martes, 22 de noviembre de 2011

MERDEL BÁSICO DEMOCRÁTICO

Hay un magnifico trabajo de Chuiqui Esteban y otros (lainformación.com), relativo a la situación que quedaría el Congreso de los diputados tras las elecciones del pasado 20 N en el caso de que no existieran las circunscripciones electorales ni se aplicara la ley de D´Hondt, que siempre va a favor de los partidos mayoritarios en el reparto de votos
Leído ese trabajo la conclusión no puede ser más clara, ni más injusta ni más desigual ni más antidemocrática.
Ejemplo, con el actual censo electoral de las pasadas elecciones y el número de escaños a elegir, cada uno de ellos se obtendría con 68.398 votos. Pero en la práctica (y de aquí parte el merdel democrático que no se aleja mucho de la corrupción política con su correspondiente traducción lógica a la corrupción económica) resulta que al partido UPyD cada escaño le cuesta 228.048 votos y a IU 152.800 votos, mientras que al PP le cuesta 58.073, es decir, que al PP le cuesta 3,92 veces menos obtener un escaño que a UPyD y 2,63 veces menos que a IU.
Si en vez de este chanchis-pirulis instrumental político-legal a favor de los partidos mayoritarios (y por eso en 30 años no han querido modificar la Ley electoral ni el PSOE ni el PP) se hubiera aplicado monda y lirondamente una persona un voto para el candidato que vote, el PP habría obtenido 26 diputados menos (y nos volveríamos a encontrar con un Mariano Rajoy que seguiría chupando rueda opositora) y por el contrario, UPyD habría obtenido 12 diputados más e IU otros 14 diputados más.
Y por estás y otras razones no dichas ahora, cuando en mi pueblo nos liemos a poner a las cosas el nombre que corresponda con su verdadera naturaleza, al actual sistema electoral, más que democrático le vamos a llamar merdel básico democrático, que vale, pro ejemplo, para que el PP se atribuya la representación mayoritaria que desde luego no tiene, pero que la va a utilizar como si la tuviera.

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PUBLICADO EN CRONICA DE ARAGON

¿QUÉ ES EL CAPITALISMO?
(4)

Por Manuel Sogas

En el caso de que el empresario realizara alguna función relacionada con el proceso productivo tendría asignada una cantidad como sueldo por esa función, y desde este punto de vista sería un agente productivo más, por lo que recibiría su correspondiente salario, y esta cantidad ya estaría incluida como cualquier otro gasto en la mano de obra que tiene que realizar el empresario para realizar su negocio.

De lo acabado de mencionar se podría concluir que la función del capitalista en el proceso productivo no es necesaria, a diferencia de la función de dirección que es imprescindible, y que la podría realizar cualquiera sin tener que ser necesariamente capitalista.

Si se relaciona la plusvalía obtenida por el capitalista con la cantidad total de dinero que ha tenido que invertir para obtenerla, se tiene la tasa de ganancia del capitalista g´es:

g´ = Pv / D [2]

En el ejemplo numérico puesto la tasa de ganancia g´ del capitalista es:

30 / 170 = 0,176

Ahora bien, la suma total de dinero (D) que el capitalista invierte en la explotación de su empresa está compuesto de dos partes: lo pagado en salarios a los trabajadores que se llama capital variable (V), y todos los demás gastos necesarios para la explotación de su negocio como son las instalaciones, maquinaria, materia prima, etc., que llamamos capital fijo y que representamos por C. Es decir:

D = C + V

Si en la fórmula [2] sustituimos D por su valor, C + V, tenemos que la tasa de ganancia (g´) del capitalista puede ser representada por la fórmula:

g´= Pv / C + V [3]

Como puede observarse las fórmulas [2] y [3] son idénticas:

g´= Pv / D = Pv / C + V

Si ahora a la formula [3] la dividimos por V (gastos en salarios a los que hemos denominado capital variable) tenemos que la tasa de ganancia g´del capitalista es:

g´= ( Pv/V) / [C/V + V/V] [ 4 ]

Observando la expresión [4] vemos que:

El numerador está formado por Pv / V , que es la tasa de plusvalía (relación entre la plusvalía obtenida y la cantidad de dinero pagada en salarios para poder obtenerla), es decir:

p´= Pv / V

El denominador de [4] lo forman la suma de C/ V y V / V, pero C / V representa la composición del capital orgánico (relación entre el capital fijo y el capital variable), es decir:

o´= C / V

V / V = 1

Con lo que la expresión [4] queda reducida a la siguiente:

g´= p´ / o´ + 1 [5]

La interpretación literal de la expresión última [5] es la siguiente:

La tasa de ganancia g´ que el capitalista puede obtener de la explotación económica directa de los asalariados que trabajan para él, es igual a la tasa de plusvalía dividida por la composición del capital orgánico que utiliza más 1

Si ahora tomamos los valores numéricos supuestamente reales que se han dado en el ejemplo que aparece en el punto 17 y los sustituimos en las formulas expuestas, tenemos que:

Capital fijo C (100 en madera + 20 en gastos de fabricación = 120)

Capital variable V (50 valor pagado por salarios)

Plusvalía Pv = 30

Tendremos que la tasa de plusvalía p´(Pv/V) es:

p´= 30 / 50 = 0.6

Y la composición del capital orgánico o´(C/V) es:

ó = 120 / 50 = 2,4

Llevando estos valores a la fórmula [2] (g´= Pv/D) resulta:

g´= 30 / 170 = 0,176

Y procediendo de igual manera sobre la fórmula [5] (g´= p´/o´+ 1) tenemos:

g´= 0.6 / 2,4 + 1 = 0,6 / 3,4 = 0,176

Si ahora analizamos la última fórmula y la relacionamos con el ansia infinita que tiene el capitalista de obtener beneficios, lo que le lleva a sustituir constantemente maquinaria y tecnología para abaratar sus costos de producción, a fin de ganar la batalla encarnizada de la competitividad con otros capitalistas, se observará que en la misma medida que realiza esa sustitución de mano de obra por maquinaría y tecnología, el denominador de la fórmula tiende a crecer, y en esa misma medida tienden a bajar su tasa de ganancia g´, la cual llegado un momento se hace cero, y alcanzado este punto en que el capitalista no gana dinero será el primero en querer detener el proceso de producción puesto que no ganará nada.

Con lo dicho queda demostrada objetivamente la inviabilidad del sistema capitalista a partir de un cierto desarrollo de las fuerzas productivas, que es precisamente el momento histórico en el que nos encontramos, y es al mismo tiempo lo que está originando la serie de recortes sociales que se están llevando a cabo en todo el mundo capitalista.

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