lunes, 1 de marzo de 2010

PEPINILLOS EN VINAGRE, PERO EN ACEITE VIRGEN DE OLIVA

(El ministro del Interior Rubalcaba con barba, porque hoy no se ha afeitado)

El pan es pan. No obstante, para ver si consigo despistarles, yo le voy a llamar pepinillos en vinagre, pero en aceite de oliva. Y es más, me voy a despanzurrar y revolcar por el suelo llamándole al pan pepinillos en vinagre, pero en aceite de oliva.
Esto de llamar a una cosa por otra es el mismo caso que acontece con ETA, pero ya sin cachondeillos.
“…, el comisario Pepe Sainz se esforzó en alentar (desde el año 1.968) en todo lo que se avecinaba a través de numerosos informes remitidos a la Dirección General de Seguridad. Incluso llegó a poner el dedo en la llaga sobre un problema que no era baladí: un gran número de jóvenes vascos estaban dispuestos a ingresar en ETA y no para luchar contra el franquismo sino para conseguir la independencia del País Vasco” (1)
Pues más claro que el agua clara que ETA tiene su origen en la cuestión política
Que este problema político en vez de resolverse por la vía política se intentara resolver por la vía estrictamente policial y represiva, no niega aquel carácter político sino la incompetencia, la miopia y la torpeza de los políticos de turno, cuyas consecuencias en muertos, heridos, enfrentamiento social, destrucción material, inseguridad social y costos económicos para el Estado llega a nuestros días.
Que por eso del mire usted qué cosa, algunos le estén robando al Estado desde hace años (acuerdo de Aznar-Gobierno Vasco), con la excusa de ETA, cientos de millones de euros en seguridad privada, por ejemplo, y que pongan alguna que otra piedrecilla en el camino, alguna que otra manifestación con palos incluidos a algún miembro del gobierno entonces que se las daba de chulillo entre las filas manisfestativas de la derecha, alguna que otra campaña periodística con el pretexto de condenar el terrorismo (para lo cual no hace falta ser de derechas ni obispo requete obispo), pero que el fondo de lo que se trataba y se trata todavía hoy de, cuando en cuando, de que el negoziúm, negoziúm, negoziúm que para algunos desalmados representa ETA no desaparezca, porque con ella, adiós muy buenas a los millones que ganan, a pesar del daño que causa, como han venido haciendo algunos jefes troglódicos del PP, ya no es otra cosa. Ya no son pepinillos en vinagre, pero en aceite virgen de oliva que es de lo que yo estoy hablando. Eso ya es pan al que hay que llamarle pan y piripi al piripi, pero cuando se pueda hablar claro, que ahora ano se puede ni conviene a los que yo me sé.
*+
(1) José Cabezas. Yo maté a un etarra. Secretos de un comisario de la lucha antiterrorista. Hoja 29, Ed. Planeta, 3ª ed. Marzo 2003.