llamada “Gran Recesión” se ha constatado con claridad el enorme poder de la banca y el sector financiero. Cuando se inició la crisis, sorprendía la rapidez con la que gobiernos de todo el mundo aprobaban planes de rescate con sumas faraónicas de dinero público para ayudar a los bancos. Es algo completamente insólito, los culpables de la crisis han sido ayudados generosamente por los Estados, mientras las víctimas (parados, pensionistas, trabajadores) eran desatendidas, expuestas a los efectos de los recortes, e incluso se las convertía en culpables acusadas cínicamente de “haber vivido por encima de sus posibilidades”.

Ayudas de escándalo

El Gobierno de Zapatero creó en junio de 2009 con el apoyo del PP el Fondo para la Reestructuración Ordenada Bancaria. Era un organismo creado explícitamente para ayudar a la banca. Un año más tarde el gobierno del PSOE aplicaba severos recortes sociales y una contrarreforma laboral que abarataba el despido y facilitaba la precarización. A su vez, la banca recibía ayudas estatales. Un informe del año 2012 sobre ayudas públicas, elaborado por la Comisión Nacional de la Competencia, indicaba que el rescate a la banca había costado una media de 1 846 euros a cada ciudadano en el año 2010, y que el sector financiero recibió aquel año el 94,2% de las ayudas públicas totales(1). Por otro lado, en el año 2012 el gobierno de Rajoy creó la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el llamado “banco malo”, que ha sido un instrumento impulsado por el gobierno para adquirir los activos tóxicos y ruinosos de los bancos. A través del Sareb, el Estado y la banca privada han colaborado estrechamente para recomponer los balances de los bancos, sin dudar en vender viviendas a fondos buitre, negándose a impulsar una política de vivienda social para ayudar a las familias que tienen serios problemas económicos.

El rescate bancario continuó. El Banco de España publicó un informe el pasado mes de abril donde se indicaba que las ayudas públicas a la banca española habían alcanzado el equivalente al 4,2% del PIB a finales de 2015. Además, estas ayudas habían provocado un aumento de la deuda pública correspondiente a un 4,8 del PIB. Según datos de la CNMC de junio de 2015, España era el país de la UE que menos ayudas a la banca había recuperado entre 2008 y 2013. Además, en septiembre de 2016 el Banco de España informaba que solo el 6% de los 61 495 euros públicos en ayudas (2) habían sido devueltos(3). Sin olvidar que si contamos el dinero público destinado a la banca en concepto de avales y compra de activos, nos vamos a cifras que rondan los 200 000 millones de euros. Otro informe de la CNMC de 2015 señalaba que España era el tercer país de la UE que más había ayudado a la banca durante la crisis(4). Queda muy lejos aquello que decía Rajoy, cuando nos aseguraba que no habría rescate a la banca.

Todo esto constituye un escándalo bochornoso. Más aun cuando vemos que algunos bancos que han recibido miles de millones de euros en ayudas públicas han sido regalados. Por ejemplo, CaixaBank adquirió por un euro el Banco de Valencia, después de que este hubiera recibido más de 5 000 millones de dinero público. El Banco Sabadell compró la CAM también por un euro, después de que esta caja hubiese recibido más de 5.000 millones de euros en ayudas. BBVA absorbió a Catalunya Bank después de que este hubiese recibido más de 12 000 millones de euros en ayudas. Hemos conocido escandalosos de este tipo en varios países. En Portugal el Banco Portugués de Negocios fue privatizado por 40 millones, tras ser nacionalizado y saneado con 2 400 millones de euros de las arcas públicas.

Han pasado casi diez años del inicio de la denominada Gran Recesión, pero se continúa usando dinero público en auxilio a la banca. En diciembre de 2016, en plena crisis del banco Monte di Paschi el gobierno italiano aprobaba un paquete de ayudas a la banca de 95 000 millones de euro(5). El pasado junio, se aprobó salir al rescate de la Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca, movilizando para ello 17 000 millones de euros del erario público. En España, por esas mismas (6) fechas también nos enterábamos de que la fusión entre Bankia y el Banco Mare Nostrum tendría un coste de unos 1 100 millones de euros públicos(7) .

¿La banca se merecía las ayudas públicas?

Es curioso que los bancos no solo se hayan librado de los recortes, sino que por el contrario han sido casi los únicos que han recibido ayudas públicas durante la crisis. Llegando a este punto, deberemos reflexionar si los trabajadores, parados y pensionistas se han merecido sufrir numerosos recortes sociales, y si la banca se merecía esas faraónicas ayudas estatales. En este sentido, no encontramos un comportamiento mínimamente ejemplar que justifiquen los rescates bancarios. Por el contrario encontramos abundantes ejemplos de comportamientos abusivos e incluso delictivos entre la banca. No olvidemos las estafas a través de las famosas “preferentes”, que no han sido exclusivas de las Cajas de Ahorro. De hecho el Banco Santander fue multado por venta irregular de preferentes. También podemos hacer referencia a las cláusulas suelo, que impedían a los hipotecados beneficiarse de la caída del Euribor. Es un escándalo que los bancos opten desahuciar familias como primera opción, y que a su vez concedan prorrogas, refinanciaciones, daciones en pago e incluso perdonen deudas a grandes constructoras. En octubre de 2015 el Parlamento Europeo aprobó una resolución instando al gobierno español a actuar para evitar los abusos que comete la banca en España, indicando que se habían producido 400 000 desahucios desde 2008 y que 700.000 españoles habían sido victimas de fraude financiero(8)-

El Banco de España ha presentado recientemente una memoria de reclamaciones donde se indicaba que hay miles de reclamaciones que se producen por parte de usuarios contra los bancos. Además se señalaba que los bancos no rectifican en la mayoría de los casos, pese a que el cliente llevara la (9)razón. Por tanto, únicamente queda la vida judicial lo que supone enfrentarse en una batalla larga y desigual entre un ciudadano corriente sin recursos y un poderoso banco con medios jurídicos y económicos prácticamente infinitos. Es decir, la banca suele estafar a sus clientes impunemente.

La lista y ejemplos de las actividades delictivas de los grandes bancos son interminables. Grandes bancos europeos han sido multados por manipular tipos de interés y mercados de divisas. La Comisión Europea multó en 2013 a Deutsche Bank, Société Générale, Royal Bank of Scotland, JP Morgan y Citigroup, por haber manipulado el Euribor, Libor y Tibor en su propio beneficio. Este tipo de prácticas no solo enriquecían a los más ricos, sino que también perjudicaban a millones de familias con hipotecas. En definitiva, de esta forma se producía una gigantesca transferencia de riqueza desde humildes ciudadanos a banqueros.

Frecuentemente se publican noticias sobre las implicaciones de bancos para evadir impuestos a través de paraísos fiscales. Según Tax Justice Network, hay entre 21 y 32 billones de dólares en activos financieros en paraísos fiscales. En 2015 un informe de la consultora Richard Murphy revelaba que grandes bancos (algunos de los cuales habían recibido ayudas públicas) estaban defraudando a distintos haciendas públicas a través de paraísos fiscales. Estas prácticas merman las arcas públicas y son prácticamente impunes debido al gigantesco poder de clase del gran capital. De hecho hemos visto que pasan más problemas quienes avisan, denuncian o alertan de estas prácticas defraudadoras. Un ejemplo muy claro lo encontramos en Falciani, quien fue a la cárcel tras revelar una lista de defraudadores a través del banco HCBC. Paradójicamente, en el caso de la lista Falciani, ha sido el propio Falciani el único que ha ido a la cárcel.

Reestructuración bancaria y concentración de poder financiero

Con este panorama la reivindicación de la banca parece más que justificada. Al menos hubiese sido razonable que el Estado hubiese nacionalizado todos los bancos que han eludido la quiebra con dinero público. De esta forma y con voluntad política, se hubiese podido crear una banca pública potente, con vocación de servicio público, alejada del modelo financiero estafador, corrupto y especulativo. Por el contrario, hemos visto que en las ocasiones en las que el Estado se ha visto obligado a rescatar un banco a través de una nacionalización (como el caso de Bankia), se ha comenzado hablar inmediatamente de su privatización. Todo esto es posible debido a la estrecha relación entre la banca y el poder político en todo el mundo. Las noticias publicadas por el diario británico Financial Times en noviembre de 2015, revelaron que directivos del BCE se habían estado reuniendo con directivos de grandes bancos privados antes de tomar y anunciar decisiones sobre política monetaria.

No olvidemos que la patronal bancaria es el colectivo empresarial que más se beneficia de la actual política económica. El informe anual del Banco de Pagos Internacionales, señala a la banca española como la más rentable de toda Europa. En 2013 los grandes bancos españoles multiplicaron por cuatro sus beneficios, llegando (10) a los 7 674 millones de euros, pese a que aquel año la economía retrocedióun 1,2%. El valor en bolsa de los (11) principales bancos aumentó considerablemente durante la primera (12) legislatura de Rajoy: Sabadell (167%), Banco Santander (+86.5%), BBVA (79%), Caixabank (65%).

La banca española siempre ha tenido un poder que se puede calificar de excesivo. Recordamos el club de los siete grandes durante el franquismo: Banesto, Central, Bilbao, Vizcaya, Santander, Popular y Urquijo-Hispano Americano. Durante los años 80 y 90 se produjeron diversas adquisiciones y fusiones bancarias, de forma que el poder de la banca se iba concentrando en cada vez menos bancos. Por si fuera poco, durante la crisis este proceso ha continuado y el poder de la banca ha salido fortalecido. Hemos visto que se han aprobado leyes que restringen el derecho a la manifestación, huelga, libertad de expresión; normativas para reducir y controlar el gasto público; reformas laborales que recortan derechos laborales y poder de negociación a los trabajadores, etc. Por el contrario, no hemos visto una sola ley o decisión política que limitase el poder de la banca.

Los gobiernos lejos de intentar frenar o limitar su poder, han continuado incentivando un proceso de reestructuración y concentración bancaria sin precedentes. El julio de 2010, Zapatero aprobó con el apoyo del PP la reforma de las cajas de ahorro. Los datos hablan por sí solos de las consecuencias. Cuando se inició la crisis habían más de 45 cajas de ahorro, mientras que en la actualidad quedan dos: Caixa Ontiyent y Colonya, y Caixa Pollenca. Por si esto fuera poco, la adquisición del Banco Popular, por parte del Banco Santander por el módico precio de un euro, ha significado una vuelta de tuerca en este proceso de concentración de poder bancario.(13)

Correos, banca pública y Caja postal

Muchos se preguntaran qué relación puede existir entre Correos y el sector bancario. En realidad, hay mucho de lo que hablar en este sentido. Desde hace años el servicio postal público de todo el mundo se enfrenta a planes de liberalización y privatización. En la mayoría de países se ha seguido un mismo esquema, que pasa por desvincular a Correos de la Administración Pública y privatizar su caja postal. En España este proceso se encuentra muy avanzado, pese a que Correos continua siendo una empresa pública al 100%.

Recordamos que hace años existía la Caja Postal de Ahorros. Era una entidad bancaria pública del estado y estaba asociada a Correos. Su rentabilidad económica no dejaba lugar a dudas. Caja Postal paso de unos beneficios de 2 700 millones de pesetas en 1979 a 3 206 millones en 1980. En 1982, los beneficios superaron los 4 000 millones de pesetas(14). En 1983 los beneficios brutos aumentaron un 91% (15). En 1985 los beneficios llegaron a los 16 270 millones de pesetas (16). Solo en el primer semestre de 1989 obtuvo unos beneficios de 13 988 millones de pesetas, un 9% más que el año anterior (17). El 75% de este dinero iba directamente al Tesoro Público. Además, Caja Postal firmaba convenios con el Instituto Nacional de la Vivienda para financiar viviendas sociales.

La Caja Postal fue separada de Correos en 1991 en lo que fue el inicio de su privatización. Fue integrada en Argentaria, que era un conglomerado de bancos públicos creado por el gobierno de Felipe González. La misma Argentaria fue privatizada en un proceso que se desarrolló entre 1993 y 1998, tras el cual fue adquirida por el BBV, pasando a llamarse BBVA.

En 1999 los servicios bancarios y financieros de Correos fueron adjudicados al banco alemán Deutsche Bank, creándose la marca BanCorreos, que actuó como agente financiero del citado banco alemán. Recordamos que Deutsche Bank es un banco investigado y en ocasiones juzgado y condenado en varios países por estafas, fraude comercial operaciones especulativas infames, lavado de dinero, malversación, evasión fiscal, manipulación de balances, etc. El acuerdo con Deutsche Bank se terminó el año pasado, y Correos lleva desde entonces buscando socio financiero.

Muchos pensamos que en vez de buscar un banco privado como socio bancario, se podría crear una banca pública postal. No es ningún planteamiento utópico. De hecho esta reivindicación era una realidad hace años. Además, si miramos en otros países europeos nos encontramos en que existe el Banco Posta en Italia, como filial de Poste Italiane. En Francia, Baque Postale fue creado en el año 2006, y pertenece al grupo La Poste. En Bélgica continúa existiendo un banco postal. En Portugal, pese a que desgraciadamente el correo público fue privatizado en 2013, los nuevos gestores crearon una filial postal bancaria en 2015.

Por una caja postal pública con sensibilidad social y revitalizadora del mundo rural

Por otro lado, no olvidemos que las ayudas públicas a la banca no se han concedido porque los gobiernos estuviesen preocupado por los empleados del sector. De hecho, en los últimos años, las ayudas han ido acompañadas de destrucción de empleo y cierre de sucursales bancarias por todo el estado. Las Cajas de Ahorro perdieron casi 13 000 empleos en el año 2011 y los bancos unos 8 500 entre 2008 y 2011 (18). Un informe del BCE de 2016 señalaba que la mitad de todos los cierres de oficinas de la zona euro entre 2008-2015 se habían realizado en España (19) .Otro informe de este año del BCE señala que España es uno de los países de Europa donde más empleo se ha destruido en el sector de la banca. Concretamente, señalan que desde 2012 se han recortado 47 310 empleos y se han cerrado 9 335 sucursales (20). Este proceso de reestructuración ha supuesto el cierre de muchas sucursales bancarias en pueblos. Recientemente hemos conocido que el 48% de los municipios del estado español no dispone de ningún banco. Incluso se llega al 79,4% en Segovia y al 75% en Zamora (21).

Ante este panorama, es importante señalar que Correos tiene una estructura y un potencial muy valioso para crear una banca pública, que cambiase esta situación que viven numerosos pueblos, donde mucha gente mayor. Correos dispone de miles de oficinas y de una gran red de distribución. Estamos ante una oportunidad histórica, y por ello es necesario apostar por una caja postal con vocación de servicio público, alejada de prácticas estafadoras y especulativas, estando al servicio de la ciudadanía, funcionando con criterios de proximidad al ciudadano, sobre todo en el mundo rural. Una caja postal con una plantilla bien dotada podría jugar un papel para la cohesión social entre todos los territorios y su población, especialmente en las zonas rurales. Es una reivindicación que puede interesar a todo el mundo (salvo a los banqueros), y debería ser un asunto de primer orden en el debate público y la agenda política. Una banca pública de este potencial, bajo control democrático y social de las inversiones y beneficios, podría ayudar para que los poderes públicos no fuesen prisioneros del gran capital y para poder impulsar políticas económicas y sociales alternativas a los dictados del poder financiero.

Notas:
(10) Público, lunes 27 de junio de 2011, página 22.
(18) El País, 22 de abril de 2012, negocios pagina 30.
Raúl Navas es Secretario General de la sección sindical de CGT de Correos en Madrid y militante de Anticapitalistas.

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