domingo, 7 de marzo de 2010

RESPUESTA AL COMENTARIO RECIBIDO EL 06/03/2.010 (*)

TEXTO DEL COMENTARIO RECIBIDO:

“Hola Manolito, soy Juan Carlos, y lo de Manolito te lo digo por la confianza que creo que me puedo tomar como amigo tuyo y porque me ha hecho mucha gracia.
Da gusto leerte y es algo que procuro hacer siempre que tengo un rato, aunque ya sabes que entre el trabajo, los estudios y la familia,...
Creo que a este pobre hombre cuyo nombre no conoces, ni creo que lo hagas nunca padece lo que e psicopedagogía se denomina indefensión aprendida, lo cual es un proceso en el cual se pierde toda motivación para seguir formándose y educándose. Adaptando este concepto a este caso concreto creo que este personaje de nuestra fauna geográfica nacional ha llegado a tal grado de desmotivación que cree todo lo que le digan, se queda en lo superficial de las cosas o de los hechos, no busca el porqué de las situaciones, ni creo que le interese.
Es el fruto de una educación superficial en base a la perpetuación de los valores políticos de turno de la época que vivió, que nos la podemos imaginar.
Considera dogmáticas las informaciones de los periódicos que lee sin preguntarse otras opciones, es desgraciadamente uno más, simplemente eso, un ciudadano más.
Por suerte quedan personas como tú que creen que la transformación de esta sociedad es posible y necearía; aunque costosa, mucho más teniendo en cuenta que la mayor parte de la población ha perdido no solo sus empleos y sus posibilidades de futuro, sino algo peor, la motivación para luchar por lo que les pertenece, y que no es otra cosa que lo que nuestra Carta Magna predica: una calidad de vida, una vida digna para todos.
Gracias Manolito.
Un saludo de Juan Carlos Vázquez, también funcionario.
6 de marzo de 2010 20:35”

RESPUESTA:

Gracias por tu comentario Juan Carlos. Tú figuras en la lista de los que me pueden seguir llamando “Manolito”, Me lo llamaba mi padre, mi tía Isabel y otras personas que ya no están aquí. Y me lo sigue llamando mi tía Angelita y algunas otras personas a las que quiero mucho, y por lo visto, ellas a mí.
Fdo.: Manolito.


Ni te puedo decir ni quiero decirte que es para mí un honor que me leas, porque como decía Unamuno, el honor es cosa de caballeros, que son los que menos honor tienen. Sin embargo, puedo y quiero decirte, que me honras. Primero, con tu amistad y la de Teresa (y quede bien clarito que esto no es peloteo por las comidas y cenas que me dais) y segundo, leyendo lo que escribo.
Me da alegría que seas tú el que “desmenuces” por dentro al sujeto o “sujeta” que me criticaba de la manera como lo hacia. El que sabe de eso eres tú. Cosa que desde luego te tendría que agradecer e tal sujeto o “sujeta”. Porque, mira que si lo empiezo “destripar” yo diciéndole esto lo otro y lo demás allá…, pobrete o pobreta mía.
Me resulta gratificante leer lo que me dices acerca de que creo en el cambio de esta sociedad. ¡Claro que creo! Ten en cuenta que yo soy tonto, pero solo tonto. Tonto entontecido no lo soy. Lo que no creo, por lo que te acabo de mencionar relativo a los grados de tontería, es que ese cambio vaya a venir de la mano de los Zapateros, Rajoys, Aznares, Felipes, Majestades, Europistas, Obamoides o sindicaleros actuales.
Pero es más, no es que lo crea, es que los números así lo dicen, que esta sociedad nuestra basada en el modo de producción capitalista y en unas relaciones de explotación de unas personas por otras no puede perdurar en el tiempo indefinidamente. No sé cuando los tupinambas sabihondos de la economía van a explicarles bien a la sociedad que es eso de le ley de los rendimientos decrecientes para demostrar objetivamente que esta sociedad nuestra está abocada a su fin para dar lugar a otra más justa, siempre y cuando, eso sí, nos quitemos de encima la capa de tontería entontecida que nos cubre, porque como sigamos por el camino que llevamos: entontecimiento sobre entontecimiento, lo que nos espera es el chiquilicuá, o el contrato laboral de la CEOE sin derechos sociales y la jubilación sampédrica, cuando San Pedro de la cedula de habitabilidad, porque si a los 67 años se puede trabajar, ¿por qué no alargar la vida productiva hasta los 97 años o hasta que Dios te diga: ¡que subas te digo!?
Acabas diciendo en tu comentario que eres funcionario como yo y eso también me honra, al igual que haber trabajado contigo en el mismo centro. Se me ocurre decir, que evidentemente, eres funcionario. Y eres funcionario porque funcionas, esto es, porque trabajas para la Administración y cobras por tu trabajo, porque si tuvieras el culo plano de estar sentado y con la goma del chupe dentro de los Presupuestos Generales del Estado dale que te pego, serias funcioneta y no funcionario, y si tuvieras el pensamiento vaporoso, el lo que usted diga en los labios siempre ante superior en el escalafón, cayos en las manos de agarrarte a la escalera, y desde luego, muy poca dignidad, serías un trepa trpridante subidor de escaleras, sube que te sube, con chupe directo e injustificado a dinero Público, pero no funcionario.
Y acabo ya. A lo dicho le agrego que si fueras del Betis también serías como yo: un desgracias sufridor. Eso sí, con plaza fija en el cielo, porque ser del Betis tiene eso, que te ganas el cielo, donde nunca van a estar los funcionetas y ganado afín.

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(*) Puede verse en el artículo del 28.02.2010 de este Blog.