sábado, 21 de octubre de 2023

La llegada de los agricultores de Oriente Medio a Europa ‘diluyó’ el ADN neandertal. [¡Y sin papeles que llegaron los gachós y las gachís!]

 

La llegada de los agricultores de Oriente Medio a Europa ‘diluyó’ el ADN neandertal


TERCERAINFORMACION / 19.10.2023

Trazan la historia de los cruces entre sapiens y neandertales.

Hace 10.000 años, los primeros agricultores procedentes de Anatolia disminuyeron los niveles de ascendencia neandertal europea. Este es el principal hallazgo de un estudio genómico de la Universidad de Ginebra, en Suiza, que explica por qué en esta zona hay menos rastro de la especie extinta que en el este de Asia en la actualidad.


Una pareja de mujer neandertal y hombre 'Homo sapiens'. / José Antonio Peñas (SINC)

 

Hace alrededor de 50.000 a 70.000 años el hombre moderno llevó a cabo su principal ola de expansión fuera de África, es la teoría denominada Out of Africa. Al llegar a Europa, en esta región se toparon con los neandertales, que llevaban cientos de miles de años viviendo en la parte occidental del continente euroasiático. Este cruce propició que se reprodujeran con las sociedades humanas cazadoras recolectoras, pero finalmente el Homo sapiens se impuso y los neandertales se extinguieron.

No obstante, esta desaparición no fue repentina y, al coexistir durante milenios ambas especies, el ADN neandertal se integró en el genoma de los sapiens.

Como consecuencia, en la actualidad existe una presencia de aproximadamente un 2 % de ADN de origen neandertal en la población euroasiática. Sin embargo, este porcentaje varía ligeramente según las regiones, ya que es algo más abundante en los genomas de las poblaciones asiáticas que en las europeas (tienen alrededor del 8 % al 24 % más).

Para entender esta historia común entre las dos especies, una investigación liderada por la Universidad de Ginebra (UNIGE) ha estudiado la distribución de la porción de ADN heredado de los neandertales en los genomas de los humanos modernos, a lo largo de los últimos 40.000 años.

Con este objetivo, utilizaron una base de datos facilitada por la Facultad de Medicina de Harvard que incluye más de 4.000 genomas de individuos que han vivido en Eurasia en ese período. Estos análisis estadísticos revelaron sutiles variaciones en el tiempo y en el espacio geográfico.

“Al analizar paleogenomas de hombres modernos hasta el presente, observamos que existe una parte de ADN neandertal que aumenta al distanciarse desde la fuente de expansión Out of Africa.

Sin embargo, esta expansión no explica la relativa mayor ascendencia neandertal observada hoy en el este de Asia, comparado con el oeste de Europa. Es una segunda expansión, la de los primeros agricultores provenientes del Medio Oriente (Anatolia), que se encontraban más cerca de la expansión original y, por tanto, tenían relativamente menor ADN neandertal, la que disminuyó los niveles de esta ascendencia en Europa”, declara a SINC Claudio Quilodran, de la UNIGE y coautor principal de la investigación. El trabajo se publica en la revista Science Advances.

Durante la transición al Neolítico, es decir, con el paso del estilo de vida cazador-recolector al estilo agrícola proveniente de los habitantes de Anatolia (península occidental de Turquía) y de la zona del Egeo hace entre 10.000 y 5.000 años, es lo que propicia la disminución de la proporción de ADN de origen neandertal en los genomas de las poblaciones europeas.

Estos primeros agricultores portaban una proporción de ADN de origen neandertal inferior a la de los habitantes de Europa en la misma época. Al mezclarse, los genomas de los agricultores de Anatolia ‘diluyeron’ un poco más el ADN neandertal.

Cómo explicar las diferencias entre Europa y Asia

Una hipótesis para explicarlo es que la selección natural no habría tenido el mismo efecto sobre los genes de origen neandertal en las poblaciones asiáticas y europeas. Pero en la UNIGE se trabaja en otra hipótesis basada en simulaciones computacionales que apunta a que tales diferencias podrían explicarse por los flujos migratorios: cuando una población migrante se hibrida con una población local, en su zona de cohabitación, la proporción de ADN de la población local tiende a aumentar con la distancia desde el punto de partida de la población migrante, en este caso África, punto de origen del Homo sapiens.

“Precisamente, lo interesante de nuestro estudio es que proponemos esta nueva hipótesis [flujos migratorios]para entender estas pequeñas diferencias que observamos hoy. Esto se explica porque los individuos que viven al borde de la ola de expansión demográfica son menos numerosos que en el centro de la expansión, lo que hace que tengan una mayor probabilidad de aumentar el ADN neanderthal, por reproducción con ellos o aleatoriamente, ya que la población es pequeña”, explica Quilodran.

Los resultados de la investigación indican que en el periodo posterior a la dispersión del Homo sapiens desde África, los genomas de los cazadores-recolectores paleolíticos que vivían en Europa contenían una proporción ligeramente mayor de ADN de origen neandertal, si se compara con los genomas de los que vivían en Asia.

Este resultado es contrario a la situación actual, pero concuerda con los datos paleontológicos, ya que la presencia de neandertales se registró principalmente en Eurasia occidental —no se han descubierto huesos de neandertales más al este que en la región de Altai, en Siberia—.

“Empezamos a disponer de datos suficientes para describir cada vez con mayor precisión el porcentaje de ADN de origen neandertal en el genoma de sapiens en determinados periodos de la prehistoria. Por tanto, nuestro trabajo puede servir de referencia para que futuros estudios detecten más fácilmente perfiles genéticos que se desvían de la media y que, por tanto, podrían revelar un efecto ventajoso o desventajoso», concluye Mathias Currat, último autor del estudio.

Referencia:

Claudio S. Quilodrán et al. «Past human expansions shaped the spatial pattern of Neanderthal ancestry». Science Advances.

Fuente: SINC

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Cómo salir de la guerra en Ucrania. Parte1ª

 

La revista francesa Front Populaire publica un texto de Sapir en cinco entregas sobre la situación de la guerra y sus posibles salidas. Aquí reproducimos la primera parte.

 

Cómo salir de la guerra en Ucrania. Parte1ª


Jacques Sapir

El Viejo Topo

21 octubre, 2023 

 

La guerra en Ucrania parece prolongarse. Las pérdidas en ambos bandos, aunque en gran parte envueltas en el misterio, son muy cuantiosas. En un momento en el que la «contraofensiva» ucraniana está resultando un costoso fracaso, pero también en el que esta guerra está provocando cambios considerables en la situación geoestratégica mundial, se necesita más que nunca una solución política. Debería unir todas las energías de las personas razonables de Europa y de todo el mundo. Para comprender la urgencia de esta solución, es necesario explorar el contexto político, intentar llegar a un recuento de las pérdidas humanas y, por último, esbozar cómo podría ser esta solución política.

La naturaleza de esta guerra

La guerra no sólo tiene que ver con la decisión del gobierno ruso de entrar en Ucrania, una decisión por supuesto censurable, como escribí en febrero de 2022[1]. También tiene su origen en una carrera hacia el abismo en la que el nacionalismo identitario ucraniano y el juego político de Estados Unidos son responsables al menos a partes iguales[2]. El papel de la extrema derecha ucraniana en los acontecimientos del último Maidan, que provocaron la huida del presidente Yanukóvich (a pesar de que se había llegado a un acuerdo[3], y su implicación en los disparos de «francotiradores» que causaron 49 muertos y 157 heridos, ha quedado ahora demostrado[4]. Esta provocación, que nunca fue llevada a juicio, fue el verdadero inicio de lo que cada vez se parece más a una guerra civil en Ucrania. Por tanto, no se puede descartar el contexto general.

La responsabilidad conjunta de la extrema derecha ucraniana y de la política del gobierno estadounidense ha sido reconocida por John Mearsheimer, el gran especialista en relaciones internacionales, desde el inicio del conflicto[5]. Ya en 2014, Mearsheimer advirtió a Estados Unidos sobre Ucrania, tanto en su artículo de opinión del New York Times del 13 de marzo de 2014[6], como en el del 8 de febrero de 2015, en el que se posicionó en contra del apoyo militar a Ucrania[7].

Hoy, aunque en marzo de 2022 comenzaron las negociaciones entre rusos y ucranianos, la decisión de Kiev de romperlas en abril, sin duda bajo la presión de algunos países de la OTAN[8], ha dado un giro a la guerra. Su naturaleza cambió. Poco a poco se hizo evidente que la guerra era una «guerra por poderes» entre la OTAN y Rusia. Las entregas de municiones y armas de la OTAN, así como la inteligencia y la designación de objetivos, mantuvieron la guerra en marcha, a un coste atroz para el pueblo ucraniano. Esta guerra ha ido adoptando gradualmente la forma de un enfrentamiento brutal no sólo entre Rusia y Ucrania, sino entre los países del «Sur colectivo», como gusta llamarlo el discurso oficial ruso, y un «Occidente colectivo». Los recientes acontecimientos en África nos lo recuerdan.

Este es un punto importante. Los dirigentes rusos sabían que en cuanto el conflicto adoptara la forma más explícita de un enfrentamiento entre su país y la OTAN por mediación de Ucrania, podrían contar con el apoyo, explícito o implícito, de un gran número de países, pero también –y este es un punto crucial– de su propio pueblo. El auge de lo que sólo puede calificarse de «antirrusismo» fanático en los países occidentales también ha contribuido en gran medida a cohesionar a la población rusa en torno a sus dirigentes. Básicamente, esta predicción de apoyo o neutralidad benevolente hacia Rusia se ha manifestado. En un primer momento, permitió a Rusia eludir los efectos de las sanciones[9]. Pero, en segundo lugar, permitió que una alianza chino-rusa se presentara como una alternativa global a la hegemonía occidental, y esencialmente a la estadounidense.

Sobre este punto, los contactos que pude mantener entre 2017 y 2021 con economistas rusos, pero también con personas cercanas al «círculo del poder», me llevan a pensar que una de las razones del gobierno ruso para comprometerse en lo que denomina una «Operación Militar Especial» podría ser que la implicación indirecta de la OTAN, en caso de materializarse, permitiría acelerar la constitución de ese «frente» antioccidental. Tanto si se ha pensado con precisión como si se ha improvisado a la vista de los acontecimientos, nos encontramos en un escenario de enfrentamiento entre «bloques». Como resultado, la guerra en Ucrania se ha convertido en una «lucha existencial» para Occidente, y para Estados Unidos, como sostiene John Mearsheimer[10].

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cómo han podido cometer los dirigentes occidentales semejantes errores sobre las capacidades económicas, militares y políticas de Rusia, errores que reflejan los cometidos por los dirigentes rusos sobre la capacidad de resistencia del gobierno ucraniano? Necesitamos comprender estos errores si queremos entender el callejón sin salida en el que nos encontramos.

Fuente: https://frontpopulaire.fr/

Artículo seleccionado por Carlos Valmaseda para la Miscelánea de Salvador López Arnal.

Notas

[1] Ver mi tribuna publicada el 28 febrero 2022 en la página web de la revista Mariannehttps://www.marianne.net/

[2] Ver la entrevista a John Mearsheimer en The New Yorker, 1º marzo 2022, https://www.newyorker.com/

[3] Sapir J., « La vérité sur Maidan » note publiée sur le blog RussEurope, 19 novembre 2014, https://russeurope.hypotheses. . Voir aussie, Sapir J., « Provocation à Kiev ? », note publiée sur RussEurope, le 5 mars 2014, http://russeurope.

[4] Katchanovsky I., The “Snipers’ Massacre” on the Maidan in Ukraine, Paper prepared for presentation at the Annual Meeting of American Political Science Association in San Francisco, September 3-6, 2015, and revised (2017).

[5] The Economist, 11 mars 2022, “John Mearsheimer on why the West is principally responsible for the Ukrainian crisis”, https://www.economist.com/by-

[6] Ver https://www.mearsheimer.com/

[7] https://www.mearsheimer.com/

[8] https://news.antiwar.com/2022/

[9] Ver, SILVERADO, China’s Export to Russia: Overall Trends and Key Products”, https://silverado.org/news/

[10] https://nypost.com/2023/05/28/

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El 40 por cien de los datos de temperatura son inventados. [Antes, cuando cualquier tiempo pasado no era sino tiempo pasado. Cuando en las palancas del mando mandaba yo y no se movía un garbanzo sin que yo pronunciara las palabras mágicas: “muévase” o “garbanceese” si estaba de buen humor, no se movía ni Cristo, los enteramente embusteros mentíamos siempre, excepto cuando dormíamos, porque claro, no podías estar en todo: mintiendo y durmiendo a la vez. Pero ahora que me han quitado el mando entre la Globi & and Global; la Corporativa & Coporativeision, conchabadas con la Progresiva Progresual National & Nacional y la Ecology Ecológica & que Thoma, que Thoma, que Thoma Ecología, los verdaderos embusteros mienten incluso mientras duermen. Y para más Recochine & Recochineo, estos grandísimos embusteros son los que pretenden imponer la verdad al mundo. A sí que, mundialistas mundiales del mundo entero y parte del extranjero, o nos mandáis a cascala (que es cascala en aragonés y no cascarla o cáscala) a los embusteros, a los de antes y a los de ahora, o los que vais a salir rodando y cascándola cuesta abajo como un melón sin frenos seréis vosotros]

 

El 40 por cien de los datos de temperatura son inventados

 

DIARIO OCTUBRE / octubre 19, 2023

 


El número de estaciones que miden las temperaturas de la USHCN, la red de climatología histórica de Estados Unidos, ha cambiado con el tiempo. Algunas son nuevas y las antiguas desaparecen.

Desde finales de la década de los noventa el número de estaciones meteorológicas comenzó a caer en picado. De unas 1.200 entre 1930 y 1996 se redujeron a solo 830 a partir de 2020.

En una época de “ebullición climática”, cuando necesitaríamos más y mejores estaciones de medición, su número desciende.

Pero lo más sorprendente es que las estaciones desmanteladas siguen enviando datos de temperatura a la NOAA, la central encargada de procesarlos para emitir sus informes oficiales. Más del 40 por cien de las estaciones computadas en la red USHCN ya no existen.

Un ejemplo es estación de Belle Glade, en Florida (*). No existe desde 2005. La NOAA ha sustituido los datos reales de temperatura por sus propias “estimaciones”, o sea, que el 40 por cien de los datos son inventados.

La NOAA admite abiertamente la manipulación, pero recurre a un eufemismo para suavizar el truco: es necesario hacerlo así para “mejorar la calidad de los datos”.

Al comparar los datos reales de temperatura desde hace más de un siglo, con los datos “mejorados” por las instituciones seudocientíficas, lo que aparece es que en la primera serie (azul) el mundo se va enfriando, mientras que en la segunda (rojo) el mundo se calienta, como se ve en cuadro adjunto.

La paradoja es consecuencia del empeño para “mejorar” la realidad.

(*) https://twitter.com/_ClimateCraze/status/1713596440411271333

FUENTE: mpr21.info

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