domingo, 10 de julio de 2011

PARA DESHACER LAS MENTIRAS DE BANQUEROS, FIANCIEROS Y POLITICOS A SU SERVICIO

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¿NECESITA ESPAÑA UN LÁTIGO PARA SALIR DE LA CRISIS?


Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA, 25 de marzo de 2011

Este artículo critica la tesis sostenida por Javier Ayuso, corresponsal económico y redactor jefe de El País, en su artículo “España necesita el látigo del Pacto del Euro” (20/3/2011), que sostiene que la causa del estancamiento de la economía española se debe al incremento de los salarios y al escaso crecimiento de la productividad. Critica también el criterio de selección de los “expertos” que Javier Ayuso ha convocado para debatir sus tesis, la mayoría de los cuales trabajan para o consultan al capital financiero. El artículo señala que las causas más importantes del estancamiento económico no aparecen en tal artículo y tampoco aparecerán en la mayoría de propuestas que salgan en tal “debate”.



LAS CAUSAS DE QUE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA NO SE RECUPERE



Lo cual nos lleva al punto clave ignorado por Javier Ayuso en su análisis del estancamiento de la economía española. En realidad, no es nada difícil encontrar el origen del estancamiento, aunque les garantizo que la gran mayoría de los llamados “expertos” invitados al debate, no lo encontrarán. Su proximidad a la banca les dificulta la comprensión del problema, pues la banca tiene bastante que ver con la escasa recuperación económica. Es interesante que Javier Ayuso empiece su artículo con la observación (que encuentro sorprendente) de que “a estas alturas del partido, no creo que nadie se atreva a seguir defendiendo que la causa de la recesión de la economía española haya que buscarla solamente en el pinchazo de la burbuja inmobiliaria o en la crisis financiera”. La credibilidad de esta observación radica en el significado de la expresión “solamente”. Hay muchos expertos en España que creemos que aquellos hechos jugaron un papel clave en la génesis de la crisis y continúan jugando un papel clave en su escasa recuperación al paralizar la oferta de crédito en España, lo cual todavía continúa.
Es cierto que hay otros factores y otras causas del estancamiento de la economía española. Pero, entre ellos no se puede incluir el deterioro de la competitividad resultado del supuesto exagerado crecimiento de los salarios tal como Javier Ayuso sostiene. Todo lo contrario, la reducción de la masa salarial como porcentaje de la renta nacional, forzó un enorme endeudamiento a las clases trabajadoras y clases populares, (favorecida por las prácticas bancarias de claro carácter especulativo). Este endeudamiento fue el que sostuvo la demanda necesaria para sostener el crecimiento económico. Pero, cuando el crédito falló, el enorme endeudamiento dejó a las familias en una situación imposible, con la consecuente parálisis de la demanda, problema que se ha ido acentuando con las políticas llevadas a cabo por el gobierno (con el apoyo y bajo la presión del capital financiero), recortando el gasto público, el empleo público, y disminuyendo los salarios, medidas todas ellas que están retrasando la recuperación de la demanda y con ello, del crecimiento económico. De nuevo, es más que improbable que la mayoría de expertos convocados por Javier Ayuso concluyan que el estancamiento económico español tiene poco que ver con las supuestas e inexistentes rigideces del mercado laboral, o con la supuesta exhuberancia de los salarios (todavía los más bajos, y con mucho, de la UE-15), sino con las políticas macroeconómicas de austeridad de gasto público y reducción de los salarios, así como con las políticas monetarias del Banco Central Europeo que están dañando las posibilidades de recuperación de la economía española, al mantener estancada y reducida la demanda y el estímulo económico. La banca, pues, está jugando un papel clave en este empobrecimiento de la demanda. La banca está en el centro del problema y de ahí que debe ser parte de la solución, tomando medidas que garanticen la existencia de crédito, incluso a costa de establecer bancas públicas que la garanticen. Les garantizo que de tal mal llamado debate de “expertos” no se llegará a esta conclusión. Después de todo, tal conclusión les llevaría a orientar el látigo hacia ellos mismos (promotores de la sabiduría económica convencional), concluyendo con una autoflagelación.



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PARA DESHACER LAS MENTIRAS DE BANQUEROS, FIANCIEROS Y POLITICOS A SU SERVICIO

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¿NECESITA ESPAÑA UN LÁTIGO PARA SALIR DE LA CRISIS?


Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA, 25 de marzo de 2011

Este artículo critica la tesis sostenida por Javier Ayuso, corresponsal económico y redactor jefe de El País, en su artículo “España necesita el látigo del Pacto del Euro” (20/3/2011), que sostiene que la causa del estancamiento de la economía española se debe al incremento de los salarios y al escaso crecimiento de la productividad. Critica también el criterio de selección de los “expertos” que Javier Ayuso ha convocado para debatir sus tesis, la mayoría de los cuales trabajan para o consultan al capital financiero. El artículo señala que las causas más importantes del estancamiento económico no aparecen en tal artículo y tampoco aparecerán en la mayoría de propuestas que salgan en tal “debate”.


LO QUE LA SABIDURÍA CONVENCIONAL ECONÓMICA IGNORA

En otros artículos he hecho una crítica del Pacto de la Competitividad y refiero al lector a tales escritos (“Lucha de clases bajo otro nombre” en Público (10/2/11), “Lo que no se dice sobre el supuesto milagro alemán” Sistema Digital (18/3/11), “Porqué la economía española no se recupera” Sistema Digital (11/3/11), todos ellos disponibles en mi blog www.vnavarro.org, sección Política Económica). Pero en este artículo quiero mostrar el error de la mayor premisa que sostiene la tesis de Javier Ayuso, que asume que el estancamiento de la economía española se debe al elevado nivel de los salarios y el escaso crecimiento de la productividad, lo cual –según él- lleva a una pérdida de competitividad, causa de la lenta recuperación económica.
Este argumento ignora varios hechos. Uno es que España fue uno de los países de la UE-15 con mayor crecimiento económico y mayor crecimiento de empleo durante los últimos diez años (antes de que se iniciara la crisis) y ello a pesar de tener un nivel salarial bastante parecido al actual. El salario medio (descontando inflación) de 1995 era casi el mismo que en 2008 y ello no fue obstáculo para que el crecimiento económico y la creación de empleo fueran mucho mayores que ahora, en el momento de recesión. Algo debería ocurrir, ajeno a los salarios que explicara el estancamiento económico ahora y no entonces. Y este algo, es que la demanda doméstica y exterior fue mucho mayor que ahora, punto al que haré referencia más tarde.
Otro dato que Javier Ayuso ignora es que tal como ha señalado Marc Weisbrot, director del Center for Economic and Policy Research en Washington, EEUU, en su artículo “Spain´s troubles are Tied to Eurozone Policies” publicado en The Guardian (11/2/11), el nivel de productividad del sector manufacturero (el sector exportador más importante) en España ha sido alrededor del 63% del nivel de productividad del mismo sector en Alemania durante el período 1999 (cuando España ingresó en la Eurozona) a 2009. Y durante el mismo período el salario por hora del sector manufacturero creció en los mismos porcentajes en España y en Alemania. No ha habido, pues, un declive de la productividad en el sector manufacturero, (un sector clave en la competitividad española) que Javier Ayuso está indicando.
El tercer hecho que Javier Ayuso parece desconocer es que, en realidad, el crecimiento de la economía alemana en los últimos años no se debe a la moderación de los salarios de los trabajadores alemanes, ni tampoco al precio de los productos exportados. La propia Comisión Europea ha indicado que el crecimiento de las exportaciones en el período 1999-2008 (un crecimiento del 7.3%) se debió primordialmente al crecimiento de los mercados importadores .Sólo un 0.3% se debió al cambio de los precios de los productos exportados. Estudios económicos realizados en Alemania muestran que una reducción del 10% en su precio sólo aumentaría las exportaciones un 4%. Todos los datos disponibles muestran que la moderación salarial alemana no ha sido un factor en el crecimiento de las exportaciones. Sí, en cambio, ha sido un factor muy importante en determinar el enorme incremento de los beneficios empresariales. Y ahí está el punto que Javier Ayuso ni siquiera considera. La distribución del producto creado a base de incrementar la productividad (véase mi artículo “Productividad y renta” en Público (24/3/11). Una situación semejante ocurre en España. La variabilidad en los precios no es el mayor determinante en las exportaciones españolas. El punto clave es la demanda de los países importadores.

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PARA DESHACER LAS MENTIRAS DE BANQUEROS, FIANCIEROS Y POLITICOS A SU SERVICIO

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NECESITA ESPAÑA UN LÁTIGO PARA SALIR DE LA CRISIS

Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA, 25 de marzo de 2011

Este artículo critica la tesis sostenida por Javier Ayuso, corresponsal económico y redactor jefe de El País, en su artículo “España necesita el látigo del Pacto del Euro” (20/3/2011), que sostiene que la causa del estancamiento de la economía española se debe al incremento de los salarios y al escaso crecimiento de la productividad. Critica también el criterio de selección de los “expertos” que Javier Ayuso ha convocado para debatir sus tesis, la mayoría de los cuales trabajan para o consultan al capital financiero. El artículo señala que las causas más importantes del estancamiento económico no aparecen en tal artículo y tampoco aparecerán en la mayoría de propuestas que salgan en tal “debate”.


Javier Ayuso, corresponsal económico y redactor jefe de El País, ha publicado un artículo “España necesita el látigo del Pacto del Euro” en El País (20/3/2011) en el que celebra y da la bienvenida al Pacto de Competitividad (ahora llamado Pacto del Euro) que según él impondrá las reformas estructurales necesarias para que España salga de la crisis. En la selección del título del artículo, así como en la descripción de las medidas propuestas, Javier Ayuso reconoce que tales medidas serán dolorosas y según él deben realizarse a golpe de látigo. Leyendo el artículo aparece claramente quien será el receptor de los latigazos. En su análisis de la situación actual de España, Javier Ayuso considera que el estancamiento de la economía española se debe “al incremento de los costes laborales y al escaso crecimiento de la productividad” que ha llevado a España “a una enorme pérdida de la competitividad, sufriendo una bajada de nada menos que un 30% respecto a la alemana”. En otras palabras, la clase trabajadora será la receptora de estos latigazos necesarios para que salgamos de la crisis. Sus salarios tendrán que bajar para aumentar la competitividad. Tal propuesta coincide con la defendida por el Banco de España, por Fedea (Fundación de Estudios de Economía Aplicada, financiada por la banca y las grandes empresas), por los manifiestos de los 100 economistas (patrocinados también por Fedea) y otros grupos de presión que reproducen la sabiduría convencional económica del país.
El artículo de Javier Ayuso intenta iniciar un debate en las páginas económicas de El País en el cual se invita a 30 economistas. De éstos, la gran mayoría, 24, son economistas que trabajan o han trabajado en el sector bancario y/o asesoran a la banca u organismos financieros internacionales. Tales “expertos” son semejantes a los que el documental Inside Job (ganador del Oscar al mejor documental del año en EEUU) define como el complejo “banca-intelectualidad económica” que ha configurado el pensamiento económico dominante en aquel país, responsable –según el documental- de su enorme crisis financiera. Uno de los pocos expertos que no está ligado a la Banca es Angel Ubide, investigador visitante del conocido Peterson Institute for International Economics, instituto que ha subrayado repetidamente la necesidad de privatizar la Seguridad Social en el mundo (para ver una crítica detallada de tal instituto, leer los trabajos del economista Dean Baker, director del Center for Economic and Policy Research sobre el Instituto Peterson). Y para que no se diga, hay también en el grupo de “expertos” un economista de CCOO: uno de los 30 economistas. La gran mayoría de “expertos” son economistas de clara persuasión liberal y neoliberal que han trabajado o todavía trabajan con y/o para la banca. La falta de diversidad de los “expertos” permite prever la dirección del mal llamado debate, que en realidad, en lugar de debate, será la promoción de argumentos que legitimen y justifiquen los latigazos propuestos por el artículo.


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PARA DESHACER LAS MENTIRAS DE BANQUEROS, FIANCIEROS Y POLITICOS A SU SERVICIO

LAS PENSIONES PUBLICAS SON VIABLES

Vicen Navarro (vnavarro.or)


“Las pensiones son viables”. Publicado en la revista el VIEJO TOPO, Julio-Agosto 2009.

Graves errores metodológicos hechos por los economistas (y los medios de información y persuasión) liberales en sus diagnósticos del colapso de las pensiones.
Recientemente hemos visto una avalancha liberal que tiene como objetivo alarmar a la población haciéndole creer que las pensiones no son viables. La Comisión Europea, el Banco de España, el BBVA y el Partido Popular Europeo (del cual el PP español forma parte) han publicado informes y documentos que alertan a la población española de que hay que reducir las pensiones porque el sistema de Seguridad Social que las financia no es sostenible. En defensa de sus posturas presentan datos e información empírica que asumen que apoyan sus alarmas sobre las cuales basan sus recomendaciones. Todos estos documentos tienen errores graves que invalidan sus conclusiones, transformando tales documentos en manifiestos políticos en lugar de informes científicos. Veamos tales errores.

1. Asumir que la esperanza de vida mide los años que una persona vive
Tales documentos asumen erróneamente que el hecho de que la esperanza de vida promedio de España haya pasado de ser 76 años a 80 años en veinticinco años (1980-2005) quiere decir que el promedio español vive ahora cuatro años más. Ello no es cierto. Hay que saber qué quiere decir esperanza de vida y cómo se calcula. Supongamos que España tuviera sólo dos habitantes. Uno, Pepito, que muere al día siguiente de nacer, y el otro, la Sra. María que tiene 80 años. La esperanza de vida promedio de España sería 0 años más 80 años, dividido entre dos, es decir, cuarenta años. Pero supongamos que en un país imaginario vecino, hay también dos ciudadanos, uno, Juan, que en lugar de morir al día siguiente de nacer, como Pepito en España, vive veinte años, y la otra persona es la Sra. Victoria que tiene también 80 años como la Sra. María. En este país imaginario, la esperanza promedio de vida es de 20 más 80, dividido entre dos, es decir 50 años, diez años más que en España. Ello no quiere decir (como constantemente se malinterpreta este dato) que el ciudadano promedio de aquel país viva diez años más que en España: lo que el dato dice es que hay diez años de vida más en el promedio de aquel colectivo de dos personas sin clarificar que ello se deba a que la Sra. Victoria viva diez años más que la Sra. María (lo cual no es cierto), o que sea Juan el que vive veinte años más que Pepito. Todos los documentos que favorecen la reducción de las pensiones concluyen que la Sra. María vive diez años más, lo cual, repito, no es así.

Lo que ha estado ocurriendo en España (y en Europa) es que la mortalidad infantil ha ido disminuyendo de una manera muy marcada, con lo cual la esperanza de vida ha ido aumentando, pasando de 76 años a 80 años. Ello no quiere decir, como habitualmente se asume, que el ciudadano español medio viva cuatro años más ahora que hace veinticinco años. La mortalidad por cada grupo etario ha ido descendiendo (incluyendo entre los ancianos), pero los años de vida que el ciudadano medio vive ahora no es de cuatro años más que en 1980. Calcular las pensiones en base a esta lectura errónea de los datos penaliza a la población pues asume que la gente vive más años de lo que en realidad vive.

2. Los promedios no son sensibles a las diferencias por clases sociales
Otro gran error es malinterpretar el significado de promedio Una persona se puede ahogar en un río que tiene como promedio sólo diez centímetros de profundidad. Tal río puede ir seco a lo largo de muchos kilómetros pero en algunas zonas éste puede tener tres metros de profundidad, y es ahí donde el lector se puede ahogar. Un promedio en sí no nos dice mucho si no sabemos también las variaciones del promedio. Lo dicho tiene especial importancia en el cálculo de la esperanza de vida y en la estimación de la longevidad (los años que una persona vive). Las diferencias en longevidad por clase social son enormes. Así, la diferencia en los años de vida existente entre una persona perteneciente a la decila de renta más baja del país (los más pobres) y la decila superior (los más ricos) en España es nada menos que de diez años (ha leído bien, diez años). En EE.UU. son quince y en el promedio de los países de la UE-15 son siete. Estas diferencias en longevidad se deben a que el nivel de salud de la población depende, sobre todo, de la clase social a la cual se pertenece. Un trabajador no cualificado (en paro frecuente durante más de cinco años) tiene, a los sesenta años, el nivel de salud que un banquero tiene a los setenta años. Este último sobrevivirá al primero diez años. Es profundamente injusto pedirle al primero que continúe trabajando dos (y algunos piden cinco) años más para pagar las pensiones del segundo que le sobrevivirá diez años. La insensibilidad hacia esta realidad mostrada por estos informes es abrumadora. Retrasar la edad de jubilación a toda la población trabajadora sin más, es una medida que perjudica a las clases populares para beneficiar a las clases de mayores rentas que viven más años.

3. El error del argumento alarmista: el crecimiento del porcentaje del PIB gastado en pensiones es excesivo
Este es uno de los errores metodológicos más importantes y frecuentes que aparece en el informe de la Comisión Europea, y que ha sido reproducido en gran número de artículos y editoriales. Tal argumento indica que el porcentaje del PIB en pensiones subirá de un 8,4% en el año 2007 a un 15,1% del PIB en el año 2060, un porcentaje que estos informes señalan como excesivo, pues la sociedad en el año 2060 no podrá absorber tales gastos pues restarán recursos necesarios para otras actividades, programas o servicios a la población no pensionista. El hecho de que el porcentaje de gasto en pensiones públicas alcanzará el 15,1% en el 2060 se considera una noticia alarmante que requiere una intervención ya ahora, disminuyendo los beneficios de los pensionistas.

En este argumento se ignora el impacto del crecimiento de la productividad sobre el PIB del año 2060. Supongamos que el crecimiento anual de la productividad es un 1,5%, un crecimiento que incluso el Banco de España admite como razonable. En este caso, el valor del PIB español será 2,23 veces mayor que el PIB del año 2007. Ello quiere decir que si consideramos el valor del PIB del año 2007 como 100, el del año 2060 será de 223. Pues bien, el número de recursos para los no pensionistas en el año 2007 fue de 100 menos 8,4 (8,4 es la cantidad que nos gastamos aquel año en pensionistas), es decir, 91,6. En el año 2060 los recursos a los pensionistas serán el 15,1% de 223, es decir 33, y para los no pensionistas será 223 menos 33, es decir, 192, una cantidad que es más del doble de la existente en el año 2007, 91,6. Debido al crecimiento de la productividad, en el año 2060 habrá más recursos para los no pensionistas que hoy, y ello a pesar de que el porcentaje del PIB dedicado a pensiones es superior en el año 2060 que en el 2007. Los que alarman innecesariamente a la población olvidan un hecho muy elemental. Hace cincuenta años, España dedicaba a las pensiones sólo un 3% del PIB. Hoy es un 8%, más del doble que cincuenta años atrás. Y la sociedad tiene muchos más fondos para los no pensionistas de los que había entonces, aún cuando el porcentaje del PIB en pensiones sea mucho mayor ahora que entonces. Por cierto, ya hace cincuenta años, cuando España se gastaba un 3% del PIB en pensiones, había voces liberales que decían que en cincuenta años se doblaría o triplicaría tal porcentaje, arruinando el país. Pues bien, estamos cincuenta años más tarde, y el país tiene más recursos para los no pensionistas que existían entonces, aún cuando el porcentaje del PIB dedicado a pensiones se ha doblado.

4. Se equivocan constantemente en sus proyecciones demográficas
Cualquier demógrafo que tenga un mínimo de rigor sabe las enormes dificultades en calcular cambios demográficos por periodos tan largos como cincuenta años. Y un buen ejemplo de ello es que los bancos y las cajas publican cada diez años informes anunciando el colapso de las pensiones en diez años. La Caixa (en 1998), el BBVA (en 2005 y en 2007), El Banco Santander (en 1992 y en 1999), el Banco de España (en 1995, en 1999, en 2002 y en 2009) y una larga lista, han predicho el colapso (utilizando un término menos contundente) de las pensiones para diez o al máximo veinte años más tarde. En defensa de sus proyecciones utilizan los mismos argumentos y los mismos datos (la Comisión Europea utiliza prácticamente los mismos datos que publicó el informe de la Fundación de las Cajas en 2007). Y una de las proyecciones más utilizadas es la de la evolución de la pirámide demográfica, indicando que el porcentaje de ancianos está creciendo muy rápidamente, y el de los jóvenes está bajando muy sustancialmente, ignorando que, en aquellos países que financian las pensiones a base de cotizaciones sociales como es el caso español, el punto clave no es el número de jóvenes y adultos por anciano, sino el número de cotizantes y la cantidad de cada cotización por beneficiario. Y tanto el uno como el otro están subiendo, el primero como consecuencia de la integración de la mujer al mercado de trabajo (si España tuviera la tasa de participación de la mujer en el mercado de trabajo que tiene Suecia, habría tres millones más de cotizantes a la seguridad social), y el segundo como consecuencia del aumento de la productividad y de los salarios. Es más, toda la evidencia muestra que las familias españolas desearían tener más hijos (dos por familia) que los que tienen ahora. El desarrollo de la sociedad y de los servicios de ayuda a las familias, como escuelas de infancia y servicios domiciliarios, permitiría el incremento de la fecundidad, una de las más bajas del mundo. Hoy en Europa, los países nórdicos, con un amplio desarrollo del estado del bienestar, tienen una fecundidad mucho mayor que en el Sur de Europa.

Dos últimas observaciones. El hecho de que el rigor y credibilidad de tales documentos liberales sea muy escaso no quiere decir que no tuviera que haber cambios en las pensiones, cambios distintos al retraso de la jubilación o disminución de sus beneficios que proponen los liberales. Contrariamente a lo que se dice constantemente, las pensiones, incluyendo las contributivas, son demasiado bajas, y ello como consecuencia de que los salarios son demasiado bajos (ver el excelente capítulo sobre las pensiones escrito por la profesora Camila Arza en el libro La Situación Social en España. Vol. III. Biblioteca Nueva. 2009).

Otro cambio que debiera ocurrir es la flexibilización de la edad de jubilación permitiendo que aquellas personas (la mayoría profesionales) que desearan jubilarse más tarde pudieran hacerlo. La jubilación debiera ser un derecho, no una obligación.

Debiera también prohibirse, como se ha hecho en varios países, la prejubilación utilizada por el mundo empresarial para realizar cambios en sus plantillas, penalizando el sistema de seguridad social y al prejubilado, pues éste recibe una pensión menor. Tal prejubilación le supone a España un recorte de ingresos equivalente a un 6% del PIB

Una última observación es que el Estado debiera aumentar su aportación a las pensiones tal como lo hacen otros países (como Dinamarca), en que las aportaciones procedentes de los impuestos generales son mucho más intensas que en España. No hay nada sagrado en la Biblia económica que diga que las pensiones tienen que pagarse a base de cotizaciones sociales. La popularidad de las pensiones (entre todos los grupos etarios) es tal que puede justificarse tal medida que contaría con gran apoyo popular. España ya lo hizo con la sanidad (que estuvo financiada por la Seguridad Social) y puede expandirlo a otras áreas.

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UNOS HIJOS DE PUTA, QUIZAS MANDADOS Y PAGADOS POR OTROS HIJOS DE PUTA HAN MATADO EN GUATEMALA A FACUNDO CABRAL



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ASESINADO A TIROS FACUNDO CABRAL EN GUATEMALA



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