viernes, 22 de octubre de 2021

Auges y alucinaciones financieras


Los principales mercados de valores se han acercado a máximos históricos y los precios de las materias primas se están disparando. El capitalismo está plagado de alucinaciones en los auges, pero cuando el auge termina, esas alucinaciones se evaporan.

Auges y alucinaciones financieras

Michael Roberts

El Viejo Topo

22.10.2021

Los principales mercados de valores se están acercando a máximos históricos y los precios de las materias primas (alimentos y materiales) se están disparando. En el otro extremo de la escala, las tasas de interés a corto plazo están cerca o por debajo de cero, e incluso los bonos públicos y corporativos a largo plazo están a precios de saldo desconocidos (rendimientos bajos récord).

Todo ello impulsado por enormes inyecciones de dinero de los bancos centrales para comprar bonos y permitir que las corporaciones e instituciones de inversión pidan prestado a tasas de ‘margen’ muy bajas para especular con acciones, bonos, propiedades y criptomonedas; y también permitir que las denominadas firmas de ‘capital privado’ y los fondos de cobertura recauden fondos para comprar compañías para ‘despojarlas de activos’ y luego venderlos: los acuerdos de fusión y adquisición se encuentran en niveles récord.  Las transacciones de fusiones y adquisiciones anunciadas y pendientes o realizadas hasta ahora en 2021 suponen la asombrosa cantidad de $ 1.2 billones han involucrado a una parte del capital privado.

Esta fiebre especulativa engendra inevitablemente estafas, trucos y fraudes. 

El economista de izquierda liberal JK Galbraith allá por la década de 1950, cuando se refería a los «locos años veinte», llamó a los resultados de la especulación «alucinaciones». Apoyándose en el origen etimológico de la palabra «embezzlement» (fraude), Galbraith definió «bezzle» combinando sus dos acepciones en inglés (despilfarrar dinero y beber alcohol en exceso); como “una brecha temporal entre el valor percibido de una cartera de activos y su valor económico a largo plazo».

Michael Pettis, el economista keynesiano residente en China y coautor del premiado libro, Trade Wars and Class wars, se aferró al término de Galbraith para describir el actual boom financiero durante la pandemia de COVID.  Pettis vincula la definición de Galbraith de estos auges financieros especulativos como una alucinación con el trabajo de Hyman Minsky, el economista postkeynesiano semisocialista de la década de 1980, quien argumentó que los mercados financieros pueden crear una sensación (temporal) de falsa riqueza muy similar a los esquemas Ponzi (en los que se reembolsa a un inversor con el dinero de un nuevo inversor).

Minsky explicó que «durante períodos de prosperidad prolongada, la economía pasa de unas relaciones financieras que crean un sistema estable a unas relaciones financieras que lo convierten en un sistema inestable». Pettis agrega: “debido a que la alucinación es, por definición, temporal (aunque puede durar algunos años o incluso una década o dos), en algún momento se disipará y al ocurrir revertirá el auge económico anterior . Cuando eso sucede, lo que parecía ser un círculo virtuoso se convierte en un círculo vicioso«. Pero lo extraño de la explicación de Pettis sobre la «alucinación» es que en ninguna parte menciona el trabajo de Marx sobre el crédito y los colapsos financieros; de hecho, todo lo que Minsky y Galbraith han ofrecido como explicación fue desarrollado por Marx antes que ellos.

Sobre la cuestión de la especulación y la criminalidad, Marx escribió en El Capital“Las dos características inmanentes en el sistema crediticio son, por un lado, desarrollar el incentivo de la producción capitalista, desde el enriquecimiento a través de la explotación del trabajo de otros, hasta la forma más pura y colosal de juego y estafa».   En cuanto a la cuestión de que el auge especulativo acabe en un colapso financiero, una vez más, Marx se adelantó . “En cada estafa de la bolsa de valores, todo el mundo sabe que en un momento u otro debe llegar el desplome, pero todo el mundo espera que caiga sobre la cabeza de su vecino, después de que él haya recogido la lluvia de oro ( es decir, el dinero – MR ) y haberlo colocado en un sitio seguro».

Galbraith dice que el especulador llega a creer que el dinero que se obtiene de la compra y venta de acciones, bonos y derivados es real y no requiere relación alguna con la creación de valor mediante el trabajo productivo. Una vez más, Marx ya había demostrado esto: «Todos los estándares de medición, todas las excusas más o menos todavía justificadas bajo la producción capitalista, desaparecen». Marx, sin embargo, proporciona un análisis mucho más claro la «alucinación» al referirse a lo que llamó «capital ficticio».

Los capitales ficticios son “ títulos de propiedad…. sobre el capital real. Simplemente transmiten derechos legales sobre una parte de la plusvalía que producirá. Se “convierten en duplicados en papel del capital real” . La “ganancia y pérdida a través de las fluctuaciones en el precio de estos títulos de propiedad, … se convierten, por su propia naturaleza, cada vez más en una cuestión de azar, que parece tomar el lugar del trabajo como método original de adquirir riqueza en forma de capital y también reemplaza a la fuerza desnuda. Este tipo de riqueza monetaria imaginaria constituye una parte muy considerable de la riqueza monetaria de los particulares”. Marx resumió el surgimiento del sector financiero y su papel en el capitalismo moderno hace más de 150 años como “una nueva aristocracia financiera, una nueva clase de parásitos en forma de promotores, especuladores y simplemente directores nominales; todo un sistema de estafa y engaño mediante la promoción de corporaciones, la emisión de acciones y la especulación de acciones».   «Bezzle», el despilfarro de la alucinación, si se quiere.

Como dice Pettis: «la alucinación representa la riqueza registrada o percibida que no existe como riqueza real (capacidad productiva) y, como tal, aumenta la riqueza colectiva registrada por encima de la riqueza económica real».   Simplemente sustituya ‘alucinación’ por ‘capital ficticio’ . Pettis sostiene que el crédito (deuda) creado para especular conducirá eventualmente a “niveles de inversión más altos de los que pueden justificarse económicamente y fomentará más gastos de los que los hogares y las empresas realmente pueden permitirse. De esta manera, un período de rápido crecimiento puede convertirse en un boom especulativo».   En un momento determinado, «sucede lo contrario: en lugar de impulsar artificialmente el crecimiento cuando ya es alto; la amortización deprime el crecimiento a través del pago forzoso de la deuda y los efectos negativos sobre la riqueza, justo cuando ya se está produciendo la desaceleración».  Por tanto, el crédito puede llevar a una sobreinversión no solo en activos financieros sino también en sectores productivos y la consiguiente recesión puede incrementar la pérdida de valor del capital productivo.

Pero, ¿qué convierte un boom producido por esta alucinación en un desastre crediticio? Pettis insinúa que depende de los rendimientos de la inversión productiva. Pettis cita a John Mills (sic) quien escribió hace más de 150 años que “el pánico no destruye el capital; simplemente revela hasta qué punto ha sido destruido previamente por su traicionera utilización en obras irremediablemente improductivas». Hay señales de la especulación financiera y su eventual desinfle: del apalancamiento de la deuda hasta su desapalancamiento; del auge al colapso, provocado por la inversión en «sectores improductivos». Como dijo Marx: “dado que la propiedad existe aquí en forma de acciones, su movimiento y transferencia se convierten puramente en el resultado del juego en la bolsa de valores, donde los peces pequeños son tragados por los tiburones y los corderos por los lobos bursátiles».

Pero, ¿qué hace que el dinero se invierta cada vez más «de manera improductiva»? Galbraith, Minsky, Mills y Pettis no tienen respuesta a esta pregunta. Como admite Galbraith: » En ocasiones, las economías crean de manera sistemática alucinaciones, lo que desencadena consecuencias económicas sustanciales que los economistas rara vez han entendido o discutido». Simplemente sucede, o como dice Minsky: la estabilidad se convierte en inestabilidad.

En cambio, Marx ofrece una respuesta basada en la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia.  La caída de la rentabilidad promedio conduce eventualmente a una desaceleración en el crecimiento de las ganancias totales del capital productor de valor, que incluso un cambio hacia sectores especulativos no puede revertir indefinidamente. Eventualmente, las ganancias generales pueden caer absolutamente. Marx llamó a este punto una «sobreacumulación absoluta de capital». A continuación, se produce una caída en los precios de la inversión, la producción y los activos financieros. El crédito es necesario en una economía capitalista para extender el crecimiento económico y la inversión productiva, pero no puede sostener esa expansión porque depende de la creación de valor real, no de la ficción. Si el nuevo valor no crece para igualar el crédito otorgado, el crédito se convertirá en una deuda impagable.

Las crisis financieras ocurren en ciertos sectores o incluso en todos los ámbitos, pero no siempre van acompañadas de un colapso de la inversión y la producción, es decir, una recesión. Pero una caída en la producción siempre engendra un colapso financiero a medida que el crédito se agota y se producen incumplimientos de la deuda. Esto sugiere que lo que está sucediendo en la ‘economía real’ es lo que determina un colapso financiero, no al revés. De hecho, esa es la evidencia de las recesiones de la posguerra en los EEUU, como ha demostrado G. Carchedi (ver gráfico a continuación): cuando las ganancias en los sectores productivos caen, también lo hacen las ganancias financieras (ficticias).

El capitalismo está plagado de alucinaciones en los auges, pero cuando el auge termina, esas alucinaciones se evaporan.

Publicado originalmente en el blog de Michael RobertsTraducción de G. Buster en Sin Permiso.

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IU y PCE recurrirán ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos la inacción de la justicia española frente a Juan Carlos de Borbón y la vulneración de derechos fundamentales. (Bueno, pues ahí lo tenéis. Lo que yo os llevo diciendo desde hace tiempo, atajo de incrédulos, que eso es lo que sois, un atajo de incrédulos: todos somos iguales ante la ley. Y cuando me acuerde, porque ahora no me acuerdo, os contaré un chiste de una campechanía total todavía más gracioso que este)


IU y PCE recurrirán ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos la inacción de la justicia española frente a Juan Carlos de Borbón y la vulneración de derechos fundamentales

Ambas formaciones toman esta decisión una vez agotadas a lo largo de casi tres años todas las vías legales que permite el sistema judicial tras la querella registrada en 2018, ante el rechazo del Tribunal Supremo a investigar las actividades ilícitas del rey emérito y después de que el Constitucional haya inadmitido el recurso de amparo interpuesto.

 


TERCERAINFORMACION / 22 de octubre 2021.

Izquierda Unida y el Partido Comunista de España, formaciones que junto al Foro de Abogados y Abogadas de Izquierdas han impulsado desde 2018 ante la justicia española una querella para que se abra una investigación formal al actual rey emérito, Juan Carlos de Borbón, y a otras personas de su entorno por presuntos delitos de corrupción, van a recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) la inacción de las instituciones judiciales de nuestro país sobre este asunto y la vulneración de sus derechos fundamentales.

Ambas formaciones toman esta decisión después de que el Tribunal Constitucional haya notificado la inadmisión a trámite del recurso de amparo que interpusieron el pasado mes de julio
contra el reiterado rechazo del Tribunal Supremo a todas las actuaciones emprendidas durante casi tres años ante su Sala Penal, recogidas en la que se etiquetó como Causa Especial Nº 21092/2018.

El Tribunal Constitucional dedica ahora un párrafo de tres líneas para despachar el argumentado recurso de amparo de cerca de 100 páginas que IU y PCE plantearon hace cerca de cuatro meses. ‘La Sección (en referencia a la Sección Primera) ha examinado el recurso presentado y ha acordado no admitirlo a trámite por no apreciar en el mismo la especial trascendencia constitucional que, como condición para su admisión, requiere el art. 50.1.b) LOTC (STC 155/2009, de 25 de junio, FJ 2)‘, se limita a indicar.

Izquierda Unida y el Partido Comunista de España ponen en marcha la preparación del recurso que llevarán ante el tribunal de Estrasburgo, una vez agotadas todas las vías que permite el sistema judicial español. En ningún momento han obtenido una respuesta satisfactoria en un asunto que consideran de “gran importancia no solo a nivel político y social, sino por la sensación de impunidad que deja en buena parte de la sociedad por la discriminación en el trato que la justicia muestra a determinadas personas y a su entorno de amistad y de negocios debido a su nombre y al cargo que ocupan”.

Entre los argumentos jurídicos que el equipo legal de ambas formaciones baraja para ahormar el recurso está explicar al TEDH cómo determinados autos dictados por la Sala Penal del Tribunal Supremo, con su presidente Manuel Marchena a la cabeza, “han lesionado el derecho fundamental de la acusación popular a la tutela judicial efectiva, en su vertiente a formular con todas las garantías la acción popular”.

Consideran que la interpretación que los tribunales españoles y la Fiscalía han hecho del concepto constitucional de inviolabilidad “no puede suponer de facto una suerte de impunidad absoluta para que el anterior jefe de Estado delinquiese sin que se le exija responsabilidad criminal alguna”.

Para IU y PCE la vulneración de este derecho fundamental se ha producido también “en su doble vertiente de obtener una resolución judicial motivada, razonada y razonable, así como el de seguirse una investigación y procedimiento efectivos ante el órgano judicial competente, derechos igualmente protegidos por el Art. 6.1 del Convenio Europeo de Derechos Humanos”.

Ambas formaciones políticas estudian también referirse en el texto al empleo por parte del Tribunal Supremo en sus diligencias de archivo de descalificaciones del tipo ‘La acción popular no puede degradar el relevante papel que está llamada a desempeñar en el proceso penal limitándose a convertir noticias en causas criminales. Y mucho menos hacerlo con una regularidad selectiva que esconde una profesionalización del ejercicio de la acción popular…

Consideran que “en ningún caso no es de recibo descalificaciones gratuitas y desconsideradas, impropias de una Sala del Supremo a cuyos integrantes siempre hemos mostrado el máximo respeto y que responden de esa manera al trabajo serio y riguroso de esta acusación popular”.

“Lo que pone esto de manifiesto -lamentan- no es más que la animadversión a la hora de referirse a una de las partes del proceso, la nuestra, cuando no se nos ha permitido ejercer con garantías la acción popular, haciendo de éste un proceso viciado y falto de imparcialidad”.

Durante los casi tres años de baldías acciones judiciales a través de su querella inicial y la ampliación elaboradas por IU y PCE, el Tribunal Supremo rechazó siempre abrir una investigación concreta. El alto tribunal se limitó dejar pasar el tiempo y a acumular autos y providencias donde rechazaba todas las actuaciones solicitadas sobre Juan Carlos de Borbón, su amiga y empresaria comisionista Corinna Larsen, el comisario de policía jubilado, excarcelado y con varios juicios pendientes por otros casos José Manuel Villarejo, además de otras cinco personas del entorno del emérito.

Ambas formaciones detallaron durante meses los indicios sobre actuaciones irregulares que iban apareciendo, algunas de ellas confirmadas luego incluso por la Fiscalía, y donde el ex jefe del Estado tenía un claro protagonismo. Las actividades presuntamente corruptas abarcan desde los pagos de la fundación Zagatka al uso de tarjetas con fondos opacos, pasando por el cobro de comisiones por la adjudicación de la AVE a La Meca, las cuentas en Suiza y en paraísos fiscales vinculadas a otras fundaciones o el uso de fondos del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause a través de un testaferro.

Así se llegó hasta las, hasta el momento, dos regularizaciones fiscales ideadas por Juan Carlos de Borbón para no ser acusado por el fisco español, formalizadas en diciembre de 2020 y en febrero de 2021.

Por todo ello, los querellados se repartían la imputación de hasta 13 supuestos delitos -siete referidos directamente al rey emérito-, entre ellos el de cohecho, contra la Hacienda Pública, administración desleal, fraude y exacciones ilegales, tráfico de influencias, constitución de grupo criminal, blanqueo de capitales, encubrimiento, amenazas de muerte condicionales, descubrimiento y revelación de secretos, omisión del deber de perseguir delitos o corrupción entre particulares.

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