Jugar con el fuego de la
extrema derecha
Las
elecciones andaluzas han sido las primeras del “a por ellos”, las primeras
fuera de Catalunya tras el octubre catalán. Y ha sido en gran medida el
nacionalismo español, engordado por el independentismo catalán, lo que explica
las corrientes de fondo que han explotado hoy
Eldiario.es
En el PSOE se las prometían muy felices
con el ascenso de Vox. Nada mejor que dividir la derecha en tres bloques para
que Ciudadanos y PP jamás pudieran gobernar. Ni en España ni mucho menos en
Andalucía, donde hasta la noche electoral nadie llegó a plantearse seriamente
la posibilidad de que la presidencia de Susana Díaz estuviera en cuestión. El
Gobierno no solo no temía a Vox sino que, desde su equipo, se les promocionó.
Con la misma imprudencia con la que, hace tres décadas, François Mitterrand
engordó al Frente Nacional... para que el Partido Socialista Francés acabara,
años después, pidiendo el voto en las presidenciales para el conservador Chirac
frente a Le Pen.
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La
extrema derecha siempre irrumpe así, con la frivolidad con la que se banaliza
el mal; entre el oportunismo y el cortoplacismo de los partidos, entre la
somnolencia de una gran parte de la sociedad.
Las
elecciones andaluzas han sido las primeras del “a por ellos”, las primeras
fuera de Catalunya tras el octubre catalán. Y ha sido en gran medida el
nacionalismo español, engordado por el independentismo catalán, lo que explica
las corrientes de fondo que han explotado hoy
Eldiario.es
02.12.2018 

