miércoles, 11 de septiembre de 2024
Entrevista a Susana Martín Belmonte, experta en política monetaria
«Hay que democratizar los
bancos centrales»
Rebelion
11/09/2024
Fuentes: El
diario [Imagen: Susana Martín Belmonte durante la entrevista]
La economista combate el mito neoliberal de que estos organismos están
completamente separados de la política y son regidos por profesionales y
tecnócratas que basan sus decisiones en criterios científicos
La
configuración de los bancos centrales como organismos completamente separados
de la política, regidos por profesionales y tecnócratas que basan sus
decisiones en criterios científicos, es uno de los mitos mejor instalados en el
debate público, pero se trata únicamente de un dogma neoliberal.
Así lo explica,
con estilo didáctico y múltiples ejemplos, la economista especializada en
política monetaria Susana Martín Belmonte en una nueva entrega de la serie Economía fuera del carril, que
aspira a dar a conocer tradiciones económicas solventes alejadas de los
planteamientos de la economía ortodoxa. La serie es una coproducción de la
revista Alternativas
económicas y elDiario.es y cuenta con el apoyo del
programa de proyectos singulares para la economía social de la Generalitat de
Catalunya.
Martín Belmonte,
formada en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) pero afincada en Barcelona,
es investigadora de Revo-Prosperidad Sostenible y una de las mayores expertas
en monedas sociales y complementarias, aunque en los últimos años ha puesto el
foco en la reforma de los circuitos monetarios convencionales y, sobre todo, en
el Banco Central Europeo (BCE).
Ahí reside “la
madre del cordero” para poder abordar en la práctica cualquier debate político
posterior: a través de la política monetaria se genera el terreno de juego en
el que podrán discurrir luego (o no) las medidas que los Gobiernos y
Parlamentos quieran implementar. Y pese a su enorme importancia, las decisiones
las toman expertos que no deben responder a ningún control o mandato
democrático, sino únicamente a las propias reglas de la institución, cuya gran
prioridad es mantener a raya la inflación sin detenerse en las consecuencias
que tengan para la gente de carne y hueso.
De ahí que para
Martín Belmonte sea urgente “democratizar los bancos centrales y el sistema
monetario y financiero”, alineando sus objetivos con los grandes retos que
tienen planteados los gobiernos y las instituciones europeas. Muy
singularmente, la transición energética para mitigar el cambio climático, pero
también las políticas de vivienda o de empleo, entre otras.
La creación del dinero
En la
entrevista, de una hora de duración, la economista desmenuza el proceso de
creación de dinero para tratar de desmentir algunos de los dogmas más
arraigados de la doctrina neoliberal, que suele presentar como meramente
técnicas opciones que “en realidad reflejan posiciones de poder”.
A su juicio, el
sistema monetario actual está diseñado para proteger los intereses de la banca,
que en su opinión ha suplantado en la práctica a los gobiernos como los
fabricantes de dinero realmente existentes. Con ello, la banca ha redirigido
este circuito clave hacia sus propios intereses y no a los de la ciudadanía,
como se vio con las medidas extraordinarias impulsadas por las autoridades
monetarias para financiar la reestructuración financiera ante la fenomenal
crisis global de finales de la década de 2000, lo que contrasta con las
apelaciones constantes a la disciplina fiscal pese a la existencia de retos muy
acuciantes para la ciudadanía y el planeta.
No obstante,
Martín Belmonte considera que en la arquitectura legal del BCE existen
resquicios suficientes para poder impulsar otro tipo de políticas monetarias,
que prioricen la financiación de la transición energética, que requiere
ingentes cantidades de dinero.
La economista
coincide en buena medida con los postulados de la Teoría Monetaria Moderna,
impulsada sobre todo por académicos progresistas en EEUU. Relativiza la
importancia de reducir a toda costa el déficit público y la deuda pública como
exige la doctrina neoliberal. Y es especialmente crítica con la visión que
equipara los límites presupuestos de un Estado con los de una familia, una de
las metáforas más utilizadas por los que priorizan las políticas de
austeridad.
Todo Gaza es objetivo militar
Cada lugar de Gaza
–incluyendo los colegios– es un objetivo militar. Al menos 40.000 palestinos
han muerto por los bombardeos israelíes desde el pasado octubre y 2 millones de
palestinas y palestinos han sido desplazados de sus hogares. El genocidio continúa.
Todo Gaza es objetivo militar
El Viejo Topo
11 septiembre, 2024
Es casi como si
el ejército israelí tratara de reunir al mayor número posible de palestinos en
un mismo lugar para luego asesinarlos a todos. Ahmed Abed y su familia huyeron
de la escuela de Dalal al-Maghribi a principios de agosto después de que un
ataque aéreo israelí los desplazara. Ese ataque aéreo mató a 15 palestinos que
se habían refugiado allí después de que Israel bombardeara sus casas en el
barrio de Ash Shujaiyeh de la ciudad de Gaza. La familia llegó a la escuela
al-Taba’een, una escuela privada con una mezquita anexa, que albergaba a 2.500
personas. Desde que los israelíes comenzaron su último bombardeo sobre Gaza en
octubre de 2023, los palestinos se han refugiado en escuelas privadas y en
escuelas gestionadas por las Naciones Unidas (ONU). La ONU informa que, en
la Franja de Gaza, los ataques israelíes han dañado 190 de sus instalaciones,
la mayoría de ellas escuelas. Quedan pocos santuarios en Gaza. Estas
escuelas –privadas o de la ONU– son los únicos lugares que se
consideraban relativamente seguros.
A las 4:30
horas del 10 de agosto, cazas israelíes sobrevolaron la ciudad de Gaza y
lanzaron bombas GBU-39 de 250 libras, de fabricación estadounidense, sobre la
escuela y la mezquita de al-Taba’een. En ese momento, un gran número de
habitantes había hecho cola en la mezquita para ir a la oración del Fajr o del
amanecer. Las bombas alcanzaron a la gente que estaba cerca de la mezquita,
matando al menos a 100 palestinos. Se trata de una masacre que tuvo lugar justo
cuando los Estados Unidos decidieron rearmar
a Israel con este tipo de armas. Sarah Leah Whitson, ex directora de la
división de Oriente Próximo y Norte de África de Human Rights Watch, escribió que la venta de armas a
Israel por parte de los Estados Unidos el día de este bombardeo demostraba un
«condicionamiento pavloviano para un ejército salvaje».
Los Estados
Unidos, a pesar de las declaraciones ocasionales sobre la retención de armas,
ha armado sistemáticamente a Israel durante esta guerra genocida. Desde 1948,
los Estados Unidos han proporcionado armas
a Israel por valor de 130.000 millones de dólares. Entre 2018 y 2022, el 79% de
todas las armas vendidas a Israel procedían de los Estados Unidos (el siguiente
fue Alemania, que suministró el 20% de las importaciones de armas de Israel).
Las ventas de armas estadounidenses han llegado en racimos deliberadamente
pequeños, de menos de 25 millones de dólares por venta, para que no requieran
el escrutinio del Congreso estadounidense y, por tanto, fuera del debate público.
Desde octubre de 2023 hasta marzo, los Estados Unidos aprobaron 100 de
estas pequeñas ventas, que ascienden a más de 1.000 millones de dólares en
venta de armas, incluida la GBU-39. Es importante saber que la bomba, creada en
los Estados Unidos, fue probablemente cargada en un caza israelí por un técnico
estadounidense destacado en las bases israelíes.
Un patrón de ataques contra escuelas
Mahmoud Basal,
portavoz de la unidad de defensa civil de Gaza, dijo que los
médicos que llegaron al lugar de los hechos en la escuela de al-Taba’een, muchos
de ellos ya veteranos de este tipo de violencia, estaban desconcertados por lo
que encontraron. «La zona de la escuela está sembrada de cadáveres y partes de
cuerpos», dijo. «Es muy difícil para los paramédicos identificar un cadáver
entero. Hay un brazo aquí, una pierna allá. Los cuerpos están despedazados. Los
equipos médicos permanecen impotentes ante esta horrible escena». Al menos
40.000 palestinos han muerto por los bombardeos israelíes desde el pasado
octubre y 2 millones de palestinas y palestinos han sido desplazados de sus
hogares.
En el periodo
previo al ataque contra la escuela de al-Taba’een, las fuerzas israelíes han
intensificado sus bombardeos contra las escuelas de Gaza que sirven de refugio.
En julio, el ejército israelí atacó 17
escuelas en Gaza, matando al menos a 163 palestinos. En la semana anterior al
10 de agosto, Israel atacó las escuelas Khadija y Ahmad al-Kurd en Deir
al-Balah asesinando a 30 palestinos (27 de julio), la escuela Dalal Moghrabi en
Ash Shujaiyeh asesinando a 15 palestinos (1 de agosto), las escuelas Hamama y
Huda en Sheikh Radwan asesinando a 16 palestinos (3 de agosto), las escuelas
Hassan Salame y Nasser en al-Nassr asesinando a 25 palestinos (4 de agosto), y
las escuelas al-Zahraa y Abdul Fattah Hamouda asesinando a 17 palestinos (8 de
agosto).
Esta secuencia
de ataques contra escuelas se produjo antes del bombardeo del 10 de agosto, lo
que demuestra que existe un patrón de ataques contra civiles que buscan refugio
en las escuelas. La masacre de al-Taba’een es el veintiunavo ataque
de Israel contra una escuela que sirve de refugio desde el 4 de julio. Ahmed
Abed perdió a su cuñado Abdullah al-Arair en la masacre de al-Taba’een. «No hay
otro lugar adonde ir», dijo. «Todos los
lugares de Gaza son un objetivo».
Negaciones israelíes
Israel aceptó
que había bombardeado estas escuelas, pero negó que hubiera matado a civiles.
De hecho, Israel ya no menciona lugares como al-Taba’een y Dalal Moghrabi como
escuelas; los llama «instalaciones
militares». El ejército israelí dijo que había matado al menos a 20 «operativos
terroristas», ya que al parecer afirmó haber
alcanzado una «activa sala de mando de Hamás y de la Yihad Islámica Palestina
incrustada dentro de una mezquita». Las autoridades israelíes dieron a conocer
los nombres de al menos 19 personas que, según afirmaron, eran altos operativos
de Hamás y la Yihad Islámica.
El Monitor
Euromediterráneo de Derechos Humanos, una organización independiente con sede
en Suiza, estudió las
afirmaciones de los militares israelíes y comprobó que no se ajustaban a los
hechos. El personal del Monitor fue a la escuela, hizo una encuesta entre los supervivientes
y revisó el registro civil controlado por Israel para encontrar los nombres. La
«investigación preliminar del equipo descubrió que el ejército israelí utilizó
en su lista nombres de palestinos muertos en incursiones israelíes, algunos de
los cuales habían muerto en incursiones anteriores». Las tres personas
asesinadas con anterioridad, pero cuyos nombres aparecían en las listas
israelíes, son Ahmed Ihab al-Jaabari (muerto el 5 de diciembre de 2023),
Youssef al-Wadiyya (muerto el 8 de agosto de 2024) y Montaser Daher (muerto el
9 de agosto de 2024). La lista israelí también incluía a tres civiles ancianos
que no tienen relación con ningún grupo militante, entre ellos Abdul Aziz
Misbah al-Kafarna (director de una escuela) y Yousef Kahlout (profesor de
lengua árabe y teniente de alcalde de Beit Hanún). La lista incluye también a
seis civiles, «algunos de los cuales eran incluso oponentes de Hamás».
Es sorprendente
que, incluso en sus propias declaraciones, los oficiales israelíes parecen
inseguros sobre sus afirmaciones. El contralmirante Daniel Hagari, del ejército
israelí, dijo que «varios
indicios de inteligencia» muestran que había una «alta probabilidad» de que
Ashraf Juda, un comandante de la Brigada de Campamentos Centrales de la Yihad
Islámica, estuviera en la escuela de al-Taba’een. Pero los israelíes no
pudieron confirmarlo. Así pues, los israelíes mataron a 100 civiles a pesar de
que no estaban seguros de si su objetivo se encontraba en ese momento en las
instalaciones.
El ejército
israelí ha establecido un patrón para su campaña genocida. Primero bombardea
barrios civiles, enviando a la gente aterrorizada a refugios como escuelas y
hospitales. A continuación, anuncia órdenes de evacuación general de toda una
zona, obligando a la gente de estos refugios a vivir con miedo, ya que muchos
de ellos no tienen los medios para abandonarlos y dirigirse a otros lugares (de
hecho, «no hay ningún otro sitio al que ir», dijo Ahmed Abed). Tras dar estas
órdenes de evacuación, Israel bombardea los refugios protegidos, incluidos
hospitales y escuelas, con el argumento de que son objetivos militares. Esta
fórmula se aplicó en la ciudad de Gaza y en otras partes de la franja.
Ahora, Israel
ha anunciado órdenes
de evacuación forzosa para la población de Khan Younis, una ciudad del centro
de Gaza. Junto a estas órdenes, las fuerzas israelíes han iniciado ataques
aéreos y de artillería en el extremo oriental de Khan Younis. Ahora veremos
este tipo de ataques contra escuelas y hospitales que son refugios para gente
desesperada en el centro de Gaza, con cada edificio visto por los israelíes
como un objetivo militar legítimo.
Fuente: Globetrotter