jueves, 13 de diciembre de 2012

SALUD Y LARGA VIDA A LAS COMPAÑERAS REPUBLICANAS Y REPUBLICANOS DEL BARRIO ZARAGOZANO DE TORRERO


XV ANIVERSARIO DE LA PROCLAMACION DE LA REPUBLICA INDEPENDIENTE DE TORRERO






Foto de la Sociedad Municipal zgz., del Puente de la Avenida de América sobre el Canal Imperial de Aragón, a su paso por el Barrio de Torrero, Zaragoza, cuyo Barrio hace 15 años tuvo los santísimos cojones de declararse República Independiente de Torrero. ¡Ahí queda eso!



Saluda 

A Vd. y tiene el placer de invitarle a los actos que con motivo del XV Aniversario de la proclamación de esta República se celebrarán el domingo día 16 de diciembre de 2012, a las 12.00 horas, en la Plaza de Las Canteras con arreglo al siguiente programa: 

• Lectura del Manifiesto Republicano 2012

 • Coro Libertario de la República Independiente de Torrero

 • Nombramiento de embajadores que este año serán: 

o Plataforma Stop Desahucios 

o Pueblo de Artieda 

• Intervención callejera en homenaje a las mujeres víctimas de la violencia machista. • 

El acto será regado con los afamados Vinos del Barranco de la Muerte y servirá de encuentro entre las y los ciudadanos de esta República Independiente, Libre y Cachonda.

A las 14.30 horas tendrá lugar una comida en los locales de la AV, calle Granada 43, previa inscripción y pago de 8 euros. 

Sin otro particular y esperando contar con su presencia aprovechamos la oportunidad para desearle un feliz solsticio de invierno. 

 Salud y República 
Torrero, diciembre 2012 

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CC.OO : ESTUDIO SOBRE LA FISCALIDAD EN ESPAÑA

 EL IMPUESTO DE SOCIEDADES, PRINCIPAL RESPONSABLE DE LA CRISIS ESPAÑOLA

 (2/4)


Manuel Lago 
Economista del Sindicato Nacional de CCOO de Galicia Noviembre de 2012

3. UN IMPUESTO CAMINO DE LA IRRELEVANCIA QUE AFECTA A LA SUFICIENCIA Y A LA EQUIDAD 

La crisis económica tiene consecuencias negativas sobre las bases imponibles de todos los impuestos porque caen la actividad, las ventas, el consumo, el empleo, los salarios y, obviamente, los beneficios empresariales. Sin embargo, en el periodo 2006/2011 existe un patrón de funcionamiento homogéneo en el conjunto de los impuestos, con la única excepción del que grava los beneficios de las empresas.

El IRPF, el IVA y los impuestos especiales alcanzan su máximo potencial recaudatorio en 2007. Por el contrario, en ese ejercicio, que es el último año expansivo de la economía española, el impuesto de sociedades ya empieza a perder capacidad recaudatoria.

La crisis se hace explícita en 2008 y provoca una caída en los ingresos que afecta a todos los impuestos. El ejercicio 2009 marca el peor momento del ciclo de la crisis en términos de recaudación pero también señala un punto de inflexión.

 La vuelta a un débil crecimiento en 2010 y 2011, pero sobre todo los cambios normativos en el proceso de consolidación fiscal, tienen como resultado la recuperación de ingresos en todos los impuestos, con la única excepción del impuesto de sociedades.

Mientras que la recaudación por IRPF aumentaba el 9% entre 2009 y 2011, el IVA el 10% y los impuestos especiales se mantenían estables, el impuesto de sociedades caía el 23%.

Parece evidente que deben existir más razones que la crisis para explicar una evolución diferenciada y exclusiva de una de las figuras tributarias, que rompe con el patrón evolutivo de todas las demás. Este funcionamiento diferencial del impuesto de sociedades está provocando que año tras año avance en el camino de convertirse en un impuesto cada vez menos relevante en términos de recaudación. 

PARTICIPACIÓN DEL IMPUESTO DE SOCIEDADES 
                                                   2006         2007          2008            2009          2010           2011
 TOTAL IMPUESTOS                          183.525     184.679     2.159.495       152.676       159.885       158.516
 IMPUESTO DE SOCIEDADES         41.675     35.254            20.738         17.373         14.673        13.383 
 % I. S./TOTAL IMPUESTOS                 23%         19%               13%           11%             9%              8%
Elaboración propia con datos de la Agencia Tributaria. En millones de euros

En el ejercicio 2006, los ingresos aportados por este impuesto equivalían al 23% de la recaudación total. Esto es, de cada 100 euros recaudados, las empresas aportaban 23 a través de la imposición sobre sus beneficios.

En 2011 esa contribución es ya de tan solo el 8%, lo que coloca el IS en un nivel menor en términos comparados con el resto de figuras tributarias. El proceso de pérdida de peso es continuo, sostenido y tiene todo el aspecto de estar aún inacabado. 

Del 23% de aportación en 2006, se pasa al 19% en 2007, al 13% en 2008, al 11% en 2009, al 9% en 2010 hasta caer a un mínimo en la historia fiscal española con el 8%. 

Una idea ilustrativa del descalabro en esta figura impositiva la proporciona la siguiente comparación. En 2006, la recaudación del impuesto de sociedades multiplicaba por 2,2 veces la de los especiales. En 2011, la situación cambiaba de forma radical porque estos últimos aportaron un 42% más que el I. S.

Y, obviamente, no estamos hablando solo de pérdida de recaudación y, por lo tanto, de los problemas de suficiencia del sistema. Hablamos también de equidad, porque la redistribución de la carga impositiva está suponiendo un reparto injusto de la factura fiscal. Aportan más los impuestos indirectos que gravan el consumo (IVA y especiales), aumenta el IRPF (que es fundamentalmente un impuesto sobre las rentas salariales) y cae la tributación directa sobre los beneficios empresariales.

Un auténtico desastre: caen los recursos para financiar las políticas públicas al tiempo que la carga fiscal recae cada vez más sobre los asalariados y los consumidores.

 4. LA CAÍDA DE  LOS BENEFICIOS SOLO EXPLICA UNA PARTE 

La respuesta simplista para explicar esta caída de ingresos es que las empresas ganan menos y, por lo tanto, la recaudación se reduce. Esto es, la crisis provoca una caída en los beneficios y, en consecuencia, caen los impuestos que los gravan.

 Sin embargo, un análisis con un mínimo de detalle demuestra que esta respuesta simple solo es parcialmente cierta; y que si acercamos la lupa un poco, se descubren otras razones mucho más relevantes para explicar la realidad.

 Para empezar, es cierto que el resultado contable cae, pero también lo es que la base imponible del impuesto se reduce mucho más, convirtiéndose en una de las claves explicativas de la caída de la recaudación.

 Lo primero que hay que destacar es que los beneficios de las empresas y la base imponible del impuesto son conceptos diferentes. Incluso cada vez más diferentes.

 Y aquí está la primera vía de agua por la que se escapa la recaudación. Porque, en el extremo, la base imponible del impuesto debería ser el resultado declarado, de forma que las empresas tributaran por sus beneficios reales. Pero no es así. Y cada vez menos.

 El impuesto se ha ido haciendo más complejo y existe una enorme y prolija casuística por la que se reduce el resultado contable hasta llegar a la base imponible. Estas reducciones se pueden agrupar en tres categorías: las correcciones al resultado, los ajustes de consolidación y la compensación de bases imponibles negativas de ejercicios anteriores.

 La aplicación de esta ingeniería fiscal —en especial en los grandes grupos empresariales como después se verá— provoca una caída de la base imponible muy superior a la reducción del beneficio. 

 DEL RESULTADO CONTABLE A LA BASE IMPONIBLE

                                          2006     2007     2008      2009     2010     2011 
RESULTADO 
CONTABLE                               209.642    218.019     182.157      182.076     156.835    115.852 


Correcciones 
 resultado c. ajustes  
consolidación 
compensación
pérdidas bases 
imponibles tipo cero        –30.610     –40.505     –70.555     –82.775     –80.433     –46.746
BASE IMPONIBLE                    179.032     177.514      111.602        99.301       76.402       69.106
Elaboración propia con datos de las memorias de la Agencia Tributaria. En millones de euros

En el año inicial del periodo estudiado, las empresas españolas obtuvieron un resultado contable positivo de 209.642 millones de euros que, después de correcciones, ajustes y compensaciones, se transformaron en una base imponible de 179.032 millones de euros, que equivalen al 85% del resultado. 

 En el año 2010, con unos resultados de 156.835 millones de euros, la base imponible se reduce hasta los 76.402 millones, una cifra que ya no llega ni al 50% de los resultados.

 Este diferencial tan enorme entre resultado y base imponible es una de las explicaciones fundamentales de la caída de la recaudación. Porque es cierto que los beneficios caen, pero lo hacen en un porcentaje muchísimo menor que la base por la que tributan las empresas.

 Desde 2006 a 2009 y utilizando valores nominales, los beneficios empresariales se redujeron el 13%, mientras que la base imponible se desplomó el 44% en ese mismo periodo.

 No se trata de un pequeño diferencial explicado por la crisis. La caída de la base imponible multiplica por 3,3 veces la reducción de los beneficios porque los ajustes, correcciones y compensaciones se disparan. 

Si en 2006 el total de estas reducciones del resultado sumaban 30.610 millones de euros, en 2009 llegan hasta los 82.775 millones de euros: casi se triplican en apenas cuatro años. 

 En una revisión más amplia de este trabajo se abordará el análisis en detalle de este asunto. 

Pero para saber algo más de su composición se pueden dar los últimos datos conocidos, que son los del año 2010.

 En este ejercicio, las empresas aplicaron correcciones al resultado contable por un importe de 20.760 millones de euros, que corresponden a exenciones por doble imposición, la libertad de amortización, entidades de tenencia de valores extranjeros y otras.

 Además, aplicaron ajustes por consolidación por un importe de 40.440 millones de euros, realizaron compensaciones por bases imponibles negativas de ejercicios anteriores por un importe de 14.795 millones de euros y aplicaron 3.988 millones de euros por bases imponibles a tipo cero.

 Volviendo a una perspectiva general, en el periodo 2006-2010, la caída de la base imponible del impuesto de sociedades fue de 103.000 millones de euros, de los que 53.000 millones se deben a los menores beneficios y los otros 50.000 a los ajustes realizados por las empresas.

Esto es, la menor base imponible y, por lo tanto, la menor recaudación final se deben casi a partes iguales a unos menores beneficios y a la ingeniería fiscal. 

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