lunes, 12 de septiembre de 2022

España entrenará a las tropas de Ucrania : El Mundo

 

España entrenará a las tropas de Ucrania : El Mundo

 

DIARIO OCTUBRE / septiembre 11, 2022

 

 

Los soldados llegarán ‘pronto’ a Zaragoza para recibir orientación de sus anfitriones

 



Las Fuerzas Armadas españolas comenzarán próximamente a entrenar a las tropas de combate nazi-otanistas, según han confirmado este viernes a El Mundo fuentes militares.

 

El periódico reveló que el personal se ha estado preparando para instruir a sus homólogos de Kiev en el uso de tanques de batalla, sistemas de misiles, medicina militar y trabajo de desminado.

La noticia del viernes llega tras una reunión entre el embajador de Ucrania, Sergey Pohoreltsev, y la ministra de Defensa española, Margarita Robles, en la que el primero solicitó específicamente formación en desminado. El diplomático ha expresado previamente su descontento con la calidad y cantidad de la asistencia entregada por Madrid.

Los nazis serán entrenados con las mismas armas que luego usarán en combate real y también harán uso de los simuladores y medios de transporte del Ejército español, dijeron las fuentes. Los entrenamientos se desarrollarán principalmente en las instalaciones militares de Zaragoza, donde unos 600 soldados ucranianos heridos ya están siendo atendidos por médicos españoles. El ejército planea aprovechar la red de colaboración y traducción que ya ha crecido entre los dos grupos, agregando más intérpretes de habla hispana de Ucrania en un esfuerzo por garantizar que la capacitación se desarrolle sin problemas.

Mientras tanto, ha comenzado a llegar un cargamento de armamento español prometido a Kiev el mes pasado, que incluye 20 vehículos blindados M113, una batería antiaérea Aspide y varias toneladas de proyectiles de artillería y material de refugio. Madrid espera que la entrega alivie un punto de fricción entre las dos naciones ya que España había prometido previamente ciertos artículos que no fueron entregados.

El Tratado de la Unión Europea prohíbe las misiones militares dentro de la UE, pero al igual que con las restricciones sobre el suministro de armas a los países involucrados en el combate, la regla se ha modificado a la luz de la necesidad percibida de suministrar el esfuerzo de guerra de Ucrania. Los aliados de la OTAN Alemania, Francia, Dinamarca y el Reino Unido han participado en el entrenamiento de soldados ucranianos desde que Rusia envió tropas al país en febrero.

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, anunció el mes pasado un aumento de la ayuda militar a Ucrania y se comprometió a proporcionar misiles de defensa aérea, vehículos blindados, municiones, asesores militares y ropa de abrigo. Esto, dijo, cumplió con los compromisos de Madrid con el derecho del pueblo ucraniano a defenderse.

El embajador ucraniano Pohoreltsev pareció estar en desacuerdo y dijo a los medios españoles: “No puedo decir que estemos satisfechos, ni que estemos recibiendo todo lo que España podría suministrar”.

Fuente

FUENTE: news-front.info

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Chile: ¿Por qué no ganó la opción apruebo a la nueva Constitución?

 

El rechazo mayoritario a la nueva constitución chilena invita a reflexionar seriamente sobre los nuevos aires que circulan hoy por las izquierdas, incluidas las españolas, que las hacen aparecer a los ojos populares muy alejadas de sus intereses.


Chile: ¿Por qué no ganó la opción apruebo a la nueva Constitución?


Igor Goicovic Donoso

El Viejo Topo

12 septiembre, 2022 

 


Los resultados del plebiscito de salida del texto constitucional representan una derrota catastrófica para el conjunto de las fuerzas populares. Sobre un total de 13.021.063 personas que sufragaron (el 85,81% del padrón electoral), la opción rechazo obtuvo un 61,86% de adhesión. El rechazo, además, se impuso en todas las regiones del país; es más, en 10 de las 16 regiones se impuso con una votación superior a la media nacional obtenida por dicha opción. Mientras que el apruebo solo logró mayoría en 8 de las 346 comunas del país (5 en la región Metropolitana y 3 en la Región de Valparaíso).

¿Qué explica esta contundente derrota? En primer lugar, es la derrota de los resabios de la protesta popular de octubre de 2019. La misma languidecía en una ritual cada vez menos relevante de enfrentamientos callejeros entre manifestantes y policías, que se arrastraba desde marzo de 2020. Pero es también la derrota de los movimientos sociales anclados en la identidad (feministas, ambientales, territoriales, etnoculturales, etc.). No están ajenos a esta profunda derrota el gobierno y los partidos políticos actualmente en el poder y tampoco se pueden eximir de la misma, los sectores radicalizados de la izquierda que no capitalizan absolutamente nada ni de este evento ni de los anteriores.

La trayectoria de este proceso se inició con la suscripción, por el conjunto de las élites políticas del Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución del 15 de noviembre de 2019. Efectivamente, ese acuerdo definió un itinerario institucional para canalizar el descontento popular que había irrumpido con masividad y violencia en octubre de 2019.

La élite política, consciente de la fragilidad del modelo de dominación pero consciente a su vez de la debilidad política y programática de la izquierda radical y de los movimientos sociales desplegados en el espacio público, retomó la iniciativa estratégica y logró transferir buena parte de la energía y vocación de lucha del movimiento popular hacia los eventos electorales: Plebiscito de entrada (25 de octubre de 2020), elecciones de convencionales constituyentes (15 y 16 de mayo de 2021) y elección presidencial (21 de noviembre en primera vuelta y 19 de diciembre en segunda vuelta).

En estos eventos, las demandas de erradicación del modelo económico neoliberal y de transformación profunda del sistema político, se fueron diluyendo gradualmente. No debe sorprender, entonces, que la Convención Constitucional, que sesionó entre el 4 de julio de 2021 y el 4 de julio de 2022, lo hiciera en una cada vez mayor orfandad.

Ni los sectores populares, convocados por el Partido Comunista a que rodearan la Convención (4 de diciembre de 2020), ni los movimientos sociales que eligieron a una parte importante de los convencionales, ni el gobierno de Gabriel Boric, que se identificaba políticamente con el proceso, fueron capaces de prestarle a la Convención el apoyo social y político que esta requería.

Carente de interlocuciones efectivas con los sectores populares, que no fueran aquellas que proporcionaban los «nichos» de los cuales emergieron los asesores y expertos, la Convención fue hipotecando el apoyo social con el cual había surgido.

En ese contexto se convirtió en el blanco predilecto de los medios de comunicación al servicio del capital, que aprovechaban cada oportunidad que le brindaban los convencionales para erosionar su legitimidad y su trabajo. No es extraño, en consecuencia, que la principal consigna del Rechazo («esta es una mala constitución»), se instalara temprana y efectivamente en un amplio espectro de la sociedad chilena.

Pero es necesario profundizar en los problemas de fondo. Los temas instalados en la Convención por los denominados movimientos sociales (feminismo, ambientalismo, territorios, pluriculturalidad, etc.), no causaron mayor adhesión entre el electorado popular. En especial entre los cuatro y medio millones de nuevos electores que concurrieron a las urnas coaccionados por la ley de voto obligatorio (Ley N° 21.200, de 24 de diciembre de 2019).

En todas las comunas que los ambientalistas denominaron “zonas de sacrificio” se impuso ampliamente la opción rechazo: La Ligua (58,93%), Quintero (58,11%), Los Vilos (56,93%), Puchuncaví (56,11%), Petorca (56,11%), Villa Alemana (proyecto Los Rulos, 57,82%) y Freirina (55,54%). El rechazo también se impuso en las ciudades próximas a los principales centros mineros del país: Calama (70,64%), Rancagua (60,63%) y Diego de Almagro 52,12%).

No muy distinto fue lo ocurrido en las comunas de la Región del Bio Bío y de La Araucanía (Macrozona Sur), orientadas preferentemente a la explotación forestal, y en las cuales el conflicto entre las empresas madereras y las comunidades indígenas ha alcanzado dimensiones cada vez más radicales. Es más, en la mayoría de estas comunas el rechazo se impuso incluso superando su media de adhesión nacional (61,86%). Tal es el caso de Collipullí (81,40%), Lumaco (80,47%), Cañete (77,95%), Tirúa (77,25%), Nueva Imperial (70,80%) y Temuco (69,47%).

Al observar el comportamiento electoral de las comunas de la Región Metropolitana encontramos una tendencia histórica: Las comunas de más altos ingresos (Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura), votan de manera masiva por la opción rechazo. Las comunas que nuclean preferentemente a sectores medios de la población, como La Reina, Providencia, Macul, Peñalolén y La Florida, también se suman al rechazo, con las excepciones de las comunas de Maipú y Ñuñoa.

Mientras que prácticamente la totalidad de las comunas obreras, entre ellas, Recoleta, El Bosque, La Pintana, La Granja, Lo Espejo, Cerro Navia, Renca e Independencia, que han sido baluartes históricos de la izquierda, también optaron por el rechazo; solo Pedro Aguirre Cerda, San Joaquín y Puente Alto respaldaron el apruebo.

¿Por qué los sectores populares no concurrieron a apoyar de forma masiva la opción apruebo?

A mi juicio existen a lo menos tres aspectos que no fueron considerados por los estrategas de dicha campaña. En primer lugar, ni en el debate político que acompañó el texto constitucional y tampoco en su estructura doctrinaria, se enfatizó el carácter anticapitalista del proceso y del documento.

De los 388 artículos del texto constitucional, plagado de incisos culturalistas, solo 6 hacían referencia a los trabajadores y a su relación con el capital. Todos ellos, por los demás genéricos y escasamente debatidos.

El trabajo, el subempleo y el empleo precario, su lugar en la esfera productiva y su defensa frente al capital, nunca fueron temas centrales en los foros, en los espacios de discusión y solo fue tocado muy marginalmente en la franja de propaganda de la opción apruebo. Una parte importante de los trabajadores, entre ellos los más duramente golpeados por la explotación y la pobreza, no vieron en este texto nada que supusiera una mejora relativa de sus condiciones.

Por otro lado, el creciente grado de inseguridad que afecta a los trabajadores en sus barrios y entornos laborales tampoco fue debidamente abordado. Es cada vez más evidente que el narcotráfico y la criminalidad ejercen un creciente control territorial sobre las poblaciones obreras. Ello, en muchas ocasiones, con la connivencia de carabineros o, a lo menos, frente a su total indiferencia.

Evidentemente, no se trata de darle más atribuciones políticas e institucionales al Estado policial, lo que genera aún más incertidumbre y percepción de amenaza entre la población. Se trata de plantear un marco regulatorio general que priorice a las poblaciones populares en el gasto social, que amplifique la red de coberturas educativas de calidad y que favorezca la recuperación de los espacios comunes. Todo ello acompañado de una estrategia de control vecinal de las prácticas delictivas y de una reforma profunda al cuerpo de carabineros de Chile.

Por último, es necesario hacer cargo de la representación de la chilenidad entre un amplio espectro del mundo popular. La condición de chilenidad es una construcción histórica, heredera de prácticas sociales y políticas vinculadas a la guerra de Independencia, a la construcción del Estado y de la sociedad, a los conflictos y guerras civiles, a las luchas de montoneras, al surgimiento y desarrollo del movimiento obrero y a los proyectos políticos del Frente Popular, del Frente de Acción Popular y de la Unidad Popular.

Bajo esa bandera combatió Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 y fue esa bandera, consumida por el fuego burgués, el mundo testigo de su holocausto. Es más, durante la lucha contra la dictadura, un comando del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), recuperó la bandera de la independencia desde el Museo Histórico Nacional (1980), y la mantuvo bajo su resguardo por 23 años. De esta forma el símbolo patrio era arrebatado de las manos de la burguesía y de sus verdugos y pasaba a las manos del pueblo.

La bandera de Chile es parte de nuestra historia como movimiento popular y si para muchos de nosotros es triste ver como el emblema de la patria es quemado o escarnecido, podemos imaginar lo que esos actos reportan para los trabajadores.

Hoy día la burguesía y sus representantes en los diferentes campos del mundo político (en el gobierno y la oposición), se preparan para ultimar el acuerdo que han venido preparado desde el cierre de las sesiones de la Convención Constitucional. Nos ofrecerán un texto constitucional surgido del “espíritu de unidad nacional”, elaborado de espaldas a los sectores populares y que se convierta en garante de los intereses de las clases dominantes por las próximas cinco décadas. Frente a ese escenario los desafíos que tenemos por delante son muchos.

Debemos construirnos como una alternativa revolucionaria y debemos hacerlo al interior de los trabajadores. Recuperando la centralidad de la clase trabajadora y de su proyecto histórico. Debemos avanzar hacia la formación de un núcleo de convergencia social y político que permita articular las luchas autónomas del campo popular.

Debemos adoptar una estrategia de lucha rupturista que tenga la capacidad de sustraerse efectivamente a la institucionalidad burguesa. Debemos desarrollar una política de formación que, reconociendo la centralidad del conflicto de clases, sea capaz, a su vez, de articular los diferentes campos culturales de la lucha social y política. No habrá cambio revolucionario, sin clase revolucionaria, organización revolucionaria y estrategia revolucionaria.

Fuente: Observatorio Internacional de la Crisis.

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Ucrania recupera la iniciativa

 

Ucrania recupera la iniciativa

 

DIARIO OCTUBRE /septiembre 11, 2022

 

El sorprendente avance ucraniano en la región de Járkov mostró ayer el día más exitoso para Ucrania posiblemente desde julio de 2014. En un escenario similar a lo ocurrido aquel mes, cuando el abandono de la agrupación de Strelkov de Slavyansk y Kramatorsk supuso un efecto dominó que hizo caer a centenares de localidades en manos ucranianas, el avance del frente que se produjo a lo largo de la mañana supone una derrota decisiva de las tropas rusas en el frente de Járkov. Apenas 24 horas antes, tanto los periodistas sobre el terreno como las autoridades habían anunciado el envío urgente de reservas a dos zonas estratégicas: Kupiansk e Izium, ambas clave a la hora de estabilizar el frente e impedir avances ucranianos hacia el sur.

 

Ayer por la mañana, las tropas ucranianas mostraban imágenes de la bandera azul y amarilla sobre el ayuntamiento de Kupiansk, abandonada en su parte occidental por las tropas rusas, que se retiraron al otro lado del río Oskol para tratar de mantener la defensa. Posteriormente, la retirada fue aún mayor. Apenas unas horas después, ante la certeza de que la localidad iba a quedar cercada y aislada, las tropas rusas se retiraron también de la ciudad de Izium, localidad clave para el desarrollo de la operación en la RPD y que tanto tiempo costó capturar hace unos meses. Como era previsible, las tropas ucranianas marcaron como siguiente objetivo Krasny Liman, cuya situación es incierta tras los rumores de abandono  total o parcial a lo largo del día.

Frente a la retirada de Kiev y Chernigov del pasado marzo, cuando las tropas rusas se retiraron alegando un gesto de buena voluntad que no lo fue -la guerra de trincheras condenaba a las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa a sufrir una enorme cantidad de bajas en un contexto de certeza absoluta de no poder avanzar sobre Kiev-, la actual retirada se produce en una zona mucho más peligrosa y ante una derrota militar en toda regla en una batalla cuerpo a cuerpo. En esta zona, Rusia no solo no ha logrado avanzar durante meses, sino que ni siquiera ha podido defender los avances conseguidos.

Hace apenas unas semanas, el ministro de Defensa de la Federación Rusa, Sergey Shoigu, antes del inicio de la operación militar especial considerado serio candidato a suceder a Putin pero ahora cuestionado incluso en su puesto, afirmó que la operación transcurría según lo planeado. Con el frente completamente estancado, esa afirmación era ya entonces difícilmente sostenible incluso para esta “segunda fase” de la intervención rusa, en la que debía lograrse la liberación de todo Donbass. A excepción de Peski, los avances rusos y republicanos en el último mes han sido insignificantes: ni se ha logrado capturar Seversk, a pesar de la lucha durante casi dos meses, ni iniciar la batalla por Artyomovsk. Aunque con la captura de Krasny Liman -cuyo destino parece ahora ser abandonada por las tropas rusas, si no lo ha sido ya- la batalla por Slavyansk parecía acercarse, la ciudad en la que comenzó en abril de 2014 la rebelión armada de Donbass está cada día más lejos. La pérdida de Izium, de la que las tropas rusas se retiraron antes de quedar cercadas, evitando así una alto nivel de pérdidas irreparables, supone aplazar sine die cualquier aspiración sobre Slavyansk-Kramatorsk.

La derrota de esta semana no solo supone una muestra de debilidad de las tropas rusas, sino que lo hace en un contexto de defensa, a priori más sencillo que el de ataque, y lo hace a escasos kilómetros de la frontera rusa. No se trata de una derrota militar en un lugar alejado del frente o especialmente difícil de defender, como podría ser el caso de la ciudad de Jerson, al otro lado del Dniéper y donde Ucrania intenta desde hace meses cortar las rutas de suministro. El colapso del frente de Járkov es, además de una importante victoria militar para Ucrania, con sus primeros avances desde marzo, también un éxito para su propaganda.

Las tropas rusas se repliegan hacia la frontera o hacia la República Popular de Lugansk, único lugar en el que Rusia ha cumplido con los objetivos planteados con el inicio de su intervención. Aunque en gran parte destruido y con graves problemas en preparación para el invierno, Lugansk es el único lugar en el que las tropas ucranianas han sido completamente expulsadas. Sin embargo, ni siquiera eso impide el peligro, ya que la artillería de largo alcance proporcionada por los socios occidentales de Ucrania ha permitido realizar bombardeos en localidades de la retaguardia de la República como Perevalsk o Alchevsk.

La retirada rusa supone también un peligro para la población civil de las localidades abandonadas. El avance militar supone el retorno de Ucrania a una serie de ciudades y pueblos en los que al menos una parte de la población ha colaborado activamente con las autoridades nombradas por Rusia y que ahora se enfrentan a la posibilidad de represalias de las autoridades civiles y de las tropas.

Roto el frente de Járkov, el comando ruso se verá obligado a tomar decisiones para lograr estabilizar el frente y detener el rápido avance ucraniano, que está poniendo en peligro los territorios del norte capturados por Rusia y las Repúblicas Populares desde el 24 de febrero. Ayer por la tarde, tras horas de silencio, el comando ruso admitía que sus tropas “están reagrupándose”. Eso sí, lo hizo de tal manera que, en lugar de aceptar una derrota militar en uno de los frentes, alegó una operación de reagrupamiento de tropas en la RPD. Una argumentación manifiestamente falsa que recuerda a la “retirada ordenada y organizada” de Poroshenko ante la derrota de Debaltsevo, y que únicamente mina aún más su credibilidad.

Al margen de la comunicación, que a lo largo de la guerra siempre ha sido deficiente, las tropas rusas deberán reagruparse con rapidez si quieren lograr estabilizar el frente. Por el momento, y por primera vez desde el pasado marzo, Ucrania se ha hecho con la iniciativa, por lo que es de esperar que los ataques continúen en diferentes zonas: la frontera de la RPL, Jerson, Energodar, Volnovaja-Mariupol son solo algunas de las direcciones en las que podría venir el siguiente intento de ofensiva. Lejos quedaron los sueños de Kiev primero o de Odessa y Járkov después, por lo que Rusia no solo tendrá que marcar objetivos realistas sino reorganizar sus fuerzas para mantener el territorio de Donbass recuperado a Ucrania desde el 24 de febrero y tratar de avanzar en la región de Donetsk, mínimo sin el que cualquier resultado debería ser considerado una derrota sin paliativos.

FUENTE: Slavyangrad

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La OTAN pierde más de 11.000 soldados de sus fuerzas nazis de Ucrania

 

La OTAN pierde más de 11.000 soldados de sus fuerzas nazis de Ucrania

 

DIARIO OCTUBRE / septiembre 11, 2022

 


El Ministerio de Defensa de Rusia informó hoy que las Fuerzas Aeroespaciales Rusas y las tropas de misiles y artillería lanzaron ataques con misiles de alta precisión contra las unidades militares ucranianas en la región de Kharkov.

 

Como resultado de estos ataques, se destruyó la 113 brigada de defensa territorial y un punto de despliegue de mercenarios extranjeros, y las pérdidas ascendieron a más de 200 militares y más de 20 vehículos bélicos, detalló el organismo.

Asimismo, ataques de fuego concentrados derrotaron las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania en las áreas de Pristin, Boldyrevka, Sinikha, Beloe, Komarovka, Gorokhovatka, Kupyansk, Senkovo y Podvysokoe de Kharkov, y más de 250 militares ucranianos fueron neutralizados y 12 vehículos blindados, tres piezas de artillería de campaña, un lanzacohetes múltiple y 17 vehículos fueron destruidos.

En la dirección Nikolaev-Krivoy Rog, los ataques con misiles de alta precisión de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas destruyeron el punto de despliegue temporal de las unidades de la 36ª Brigada de Infantería de Marina en Nikolaev, y las pérdidas enemigas ascendieron a más de 100 militares, así como 15 vehículos y vehículos blindados.

El ministerio reveló que del 6 al 10 de septiembre, las pérdidas del régimen de Kiev ascendieron a más de 4000 militares muertos mientras 8000 resultaron heridos.

A su vez, la aviación táctica y las fuerzas de misiles y artillería continúan atacando instalaciones militares en el territorio de Ucrania.

En este contexto, misiles terrestres de alta precisión tipo “Iskander” alcanzaron la 28 brigada de infantería motorizada de las Fuerzas Armadas de Ucrania, donde más de 50 soldados fueron eleminados y 7 equipos militares fueron destruidos.

Los sistemas de defensa aérea rusos derribaron un helicóptero Mi-8 y cuatro drones de la Fuerza Aérea de Ucrania, además de interceptar dos misiles balísticos “Tochka-U”, dos misiles anti-radar estadounidenses, 12 cohetes HIMARS de fabricación estadounidense y nueve misiles de los sistemas de lanzamiento múltiple Alder.

FUENTE: SANA

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