jueves, 27 de febrero de 2014

QUÉ HAY EN JUEGO EN UCRANIA

Qué hay en juego en Ucrania / Olga Rodríguez


Olga Rodríguez  / eldiario.es
 Sociología crítica
 2014/02/25

EE.UU. ha intervenido activamente diseñando el cambio de Gobierno en Ucrania, y así lo refleja una filtración reciente | Washington ha subrayado la importancia de los 5.000 millones de dólares invertidos en Ucrania para obtener las “aspiraciones europeas” del país | El gas ruso, la geopolítica y los intereses de la OTAN hacen de Ucrania un escenario clave.     
Ucrania está marcada por una profunda corrupción que inunda todos los aspectos de la cotidianidad de sus habitantes. 

“Si quiero tener garantías de que voy a cobrar una ayuda por desempleo, sé que debo sobornar a alguien”, me contaba recientemente una mujer ucraniana.

Corrupción y pobreza

El pago de dinero negro a algún funcionario para obtener una ayuda estatal, una pensión o un visado que permite la entrada en países de la Unión Europea es algo habitual en este país reinado por una oligarquía que apuesta por Occidente o por Moscú en función de sus intereses.

La pensión media es de unos 140 dólares al mes. El sueldo medio mensual es de unos 290 dólares, una cantidad claramente insuficiente en una nación donde hasta el médico pide una “recompensa” por sus servicios. Además, el país experimenta una enorme brecha entre ricos y pobres. 

Por eso no son pocos los ucranianos que viajan a la UE en busca de salarios con los que poder mantener a su familia. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, en septiembre de 2011 el 14,4% de los ucranianos -es decir, 6,5 millones- eran emigrantes, y la población se estaba reduciendo en 330.000 cada año a causa de la marcha de personas en busca de trabajo en terceros países.

Esta situación económica y social, mezclada con la corrupción y con el poder de una oligarquía que goza de gran impunidad, es clave para entender el caldo de cultivo en el que se generan las protestas. Muchos ucranianos tienen razones más que suficientes para protestar y para desear un cambio real en su país. El riesgo que corren es pensar que la Unión Europea será la solución a sus problemas.

La oferta europea 

Por otro lado, la UE nunca ha ofrecido a Ucrania un acuerdo de integración, sino un simple pacto de “asociación y libre comercio”. Dicha oferta, que se iba a firmar el pasado noviembre, fue finalmente rechazada por el Gobierno de Yanukóvich, lo que provocó la organización de las protestas en Kiev, convocadas por la oposición política. Yanukóvich argumentó que dicho acuerdo pondría en peligro sus relaciones comerciales con Rusia y pidió a cambio una compensación económica que la UE se negó a entregar. 

La oferta de la Unión Europea a Ucrania contemplaba la eliminación de aranceles y de barreras comerciales a los capitales de la UE. Iba acompañada de la promesa de “ayudas económicas” a cambio de que Ucrania adoptara una serie de duras reformas dictadas por el Fondo Monetario Internacional, organismo que está obligando a países como España a bajar sueldos, aplicar recortes y eliminar o reducir ayudas y subsidios. 

Ucrania es además un importante socio comercial para Rusia, país al que destina más de un cuarto del total de sus exportaciones. El Acuerdo de Asociación propuesto por la UE habría abierto el mercado ucraniano a la Unión Europea: los productos comunitarios habrían podido entrar sin aranceles en un mercado con 45 millones de consumidores potenciales, perjudicando a los productos ucranianos, sin capacidad para competir frente a los de la UE.

En noviembre, tras el rechazo de Kiev al pacto comercial con la UE, Rusia anunció para Ucrania un crédito de 15.000 millones de dólares y estableció un tercio de descuento sobre el precio de sus importaciones de gas.

La injerencia extranjera

Un análisis de lo que ocurre en Ucrania se quedaría cojo si no tuviera en cuenta el enorme protagonismo de actores internacionales, los intereses de Estados Unidos, la UE y Rusia. 

En un artículo publicado en diciembre ya mencionaba la postura de alguien tan influyente en la política estadounidense como el analista y asesor Zbigniew Brzezinski, empeñado desde hace tiempo en destacar el papel fundamental de Ucrania. 

De hecho, antes de que estallaran las protestas, Brzezinski ya subrayaba la importancia de actuar en Ucrania para impedir una mayor integración del país en la órbita rusa, sobre todo después de que el Gobierno ucraniano se comprometiera, al igual que Armenia, a unirse a la Unión Aduanera que Rusia forma ya con Kazajistán y Bielorrusia. 

Hace tan solo unos días Brzezinski escribía: “Saludo al heroico pueblo de Maidán. Ahora debéis trasladar vuestra valentía histórica en herramientas políticas efectivas”. 
El gas, la cuestión militar y la geopolítica 

Ucrania es clave en un plano tanto militar como geopolítico y económico. Algo más del 75% de las exportaciones de gas ruso van destinadas a países de la Unión Europea, y de ellas, más de la mitad pasan por territorio ucraniano. A su vez, Ucrania depende casi por completo del gas ruso. 

Además, Ucrania, con el segundo ejército más numeroso de Europa tras Rusia, es la pieza del puzzle que le falta a la OTAN en el territorio fronterizo con Rusia, donde la Alianza Atlántica se expande hasta Lituania y Polonia y donde Washington implementa su escudo antimisiles, con intención de mantener a raya a Moscú. 
Por lo demás, la exrepública soviética es un importante enclave militar que permite a Moscú tener acceso al mar a través de la península de Crimea, donde se encuentra la base militar de la flota rusa en el Mar Negro.
EE.UU. planeando el futuro Gobierno de Ucrania

Hace tan solo dos semanas un vídeo filtrado por Internet SaveFrom.net - que ha pasado algo desapercibido teniendo en cuenta su carácter esclarecedor- mostraba una conversación telefónica entre dos altos diplomáticos estadounidenses. En dicha grabación, la secretaria de Estado estadounidense adjunta para asuntos europeos, Victoria Nuland, debatía con el embajador estadounidense en Kiev, Geoffrey Pyatt, sobre cómo facilitar el éxito de la protesta contra el Gobierno ucraniano. 

El diálogo filtrado desvela que Washington tiene una implicación mucho mayor en Ucrania de la que muestra públicamente. Nuland y Pyatt hablan en esa conversación sobre los líderes de la oposición que deben estar o no en el futuro gobierno. Ambos acuerdan que su hombre es Arseni Yatseniuk, líder del partido Patria, al que pertenece la ex primera ministra Yulia Timoshenko (y del que también es integrante el ahora nombrado presidente en funciones, Alexánder Turchinov). 

En la conversación Nuland y Pyatt descartan a Vitaly Klitschko, líder de otro partido de la oposición. Klitschko, exboxeador, cuenta con el apoyo explícito de la Unión Demócrata Cristiana de Angela Merkel. En la conversación filtrada, Nuland dice: “No creo que Klitschko deba entrar en el gobierno. No creo que sea necesario, no creo que sea una buena idea”. 

Ambos mencionan que hablarán con Klitschko. Nuland informa a Pyatt de que en los próximos días la ONU podría nombrar a un nuevo enviado especial para Ucrania y que esto ayudará a “soldar” el plan ante lo que considera la inacción de la Unión Europea. De hecho, Nuland dice: 

“Sería estupendo, creo, para ayudar a soldar esto y tener a la ONU ayudando a soldarlo, y ya sabes, que se joda la Unión Europea”. 

“Exactamente”, contesta el embajador. 

El “que se joda la UE” de Nuland plantea una fricción entre Washington y Alemania. A ojos de la diplomática estadounidense, algunos actores de la Unión Europea han querido evitar tensiones con Rusia y han optado por no ser contundentes en la pelea por Ucrania. Estados Unidos ha asumido el papel más activo en la estrategia diseñada para expulsar a Yanukóvich e impulsar un giro de Kiev hacia el Oeste. 

Para rematar la conversación filtrada, Nuland informa a Pyatt de que el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, está dispuesto a intervenir en la cuestión ucraniana para “conseguir los detalles” y para un “atta-boy” [expresión coloquial que se usa para dar ánimos, procedente de “that`s the boy”, que se puede traducir como “bien hecho”, en este caso se entiende que es para animar a alguien en privado].
5.000 millones de dólares estadounidenses

El pasado diciembre también Victoria Nuland ofreció una conferencia en el Club Nacional de Prensa en Washington SaveFrom.net, y en ella mencionó la enorme inversión que EE.UU. ha hecho en Ucrania -más de 5.000 millones de dólares- para conseguir “sus aspiraciones europeas”: 

“Desde la declaración de independencia de Ucrania en 1991, Estados Unidos ha apoyado a los ucranianos en el desarrollo de instituciones democráticas, mientras promovían la participación de la sociedad civil y el buen gobierno, todo ello necesario para alcanzar sus aspiraciones europeas. Hemos invertido más de 5.000 millones de dólares en ayudar a Ucrania a conseguir estos y otros objetivos.” (Minuto 7:27 del vídeo)
Esa cantidad mencionada por Nuland es la entregada por Washington a diversos grupos no gubernamentales y programas de asistencia en Ucrania. 

Los objetivos de Estados Unidos se van cumpliendo. Yanukóvich ha sido expulsado y Yulia Timoshenko, la candidata de Washington en 2004, encarcelada posteriormente por abuso de poder y corrupción, ha sido puesta en libertad, un hecho celebrado por el presidente del Parlamento europeo, Durao Barroso o por la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton.

Un guión escrito de antemano

La población ucraniana tiene multitud de razones para protestar y exigir un país diferente. Pero la prioridad de quienes se han erigido como representantes de eso que algunos llaman ‘revolución’ no parece residir en la lucha por un modelo político y económico más justo. Sus intereses son otros.

Lo que se ha buscado hasta el momento ha sido un simple traspaso del poder de unas oligarquías a otras, partidarias estas últimas de un acercamiento a la UE y por tanto a EEUU. Prueba de ello es cómo, tras la caída de Yanukóvich, se está poniendo en práctica de forma ordenada un guión claramente escrito y planeado de antemano. 

Según dicho guión, el Gobierno de Yanukóvich, al servicio de los intereses de una oligarquía, dará paso a una Ucrania cuyas prioridades son aproximarse a Bruselas y al FMI y aceptar la imposición de duras medidas económicas. Eso no es precisamente una revolución. Ucrania se encuentra atrapada entre varias derechas -una de ellas, la ultraderecha-, cada cual con objetivos ajenos a los intereses de la mayoría de la población.

El FMI entra en escena

Quedan diversas incógnitas por despejar, entre ellas, los entresijos de las conversaciones entre militares, oposición política y actores internacionales, así como el papel real del Ejército ucraniano, que se ha definido como neutral en un momento en que el Gobierno de Yanukóvich necesitaba su respaldo.

De lo que no hay duda es que los planes frustrados en noviembre serán ahora retomados. Tanto Reino Unido como Alemania ya han anunciado que reclamarán un paquete de “ayudas” para Ucrania del Fondo Monetario Internacional. Estados Unidos también ha expresado “su fuerte apoyo” a Ucrania para solicitar ayuda financiera al organismo financiero internacional.

En Washington hay sin duda satisfacción: las crecientes ambiciones de Putin han sufrido un varapalo y se intensifican los esfuerzos por ampliar la influencia política y económica occidental en la región. Los planes van saliendo según lo esperado. Poco importa que para ello se haya contado con la inestimable ayuda del fascismo ucraniano.

Fuente: http://www.eldiario.es/internacional/juego-Ucrania_0_232376778.html

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UCRANIA TAMBIÉN ESTÁ A LA VUELTA DE LA ESQUINA



El cuaderno de Kiev. Un diario desde el 19 hasta el 24 de febrero

1/6
La Vanguardia
Sociología crítica
2014/02/27

Tras casi tres meses de protesta en la plaza de Kíev (Maidán) y después de doce años de no haber pisado esta entrañable tierra, aterrizo en la capital de Ucrania el segundo día con tiros y muertos. Desde Berlín escribí el artículo “Horizonte ucraniano” (link abajo); ahora se trata de contemplarlo de cerca y en caliente. Este es el resultado.

Miércoles 19 – Ucrania ha cruzado el límite de la sangre, algo que de por sí es una tragedia, porque desde la disolución de la URSS este país había demostrado una rara capacidad de resolver con pactos y consensos los pulsos y tensiones más agudos. 25 muertos, nueve de ellos policías, según los informes preliminares contienen una clara advertencia del potencial de violencia de esta enorme nación europea a la deriva entre dos imperios. Pero estos muertos no son desenlace de nada y más bien anuncian más muertos. Entre el aeropuerto y el centro la policía detiene a los camiones por si traen armas, pero el tráfico de coches es relativamente fluido. El taxista me pone a caldo a Viktor Yanukovich, el presidente del país.

Todo sigue abierto, la plaza sigue ahí en pie de guerra. En sus momentos más masivos ha congregado a unas 70.000 personas en esta ciudad de cuatro millones de habitantes. Entre ellos hay una minoría de varios miles, quizá cuatro o cinco mil, equipados con cascos, barras, escudos y bates para enfrentarse a la policía. Y dentro de ese colectivo hay un núcleo duro de quizás 1.000 o 1.500 personas puramente paramilitar, dispuestos a morir y matar lo que representa otra categoría.  Este núcleo duro ha hecho uso de armas de fuego.
Las barricadas formadas con sacos llenos de nieve de diciembre se han deshinchado tras el brusco descenso de las temperaturas registrado en las últimas horas.  Con la batalla de ayer, cuya responsabilidad  imputa cada bando al otro, el gobierno ha avanzado algunas posiciones en las calles que conducen a las sedes del poder (Parlamento, Consejo de ministros, ministerios, sede de la presidencia…) algunos edificios están desastradas por la ocupación, o calcinados.

Fuera de la zona de los enfrentamientos la situación es de normalidad, aunque el metro está cerrado y los accesos a la ciudad sometidos a control para evitar la llegada de los autobuses con ciudadanos, sobre todo del oeste del país, que quieren unirse a la revuelta. En algunas carreteras se ha visto a centenares de esos voluntarios caminando hacia Kíev después de que la policía los hiciera bajar de los autobuses.

En ese contexto, los ministros europeos no vienen a mediar –son parte en este conflicto- sino a presionar; Frank-Walter Steinmeier, Laurent Fabius y Radoslav Sikorski (Alemania, Francia y Polonia), junto con la errática jefa de la política exterior europea, Lady Ashton, le apretarán los tornillos a Yanukovich,  horas antes de que la UE examine su insensata propuesta de sancionar a los dirigentes ucranianos que no sirve más que para colocarlos contra las cuerdas y radicalizar sus decisiones. Esta mezcla de revuelta popular y de intento euro-atlántico de cambio de régimen a lo Milosevic,  es una insensatez que juega con fuego.

La jornada del martes en Kíev fue una especie de 4 de octubre de 1993 moscovita. Aquel día Boris Yeltsin aplastó a su oposición tras un golpe de estado presidencialista que dejó más de un centenar de muertos, con el apoyo y aplauso de Occidente. Aquello fue una tragedia y al mismo tiempo un desenlace: tras la masacre la situación se estabilizó con el nacimiento del nuevo régimen autocrático ruso, que hoy administra el denostado Vladimir Putin. El 18 de febrero de Kíev con sus 25 muertos no promete estabilidad, sino todo lo contrario: nuevas turbulencias y violencias. El motivo es la general debilidad, tanto del poder como de la oposición.

El presidente Yanukovich está muy desprestigiado, sobre todo por el deterioro socio-económico y la corrupción  que vive el país. Desde ese punto de vista no hay gran diferencia de fondo (sí de escala) entre el EuroMaidan y el 15-M o las huelgas generales griegas, de las que Bruselas abomina. Pero la oposición también es débil. Sus líderes, con el protegido de Merkel y boxeador Vitali Klichkó en primer lugar, son unos perfectos inútiles sin apenas control del movimiento popular, cuyo sector “radical” es una mezcla de ultraderechistas, gente valerosa y, probablemente, provocadores al servicio de poder y también del enigma. No tienen más programa que el “que se vaya Yanukovich”, cuyo programa, a su vez,  es mantenerse en el poder. Más allá del más que comprensible cabreo hacia el gobierno, ¿cuál es el programa social y económico? Arseni Yatseniuk, otro de los líderes de la oposición es un hombre que cree en las recetas del FMI, universalmente fallidas desde América Latina hasta Europa y Rinat Ajmedov, el hombre más rico de Ucrania (propietario del apartamento más caro de Londres: 155 millones de euros), y otros magnates apoyan de una u otra forma, por acción u omisión,  “la justa lucha ciudadana”. Hay que recordar que esta oposición ya estuvo en el poder, tras la “revolución naranja” del 2004 y que las cosas cambiaron muy poco. La deriva de Ucrania es un panorama de oligarcas y magnates al servicio de uno u otro imperio.

El país, como Rusia (y a otro nivel, la propia UE, por cierto), debe encontrar una vía no oligárquica de desarrollo sostenible. Si no lo hace hay un gran potencial de disgregación e incluso de guerra civil: este es un país bicéfalo que contiene dos civilizaciones, con diferentes religiones, identidades y lenguas. Ucrania necesita urgentemente una mediación bienintencionada, pero sus vecinos imperiales, el Imperio del Oeste, la UE, y el del Este, Rusia, son más problema que solución.

Al Oeste hay una torpe Alemania con ínfulas de liderazgo que está estrenando apenas su soberanía exterior. Horas antes de que en Kíev se escenificara la tragedia, Merkel recibía en Berlín el lunes a dos de los tres líderes de la oposición (el tercero es un antisemita ultraderechista que no es presentable). En lugar de desplegar un “soft power” benévolo y mediador, la UE baraja sanciones que solo servirán para arrinconar más al gobierno ucraniano (el siguiente paso nefasto sería amenazar con la siempre selectiva “justicia internacional).

Al Este, una Rusia que también presiona fuertemente porque ve en Ucrania una condición importante para su consolidación geopolítica, algo que Washington quiere impedir como sea. Pero así como Moscú está de acuerdo en solucionar el vínculo “comercial y económico” (lo que se llama la “integración”) en un foro tripartito, con los europeos y Ucrania (el gobierno de Kíev está por ello), Bruselas/Berlín no quieren hablar del tema. Es decir, todas las fuerzas exteriores actúan aquí negativamente, convirtiendo una situación difícil pero solucionable en un barril de pólvora.  En Kíev se necesita urgentemente un mediador.

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Clamor ciudadano contra las políticas de Rajoy: el 85%, en contra de la reforma del aborto 

Según un sondeo de la SER, la mayoría cree que a España le iría mejor fuera de la Unión Europea y respecto a Cataluña, no ven posible una consulta independentista

C.G.
ELPLURAL.COM
 25/02/2014

Cabecera de la manifestación celebrada en Madrid, este mes, contra la reforma del aborto planeada por el PP, al grito de “Gallardón dimisión”, en alusión al ministro de Justicia, con pancartas con lemas como “Decidir nos hace libres”. EFE

El desgaste del Gobierno va de la mano de sus políticas impopulares, muchas de ellas en la antítesis de lo que prometió en su programa electoral. Entre las medidas que más rechazo ha generado entre los ciudadanos, está la reforma del aborto, que supera las expectativas hasta de los sectores más ultraconservadores. Según un sondeo de la SER, conocido este martes, el 85% de los encuestados está en contra de este retroceso en los derechos de las mujeres.

Rechazo también entre los votantes del PP 

Casi el 68% de las personas consultadas reconoce que este asunto es lo suficientemente importante como para influir en su decisión de voto. Entre los votantes del PP, el 71% no está de acuerdo con que se reforme la ley del aborto y de ese porcentaje, cuatro de cada 10 encuestados afirma que esta medida podría ser determinante en su decisión de voto, de cara a unas elecciones. 

Los españoles con confían en Bruselas ++ El sondeo de la SER refleja también cómo ven los españoles a la Unión Europea, a tres meses de las elecciones europeas, que se celebrarán el 25 de mayo. El 48% opina que en Bruselas los políticos están más preocupados en favorecer los intereses del capital que en garantizar el bienestar de los ciudadanos con políticas sociales e igualitarias.

El 60% cree que España estaría mejor fuera de la Unión ++ El 60% de los encuestados cree que la Unión Europea es una organización sobredimensionada, ineficiente y costosa, que defiende los intereses de los países más poderosos, como Alemania y que a España ahora no le conviene formar parte de la Unión. No obstante, el 46% considera que si no hubiéramos pertenecido a la Unión Europea seríamos un país menos moderno, menos rico, menos solidario y con una democracia de peor calidad.

Cataluña

La encuesta también recoge lo que piensan los ciudadanos sobre la consulta independentista en Cataluña. La mitad de los encuestados está convencida de que no se va a celebrar, frente a un 31% que considera que sí. En cuanto a los catalanes consultados, la mitad sí cree que se efectuará, frente al 33% que no la ve posible. El 35% de los españoles considera que de celebrarse la consulta, los catalanes optarán por seguir dentro de España, frente al 19% que ve posible una Cataluña independiente. Cuando son catalanes los que contestan, la cosa cambia: el 42% cree que el resultado de la consulta sería un sí a una Cataluña independiente frente a un 28% que opina que serían mayoría los que votaran que siguiera siendo una comunidad autónoma.

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¿ Y SI ESPAÑA SE NEGASE A PAGAR SU DEUDA? GUÍA PASO A PASO



 Alberto Sicilia
02.07.2012 ·
Periodismo humanao  
Los recortes sociales en nuestro país están generando mucho sufrimento humano.
El objetivo de este artículo es explorar algunas preguntas relacionadas con nuestra situación económica: ¿porqué España tiene deudas? ¿A quién debemos el dinero? ¿Cuándo una deuda es ilegítima? ¿Qué pasaría si España se negase a pagarla?

¿Por qué un país tiene “deudas”?
Un país financia sus servicios públicos con el dinero que recauda por impuestos. Pero si el país gasta más de lo recauda, el gobierno busca dinero en los mercados financieros.
Emitir deuda es pedir un préstamo que será devuelto con ciertos intereses en un plazo determinado. El gobierno organiza una subasta y adjudica su deuda al inversor que ofrece el dinero al interés más bajo.

¿Qué tasa de interés le piden a España para prestarle dinero?
En estos momentos, los inversores piden, para el bono a 10 años, un interés del 6.41% a España y un 1.20% a Alemania.
La diferencia entre lo que paga España y lo que paga Alemania es la famosa “prima de riesgo”. En este caso, 641-120 = 521.

¿Quién presta dinero a España?
Dos tercios de la deuda española está en manos de inversores españoles y un tercio en manos de inversores extranjeros.
Una comparación para que os hagáis una idea: el 38% de la deuda francesa la poseen inversores franceses. Sin embargo, más del 65% de la deuda española la poseen inversores españoles.
En los últimos meses, se ha producido una tremenda huída de inversores extranjeros: ahora mismo, nuestra deuda pública sólo la compran inversores españoles.

¿Quiénes son esos inversores? ¿Quiénes son “los mercados”?
Fundamentalmente, son bancos y fondos de pensiones.
En el siguiente punto hablaremos de los bancos, permitdme hablar ahora de los fondos de pensiones. Seguramente sabéis que la Seguridad Social tiene una “hucha” para pagar las pensiones futuras. Como la población española está envejeciendo, en el futuro habrá más pesionistas y menos cotizantes. Por eso, hace años, se creó el “Fondo de Reserva” de la Seguridad Social. Pues bien, el 90% del dinero de ese Fondo de Reserva está invertido en deuda del Estado.

¿Y los bancos, de dónde sacan el dinero para comprar deuda española?
De los depósitos de sus clientes. Un banco se dedica, básicamente, a recoger depósitos y conceder créditos. La mayor parte de los dépositos no están en la caja fuerte del banco, sino que han sido prestados a alguien (en forma de hipotécas, créditos a empresas, compra de la deuda de algún país, etc.).
Lo paradójico de la situación española es que los bancos compran deuda al Estado y, a su vez, el Estado “rescata” a los bancos. Ahora mismo, el sistema financiero español y el gobierno son como dos borrachos que sólo se mantienen en pie apoyándose el uno contra el otro.
Además, hay otro aspecto sangrante: los bancos españoles han obtenido préstamos por valor de 1 billón de euros del Banco Central Europeo al 1%. ¡Y luego se lo prestan al Estado al 6%!

¿Cuánto paga España cada año por los intereses de su deuda?
En 2012, se calcula que España pagará 29.000 millones sólo en intereses de su deuda.
Para que os hagáis una idea de lo significa este número: España pagará en intereses diez veces más que los recortes en Sanidad y Educación.

¿Un país puede negarse a pagar su deuda?
Sí. De hecho, casi todos los países del mundo han dejado de pagar la deuda alguna vez en su historia. (Los periódicos suelen usar el termino inglés “default” cuando se refieren al impago de la deuda nacional).
Además del default, hay otra solución intermedia: negociar con los inversores que la cantidad a devolver sea menor de la acordada o en un plazo más largo.
En 1557, España fue la segunda nación en la historia que suspendió el pago de su deuda. Al llegar al trono, Felipe II se dió cuenta de que los metales preciosos de América no eran suficientes para pagar los intereses de la deuda contraída por su padre con los banqueros holandeses. El mismo rey volvió a declarar bancarrota en 1577 y 1597. En total, nuestro país ha dejado de pagar su deuda en 14 ocasiones.
La última vez que España declaró un default fue en 1939, cuando al terminar de la Guerra Civil, Franco se negó a pagar la deuda contraída por el gobierno de la República.
En Europa, todos los países se han declarado en default alguna vez: Francia en 9 ocasiones, Rusia 7 veces y el Reino Unido en 5 ocasiones.

¿En qué circunstancias los países pueden negarse a pagar su deuda?
Básicamente hay dos situaciones diferentes:
1) Me niego a pagar la deuda por “razones técnicas”: sencillamente porque no tengo dinero.
2) Me niego a pagar la deuda por “razones morales”: considero que la deuda es ilegítima.

¿Cuándo una deuda es “moralmente ilegítima”?
En esta discusión existen muchos puntos de vista diferentes. Pero, en mi opinión hay casos evidentes de deudas ilegítimas. Por ejemplo, si cae una dictadura, ¿porqué los ciudadanos de ese país tienen que pagar la deuda adquirida por el tirano? Lo mismo puede decirse de países africanos que han sido expoliados por Occidente.
Quizás la mejor definición de “deuda ilegítima” es la propuesta por el economista Jeff King: “son ilegítimas aquellas deudas contraídas contra los intereses de la población de un país y con el completo conocimiento de su acreedor”.
En este artículo de Wikipedia podéis leer una larga discusión sobre la deuda ilegítima.

¿Cuáles son las ventajas de negarse a pagar la deuda?
El dinero que te ibas a gastar en pagar la deuda, lo puedes dedicar a educación, sanidad, pensiones, etc.

¿Y cuáles son los inconvenientes?
Evidentemente, también hay incovenientes en negarse a pagar la deuda:
A partir de ese momento, el Estado no puede gastar más de lo que recauda porque nadie le presta dinero.
En el caso de España, descontando todo pago por la deuda, seguiría existiendo un déficit de unos 50.000 millones (que habría que compensar recortando gastos o subiendo impuestos). Tendrán que pasar algunos años hasta que alguien vuelva a confiar en prestarte dinero, pero la Historia nos enseña que todos los países europeos que se han declarado en default han vuelto a acceder a los mercados de deuda poco tiempo después.
Además, como hemos visto antes, nuestros principales acreedores son bancos y fondos de pensiones españoles, que colapsarían inmediatamente. Por eso es más sencillo declararse en default cuando la mayoría de tus acreedores son extranjeros.

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