miércoles, 22 de febrero de 2017

MEDIMAFIA: EN UN SISTEMA CORRUPTO, NO VENEZOLANO, NI CUBANO Y NADA POPULISTA, QUE CRIA INFANTAS AMNÉSICAS, EX MINISTRAS MIOPES QUE NO VEN UN AUTOMOVIL DE LUJO EN SU APARCAMIENTO Y EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO LE DICE AL LUISILLO QUE AGUANTE, NO TIENE NADA DE RARO QUE HAYA TAMBIÉN MÉDICOS Y FUNCIONARIOS CORRUPTOS





FARMAFIA: NUEVOS DATOS SOBRE SOBORNOS A MÉDICOS PARA OCULTAR EFECTOS DE MEDICAMENTOS




Por CAS Madrid
Kaosenlared
22.02.2017                   

Las farmacéuticas han pagado por esta vía más de 217 millones de euros en 3 años a cerca de 125.000 médicos alemanes.
Según los autores, este modelo es extrapolable a otros países de la UE y mencionan explícitamente Italia, Francia, Austria y España.















El BMJ publica un artículo en el que se evidencia de cómo miles de médicos reciben sobornos, camuflados en forma de pagos de I+D+i, por participar en inútiles estudios post-comercialización.
Los médicos colaboradores, que cobran una mediana de 2000 euros por estudio, aceptan compromisos de confidencialidad que impiden la declaración libre de las reacciones adversas encontradas en estudios cuya función es, precisamente, detectar dichas reacciones adversas.

Las farmacéuticas han pagado por esta vía más de 217 millones de euros en 3 años a cerca de 125.000 médicos alemanes.

Según los autores, este modelo es extrapolable a otros países de la UE y mencionan explícitamente Italia, Francia, Austria y España.

Los responsables políticos y altos funcionarios de las agencias nacionales son cómplices al evitar el escrutinio público de estos pagos, aceptar informes incompletos y diseños incapaces de cumplir con su función.

El reciente artículo del BMJ sobre la efectividad de los estudios post comercialización en Alemania, país donde se exige el registro de sus resultados y se han podido estudiar de manera pormenorizada, ha sido posible tras la intervención de los jueces para garantizar el derecho a la información, ya que las autoridades alemanas se negaron desde el principio al acceso de los investigadores a los datos.

Los estudios post-comercialización son una actividad fundamental en el ciclo de vida de un medicamento y, por ley, deben ser realizados por las empresas farmacéuticas. Las agencias reguladoras dependen de estos estudios financiados por la industria para la vigilancia de la seguridad de los medicamentos. En concreto, estos estudios son básicos para detectar reacciones adversas “raras” (1 en 1000) o “muy raras” (1 en 10.000) que no se descubren en los ensayos clínicos habituales, teóricamente, más pequeños y diseñados para evaluar la efectividad de los fármacos, pero no su seguridad.

Pues bien, la industria se gastó en tres años (del 2008 al 2010) más de 217 millones de euros en remunerar a cerca de 125.000 médicos que participaron en 558 estudios post-comercialización en Alemania.

Los investigadores del BMJ han demostrado que
(1) la gran mayoría de los estudios tenían diseños incapaces de detectar reacciones adversas: principalmente series de casos, a menudo etiquetados con términos ambiguos, como estudios de cohortes de un solo brazo o estudios prospectivos;

 (2) y un número insuficiente de pacientes: más de la mitad tenían menos de 1000 pacientes, cuando sabemos que la probabilidad de descubrir una reacción adversa rara, con una incidencia de 1 en 10 000, requiere un tamaño de muestra de, al menos, 30.000 pacientes;
(3) las empresas obligaron a firmar a los médicos acuerdos de confidencialidad que impidieron que los profesionales participantes pudieran informar libremente de cualquier reacción adversa a las autoridades.

 (4) los médicos colaboradores recibieron pagos muy elevados: mediana de 2.000 euros, media de 19.424 euros; rango entre 0 y 2.080.000 euros.

ENLACE ORIGINAL
http://www.casmadrid.org/index.php/noticias/664-2017-02-21-farmafia-nuevos-datos-sobre-sobornos-a-medicos-para-ocultar-efectos-adversos-de-medicamentos

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LOS ESTIBADORES, TRABAJADORES AL FIN Y AL CABO Y EL HUMANISMO "CRISTIANO" DEL PP AVENTADO DESDE LA COPE Y OTROS MEDIOS DE REPARTO DE PIENSO IDEOLÓGICO


Los estibadores son trabajadores que gozan de unas buenas condiciones de trabajo, incluidos sueldos, en relación con el trabajador pobre (gracias a PSOE jefaturizado y PP más de los mismo o al revés) que trabajando no tiene para vivir, por lo que ya es imposible que salga de la pobreza si la banda de ladrones que nos dirigen siguen dirigiéndonos.

De aquí la importancia que movimientos políticos como Podemos y otros movimientos sociales o partidos políticos como IU u otros partidos políticos que proclamen el cambio social, procuren tener militantes y no creyentes en la política.

Mariano Rajoy con sus aledaños jefes del PSOE y Ciudadanos se proponen empeorar y empobrecer el sector de los estibadores, que en eso han consistido las reformas ya realizadas y las que pretender realizar: en sacarle los tuétanos al trabajador que es el que crea la riqueza.

Para que todo esto sea posible, es decir, para que sigan robando robis-robando, o sea, robar, a los trabajadores el producto de su trabajo, es menester que el trabajador, como ahora, siga en la inopia y siga votando al PP, PSOE, Ciudadanos y sus derivados; que los partidos políticos, fundamentalmente los de izquierdas sigan como hasta ahora: izquierda, izquierda, derecha, atrás, un dos tres, en vez de estudiar el mar-xis-mo o marxismo, para extraer de la realidad las contradicciones objetivas existentes como la única forma de poder plantear po-lí-ti-cas con-cre-tas que la gente normal (no sólo los guripas de la intelectualidad) entienda y pueda aplicar para empezar por resolver los problemas más inmediatos como es el comer.

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CUARTOPODER |

Europa Press (YouTube)
El sindicato de estibadores ha convocado tres semanas de huelga en los puertos españoles, que comenzaría el próximo 6 de marzo y se extendería hasta el 24, y los paros se realizarían los lunes, miércoles y viernes de cada semana. Esto provocaría un caos sin precedentes en las instalaciones portuarias, por las que salen el 86% de las exportaciones españolas y llegan el 65% de los productos importados.

El anuncio lo ha hecho Antolín Goya, responsable de la Coordinadora de Trabajadores del Mar, al finalizar la reunión con la patronal y el mediador designado por el Gobierno. En declaraciones a los medios, el representante del mayor sindicato del sector ha venido a recordar que el problema radica más en la postura del Gobierno –que ha preparado un real decreto ley que va a a poner patas arriba el sector– que en las diferencias que mantienen con la patronal. De hecho, han señalado que en cuanto se retire o modifique el texto legal, se cerrará el conflicto.

Como describe Sergio Pascual en la tribuna publicada en cuartopoder.es, ¿Qué está pasando en los puertos?, el problema parte de un fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que exige acabar con el sistema SAGEP que se utiliza en los puertos españoles. Si no se lleva a cabo amenaza con multas. El Ministerio de Fomento, dirigido por Íñigo de la Serna, ha aprovechado para presentar un decreto ley que impone una serie de reformas, no solicitadas por el TJUE, y que precarizarían significativamente el sector.

En concreto, entre otras cosas, exige el despido de 6.250 trabajadores que gozan de salarios dignos y operan en régimen de libre competencia, con altas tasas de eficiencia y paz social, para sustituirlos por personal suministrado por empresas de trabajo temporal, que serían las grandes beneficiadas por esta reforma.

De la Serna ha urgido hoy de nuevo a las partes a llegar a un acuerdo, ya que en caso contrario España deberá pagar una multa diaria de 134.000 euros. Desde los sindicatos le han respondido lo que ya apuntaba Sergio Pascual en su artículo: que cada día de paro representa una pérdida de 50 millones de euros, lo que equivale a 373 días de multa y que no se puede desmantelar un sector muy profesionalizado, altamente eficiente y con años de paz social, para “entregar ese empleo a las ETT”, según ha dicho Goya.

Desde la patronal del sector se ha denunciado que las tensiones generadas por el decreto ley ha provocado una seria bajada de la productividad en algunas instalaciones portuarias.

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SANTO MIQUELITO DE LA INFANTA



La levitación de don Miquel Roca

22.02.2017

Algunos comentaristas han criticado el comentario de don Miquel, el abogado defensor de la Princesa, tras conocer la sentencia del caso Noos. No es para menos… desde un determinado punto de vista. No lo es desde otra perspectiva. La siguiente:

Probablemente don Miquel ha formulado con su observación -pensada, reflexionada, discutida con sus próximos- el primer enunciado verdadero que ha emitido hasta ahora en su larga trayectoria pública. Se entiende que levite, no es para menos. Basta leer el comentario que el Captor publicó el pasado 17 de febrero: “Así funcionaba la trama del caso Noos por el que la Infanta Cristina ha sido absuelta” [1]. Resumo:

1. Iñaki Urdangarin y Diego Torres -se conocieron en ESADE, una escuela empresarial de Barcelona- crean en 2003 una entidad sin ánimo de lucro, el Instituto Noos. Objetivo: facturar servicios de consultoría estratégica; e ntre otros clientes, a la administración Pública. Entre 2004 y 2006 los ingresos del Instituto -provenientes del sector público- ascienden a más 6 millones de euros.

2. Dado el carácter de entidad sin ánimo de lucro del Instituto y la imposibilidad de repartir dividendos, Urdangarin y Torres crean un “entramado de sociedades mercantiles para facturar contra el Instituto y vaciar así sus fondos. En 2004, por ejemplo, “las facturas de las mercantiles de Urdangarin y Torres emitidas contra Noos supusieron el 83,3% de la cifra de ingresos de la entidad” (ascendieron a más de 1 millón de euros, de los 1,2 millones de euros que ese año ingresó el Instituto).

3. Una de las sociedades del entramado diseñado era Aizoon SL. Sus socios -al 50%- eran, como es sabido, la Infanta y su esposo. La sociedad, a pesar de reflejar en numerosos ejercicios fiscales beneficios en las cuentas anuales que depositaba en el Registro Mercantil -396.347,84 euros en 2005- nunca repartió dividendos. “Todo el beneficio se destinaba a remanente”. ¿Por qué? Por lo siguiente:

4. Las cuentas de Aizoon SL reflejaban antes del cálculo del beneficio “toda una retahíla de gastos deducibles que en realidad no eran sino cuantiosísimos gastos de carácter estricta y exclusivamente personal” de los propietarios de la empresa, id est, Urdangarin y dona Cristina, la hermana del Rey, la ejecutiva de Caixabank.

5. La operatividad suponía la apropiación de los fondos ”sin emplear el cauce oficial y la fórmula legal del reparto de dividendos”. Se conseguía de esta manera un doble efecto fiscal: reducir el beneficio obtenido por la sociedad -con ello,  una base imponible menor a la real en el Impuesto de Sociedades- y no declarar en el IRPF “la percepción de rendimientos del capital mobiliario en forma de dividendos”.

¡Los negocios son los negocios! Todo vale. Son muy listos, aprendieron en ESADE. Su ejemplaridad pública, como es visible, es total.

De todo lo anterior, la infanta ejecutiva de Caixabank no tenía ni idea, no sabía nada. Nada de nada. ¡Cómo iba a tenerla! Su marido lo llevaba todo. Ellos hablaban siempre de otros temas de más sustancia y familiaridad. Las mujeres somos así, confiamos ciegamente en nuestros queridos esposos. Lo que marca la tradición. ¿Podemos esperar otro cosa de una Infanta borbónica comme il faut?

Nota:

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ECONOMÍA: EL VESTIDO NO HACE A LA MONA NI AL MONJE NI AL ECONOMISTA


El economista Óscar García Jurado publica “Aproximación a la Economía Crítica para entender y actuar” (Zambra y Baladre)

Alternativas a los expertos y bien vestidos neoliberales

22.02.2017


En tiempos de vértigo, parece difícil detenerse y observar que en el pasado las reflexiones sobre la economía se integraban en el pensamiento religioso, filosófico y político. No fue hasta el siglo XVIII cuando, al calor de la incipiente expansión capitalista y las ideas de la Ilustración, el pensamiento económico empezó a asumir una cierta autonomía. Marcó la senda Adam Smith, con su obra “La riqueza de las naciones” (1776); fue el primer autor que planteó una reflexión general sobre el funcionamiento del sistema económico. Junto a David Ricardo, Thomas R. Malthus, John Stuart Mill y Jean Baptiste Say y otros se les conocería como a los “clásicos” de la disciplina. Sus ideas, en un contexto de capitalismo juvenil y vigoroso, realzaban la función del empresario y de la burguesía en ascenso, que intentaba horadar el estatuto privilegiado de la clase terrateniente. Pasadas las centurias, las crisis y las mutaciones, el capitalismo conserva su esencia: propiedad privada, ánimo de lucro, prioridad de las mercaderías, compra-venta de la mano de obra, extracción de la plusvalía...


La celeridad de las informaciones, las imágenes y los hechos; el impacto de las redes sociales, con estadísticas que se solapan y devoran, el imperio del instante y la primacía del “fast food” mediático hace imprescindible recordar las verdades más sencillas. A ello dedica el economista de Morón de la Frontera (Sevilla) Óscar García Jurado un ensayo de 143 páginas, “Aproximación a la Economía Crítica para entender y actuar”, editado por el colectivo Zambra de Málaga y por Baladre (Coordinación de Luchas contra la precariedad y la exclusión). El libro es producto de las lecturas y el resumen que el autor realiza de otras dos obras: “¿Para qué sirve realmente la economía?” (Paidós, 2015), de la economista crítica Miren Etxezarreta; y “Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo”, del geógrafo marxista David Harvey; y también del documento “Reflexionando sobre las alternativas”, elaborado por el Seminario de Economía Crítica Taifa.

Óscar García Jurado adopta como punto de partida la siguiente premisa, tan desnuda como certera: “No existe ninguna aproximación al conocimiento que sea neutral, y menos aún en el ámbito del análisis social”. Comparte con los lectores otra evidencia, en la que insistía el economista sueco Gunnar Myrdal: desde el primer momento el autor ha de explicitar los supuestos de los que parte. Éste debería ser el proceder general, pero no actúan de tal modo los economistas ortodoxos, que además de quedarse en la superficie de las cosas, “sirven a los intereses de las clases dominantes”. Basado en el libro de la catedrática de Economía Aplicada Miren Etxezarreta, el primer capítulo representa una firme apuesta por la economía crítica, entendida como el análisis pergeñado desde la perspectiva de las clases populares. El texto tampoco oculta la intención divulgativa. Se aproxima a los elementos básicos del marxismo -teoría del valor trabajo, plusvalía, relaciones de producción capitalista, procesos de acumulación- pero además pone el foco en otras escuelas de la economía crítica, menos al alcance del lector medio.

Por ejemplo la Antigua Economía Institucional, que incluye a pensadores como Thorstein Veblen, autor de la “Teoría de la clase ociosa” (1899) y “Teoría de la empresa de negocios” (1904). A la nómina se agregan otros como John R. Commons (1862-1945), Wesley C. Mitchell (1874-1948) y actualmente Geoffrey M. Hodgson, conocido por trabajos como “Economics and Utopia”. Sin perderse en las profundidades, uno de los principales méritos del institucionalismo crítico es trascender la perspectiva de los economistas convencionales, partidarios firmes del individuo como unidad de análisis irreductible. La Antigua Economía Institucional (no así la nueva) amplía la lente a las empresas, bancos, corporaciones, universidades, el dinero, el lenguaje y las leyes. Óscar García Jurado destaca asimismo a los postkeynesianos, etiquetado muy general que agrupa a corrientes diversas con algunos elementos comunes. Coexisten aquí “Keynesianos” como Joan Robinson, Sidney Weintraub o Hyman Minsky, “neorricardianos” y “Kaleckianos”, entre otros. Lejos de los modelos ideales de libre concurrencia y equilibrio de precios, tan caros al liberalismo económico, Kalecki asumió en sus análisis la realidad de los oligopolios. Siguiendo el camino trazado por Marx, el economista polaco también subrayó la incompatibilidad entre capitalismo y pleno empleo, ya que el desempleo resultaba “funcional” al sistema: disciplina la mano de obra y abarata los salarios.

No son marxistas ni anarquistas, pero sí economistas críticos cuyas aportaciones resultan de interés. Algunos, como Piero Sraffa, autor en 1960 del breve texto “Producción de mercancías por medio de mercancías”, sostiene frente a los economistas ortodoxos que la distribución de la renta depende de la correlación de fuerzas entre capital y trabajo. No obstante, García Jurado encuentra, de acuerdo con Miren Etxezarreta, una falla en estos autores: “No se enfrentan a las estructuras de propiedad y al acceso a los medios de producción”. Que es precisamente la fuente de los males. Al menos así se desprende de la lectura de “Aproximación a la Economía Crítica para entender y actuar” y otros libros que Óscar García Jurado ha publicado con los colectivos Zambra y Baladre: “¿Qué es la renta básica de las iguales?” (con José Iglesias Fernández y Manolo S. Bayona), “Catálogo de políticas miserables” y “La crisis económica, instrumento de los que más tienen”. El autor se define en su cuenta de Twitter como “economista de pueblo y cooperativista”, trabaja en la cooperativa “Autonomía Sur” y es miembro del consejo rector en Andalucía de Coop57, organización dedicada a las finanzas éticas y solidarias.

La segunda parte de la aproximación a la economía crítica aborda el capitalismo realmente existente hoy. Un mundo en el que, iniciada la crisis, las operaciones financieras sólo mediante productos “derivados” ascendían a 601 billones de dólares (2010), lo que suponía multiplicar por diez la producción real del planeta (63 billones de dólares) en el mismo año. Pero si se toma la cifra de transacciones en divisas extranjeras, implicaría multiplicar la base material por quince. “Estas cifras han aumentado de manera exponencial en los últimos años”, advierte Óscar García Jurado. De modo paralelo, se observa una tendencia cada vez más acusada a la concentración de capital. El libro menciona como ejemplo que sólo diez empresas han controlado en los últimos años el mercado global de la alimentación y otras diez el del petróleo. Aunque de difícil cálculo, hay cifras menos conocidas por poco publicitadas, como el producto criminal bruto, que algunas estimaciones sitúan como mínimo en el 15% del comercio mundial. No se trata de abstracciones. Todo ello tiene su correlato en las economías domésticas y en el día a día de la población trabajadora. En el estado español se han producido 52 reformas laborales entre la aprobación del Estatuto de los Trabajadores en 1980 y finales de 2014. Y pese a las aseveraciones del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, diferentes fuentes señalan que los salarios nominales han disminuido del 7% al 11% en el periodo 2008-2014.

Las aportaciones del catedrático de Antropología y Geografía en la City University of New York, David Harvey, tampoco figuran en las parrillas televisivas ni se explican en los platós de la actualidad “candente”. Frente a las alicortas y urgentes opiniones de última hora, el autor del concepto “acumulación por desposesión” y de obras como “Guía de 'El capital' de Marx” o “Ciudades rebeldes” resalta que el aumento de la demanda en las últimas cuatro décadas responde a la creación de deuda pública y privada. Pero éste no es el único de los factores estructurales de relieve. Nótese que el tiempo de duración de los bienes de consumo ha sido sensiblemente reducido -la llamada “obsolescencia programada”-, mientras la circulación de productos en el mercado se renueva permanentemente con la ayuda de la moda y la publicidad.

Despilfarros al margen, el sistema ha virado al menos en Occidente hacia la producción y el consumo de espectáculos, mercaderías efímeras que se consumen al instante: conciertos películas, deportes, hasta el turismo… En una nueva vuelta de tuerca, apunta Óscar García Jurado de acuerdo con las tesis de David Harvey, “el capital moviliza a los espectadores para que produzcan sus propios espectáculos”. YouTube, Facebook, Twitter… Producidos por los consumidores, sí, pero cuyo beneficio económico acaparan los propietarios y accionistas de las plataformas, en muchos casos entramadas a fondos de capital riesgo. Lo apunta David Harvey, pero esta línea de pensamiento engarza con algunos planteos del filósofo y pensador de la Ecología Política André Gorz. “El giro hacia la producción inmaterial y el espectáculo es más un último estertor del capital que la apertura de un nuevo horizonte para su acumulación sin fin”.

La última parte del texto de Zambra y Baladre reflexiona sobre las “alternativas”. Importa el contenido de estas 46 páginas –las funciones del sector público, los salarios y las relaciones laborales, el avance hacia empresas no capitalistas, la planificación económica y la autogestión, la apuesta municipalista y el cambio de valores-, pero no revisten menor interés las advertencias previas. “En una genuina sociedad alternativa, el proceso de transformación no se acabaría nunca”, apuntan Óscar García Jurado y el colectivo Taifa. Además, dado que el potencial cambio de sociedad tendrá sus raíces en el seno del capitalismo, se enfrentará a inevitables contradicciones. Otra idea muy arraigada en parte de la militancia, y de la que el libro disiente, es la supuesta necesidad de armarse con un programa ya cerrado, que fije perfectamente los objetivos para la lucha social. En “Aproximación a la Economía Crítica” se defiende por el contario hacer camino al andar, ya que una sociedad radicalmente distinta “necesita mucho más que un plan teórico previo”. Tampoco parece sencilla en Occidente una urgente y “revolucionaria” toma del poder. Más bien se trataría de una transformación permanente de la sociedad. De eso trata el libro, y de no dejar la Economía en manos de esos “señores bien vestidos que con una jerga ininteligible nos dicen que con la cosas de comer no se juega”. En manos de los expertos.

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BANCO DE ESPAÑA O UNA BOINA PUESTA EN UNA SILLA (COMO RAJOY, MÁS O MENOS)



Al Banco de España tampoco le habló nadie del endeudamiento privado

Rebelión
Contrapunto
22.02.2017


Varios acontecimientos concatenados han puesto nuevamente de plena actualidad al Banco de España (BE) y al papel que ha representado en la crisis financiera. 
 
Por una parte, la cuantificación provisional realizada por el Tribunal de Cuentas del coste que para el erario público ha significado el saneamiento (hasta la fecha) de las entidades financieras, seguido de un editorial del diario El País de 4 de febrero pasado en el que se preocupaba por el prestigio de nuestro banco central. Los editoriales del diario El País siempre tienen impacto (antes más que ahora), especialmente en el establishment político, económico y financiero. Tan es así que el editorial al que nos referimos ha originado que el actual gobernador del BE se viese obligado a salir a la palestra el pasado 10 de febrero con un artículo en ese mismo diario ofreciendo unas vagas aclaraciones, pero reconociendo sobre todo que se cometieron errores y que quizás haya llegado el momento de ofrecer una explicación de conjunto.

El BE ha gozado siempre de un gran prestigio, prestigio en mi opinión inmerecido pero elaborado en razón de los intereses que defendía. Durante muchos años ha sido el centro más importante de emisión de pensamiento neoliberal. Se ha comportado de manera permanente como patronal bancaria y como sindicato orientado a la defensa de las entidades financieras y del poder económico. No se le puede negar el mérito de haber colaborado de manera sustancial en el establecimiento en España de un sistema estadístico de primer orden, especialmente en el área financiera, pero el juicio tiene que ser muy diferente en lo referente a sus dos principales funciones, la instrumentación de la política monetaria y el control de los bancos.

Hasta el establecimiento del euro, la política monetaria practicada por el BE se orientó siempre en la línea más restrictiva, lo que condenó a menudo a la economía española a un crecimiento inferior al potencial y a que las tasas de desempleo fueran más elevadas de lo que era previsible. Esa fuerte disciplina, tan dañina para la economía real, venía marcada con frecuencia por errores y fallos en las estimaciones y en los instrumentos de la propia política monetaria, y en la actuación deficiente de la institución. Los días 10 y 11 de febrero de 1988 publiqué dos artículos en el diario El País titulados “Nos perdimos en los ALPES”. Los activos líquidos en manos del público (ALPs) constituían la variable utilizada por el BE para controlar la política monetaria. Pues bien, en los artículos señalaba cómo el BE no había dado ni una, y las muchas equivocaciones y desviaciones sobre las que se había asentado su actuación. Y, lo que es aún peor, el enorme margen de inseguridad que presidía toda la política monetaria. Ello, sin embargo, no era óbice para que se sometiera la economía a rígidos ajustes enormemente perjudiciales.

Tampoco su actuación como supervisor de las entidades financieras a lo largo del tiempo ha sido excesivamente brillante. Desde principios de los ochenta las crisis bancarias se han sucedido periódicamente sin que el BE haya hecho nada para evitarlas; tan solo intervenía una vez que el problema se había presentado y siempre para solucionarlo con dinero público. La responsabilidad no puede, desde luego, predicarse de los funcionarios, cuya preparación y competencia está fuera de toda duda, sino del régimen autocrático de la institución y del sistema de supervisión, cuyas decisiones se tomaban con fuerte sentido jerárquico obviando a menudo la opinión de los inspectores.

El editorial de El País señalaba con razón las dudas que crea el comportamiento practicado por el BE a lo largo de la crisis. En 2008 modificó las normas contables con el objetivo más que probable de disfrazar el grado excesivo de morosidad que iba surgiendo. El cambio de criterio, especialmente en el caso de la refinanciación de los créditos, colaboró sustancialmente a que los balances ocultasen el estado de deterioro que presentaban las entidades. Todo ello explica cuál fue el discurso oficial en aquellos instantes. Desde todos los ángulos se afirmaba que, a diferencia de las extranjeras, nuestras entidades financieras gozaban de muy buena salud, y precisamente gracias a la pericia y buen hacer de nuestro banco emisor, que supo adelantarse -de acuerdo siempre con la posición oficial- a la crisis y obligar a los bancos a realizar la provisiones adecuadas.

El discurso era tanto más extraño cuanto que había múltiples señales que indicaban precisamente lo contrario. Linde las indica ahora con acierto en su artículo: “El crédito a hogares y empresas había pasado de representar el 81% del PIB a finales de 1999 a suponer el 166% al cierre de 2008. Algunas partidas crediticias, como la hipotecaria o la destinada a la promoción inmobiliaria aumentaron su peso durante ese periodo desde el 35% del PIB, en el primer caso, hasta el 95%; y desde el 4% hasta el 28%, en el caso del crédito a promotor”. Lo curioso es que estos datos no los quisiera ver nadie entonces y que el BE los ignorase.

En aquellos momentos, con cierta modestia, escribí varios artículos en los que señalaba mi sorpresa por la visión tan optimista que mostraban las autoridades económicas y el propio BE. Porque si bien era evidente que nuestras entidades financieras no podían estar contaminadas por las hipotecas subprime, que provenían del otro lado del Atlántico -mal que infectaba a muchos de los bancos europeos (nuestras entidades financieras no habían salido al extranjero a invertir sino a endeudarse)- no era menos cierto que la banca española tenía sus propias hipotecas basura. Eran esos créditos fáciles conseguidos en el extranjero al amparo del euro los que se canalizaron a nuestra economía de forma irresponsable y amenazaban en esos momentos como impagados.

El BE estaba demasiado ocupado pontificando acerca de la reforma laboral, del incremento de los salarios y del déficit público como para percatarse de lo que estaba ocurriendo. Según parece, Zapatero afirmó años después que nadie le había hablado del endeudamiento privado. Pues bien, al BE tampoco le debió de hablar nadie del endeudamiento privado, de que este era tanto o más importante que el público y de que ambos eran peligrosos si se realizaban en el exterior y en cantidades desorbitadas. Bien es verdad que esta amnesia se extendía a toda la UE, que solo se preocupó del déficit público (Pacto de Estabilidad) y descuidó el déficit exterior.

Podemos y Ciudadanos exigen ahora la constitución de una comisión parlamentaria para analizar las responsabilidades en la crisis financiera. Comisión que difícilmente se va a constituir ya que los dos partidos mayoritarios se sienten implicados en los errores cometidos. No es demasiado arriesgado suponer que en la presunta ocultación en que se quisieron mantener los problemas por los que pasaban nuestras entidades financieras no era ajeno el hecho de que las cajas de ahorro estuviesen controladas por representantes de los dos principales partidos. En el mundo financiero no era ningún secreto desde el principio que el mayor problema estaba situado en Caixa Cataluña, cuyo saneamiento ha sido hasta ahora el más gravoso para el erario público y cuya presidencia ocupaba Narcis Serra, a la sazón prohombre del PSC, ministro de defensa y vicepresidente con Felipe González.

Tiene razón Pedro Saura, portavoz de Economía del Grupo Socialista, al discrepar de la etapa elegida por Linde para la investigación, 2008-2012, que coincide básicamente con la segunda legislatura de Zapatero. “Para analizar con profundidad lo que ha ocurrido -señala- hay que ir a la génesis de la burbuja y, por lo tanto, el período a considerar debe ir entre el 2000 y el 2016”. Está en lo cierto, porque nada de lo que ha ocurrido puede explicarse sin tener en cuenta la creación de la moneda única.

Fue el euro el que hizo perder competitividad a unos países (entre ellos España) al no poder compensar las diferencias en las tasas de inflación con ajustes en los tipos de cambio. Fue el euro el que permitió que algunos Estados (por ejemplo, Alemania) incrementasen enormemente su excedente comercial mientras que otros (por ejemplo, España) incurrían en déficits exteriores gigantescos. Fue el euro el que en primer lugar puso en manos de los banqueros alemanes ingentes cantidades de recursos y les lanzó, en segundo lugar, a prestar a los bancos de los países deficitarios de forma irresponsable. Creyeron ingenuamente que la ausencia de riesgo cambiario convertía estos créditos en inversiones seguras. Fue esta misma creencia la que alentó a los bancos españoles a endeudarse en el exterior de manera imprudente y a prestar los recursos obtenidos a las familias y empresas sin medir mínimamente el riesgo. Cuando el endeudamiento alcanzó niveles desmesurados y estalló el pánico fue el euro el que no permitió que el ajuste se realizase mediante un realineamiento de los tipos de cambio, forzando a nuestro país a una devaluación interna extremadamente dolorosa. Y es el euro en definitiva el que mantiene a la economía española en una ratonera de difícil salida. Pero es precisamente por ello por lo que el análisis no debería partir del año 2000, tal como afirma Pedro Saura, sino que en sentido riguroso hay que remontarse a los orígenes, al año 1992, cuando se firmó el Tratado de Maastricht.


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