lunes, 1 de julio de 2024

LA LOCURA DE LA OTAN: NO SABE CÓMO EVITAR LA DERROTA ANTE RUSIA EN UCRANIA

Casi 14.000 millones de euros extras en seis meses: Sigue la desenfrenada escalada militar del Consejo de Ministros. [VI Felipe de los borbones, Señor mío y Oh, mi Señor, que son miles de niños españoles los que siguen sin estar bien alimentados. No. No, Señor mío y Oh, mí señor, que yo no digo de los niños cubanos, que esos a pesar de la bota democrática que tienen sobre el pescuezo desde hace medio siglo mal contado con eso del bloqueo y tal, están mejor alimentados que los niños españoles, que yo digo de los niños españoles de España, del Reino de España no de los cubanos, que no hablo yo de Portugal, que no, que yo digo de España, la amada Patria. Y, mis queridos camaradas, compañeros del metal y de más coleguís colegos del gobierno, gobierna que son dos días, parlamentaranza congresual de esa del Congreso de la soberanía popular y no sé qué de ese rollo de la residencia del pueblo y compaña, ¿la familia que tal, todos bien?, porque que los gastos para la matancia entre trabajadores pogresa, progresa y aumenta que es una barbaridad, luego no hay duda, mi querido gobierno gobierna, sois unos progresivos, bueno y de la opositiva bien, todos bien. Eso sí, las cosas como son, las armas las carga el capital y se benefician del cargamento los grandes capitalistas, así que ligeritos, y ya me estáis preparando una guerra en Europa contra Rusia y aumentando aunque sea un 800.000 % los presupuestos de la matanza, que yo estoy aquí para ganar dinero y mientras más sangre, más muertos y más casas de trabajadores destruidas mejor, que ahí también tengo yo negocio con la reconstructiva de la paz y preparación de la siguiente guerra, que aquí hay que estar en todo, baldaos, que sois una cuadrilla de baldaos. No sé yo que haríais sin mí, baldaos.]

 



Casi 14.000 millones de euros extras en seis meses: Sigue la desenfrenada escalada militar del Consejo de Ministros

 

Por Grup Antimilitarista Tortuga

KAOSENLARED

30 de junio de 2024 /

 

Mientras nos siguen mintiendo acerca del papel de España en la OTAN.


Por Juan Carlos Rois – Tortuga

Han trascurrido aproximadamente seis meses del año y el Gobierno no ha perdido el tiempo en lo que se refiere a disparar el gasto militar.

Durante este período, en 20 consejos de ministros más dos acuerdos se ha aprobado gasto militar, para este y sucesivos años, por importe de al menos (porque hay acuerdos de los que no han hecho transparente el gasto) 13.931,78 millones de euros.

Los acuerdos de gasto alcanzan las categorías más inusitadas, como por ejemplo, para restauración y cantina en operaciones de paz, o para pago de seguros de la guardia civil, reparaciones de tejados, combustible, compra de aviones apagafuegos por el ministerio de Transición Ecológica para la UME y hasta la privatización de un hospital de la defensa, sin olvidarse de los tradicionales gastos de suministros, reparaciones y reposición de material, adquisición de material, programas de armas o alimentar la guerra en Ucrania.

Para alimentar nuestro masoquismo, enlazamos aquí al cuadro completo de dicho gasto autorizado.

La distribución del gasto indica a su vez la prioridad del sobregasto militar español: alimentar la guerra, comprar armas destinadas a su desplazamiento a cualquiera de los 18 lugares en los que España participa en guerras o colabora con ellas.

El gasto aprobado, como viene siendo habitual, implica distintas responsabilidades y ministerios. En nuestro caso, además del Ministerio de Defensa, que implica alrededor de cuatro de cada cinco euros comprometidos, encontramos la importante participación del Ministerio del Interior, que acapara 1.201,28 millones de euros extra, economías que aprueba con cargo a créditos y al fondo de contingencia casi 900 millones de euros, o del de transición ecológica, que se paga los aviones apagafuegos que utiliza la UME.

Contrasta esta cruda realidad con el cúmulo de mentira y lavado de cara de lo militar que difunde la propaganda oficial y con la implicación más que obscena del poder institucional y no institucional en el rearme.

Vamos por una peligrosa pendiente. Ya veremos qué opina el respetable cuando el grado de militarización afecte a las comodidades de nuestra ensimismada sociedad o cuando ordenen la restauración del servicio militar.

La buena lógica dice que es preferible aplicarnos ahora a prevenir la guerra y a luchar por que no alcance mayores dimensiones el abrazo militarista que nos preparan, pero no parece que la agenda social de las distintas articulaciones que aún existen tengan ningún interés fuera del de lamerse las heridas por sus constantes y cada vez más sonoros fracasos electorales y argumentales.

Pasemos a otra cosa.

¿Gasta tan poco España en militarismo como afirma el poder?

Llama la atención este descomunal aumento del gasto militar, comprometiendo ejercicios futuros, cuando desde la prensa oficial cacarean que España no cumple con los criterios de gasto de la OTAN. Según los datos de la propia OTAN, España no cumple su objetivo de participación en el gasto militar, pero sus datos son engañosos.

En primer lugar, porque se utilizan criterios comparativos que no son homologables, pues mientras que el presupuesto de otros países incluye partidas consideradas gasto militar por la OTAN (por ejemplo, la guardia civil cuerpo paramilitar similar a los carabineros italianos, o a la gendarmería francesa, o las clases pasivas militares, los organismos autónomos, etcétera) la cifra consignada por España no incluye este gasto «disfrazado» en otros ministerios y partidas ajenas al Ministerio de Defensa.

Segundo, porque si consideramos otras estimaciones más objetivas, España o bien se aproxima bastante al 2% PIB en gasto militar, o, si tenemos en cuenta la que realizamos desde este blog, lo supera de forma amplia.

Tercero, porque si acudimos a cifras absolutas, no es comparable la cifra de gasto militar de países (por mucho que superen el 2%) con gasto exiguo, que el gasto reconocido de países como España.

A título de ejemplo, veamos por gasto militar como España, según el SIPRI, está en el puesto número 16 en gasto militar mundial.

Cuarto, porque si miramos el cuadro de poder militar por países, según la clasificación mundo elaborada por Global Firepower analizando 60 factores de las distintas fuerzas armadas, resulta que España tiene las fuerzas armadas número 20 del mundo, muy por encima de muchos países que teóricamente «cumplen» con las exigencias OTAN.

Por si falta algo, como quinto argumento, miando a la mayoría de los países que en teoría agradan a la OTAN, España cuenta con participaciones que no resisten comparación con otros países de la alianza, como el número de contribuciones en operaciones en el exterior (segundo contribuyente de la UE y tercero de la ONU) con un despliegue actual de casi 6000 efectivos distribuidos en al menos 18 conflictos militares y más de 100 desde el año 1989 hasta la fecha.

En sexto lugar, porque además de este cúmulo de datos, España mantiene en su territorio dos bases militares esenciales para el entramado de intereses de la OTAN y de EEUU (Rota y Morón), más otra base en Torrejón al servicio de la OTAN, a la que debemos unir la base de Bétera en Valencia y el campo de entrenamiento de Bardenas Reales, en el que las fuerzas aéreas de los países de la OTAN entrenan gran parte de sus misiones de injerencia militar en el exterior.

Tampoco se puede decir que España no redoble su esfuerzo en alimentar las guerras de la OTAN. Así se puede verificar, en el presente año, con el convenio celebrado con Ucrania para aportar en los próximos años más de 6.100 millones (más de 1.200 en este año, sin contar con lo ya aportado con anterioridad) para alimentar el fuego de la guerra.

No parece, a mitad de año, que el gobierno de coalición vaya a optar por la paz ni que tenga entre sus intereses la desmilitarización social ni la defensa de la seguridad humana.

Grupo Antimilitarista Tortuga

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Bergman en el El Viejo Topo de verano

 

Este número de la revista, además del dedicado a Fanny y Alexander, contiene tantos buenos artículos que no sabríamos destacar ninguno. Buena lectura para todo el verano.


Bergman en el El Viejo Topo de verano


Cine 

 

Javier Enríquez Román

1 julio, 2024 

El Viejo Topo

 


Toda la belleza del mundo: Fanny y Alexander de Ingmar Bergman

– Sinopsis –

Suecia, principios del siglo XX. Fanny y Alexander son dos hermanos de ocho y diez años que pertenecen a una familia liberal dedicada al teatro. De repente, muere su padre y poco después la madre se casa de nuevo con un obispo luterano. Ella y sus hijos se mudan a la austera casa del religioso, ignorando que dejan atrás la vida afectuosa y tranquila que habían disfrutado hasta entonces. El obispo es un hombre severo e inflexible que impone a todos una disciplina siniestra y cruel. Alexander, un niño imaginativo y soñador, sufrirá especialmente las consecuencias.

– Ficha Técnica –

Dirección: Ingmar Bergman; Producción: Katinka Faragó; Guion: Ingmar Bergman; Fotografía: Sven Nykvist; Montaje: Sylvia Ingemarsson; Música: Daniel Bell. Dirección artística: Anna Asp.

– Reparto –

Bertil Guve (Alexander Ekdahl), Pernilla Allwin (Fanny Ekdahl), Kristina Adolphson (Siri), Börje Ahlstedt (Carl Ekdahl), Kristian Almgren (Putte Ekdahl), Carl Billquist (Polisintendent Jespersson), Allan Edwall (Oscar Ekdahl), Siv Ericks (Alida).

 

Cuando pensamos en Ingmar Bergman surgen varias ideas en nuestra mente. La búsqueda de trascendencia, la soledad, los errores del pasado (y su incapacidad de superarlos, es decir, de redimirlos), los retratos de mujeres angustiadas, una cierta inclinación hacia la fantasía y la religión, una marcada obsesión por la muerte, cierta misantropía. Seguramente por su fama de monumento cinematográfico (en 1997 el Festival de Cannes le otorgó la Palma de Palmas, un premio creado especialmente para él y que se negó a recoger), su obra parece, en muchos momentos, lejana y fría, pese a su indiscutible talento. Con esta falsa impresión, Fanny y Alexander (1982) sorprende al espectador con un lirismo poco habitual en su extensa filmografía.

Fascinante crónica de la vida de la alta burguesía sueca de principios del siglo XX, Bergman optó por acercarse a este mundo a través de los ojos de un niño. La alianza entre el estricto sentido estético del cineasta y la franqueza del protagonista hace que la película sea particularmente orgánica, viva, emocionante. Hay que recordar que se trata de la última película de Ingmar Bergman para el cine. En una carrera tan prolífica, muchos de sus largometrajes pueden considerarse fundamentales, pero Fanny y Alexander siempre fue considerada (incluso por su autor) como una despedida, una suerte de testamento cinematográfico. 

Fanny y Alexander fue concebida como una serie de televisión, aunque Bergman se vio casi obligado a presentar una versión cinematográfica de tres horas que, inicialmente, repudió. “He tardado toda una vida en prepararme para filmar esta película”, dijo el autor de Persona (1966) en una de sus últimas (y escasas) entrevistas. Pero el largometraje no es sólo un regreso a las fuentes del cine (de su cine) realizado hace más de treinta años. La obsesión por los impulsos, la muerte o la vida, por la religión, están más presentes que nunca. Aunque ya desde El Séptimo Sello (1957) se abordan estos temas, pero es en Fanny y Alexander cuando se desarrollan plenamente, aunque la forma de lograrlo prácticamente no haya cambiado en toda su filmografía, desde un punto de vista técnico: los travellings siguen siendo igual de amplios, los rostros ocupan toda la pantalla, el paisaje y la música son casi tan protagonistas como sus actores.

Entre Shakespeare y Dickens

Fanny y Alexander es una fusión brillante (de hecho, tal vez única) de Shakespeare y Dickens, con algo de Chéjov en las reflexiones taciturnas de uno de los protagonistas sobre su propio fracaso y mediocridad; y también algo de Strindberg, «ese desagradable misógino», como lo llama bruscamente la abuela cuando se le pregunta por la adaptación de su obra El sueño (1901) en el teatro familiar.

Helena (Gunn Wållgren) es la matriarca viuda de la familia Ekdahl en la Uppsala de principios del siglo XX: su amigo más cercano es Isak Jacobi (Erland Josephson), con quien tuvo un coqueteo romántico en su juventud. Su sensible hijo Oscar (Allan Edwall) es actor y director del teatro familiar cuyas tradiciones han infundido a la vida familiar una alegría y exuberancia mundanas, especialmente en Navidad, que es cuando comienza la historia. Otro hijo, Gustav Adolf (Jarl Kulle), es un restaurador mujeriego, que a su manera casi infantil está teniendo una aventura con la dulce doncella de la familia Maj (Pernilla August), para exasperación indulgente de su esposa Alma (Mona Malm). El otro hijo, Carl (Börje Ahlstedt), es un hombre de negocios lamentablemente fracasado, que molesta a su consternada madre para que le conceda un préstamo y se queja con su esposa alemana: “¿Cómo es posible que uno llegue a ser de segunda categoría? ¿Cómo cae el polvo?”.

Cuando Oscar muere de un derrame cerebral mientras ensayaba el papel del padre fantasmal de Hamlet, deja a una viuda angustiada, Emilie (Ewa Fröling), y dos hijos: Fanny (Pernilla Allwin) y su hermano mayor Alexander (Bertil Guve), un niño atormentado por visiones oníricas de su padre muerto. La solitaria Emilie se vuelve a casar con un obispo puritano, controlador y antisemita que se propone aplastar el espíritu (libre) de los niños y su nueva esposa.

El terrible duelo entre Alexander y el obispo es el núcleo emocional de la película: su crueldad y abuso, encerrados en la ética familiar de sumisión a la autoridad, irradian la película con un poder oscuro. Como espectadores, cuando vemos al obispo esposando a Alexander con irritado y falso humor tolerante ante la evidente desobediencia del niño, o golpeando su cabeza para enfatizar alguna lección u homilía, sentimos esos golpes en nuestro propio cráneo, sentimos su rabia en nuestra alma. Es profundamente inquietante cuando Alexander es enviado al polvoriento ático después de una paliza, donde hay un crucifijo de madera extrañamente abandonado, sacado de una iglesia y apoyando en un rincón. Y, por supuesto, el propio destino del obispo provoca una de las revelaciones más impactantes en la historia del cine, cuando Alexander deambula aparentemente solo por la casa, y alguien que lleva un crucifijo aparece detrás de él. 

La mirada del espectador (y su implicación), es decir, nuestra mirada, es fundamental aquí, particularmente en el teatro de marionetas que Alexander conocerá más tarde en ese acto final shakesperiano tardío: él y su hermana son sacados clandestinamente de la casa del obispo en un cofre, y el propio obispo queda impactado por una visión de los cadáveres de los niños que Isak, quizá su principal benefactor en la familia, ha logrado conjurar. A los niños también les encanta ver su espectáculo secreto de linterna mágica en su dormitorio, impulsado por queroseno con su olor revelador. Y, sin embargo, todo conduce a la vejez, de la que Helena dice: “Uno es viejo y niño al mismo tiempo. ¿Qué fue de esos largos años intermedios que parecían tan importantes en ese momento?”. Uno de los grandes aciertos de la película es que el misterioso y aterrador drama familiar presenta, al menos formalmente, una estructura realista, aunque sacudida por temblores de revelación sobrenatural.

Libertad y emoción

Toda la película, que supera las tres horas, resulta profundamente emotiva y conmovedora. Bergman, que entonces contaba con 65 años y no pocos problemas físicos, reconoció en sus memorias lo mucho que disfrutó en la filmación de esta película. El autor de Secretos de un matrimonio (1974) siempre defendió que la mejor parte de su labor era trabajar con sus actores, fascinándose en cómo, poco a poco, aprendían a moverse por el plató y convertían sus esfuerzos interpretativos en una obra conjunta, como ocurre en el teatro. Parece que Bergman se refirió a casi todos sus actores por los nombres de sus personajes, con la significativa excepción de la legendaria actriz Gunn Wållgren, por respeto a su impresionante carrera. Aunque Bergman era consciente de que estaba logrando algunas de las mejores (y más emocionantes) interpretaciones en la historia del cine, nunca olvidó el conjunto de su película y la historia que estaba contando, en parte gracias a la extraordinaria labor de director de fotografía Sven Nykvist, en quien confió plenamente hasta el punto de ejercer casi de codirector en muchas secuencias.

Esta libertad en el plató, que casi nunca se permitió el autor de Gritos y susurros (1974), dio a Bergman el absoluto placer de trabajar con Bertil Guve y Pernilla Allwin, quienes interpretan a Alexander y Fanny. Y aquí es donde la película parece ofrece su versión más auténtica, un retrato del placer de estar en el set y alimentarse de la energía colaborativa que surge entre todos los actores. Parece que Bergman dio libertad a los dos jóvenes, permitiéndoles encontrar su camino a través del intercambio de los diálogos; facilitando que, a nosotros, como espectadores, nos alcance la fascinación que él mismo pudo sentir en el rodaje. Bergman fue testigo, y nosotros como público, de cómo un proyecto cinematográfico se transforma en realidad, en pasión, en vida, en emoción, en verdad.

Fanny y Alexander es un monumento, una catedral difícil de superar. Si su extensión puede resultar demasiado larga, la fluidez de la narración produce un placer indescriptible. Bergman también logra la hazaña de filmar la película, quizá, más accesible de su exigente filmografía. Por último, no debemos olvidar que Fanny y Alexander sigue siendo una película sobre la infancia realizada por un cineasta anciano. La mirada tierna y pacífica de Bergman parece preciosa, llena de luz y de esperanza, no la voz atormentada en otros largometrajes como Fresas salvajes (1957). Para ello, la producción contó con un presupuesto de más de 6 millones de dólares, el más elevado (hasta entonces) en la historia del cine sueco, con un rodaje que se alargó durante casi siete meses con más de 1.000 actores, contando con los extras. Su éxito comercial fue inmenso (incluso en Estados Unidos), ganando cuatro premios Oscar en las categorías de Mejor película extranjera, Mejor fotografía, Mejor diseño de vestuario y Mejor dirección de arte.

Fanny y Alexander es quizás la película más personal (y biográfica) de Bergman, inspirada en una infancia dominada por su temible padre ministro luterano, Erik. Bergman tenía un hermano mayor y una hermana menor, la novelista Margareta Bergman, y mucho de su relación con ella está en esta formidable película considerada por buena parte de la crítica y el público como una de las páginas más hermosas, clarividentes y emotivas de la historia del cine.

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79.000 toneladas de explosivos fueron arrojados por Israel en Gaza. [La foto muestra la imagen de una acción humanitaria militar bien realizada cumplimentando el sagrado e irrenunciable deber de defender a la patria al pueblo y a todo lo que se menee, cuya defensa es pagada por el pueblo y no por el Rey ni Perico el de los palotes, y los muertos de la acción humanitaria heroicamente llevada a cabo por las bombas inteligentes y las bombas tontitas que bombean los militares a sangre fría y a sangre caliente, en su mayoría, también son trabajadores. Las viviendas que son bombeadas humana, pacífica y debidamente por lo militares siempre a servicio de la paz y que convertidas en escombros se caen por amor a la patria, en su mayoría de los casos también son de los trabajadores. ¡Cullons, redios, par diez, jodo petaca, anda la hostia, cagoenlaos, Cristo bendito. Si es que van como locos!, que casualidad, vaya hombre, que mala pata que también aparecen por aquí los trabajadores con sus casas echas cisco gracias al arte de la guerra, porque la guerra es un arte (llegué, vi, vencí. Esto lo escribí yo un día al punto de la mañana que amanecí con una borrachera como un general. Ya saben, cosas de la guerra, porque ya me contarán, si sales de tu casa y una morenaza va y te dice: chato, qué, hace?, pues la inmediata y por eso de la conservación de la especie es echar mano de la pistola calibre pequeño, la verdad, de campaña portátil de eventualidades imprevistas y defenderte, o no?) en el que según del lado que estés te multienriqueces que es una barbaridad o pasas más hambre que un caracol pegado a un espejo, pero sin casa, recuerda que si eres trabajador la casa te la tirado la guerra y nadie sabe cómo ha sido. Pretenderán los mantos y las mantas que como servilleteros del capital están al frente de los gobiernos e instituciones europeas dejarnos sin casas (según muestra adjunta como la fotografía que ilustra el artículo) a los trabajadores al meternos en la guerra que pretenden contra Rusia, cuando Rusia, que yo sepa no le ha hecho nada a ningún trabajador. Los de los Pastos de Toledo con el robo de las pensiones a los trabajadores sí que nos han hecho. Y dicho lo dicho vamos ya a lo positivo, a la chicha del asunto y cogiditos de la mano y con la cabeza debajo del sobaco, cagaitos de miedo y para no ver la que se nos viene encima, porque no estamos haciendo nada para evitarlo, cantad conmigo, a la de una, a la de dos y la de tres: Cantemos hijos míos, no le temáis al frío, pio, pio, pio.]

 

79.000 toneladas de explosivos fueron arrojados por Israel en Gaza

 

DIARIO OCTUBRE / junio 30, 2024



La Oficina de Prensa en Gaza informó hoy que el ejército de ocupación israelí arrojó alrededor de 79.000 toneladas de explosivos en la Franja de Gaza desde el inicio de su agresión el 7 de octubre del 2023.

 

En un comunicado, la Oficina aclaró que el ocupante cometió 3.344 masacres que dejaron 47.765 muertos y desaparecidos.

Según la oficina, 15.882 de los muertos son niños, 10.538 mujeres, 500 del personal médico, 152 periodistas y 33 murieron debido al hambre.

En cuanto al número de desplazados, la Oficina confirmó que supera los dos millones, mientras fueron devastados 195 sedes gubernamentales, 435 escuelas y universidades, 810 mezquitas y tres iglesias.

Según las estadísticas, las pérdidas directas iniciales de la guerra de exterminio en Gaza se estiman en 33 mil millones de dólares.

FUENTE: SANA

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Un total de 37.834 palestinos muertos durante 267 de agresión israelí contra Gaza

 

Un total de 37.834 palestinos muertos durante 267 de agresión israelí contra Gaza

 

DIARIO OCTUBRE / junio 30, 2024



El desplazamiento de la población de la ciudad de Rafah como consecuencia de las incursiones y los violentos bombardeos Israelíes en curso.

El Ministerio de Salud palestino informó hoy que el número de víctimas durante 267 días de agresión israelí contra la Franja de Gaza, aumentó a 37.834 muertos y 86.858 heridos.

Durante el día de hoy, decenas de palestinos perdieron la vida y otros resultaron heridos en bombardeos contra diversas partes de la Franja de Gaza.


El desplazamiento de la población de la ciudad de Rafah como consecuencia de las incursiones y los violentos bombardeos Israelíes en curso.

De acuerdo con reportes de los medios de prensa palestinos, dos personas murieron y otras resultaron heridas cuando la artillería de ocupación atacó las tiendas de campaña de los desplazados en el área de Al-Mawasi, al noroeste de la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza.

Asimismo, cuatro palestinos, entre ellos dos niños, perecieron y otros resultaron heridos por bombardeo israelí contra una casa en la calle Al-Wahda, en el centro de la ciudad de Gaza.


El desplazamiento de la población de la ciudad de Rafah como consecuencia de las incursiones y los violentos bombardeos Israelíes en curso.

Asimismo, los equipos de rescate recuperaron los cuerpos de cinco mártires en la zona de Al-Shakoush, al oeste de la ciudad de Rafah.

En el centro de Gaza, un palestino murió y decenas resultaron heridas en bombardeo a una casa en el campamento de Al-Maghazi.

Imágenes: https://t.me/PalestinaHoy/23953

FUENTE: SANA

 

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