lunes, 4 de marzo de 2019

SALVO EL PODER, TODO ES ILUSIÓN



Salvo el poder, todo es ilusión

04.03.2019


Cuando uno se encuentra en Venezuela, los días parecen semanas, y las semanas, meses, debido a la intensidad política con la que se vive todo.

Eso es lo que ha sucedido con el mes transcurrido entre el 23 de enero y el 23 de febrero. 31 días que estremecieron Venezuela, América Latina, y el mundo, con 2 prorrogas adicionales, el 25 de febrero con la reunión del Grupo de Lima, y el 28 y 29 con la del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Una vez terminada esta sucesión interminable de Días D, marcados tanto por los actores venezolanos, como por los agentes externos, llámense Estados Unidos, Colombia o la Unión Europea, podemos decir sin ningún tipo de duda que fracasó la ofensiva iniciada el 23 de enero, presentada ante la opinión publica internacional como la batalla final por Venezuela, que culminaría el 23 de febrero en un “cerco humanitario” (en palabras de Iván Duque) que haría implosionar el “régimen de Maduro”.

Pero pasaron todos esos días, entramos en marzo, y Nicolás Maduro sigue gobernando Venezuela, Guaidó no ha sumado mas reconocimientos diplomáticos de los que ya tenia cuando se autoproclamó Presidente, el caballo de Troya de la ayuda humanitaria no entro en territorio soberano venezolano, Estados Unidos tiene menos apoyo que nunca para una intervención militar en suelo latinoamericano, y los vertiginosos acontecimientos no han logrado quebrar ni a las Fuerzas Armadas, ni al chavismo como bloque político.

De hecho, y aunque no ha sido muy comentado, la oposición venezolana mas allá del movimiento violento Voluntad Popular que representa Leopoldo López y Juan Guaidó, y de Primero Justicia de Capriles, no se ha sumado al circo mediático y golpista de las ultimas semanas, y guarda un prudente silencio. Ni siquiera una sola de las 4 gobernaciones que controla Acción Democrática (AD) de Ramos Allup ha reconocido a Guaidó, especialmente la del estado fronterizo de Táchira, que era una de las apuestas principales de Estados Unidos y sus aliados internos.

El 23 de enero, Juan Guaidó, Presidente de la Asamblea Nacional en desacato, se autoproclamaba en una plaza de Caracas a partir de una interpretación espuria de la Constitución que consideraba que había una falta absoluta del Presidente Nicolás Maduro, que se había juramentado días antes tal y como dictamina la propia Constitución venezolana de 1999, un 10 de enero, y ante el Tribunal Supremo de Justicia. En presencia por cierto, de mas de 80 gobiernos del mundo, entre ellos México, o el Vaticano.

Comenzaba entonces un plazo de 8 días dado por la Unión Europea a Maduro para convocar elecciones, so pena de reconocer a Guaidó, algo que nunca terminó sucediendo. Asimismo, se colocaba el 23 de febrero como fecha limite para finalizar la ofensiva golpista.

Y llego el nuevo Día D, el 23 de febrero, con un concierto humanitario el día previo que pretendía blanquear la injerencia y disfrazarla de preocupación legitima del mundo de los artistas mainstream por la situación humanitaria en Venezuela. El concierto se realizó en Cúcuta, población fronteriza colombiana con mas del 50% de su población en situación de pobreza, y cerca de La Guajira, donde centenares de niños wayuu mueren cada año por desnutrición.

Y pasó el Día D, y solo dejó la violencia provocada por grupos de delincuentes que desde territorio colombiano, y protegidos por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), atacaron con cocteles molotov a la Guardia Nacional Bolivariana que defendía el lado venezolano, quemando un camión en el que entre sus restos no se encontró “ayuda humanitaria”, sino material para las guarimbas.

Y volvimos a tener un nuevo Día D el 25 de febrero con la reunión del Grupo de Lima en Bogotá, a la que no asistió uno de sus miembros, México, pero sí el Vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence, a pesar de que dicho país no pertenece al Grupo de Lima, acompañado de Guaidó. Y volvió a pasar un nuevo Día D porque los países latinoamericanos dejaron claro, secundados además por la Unión Europea, que si el problema es político, la solución solo puede ser política, nunca militar. En dicha reunión, el Brasil de Bolsonaro, por medio de su Vicepresidente Hamilton Mourau, dejó bien claro que no consideran, bajo ninguna circunstancia, una intervención militar, abogando por una solución pacifica y por medios diplomáticos, y asilando la posición de Iván Duque y Estados Unidos.

El bonus track llegó, antes de terminar febrero, con la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y el veto, por parte de Rusia y China, a la resolución de Estados Unidos que buscaba el reconocimiento a la Asamblea Nacional en desacato de Guaidó como la “única institución democráticamente electa de Venezuela”.

Y así llegó marzo, y a pesar de que continúa la guerra política, económica y mediática, el golpe contra Venezuela iniciado el 23 de enero fue derrotado. Y Guaidó , aunque viaje en avión de las Fuerzas Armadas de Colombia, ha comprobado la máxima de Lenin de que salvo el poder, todo es ilusión. Sin poder político, de movilización, económico, o sobre las Fuerzas Armadas, sin ningún tipo de poder al interior de Venezuela, de nada sirve el apoyo de Colombia y Estados Unidos.

La batalla de Venezuela la gano el chavismo sin ninguna duda, pero ahora para que la guerra termine de una vez por todas, se necesita la implicación de todo América Latina y el Caribe. El camino lo marca el Mecanismo de Montevideo impulsado por los gobiernos de México, Uruguay y el Caricom, con una apuesta muy sencilla, dialogo entre las partes sin condiciones previas.

Esperemos que haya un sector de la oposición venezolana no violenta que esté dispuesta a ese dialogo.

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UNOS POCUELOS ALEMANES NO SON ALEMANIA



Un estudio concluye que el euro ha hecho a Alemania más rica y a España más pobre

Rebelión
El Periódico
04.03.2019

El Centro de Políticas Europeas revela que desde la introducción de la moneda cada alemán ha ganado hasta 23.000 euros mientras que cada español ha perdido hasta 5.000 euros


El euro ha enriquecido a Alemania mientras ha perjudicado a la mayoría de los demás países de la Unión Europea(UE), según un estudio del Centro de Políticas Europeas alemán. Así, desde la introducción de la moneda única en 1999, si por un lado cada alemán ha obtenido un beneficio de hasta 23.116 euros cada español ha perdido 5.000 euros, unos datos que evidencian la profunda desigualdad que afecta al club comunitario.

Esa brecha ha afectado directamente a las arcas públicas de los países de la UE. Según un estudio del think tankAlemania sería la nación más beneficiada por la introducción del euro, algo que hasta el 2017 ha supuesto un impacto positivo de 1.893.000 millones de euros. Esa ventaja, acentuada a partir de la crisis de la deuda, ha permitido a Berlín reforzar su condición de potencia económica del continente.

El informe, que analiza otros siete países de la Eurozona, señala que tan solo otro ha sacado tajada de la moneda única. Gracias al euro los Países Bajos han ganado 346.000 millones de euros, unos 21.003 euros por persona, situándose por detrás de Alemania. Significativamente, ambos han sido los más firmes defensores de la ortodoxia fiscal y los principales críticos de los países del sur que acudieron en ayuda de sus socios debido a sus problemas de endeudamiento.

UN SUR MÁS POBRE

Este año la moneda europea cumple su 20 aniversario. Sin embargo, y como apunta el informe, las celebraciones de esta fecha trascendental para la Eurozona “han sido silenciadas”, algo que achaca a una crisis económica cuyos devastadores efectos aún golpean a los países del club comunitario. El estudio reafirma que en esta UE plagada de desequilibrios los países del sur vuelven a ser los más perjudicados.

Sin ir más lejos, España. Aunque hasta el 2010 se benefició de la introducción del euro, tras la crisis eso se transformó en una pérdida de la prosperidad que se eleva hasta los 224.000 millones de euros. El informe remarca que esta situación podría revertirse de continuar unas reformas que, apuntan, “están dando sus frutos”.

Sin embargo, remarca que la incapacidad de los países para devaluar su moneda tras la adopción del euro permitió que la erosión de la competitividad internacional se convirtiese en “un menor crecimiento económico, un aumento del desempleo y una caída de los ingresos fiscales”.

ITALIA, LA GRAN CASTIGADA

Aunque gran parte de los miembros de la zona euro gozaron de períodos de crecimiento la posterior crisis fue mucho más destructiva. La gran perdedora con la creación del euro es sin duda Italia, con una reducción del PIB por valor de 4.325.000 millones de euros, lo que supone 73.605 euros menos para cada italiano. Tras los ciudadanos de la bota se sitúan los franceses, con 55.990 euros menos; los portugueses (-40.604) y los belgas (-6.370).

El caso paradigmático de la crisis, Grecia, tiene unos marcados altibajos. La introducción del euro ha supuesto un beneficio de 2.000 millones de euros, siendo sus ciudadanos 190 euros más ricos, algo que se explica debido a las importantes mejoras que supuso la moneda para el país hasta 2010, cuando las cifras cayeron en picado.

Los autores del estudio, Matthias Kullas y Alessandro Gasparotti, calcularon esa hipotética trayectoria sin el euro comparando la de los países mencionados con la de otros países fuera de la eurozona con tendencias de crecimiento parecido. Así, Alemania ha sido comparada con Japón y Bahrein mientras que España lo ha sido con el Reino Unido y Turquía. Aunque con la crisis de la deuda el Banco Central Europeo prometió hacer “lo que haga falta para preservar el euro” el informe señala que, más allá de las palabras para calmar el mercado, Mario Draghi “no hizo nada para cambiar los problemas fundamentales de la Eurozona”.


SI CASI ES MEJOR SABER DE QUÉ SE ESTÁ HABLANDO, Y ASÍ SE PUEDE SEÑALAR CON EL DEDO MÁS GORDO Y DECIR MÁS CLARAMENTE QUE GUAIDÓ ES UN TRAIDOR A VENEZUELA Y UN NEGOCIANTE DEL CRIMEN, O HACER QUE LA GENTE SE MATE NO ES UN ACTO CRIMINAL?


El colapso de Venezuela es una ventana a cómo se desarrollará la era del petróleo
2/3
 Nafeez Ahmed
SOCIOLOGIA CRÍTICA
09.02.2019



petroleo muerto

Si bien ahora está de moda culpar al colapso de la industria petrolera venezolana únicamente en el socialismo de Chávez, la privatización del sector petrolero por parte de Caldera fue incapaz de prevenir el declive en la producción de petróleo, que en 1997 alcanzó su punto máximo en alrededor de 3.5 millones de barriles por día.Para 1999, el primer año real de Chávez en el cargo, la producción ya había disminuido drásticamente en alrededor del 30 por ciento.

Una mirada más profunda revela que las causas de los problemas petroleros de Venezuela son un poco más complicadas que el meme ‘Chávez lo mató’. Desde su punto máximo alrededor de 1997, la producción petrolera venezolana ha disminuido en las últimas dos décadas, pero en los últimos años ha experimentado una caída precipitada. No cabe duda de que una mala gestión grave en la industria del petróleo ha desempeñado un papel en esta disminución. Sin embargo, existe un factor fundamental que no es la mala gestión que la prensa ha ignorado constantemente al informar sobre la crisis actual de Venezuala: la economía del petróleo, cada vez más tensa.

La gran mayoría del petróleo venezolano no es crudo convencional, sino “aceite pesado” no convencional, un líquido altamente viscoso que requiere técnicas no convencionales para extraer y fluir, a menudo con calor de vapor, y / o mezclarlo con formas más livianas de crudo en el refino. proceso. Por lo tanto, el petróleo pesado tiene un costo de extracción más alto que el crudo normal y un precio de mercado más bajo debido a las dificultades de refinación. En teoría, el petróleo pesado se puede producir a precios por debajo del punto de equilibrio para obtener una ganancia, pero aún se necesita una mayor inversión para llegar a ese punto.

Los mayores costos de extracción y refinación han desempeñado un papel clave en hacer que los esfuerzos de producción de petróleo de Venezuela sean cada vez menos rentables e insostenibles. Cuando los precios del petróleo alcanzaron su punto máximo entre 2005 y 2008, Venezuela pudo superar las ineficiencias y la mala gestión en su industria petrolera debido a las ganancias mucho más altas gracias a los precios entre $ 100 y $ 150 por barril. Los precios mundiales del petróleo aumentaron a medida que la producción mundial de petróleo crudo convencional comenzó a estabilizarse , lo que provocó un cambio creciente hacia fuentes no convencionales.

Ese cambio global no significaba que el petróleo se estaba agotando, sino que estábamos avanzando más en la dependencia de formas más difíciles y costosas de petróleo y gas no convencionales. El cambio se puede entender mejor a través del concepto de Retorno de la Inversión de Energía (EROI), iniciado principalmente por el Profesor Charles Hall, científico ambientalista de la Universidad Estatal de Nueva York, una proporción que mide la cantidad de energía utilizada para extraer una cantidad particular de energía de cualquier recurso Hall ha demostrado que a medida que consumimos cantidades cada vez mayores de energía, utilizamos cada vez más energía para hacerlo, dejando menos “energía excedente” al final para apuntalar la actividad social y económica.

Esto crea una dinámica contraintuitiva: incluso a medida que la producción aumenta, la calidad de la energía que estamos produciendo disminuye, sus costos son más altos, los beneficios de la industria se reducen y el excedente disponible para sostener el continuo crecimiento económico disminuye. A medida que se exprime la energía excedente disponible para sostener el crecimiento económico, en términos reales se reduce la capacidad biofísica de la economía para continuar comprando el mismo petróleo que se produce. La recesión económica (en parte inducida por la era anterior de los picos del precio del petróleo) interactúa con la falta de asequibilidad del petróleo, lo que lleva al colapso del precio de mercado .

Eso, a su vez, hace que los proyectos de petróleo y gas no convencionales más costosos no sean rentables, a menos que puedan encontrar formas de cubrir sus pérdidas a través de subsidios externos de algún tipo, como subvenciones del gobierno o líneas de crédito extendidas. Y esta es la diferencia clave entre Venezuela y países como los EE. UU. Y Canadá, donde los niveles extremadamente bajos de EROI para la producción se han mantenido en gran medida a través de préstamos masivos de miles de millones de dólares , lo que alimenta un auge energético que probablemente llegue a un final catastrófico cuando La deuda del pavo llega a casa para descansar.

“Todo recuerda un poco a la burbuja de las punto com de finales de los años 90, cuando las compañías de Internet fueron valoradas por la cantidad de globos oculares que atrajeron, no por las ganancias que probablemente obtendrían”, escribió Bethany McLean recientemente (una vez más en el New York Times ), una periodista estadounidense conocida por su trabajo en el colapso de Enron. “Mientras los inversionistas estuvieran dispuestos a creer que las ganancias venían, todo funcionó, hasta que no lo hizo”.

Varios científicos han estimado previamente que el EROI de la producción de petróleo pesado asciende a alrededor de 9: 1 (con un margen de variación hacia arriba o hacia abajo según la forma en que se contabilizan y calculan los insumos; el enfoque anticuado pero probablemente más preciso sería a la baja, más cercano a 6: 1 cuando se consideran los costos de energía directos e indirectos). Compare esto con el EROI de aproximadamente 20: 1 para el crudo convencional antes de 2000, lo que da una idea del desafío que enfrentó Venezuela, que a diferencia de EE. UU. Y Canadá, surgió en la era de Chávez de una historia de devastación neoliberal y expansión de deuda que ya hizo más inversiones o subsidios a la industria petrolera de Venezuela una pregunta difícil.
Venezuela, en ese sentido, no estaba preparada para adaptarse al colapso del precio del petróleo posterior a 2014, en comparación con sus competidores occidentales más ricos en otras formas de petróleo y gas no convencionales. Por supuesto, entonces, el colapso de la industria petrolera de Venezuela no puede reducirse a factores geológicos, aunque no cabe duda de que esos factores y sus ramificaciones económicas tienden a ser subestimados en las explicaciones convencionales. Los factores sobre el terreno fueron claramente un problema importante en términos de insuficiencia crónica de la inversión y la consiguiente degradación de la infraestructura de producción. Una imagen equilibrada debe reconocer tanto que las vastas reservas de Venezuela son mucho más caras y difíciles de llevar al mercado que el petróleo convencional estándar; y que las circunstancias económicas muy específicas de Venezuala, luego de décadas de austeridad fallida del FMI, pusieron al país en una posición extremadamente débil para mantener su exhibición de petróleo en el camino.

Desde 2008, la producción de petróleo ha disminuido en más de 350,000 barriles por día y más de 800,000 por día desde su nivel máximo en 1997. Esto ha impulsado el colapso de las exportaciones netas en más de 1.1 millones de barriles por día desde 1998. Mientras tanto, para sostener Al refinar petróleo pesado, Venezuela ha importado cada vez más petróleo ligero para mezclarlo con petróleo pesado y para el consumo interno.Actualmente, solo la producción de petróleo extrapesado en la Faja Petrolífera del Orinoco ha podido aumentar, mientras que la producción de petróleo convencional continúa disminuyendo rápidamente. A pesar de las reservas convencionales probadas significativas, estas todavía requieren técnicas de recuperación mejoradas más costosas e inversiones en infraestructura, que no están disponibles. Pero los márgenes de ganancia de las exportaciones de crudo extrapesado son mucho más pequeños debido a los mayores costos de mezcla, mejoramiento y transporte, y los fuertes descuentos en los mercados internacionales de refinación. En resumen, el experto Francisco Monaldi, experto en la industria petrolera, en el Centro de Energía y Medio Ambiente de IESA en Venezuela concluye:

“…. La producción de petróleo en Venezuela se compone de un petróleo cada vez más pesado y, por lo tanto, menos rentable, la producción operada de PDVSA está cayendo más rápidamente y la producción que genera flujo de efectivo es casi la mitad de la producción total. Estas tendencias fueron lo suficientemente problemáticas en los precios máximos del petróleo, pero con la caída de los precios, se agudizan “.
La locura del crecimiento sin fin.

Desafortunadamente, al igual que sus predecesores, Chávez no apreciaba las complejidades, y mucho menos la economía biofísica, de la industria petrolera. Más bien, lo vio de manera simplista a través de la lente a corto plazo de su propio experimento ideológico socialista.

Desde 1998 hasta su muerte en 2013, la aplicación de Chávez de lo que llamó “socialismo” a la industria petrolera logró reducir la pobreza del 55 al 34 por ciento, ayudó a 1,5 millones de adultos a aprender a leer y prestó atención médica al 70 por ciento de la población con médicos cubanos. . Todo este progreso aparente fue posible gracias a los ingresos del petróleo. Pero era un sueño insostenible.

En lugar de invertir los ingresos del petróleo nuevamente en la producción, Chávez los gastó en sus programas sociales durante el apogeo de los picos del precio del petróleo, sin pensar en la industria de la que estaba aprovechando, y en la errónea creencia de que los precios se mantendrían altos. En el momento en que los precios colapsaron debido al cambio global hacia el difícil petróleo descrito anteriormente, lo que redujo los ingresos del estado de Venezuala (el 96 por ciento de los cuales provienen del petróleo).

Chávez, por lo tanto, había agravado dramáticamente el legado de problemas que le habían dejado. Él había imitado el mismo error cometido por Occidente antes de 2008, siguiendo un camino de “progreso” basado en un consumo insostenible de recursos, alimentado por la deuda y obligado a desmoronarse.

Entonces, cuando se quedó sin dinero del petróleo, hizo lo que los gobiernos hicieron efectivamente en todo el mundo después de la crisis financiera de 2008 a través de la flexibilización cuantitativa: simplemente imprimió dinero.

El impacto inmediato fue aumentar la inflación. Simultáneamente fijó el tipo de cambio a dólares, aumentó el salario mínimo, mientras que obligó a que los precios de los productos básicos como el pan se mantuvieran bajos. Por supuesto, esto convirtió a las empresas que vendían tales productos básicos o estaban involucradas en todas las cadenas de su producción en empresas no rentables, que ya no podían pagar a sus propios empleados debido a los niveles de ingresos por hemorragia. Mientras tanto, recortó los subsidios a los agricultores y otras industrias, al tiempo que les imponía cuotas para mantener la producción. En lugar de producir el resultado deseado, muchas empresas terminaron vendiendo sus productos en el mercado negro en un intento de obtener ganancias.

A medida que la crisis económica se intensificaba y la producción de petróleo disminuía, Chávez depositó sus esperanzas en la transformación potencial que podría ser impulsada por la inversión estatal masiva en un nuevo tipo de economía basada en industrias nacionalizadas, auto-administradas o cooperativas. Esas inversiones, también, tuvieron pocos resultados. La Dra. Asa Cusack, experta en Venezuela en la London School of Economics, señala que “aunque el número de cooperativas explotó, en la práctica a menudo eran tan ineficientes, corruptos, nepotistas y explotadores como el sector privado que se suponía que debían hacer”. desplazar.”

Mientras tanto, con sus reservas de divisas agotadas, el gobierno ha tenido que recortar las importaciones en más del 65 por ciento desde 2012, mientras que al mismo tiempo reduce el gasto social a un nivel incluso inferior al de las reformas de austeridad del FMI en los años noventa. El “socialismo” impulsado por la crisis de Chavistán comenzó con un gasto social insostenible y ahora ha cambiado a niveles catastróficos de austeridad que hacen que el neoliberalismo parezca tímido.

En este contexto, el auge del mercado negro y el crimen organizado, explotado tanto por el gobierno como por la oposición, se convirtió en una forma de vida mientras la economía, la producción de alimentos, el cuidado de la salud y la infraestructura básica colapsaban con una velocidad y ferocidad aterradoras.

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