miércoles, 17 de junio de 2009

ASI SE HABLA, CON DOS COJONES

(Javier Gómez Navarro, hombre bien alimentadito; bien vestidito y muy bien pagadito, que insulta a los trabajadores llamándoles vagos, pero que no se sabe cual es su aportación a la producción social de la que vive, y vive bien bien, bien)

Javier Gómez Navarro se define como socialista liberal, pero en realidad es socialista sistémico, de la honda sistémica de Felipe González, con quien fue ministro de Comercio, y desde que ganó el PSOE las elecciones en 2004, Presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, o sea, que el hombre, como buen sistémico que es se lió a chupar del bote, y que no hay manera, no hay quien lo despegue del chupe.
Pues bien, este hombre, como todo aquel que no vive de su trabajo, no tiene pelos en la lengua para decirnos a los trabajadores que somos unos vagos y que menos cuento y a trabajar más, que él tiene que seguir viviendo de puta madre a costa de lo que otros producen.
Viendo su foto, si uno se fija bien en sus protuberancias abdominales (que le cuelga la barriga), al pronto adivina que sus protuberancias abdominales no se deben al consumo de bocadillos de sardinas en aceite encima del andamio, en plan encofrador, sino que más bien le olisquean sus gorduras a buenos solomillos y elegantes langostas, que algunos de esos vagos trabajadores han producido para que él, y una banda de parásitos sociales como él se las engullan.
Bueno, pues este bendito socialista sistémico, acaba de afirmar en una entrevista al diario El Mundo que: "El Ministerio de Economía y el Banco de España han tenido demasiado tiempo un diagnóstico equivocado sobre la liquidez", asegura, lo que "ha provocado un retraso en tomar las medidas adecuadas". Es decir, que los listos sistémicos, que cobran la de Dios es Cristo del dinero que produce el trabajo de los vagos de los trabajadores, y que comen, como él, más y mejor que la orilla de un río, no han hecho su trabajo. Vaya, vaya, que aquí no hay playa, vaya, vaya, con esta panda de parásitos sociales.
Y es lo que yo me digo muchas veces, que con el estómago lleno de buenos alimentos, descansadito, porque si no trabajas no te cansas, y unas buenas moscardonas a tu alrededor, dan más ganas de joder y dormir que otra cosa, y claro, te llegas a creer que tu sacro papel en la vida es comer, joder y enriquecerte, porque para trabajar ya están los vagos de los trabajadores, y de esta manera, no se sonroja, porque es natural que no se sonroje (sonrojarse requiere un mínimo de vergüenza y dignidad personal), y en vez de reclamar que los causantes del daño que produce, material e inmaterial, la crisis por la que atravesamos estén caminito de la cárcel, previo juicio justo, eso sí, todavía pide el botarate este caña contra los trabajadores y le urge al gobierno un plan de ayuda financiera para los responsables de esta crisis que no han sido los trabajadores.
Por cierto, no sea que se me pase, Javier Gómez Navarro, socialista sistémico, el vago lo serás tú, y a mi me hablas con más respeto, imbécil. Y si tienes cojones eso de vago dímelo en la calle cuando me veas sólo y no amparándote en un medio de comunicación, so barril, que eres un barril.
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ARTICULO DE JUAN CARLOS VAZQUEZ

ACTUAR COMO SI...

(Ultimo intento de humanización de un paisano de Plutón)


Edward De Bono, en su libro “seis sombreros para pensar”, desarrolla una serie de formas creativas de pensamiento, el denominado pensamiento lateral.

En su primer capítulo se centra en los pormenores de lo que calificó “actuar como sí”.

Esta forma de pensamiento creativa, se basa en el principio según el cual, si una persona adopta la postura de un pensador, hace sus movimientos, adopta la intencionalidad de lo que representa y se la manifiesta a sí mismo y a los que le rodean. Muy pronto su cerebro adopta el roll que está actuando.

En “cristiano”, esto significa que si finges ser un pensador, un investigador, un loco o un alcalde de izquierdas, acabas convencido y con la convicción de que los demás te creen, es como si lo fueras. Por lo que si nuestra persona en cuestión “actúa como si…”, no quiere decir que lo sea realmente. Simplemente es una forma de pensamiento, de pensamiento creativo a modo de ejercicio mental, una forma de empatizar con los roles ajenos o añorados por el individuo/a.

Para “ser” realmente se precisa de la voluntad de ser y para ello se requieren un nivel mínimo de excelencia intelectual que posibilite esa creatividad necesaria para desplegar la abstracción “como si fuese”. Si la potencialidad del intelecto no alcanza a discernir lo real de lo ficticio o fingido se corre el riesgo de que el individuo en cuestión sufra una crisis inconsciente de supervaloración, (hecho este que no reviste ninguna gravedad mientras el individuo esté a unos cuantos kilómetros sobre el nivel de la realidad). Esta concepción supravalorada de sí mismo, no basada en la observación directa ni en la experiencia empírica, conduce, irreversiblemente, a nuestro personaje anónimo hacia las lindes de la autocracia, hacia un empodereamiento cuasi ridículo, que le incita a basar toda su actividad atendiendo a dos premisas básicas:
1.- sólo él decide lo que está bien o mal
2.- nunca dará la cara más que para atribuirse los éxitos propios y ajenos.

Estos dos principios son en los que se pueden resumir los diez mandamientos del decálogo del aprovechado, definidos por Juan Carlos Vicente Casado en su estudio sobre la asertividad.
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