miércoles, 13 de abril de 2022

Occidente organiza laboratorios, pandemias y guerras para mantener su dominio de más de 500 años

 

Occidente organiza laboratorios, pandemias y guerras para mantener su dominio de más de 500 años


Diario octubre / abril 13, 2022

 


Mauricio Escuela.— La Rand Corporation es una organización adjunta al Pentágono cuya función es crear proyectos políticos afines a las líneas globalistas de la Casa Blanca. Se atribuye el efecto de haber logrado, imponiéndole una carrera armamentística, el derribo de la Unión Soviética. En la década del 80 del siglo XX, Moscú no pudo seguirle el ritmo a una supuesta guerra de las galaxias que colocaría cohetes nucleares en el espacio, lo cual no fue más que un montaje de la inteligencia norteamericana y occidental, con la finalidad de que el presupuesto militar soviético colapsara la economía de dicho país. En efecto, a inicios de la década del 90, la URSS no podía negar la terrible crisis productiva, así como la dependencia hacia la exportación de crudos, un problema que persiste en la actual Rusia, a pesar de la diversificación de su economía.

Pero con el ascenso de Putin, las tornas cambiaron y lo que fue un país dócil que seguía las recetas neoliberales, se transformó en un gobierno soberano que volvió a invertir en su arsenal nuclear, colocándose estratégica y tecnológicamente por encima de la Casa Blanca, lo cual retrotrajo las viejas estrategias de la guerra fría. La Rand Corporation volvió a entrar en acción en 2019 con un estudio que presentó ante el Congreso, cuya finalidad es usar la misma estrategia de los años 80 del siglo XX: obligar a Rusia a invertir en una supuesta confrontación con Occidente, enviándoles continuas señales al Kremlin acerca de la inminencia de las bases militares de la OTAN en países cercanos. Además, la Rand describe en ese informe que países como Ucrania y Kazajstán pagarían el costo de guerras periféricas cuyo objetivo también sería empantanar a Rusia. La corporación norteamericana ha hecho un cálculo basado en la dependencia de Moscú con respecto a las exportaciones de crudo y gas, por lo cual se puede decir que la actual guerra estaría en preparación desde mucho antes. De hecho, es notorio el hecho de que los asesores de la OTAN estaban en Ucrania desde hacía años y que allí había no solo armamento convencional, sino una red de laboratorios entre los cuales se experimentaba con virus letales, capaces de otra pandemia global, algunos de ellos pertenecientes a la cepa de coronavirus de murciélagos. La Rand sabe que de esta forma la potencia militar rusa quedaba reducida, debido a que se le exponía a un gasto prolongado en el tiempo, lo cual se combina con alentar sublevaciones en el interior de Rusia, así como fracciones políticas en el partido gobernante y en la propia oposición.

¿Por qué Rusia? Se supone que luego de 1991 ese país adoptó el capitalismo y las técnicas neoliberales, de hecho es hoy un lugar donde prima la propiedad privada y el mercado. Sencillamente el peso de la economía de ese gigante de por sí implica poco, pues comparado con el PIB de otras naciones occidentales no resulta significativo el producto ruso. Sucede que con el ascenso de China y su alianza con Moscú, todo el panorama cambia. Ambas potencias, ligadas en la pretensión de un nuevo orden, pueden contrapesar y hacer más rápido el declive norteamericano. Rusia perdió fuerza luego de 1991, pero sigue siendo la primera potencia nuclear y uno de los ejércitos más poderosos. Además, su situación geográfica y tamaño la colocan en ventaja global. Si la guerra fría tenía una explicación ideologica, esta nueva versión de aquel conflicto tiene implicaciones geopolíticas, geoestratégicas y de conservación del viejo orden occidental. Por demás, China sí es socialista y está significando un reto civilizatorio para el capitalismo, con lo cual también se puede hablar de una reedición del conflicto en tintes ideológicos.

La Rand Corporation tiene una visión además muy sofisticada de la guerra cultural y psicológica y de hecho eso también estaba previsto desde 2019: aislar a Rusia, para que los oligarcas provocaran una transición en ese país. A Moscú se lo sacó del sistema de pago bancario internacional y se le prohíbe acceder a divisas, así como realizar operaciones de vuelo sobre los espacios aéreos del hemisferio euronorteamericano. Todo lo que implique un daño total, se está llevando adelante. De hecho, la OTAN está estrenando nuevas técnicas globales que se sirven de las noticias falsas y el tratamiento sesgado a la información, lo cual está demostrando su eficacia a la hora de manipular la opinión pública y por ende de que se lleven adelante operaciones más ambiciosas en el orden militar y económico. El escenario de las redes sociales, que se pensó desde un inicio como un ágora para la libre expresión, está demostrando su imbricación con los poderes fácticos para servir de cómplices a occidente.

Mientras Rusia y China presentaban un informe sobre los laboratorios de armas biológicas en la ONU y pedían una investigación, los miembros del Consejo de Seguridad no solo no hicieron caso, sino que lanzaron acusaciones sin pruebas sobre un supuesto uso de armas de destrucción masiva de tipo químico por parte de Moscú. La campaña de satanización y los medios pagados llevaron adelante el resto de la operación. Los sitios de chequeo de datos, los cuales han sido ampliamente denunciados por mentir y manipular según intereses políticos, taparon las demandas ruso-chinas con un relato que declaraba la “falsedad” de los laboratorios. No obstante, a los pocos días Victoria Nuland, miembro del equipo de halcones de la Casa Blanca, tuvo que reconocerlo. Se estima que esta red de centros de experimentación con virus de la OTAN se extiende en 30 países y que está sobre todo en torno a Moscú y Beijing. Se trata de un rosario de potenciales agresiones que delatan el plan de la Rand Corporation.

A la guerra se va no solo con las armas para matar, sino las de convencer con la mentira. Los gobiernos occidentales son conscientes del terrible fracaso que va a implicar en cuanto a nivel de vida todo el conglomerado de sanciones a Rusia. El precio de la vida se ha disparado en Europa, pero ya la Rand previó eso y en su informe reza un pensamiento lapidario: no importa cuánto cueste para Occidente siempre y cuando sea más caro para Moscú. Desde el fin de la guerra fría hay un proyecto para balcanizar a Rusia, como ocurrió con Yugoslavia, alentando el problema de las nacionalidades, la religión y las disputas históricas. De hecho, la guerra en Chechenia se hizo con el aval de los occidentales, quienes le dieron su apoyo al separatismo musulmán. La respuesta de los rusos ha sido volver al Estado fuerte y fomentar la identidad cristiano ortodoxa, además de recoger de la tradición todo aquello que engrandeció al país. Por eso, la cultura de la cancelación arremete contra todo lo ruso. Lo que puede parecer una locura, un proceder irracional o poco político, en realidad está muy bien delimitado y tiene un impacto: ¿quién va a creerle a Moscú que la OTAN crea virus a partir de cepas de animales, cuando todo el mundo dice que Rusia es lo peor y no hay que oírla?

El mundo cultural se dirime hoy en un sistema de castigos y de recompensas globales, que está bajo el control del poder corporativo transnacional. La periodista que apareció en una cadena rusa en vivo con un cartel en contra de la guerra en Ucrania y denunciando a Putin, recibió un puesto de trabajo en uno de los medios alemanes más prestigiosos. Sin embargo, cualquiera que hoy en twitter comparta información que no se alinee con Occidente puede sufrir suspensiones. Asimismo, medios como RT y Sputnik reciben constantes ataques, hackeos, bloqueos y campañas de desacreditación. Todo lo que se había previsto en torno a la dictadura del pensamiento, denunciada por Assange, está aconteciendo y por cierto la extradición de dicho periodista a los Estados Unidos puede ser en cualquier momento, noticia invisibilizada por la crisis de Ucrania. A Assange le piden 175 años de cárcel por develar videos con ataques a civiles en Irak por parte de la OTAN, sin embargo no hay ninguna comisión de la ONU diciendo que los directivos de esta organización son criminales de guerra.

La Rand Corporation es una entidad globalista, su dinero proviene de grandes fortunas que conforman el verdadero gobierno del mundo o sea mayormente empresarios y accionistas del poder financiero. Sus intereses se mezclan con las ansias de esas personas por manejar los recursos, imponer una determinada geopolítica. En realidad, estamos ante la crisis del Occidente euronorteamericano y no se sabe cómo pudiera terminar, pues el Imperio da patadas de ahogado e intenta con estos planes reeditar el éxito neoliberal de 1991. ¿Qué está en juego con el mantenimiento de la misma geopolítica posterior a 1945? El dólar, moneda que es la base del poder ficticio de los Estados Unidos, que le permite comprar materias primas y productos a cambio de papel entintado. Si la Casa Blanca pierde su poder global, todo el conglomerado especulativo financiero se va abajo, pero además, el nivel de vida del norteamericano medio se esfuma y se genera una crisis de desunión hacia el interior de los Estados que conforman el sistema federativo. En la lucha por prolongar su existencia, los norteamericanos y sus aliados europeos han creado este tipo de planes que incluyen desde la guerra tal y como se le conoce, hasta crisis culturales, armas biológicas, pandemias y cuarentenas globales. El caos beneficia a quien intenta respirar un poco más de tiempo los aires del poder, ya que todo el sistema simbólico, diplomático y financiero sigue del lado occidental. Por ahora.

El aislamiento de Rusia y por ende de China pudiera hacer que la potencia asiática radicalice sus mecanismos económicos y cree su propio sistema de pago, obligando a los europeos a elegir entre Beijing y los Estados Unidos. De hecho, el fortalecimiento de la OTAN y de los presupuestos de defensa en Occidente obedece a la directriz de la Casa Blanca de revitalizar la guerra fría, ya que Washington pierde el enfrentamiento económico y la organización militar atlantista es el único mecanismo que puede sostener el viejo orden mundial pro norteamericano. Pero un sistema de pago a la china pudiera eliminar el dólar y precipitar el fin del Imperio. A su vez, ello sería causa de una tercera guerra mundial, la cual pareciera echar su sombra a cada rato sobre nuestra civilización. Y es que Occidente no está dispuesto a perder su dominio de más de 500 años sobre el mundo, desde que se conquistara América.

La guerra en Ucrania es un intento por mantener el orden del dólar y el globalismo de 1991 o sea el llamado fin de la historia en el cual el mercado y la apertura de fronteras al gran capital marcaban una era de dominio total estadunidense. Los laboratorios biológicos, por cierto a los cuales está vinculado Hunter Biden (hijo del presidente), son otro capítulo más dentro de esta lógica, que nos acaba de imponer una pandemia global, de la cual las empresas sacaron rédito y que ahora viene con la hipótesis de conflicto de una URSS revivida en la figura de Putin. La Rand Corporation, como tanque pensante que es, ha dispuesto todos los elementos para alargar la agonía del dólar. Quizás Estados Unidos esté haciendo sus cálculos como ya sucedió en los años 80 del siglo XX con Japón, que finalmente no pudo cuestionar la hegemonía de la Casa Blanca y quedó atrás cuando los norteamericanos lanzaron Internet como un nuevo espacio geopolítico y de mercado, cultural y de guerra mediática. Pero Japón formaba parte de la égida de Washington desde 1945, mientras que Rusia y China lograron una alianza que supera el contrapoder que fuera la URSS, sobre todo porque las potencias euroasiáticas sí forman parte del sistema mundo y sacarlas va a tener un costo destructivo para Occidente, por la precarización de las condiciones de vida de los pueblos de Europa.
Más allá de Ucrania, el conflicto global hunde sus raíces en causales civilizatorias, culturales, geopolíticas, globalistas y de contrapoder. Lo sabe la Rand, que dicho sea de paso es una ramificación de la CIA, lo saben los que proyectan una red de laboratorios para una guerra mundial biológica. La humanidad está en un periodo de tránsito entre una y otra etapa y pudiera ser que en ese ínterin desaparezca. Los intereses y los dogmas políticos, la falta de transparencia de la democracia y la inoperancia de los organismos internacionales frente a agendas determinadas; pueden hundir de manera definitiva la esperanza de un entendimiento.

*++

 

CHINA tiene claro que EE.UU. es el bandido económico número uno del mundo

 

CHINA tiene claro que EE.UU. es el bandido económico número uno del mundo


INSURGENTE.ORG / 13 abril 2022

 

 

Fue la portavoz de la Cancillería china, Hua Chunying, quien a través de su cuenta de Twitter lo denunció.

En referencia a las sanciones, así como a la congelación de los activos de otros países por del Gobierno imperialista yanqui, Chunying expresó:

“Estafando al mundo con flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés). Congelación de las reservas de divisas de Irán. Incautación de los activos de Afganistán. Congelación de $ 300 mil millones de las reservas de oro y de divisas de Rusia además de los activos de sus entidades e individuos en el extranjero. ¿Seguramente estos son suficientes para convertir a EE.UU. en el bandido económico número uno del mundo?”.

Y eso que Chunying no nombró a otros países víctimas del sistemático saqueo yanqui como son Cuba y Venezuela.

La portavoz de la Cancillería de China puso el ejemplo de la barbarie estadounidense recurriendo a Afganistán, donde alrededor de un millón de niños menores de cinco años corren un grave riesgo de morir por desnutrición.

*++

 

ITALIA. Trabajadores se niegan a cargar aviones y barcos con material de guerra y preparan una gran movilización. [Bueno, hombre. Algo siempre es algo. Y más vale algo que una buena patada en las espinillas. Parece que el despierte de los trabajadores es el despierte de los trabajadores, y es que se trata de NO a la OTAN, no por nada, sino porque es un instrumentos de matanza entre trabajadores (no entre buenos y malos ni entre héroes que ahora estamos hablando en serio) para sostener la acumulación y concentración de capitales cada vez en menos y manos, cuyas menos manos son cada vez más criminales. O sea, NO a la OTAN, pero también NO a la OTiN; NO a la OTeN y no la OTuN, o sea, que es NO por cualquier lado que se mire el asunto. Es más de lo que dice mi amigo Pablo, el San Pablo ese de los Evangelios que va diciendo por ahí que el que no trabaje que no coma. Se entiende para todo aquel que viere, escuchare, entendiere, supiere y tal que se refiere al que no trabaje pudiendo trabajar y al que no trabaje para aportar algo positivo a la sociedad, porque los consejos de administración que organizan las guerras, los chocolateros de la sociología que establecen lo que tiene que decir y hacer el político de turno para engañar a la gente y los contables que llevan el control de los ataúdes de los muertos (tanto ataúdes por tanto beneficio por ataúd por tantos muertos tantos beneficios, punto y seguido) en las guerras también trabajan, pero eso no hombre, eso no. Eso no es lo que hice San Pablo, eso es nene caca de la vaca o mierda si nos ponemos a llamar a las cosas por su nombre].

 

ITALIA. Trabajadores se niegan a cargar aviones y barcos con material de guerra y preparan una gran movilización


INSURGENTE.ORG / 13 abril 2022


Tras la presencia de miles de manifestantes que exigieron la retirada de Italia de la OTAN el domingo por la noche y acusaron a la alianza militar de avivar las llamas de la guerra en Ucrania.

Los oradores en el mitin en la capital, Roma, condenaron al gobierno italiano por enviar armas y equipo militar a Kiev, calificándolo de inconstitucional y contrario al interés nacional.

Los sindicalistas italianos han encabezado la oposición masiva a la participación de la OTAN y de Italia en el conflicto de Ucrania.

El mes pasado, los trabajadores del aeropuerto de Pisa bloquearon la salida de un envío mortal de armas que había sido disfrazado de ayuda humanitaria, lo que provocó preguntas parlamentarias sobre el engaño.

El sindicato USB (Unión Sindical de Base) ha convocado a una movilización el 22 de abril bajo el lema “bajen las armas, suban los salarios”.

“Los costos de esta guerra ya están recayendo fuertemente sobre los trabajadores”, dijo el sindicato en un comunicado, advirtiendo que los patrones están usando el ataque de Rusia a su vecino como excusa para despedir trabajadores debido al aumento de los costos.

“Mantenerse al margen de la guerra no es solo una opción, sino una necesidad”, dijo USB, y agregó que el gobierno de Draghi está arrastrando a Italia a “una peligrosa aventura”.

“Una vez más los lazos con la OTAN y las ambiciones de la superpotencia de la UE están prevaleciendo sobre los intereses de nuestro país. Y una propaganda apabullante está apagando todas las voces críticas”, dijo el sindicato.

USB dijo que se pueden encontrar miles de millones para financiar guerras, pero al mismo tiempo las condiciones de vida se están reduciendo para millones de italianos comunes.

“¿Cuándo se convertirán en prioridades los salarios, las pensiones, los servicios, la vivienda [y] las condiciones de vida?” preguntó el sindicato.

Pero dijo que los trabajadores tienen el poder de poner fin a la participación en la guerra y aumentar la militarización, insinuando posibles acciones.

“Al igual que los trabajadores del aeropuerto de Pisa se negaron a cargar armas en los aviones, al igual que los trabajadores en Génova se negaron a cargar barcos con carga militar, al detener actividades vitales es posible sacar a Italia de la guerra”, dijo USB.

Una acción similar ha visto a los trabajadores griegos bloquear la salida de ayuda militar letal del puerto de Alexandroupolis en el noreste de Grecia, un importante centro para el despliegue de tropas de Estados Unidos y la OTAN en Europa del Este.

La huelga nacional de la semana pasada hizo que millones de trabajadores exigieran aumentos salariales a medida que los precios subían y aumentaban la oposición a la guerra y el militarismo.

*++

 

 

Marxismos y cristianismos

 

La relación entre marxistas y cristianos sigue siendo un libro abierto. Sus próximos capítulos no se escribirán sobre la base de las Sagradas Escrituras de los demás, sino en respuesta a los desafíos ecológicos, sociales y éticos del siglo XXI.


Marxismos y cristianismos

 

Michael Löwy

El Viejo Topo

13 abril, 2022 



Los primeros socialistas de la Europa del siglo XIX, ya fuesen Saint-Simon y sus seguidores, Cabet y los comunistas franceses, Wilhelm Weitling, el fundador de la Liga de los Justos alemana, eran creyentes y reivindicaban la herencia cristiana. Sólo con Marx y Engels surgiría un socialismo no religioso, o incluso ateo. El texto fundacional de este punto de inflexión es un artículo de Marx publicado en 1844 en el Deutsch-franzözische Jahrbücher.  

Acaba de publicarse por primera vez la traducción completa al francés de los Annales franco-Allemandes. Incluye no solo los escritos de Marx y Engels, sino toda la revista, lo que permite ubicar sus textos en su contexto histórico e intelectual. Como sabemos, esta revista, publicada en París en febrero de 1844, bajo la dirección de Arnold Ruge y Karl Marx, fue originalmente un proyecto orientado a forjar una alianza franco-alemana, filosófica y política. Los Jóvenes Hegelianos, iniciadores del proyecto, eligieron París tanto para escapar de la censura en Alemania como para establecer la colaboración con los demócratas y socialistas franceses. Sin embargo, estos – Lamennais, Etienne Cabet, Pierre Leroux, Louis Blanc – rechazaron cortésmente su invitación, desanimados por el ateísmo de los alemanes.

Además de Marx y Engels, los autores fueron Arnold Ruge, Johann Jacoby, Moses Hess, Lazarus Bernays, Heinrich Heine, Georg Herwegh. Llama la atención que la gran mayoría de ellos fueran de origen judío: este es el caso de Marx, Hess, Jacoby, Bernays, Heine: ¡cinco de los ocho participantes! Ciertamente, Marx y Bernays provenían de familias conversas y no tenían conexión con la tradición judía. Serían «judíos no judíos», según el famoso concepto de Isaac Deutscher. Los editores no informan sobre este aspecto. Hasta cierto punto, los Anales son un episodio en la larga historia del radicalismo de izquierda de los intelectuales judíos, que comienza en el siglo XIX y que tendrá su máxima expresión en el siglo XX.

En uno de los dos artículos publicados por Marx en esta revista, la «Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel. Introducción”, aparece la pequeña frase que sancionará el divorcio entre el marxismo y la fe religiosa; «La religión es el opio del pueblo». Considerada por partidarios u opositores como una especie de resumen de la concepción marxista de la religión, esta fórmula irónica no es en absoluto específica de Marx: la encontramos, con algunos matices, antes de él, en Moses Hess, Heinrich Heine, Bruno Bauer y varios otros autores de este período. Además, la concepción de la religión que tenía Marx a principios de 1844 era neohegeliana (Feuerbach) y ahistórica: la religión como alienación de la esencia humana. Fue sólo más tarde, a partir de La ideología alemana (1846) que surge un análisis propiamente «marxista» de la religión como una de las formas de ideología, para ser puesta en relación con las clases sociales y las condiciones históricas.

De hecho, Marx prestó muy poca atención a los fenómenos religiosos. Fue su amigo Friedrich Engels quien se interesó por el desarrollo histórico del cristianismo, en particular en su libro sobre las guerras sociales y religiosas en Alemania en la época de la Reforma. La pequeña obra de Nicos Foufas es el primer análisis, en francés, de este texto “clásico” de Friedrich Engels, Las guerras de los campesinos en Alemania (1850). Se trata de una serie de artículos publicados por Engels en la Nueva Gazeta Renana (revista económico-política) editada por los dos amigos en Londres, donde se refugiaron tras la derrota de la revolución de 1848-49 en Alemania.

Nicos Foufas destaca con razón la novedad radical de este texto, que de hecho es el primero y ¡uno de los más exitosos! a la hora de aplicar el materialismo histórico a un acontecimiento del pasado, el levantamiento campesino (1524-25) en el Sacro Imperio Romano Germánico. El estudio de Engels, observa Foufas, es bastante original, por su intento de explicar los conflictos religiosos por los conflictos de clase, pero también porque no reduce la religión a un factor de oscurantismo y conservadurismo: es también, bajo ciertas condiciones históricas, capaz de expresar aspiraciones subversivas. Este fue el caso de varios movimientos heréticos de la Edad Media y, en particular, de la revuelta campesina del siglo XVI, donde la fe religiosa, en la forma de la teología revolucionaria del predicador anabaptista Thomas Münzer jugará un papel determinante. Si Engels consideró necesario escribir sobre este hecho en el contexto de los años 1848-1850, es porque fue el levantamiento revolucionario más importante de la historia de Alemania.

La principal debilidad del análisis de Engels -en nuestra opinión- fue analizar ciertas creencias religiosas como un mero «reflejo» o incluso «máscara» de los intereses de clase. Sin embargo, en ciertos pasajes, que Foufas no cita, Engels irá más allá de este tipo de reduccionismo socioeconómico. Refiriéndose al comunismo de Münzer, Engels escribe:

«Su doctrina política correspondió exactamente a esta concepción religiosa revolucionaria y fue más allá de las relaciones sociales y políticas existentes de la misma manera que su teología fue más allá de las concepciones religiosas de la época. (…) Este programa fue menos la síntesis de las reivindicaciones de la plebeyos de la época, que una brillante anticipación de las condiciones de emancipación de los elementos proletarios que germinan entre esos plebeyos (…) ”.

Lo que se sugiere en este asombroso párrafo no es sólo la función protestante e incluso revolucionaria de un movimiento religioso, sino también su dimensión anticipatoria, su función utópica. Estamos aquí en las antípodas de la teoría del «reflejo»: lejos de ser la simple «expresión» de las condiciones existentes, la doctrina político-religiosa de Münzer aparece como una «genial anticipación» de las aspiraciones comunistas del futuro. Encontramos en este texto una nueva pista, que no es explorada por Engels, pero que será, más tarde, ricamente trabajada por Ernst Bloch, desde su ensayo juvenil sobre Thomas Münzer hasta su obra principal sobre «El principio esperanza».

Ernst Bloch representa un importante punto de inflexión en la historia de la reflexión marxista sobre la religión: es el primero que tiene como objetivo no tanto la «crítica de la alienación religiosa – aunque esta dimensión no esté ausente en sus escritos – como el rescate del excedente utópico». de las tradiciones religiosas y, en particular, del cristianismo. Su ateísmo religioso lo coloca en una posición filosófica singular, en oposición tanto a las teologías institucionales como al materialismo vulgar.

Nadie estaba más calificado para tratar este tema que el filósofo franco-alemán Arno Münster, discípulo y biógrafo de Ernst Bloch y autor de varios ensayos notables sobre su pensamiento. El presente trabajo es un poco desordenado: los capítulos no siguen un orden cronológico, ni una organización temática, lo que da lugar a un cierto número de repeticiones. La primera parte es una breve historia de la relación entre socialismo y religión, desde Auguste Blanqui hasta la URSS, pasando por Jean Jaurès (¡pero sin Marx!), lo que la hace inevitablemente un poco esquemática. Pero el análisis de la filosofía de la religión de Ernst Bloch propuesto por Münster es una contribución muy importante al debate sobre marxismo y religión.

Como nos recuerda Münster, Bloch se convertirá en marxista en 1921, bajo la influencia de su amigo Georg Lukacs; compañero de viaje del movimiento comunista, se exilió en 1933, tras la toma del poder por los nazis, primero en Francia y luego en los Estados Unidos. Al regresar a Europa después de la guerra, se instaló en la República Democrática Alemana, donde fungió como filósofo semioficial de 1949 a 1956. Su oposición a la intervención soviética en Hungría hizo que fuese condenado como «revisionista» y se le prohibió enseñar. Cuando se empezó a construir el muro en 1961, decidió establecerse en Tübingen, en la Alemania Federal, donde se convertiría en un disidente marxista ampliamente escuchado por la juventud rebelde de la década de 1968.

La filosofía de la religión está presente en cuatro momentos de la obra del filósofo judeo-alemán:

*Su obra temprana El espíritu de la utopía (1918), notablemente en el capítulo final con el sorprendente título “Karl Marx, la muerte y el Apocalipsis”; pero también en un Excursus «Símbolo: los judíos».

*El libroThomas Münzer, teólogo de la revolución ( 1921), su primer trabajo comunista, que renueva profundamente el enfoque marxista de la religión.

*El capítulo 53 del volumen III de su obra magna El principio esperanza, dedicado a las tres grandes religiones monoteístas, desde el punto de vista de su contribución a la utopía del No-Aún-Ser.

*El ateísmo en el cristianismo ( 1968), una exégesis materialista de la Biblia, que ha generado mucha controversia y debate, especialmente entre los teólogos cristianos.

Hostil a lo que él llama «ateísmo vulgar indigente», pero también a las teologías conservadoras de todas las religiones, Bloch estaba fascinado por el mesianismo, el apocalipsis, la escatología, la Cabalá, el misticismo, las herejías. Celebra con entusiasmo al profeta Amós, Jesús de Nazaret, Joachim de Flore, Meister Eckhart, Jan Huss, Thomas Münzer, Wilhelm Weitling y… Dostoyevsky. Pero fueron Karl Marx y Friedrich Engels quienes proporcionan el hilo conductor: lucha de clases, praxis revolucionaria, utopía comunista.

Como muestra Arno Münster con gran inteligencia y sensibilidad, el ateísmo religioso de Bloch se manifiesta sobre todo en una lectura crítica, heterodoxa y materialista de la Biblia, en busca de sus momentos utópicos, subversivos y emancipatorios. Una lectura «con los ojos del Manifiesto Comunista», que le llevará a un diálogo crítico con la teología protestante más avanzada: Rudolf Bultmann, Albert Schweitzer, Jürgen Moltmann y especialmente su amigo Paul Tillich, socialista cristiano y antifascista alemán, que se exilió también en los Estados Unidos. Por supuesto, los teólogos cristianos no pueden aceptar la proposición central, paradójica y algo provocativa de Bloch: «sólo un ateo puede ser un buen cristiano y sólo un cristiano un buen ateo».

Con Moltmann, también socialista cristiano, la manzana de la discordia será el rechazo categórico de Bloch a la “teología de la cruz” de Pablo y Lutero, que lleva, a sus ojos, a la aceptación del sufrimiento como destino humano. Uno de los teólogos protestantes, Carl-Heinz Ratschow, profesor de la Universidad de Marburg, incluso dedicó un libro completo en 1972 a la discusión de las tesis heréticas de Ernst Bloch. A pesar de su simpatía por él, rechaza su compromiso marxista y opone a la esperanza de Bloch, basada en el combate, la esperanza cristiana, basada en la certeza. Ratschow también rechaza, como era de esperar, la polémica interpretación de Bloch del Libro de Job, como una rebelión contra Dios, culpable de tolerar la injusticia en el mundo.

En última instancia, la recepción más favorable de Bloch será la de los teólogos de la liberación latinoamericanos (en particular, Gustavo Gutiérrez). Sin aceptar su ateísmo, comparten plenamente la apuesta que se encuentra en la conclusión de su libro de 1968: «La unión de la revolución y el cristianismo en la guerra de los campesinos no será la última».

Si los pensadores marxistas se han interesado por el cristianismo, ¿no hay también cristianos atraídos por el marxismo? Por supuesto, se pueden encontrar varios ejemplos a lo largo de la historia moderna. Un libro reciente, publicado en los Estados Unidos, relata un caso bastante sorprendente: una joven católica, Grace Carlson (1906-1992), que se «convirtió» al marxismo, convirtiéndose en una de las principales dirigentes del Socialist Workers Party (Partido Socialista Obrero), organización trotskista asociada a la IV Internacional.

El libro de Donna T. Haverty-Stacke es una biografía bien documentada de este inusual viaje espiritual y político. Nacida en una familia católica de clase trabajadora de origen irlandés, criada por las Hermanas de San José, la joven Grace Holmes está interesada en la condición de la clase trabajadora, pero desde la perspectiva de Rerum Novarum y la doctrina social de la Iglesia. Estudiante de la Universidad de Minesotta, se movilizará, junto con su esposo Gilbert Carlson y su hermana Dorothy, en apoyo de una gran huelga obrera en Minneapolis en 1934, que fue liderada – bastante excepcional en ese momento – por militantes trotskistas. Los tres empezaron a asistir a encuentros políticos, que no consideraron incompatibles con su fe religiosa: podían ir a misa y a un encuentro socialista el mismo domingo … En los años siguientes, las dos hermanas se irán acercando cada vez más a los trotskistas y en 1936 se suman a esta corriente comunista disidente, que va a fundar, en 1937, el Socialist Workers Party, que reclama a Marx, Lenin y Trotsky. Alrededor de 1938, Grace deja de ser católica practicante, lo que provocará su separación (pero no el divorcio) de su esposo Gilbert Carlson.

¿Cuáles son las razones de lo que el autor llama «la conversión»? Sugiere una hipótesis interesante: la afinidad electiva  – en el sentido weberiano del término – entre la conciencia católica de Grace de la clase trabajadora y el socialismo de clase trabajadora del SWP. Pero esta intuición no se desarrolla en el libro …

En los años siguientes, Grace se convertiría en la única mujer en el Comité Nacional, la dirección del SWP (1942). Después de haber pasado un año en prisión (1945), acusada de «querer derrocar al gobierno de los Estados Unidos por la fuerza», en 1948 fue candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos por el SWP – el candidato presidencial fue uno de los líderes de la huelga de 1934, Farrell Dobbs.

Sin embargo, en 1952 se producirá una segunda conversión: Grace Carlson decide dejar el Partido y volver a la Iglesia Católica … lo que la lleva a reconciliarse con su marido, todavía católico, Gilbert Carlson, pero a romper con su hermana Dorothy, quien permaneció en el Partido, con su amante Ray Dunne, y con sus muchos amigos socialistas, con quienes había formado una red de «sororidad». James P. Cannon, el fundador y principal líder del SWP, quien se había convertido en un amigo personal, trató de explicarle a Grace que la Iglesia Católica era «la fuerza más reaccionaria y oscurantista del mundo entero», pero sin mucho éxito. …

Desconcertados, sus amigos marxistas intentan explicar este cambio de rumbo por la fatiga frente a la represión y la caza de brujas del macartismo, pero para Grace se trata de otra cosa: un punto de inflexión espiritual, una necesidad de Dios. He cambiado, dice, mi actitud religiosa pero no mi política: «He seguido siendo marxista a mi manera». Será recogida por las Hermanas de San José y enseñará en una Escuela de Enfermería en el Hospital Saint Mary’s, no sin cooperar con Slant (Point of View), un grupo marxista cristiano de Inglaterra, y denunciar la Guerra de Vietnam.

Es, en el caso de Grace Carlson, un viaje singular y personal. Lo que encontraremos, una generación después, en América Latina, fue de otra dimensión: todo un movimiento social, especialmente entre la juventud católica, se apropiará de ciertos conceptos marxistas y formulará una nueva visión cristiano-socialista. Este movimiento, nacido en Brasil a principios de la década de 1960, después de la Revolución Cubana, pero antes del Concilio Vaticano II, tomará diferentes formas, incluida la formación, en 1962, por militantes de la Juventud Universitaria Cristiana, de un partido político socialista / humanista, Acción Popular (AP). Fue solo mucho más tarde, después de 1971, que la teología de la liberación se desarrolló a partir de esta experiencia sociopolítica., no solo en Brasil sino en toda América Latina.

Uno de los episodios más llamativos de esta convergencia entre catolicismo y marxismo fue el compromiso, hacia 1968-70, de un grupo de frailes dominicos del Convento de Perdizes, en São Paulo, con la resistencia armada contra la dictadura militar establecida en 1964 en Brasil. El libro de Leneide Duarte-Plon es la biografía de uno de estos dominicanos brasileños, el hermano Tito de Alencar, quien pagó con su vida este compromiso social y político.

Militante de la Juventud Estudiantil Cristiana, ingresó en la Orden de los Dominicos en 1966. Tito compartió con sus hermanos del Convento de Sâo Paulo, la admiración por el Che Guevara y Camilo Torres, y el deseo de asociar a Cristo y Marx en la lucha por la liberación del pueblo brasileño. Tito era cercano a Acción Popular, que era hegemónica en el movimiento estudiantil, y contribuirá a la organización clandestina, en 1968, del Congreso de la Unión Nacional de Estudiantes en la aldea de Ibiuna. Como todos los delegados, será detenido por la policía en esta ocasión, pero pronto será liberado.

Tras el endurecimiento de la dictadura militar en 1968 y la imposibilidad de cualquier protesta legal, el ala más radical de la oposición a la dictadura tomó las armas. La principal organización de la lucha armada contra el régimen fue la Acción de Liberación Nacional (ALN), fundada por un líder comunista disidente, Carlos Marighella. Un grupo de jóvenes dominicos – Frei Betto, Yvo Lesbaupin, Fernando Brito y otros – se comprometerá con la ALN, sin tomar las armas pero brindando apoyo logístico; Sin pertenecer a quienes trabajan directamente con Marighella y sus compañeros, Tito de Alencar es solidario con su compromiso. Como ellos, cree que el Evangelio contiene una crítica radical de la sociedad capitalista; y como ellos, cree en la necesidad de una revolución. Como escribió más tarde, “la revolución es la lucha por un mundo nuevo, una forma de mesianismo terrenal, en el que existe la posibilidad de encuentro entre cristianos y marxistas”.

El 4 de noviembre de 1969, durante la noche, el Comisionado de Policía Fleury invadió el Convento de Perdizes y arrestó a varios dominicos, entre ellos Frei Tito. La mayoría serán torturados y sus confesiones permitirán a la policía tenderle una trampa a Carlos Marighella y asesinarlo. Tito no tuvo contacto con la ALN y respondió negativamente a todas las preguntas. Fue sometido dos veces a torturas (descargas eléctricas) a fines de 1969 y principios de 1970, primero por Fleury y luego en las instalaciones del servicio de inteligencia del Ejército, designado por los militares como «la sucursal del infierno». Para escapar de sus torturadores, intenta suicidarse con una cuchilla de afeitar. Internado en el Hospital Militar, recibió la visita del Cardenal de São Paulo, D. Agnelo Rossi, figura conservadora, que se solidariza con los militares y se niega a denunciar las torturas a los dominicos. Finalmente es enviado a una prisión «ordinaria», donde Tito escribe un relato de sus sufrimientos que será publicado por la revista estadounidense Look y distribuida en Brasil por activistas de la resistencia, con considerable impacto. El Papa Pablo VI termina condenando «un gran país que aplica métodos de interrogatorio inhumanos» y reemplaza a D. Rossi por Paulo Evaristo Arns, nuevo cardenal de São Paulo, conocido por su compromiso con la defensa de los derechos humanos y contra la tortura.

Unos meses después, los revolucionarios secuestran al embajador suizo y lo canjean por la liberación de 70 presos políticos, entre ellos Tito de Alencar. El joven dominico duda en aceptar, tan ajena le resulta la idea de salir de su país. Los 70 serán expulsados ​​del país y no podrán regresar. Tras una breve estancia en Chile, Frei Tito se instaló con los dominicos del Couvent Saint-Jacques de París. El exilio es para él un gran sufrimiento: “Es muy duro vivir lejos de su país y de la lucha revolucionaria. Debemos soportar el exilio como soportamos la tortura”. Participó en campañas de denuncia de los crímenes de la dictadura y comenzó a estudiar teología y los clásicos del marxismo: “Acepto el análisis marxista de la lucha de clases. Para aquellos que quieren cambiar las estructuras de la sociedad, Marx es fundamental. Pero la visión del mundo que tengo como cristiano es diferente a la visión del mundo marxista”. El dominico francés Paul Blanquart, conocido por sus opciones “a la izquierda de Cristo”, lo describe como “el más comprometido y el más revolucionario de los dominicos”.

Sin embargo, con el paso del tiempo, Tito muestra signos cada vez más inquietantes de desequilibrio mental. Cree que está siendo seguido y perseguido por su torturador, el comisario Fleury. En 1973 se le ofreció, por tanto, un lugar más tranquilo: el Convento de los Dominicos de l’Arbresle. Se hace amigo del hermano dominico Xavier Plassat, quien intenta ayudarlo, y sigue un tratamiento psiquiátrico con el doctor Jean-Claude Rolland. En vano. Después del golpe de Estado en Chile en septiembre de 1973 se puso cada vez más ansioso, convencido de que Fleury todavía lo perseguía y que los dominicos, o las enfermeras del hospital psiquiátrico, eran sus secuaces. Finalmente, exhausto, desesperado, el 8 de agosto de 1974, se suicida ahorcándose.

Su amigo dominico, el hermano Xavier Plassat, finalmente se instalará en Brasil, donde se convertirá en el organizador de la campaña contra el trabajo esclavo de la Comisión Pastoral de la Tierra: según su testimonio, “mi trabajo aquí es un legado dejado por Tito”.

Como sabemos, el Vaticano, bajo Juan Pablo II y Ratzinger, rechazó la teología de la liberación como un “error”, principalmente por su uso “indiscriminado” de conceptos marxistas. Con la elección de Bergoglio, Papa Francisco, de origen argentino, parece abrirse una nueva etapa. Gustavo Gutiérrez no solo fue recibido en el Vaticano, sino que el Papa decidió, durante un encuentro en 2014 con Alexis Tsipras y Walter Baier, dos líderes de la izquierda europea, abrir un diálogo entre marxistas y cristianos. Diálogos de este tipo habían tenido lugar en la posguerra, en ciertos países europeos (Francia, Italia, Alemania), pero una iniciativa bajo la égida del Vaticano no tiene precedentes.

El Papa ha delegado en el arzobispo Angelo Vincenzo Zani, secretario de la Congregación Vaticana para la Educación Católica, y al movimiento de los Focolares, una red laica fundada por Chiara Lubich en la Italia de la posguerra, este diálogo. El libro Europa en común es la primera publicación de este intento de explorar una “ética social transversal”. Dos de los editores del libro, Franz Kronreif y Luisa Sello, pertenecen a la red Focolari, y los otros dos, Walter Baier (exsecretario general del Partido Comunista de Austria) y Cornelia Hildebrandt, de la Fundación Rosa Luxemburg de Berlín representan ¡Transform! , red de Fundaciones de Investigación Marxista vinculadas a la Izquierda Europea.

El diálogo tuvo lugar primero en las instalaciones del Instituto Universitario Sophia, del movimiento Focolari, ubicado en el pueblo de Loppiano, cerca de Florencia, donde los participantes fueron recibidos por el sociólogo belga Bernard Callebaut. Otros simposios tuvieron lugar en Catelgandolfo, ¡la residencia de verano del Papa! – y en Viena. En septiembre de 2018, sin embargo, se llevó a cabo una universidad de verano conjunta, en las instalaciones de la Universidad del Egeo, ubicada en la isla de Siros, sede de una comunidad católica tradicional. La mayoría de los documentos reunidos en la colección Europa en común (primer volumen) son las presentaciones realizadas durante esta iniciativa. Durante sus estudios, los alumnos de ambas corrientes redactaron conjuntamente un documento, “El Manifiesto de Hermoupolis”, que también aparece en el libro.

En su introducción, los cuatro editores de la colección recuerdan que el objetivo del diálogo no es la conversión mutua, ni la producción de sincretismo, sino la búsqueda de lo común sin desconocer diferencias fundamentales. Tres intervenciones iniciales sirven como punto de partida:

Franz Kronreif, del movimiento de los Focolares, habla de “consenso en la diferencia” y sugiere que los puntos de referencia iniciales para el diálogo sean la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco y las Tesis sobre el concepto de historia de Walter Benjamin. Walter Baier, de la red Transform! recuerda la necesidad de los marxistas de una reflexión autocrítica sobre los crímenes cometidos en nombre del socialismo en la URSS y encuentra en los escritos de Karl Polanyi elementos para una convergencia entre socialismo y cristianismo. Finalmente, Mons. Zani, en un saludo dirigido a la Universidad de Verano 2018, rinde homenaje a los ideales de justicia, fraternidad y solidaridad de los jóvenes participantes en este encuentro.

Durante los diálogos y debates de la Universidad de Verano pudimos presenciar debates entre puntos de vista bastante opuestos, como por ejemplo entre Leonce Bekemans, profesora de la Cátedra Jean Monnet de la Universidad de Padua, partidaria convencida de la Unión Europea «realmente existente», y Luciana Castellina, exdiputada comunista europea, que sueña con «otra Europa», no sujeta a los mercados capitalistas. Sin embargo, los interlocutores de las dos partes lograron redactar un documento común, como fue el caso de Cornelia Hildebrandt y Pal Toth, profesor del Instituto Universitario de Sophia, sobre «Una estrategia no-violenta en un mundo plural». Lo mismo ocurre con la contribución de Petra Steinmair-Pösel, teóloga vinculada a los Focolares, en colaboración con Michael Brie,de la Fundación Rosa Luxemburg de Berlín, sobre “Los Comunes: ¿nuestro terreno común? «.

Europa como común también contiene contribuciones de Piero Coda, rector del Instituto Universitario de Sophia, de Bernard Callebaut, sociólogo de la misma Institución, de Spyros Syropoulos, profesor de la Universidad del Mar Egeo, de Alberto Lo Presti, de la Universidad Católica Lumsa de Roma, de José Manuel Pureza, profesor de la Universidad de Coimbra y miembro del Bloque de Izquierda en el Parlamento portugués, de la teóloga musulmana Adnane Mokrani – un llamamiento a favor de «un estado laico como una necesidad religiosa» -, del psicólogo social Thomas Stucke, del politólogo colombiano Javier Andrés Baquero (quien relata su experiencia en la gestión “verde” de la ciudad de Bogotá), y el autor de esta nota. El conjunto, que da testimonio de la pluralidad de perspectivas comprometidas en esta iniciativa «transversal», se complementa con una conferencia del Papa Francisco sobre “La opción preferencial por los pobres, criterio clave de la autenticidad cristiana” (19/8/2020).

¿Qué podemos concluir de este itinerario bibliográfico bastante desigual, que nos lleva del joven Marx al Pontifex Maximum Bergoglio? La única conclusión es que la relación entre marxistas y cristianos sigue siendo un libro abierto, cuyos próximos capítulos se escribirán menos sobre la base de las Sagradas Escrituras de los demás, que en respuesta a los desafíos ecológicos, sociales y éticos del siglo XXI.

Referencias

Friedrich ENGELS et Karl MARX Annales franco-allemandes,  Edition complète préparée par Alix Bouffard et Pauline Clochec. Traduction par J-C Angaut, V.Beguin, A.Bouffard, J-M Buée, P.Clochec, C.Fradin, M. L’Homme et J.Quétier. Présentation et annotation par P.Clochec,  Paris, Editions Sociales,  Geme (Grande Edition Marx et Engels), 2020, 328 pages;

Nicos FOUFAS, Friedrich Engels et la Guerre des Paysans  Allemands,  Paris,  L’Harmattan,  «Ouverture Philosophique», 2020,  117 pages.

Arno MÜNSTER, Socialisme et religion au XXe Siècle. Judaisme, Christianisme et athéisme dans la philosophie de la religion d’Ernst Bloch, Paris, L’Harmattan,  coll. «Ouverture Philosophique», 2018, 175 pages;

Donna T. HAVERTY-STACKE, The FieRce Life of Grace Holmes Carlson,  New York,  New York University Press,  2021, 289 pages;

Leneide  DUARTE-PLON et Clarisse MEIRELLES,  Tito de Alencar (1945-1974). Un dominicain brésilien martyr de la dictature, Paris,  Karthala, Collection  «Signes des Temps»,  2020, 308 pages. Traduit du portugais par les auteures.  Préface de Vladimir Safatle,  Avant-Propos de Xavier Plassat ;

Walter BAIER, Cornelia HILDEBRANDT,  Franz KRONREIF, Luisa SELLO  (Eds.),  Europe as a Common.  Exploring Transversal Social Ethics, Zürich,  LIT Verlag, 2021,  Vol. I,  267 pages.

Publicado originalmente en el blog del autor en Médiapart. Traducción de G. Buster en Sin Permiso.

 *++