viernes, 1 de julio de 2022

Hillary Clinton fabricó la leyenda de la ‘desinformación rusa’

 

Hillary Clinton fabricó la leyenda de la ‘desinformación rusa’

DIARIO OCTUBRE / julio 1, 2022

 


Por más que Ferreras y su pandilla de becarios de “Al rojo vivo” se empeñen en lo contrario, la colusión de Trump con Rusia, una consigna lanzada en las elecciones presidenciales de 2016, fue “el truco sucio del siglo”, que posteriormente ha servido de modelo para que los medios intoxiquen acerca de la “influencia rusa” en otras votaciones, como el Brexit.

 

El “truco” llegó de arriba, de la candidata del partido demócrata Hillary Clinton, según confesó el viernes el director de su campaña electoral, Robby Mook, ante un tribunal federal.

Mook testificó en el juicio que el abogado especial John Durham ha iniciado contra Michael Sussmann, el abogado acusado de mentir al FBI. En septiembre de 2016, Sussmann declaró al FBI que Trump tenía una conexión secreta con el banco ruso Alfa Bank y dijo que no actuaba en nombre de ningún cliente. Los fiscales dicen que trabajaba para la campaña de Clinton.

Los fiscales presentaron pruebas de que Sussmann trabajó con la empresa de investigación de la oposición Fusion GPS para desarrollar estas afirmaciones en nombre de la campaña de Clinton y pasarlas al FBI. Un agente del FBI declaró que un análisis de la oficina descartó rápidamente las afirmaciones como inverosímiles.

Los fiscales interrogaron a Mook sobre su papel en la divulgación de las reclamaciones de Alfa Bank a la prensa. Mook reconoció que la campaña carecía de la experiencia necesaria para verificar los datos, pero la decisión de divulgar las declaraciones de Alpha Bank a un periodista fue tomada por Mook, el asesor político Jake Sullivan (ahora asesor de seguridad nacional de Biden), la directora de comunicaciones Jennifer Palmieri y el director de campaña John Podesta. Mook dijo que el plan fue presentado a Clinton y ella lo aprobó.

El 31 de octubre de 2016, Sullivan emitió un comunicado en el que decía: “Este podría ser el vínculo más directo hasta la fecha entre Donald Trump y Moscú”. Clinton reprodujo en Twitter la declaración de Sullivan con el comentario: “Al parecer, los informáticos han descubierto un servidor secreto que vincula a la Organización Trump con un banco de propiedad rusa”.

La campaña electoral de Clinton difundió una falsedad y los medios la alimentaron. El equipo de campaña transmitió las acusaciones al FBI, dando a los periodistas la carnaza necesaria para seguir con el bulo un año tras otro.

Así se creó la leyenda de la desinformación rusa, que ha sido el pretexto para que los servicios secretos, como el CNI en España, creen organismos para controlar a quienes difunden informaciones que no tienen nada que ver con las habituales intoxicaciones oficiales.

—https://www.wsj.com/articles/hillary-clinton-did-it-robby-mook-michael-sussmann-donald-trump-russia-collusion-alfa-bank-11653084709

FUENTE: mpr21.info

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RUMANÍA. Cada vez más personas opinan que antes de 1990 se vivía mejor en el país, desde entonces capitalista

 

RUMANÍA. Cada vez más personas opinan que antes de 1990 se vivía mejor en el país, desde entonces capitalista


También lo creen la mayoría de los jóvenes de entre 18 y 29 años.


INSURGENTE.ORG / 1 julio 2022

 


¡Abajo el capitalismo!, una demanda cada vez más extendida en Rumanía

 

Desde 1990, tras la restauración del capitalismo en Rumania, no ha habido ninguna encuesta en la que los rumanos no hayan señalado que se vivía mejor bajo el sistema socialista, a pesar de las posibles imperfecciones. El número no ha hecho más que aumentar, como demuestra también el último estudio estadístico, realizado esta vez por la Fundación Friedrich Ebert Stiftung, una institución que no peca, ni mucho menos, de anticapitalista. Una de las conclusiones más destacables es, para la propia institución, que incluso los más jóvenes afirman que preferirían vivir en un sistema socialista como el anterior a 1990 que en el régimen capitalista actual (un 42%, frente a un 34% que dicen preferir el régimen actual).


Cómo ven el capitalismo la mayoría de los rumanos


La mala calidad de la democracia en el régimen dominado por los capitalistas, la enorme desigualdad social consecuente, la mala calidad de la educación y la destrucción de la salud pública son, entre otros, los principales problemas que señalan los rumanos, según el informe de la citada fundación, que subraya que una abrumadora proporción de la población cree que se vivía mejor bajo el comunismo, una valoración social y económica positiva que aparece ahora incluso entre los que se consideran a sí mismos como clases medias, generalmente más proclives a defender la injusticia y la desigualdad inherentes a las tiranias del capital.

Si en 1990  la tasa de mortalidad infantil era un 25% superior en las zonas rurales respecto a las urbanas, ahora es del 50%, al igual que la tasa de abandono escolar, alcanzando esta última el 5,5%, la más alta de la UE, donde la media es 1,2%. El fracaso del modelo de desarrollo capitalista rumano se ilustra con datos sobre las privaciones sociales y materiales entre los jóvenes. Rumanía ocupa el último lugar de la U.E. en el Índice de privación Social y material, es decir, la proporción de personas que no pueden cubrir 5 de las 13 necesidades básicas de la vida consideradas indispensables para una vida digna, como el pago de alquiler o mantenimiento, uso del automóvil, acceso a internet, dos buenos pares de zapatos, actividades regulares de ocio, salir con la familia o los amigos o comprar ropa nueva. En el caso de Rumania, la proporción ha alcanzado un 24% de la población de entre 16 y 29 años, frente al 7% en Europa. Índice de privación social y material La UE, explican los autores, expresa. Es decir, claro que el capitalismo ofrece una mayor variedad de bienes de consumo, aunque la gran mayoría de la población solo pueda acceder a los productos básicos.

Por eso, no es nada sorprendente que, en cuanto a la percepción del período comunista, el estudio muestre que una abrumadora mayoría de la población considera hoy que vivía mejor bajo el comunismo: el 78,7% de los encuestados afirma que antes de 1989 era mucho mejor en términos de seguridad laboral, el 73,2% en términos de disponibilidad de vivienda y el 68,7% en términos de igualdad entre las personas.

En cuanto a los valores relacionados con la «libertad» de consumo (en informe lo llamam «libertad de expresión y circulación») se considera mejor el período posterior a 1989: el 78,6 % considera que después de 1989 fue mejor en cuanto a la libertad de viajar, y el 74,7 % en cuanto a la libertad de decir lo que se piensa (aunque sin pasarse y siempre que no sirva de nada) . Hay una clara mayoría que considera que después de 1989 fue mejor en cuanto al acceso a bienes y servicios variados (55,3%), aunque, por supuesto, este acceso sea muy desigual entre la pequeña minoría que detiene el poder y la gran mayoría, que en la mayoría de las ocasiones se tiene que conformar con soñar.

Traducción: «El capitalismo nos ha destruído el país»


Obviamente, esa libertad de tener una posibilidad mínima, inalcanzable, de consumir productos de ensueño, no resiste ni un minuto en la balanza al lado de el desastre que el capitalismo está produciendo en la sanidad pública, la educación o los derechos laborales.

Así, la percepción hacia los empresarios es desfavorable y vive sus peores momentos: el 60% de la población los ve como proveedores de trabajo, pero el 70% los ve como personas interesadas solo en la ganancia y el 53% directamente como delincuentes. Sólo el 15,9% cree que la fortuna de la mayoría de las personas se ha hecho a través del trabajo. La percepción dominante -84%- es que el Estado ayuda demasiado a los ricos. El 74% de los encuestados opina que debería haber una mayor preocupación por los pobres y los necesitados.

Por otro lado, desde 1990, tanto el sistema educativo como el sistema de salud han tenido cada vez una menor financiación por parte del Estado. Es más, enlazando con el párrafo anterior, el 59% de los encuestados cree que el sistema beneficia a los niños de familias adineradas, mientras que el 51,5% cree que los mejores y más talentosos estudiantes no son apoyados. En cuanto al sistema de salud pública, se percibe como de bajo rendimiento y corrupto, sin embargo, el 57% de los encuestados se opone a la idea de pagar mayores contribuciones por mejores servicios.

Los que menos aprecian el comunismo son los nacidos después de 1962, los que maduraron en las décadas de 1970 y 1980 y vivieron directamente las políticas de austeridad implementadas en la última parte del régimen (es decir, cuando el gobierno intentaba devolver el credito pedido al FMI y que fue un error garrafal del que las élites se aprovecharon para acabar con un régimen que les impedía medrar). Las personas nacidas en el período de entreguerras y al comienzo del período comunista siguen considerando mucho mejor el período anterior a 1989 en términos del componente socioeconómico. La investigación también muestra que los nacidos después de 1987 y que casi no experimentaron la vida durante el período comunista aprecian aquel periodo como mejor que el actual. Las cifras son particularmente interesantes para las generaciones más jóvenes: el 41,8% del grupo de edad de 18 a 34 años optaría por el socialismo y el 34% del mismo segmento optaría por el capitalismo.

La crisis económica que se está gestando con la provocación por parte de la OTAN de la Guerra en Ucrania parece augurar que este descontento con el régimen actual va a aumentar todavía más la valoración positiva de la época comunista, algo que, en realidad, como no podía ser de otra forma debido a la brutal pérdida de derechos y conquistas sociales por parte de la clase trabajadora rumana,  ha ido en constante aumento desde el golpe de estado de diciembre de 1989.

Fuente: adev.ro/rd4zo0

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TERCERAINFORMACION

Las fuerzas aliadas avanzan en su operativo y toman la mayor refinería de los nazi-otanistas

 

Las fuerzas aliadas avanzan en su operativo y toman la mayor refinería de los nazi-otanistas

 

DIARIO OCTUBRE / junio 30, 2022

Fuerzas aliadas toman el control de la mayor refinería de Ucrania situada en la región de Lugansk, en el marco del avance de su operativo en este país.

El embajador de la República Popular de Lugansk (RPL) en Rusia, Rodion Miroshnik, ha anunciado este jueves, por medio de un mensaje en su canal de Telegram, que las fuerzas aliadas ya controlan la refinería más grande de Ucrania, en la ciudad de Lisichansk, después de varios días de enfrentamientos. “Los milicianos han escapado, abandonando refugios y armas”, ha dicho.

 

Ha asegurado que las unidades militares aliadas, que avanzan a través del sureste de la ciudad, siguen “limpiando el territorio ya controlado de la ciudad de Lisichansk”.

El miércoles, Miroshnik informó que aproximadamente la mitad de la localidad de Lisichansk estaba bajo el control de la RPL y las fuerzas rusas.

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Patriarcado y neoliberalismo cultural: la ofensiva perfecta

 

El neoliberalismo, cuyo propósito es la mercantilización absoluta de la vida humana, se camufla apelando a la libre elección, a los deseos subjetivos o al sentimiento identitario. Son expresiones culturales, aparentemente de izquierdas, que actualizan una explotación que afecta, principalmente, a las mujeres.


Patriarcado y neoliberalismo cultural: la ofensiva perfecta

 

Silvia Carrasco

El Viejo Topo

1 julio, 2022 

 

El patriarcado es la institución más antigua que conocemos en la historia de la Humanidad. En cualquiera de sus formas y manifestaciones, la dominación física, económica, política y simbólica de las mujeres atraviesa todas las sociedades, culturas y épocas hasta nuestros días. Y todas las culturas que conocemos, tanto las que nos han precedido como la nuestra y sus contemporáneas, han hecho una magnífica labor naturalizando la subordinación a partir de la diferencia sexual entre mujeres y hombres, a través de la socialización basada en roles, comportamientos y marcadores diversos. A este conjunto de normas, prácticas y valores que conforman y condicionan las experiencias de ser mujeres y hombres culturalmente específicos lo llamamos género. El género es un concepto analítico y, a la vez, el mecanismo de reproducción del patriarcado. Porque el patriarcado persiste y se reinventa, como todos los sistemas de relaciones de poder. Aplicando la lúcida distinción de Alicia Puleo[1], en la mayoría de los países del mundo sigue vigente como coerción, donde la inferioridad y la sujeción de las mujeres es legal. Y en aquellos en los que supuestamente disfrutamos de igualdad ante la ley, no solo el patriarcado de consentimiento disciplina diariamente a las mujeres –abandonadas por la interiorización de sus mecanismos– de mil maneras, sino que, además, se rearma como parte de una ofensiva que intenta eliminar a las mujeres como sujetos de derecho.

No debería sorprendernos que las grandes corrientes del pensamiento y la acción política marxistas, y quienes las han desarrollado, hayan tenido serias dificultades para deshacerse y distanciarse críticamente del patriarcado, pues todo lo impregna a la hora de intentar comprender el mundo y proponer formas alternativas de organizar la sociedad. Pero sería esperable encontrar la superación de este lastre en las aportaciones más recientes, las ecosocialistas: perspectivas holísticas situadas en la búsqueda de un sistema-mundo basado en la justicia global en todas sus dimensiones; es decir, una justicia global alejada de la ingenuidad utópica de tiempos anteriores a la constatación del daño ya irreversible causado en el Planeta, tanto como del crecimiento ilimitado al servicio del beneficio corporativo.

Sin embargo, la estrategia cultural del neoliberalismo actualiza como nunca los mecanismos del patriarcado y parece suspender la capacidad de análisis progresista que se aplica, en cambio, con éxito a la economía política de la globalización. El neoliberalismo cultural se podría definir como el conjunto de disposiciones y actitudes favorables al neoliberalismo económico y al debilitamiento del Estado promovidas por medio de la cultura de masas y todos sus medios de penetración. Es la agenda ideológica que convierte en aceptable la expansión ilimitada del mercado, y para lograrlo rompe los instrumentos de la articulación política colectiva y la solidaridad social necesarias con que poder hacerle frente.

Las máscaras del neoliberalismo cultural camuflan y resignifican la explotación extractivista que convierte hasta la última célula de los cuerpos de las mujeres en materia prima del mercado de la vida, habiendo colonizado a la izquierda política con el núcleo de su engaño. Como conversos, ideólogos y políticos “de izquierdas” consagran la explotación de las mujeres (piénsese en la prostitución o en el alquiler de los úteros) como el súmmum de los nuevos derechos, como si esas prácticas fueran bendecidas por los mantras de la libertad de elección y los deseos subjetivos. Repiten que no es lo mismo vender un riñón para pagar deudas –algo inadmisible moral y políticamente– que aceptar dinero por dejarse penetrar “si la mujer lo decide”, una mujer cuya dignidad se convierte en ajena a la dignidad propia de quien emite el juicio. Porque las mujeres no somos ciudadanas iguales en el imaginario patriarcal, por eso somos víctimas más invisibles. Pero vayamos por partes.

Como materialistas, sabemos que la primera acumulación por desposesión en la historia de la Humanidad es la del acceso sexual y la apropiación de la capacidad reproductiva de las mujeres a manos de los hombres, mucho antes de que la hegemonía del capital sobre la naturaleza y sobre el trabajo definieran el capitalismo neoliberal en las últimas décadas del siglo XX. La agenda feminista es indisociable de todo proyecto emancipador de la humanidad, que no es tal si no comienza por erradicar los mecanismos y los efectos de aquella primera acumulación, la desigualdad más antigua, abrumadora y transversal, la subordinación de las mujeres. El ecosocialismo, síntesis del socialismo y el ecologismo político, denuncia el doble carácter injusto y depredador de un modelo de producción y organización del mundo insostenible.

El ecosocialismo y, en general, toda la izquierda autodenominada transformadora, así como el feminismo, constituirían, por tanto, un proyecto político alternativo a la mercantilización de la vida humana en cualquiera de sus formas. Deberían representar la esperanza de hacer más justo el mundo que compartimos, deteniendo y revirtiendo el extractivismo y la explotación del planeta y de la Humanidad –incluidas las mujeres, claro está–. Pero las propuestas políticas concretas que formula esta izquierda parecen haber abandonado el análisis materialista de la realidad en lo que se refiere a la emancipación de las mujeres, abandonando en paralelo buena parte de la agenda feminista.

Sin embargo, una izquierda transformadora, que enarbola la bandera de lo verdelo rojo y lo morado, es del todo irreconciliable con la explotación sexual y reproductiva de las mujeres, que se basa en el extractivismo aplicado a nuestros cuerpos. Lo esperable sería que luchara enconadamente contra las industrias globales que promocionan la demanda de mujeres y niñas como objetos sexuales al servicio de los hombres. ¿Qué ocurre con esa pornografía que se satisface por medio de la trata? Comprendiendo como comprende el funcionamiento del mercado y el consumo, la izquierda debería denunciar cómo se reproduce la posición subalterna y cosificada de las mujeres en las mentes de los adolescentes y los jóvenes por medio del negocio criminal de la pornografía, que les induce a excitarse con el sometimiento violento de niñas y mujeres. Debería comprender, más que ninguna otra posición política, que la igualdad entre mujeres y hombres es incompatible con la mercantilización de las relaciones y que el consentimiento de las mujeres no es más que el precio de la supervivencia en la mayor de las desigualdades. ¿Qué clase de trabajo devalúa a la trabajadora con los años y la “experiencia”? ¿En cuál otro trabajo la alienación del propio cuerpo, la disociación inducida por el consumo de drogas, es la única posibilidad de mantener el empleo?

Porque ni los hombres tienen derecho a consumir cuerpos de mujeres pobres que no les desean, ni los hombres y mujeres ricos tienen derecho a consumir cuerpos de mujeres en situaciones precarias de todo el mundo con tecnologías reproductivas al servicio de un derecho inexistente a ser padres, socavando su salud con hormonaciones intensivas y embarazos indeseables. La izquierda debería ser la abanderada de la lucha contra el comercio mundial que convierte el derecho de los niños a tener una familia en compraventa de bebés encargados a la carta y gestados por mujeres empobrecidas.

El ecosocialismo como filosofía política es la antítesis de las ideas que sustentan estas prácticas. Otro tanto hay que decir de un feminismo que no lo es cuando se conjuga en plural –feminismo(s)– para defender prácticas como las antes referidas. Pero las formaciones políticas que ahora representan estas tendencias han sido las primeras víctimas de la gran operación de resignificación del análisis y la lucha feminista en los últimos años. La expansión y consolidación del capitalismo neoliberal, desterritorializado y desregulado, se impone más fácilmente a partir de las teorías identitarias que promueven la subjetividad individual y disocian la experiencia subjetiva de toda realidad material, incluida la realidad material del sexo. Aún más si se presentan con el discurso de la transgresión liberadora o el de los derechos humanos. Y como todo lo que tiene que ver con el origen de la opresión patriarcal, la cuestión del sexo, a quienes les afecta en primer lugar es a las mujeres.

Así como en una pesadilla que sintetiza Un mundo feliz de Huxley y 1984 de Orwell, cuando nos hemos convertido en la materia prima de las actividades criminales más lucrativas del mundo, las mujeres somos reducidas a funciones fisiológicas por un lenguaje que nos borra: “cuerpos menstruantes”, “cuerpos gestantes”, etc. Decía recientemente Eva Borreguero en El País (8/06/22) que la invisibilización social de las mujeres a manos de los talibanes tiene el mismo efecto que referirse a las mujeres como “personas con vagina”, pues son viejas y nuevas formas de borrarlas. De esta manera, el género y todos sus artificios ya no son opresión, sino que se perciben como expresión de la identidad.

En la misma línea, se puede interpretar ahora, con diversas leyes en la mano, que la infancia libre de limitaciones sexistas que no reproduce roles tradicionales ni preferencias antiguas, puede ser indicativa de haber nacido en “un cuerpo equivocado”. Y que ese cuerpo debe ser hormonado y mutilado para encajar, creando dependencia farmacológica de por vida para alcanzar su verdadera identidad (por cierto, esta tendencia afecta a tres chicas de cada cuatro casos sin que ello haya constituido una señal de alarma política y social hasta el momento). Por otra parte, la prostitución ya no es cosificación y explotación, sino trabajo sexual empoderante. Y la lista sigue: la explotación reproductiva se convierte en altruismo; la ficción legal y médica de la transexualidad se convierte en un derecho a cambiar el sexo registral sin filtro ni límite alguno, con todas sus consecuencias, ocupando los espacios de las mujeres y suplantándolas; y la violencia contra las mujeres, que es la principal herramienta del patriarcado para reproducir la subordinación social y cultural a pesar de la igualdad formal que establecen las leyes, pasa a ser violencia contra una identidad sentida: puede considerarse víctima de ella todo hombre que se declare mujer. La contradicción más flagrante es que las propias bases de la emancipación de las mujeres y de las políticas de igualdad impulsadas por la izquierda se convierten ahora en papel mojado.

Una izquierda transformadora debería ser, por definición, contraria a la falacia de la libre elección, resucitada por el neoliberalismo hace cuarenta años a pesar de haber sido desmontada por el marxismo hace casi doscientos. El propio cuerpo no es un activo de mercado y la lucha colectiva no es ni una suma de subjetividades ni, mucho menos, un repertorio de deseos inducidos por el mercado y centrados en el individuo. ¿Cuál es entonces la alternativa ideológica al beneficio de las grandes corporaciones, de las opciones que dicen representar el ecosocialismo y los autodenominados feminismos, si abrazan su cultura?

Aquella célebre contradicción secundaria de la que hablábamos, que siempre debía esperar a la resolución de los conflictos capital-trabajo, se ha liquidado por la vía de considerar obsoleta la agenda feminista, renunciando a alcanzarla. De un plumazo, se menosprecia una tradición política, intelectual y de lucha de los últimos trescientos años en un momento de retroceso en el que los hombres jóvenes se adhieren al negacionismo de la violencia patriarcal de la derecha, o al borrado de las mujeres de esta izquierda impostora. La reacción del movimiento feminista, tal y como ha ocurrido en todas las ofensivas patriarcales de la historia, es objeto de burla, persecución, silencio e indiferencia cómplice ante intimidaciones y agresiones por parte de jóvenes cuyas camisetas dicen –sin escandalizar a nadie– “Kill the TERF”. La mordaza y la autocensura revelan el éxito del nuevo orden.

Pero por encima de todo es necesario darse cuenta de que, en esta operación del neoliberalismo cultural, con la resignificación ideológica y la rendición política en la izquierda, es el propio concepto de Estado de derecho el que está en riesgo. Se trata de una ofensiva perfecta que se ceba, en primera instancia, en la persistencia naturalizada del patriarcado porque sus víctimas no importan en la misma medida que los hombres. Ya sabéis, primero vinieron a por las mujeres.

Nota:

[1] Puleo, Alicia. “Libertad, igualdad, sostenibilidad. Por un ecofeminismo ilustrado”. Isegoría: Revista de Filosofía Moral y Política, nº 38, enero-junio, 2008, 39-59.

Fuente: Artículo en abierto del número 414/415 de Julio/Agosto de El Viejo Topo.

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La cumbre de la OTAN en España

 

La cumbre de la OTAN en España

 

Diario octubre / junio 30, 2022

 



La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) concluye el jueves su cumbre en Madrid y es todo lo contrario de la imagen de unidad, cohesión y espíritu marcial difundida por la propaganda de guerra imperialista, omnipresente y uniformada al milímetro, en los medios hegemónicos de “occidente”. Algo parecido a sus “sanciones” bumerán vs Rusia.

 

Tras las sonrisas para la foto de los mediocres gobernantes de Estados Unidos (EU), Europa y sus invitados asiáticos a esta mascarada, está su resistencia a admitir “el fin de la unipolaridad”, proclamado, en forma categórica, por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en el prestigioso Foro de San Petersburgo. Y también, la inútil, pero peligrosa, negativa a aceptar el mundo multipolar y multicéntrico, una realidad no acabada pero que tiende a consolidarse.

Las sonrisas y risas de los líderes otanianos no pueden ocultar su temor a la derrota militar que ven venir en Ucrania, a la que han convertido en instrumento -y dolorosa víctima- de su arremetida contra Rusia casi desde el colapso de la URSS, por la que siempre sintieron fobia, ahora exacerbada de forma patológica.

Justamente, la importancia de esta cumbre radica en su intento desesperado, convertido oficialmente en nueva estrategia de la alianza, de crear una coalición militar global contra Moscú, que, por supuesto, apunte también a China como enemigo estratégico principal a vencer, pues en lo económico y lo científico va camino de adelantar mucho a Washington y ya lo supera en varios campos fundamentales. Sin contar la notable superioridad, si le creemos a numerosos expertos occidentales, de los misiles hipersónicos rusos –indistintamente capaces de portar, o no, armas nucleares-, y, también, de varios de sus exponentes de armamento convencional.

La presencia en la cumbre, de Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur, responde no solo a su apoyo a Ucrania contra Rusia, sino también al fuerte ascenso de China en la región Indo-Pacífico. Como a los planes estadounidenses para un eventual conflicto por Taiwán, territorio reconocidamente chino, que Beijing reivindica de manera categórica y solemne pero donde Washington no cesa de montar provocaciones.

La cacareada incorporación de Suecia y Finlandia, aunque comporta una grave provocación contra Rusia, como el torrente de armas pesadas hacia Ucrania para regocijo de la industria armamentista, no cambian sustancialmente la correlación militar de fuerzas pero sí contribuyen a agravar y prolongar el conflicto bélico en Europa, a una eventual extensión territorial del teatro de operaciones militares y a aumentar el riesgo de una guerra nuclear.

La OTAN, es una suerte de legión extranjera de EU, hecho agravado por la vergonzosa subordinación europea a Washington después de la guerra que libra contra Rusia con carne de cañón ucraniana, salvo algunas resistencias, casi siempre débiles y pusilánimes, como las del galo Macron y el germano Sholz. Al mencionar la obsecuencia europea, es obligado referirse a España, anfitrión de la cumbre otaniana, que en eso de servilismo difícilmente sea superable.

La prueba más grave y reciente es su reconocimiento, para complacer a Washington, al plan de anexión por Marruecos del territorio de la República Árabe Saharauí Democrática, en un acto vil de traición a sus deberes como potencia colonial ante la Asamblea General de la ONU y al derecho internacional. Con la sangre aún fresca derramada en Melilla tuvimos una probadita de la democracia española tipo OTAN.

EU, mayor potencia económica y militar de occidente, aunque tiene una gran capacidad para arrasar países y asesinar a grandes masas humanas, sale derrotada en todas las guerras: Vietnam, Irak, Afganistán, Somalia… La derrota fulminante de su intento de invasión de Cuba con una fuerza mercenaria apoyada por sus buques de guerra, en 1961, antecedido por las palizas, que ya en las décadas de los veinte y treinta, había propinado en Nicaragua a los marines, el general de hombres libres Augusto César Sandino.

No obstante, sí es históricamente muy importante, destacar la primacía de Washington como máquina homicida y genocida, no ya pensando solo en el horrendo exterminio con el arma nuclear de Hiroshima y Nagasaky, ciudades abiertas sin objetivos militares. Siglos antes había iniciado el exterminio masivo de la mayor parte de la población originaria del territorio que hoy ocupa. Pero debe subrayarse también su ejecutoria criminal en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando, según un concienzudo estudio de James A. Lucas, EU y la OTAN habrían matado entre 20 y 30 millones de personas en 37 países víctimas.

La OTAN terminará en el basurero de la historia y no podrá detener el mundo nuevo de paz, cooperación y verdadero libre comercio y respeto al derecho internacional que emana de los BRICS, la Unión Euroasiática, la CELAC, la Unión Africana y la ASEAN.

Ángel Guerra
https://diario-octubre.com/wp-content/uploads/2022/06/30/la-cumbre-de-la-otan-en-espana/imagen-1.jpgLatinoamericanista y analista internacional, articulista del diario mexicano La Jornada. Invitado frecuente en teleSUR. Fue director del diario Juventud Rebelde (1968-71), de la revista Bohemia (1971-1980) y de otras publicaciones cubanas de circulación nacional

FUENTE: telesurtv.net

 

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Rusia se retira de isla de Serpientes como gesto de buena voluntad

 

Rusia se retira de isla de Serpientes como gesto de buena voluntad


DIARIO OCTUBRE / junio 30, 2022

 

Las tropas rusas terminan sus tareas en la isla de las Serpientes, en el mar Negro, y se retiran de este territorio como un gesto de buena voluntad.



“El 30 de junio, como un gesto de buena voluntad, las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia completaron las tareas que les habían sido asignadas en la isla de las Serpientes y retiraron la guarnición”, ha informado este jueves el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el general Ígor Konashénkov.

 

Conforme a las declaraciones del mando militar ruso, esta medida del país euroasiático muestra que Rusia no obstaculiza los intentos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de organizar un corredor humanitario con el fin de sacar productos agrícolas del territorio de Ucrania.

Konashénkov, asimismo, ha puesto énfasis en que, con esta decisión, Kiev no tendrá más excusas para considerar imposible sacar el grano debido al control de Rusia de la parte noroccidental del mar Negro.

El funcionario ruso, además, ha señalado que ahora la pelota está en la cancha de la parte ucraniana, debido a que Kiev todavía no ha desminado sus costas del mar Negro.

FUENTE: hispantv.com

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