lunes, 18 de julio de 2022

Al entrenador del FC BARCELONA, Xavi Hernández, le han negado la Visa de entrada a USA. [Las razones alegadas para impedir la entrada del entrenador del FC BARCELONA a USA, al parecer, se deben a las tres visitas que por motivos de su profesión ha tenido que realizar a Iran (Insurgente.org. 18.07.2022). Xavi Hernández es español, luego USA le ha negado la entrada al país a un español. No sé yo si los españoles no deberíamos ponernos algo más tiquismiquis para echar de España (dado que no tenemos una diplomacia de primera división que tome cartas en el asunto) a los que (USA) en 1966, por accidente, dejaron caer cuatro bombas atómicas sobre Palomares, Almería, ocasionando la contaminación radioactiva pertinente con sus correspondientes daños humanos y materiales que 56 años después todavía no han reparado ni camino llevan de reparar]

 

08/01/2020

"La historia oficial que el accidente nuclear de Palomares no fue importante se ha mantenido hasta hoy día"


En 1966 tuvo lugar el accidente nuclear de Palomares (Almería), a raíz de la colisión de un avión cisterna (o nodriza) KC-135 y un bombardero estratégico norteamericano B -52. Este último llevaba cuatro bombas termonucleares, 70 veces más potentes que las de Hiroshima y Nagasaki pero, en este caso, no explotaron: una bomba cayó al mar, la otra se frenó gracias a su paracaídas y las dos restantes cayeron en tierra y desprendieron plutonio en forma de aerosol. La zona no está descontaminada del todo, agravio ambiental que se suma al estigma de la población de la localidad. En este contexto, José Herrera Plaza, periodista de Canal Sur Televisión, investigador y experto del accidente nuclear, y Salvador López Arnal, matemático y profesor de la UNED, miembro del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales (CEMS-UPF) y con un importante bagaje en conocimiento nuclear, presentaron el libro Silencios y deslealtades. El Accidente militar de Palomares: desde la Guerra Fría Hasta hoy (2019) al Centro de Historia de la Ciencia (CEHIC) de la UAB. Lo han escrito juntos a partir de su correspondencia y transmitido en formato de preguntas y respuestas con el objetivo de conseguir una obra divulgativa que llegue al gran público.

Salvador López Arnal i José Herrera Plaza ©Meritxell Farreny

José Herrera y Salvador López Arnal comparten un background similar respecto al accidente de Palomares, fruto de muchos años de estudio. Este libro, Silencios y deslealtades. El accidente militar de Palomares: desde la Guerra Fría hasta hoy, nace del trabajo anterior de José Herrera: el documental Operación Flecha rota (2007), dos exposiciones fotográficas sobre el accidente en el Centro Andaluz de la Fotografía (2003 y 2016) y el libro Accidente nuclear en Palomares: consecuencias (1966- 2016) (2016). Por otra parte, Herrera también está a punto de editar el libro El año de las bombas: historias de Palomares, que aglutina 24 entrevistas, algunas extraídas del material que ha recopilado para documentar diferentes perfiles que vivieron, bajo un único marco, la misma realidad.

Salvador López Arnal ha escrito, por su parte, junto con Eduard Rodríguez Farré, científico experto en toxicología del CSIC, los libros Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medioambiente (2008) y Crítica de la (sin) razón nuclear Fukushima: un Chernóbil a cámara lenta (2018). A raíz de la publicación del libro Consecuencias (1966-2016) sobre Palomares, Salvador López Arnal quiso entrevistar a José Herrera en una entrevista para El Viejo Topo, en la que colaboraba. Se trata de una entrevista convertida, finalmente, en la publicación del nuevo libro (2019) que representa un grito a la sensibilización y conciencia social, para revitalizar la memoria histórica y para reclamar la descontaminación completa de la zona afectada por la radiación nuclear.

- ¿El hecho de haber escrito el libro Silencios y deslealtades. El Accidente militar de Palomares: desde la Guerra Fría hasta hoy en un formato de preguntas y de respuestas responde a la intención divulgativa que han querido transmitir?

S.L.A.- Me quedé tan impresionado del libro Accidente nuclear en Palomares: consecuencias (1966-2016), por su contenido: fotografías, edición, explicaciones, argumentos, novedades... que pedí el teléfono de José Herrera a Eduard Rodríguez Farré, científico experto en toxicología del CSIC, para entrevistarlo y publicarlo en la revista El Viejo Topo. Dada la riqueza del libro, pensé en escribir una entrevista para cada capítulo y, hablando sobre la actualidad y volviendo al libro, vimos que podíamos aportar elementos nuevos y permitir que el público desconocedor del tema se pudiera introducir fácilmente. El resultado, pues, es un libro de historia del franquismo y postfranquismo que se centra en este caso.

J.H.- Quizás repetimos algunos temas, pero nos vienen bien como contexto. El primer libro Consecuencias es de referencia y consulta para periodistas o gente especializada, con citas a pie de página referenciando todos los documentos, con tablas y análisis económicos para estimar todos los costes y evitar repetir los mismos datos obsoletos. Este último, en cambio, es más divulgativo, ameno y de bolsillo.

- ¿Salvador, cómo estructuró este libro?, ¿A medida que conocía la historia, se fijaba en algunos puntos en los que quería incidir?
S.L.A.- Sí, a partir de la lectura atenta del libro de José, entrevistas y información adicional adquirí una visión para mirarlo todo desde la perspectiva de Palomares. El periodo de gestación y de correspondencia con José duró un año y medio, de 2017 hasta 2019, incluyendo las rectificaciones.

- ¿Este libro añade presión para que se formalice y se inicie la completa descontaminación de Palomares?, ¿Qué respuesta han recibido?
J.H.- Una de las finalidades del libro es dar a conocer el accidente, el engaño, la experimentación con la salud y el trato que recibió la población de Palomares, tanto en la dictadura como en la democracia. Con su conocimiento y divulgación se lucha contra el olvido y se vindica la descontaminación pendiente. Pero no hay que pecar de cándidos. Este es sólo un grano de arena. Del mismo modo que las autoridades relacionadas no se inmutan si no hay una acción judicial o si no salta a la actualidad ni suenan los teléfonos, la denuncia de unos pocos ciudadanos, por muy documentada y justificada que esté, no afecta para nada los poderosos y altos funcionarios.

- José, ¿para iniciarse en el tema de Palomares, con motivo del documental Operación Flecha rota, como accedió a los documentos y a las fuentes?
J.H.- Mis inicios se remontan al 13 de enero de 1986 y al viaje con el fotógrafo Cristóbal Manuel del diario El País para cubrir una asamblea y movilizaciones de los vecinos de la localidad, antes de cumplirse el vigésimo aniversario y que se extinguiera el derecho a reclamar los daños diferidos. Personalmente, aspiraba a preparar un documental sobre esta historia. Durante años, recopilé todo lo que se publicaba sobre tema nuclear y empecé a preparar el documental Operación Flecha Rota.

Este documental lo llevé a cabo gracias al colectivo que participó en su elaboración: personal voluntario, activistas y colaboradores y colaboradoras, investigadores como la Duquesa de Medina y Eduard Rodríguez Farré, físicos y físicas nucleares y con la ayuda de un documentalista profesional de Canal Sur Televisión. Incluso un profesor de universidad me entregó unos dossiers para formarme en temas relacionados con el plutonio y facilitarme documentos del Proyecto Indalo, ahora inaccesibles. Paradójicamente, gran parte de la documentación sensible de origen español está en Estados Unidos y hay que tener en cuenta que, en aquel tiempo, en 2007, los costes por contactar y comunicarse con personas de fuera del país eran más elevados. La producción del documental me sirvió para darme cuenta de que ser investigador y activista es casi incompatible con el trabajo, más frío y escéptico, del historiador. En mi caso, me he implicado del todo, hecho que hizo que generase algunos prejuicios que me limitaban a la hora de analizar de manera rigurosa y equitativa los acontecimientos. Por este motivo, tuve que reestructurar algunas relaciones. En primer lugar, para mantener la independencia, no me inscribí en ningún grupo ni partido; sólo colaboré puntualmente con quien estaba por el trabajo, sin importarme su ideología. Después, intenté separar las dos actividades. Cuando me pongo a investigar o publicar, intento dejar en letargo mis convicciones vindicativas y viceversa.

- En su caso, Salvador, explica que la primera imagen que tuvo del accidente nuclear de Palomares fue el NODO del año 1966. ¿Cómo fue?
S.L.A.- Lo primero que conocí sobre el caso fueron las imágenes del baño del exministro Manuel Fraga, que vi en un cine de barrio. Llegué a casa y lo comenté a mis padres, pero no sabían mucho más. Años después, retomé el tema de Palomares gracias al profesor de filosofía que impartía clases de Metodología de la Ciencia y de Historia de la Ciencia en la Facultad de Económicas, Manuel Sacristán, y luego con el científico del CSIC, Eduard Rodríguez Farré. Ahora bien, mi formación en este asunto ha sido posible con la ayuda y el trabajo de José Herrera.

- ¿Por qué se interesó por la energía nuclear?
S.L.A.- Por las mismas razones que muchos jóvenes españoles de finales de los años 70 estuvieron muy pendientes de la nuclearización del país. En mi caso, estuve muy cerca del Comité Antinuclear de Cataluña (CANC), asistí a la mayoría de las manifestaciones realizadas y me formé en la revista antinuclear Mientras Tanto que se empezó a editar en 1979, dirigida por Manuel Sacristán. Uno de los miembros del consejo editorial era Eduard Rodríguez Farré, con quien he redactado tres libros sobre nuestra posición antinuclear.

- ¿Qué sabía la población española sobre la radiactividad en el momento del accidente de Palomares?
S.L.A.- Desconocía qué era la radiactividad, porque vivíamos un momento en que no había centrales nucleares ni movimientos de resistencia antinuclear que divulgaran ideas o argumentos.

J.H.- Sin embargo, ya se estaba construyendo la central nuclear José Cabrera "Zorita" por la empresa General Electric y estaba en marcha el Plan de Desarrollo de Centrales Nucleares. Las nucleares, asociadas entonces a las bombas de destrucción masiva, supusieron una propaganda muy mala en el marco del pacto Átomos para la paz con el presidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower. El día del accidente de Palomares, la gente, viendo toneladas de material ardiente cayendo del cielo, creyó que era el fin del mundo. Los americanos dijeron que la catástrofe no tenía una relación causa-efecto, pero en la población, sí que se produjeron trastornos psicológicos. Por ejemplo, el enfermero Pedro Sánchez Gea era de los únicos que conocía las consecuencias de Hiroshima y de Nagasaki, la esposa del cual sufrió un ataque de pánico al ver las restas corporales y los cadáveres trozeados de los cuatro tripulantes del avión nodriza KC-135 y tres de los siete tripulantes del bombardero estratégico norteamericano B-52.

Días después del accidente de Palomares, aunque se intentara desinformar "para el bien público y para no crear alarma social", la gente, desconfiando de sus propias autoridades, conoció que era la radiactividad escuchando Radio España Independiente, llamada también la Pirenaica, y la radio del Partido Comunista que se emitía desde Bucarest y que transmitía información oculta, muchas veces interceptada en España. La BBC también tenía un boletín español, así como radio Moscú, las cuales contrarrestaban la burbuja informativa de la dictadura para que la gente pudiera entender su realidad inmediata. Los hechos se produjeron el día 17 de enero y el 21 ya hablaban de ello muchos diarios del mundo.

- En los años siguientes al accidente, se organizaron, en España, congresos y simposios sobre protección radiológica en catástrofes nucleares. ¿Los resultados no llegaron a la sociedad?
J.H.- Mientras estábamos en la dictadura, estos resultados se mantenían en secreto. El régimen se comportaba coherentemente con sus principios. La excusa de manual (como en los casos de Hanford Site, Chernóbil y Fukushima) era "no alarmar a la población". Con Palomares, además, había otros intereses en juego, como el turismo nacional, la economía local y el incipiente desarrollo del programa de centrales nucleares; todos ajenos a la salud y al bienestar de los afectados y que tuvieron consecuencias sobre la descontaminación, sólo parcial, de la zona. Pero lo que se ocultaba aquí, se mostraba fuera. Muchos documentos se han mantenido ocultos en la presunta democracia que vivimos y, si los hemos conseguido, ha sido gracias a los archivos de los Estados Unidos.

Es cierto que con los años y la presencia de la radiactividad en los medios de comunicación, por los accidentes de Chernóbil y Fukushima, los vecinos se fueron familiarizando con el tema. Por supuesto, la actitud de los gobiernos en estos accidentes y en los de origen militar, a través de sus órganos reguladores, fue la misma que en todos los anteriores: ocultación de información a los ciudadanos, minimización de las consecuencias y los riesgos y secuelas en la salud para proteger la industria privada y las instituciones de las acciones legales a las que se podrían enfrentar.

- ¿Con Palomares es clara la imbricación entre ciencia, política, economía y sociedad?
J.H.- Detrás de todo está el materialismo histórico, los intereses económicos y el negocio que mueve los hilos y que permite comprender de forma lógica el que no se acababa de entender.

- ¿El pueblo de Palomares fue estigmatizado?
J. H.- Sí, el problema radiológico tenía connotaciones de estigma social. La dictadura obró como tal: secuestró los periódicos y no permitió el contacto de los habitantes del pueblo con fotógrafos y periodistas. Ni siquiera con el ganado. La transición con la expectante democracia fue nula para Palomares, porque la historia oficial que el accidente nuclear no fue importante se ha mantenido hasta hoy.

- ¿El hecho de que Fraga se bañara en el mar y la gente del pueblo comiera tomates locales contrasta con el miedo de la población por la afectación de la tierra y del agua que relata la escritora y Premio Nobel Svetlana Alexievich en la obra Voces de Chernóbil: Crónica del futuro?, ¿Este sería uno de los motivos por los que se rebajó la alarma social en Palomares?
J.H.- Cuando se produjo el accidente nuclear en Palomares, la población no tenía el conocimiento sobre la radiactividad que más tarde tendría en producirse el caso de Chernóbil. En un inicio, las autoridades prohibieron comer tomates y el mercado rechazó los productos de Palomares, pero el ejército de Estados Unidos compró la cosecha y se la comió, actuación que hoy en día reconoce como una negligencia porque eso hizo que la población local los imitara. Hay que aclarar que como en el accidente de Palomares se desprendieron partículas alfa derivadas del plutonio y del americio, no había ningún problema si se limpiaban bien los alimentos, salvo que se inhalaran las partículas; a diferencia de la radiación gamma del cesio y del estroncio que penetra en toda la cadena trófica, como sucedió en Chernóbil.

- ¿Qué papel desempeña la tradición oral para luchar contra el olvido en el caso de Palomares?
J.H.- La tradición oral es muy importante y antes aún lo era más en todos los ambientes: en la familia y en las diferentes etnias y estratos socioculturales. Las nuevas generaciones lo explican y se remiten a Palomares con la expresión "El año de las bombas". Por este motivo, he titulado el nuevo libro que se está editando como El año de las bombas: historias de Palomares. En este volumen he recogido todos los testimonios del documental que dirigí en 2007 y he añadido otras entrevistas realizadas posteriormente. El libro da voz a 24 personas que vivieron los hechos directamente. La intención es aportar diversidad sobre la percepción que se tenía hasta ahora de Palomares.

S.L.A.- Sin embargo, la tradición oral es casi inexistente en otros lugares del país, como en Cataluña. Si preguntáramos a la población que nos hablara sobre Palomares, el resultado sería catastrófico, ya que es uno de los hechos más ocultados de la historia del Franquismo.

- ¿Cuál es actualmente la situación a nivel medioambiental?
J.H.- Cuando finalizaron con la evaluación de la "Zona 0", comenzaron las rebajas y los sesgos. Los estadounidenses hablaban de un total de 255 hectáreas (ha). Los de la Junta de Energía Nuclear (JEN) curiosamente sostenían un número menor, 226 ha, pero el mapa radiométrico a escala confeccionado por los estadounidenses con la ayuda española daba un total de 435 ha. Con los años, los agentes climáticos, especialmente los vientos frecuentes, han reducido la contaminación en cuatro parcelas; tres de estas se encuentran fuera del casco urbano y una dentro al pueblo. En 2003, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) reconoció que había más contaminación de la esperada, aunque se sabía desde la década de los 80.

Actualmente, nos encontramos en retroceso y seguimos con 41 ha contaminadas, cuando ésta ya debería ser una historia cerrada. Junto al cementerio hay dos contenedores de basura radiactiva, apartados a 800 metros del casco urbano, pero dentro de este hay una casa con 600 kg de varios millones de bequereles. Aún queda mucho camino para luchar y divulgar sobre Palomares. Para limpiar su suelo y su nombre, de una vez por todas.

Meritxell Farreny Solé

Área de comunicación y promoción
Universidad Autónoma de Barcelona

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La Guerra Civil Española. Un conflicto en imágenes ( 1936 )

Julian Assange: venganza sí, justicia no

 

La extradición de Assange puede tener lugar mañana, la semana entrante o antes de las elecciones que en noviembre decidirán qué facción de la extrema derecha estadunidense se queda con la mayoría del Senado.


Julian Assange: venganza sí, justicia no


José Steinsleger

El Viejo Topo

18 julio, 2022 



Uno. Si la Divina Providencia o el Destino Manifiesto confirman sus vaticinios, el periodista australiano Julian Assange (fundador de WikiLeaks) puede aparecer en cualquier momento en Estados Unidos (EU) después de que Priti Patel, ministra del Interior de Reino Unido (RU), aprobara su extradición el 17 de junio.

Dos. Queda confirmado, entonces, que para Londres sólo existe la jurisdicción universal unilateral de Washington, denunciada en varias ocasiones por Assange. Porque así funciona la justicia británica (sic): en sentido opuesto al ingenuo respeto que le merecía al paladín de los librepensadores George Owell, quien la calificó como rasgo inglés que trascendía clases e ideologías.

Tres. Falso. En 1998, Augusto Pinochet fue detenido en Londres a pedido del juez Baltasar Garzón, con el propósito de extraditarlo a España y que fuera juzgado allí por sus fechorías. En dos ocasiones, la inapelable Cámara de los Lores (House of Lords), falló a favor de la extradición. Pero en marzo de 2000, tras ser atendido a cuerpo de rey, el gobierno centro-izquierdista de Tony Blair inventó una coartada por motivos de salud y el sátrapa regresó a Chile, donde nunca fue juzgado.

Cuatro. El caso Assange empezó en abril de 2010, cuando WikiLeaks difundió el nauseabundo video Asesinato colateral, grabado a bordo de un helicóptero de artillería en Irak (12 de julio de 2007), y mostrando el asesinato de 12 civiles en Bagdad, incluyendo dos periodistas de Reuters. Meses después, WikiLeaks publicó en varios periódicos prestigiosos más de 70 mil documentos militares secretos de Estados Unidos sobre su guerra en Afganistán, y en octubre otros 400 mil sobre Irak, revelando 15 mil muertos civiles más de los calculados por el Pentágono, junto con 250 mil cables diplomáticos con valoraciones sobre líderes mundiales y secretos acerca de los programas nucleares y de misiles de Irán.

Cinco. En agosto de 2010, a pedido de la justicia sueca, Assange fue arrestado en Londres por la supuesta violación de un par de jóvenes que, finalmente, retiraron los cargos. Pero en junio de 2012, olfateando la muerte en el aire, se refugió en la embajada de Ecuador. El presidente Rafael Correa le concedió asilo y carta de ciudadanía. Siete años más tarde, el gobierno ecuatoriano cambió y en junio de 2012, a pedido expreso de Washington, el presidente Lenín Moreno le retiró el asilo y Assange fue capturado.

Seis. Resulta interesante señalar que cuando Correa concedió el asilo, Estados Unidos ofreció asilar al periodista ecuatoriano Emilio Palacio (jefe de opinión de El Universo de Guayaquil), quien había acusado al presidente de dictador durante el intento de golpe de Estado (septiembre de 2010). Palacio acusó a Correa de cometer “…crímenes de lesa humanidad por haber ordenado disparar a sus tropas contra un hospital lleno de civiles y gente inocente”. Una fake a todo pulmón. Palacio no mostró evidencia de nada, y El Universo recibió el prestigioso premio Moors Cabot…

Siete. En Estados Unidos, demócratas y republicanos acusan al periodista australiano de ser “agente de un Estado protofascista (Rusia, of course), y de minar la democracia”, según Neera Tanden, directora del progresista Center for American Progress, así como de haber cometido 17 presuntos delitos según la ley de espionaje de… 1917. Léase: el delito de haber abierto una brecha en el muro de silencio político-mediático del imperio.

Ocho. La entrega de Assange estaba pactada desde 2017, cuando Donald Trump envió a Paul Manafort (hoy encarcelado por corrupción) “…para operar un trueque con Lenín Moreno” (léase retribuciones pecuniarias y acuerdos comerciales). De su lado, la poderosa Henry Jackson Society, de RU (integrada, entre otros, por la ultraconservadora Priti Patel), acusa al fundador de WikiLeaks de “…sembrar dudas sobre la posición moral de los gobiernos democráticos occidentales con apoyo de regímenes autocráticos” (sic).

Nueve. El banquero Guillermo Lasso, actual presidente de Ecuador, declaró en junio pasado: Respetamos el fallo de los tribunales de RU y como país daremos todas las facilidades que correspondan de acuerdo con aquel fallo. Así las cosas, la extradición de Assange puede tener lugar mañana, la semana entrante o antes de las elecciones que en noviembre decidirán qué facción de la extrema derecha estadunidense se queda con la mayoría del Senado. Trump lo quiere muerto, y Joe Biden lo calificó de terrorista tecnológico.

Diez. Si tal fuera el caso (a nuestro entender, sí o sí), Assange se enfrentará a un simulacro de juicio, con dos sentencias posibles: pena de muerte o 175 años de prisión. Tal sería la suerte del fundador de WikiLeaks, que en estos momentos continúa pudriéndose en el penal londinense de Bermash, que compite con el de Guantánamo en técnicas de tortura y exterminio en cámara lenta.

Once. Con todo, la esperanza es lo último que se pierde. No hay que olvidar que Washington retiró a Nelson Mandela de su lista de terroristas en julio de 2008. O sea, 14 años después de que el líder de la lucha contra el apartheid y Nobel de la Paz (1993) ejerciera la presidencia de Sudáfrica (1994-99).

Artículo publicado originalmente en La Jornada.

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Allianz advierte a las empresas sobre la magnitud de las revueltas en el mundo. [Queridos, el desarrollo histórico no se puede detener. Pero no porque lo diga yo, me guste, no me guste o me deje de gustar, sino porque tiene unas leyes de funcionamiento que se cumplen siempre de forma inapelable (no necesariamente de forma mecánica, en línea recta y de forma ascendente, sino inapelablemente). Su desarrollo se puede detener temporalmente; estancarse o incluso retroceder aparentemente, pero no detenerse. La situación actual, irreversible, lindando con la posibilidad real de una Tercera Guerra Mundial, provocada por el funcionamiento del modo de producción capitalista, de seguir en manos de los grandes grupos capitalistas dominantes desembocará en el nuevo tipo de fascismo (simplismo mental y unilateralidad, raíz de cualquier tipo de violencia) que le corresponde al grado de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas del siglo XXI. La alternativa a esta situación, y no hay otra, sería que las clases trabajadoras actuales tomaran conciencia (conocimiento claro y objetivo de cuáles son sus intereses materiales y espirituales para la instauración del socialismo, es decir, la sustitución de las relaciones de explotación económica, política e ideológica impuesta como forma natural de comportamiento por el modo de producción capitalista por nuevas relaciones de producción socialistas de colaboración o, dicho de otra manera, sustituir los valores que dimanan del único Dios entero y verdadero, Señor dinero, como valor supremo en sí mismo por valores de utilidad social que satisfagan las necesidades materiales y espirituales de todas las personas, incluidas las criminales del capital mandante actualmente. Por supuesto, es imprescindible una organización política que tenga como norte la defensa de los intereses de los trabajadores, que somos ni más ni menos que la inmensa y aplastante mayoría de toda la población mundial. ¿Difícil? No hombre, no: dificilísimo y complejísimo.]

 

Allianz advierte a las empresas sobre la magnitud de las revueltas en el mundo

 

DIARIO OCTUBRE / julio 17, 2022



En junio del año pasado un informe de la aseguradora mundial Allianz alertó a las empresas sobre las crecientes protestas y disturbios populares debido a la crisis económica internacional.

 

Según Verisk Maplecroft, consultora de riesgo y estrategia mundial, los levantamientos son “inevitables”, principalmente en las economías emergentes. Pero también en los países más ricos, cuya protección social se tambalea.

Preocupada por el alcance del movimiento de protesta mundial, establece un paralelismo con las protestas por los precios de los combustibles y los fertilizantes en Perú, y las revueltas en Sri Lanka relacionadas con la crisis económica. “¿Podrían estos acontecimientos ser una señal de nuevos disturbios en otras partes del mundo?”, se pregunta.

Las secuelas de la pandemia, la guerra de Ucrania, la inflación galopante, la escasez de alimentos y la crisis energética empujarán a una población hambrienta a rebelarse. Los dos años de confinamientos, toques de queda y cierres de empresas han creado el caldo de cultivo en todo el mundo.

Según Kristalina Georguieva, directora del Fondo Monetario Internacional, “nos enfrentamos a una crisis sobre otra crisis” debido a los efectos combinados de los confinamientos y la Guerra de Ucrania. El aumento de la inflación es un “peligro inminente” al que hay que hacer frente inmediatamente, ya que la seguridad alimentaria también está amenazada, dice Georguieva.

“La alternativa es terrible: más hambre, más pobreza y más malestar social, especialmente para los países que han luchado por escapar de la fragilidad y el conflicto durante muchos años”, añade.

El senador francés Alain Houpert teme nada menos que una “guerra civil fría” y la ONU también ha advertido del aumento de los precios de los alimentos y de la ralentización de las cadenas de suministro a causa de la guerra. Según el Secretario General, Antonio Guterres, “todo esto está golpeando a los más pobres y sembrando las semillas de la inestabilidad política y el malestar en todo el mundo”.

Las protestas crecen en épocas de carestía y restricciones

En el punto álgido de la pandemia, las protestas contra las restricciones se sucedieron con regularidad en todo el mundo. Según Allianz, eran “una respuesta a una serie de acontecimientos sin precedentes”. La aseguradora añade que “las protestas han tenido lugar en un contexto de creciente malestar civil en todo el mundo”. De hecho, según el Índice de Paz Global, “las protestas, huelgas y disturbios se dispararon un 244 por cien entre 2011 y 2019”, unido a la polarización política tras la crisis económica de 2008.

Las manifestaciones, bloqueos y disturbios se intensificaron con las medidas coercitivas impuestas con el pretexto de la pandemia. Los objetivos de las movilizaciones del año pasado, incluidos los convoyes de la libertad,  era protestar contra las restricciones sanitarias impuestas por los gobiernos, especialmente en Canadá.

Lo que Allianz lamenta es que las pérdidas de las empresas hayan sido tan grandes. Al protestar contra la subida de los carburantes, en 2018 el movimiento de los chalecos amarillos hizo que los comerciantes franceses perdieran casi 1.100 millones de dólares de ingresos en pocas semanas.

En Chile se produjeron importantes protestas por el aumento de los precios del metro, lo que supuso 3.000 millones de dólares en pérdidas aseguradas. Poco después, la muerte de George Floyd en Estados Unidos provocó protestas en todo el país, que supusieron más de 2.000 millones de dólares en pérdidas aseguradas.

El informe también relata los disturbios de 2021 en Sudáfrica, que causaron pérdidas por valor de 1.700 millones de dólares.

Unas revueltas impulsadas por las redes sociales y la ‘desinformación’

Para Allianz y los grandes monopolios, las víctimas de la situación son ellos. En todo el mundo las protestas han ganado terreno en los dos últimos años por culpa de las redes sociales, cuya desinformación habría “espoleado el malestar civil”, dice Allianz.

Para finales de este año, la consultora Verisk prevé un aumento de las protestas civiles en casi 75 países. Según el informe, eso se debe a que las redes sociales no están “reguladas”, lo que “ha permitido que la desinformación se difunda sin control, proporcionando una plataforma para los teóricos de la conspiración”. Estos se han “centrado en tres áreas principales: el sentimiento antivacunas y de libertades civiles, la desconfianza en el gobierno y las dificultades económicas”.

Los capitalistas culpan a las víctimas. Ven el mal en en la búsqueda de información, la libertad de expresión y el rechazo de las mentiras y la propaganda que los políticos de todo tipo defienden como la única verdad.

El Barómetro de Confianza de Edelman de este año “revela que la preocupación por el uso de las noticias falsas como arma había alcanzado al 76 por cien de los encuestados en todo el mundo”. Aunque la pandemia ha afectado “a algunos sectores y grupos étnicos de forma desproporcionada, también se ha abierto la posibilidad de la radicalización”.

Se ha extendido por todo el mundo una sensación de malestar por las decisiones del gobierno. Para Allianz es un sentimiento de ansiedad sólo porque los disturbios civiles afectarán a las empresas.

Más vale prevenir

La aseguradora advierte a las empresas que “es probable que la influencia de las redes sociales contribuya a alimentar los disturbios civiles en un futuro próximo”. Considera que los disturbios civiles podrían provocar “el deterioro de los edificios, la interrupción de las operaciones, la denegación de acceso o la pérdida de atractivo para los inversores”.

Los objetivos principales de los disturbios serán “los edificios gubernamentales, las infraestructuras de transporte, las cadenas de suministro, los locales de venta al por menor, las empresas de propiedad extranjera, las gasolineras, los centros de distribución de bienes esenciales y las empresas de turismo y hostelería”.

Las empresas deberían revisar sus pólizas de seguro en caso de un aumento de la lucha política y social, y “actualizar sus planes de contingencia según sea necesario, teniendo en cuenta las vulnerabilidades de su cadena de suministro”. Además, “las pólizas de seguro de bienes pueden cubrir los siniestros en algunos casos, pero las aseguradoras ofrecen una cobertura especializada para mitigar el impacto de las huelgas, los disturbios y las conmociones civiles”.

“Los disturbios civiles son cada vez más una exposición crítica para las empresas que el terrorismo”, dijo Srdjan Todorovic. “La naturaleza de la amenaza está cambiando, ya que algunas democracias se vuelven inestables y algunas autocracias reprimen fuertemente la disidencia. Los disturbios pueden producirse simultáneamente en varios lugares, ya que las redes sociales facilitan la convocatoria rápida de las movilizaciones. Eso significa que las grandes cadenas comerciales podrían sufrir múltiples pérdidas en un solo evento”. Concluye asegurando que “tal y como están las cosas, no espero que el malestar social disminuya pronto”.

—https://www.francesoir.fr/societe-economie/allianz-entreprises-revoltes

FUENTE: mpr21.info

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Nazi-otanistas amenazan con misiles estadounidense para atacar Crimea

 

Nazi-otanistas amenazan con misiles estadounidense para atacar Crimea 


DIARIO OCTUBRE / julio 17, 2022

 

En declaraciones hechas durante un programa televisivo, el portavoz de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, Vadim Skibitski, dio el sábado una respuesta afirmativa, cuando los periodistas le preguntaron que si las fuerzas ucranianas podrían utilizar los sistemas de lanzacohetes múltiples HIMARS y М270 para atacar instalaciones en Crimea.

 

“Hoy, la península de Crimea se ha convertido simplemente en un centro para la transferencia de todo el equipo y las armas que provienen de la Federación Rusa a las regiones del sur de nuestro país”, argumentó.

Igualmente, alertó de las constantes ofensivas que lanza la Flota del Mar Negro de Rusia contra las posiciones ucranianas.

El 15 de julio, Oleksii Reznikov, ministro de Defensa de Ucrania, confirmó que su país había decidido no emplear los sistemas HIMARS para atacar objetivos en el territorio ruso.

No obstante, cuando se le preguntó sobre si el referido compromiso de la parte ucraniana se extiende a Crimea, Reznikov respondió lo siguiente: Dije [al Secretario de Defensa de EE.UU. Lloyd Austin] que “tenemos suficientes instalaciones estratégicas en los territorios ucranianos ocupados por los rusos. Él me respondió, ‘Te entendemos’”.

Anteriormente, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, había asegurado que el Ejército del país está decidido a recuperar y liberar de los rusos la península de Crimea, que se anexó en 2014 a Rusia en el marco de un referéndum popular.

Esto, mientras que Moscú ha advertido una y otra vez que responderá a cualquier invasión a Crimea, en particular por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

En este sentido, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, indicó a finales de junio que cualquier ataque a Crimea se considera como una declaración de guerra al país euroasiático y si es lanzado por la OTAN, estallará otra guerra mundial.

Asimismo, en abril pasado, el comandante ruso en funciones del Distrito Militar Central, Rustam Minnekáev, dejó en claro que Moscú tiene planeado establecer un puente terrestre desde el Donbás hasta Crimea.

FUENTE: hispantv.com

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