lunes, 24 de noviembre de 2014

LA SEXTA: SE COGE ANTES A LA SEXTA NOCHE QUE A UN COJO


RESPUESTA FRENTE A LA MANIPULACIÓN Y LA MENTIRA EN EL PROGRAMA DE LA SEXTA NOCHE


Artículo publicado por Juan Torres y Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 24 de noviembre de 2014.
Este artículo denuncia el comportamiento que se presentó en el programa La Sexta Noche, en el que se manipuló y mintió en la presentación de los puntos de vista de los profesores Juan Torres y Vicenç Navarro en su documento preparado en respuesta a la petición de la dirección de Podemos, en el que se analiza la realidad económica y social de España y la manera de salir de la crisis actual.
A raíz de la petición por parte de la dirección de Podemos de escribir un documento sobre la situación económica y social de España con propuestas para mejorarla y salir de la crisis, hemos recibido una gran hostilidad por parte de gran número de medios de comunicación. Ello nos ha obligado a denunciar públicamente la vergonzosa y antidemocrática manipulación que se ha realizando de nuestro pensamiento y de nuestra trayectoria profesional en tales medios. El último caso se dio la noche del sábado pasado cuando La Sexta emitió un programa aparentemente dedicado a analizar el programa económico de Podemos.
Como viene siendo habitual, con tal de atacar a la nueva formación política y a sus dirigentes en ese programa se nos presentó, en tanto que autores de dicho documento, como personas que no somos, atribuyéndonos posturas que no tenemos y mostrando un gran desconocimiento, no solo de la propuesta que hemos hecho a Podemos (que no se ha hecho pública todavía) sino de nuestro pensamiento.
Cualquier persona que haya leído mínimamente nuestra obra sabe que nuestras posiciones económicas difieren de las que nos fueron atribuidas en dicho programa:
- Nuestra visión de la renta básica no es la de salario ciudadano universal sino la que indica que se establezca el derecho a percibir un ingreso garantizado por parte de todas las personas que por causas ajenas a su voluntad estén en situación de pobreza.
- No es verdad que hayamos propuesto la jubilación a los 60 años. Nosotros proponemos que la jubilación se reconozca como un derecho legal y que se reestablezca a los 65 años con carácter general pero flexibilizando dicho criterio en función de la naturaleza del trabajo realizado, algo que ya existe en países como Estados Unidos.
- Tampoco decimos que la deuda no tenga que pagarse. Sí decimos que debe auditarse y que aquella que se haya generado por medios irregulares o ilegítimos debe renegociarse o, si llegara el caso y como ha ocurrido en otros muchos países incluso avanzados económicamente y momentos de la historia, repudiarla. Y como la experiencia muestra que la inmensa mayoría de la crisis de deuda como la nuestra ha acabado con algún tipo de reestructuración o impago, proponemos que España se prepare para hacer frente a ese tipo de situaciones que, a nuestro juicio, es muy probable que se den, no solo en nuestro país sino también en otros de la Eurozona. Una percepción compartida por otros economistas de gran prestigio como el Premio Nobel Joseph Stiglitz o los directores del prestigioso Center for Economic and Policy Research de Washington Dean Baker y Mark Weisbrot, y sin olvidar que a raíz del problema argentino hasta el FMI prestó apoyo a su gobierno para llevar a cabo la reestructuración.
- Una de nuestras propuestas centrales para reducir el paro y crear empleo es aumentar la masa salarial y la demanda y hacer que el sector público aumente la inversión en la subdesarrollada y subfinanciada infraestructura social. Sabemos, por ejemplo, que si España tuviera una persona de cada cinco, como tenía Suecia en 2010, en los servicios públicos -de los cuales la mayoría son los del Estado de Bienestar- en lugar de una de cada diez, tendríamos más de tres millones y medio de empleos adicionales en nuestro país, eliminando una buena parte del desempleo. Esta inversión se puede financiar si se consigue que los ingresos públicos se correspondan con los estándares de nuestro entorno más avanzado, lo cual a su vez es posible si se combate con eficacia el fraude y la elusión fiscal y se hace una reforma fiscal auténticamente (y no solo nominalmente) progresiva.
- También se ridiculizaron otras dos de las propuestas que venimos defendiendo desde hace tiempo con el fin de garantizar el acceso al crédito de empresas -sobre todo medianas y pequeñas- y familias. Una, en la misma línea que el Premio Nobel Stiglitz, consistente en nacionalizar sectores de la banca en lugar de rescatar tanto a la privada. Y otra, orientada a aumentar el sector bancario público, muy escaso en comparación con el de otros países de la Eurozona.
- España debe ensayar su propio modelo económico y social pero debe aprender de lo que se ha hecho en otros países en donde se ha avanzado más y mejor en la satisfacción de las necesidades de la mayoría de la población. Y creemos que el mayor obstáculo para ello es que los grandes centros de poder económico y financiero tienen en nuestro país una influencia inusitada. De ahí nuestra simpatía hacia los partidos y movimientos que vienen haciéndoles frente para tratar de establecer condiciones de mayor democracia, justicia y bienestar.

Tal y como anunciará o ha anunciado ya la dirección de Podemos, el próximo jueves se hará público el documento que hemos entregado con nuestra propuestas de bases y estratégicas para que colectivamente se desarrollen sus propuestas de gobierno, iniciando así un debate dentro y fuera de tal formación política. Confiamos en que sea de utilidad a toda su militancia y al conjunto de la sociedad, reclamamos un debate plural sobre estos temas económicos y sociales, y rechazamos el discurso descalificador e insultante, agresivo y antidemocrático dominante y que lamentablemente están cultivando la mayoría de los medios de comunicación en España
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EL CONFLICTO QUE OCCIDENTE HA PROVOCADO EN UCRANIA


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La Vanguardia
Rebelión
24.11.2914

Curso impartido el 15 de noviembre en el Seminario para profesorado de Historia de IES. Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.


No son las fracturas y diversidades regionales de Ucrania, sino la geopolítica lo que explica el actual conflicto. Veinticinco años de incumplimiento del espíritu que acabó con la guerra fría y el avasallamiento hacia Rusia practicado desde entonces, provocaron una reacción defensiva e irreversible de Moscú que se presenta como ofensiva y esquizofrénica. Esa reacción supone un precedente de desafío intolerable para Occidente y es lo que suscita y motiva las sanciones contra Moscú, cuyo efecto va a ser, a la vez, dañino y estimulante de cambios para el sistema ruso. En esta partida Rusia no tiene marcha atrás sin arriesgarse a un derrumbe de su régimen de consecuencias incalculables. La torpe política exterior alemana, cuyo papel en los Balcanes ya fue nefasto hace una década, tiene una gran responsabilidad.

I) Pueblos hermanos

Se dice que rusos y ucranianos son “pueblos hermanos”, y es verdad. Siglos de vida en común, dos lenguas bien parecidas y una geografía sin obstáculos físicos, de llanuras surcadas por ríos mansos, que complica y difumina todo concepto de frontera. Al mismo tiempo, el parentesco fraternal no es incompatible con fuertes diferencias de carácter. Cuando una abuela dice sobre sus nietos, “¡Qué diferentes son, parece mentira que sean hermanos!” está formulando un tópico familiar de los más recurrentes. Veamos algunas de esas diferencias.

Como tantos otros países, Ucrania contiene una considerable diversidad regional entre el Oeste y el Este. Simplificando: cuanto más hacia Rusia, más ruso se habla, mayor influencia del cristianismo oriental adscrito al Patriarcado (ortodoxo) de Moscú y menos perceptible se hacen las diferencias fraternales. Cuanto más al Oeste mas fuerte es la identidad nacional ucraniana, el carácter mixto (oriental-occidental) del cristianismo, etc., etc.

A lo largo de su historia, Ucrania vivió varios procesos de integración, bien en la órbita rusa, bien en la polaca. Al colisionar con el poder superior ruso, el nacionalismo burgués ucraniano se vio condenado a colocarse bajo patronazgo extranjero. En el siglo XX sus efímeros gobiernos se afirmaron bajo la protección militar alemana (el del atamán Skoropadski) o polaca (Petliura). El nacionalismo popular ucraniano fue más antipolaco y antijudío que anti ruso. Políticamente fue frecuentemente socialista o social-revolucionario y al final, en un contexto de grandes convulsiones como los de la guerra civil rusa, tuvo que decantarse entre blancos y rojos en beneficio de los segundos.

El espacio ucraniano ha sido frecuente campo de batalla. En el siglo XVII conoció la revuelta de Bogdan Jmenitski contra la unión polaco-lituana, en el XVIII el zar Pedro I se impuso a los suecos en Poltava, y en el siglo XX fue uno de los principales escenarios bélicos tanto de la guerra civil rusa como de la Segunda Guerra Mundial.

El periodo 1917-1922 contiene en Ucrania un sinfín de conflictos. Parte de los nacionalistas ucranianos lucharon junto con los alemanes y austro-húngaros y otra parte contra ellos. La población ucraniana pro rusa se dividió en su lucha a favor de una Rusia unida, unos con los rojos y otros con los blancos. Otras fuerzas, como la del ejército campesino de Nestor Majno, con un gran componente social libertario y nacional ucraniano, lucharon tanto contra los rojos como contra los blancos.

Para comprender el actual mapa de Ucrania es ineludible hablar de tres regiones. En primer lugar Galitzia, zona occidental de claro dominio de la lengua ucraniana, con influencia católica mestiza (greco-católicos o “uniatas”), que en su mayoría nunca formó parte del resto de Ucrania ni estuvo sometida a Rusia hasta Stalin en los años cuarenta, después de dos siglos de sometimiento a regímenes polacos o austro-húngaros opresivos. De Galitzia partió en el siglo XIX el más fuerte impulso nacionalista. Ya en la época postsoviética desde allí se ha irradiado hacia el resto del país la ideología nacionalista más fuerte, con su particular narrativa histórica sobre la URSS: la revolución bolchevique como asunto “ruso” o “judío” (ignorando la larga lista de ucranianos presente en la dirección bolchevique), la mortífera hambruna de los años treinta con varios millones de muertos como “genocidio comunista-ruso contra el pueblo ucraniano” (ignorando que la misma hambruna de esos años devastó igualmente zonas rusas en el Don, Kubán,Volga, etc. y que esas mismas hambrunas eran crónicas en la época zarista), todo ello aspectos de la nueva historia adecuada a la nueva estatalidad adquirida en 1991 que debía enmendar la historia oficial soviética, igualmente repleta de omisiones y manipulaciones.

Desde sus orígenes a principios de siglo XX, las organizaciones armadas del nacionalismo ucraniano en Galitzia (que entonces actuaban contra el dominio polaco) estuvieron financiadas y teledirigidas por el Abwehr, el espionaje alemán. Durante la Segunda Guerra Mundial los invasores alemanes fueron recibidos como libertadores por muchos ucranianos occidentales que habían sufrido la cruda represión estalinista y las hambrunas. Una vez más, la invasión hitleriana dividió a los ucranianos en dos bandos; el mayoritario que luchó con el ejército soviético contra el fascismo, y el minoritario de nacionalistas de Ucrania Occidental que fue utilizado por los nazis como fuerza de choque, creó una división SS específica y actuó frecuentemente de una forma aún más cruel que sus amos contra judíos y comunistas, empuñando la bandera de la liberación nacional ucraniana.

Hay que decir que los ucranianos occidentales no fueron los únicos “colaboracionistas”: también los rusos del ejército de Vlasov, tártaros, chechenos, cosacos, etc. tuvieron representantes en el ejército alemán.

A los colaboracionistas de Ucrania Occidental, cuya relación con los nazis no fue fluida e incluyó episodios de enfrentamientos armados, se les conoce como “banderovski” por el nombre de su principal líder, Stepan Bandera. Con la victoria soviética y la incorporación definitiva de Galitzia a la URSS en 1945, los banderovski mantuvieron una guerrilla muy brava contra el NKVD de Stalin, recibiendo apoyo de la CIA en armas y lanzamiento de paracaidistas. Su cuartel general en Europa estaba en Munich, donde Bandera fue eliminado por un agente de Stalin en 1959…

Esta corriente, con la que en la época de la Perestroika solo se identificaba un sector minoritario del nacionalismo ucraniano, es reconocida hoy por un sector mucho más amplio como símbolo de la liberación nacional, o por lo menos como inspiradora de su principal ideología y narrativa nacionalista.

En el sur y el Este de Ucrania, la llamada Novorossia, siempre se rechazó con toda claridad cualquier glorificación de los fascistas banderovski. Se trata de un arco que va desde Járkov, en el norte, hasta la región de Odesa en el sur-oeste, mayoritariamente ruso parlante y con gran población que se define como “rusa”. Ese arco no formó parte de Ucrania hasta la guerra civil de los años veinte (era la parte más industrial y a los bolcheviques les interesaba tener una base obrera en el gran universo campesino que era Ucrania), conserva una fuerte memoria soviética de la Segunda Guerra Mundial, y, al mismo tiempo, desde la nueva independencia de 1991 tendía hacia una cierta lenta ucrainización, o, por lo menos, a acentuar sus diferencias sutiles y difusas con Rusia. A grandes rasgos, Novorossia (la “Rusia nueva”) fue objeto de la reconquista imperial rusa en los siglos XVII y XVIII.

Mención especial merece la península de Crimea, tierra ancestral rusa, poblada por rusos y rusoparlante en un 80%, por donde llegó el primer cristianismo a la Rus de Kiev (¿el primer estado ruso fue ucraniano, o es el primer estado ucraniano se llamaba Rusia?, eh aquí un interesante objeto de disputa entre besugos), reconquistada por Catalina II a los tártaros del janato Crimea -el último vestigio de la Horda de Oro heredero del imperio de Chingiz Jan, para entonces un satélite del Imperio Otomano. Crimea fue escenario de glorias militares rusas y soviéticas, tanto durante la guerra de Crimea del XIX (todos contra Rusia) como durante la Segunda Guerra Mundial, con heroicas batallas en Sebastopol, Kerch y Odesa. La caprichosa entrega de Crimea a Ucrania por Jruschov en 1954, desgajándola de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR) en una época en la que las diferencias entre repúblicas era completamente irrelevante, tuvo un carácter simbólico. A partir de la disolución de la URSS eso se convirtió en un problema.

Otra diferencia entre rusos y ucranianos tiene que ver con su tradición política, con las formas, símbolos y héroes en los que unos y otros se sienten identificados. Aquí el contraste entre los hermanos es importante. Ucrania fue un país situado geográficamente en el límite y la confluencia de grandes imperios (turcos, polacos, rusos). Su propio nombre, “U-kraine”, significa algo así como “junto al límite”, “en la frontera”, un espacio al que la autoridad imperial de unos y otros, y sus relaciones de servidumbre, apenas llegan o se perciben como algo lejano y difuminado. Esa posición determinó cierta holgura y libertad, un “arréglatelas tu mismo como puedas y sin gobierno” que asociamos al espíritu de frontera del “Far West”.

Los héroes de esa tradición política son líderes cosacos “libres” que luchan; ahora contra los turcos, ahora contra los polacos o contra los rusos, absorbiendo rasgos de unos y otros (Maidán -plaza- es una palabra turca). Todo eso es muy diferente de la tradición rusa, que es una galería llena de cuadros de grandes zares y caudillos absolutistas tanto más grandes cuanto más Estado e Imperio construyen.

Esa diferencia ha influido en la diferente evolución que ha tenido la formación de los estados postcomunistas pese a su común régimen oligárquico.

Mientras en Rusia tras una época turbulenta se ha recuperado la “vertical de poder” con su vector tradicional autocrático con considerable facilidad (eso es lo que representa Putin), en Ucrania el Estado ha sido mucho más débil. Eso ha hecho que la sociedad haya sido mucho más suelta, incontrolada e independiente hacia el poder que en Rusia, lo que ha tenido ciertas ventajas para la autonomía social y también serios inconvenientes para estabilizar un gobierno efectivo independiente de intereses externos…

Dicho todo esto y situados ya un poco ante el mapa, hay que decir que por más que esas semejanzas y diferencias sean importantes para comprender el universo ruso-ucraniano y para entender la diversidad interna de Ucrania, apenas aportan una explicación concreta a lo que tenemos hoy encima de la mesa: una verdadera fractura que explota en una guerra civil. ¿Cómo ha podido podrirse tanto la situación para que los hermanos se tiroteen y bombardeen?

Para comprender eso, no hay más remedio que fijarse en los regímenes políticos -igualmente emparentados- de Rusia y Ucrania.

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50 PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO 13/50


13/50

Alberto Garzón y Casimiro Cansino Pozo
 Sociología Crítica
10.11.2014


13. ¿Es posible que el TLC destruya puestos de trabajo?

Por supuesto, y de hecho incluso la Comisión Europea asume que va a ocurrir. Lo que sucede es que la Comisión considera que será un efecto parcial circunscrito a algunos sectores económicos y zonas geográficas y que será compensado por efectos positivos en otros sectores económicos y regiones. También algunos pensadores liberales sostienen que los efectos perjudiciales sobre el empleo serán compensados por el desplazamiento productivo hacia líneas de actividad más eficientes[9].



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