domingo, 28 de febrero de 2021

A ver si nos vamos enterando bien con eso del robo de ENDESA al Estado español, que aquí lo que hay, según me barrunto, es mucho mal pensado. Lo que le han robado los chorizos jefes del PSOE y del PP a los trabajadores españoles es una parte del trabajo realizado durante 70 años, que fue lo que costó levantar a ENDESA. ¿O qué se me pensaban, que ENDESA se hizo sola? Y otra cosa les voy a decir, y que no me entre nadie en mosqueo, que porque no quiero joder la marrana ni hacerle un feo a Miguel Servet, pobrecito mío, que hasta me lo quemaron y todo por decir que la sangre corría por las venas. Entre nosotros, y sin que salga de aquí: este Miguel ni puta idea de sangre. Sabría de medicina, de riñones, de pescuezos, o de lo que fuera, pero de sangre… ¿Cómo se puede llevar sangre en las venas y no acelerarse ante un caso como el de ENDESA? Será aceite quemado de motor diesel lo que se lleva, y en lo tocante a lo de correr, a todo lo más, correrá por los calcetines, porque si no se lleva sangre cómo se va a tener venas, ¿o no? Ya digo, si no fuera por no hacerle un feo a Miguel Servet, esto lo echaba yo a decir ahora mismo.

 

Endesa troceada: un expolio de lo público o la historia de un despropósito

·      La liberalización del sector está siendo una enorme estafa para los más débiles y un enorme despropósito empresarial y sectorial.

·      La opa de Enel sobre la entonces primera eléctrica española fue una de las operaciones más caras de la historia económica europea.

·      La Endesa estatal contribuyó con sus beneficios al saneamiento financiero de otros sectores industriales


Sede de Endesa en Madrid.

Economistas Sin Fronteras

Rodolfo Rieznik

Eldiario.es

 26 de octubre de 2014 

@EconomiaJusta

Enel, la eléctrica estatal italiana, expolia y trocea Endesa, de la que tiene el 92%, al repartir un dividendo de 14.600 millones de euros y llevarse todos sus activos latinoamericanos. El dividendo es el más grande jamás pagado en la historia de España. Los italianos hacen caja para pagar la compra del negocio latinoamericano, unos 8.600 millones, y de paso, reducir la deuda de Enel, de 50.000 millones. Para poder transferir semejante cantidad duplicarán la deuda de Endesa con 5.000 millones más. Enel se lleva el segmento de negocio más rentable y dejará a Endesa como empresa de ámbito nacional1, lo que era 20 años antes. Endesa quedará desmembrada y en términos de capitalización será menos de la mitad de lo que llegó a ser hace 7 años, cuando Enel la compró.

La electricidad en España subirá más (ya es de la más cara de la Unión Europea) cuando Endesa repercuta en la luz la nueva situación financiera de la empresa. Y la operación es un expolio a los ciudadanos españoles que financiaron durante 70 años, con la tarifa eléctrica, las inversiones que transformaron, a fines del siglo pasado, a Endesa en uno de los mayores grupos empresariales de España.

Paradójicamente, será una empresa pública la que terminará de liquidar a la que se llamó en su momento, con cierto orgullo, Empresa Nacional de Electricidad y que a fines del siglo XX era un líder sectorial energético eficiente. Endesa contribuyó a universalizar el servicio eléctrico haciendo posible que la electricidad llegara al conjunto de los ciudadanos y fortaleció técnicamente el suministro asegurando una energía más segura y confiable. Fue la empresa insignia del antiguo Instituto Nacional de Industria que, además, contribuyó con sus beneficios a fortalecer al sector eléctrico español y al saneamiento financiero de otros sectores industriales.2

Breve historia de Endesa

Endesa nació en 1944 cuando, aislado el país económica y políticamente, tuvo dificultades para desarrollar y consolidar un sector eléctrico en condiciones de afrontar la reconstrucción económica. La España inmediata de la posguerra no tenía las divisas necesarias para importar la tecnología y los combustibles para generar energía eléctrica. No hubo otra opción que construir centrales térmicas e hidráulicas aprovechando los recursos naturales autóctonos del carbón de Galicia y el impulso del agua de las cuencas del norte del país. Endesa se creó para esa tarea.

Los años 50 y 60, de desarrollismo y planes de estabilización, coincidieron con los modelos energéticos sustentados en petróleo barato y abundante que impusieron instalaciones de centrales de fuel-oil, técnicamente más sencillas y económicas. El consumo creció en esos años a tasas superiores al 10%. Las constantes necesidades de inversión por el crecimiento de la demanda energética indujeron, sin mucho debate ecológico en aquellos primeros años de introducción de esta tecnología, a la construcción de centrales nucleares ante el agotamiento de los recursos hidrológicos y la necesidad de diversificar el mix de generación.

La crisis de los años 70 (guerra árabe-israelí) cuadruplicó el precio del petróleo y disparó los costos energéticos. Como resultado, se formularon los primeros planes indicativos3. Entre otras cosas, se establecieron garantías de remuneración a la inversión en la tarifa eléctrica ante la incertidumbre económica del final de los años dorados del capitalismo de posguerra, en un sector, como el eléctrico, intensivo en capital.

La década de los 80 registra la segunda gran subida de los precios del petróleo después de la caída del Sha de Irán en el año 79. España se encontró con un parque de generación muy dependiente del petróleo y con una gran parte de las empresas eléctricas privadas endeudadas peligrosamente en inversiones en centrales térmicas y nucleares4. Endesa había construido plantas de carbón e hidroeléctricas y pudo sortear la crisis del petróleo. El primer gobierno del PSOE, en 1982, aprovechó sus cuentas saneadas para concretar un salvataje financiero del sector eléctrico privado a través de un intercambio de activos. Endesa, que compró plantas y otros negocios a las empresas en situación delicada para aliviar la deuda de las mismas, salió convertida en 1985 en la cabecera de un grupo eléctrico público de ciclo completo al agregtar al negocio de la generación, de la cual ya era líder, el de la distribución. Aquel conjunto de operaciones terminó transformando al sector en un oligopolio de Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa y Gas Natural, con una participación más que proporcional de las primeras dos.

Las políticas neoliberales y globales de los años 90 condujeron a la liberalizaron y desregulación del sector energético, especialmente el eléctrico, que llevaron a la creación de mercados abiertos a partir del desmembramiento, en algunos países, de los monopolios naturales preexistentes, como en América Latina, o la separación de los negocios de generación, transmisión y distribución integrados hasta entonces en empresas únicas.

El abandono de la planificación indicativa en España y el desarrollo del “marco legal y estable”5 se hizo cuando Endesa estaba capitalizada6, con tesorería para acometer una expansión internacional dada la saturación de capacidad de producción eléctrica en España.

A su vez, las políticas neoliberales del “Consenso de Washington” en los años 90 vigentes en América Latina, de privatización y venta rápida de empresas de servicios públicos, permitió a Endesa concretar en 1992, en Argentina, la primera compra de una empresa de distribución eléctrica en la ciudad de Buenos Aires. Así inició la expansión como grupo empresarial en Latinoamérica. En 7 años, entre 1992 y 1997, invirtió la friolera de 15.000 millones de dólares7 y pasó a ser la primera empresa eléctrica privada de la región.

El Partido Popular se hace con Endesa

Sin embargo, fue la privatización progresiva de Endesa en los 80–90 el caldo de cultivo en el que se fraguó el expolio actual. Comenzó en 1988 con los socialistas en el poder, al vender un 25% del capital. La continuó el Partido Popular con Aznar en 1997 colocando en bolsa, vía OPV8, otro 35%. Ahí se pierde la mayoría de control público. En 1998 el PP termina de privatizarla al 97%. Simultáneamente, el gobierno maniobra y blinda estatutariamente el consejo de administración de la compañía para garantizar su futuro control ejecutivo con directivos políticamente afines. Por eso Manuel Pizarro pudo conservar la presidencia de Endesa después de que Rodríguez Zapatero ganara las elecciones de 2004.

En 2001, el grupo ya era un negocio monumental: 13.500 millones de ingresos y 4.400 millones de beneficios anuales. Era muy apetitoso para cualquier “gestor” privado manejar esa masa ingente de dinero. 9

Rodolfo Martín Villa, su presidente entre 1997 y 2002, con el PP en el gobierno, intentó en 2001 la fusión con Iberdrola. Incluso propuso conformar un núcleo duro de control con las cajas de ahorro a partir del porcentaje de participación que tenía Caja Madrid en Endesa, para poder defenderse de una potencial OPA10 de control por algún grupo extranjero. El sector más liberal del PP, con Rodrigo Rato y Pizarro a la cabeza, se opusieron con el argumento falaz de que iba contra el mercado competitivo y el proyecto de fusión fracasó.

El gobierno de Zapatero no pudo retomar el control de Endesa. Lo intentó en 2005 a través de la OPA de Gas Natural. Pizarro, a la sazón presidente de Endesa, entendió que tras la operación estaba la mano negra de los catalanes11 y el gobierno del PSOE y, con la complicidad del PP, se revolvió para hacerla abortar. Gastó generosamente millones de euros en asesores legales y consultores para frenarla y terminó impulsando una contraopa de la alemana E.ON, de la que se sentía más cercano ideológicamente. Finalmente, tras 2 años de una batalla político económica extraordinariamente agresiva y costosa, la constructora española Acciona y la estatal italiana Enel, con el concurso financiero del Banco Santander, formalizaron en una mañana la compra de Endesa por más de 40.000 millones de euros. Una de las operaciones más caras de la historia económica europea.

En esos 2 años, el precio de la acción de Endesa se disparó de los 20 euros de septiembre de 2005 a más de 41 en marzo de 2007, cuando concluye. Endesa tenía en torno a 1.000 millones de acciones emitidas y se canalizaron a la especulación unos 20.000 millones, dejando pingues beneficios a los actores participantes y a los promotores. La especulación, como siempre la financian el conjunto de los ciudadanos. La subida del valor de las acciones exige más dividendos para remunerar el capital y como la tarifa eléctrica garantiza la rentabilidad de las empresas, ésta crece en paralelo al aumento de cotización de las mismas.

Para que esta fantástica operación financiera no impactara súbitamente en el precio de la electrcidad, Rato, ministro de Economía en 1998, camufló el incremento del precio de la luz instaurando el “déficit de tarifa”. Aunque el recibo no subía más que en un 2% anual, porcentaje próximo a la inflación, la diferencia con el precio del mercado eléctrico se trataba como una deuda, de todos los españoles, a pagar en el plazo de 15 años. El saldo acumulado alcanzó a principios de este año, 2014, los 30.000 millones de euros, importe que las eléctricas ya han cobrado en su mayoría convirtiendo los títulos de deuda en ingresos adelantados. En cambio, los ciudadanos los pagamos a los bancos, tenedores de la deuda, en forma de “peaje” todos los años en el recibo de la luz.

La liberalización progresiva del sector eléctrico en marcha desde 1997 y completado definitivamente en 2013 con la desregulación total de la tarifa eléctrica, no ha introducido ni eficiencia ni mejores precios de la electricidad; al revés, ha recogido en tarifa el expolio y la especulación a la que ha estado sometido el sector en los últimas décadas. Empresas, fondos de inversión y grupos capitalistas del más variado origen se han embolsado grandes ganancias mientras que una parte importante de los ciudadanos han ingresado en un status de “pobres energéticos”, esto es, sin acceso a los beneficios de un servicio eléctrico en condiciones

Este es el panorama eléctrico en el que se consuma este escándalo de 14.600 millones de euros. Los 30 años de liberalización del sector eléctrico están siendo una enorme estafa para los más débiles y un enorme despropósito empresarial y sectorial.

1 Le quedarán algunas inversiones en Marruecos y Portugal.

2 Los buenos resultados de Endesa nutrían las cuentas del INI y se utilizaban financiar para procesos de reconversión industrial en otras empresas del INI como la minería.

3 Las empresas se obligaban a realizar las inversiones que satisfacían el incremento de la demanda.

4 La tecnología nuclear era un monopolio de americanos y franceses y los costos de construcción se habían multiplicado de manera incontrolada.

5 A fines de los 80, el gobierno presionado por Europa diseñó una transición para la apertura del sector eléctrico a nuevos agentes. Las empresa que venían a acometiendo inversiones de acuerdo los planes indicativos previos negociaron seguir cobrando en tarifa las amortizaciones a través de los llamados costes a la transición y que aún hoy siguen recuperando a través de los peajes.

6 En 1995 Endesa era la primera empresa española por beneficios (150 mil millones de pesetas) y capitalización bursátil (882 mil millones de pesetas)

7 Lo mismo que hoy se llevan los italianos en forma de dividendo

8 OPV: Oferta pública de Venta de acciones.

9 Hay que recordar que si bien la UE presionó a la creación de mercados eléctricos en esos años ello no implicaba la ausencia total del estado en el control de las principales empresas del sector. Edf de Francia y Enel de Italia, entre otras, siguen teniendo capital público de control.

10 Oferta Pública de Adquisición de acciones.

11 La Caixa de Cataluña controlaba Gas Natural

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sábado, 27 de febrero de 2021

Lo antisistema. Lo que parece que no pasa pero que está pasando y que contribuye a explicar lo que pasa y, lo que por pasar viene de la manita del nuevo fascismo

 

Lo antisistema

Movimientos socialesMundo 


Boaventura de Sousa Santosma 

El Viejo Topo

Lo antisiste27 febrero, 2021 

El crecimiento global de la extrema derecha ha dado una nueva importancia al concepto de antisistema en política. Para entender lo que está pasando, es necesario retroceder algunas décadas. En un texto como este no es posible dar cuenta de toda la riqueza política de este periodo. Ciertamente, las generalizaciones serán arriesgadas y no faltarán las omisiones. Aun así, el ejercicio se impone por la urgencia de dar algún sentido a lo que, por momentos, parece no tener ningún sentido.

Los sistemas

El binarismo sistema/antisistema está presente en las disciplinas más diversas, desde las ciencias naturales hasta las ciencias humanas y sociales, desde la biología hasta la física, desde la epistemología hasta la psicología. El cuerpo, el mundo, la ciudad o el clima se pueden concebir como sistemas. Incluso hay una disciplina dedicada al estudio de sistemas: la teoría de sistemas. El sistema se define, en general, como una entidad compuesta por diferentes partes que interactúan para componer un todo unificado o coherente. El sistema, de este modo, es algo limitado, y lo que está fuera de él tanto puede rodearlo e influenciarlo (su entorno) como serle hostil y pretender destruirlo (antisistema). En las ciencias sociales, si bien ciertas corrientes rechazan la idea de sistema, existen muchas formulaciones del binarismo sistema/antisistema. Distingo dos formulaciones particularmente influyentes. La teoría del sistema-mundo, propuesta por Immanuel Wallerstein, sostiene que, históricamente, existieron dos tipos de sistema-mundo: el imperio-mundo y la economía-mundo. El primero se caracteriza por un centro político con amplias estructuras burocráticas y múltiples culturas jerarquizadas; el segundo se caracteriza por una única división del trabajo, múltiples centros políticos y múltiples culturas igualmente jerarquizadas. Desde el siglo XVI, existe el sistema-mundo moderno basado en la economía-mundo del capitalismo. Se trata de un sistema dinámico y conflictivo que marcha a distintos ritmos temporales y que dividió los diferentes países/regiones en tres categorías: el centro, la periferia y la semiperiferia, definidas en función del modo en que se apropian (o son expropiadas) de las plusvalías de la producción capitalista y colonialista global. El sistema permite transferencias de valor de los países periféricos a los países centrales, mientras que los países semiperiféricos actúan como correas de transmisión del valor creado de la periferia al centro (como fue el caso de Portugal durante siglos).

La otra concepción de sistema (y de antisistema) se ha desarrollado principalmente en la ciencia política y las relaciones internacionales. El sistema se concibe aquí como un conjunto coherente de principios, normas, instituciones, conceptos, creencias y valores que definen los límites de lo convencional y legitiman las acciones de los agentes dentro de esos límites. La unidad del sistema puede ser local, regional, nacional o internacional. Podemos decir que, tras la Segunda Guerra Mundial, hubo dos sistemas nacionales dominantes: el sistema político de partido único al servicio del socialismo (el mundo chino-soviético) y un sistema democrático liberal al servicio del capitalismo (el mundo liberal). Las relaciones internacionales entre ambos sistemas configuraron un tercer sistema, la Guerra Fría, un sistema regulado de conflicto y contención. La Guerra Fría condicionó la forma en que se evaluaron los dos sistemas nacionales/regionales: para el mundo liberal, el mundo chino-soviético era una dictadura al servicio de una casta burocrática; para el mundo chino-soviético, el mundo liberal era una democracia burguesa al servicio de la acumulación y la explotación capitalista. Con la caída del Muro de Berlín en 1989, este sistema formado por tres sistemas entró en crisis. A escala nacional, pasó a reconocerse solo un sistema legítimo: el sistema liberal. La crisis del sistema internacional de la Guerra Fría alcanzó el paroxismo con la presidencia de Donald Trump. Vistas desde la larga duración del sistema-mundo moderno, estas transformaciones políticas, a pesar de su dramatismo, son variaciones de época dentro del mismo sistema. En la peor de las hipótesis, podrían estar señalando una crisis más profunda del sistema-mundo mismo.

Los antisistemas

Los movimientos que se oponen radicalmente al sistema dominante son antisistema. A lo largo del siglo XX, fueron antisistema los movimientos que se oponían al capitalismo y al colonialismo (antisistema-mundo) y aquellos que se oponían a la democracia liberal (mundo antiliberal). Algunos movimientos estaban en contra del capitalismo/colonialismo, pero no en contra de la democracia liberal, como fue el caso de los partidos socialistas y de la mayoría de los sindicatos durante las primeras décadas del siglo XX (socialismo democrático). Otros estaban en contra del capitalismo/colonialismo y de la democracia liberal, como los movimientos revolucionarios (comunistas, anarquistas) y muchos de los movimientos de liberación anticolonial, con o sin la adopción de la lucha armada. Por último, otros estaban en contra de la democracia liberal, pero no en contra del capitalismo/colonialismo. Fueron los movimientos reaccionarios, nazis, fascistas y populistas de derecha los que, o ni si quiera aceptaban los tres principios de la Revolución francesa (libertad, igualdad y fraternidad), o veían en la evolución de la democracia liberal (ampliación del sufragio, multiplicación de derechos sociales y económicos) y en el crecimiento del movimiento comunista tras la Revolución rusa una deriva peligrosa que acabaría poniendo en peligro el capitalismo. Estos movimientos propusieron un capitalismo tutelado por el Estado autoritario (fascismo y nazismo).

Siempre fue importante distinguir entre izquierda y derecha, entre movimientos revolucionarios y contrarrevolucionarios. Los primeros, cuando lucharon contra el capitalismo/colonialismo, lo hicieron en nombre de un sistema social más justo, más diverso y más igualitario; cuando lucharon contra la democracia liberal, fue en nombre de una democracia más radical, a pesar de que el resultado fuera la dictadura, como ocurrió con Stalin. Por el contrario, los movimientos contrarrevolucionarios siempre lucharon contra las fuerzas anticapitalistas y anticolonialistas, muchas veces con el prejuicio de estar lideradas por clases inferiores o peligrosas y, por las mismas razones, estaban dispuestos a optar por la dictadura siempre que la democracia liberal significase una amenaza para el capitalismo.

1945-1989

Entre 1945 y 1989 la dialéctica sistema/antisistema fue muy dinámica. En los países centrales del sistema-mundo, lo que hoy llamamos Norte global, el fascismo y el nazismo fueron derrotados y solo sobrevivieron en dos países semiperiféricos de Europa: Portugal y España. En Rusia (y países satélites), la otra semiperiferia europea, y en China, se consolidó el sistema chino-soviético. En los países europeos centrales la democracia liberal se convirtió en el único régimen político legítimo. Los partidos socialistas abandonaron la lucha anticapitalista (en 1959, el Partido Socialdemócrata de Alemania –SPD– se desvinculó del marxismo) y comenzaron a hacerse cargo de la tensión entre la democracia liberal (fundada en la idea de la soberanía popular) y el capitalismo (fundado en la idea de acumulación infinita de riqueza), con arreglo a la nueva fórmula dada a un antiguo concepto: la socialdemocracia. A su vez, los partidos comunistas y otros partidos a la izquierda de los partidos socialistas se integraron en el sistema democrático. De hecho, durante la noche fascista y nazi, los militantes de estos partidos (especialmente los comunistas) fueron los que lucharon con más dedicación por la democracia, habiendo pagado un alto precio por ello. Es bueno recordar, a título de ejemplo, que Álvaro Cunhal, secretario general del Partido Comunista Portugués (PCP), estuvo preso durante quince años, de los cuales ocho fueron en régimen de aislamiento.

En la periferia y la semiperiferia del sistema-mundo, los movimientos anticapitalistas y contrarios a la democracia liberal tomaron el poder en China, Cuba, Corea del Norte y Vietnam, y en otros países alimentaron la lucha antisistema durante muchos años, a veces recurriendo a la lucha armada, como en los casos de Colombia, Filipinas, Turquía, Sri Lanka, la India, Uruguay, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. El caso más significativo de un movimiento anticapitalista pero no contrario a la democracia liberal fue el liderado por Salvador Allende en Chile (1970-1973), neutralizado por un brutal golpe de Estado planeado por la CIA.

En África y Asia, los movimientos de liberación anticoloniales confirieron una nueva complejidad a los movimientos antisistema. Inspirados por la Conferencia de Bandung de 1955, que reunió a veintinueve países asiáticos y africanos y otorgó fuerza política al concepto de Tercer Mundo (el Movimiento de Países No Alineados), se proponían llevar a cabo una doble ruptura en la lógica sistémica. Por un lado, rechazaban tanto el capitalismo liberal como el socialismo soviético y estaban dispuestos a luchar por alternativas que combinaban el pensamiento político europeo y diversas corrientes de pensamiento africano. Por otro lado, buscaban construir un régimen político democrático de nuevo tipo basado en el protagonismo de los movimientos de liberación. Gran parte de esta experimentación política colapsó durante la década de 1980 debido a errores internos y al asedio del capitalismo global.

De 1989 hasta hoy

En el periodo más reciente, las características más significativas de la política antisistema son las siguientes. Con el colapso de la URSS, parecía que el mundo de la democracia liberal había ganado la histórica competición entre sistemas de manera irreversible («el fin de la historia»). ¿Pero quién venció? Como hemos visto, a lo largo de los últimos 150 años los dos pilares de la lucha antisistema fueron el capitalismo/colonialismo y la democracia liberal. ¿En 1989 vencieron el capitalismo y la democracia de manera conjunta? ¿O la democracia a expensas del capitalismo? ¿O, acaso, el capitalismo a costa de la democracia? Para responder a estas preguntas es necesario examinar lo que pasó en el periodo anterior con los dos pilares y los cambios convergentes que se produjeron en ellos.

Tengamos en cuenta que antes de 1945 el fascismo y el nazismo eran, en gran medida, una respuesta al crecimiento de la militancia de las clases trabajadoras («la amenaza comunista») combinado con altos niveles de desempleo e inflación y el empobrecimiento de las grandes mayorías. A su vez, los límites de la democracia liberal (límites al sufragio, control total de las élites, ausencia de políticas públicas universales) no permitían gestionar el conflicto social ni dar a los movimientos socialistas la oportunidad de consolidar alternativas. El enfrentamiento entre dos tipos de alternativas fue feroz: el reformismo y la revolución. Después de 1945, y en respuesta a la consolidación del mundo chino-soviético, el mundo liberal de los países centrales buscó bajar la tensión entre democracia y capitalismo. Para eso, las clases capitalistas que la dominaban tuvieron que hacer concesiones inimaginables en el periodo anterior: impuestos muy altos, sectores estratégicos nacionalizados, cogestión entre trabajo y capital en grandes empresas (como en la entonces Alemania Occidental), derechos laborales robustos, políticas sociales universales (salud, educación, sistema de pensiones, transporte). Con esto surgieron amplias clases medias y fue a partir de ellas que se consolidó el reformismo. En Europa occidental, la compatibilidad entre la democracia liberal y el capitalismo se produjo mediante la combinación de altos niveles de protección social con altos niveles de productividad. En Estados Unidos, el reformismo adoptó formas mucho más tenues. También implicó una respuesta a la amenaza comunista imaginada (macartismo), que surgió en Alemania Occidental en forma de Berufsverbot (descalificación para el ejercicio de ciertos cargos por parte de comunistas y «extremistas radicales»). Pero la nueva posición hegemónica de Estados Unidos, el activismo sindical y la fuerza de los “treinta años gloriosos” (1945-1975) garantizaron el surgimiento de clases medias fuertes.

Este compromiso entre democracia y capitalismo, combinado con la desintegración de la URSS, fue lo que garantizó la caída, en los países centrales, de los movimientos antisistema, tanto de izquierda como de derecha. Este compromiso entró en crisis desde mediados de la década de 1970 con la primera crisis del petróleo y la crítica de los conservadores al “exceso de derechos” de la democracia (derechos laborales, económicos y sociales) y la crisis se profundizó dramáticamente después de 1989. En retrospectiva, se puede decir que en 1989 los derrotados fueron tanto el comunismo soviético como la socialdemocracia. Quien ganó fue el capitalismo a expensas de la democracia. Esta victoria resultó en el surgimiento de una nueva versión del capitalismo: el neoliberalismo basado en la desregulación de la economía, la demonización del Estado y de los derechos laborales, económicos y sociales, la privatización total de la actividad económica y la conversión de los mercados en un regulador privilegiado tanto de la vida económica como de la vida social. El neoliberalismo comenzó a ensayarse violentamente en Chile y otros países del Sur Global, y presidió las transiciones democráticas en el sur de Europa en la década de 1970 y en América Latina en la década de 1980.

Hasta entonces, el Estado democrático o social de derecho era la expresión de la posible compatibilidad entre democracia y capitalismo. A partir de 1989, la democracia quedó subordinada al capitalismo y solo se defendió en la medida en que defendiera los intereses del capitalismo, la llamada “market friendly democracy”. A ella se contrapuso la socialdemocracia que von Hayek caracterizara como «democracia totalitaria». Como el objetivo principal es la defensa del capitalismo, siempre que la burguesía nacional/internacional lo considera en peligro, la democracia debe ser sacrificada, un sacrificio que, dadas las circunstancias, puede ser total (dictaduras militares o civiles) o parcial (Italia de posguerra, golpes jurídico-parlamentarios en la actualidad). La diplomacia y la contrainsurgencia estadounidenses han sido los principales promotores globales de esta ideología.

Los movimientos antisistema

¿Y los movimientos antisistema en este último periodo? Nuevamente es necesario distinguir entre movimientos de izquierda y de derecha. En cuanto a los movimientos de izquierda, los viejos movimientos revolucionarios se convirtieron en partidos democráticos y reformistas. La lucha anticapitalista se convirtió en la lucha por amplios derechos económicos, sociales y culturales, y la lucha antidemocracia liberal se convirtió en la lucha por la radicalización de la democracia: la lucha contra la degradación de la democracia liberal, la articulación entre democracia representativa y democracia participativa, la defensa de la diversidad cultural, la lucha contra el racismo, el sexismo y el nuevo/viejo colonialismo. Estos partidos, por tanto, dejaron de ser antisistema y pasaron a luchar por las transformaciones progresistas del sistema democrático liberal.

Los movimientos antisistema de izquierda continuaron existiendo, pero, por definición, fuera del sistema de partidos. Incluso puede decirse que se expandieron, dado el creciente malestar social provocado por la subordinación incondicional de la democracia al capitalismo, traducida en repugnante desigualdad social, discriminación racial y sexual, catástrofe ecológica inminente, corrupción endémica, guerras irregulares, y hasta por la incapacidad de los partidos de izquierda para frenar este estado de cosas. A los viejos movimientos revolucionarios y sindicales les siguieron los nuevos movimientos sociales a nivel local, nacional e incluso global (Vía Campesina, Marcha Mundial de las Mujeres, y varias articulaciones globales que surgieron dentro y fuera del Foro Social Mundial que se reunió por primera vez en 2001 en Brasil). Surgieron nuevos actores sociales, a saber, los movimientos feministas, indígenas, ecológicos, LGBTIQ, de economía popular, afrodescendientes. Muchos de estos movimientos tienen objetivos anticapitalistas y apuntan a formas de democracia radical. Algunos de ellos han logrado alcanzar estos objetivos a nivel local, transformándose así en utopías realistas. Hasta el momento no han logrado tener una influencia política más consistente, ni a nivel nacional ni global, debido a dificultades en las articulaciones translocales y al hecho de que el sistema político democrático liberal está monopolizado por los partidos. Son movimientos pacíficos, guiados por la idea de democracia de base intercultural, y por la valorización de las economías populares y de los saberes ancestrales de las comunidades campesinas, indígenas y, en el contexto americano, afrodescendientes.

A su vez, los movimientos antisistema de derecha (la extrema derecha) también cobraron un nuevo impulso en el último periodo. La derrota del nazismo y del fascismo (en Portugal, 1974-76 y España, 1975-78) fue abrumadora. Cuando sobrevivieron fue de forma muy atenuada, como en el caso del peronismo en Argentina y del varguismo en Brasil, sin dictadura ni glorificación de la violencia política ni odio racial. Fue este sistema híbrido el que originalmente se llamó populismo. Después de 1989, asistimos al surgimiento o creciente visibilidad de grupos de extrema derecha, casi siempre involucrados en retóricas y acciones de odio y violencia racial. Este crecimiento es particularmente significativo en Estados Unidos.[1] Muchos de estos movimientos se mantuvieron en la ilegalidad o exploraron áreas grises o híbridas que he designado como alegalidad. En los últimos veinte años, estos grupos asumieron una nueva agresividad, buscando la legalidad y la propia conversión sistémica al convertirse en partidos, que consiguieron legalizar con artificios del lenguaje y con la complicidad de los tribunales. Cuando esto sucedió, mantuvieron estructuras clandestinas formalmente separadas de la estructura partidaria, pero articuladas orgánicamente como fuentes de movilización política que los propios partidos no tienen capacidad de garantizar.

Con la llegada de Donald Trump al poder, los movimientos de extrema derecha ganaron nuevo aliento y se diversificaron internamente. Entretanto, los grupos de extrema derecha y las milicias estadounidenses habían aumentado, especialmente después de que Barak Obama llegó al poder. El respetado Southern Poverty Law Center identificó, en 2020, 838 «grupos de odio».[2] Algunos son nazis, están fuertemente armados y reivindican el legado de los movimientos de linchamiento racial del siglo XIX (el Ku Klux Klan). Fuera de Estados Unidos, grupos paramilitares y milicias en Colombia, Brasil, Indonesia e India se acercan al poder institucional. Por otro lado, asumieron una dimensión global que antes no existía o no era visible. El agente más notorio de esta promoción, en Europa y América, es Steve Bannon, una figura siniestra y criminal que ha sido halagada por los medios de comunicación ingenuos o cómplices.

Estos movimientos conquistan espacio social, no gracias a la exaltación de los símbolos nazis (a los que también recurren), sino mediante la explotación del malestar social que provoca la creciente subordinación de la democracia al capitalismo. En otras palabras, explotan las mismas condiciones sociales que movilizan a los movimientos antisistema de izquierda. Pero, mientras para estos el malestar social proviene precisamente del sometimiento de la democracia a las exigencias del capitalismo, exigencias cada vez más incompatibles con el juego democrático, para los movimientos de extrema derecha el malestar proviene de la democracia y no del capitalismo. Por eso, como en los años treinta, la extrema derecha es mimada, protegida y financiada por sectores del capital, especialmente el financiero, el más antisocial de todos los sectores del capital.

En este contexto surgen dos preguntas. Primera: ¿por qué resurge ahora la extrema derecha si, a diferencia de las décadas de 1920-1930, no existe amenaza comunista ni gran activismo sindical? Esta amenaza fue una de las respuestas a la grave crisis social y económica que se vivía entonces. Hoy esa respuesta no existe, pero la crisis de los próximos años amenaza con ser tan grave como la de esos años. Los think tanks capitalistas globales (incluidos los chinos) han estado señalando el peligro de desestabilización política debido a la inminente crisis social y económica, ahora agravada por la pandemia. Saben que la ausencia de alternativas anticapitalistas o poscapitalistas no es definitiva. Pueden surgir a largo plazo y es mejor prevenir que curar. La respuesta tiene varios niveles. El más profundo es el perfeccionamiento del capitalismo de vigilancia, que, con la cuarta revolución industrial (inteligencia artificial), permite desarrollar controles efectivos y más precisos que nunca de la población. A un nivel más superficial, se promueve la ideología intimidatoria, antidemocrática, racista y sexista. El lenguaje del pasado es, en este caso, más eficaz que el del presente y, por tanto, la retórica de la extrema derecha habla del nuevo peligro comunista, que ve tanto en los gobiernos democráticos como en el Vaticano del Papa Francisco. En Estados Unidos, el partido democrático, de centroderecha, es atacado como izquierda radical, confusamente vinculada al gran capital y a las tecnologías de información y comunicación. En Brasil, la extrema derecha instalada en el poder federal habla del peligro del “marxismo cultural”, un lema nazi para demonizar a los intelectuales judíos. Lo que se pretende es maximizar la coincidencia de la democracia con el capitalismo mediante el vaciamiento del contenido social de la democracia, débil en protección y fuerte en represión. Los think tanks saben que todos estos planes son contingentes y que los movimientos antisistema de izquierda pueden tirarlos a la basura de la historia. De ahí que sea mejor prevenir que curar.

Segunda pregunta: ¿la extrema derecha tiene una vocación fascista o simplemente autoritaria? La extrema derecha no es monolítica ni puede ser evaluada exclusivamente por su cara jurídica. De ahí la complejidad del juicio. La historia nos enseña que la democracia liberal no sabe defenderse de los antidemócratas y, dicho sea de paso, desde 1945, nunca como hoy se vio con tanta frecuencia que los antidemócratas sean elegidos para altos cargos. Son antidemócratas porque, en lugar de servir a la democracia, la utilizan para llegar al poder (como Hitler) y, una vez en el poder, no lo ejercen democráticamente ni lo abandonan pacíficamente si pierden las elecciones. Inicialmente cuentan con el apoyo de los medios convencionales y, a partir de cierto momento, con seguidores en las redes sociales, intoxicados por la lógica de la posverdad y los “hechos alternativos”.

Incluso antes de cualquier desenlace dictatorial, la extrema derecha de hoy tiene dos componentes fundamentales del nazi-fascismo: la glorificación de la violencia política y el discurso del odio racial contra las minorías. Solo falta la dictadura, pero algunos elogian la tortura (Jair Bolsonaro en Brasil) y promueven ejecuciones extrajudiciales (Rodrigo Duterte en Filipinas). El peligro de estos dos componentes puede ser maximizado por tres factores. Primero, la complicidad de los tribunales con una comprensión equivocada (o peor) de la libertad de expresión. Segundo, el deslumbramiento de los medios con la retórica “poco convencional” de los protofascistas y el protagonismo de los ideólogos de derecha que separan artificialmente el mensaje político, que aprueban, de lo que consideran excesos descartables (prisión perpetua, esterilización de pedófilos, deportación de inmigrantes, segregación de las minorías), silenciando que son precisamente estos “excesos” los que atraen a parte de los seguidores. Tercero, la legitimación que les otorgan políticos de derecha moderada, convirtiéndolos en socios de gobierno con la esperanza de poder moderar tales excesos. En la Alemania prenazi, Franz von Pappen se hizo tristemente famoso, quien en 1933 jugó un papel crucial en vencer la resistencia del presidente Paul von Hindenburg para nombrar a Hitler como jefe de gobierno y, habiéndose integrado él mismo a ese gobierno, demostró ser totalmente incapaz para controlar el “dinamismo” golpista nazi.

La defensa de la democracia

La defensa de la democracia frente a la extrema derecha pasa por muchas estrategias, algunas a corto plazo, otras a mediano plazo. En el corto plazo, ilegalización, siempre que se viole la Constitución, aislamiento político y atención a la infiltración en las fuerzas policiales, el ejército y los medios de comunicación. En el mediano plazo, reformas políticas que revitalicen la democracia; políticas sociales robustas que hagan efectiva la retórica de “no dejar atrás” a nadie ni a ninguna región del país; en un país como Portugal, hacer el juzgamiento político de los crímenes del fascismo y el colonialismo para, con eso, descolonizar la historia y la educación; promover nuevas formas de ciudadanía cultural y respetar la diversidad que se deriva de ella. Acosada por la ideología global de la extrema derecha, la democracia morirá fácilmente en el espacio público si no se traduce en el bienestar material de las familias y de las comunidades. Solo así la democracia evitará que el respeto ceda al odio y la violencia, y que la dignidad ceda a la indignidad y la indiferencia.

 

Notas:

[1] Véase el Informe de 2020 del Center for Strategic and International Studies, “The Escalating Terrorism Problem in the United States”, de autoría de Seth Jones, Catrina Doxsee y Nicholas Harrington. Disponible en https://csis-website-prod.s3.amazonaws.com/s3fs-public/publication/200612_Jones_DomesticTerrorism_v6.pdf, consultado el 19 de febrero de 2021.

[2] Disponible en https://www.splcenter.org/hate-map, consultado el 19 de febrero de 2021.

Fuente: «Other News».

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viernes, 26 de febrero de 2021

Victor Hugo: Los Crucificados

 

Tal día como hoy de 1802 nacía el gran escritor francés Víctor Hugo. Republicano convencido, poeta, dramaturgo y novelista, es considerado el máximo exponente del Romanticismo en su país. Lo recordamos con este poema sobre el odio y las infamias


Victor Hugo / 26 febrero, 2021 

 Los crucificados

El vulgo aplaude cuanto inventa el odio,
y en tanto que desgarra su laurel
al férvido Aristógiton, de Harmodio
la gloria mancha con amarga hiel.

En sus iras tan solo ver anhela
de la ignominia en afrentosa cruz
a cuanto no se arrastra, a cuanto vuela,
a cuanto no es mentira, a cuanto es luz.

Acusa a Fidias de vender mujeres,
al gran Epaminondas de traidor;
a Sócrates de darse a los placeres;
a Aristides, el justo, de impostor.

A Catón, de arrojar a las murenas
sus míseros esclavos; a Colón,
que al indio libre le forjó cadenas…
¡cadenas que llevó en el corazón!

De avaro a Miguel Ángel; al divino
entre todos los genios, Rafael,
de vender como torpe libertino,
por impúdicos besos su pincel.

Incestuoso Molière; felón el Dante;
Voltaire ateo; Diderot venal;
¡para todos la sátira infamante;
para todos el látigo infernal!

¿A cuál mártir, apóstol o profeta,
a qué artista, guerrero o trovador
no le ha arrancado la mordaz saeta
de la calumnia, un grito de dolor?

¡Uno solo se encuentra inmaculado
de infamias tantas en el gran festín;
uno solo no está crucificado
por las humanas víboras, Caín!

Traducción de R. M. De Mendive

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jueves, 25 de febrero de 2021

Julio Anguita: "Quien paró el golpe de Estado que puso en marcha el rey ...

Covid-19: reducción de casos en todo el mundo


OMS reporta reducción de casos de la Covid-19 a nivel global

 

Diario Octubre

febrero 25, 2021 

Los casos se redujeron en 11 por ciento; y los fallecidos por Covid-19 disminuyeron en 20 por ciento, según la OMS.



La OMS relacionó la disminución de la letalidad a un descenso de los casos producidos por el incremento de las personas vacunadas contra la Covid-19. | Foto: Marca 

Final del formulario

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló en uno de sus recientes informes, que las cifras de los nuevos casos de Covid-19 presentaron una reducción a nivel mundial.

Por primera vez, desde el incio de la pandemia, la OMS confirmó que en el mundo la tendencia de casos positivos a coronavirus, se redujo en 11 por ciento; mientras que las muertes a causa de la Covid-19 disminuyeron en 20 por ciento, entre las fechas del 15 y el 21 de este mes.

De acuerdo con la OMS, la cifra de personas afectadas con el virus, se redujo por seis semanas consecutivas, con 2.400.000 de nuevos casos y casi 66.000 fallecidos.

La OMS relacionó la disminución de la letalidad a un descenso de los casos producidos por el incremento de las personas vacunadas contra la Covid-19.

Además, el organismo detalló que la reducción fue más notoria en América del Norte y del Sur, con un 19 por ciento menos, seguidos del Pacífico Occidental donde se observó el descenso de un 9 por ciento, mientras que en Europa los casos se redujeron un 7 por ciento, al igual que en la región del Mediterráneo Oriental.

Según el informe, la mortandad en estas regiones se redujo, en un 23, 6, 19 y 3 por ciento, respectivamente. Mientras que los decesos por Covid-19 en África disminuyeron en un 20 por ciento, y un 6 por ciento en el Sudeste Asiático.

Pese a la reducción de casos nuevos y los decesos por el nuevo coronavirus que se registró en el último informe de la OMS, desde el organismo han pedido no bajar la guardia ni levantar las medidas establecidas para frenar la transmisión, considerando las nuevas mutaciones que han surgido del virus.

“Hasta este 23 de febrero, se identificaron más de 590.000 secuencias de SARS-CoV-2 a nivel mundial y nuevas variantes de posible interés o preocupación emergen continuamente”, advierte el comunicado.

FUENTE: telesurtv.net

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miércoles, 24 de febrero de 2021

El Covid-19 en su variante estricto de nicho-negocio. Dinero público para la investigación de la vacuna siendo su resultado patente privada para el negocio privado de unos pocos para su mayor gloria y enriquecimiento. Garantía de compra, en el caso de España: las pensiones, dinero particular de todos los trabajadores depositados en las arcas públicas durante generaciones. Vale, no sigamos por este camino porque si no al final vamos a terminar hablando de política y eso ya es pecado de capital. Y ahora, dígame: ¿Qué pasa cuando uno no se entera de lo que pasa y no dejan de pasar cosas? Que cansino eres mi querido Watson y que preguntas más elementales me haces. Cuando uno no se entera de lo que pasa, lo que pasa es que en vez de metérsela simplemente doblada pasan a metérsela con un lacito en la puntita. Eso pasa. ¿Entiendes ya lo que pasa cuando pasa lo que pasa, o no? Mi querido Watson.

 

En esta pandemia la industria farmacéutica está siendo aclamada como la salvadora. Occidente es incapaz de arbitrar medidas realmente efectivas. Se prioriza el beneficio económico y el cortoplacismo antes que la salud.


Beneficios privados o vacuna pública

Eduardo Luque

El Viejo Topo

23.02.2021

En esta pandemia la industria farmacéutica está siendo aclamada como la salvadora. Los desesperados políticos occidentales han puesto todas sus esperanzas en la búsqueda del “Santo Grial” que representa la vacuna. Occidente es incapaz de arbitrar medidas realmente efectivas. Se prioriza el beneficio económico y el cortoplacismo antes que la salud: paradójicamente la mejora de las cifras macroeconómicas no se producirá sino disminuyen los índices de contagio de forma significativa..

El negocio entorno a las vacunas genera un enorme beneficio (para unos pocos) y grandes paradojas: las inversiones públicas en I+D para combatir la epidemia se han traducido en una privatización de las patentes, el mercadeo al mejor postor de las vacunas, el acaparamiento y la utilización de los viales como una forma más de control político.

Las empresas farmacéuticas han conseguido que EEUU y la UE impidan, como exigían la propia OMS y la ONU, la liberalización de las patentes a pesar de haber sido pagadas con fondos públicos. Las empresas farmacéuticas controlan la cantidad y el precio de venta de las vacunas. La propia Comisión Europea ha decidido prolongar la exposición de sus ciudadanos a la pandemia puesto que si la patente fuera libre muchas más empresas podrían producir las dosis. Como señala el Secretario General de la ONU: «Ningún país es seguro y saludable hasta que todos los países son seguros y saludables». La UE ha mostrado nuevamente no sólo su incapacidad para proteger a sus ciudadanos sino su implicación directa en este proceso acelerado de privatización y corrupción sanitaria.

En mayo del 2020 los ejecutivos de la farmacéutica francesa Sanofi ya anunciaron que primero se serviría el producto a EEUU. Con esa premisa, la idea de negociar los 27 para obtener mejores precios, aunque adecuada, se transformaba en irreal; la carrera por las vacunas había hecho añicos esa supuesta unidad. Reino Unido y EEUU habían acaparado la producción, incluso la contratada y pagada por la UE. Las empresas BioNTech-Pfizer, Moderna  y AstraZeneca querían el monopolio aunque no cumplieran las condiciones de producción. AstraZeneca argumentó para incumplir los contratos que lo firmado con Bruselas sólo eran objetivos de producción, no compromisos reales. Esos objetivos de producción provocaron que Bulgaria, que había apostado por la vacuna rusa, fuera sancionada por EEUU y la UE.  Nuevamente la desunida Europa mostraba sus limitaciones.

Los Planes de vacunación han fracasado. Las empresas han incumplido sus compromisos primando los mercados donde podrían obtener mayores dividendos. Pfizer es una de las grandes responsables. Su vacuna, si es que se demuestra eficaz, tiene un enorme problema: su compleja logística ( su conservación a menos 70º ) condiciona su expansión. De aquí a dos o tres meses, especialmente cuando lleguen la rusa Sputnik o la china Sinopharn  que no precisan de tales condiciones, Pfizer perderá mercado;  es por ello que la empresa maximiza sus beneficios ahora, desviando  su producción y dirigiéndola hacia los que pueden pagar más ( Israel, EEUU e incluso el mercado negro).  Presiona y vende.

Todo ésto ha provocado una nueva crisis y un  duro enfrentamiento entre las dos mujeres más poderosas de la UE (las dos alemanas por otra parte); la señora Merkel (que ha tenido que tragarse su orgullo y ha pedido ayuda  a Putin) y la presidenta de la Comisión Europa Ursula Von del Leyen (que se negaba, por el desgaste político que sufriría su imagen). Una vez que Alemania, para salvar sus niveles de vacunación, haya recurrido a la Sputnik, otros dignatarios europeos seguirán los pasos de la canciller. Alemania se  asegura un buen negocio puesto que la vacuna se fabricará en ese país bajo patente rusa. De todas formas el gran vencedor es Vladimir Putin, que podrá presentarse casi como el salvador de Europa. Curiosamente esta vacuna que era carne de memes  en las RRSS ahora se presenta como la nueva salvadora. Los tertulianos y periodistas a sueldo callarán durante unos días hasta que sus dueños les indiquen los nuevos objetivos. La Sputnik abre camino a otras vacunas como la china Sinopharn que ha entrado en territorio europeo de la mano de Serbia con muy buenos resultados y de lo que no se habla. China ha apostado por su zona de influencia más directa que es Asia y ayudará en África (cuatro países inocularan vacunas chinas a costes bajísimos tal y como se prometió) un continente que había sido completamente ignorado por las empresas occidentales.  Es otra de las consecuencias colaterales de la lucha por el control de las vacunas; el control geopolítico y el uso de la enfermedad como medio de presión. Si como sabemos la enfermedad afecta con mayor intensidad y gravedad a las clases más desfavorecidas, igualmente afectará más a los países periféricos. Es por esa razón que los países ricos en su conjunto intentan acaparar el máximo posible de vacunas (más 10000 millones de dosis han apalabrado cuando la población mundial es de unos 7000 millones). El objetivo es establecer un nuevo colonialismo sobre los países más pobres, que serán los que no pueden pagar las vacunas. La política rusa y especialmente la china va camino de romper ese esquema colonial.

Para las multinacionales farmacéuticas occidentales está siendo el sueño dorado. Es un negocio absolutamente redondo, dinero público para investigar ( a fondo perdido), patentes que se privatizan, precios al alza en función de la fuerte demanda…. Todo eso lo estamos viendo a nuestro alrededor, mientras la UE calla. Si en Bruselas hubiera algo de dignidad ya se habría producido un rosario de dimisiones. Frente al envite de las farmacéuticas, Bruselas ha admitido una reducción de los viales del 50% en el primer trimestre del año, acabando así una guerra que jamás ha existido más que en los titulares de los diarios. Finalmente la cifra inicial de vacunas para el primer trimestre que era de 80 millones ha pasado a 42, invalidando los planes de vacunación de toda la UE. El ejecutivo europeo ha querido pasar página rápidamente, que no se hablara del tema, sin embargo, la oposición en el Parlamento Europeo, ha exigido algo de claridad provocando el enésimo enfrentamiento interno. Las declaraciones de la presidenta de los socialistas europeos, los liberales  y de la izquierda exigen más claridad y transparencia en los contratos. El Parlamento europeo espera que la presidenta de la Comisión de explicaciones, algo improbable o en el caso que se produzca con escasas repercusiones reales.

La Comisión europea calló frente a la cuestión de las patentes en la esperanza de que se cumplirían los compromisos. Todo se descubre cuando las compañías decidieron hacer caja rápidamente restringiendo la oferta. Las farmacéuticas decidieron negociar al alza sus contratos desde una posición de fuerza. Los políticos europeos estaban atrapados, se habían encomendado a esas empresas, porque no saben que hacer, y las farmacéuticas aprovechan para cambiar y reinterpretar los contratos en su favor. Las grandes empresas bien posicionadas en las altas instancias de gobierno de la UE han usado ampliamente sus capacidades y Thinks Thanks farmacéuticos. Han conseguido que los contratos puedan incumplirse y que los países europeos se resignen; lo nunca visto.  La pandemia es el paraíso del especulador.  Todo tiene explicación. La industria farmacéutica gasta grandes cantidades en reforzar su influencia política: las 10 compañías más importantes gastan de 14,75 a 16,5 millones al año en cabildeo  en Bruselas según el registro de transparencia de la UE, Este mismo registro nos informa que la gran industria emplea 175 cabilderos cuyo trabajo es influir en la toma de decisiones de la UE, hay unos 60  dedicados a la cuestión sanitaria. Des el inicio de la Pandemia estos grupos se han reunido unas 85 veces con la cúpula de la Comisión Europea..

La reacción social muy sensibilizada ha provocado que el debate sobre los contratos se abra. Ya en 2019 la Corporate Europe Observatory (una institución que denuncia las relaciones en la UE con los grandes grupos de presión empresarial) revelaba como la industria busca y consigue contratos que privatizaban y protegen la Propiedad Intelectual. La consecuencia es el alza en los precios de los medicamentos dejando fuera las economías más débiles. Los documentos que hacía público este observatorio demostraban como la investigación de I+D, incluso la que procedía de fondos públicos, se orientaba a lo rentable en el corto plazo. Se descuidaban intencionadamente otros campos menos interesantes desde el punto de vista económico y que están relacionados con la pobreza y especialmente con la protección de futuras pandemias. En agosto del 2020 un periódico belga revelaba que Richard Bergström uno de los 7 negociadores de la UE cobraba a su vez de dos empresas farmacéuticas (Hölzle Buri & Partner Consulting y PharmaCCX), los otros 6 nombres son un secreto. Pero no sólo altos funcionarios de la UE sino embajadores acreditados en Bruselas han sido debidamente “recompensados”.

La polvareda levantada por el tema de los contratos con las farmacéuticas ha obligado a la Comisión europea a mover ficha. Se arbitró un método para que los europarlamentarios tuvieran acceso a la documentación. Las condiciones impuestas para la consulta de esos documentos muestran el miedo a la transparencia. Tienen miedo a que sepamos, entre otros cosas, que los acuerdos incluyen una serie de cláusulas que eliminan la responsabilidad de las farmacéuticas sobre los efectos secundarios de la medicación así como de la eficacia de los tratamientos.

La ocultación de estos contratos leoninos es ahora el objetivo de la Comisión. El acceso a la información está terriblemente restringida, los parlamentarios europeos tendrán habilitada una sala especial donde se expondrá el contrato que se demande. En el caso concreto de Pfizer el parlamentario tiene prohibido entrar con móvil, papel ni lápiz, no podrá tomar notas de ninguna forma en un documento que aparece previamente lleno de tachones precisamente en las zonas más sensibles.[1] El parlamentario tiene acceso controlado a una de tres franjas horarias a escoger y tendría un tiemplo limitado de unos 50 minutos para analizar un documento de 65 páginas que es especialmente denso; previamente está obligado a firmar un contrato de confidencialidad conforme que no podrá hacer público lo que ha leído.

Occidente se enfrenta a un enorme dilema: al permitir comportamientos fuera de toda ética por parte de la industria farmacéutica se está prolongando la pandemia y la muerte de decenas de miles de personas en nombre del beneficio. De nuevo la pandemia pone de manifiesto una cosa mil veces denunciada que son los efectos de las políticas de austeridad sobre el sector público sanitario. En realidad la pandemia es un regalo del cielo para impulsar los planes de recorte y privatización en sanidad, enseñanza, pensiones.…

Los fondos europeos de Reconstrucción tal y como dejábamos escrito en otras ocasiones[2] no serán gratuitos; están condicionados. La Comisión europea propone  incluir determinados recortes sanitarios a cambio de recibir los Fondos de Próxima Generación. Los planes de rescate y las recomendaciones del semestre europeo recién estrenado son un buen ejemplo. Esos recortes tienen como objetivo el cada vez más escuálido Estado de Bienestar. La propuesta enviada por la ministro Calviño a la UE incluye por ejemplo, las pensiones públicas españolas como garantía de devolución de las mencionadas ayudas europeas, mientras ya se plantea en el nuevo semestre europeo la reducción en los tratamientos hospitalarios, la  disminución de la estancia en los centros médicos [3] y la introducción de fórmulas de financiación que sancionen a los “pacientes reincidentes” (pacientes crónicos). Todo esto tiene una base muy sólida no son especulaciones ni Face News. Los informes de Corporate Europe Observatory ponen de manifiesto que el desmantelamiento de los sistema de salud pública son responsabilidad de la Unión Europea, el documento dice textualmente: «la presión de la UE para recortar el gasto público, incluso a lo largo del Semestre Europeo, ha contribuido a la mercantilización de los sectores de la salud y el cuidado de las personas mayores, con efectos catastróficos durante el Covid-19».  En los últimos años en no menos de 63 ocasiones la Comisión europea ha recomendado a los países la reducción de los presupuestos de sanidad. Las privatizaciones y recortes a los que han sido sometidos los países especialmente del Sur forman parte de un proyecto impulsado por la Comisión Europea al que tienen acceso franco los lobbys médicos como la UEHP (Unión Europea de Hospitales Privados).  La Comisión Europea ya ha constatado que la mitad de los fondos sanitarios del fondo Next Generation van a ir al complejo privado, aunque será pagado con el esfuerzo de todos.

El nuevo colonialismo

El mundo puede necesitar algo más de 10 mil millones de dosis de vacunas COVID-19. La desigualdad distribución de las mismas revela nuevamente la existencia de una auténtica lucha por su control. No se entiende de otra forma el acaparamiento de todas las dosis posibles: EEUU tiene encargadas 2600 millones de dosis, el 393% más de lo necesario. Canadá puede proporcionar cinco vacunas de dos dosis a toda su población.  La Comisión Europea no va a la zaga dice que controla 2300 millones potenciales de dosis (para una población de 447 millones) tras sellar acuerdos con seis empresas diferentes: BioNTech-Pfizer (hasta 600 millones de dosis); AstraZeneca (hasta 400 millones de dosis); Sanofi-GSK(hasta 300 millones de dosis); Johnson and Johnson (hasta 400 millones de dosis); CureVac(hasta 405 millones de dosis); Moderna (hasta 160 millones de dosis). Falta por incluir los viales que se quieren comprar a Sputnik. Por si no fuera suficiente se mantienen conversaciones con Novavax (200 millones) y Valneva (60 millones) Tres empresas están comercializando su productos en este momento: BioNTech-Pfizer ( autorizada el 21 de diciembre de 2020), Moderna (6 de enero de 2021) y AstraZeneca (29 de enero). Es evidente que los países ricos han hecho causa común con las compañías farmacéuticas. Según indicó el director ejecutivo de la estadounidense Pfizer, Albert Bourla, «los inversores dan dinero para que podamos desarrollar soluciones» , se olvidó mencionar las enormes inversiones públicas realizadas en favor de estas empresas en infraestructuras y preparación de científicos a cambio de nada. Este acaparamiento no tiene sentido ni desde la perspectiva ética ni lógica puesto que mientras existan países que no puedan vacunarse el riesgo sigue siendo  global. El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunciaba que mientras los 49 Estados más ricos habían administrado 39 millones de dosis en África un país sólo había obtenido 25, ni 25000, ni 250000 sino únicamente 25. Por otra parte el acaparamiento trae consigo un alza artificial de los precios que deja, aún más, a los países pobres completamente desprotegidos. Más de 79 países en el mundo no tendrán ningún tipo de vacuna durante el 2021, la OMS especula que otros muchos deberán esperar hasta el 2024. Lo señalábamos en anteriores análisis. El acceso a las vacunas abre aún mas la brecha social entre personas y países. Vemos como los poderosos se saltan los protocolos  médicos en la misma medida que aparece el mercado negro, por ejemplo la Pfizer y Moderna se venden a precios asombrosos en la red oscura. Los medios de comunicación japoneses también revelaron como vacunas chinas fueran robadas desde su lugar de destino e introducidas en el mercado negro japonés. Igual ha ocurrido en Medio Oriente.

El Plan COVAX

La OMS Y LA ONU han diseñado un mecanismo internacional de intercambio de vacunas denominado COVAX que comenzará a operar aunque a pequeña escala en febrero o marzo. El director general de la OMS y el coordinador del proyecto afirmaron que habían podido recaudar 6000 de los 7000 millones necesarios para promover la entrega de vacunas a 92 países de ingresos bajos. Tres grandes fabricante chinos Sinovac, Sinopharm y CanSinoBio han presentado solicitudes para unirse al plan. Es un proceso lento y laborioso puesto que la OMS exige los mismos estándares de calidad que para las vacunas en países occidentales. Hasta ahora las compras confirmadas cubren 7.200 millones de dosis, con otros 5.200 millones de dosis actualmente en negociación o reserva según datos de la Universidad de Duke. El gran problema de la OMS es que es un organismo que proporciona asesoramiento únicamente y no supervisión obligatoria.

Los países ricos juegan para sus nacionales con un argumento excluyente. Europa lo transcribe como si se tratara de: “ nosotros o el resto del mundo”, cuando el planteamiento debería ser; ¿Que queremos, beneficios privados a través de las patentes o una vacuna pública y común? En realidad esa es la elección. Una pregunta a la que el Capitalismo Neoliberal responde con más muertes y más sufrimiento.

Notas:

[1]Es interesnate a este respecto consultar la entrevista a Marc Botenga un Eurodiputado del Parti du Travail belga en : “Hemos pagado cuatro veces el valor de la vacuna. Las patentes deben retirarse, es una pandemia” | ctxt.es

[2]Ver artículo https://www.elviejotopo.com/topoexpress/europa-muchas-sombras-y-poca-luz/

[3]https://corporateeurope.org/en/2021/01/when-market-becomes-deadly

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