miércoles, 18 de enero de 2023

Europa y la legitimación del engaño

 

A estas alturas ya todo el mundo debería saber que la guerra de Ucrania se decidió hace mucho entre EEUU, Alemania, Francia y Gran Bretaña. Las declaraciones de Merkel y Hollande publicadas en un medio ucraniano y recogidas en la prensa alemana dan cuenta de ello.


Europa y la legitimación del engaño


Patrick Lawrence

El Viejo Topo

18 enero, 2023 

 


Estados Unidos, que no tiene necesidad ni talento para el arte de gobernar, ha practicado durante mucho tiempo lo que he dado en llamar la diplomacia de la no diplomacia. No se puede esperar mucho de personas tontas como Antony Blinken o Wendy Sherman, la número 2 de Blinken en el Departamento de Estado. Todo lo que pueden hacer es rugir, incluso si son ratones al lado de cualquier diplomático serio.

Pero, ¿han lo seguido ahora las potencias europeas? Temo preguntar porque temo la respuesta. Pero debo hacerlo, dados los recientes acontecimientos.

A principios del año pasado, cuando Petro Poroshenko declaró públicamente que el régimen posterior al golpe en Kiev no tenía intención de cumplir con los compromisos diplomáticos de 2014-15 para una solución pacífica de la crisis de Ucrania, algunas cejas se arquearon, pero no muchas. ¿Quién era el ex presidente de Ucrania, de todos modos? Lo tenía desde el principio como un tonto egoísta que hizo lo que Washington le dijo que hiciera y nada más, ni una pizca de habilidad política en él.

Otra cosa fue cuando, a principios de diciembre, Angela Merkel admitió en entrevistas consecutivas que las potencias europeas estaban tramando lo mismo. El objetivo de las conversaciones diplomáticas a fines de 2014 y principios de 2015, dijo la excanciller alemán a Der Spiegel y Die Zeit, no era, como habían pretendido, un marco para una Ucrania federalizada en aras de una paz duradera entre sus mitades hostiles: se trataba de engañar a los rusos para dar a Kiev tiempo para prepararse para un asalto militar en las provincias de habla rusa en el este, cuyo pueblo se había negado a aceptar el golpe orquestado por Estados Unidos que llevó al poder a nacionalistas compulsivamente rusofóbicos influenciados por los nazis en febrero de 2014.

Las revelaciones de Merkel fueron un shock, por supuesto. Pero me las arreglé para considerar sus comentarios como una indiscreción involuntaria en el otoño de los años de un líder de larga data. Merkel hizo sus comentarios más o menos de pasada. No había jactancia en ellos. No parecía orgullosa de su duplicidad.

Ahora interviene François Hollande. Unos días antes de que terminara el año, el expresidente francés concedió una larga entrevista a The Kyiv Independent. En él dejó perfectamente clara la posición franco-alemana: Sí, Merkel y yo mentimos a los rusos cuando negociamos los Protocolos de Minsk I y Minsk II en septiembre de 2014 y febrero de 2015. No, nunca tuvimos intención de hacérselos cumplir. Fue una farsa desde el principio y, la parte de esta entrevista que realmente irrita, Hollande presentó esto como un sabio y sólido estadista.

Contemos las traiciones que debemos imputar al desventurado Hollande y a la inconstante Merkel.

La traición de Rusia y su presidente ha de hacerse evidente. Es un hecho que Vladimir Putin, que participó directamente en las conversaciones de Minsk, trabajó muchas, muchas horas en un acuerdo que dejaría a Ucrania estable y unificada, una república postsoviética independiente en el suroeste de la Federación Rusa.

Aquí recordaré a los lectores la animosidad que Putin expresó en su discurso de Año Nuevo, tres días después de que Hollande describiera en detalle la operación encubierta franco-alemana:

Occidente nos mintió sobre la paz mientras se preparaba para la agresión, y hoy ya no dudan en admitirlo abiertamente y utilizar cínicamente a Ucrania y su pueblo como un medio para debilitar y dividir a Rusia.

Esto, en clara referencia a las entrevistas de Merkel y Hollande, nos deja con preguntas claras y obvias. ¿Berlín y París dieron a Moscú otra alternativa que intervenir militarmente en Ucrania cuando sabotearon las negociaciones de paz? Si bien Moscú permanece abierto a las conversaciones para poner fin a la guerra, ¿qué tan en serio se supone que debe tomar tal perspectiva? Volodymyr Zelensky siempre está cerrando la puerta a las negociaciones con los rusos, pero el presidente ucraniano llega tarde: los alemanes y los franceses lograron esto hace años.

Traicionar el proceso diplomático como lo han hecho Alemania y Francia es también traicionar la confianza como condición necesaria para las relaciones ordenadas de Estado a Estado. Es posible que las naciones no confíen plenamente unas en otras, pero deben poder confiar en el proceso diplomático: confiar en la palabra dada en el proceso de una negociación. De esta manera, las principales potencias europeas nos han condenado a todos a un mundo inestable y peligroso, y por lo tanto son culpables de traicionarnos a todos: nuestra seguridad, nuestro futuro, nuestro deseo de un orden mundial estable y pacífico.

Están, por supuesto, los ucranianos. La mayoría de ellos quería un acuerdo de paz desde el principio. Poroshenko fue derrotado rotundamente en las elecciones de Ucrania de 2019 porque no pudo alcanzar uno. Nunca sabrías esto por la prensa occidental, pero Zelensky lo sucedió con una mayoría del 70 por ciento de los votos precisamente porque prometió negociar un acuerdo en conversaciones directas con Putin.

Ahora la nación yace en ruinas, su economía se derrumbó en un 30 por ciento el año pasado, 30 millones de sus habitantes fueron desplazados y sus muertos en la guerra se cuentan por decenas de miles. No veo ningún argumento en contra de contar esto como una consecuencia importante del diseño del engaño franco-alemán.

Insto a los lectores a leer detenidamente la entrevista de Hollande con The Kyiv Independent . El socialista de segunda categoría —y tanto, viendo la larga y dilatada tradición socialista de Francia— compite con cualquier diplomático estadounidense engañoso en mentiras, omisiones y lógica al revés.

Según el relato de Hollande, la intención de engañar a los rusos se remonta a las celebraciones del Día D de 2014, unos meses después del golpe de estado en Kiev y el inicio de los ataques de artillería del régimen golpista contra áreas civiles en las provincias orientales. En junio de ese año, Francia, Alemania, Rusia y Ucrania se reunieron en Normandía para iniciar un proceso de negociación cuyo objetivo nominal era lograr un acuerdo de paz y una estructura nacional estable en Ucrania. Esto fue llamado el formato de Normandía.

Este formato produjo el Protocolo de Minsk I en septiembre siguiente. Cuando eso colapsó a principios de 2015, Kiev se negó a dejar de bombardear, las cuatro naciones se reunieron nuevamente. Esta vez, las conversaciones se basaron en un plan que París y Berlín desarrollaron conjuntamente. Le siguió Minsk II. Este protocolo incluía más que un alto el fuego; también preveía una reestructuración de Ucrania de modo que las provincias orientales disfrutaran del grado de autonomía que se consideraba necesario para mantener unida a la nación a pesar de las marcadas diferencias entre su región occidental inclinada hacia Europa y su este inclinado hacia Rusia.

Todo fantástico, sobre el papel. Todo engaño en la práctica. Hollande nos dice ahora: “Putin aceptó el Formato de Normandía, que le exigía informar regularmente sobre el progreso que podría lograrse en la implementación de los acuerdos de Minsk”. En cuanto a lo que realmente sucedió, Hollande ofrece esto, y es aquí donde su relato de los acontecimientos comienza a dar la vuelta:

Los acuerdos de Minsk detuvieron la ofensiva rusa por un tiempo. Lo que era muy importante era saber cómo utilizaría Occidente este respiro para evitar nuevos intentos rusos.

La OTAN aprovechó esta oportunidad para comenzar a entrenar a las fuerzas ucranianas, incluso cuando Putin tomó en serio los términos de los acuerdos de Minsk según el propio relato de Hollande. Es un hecho que la ofensiva en las provincias orientales fue de Kiev, que bombardeó a sus propios ciudadanos. El número de muertos informado por los monitores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, la OSCE, cuenta la historia de los próximos ocho años: 14.000 civiles muertos, más del 80 por ciento de ellos en las provincias orientales conocidas como Donbas.

Las mentiras vienen gruesas y rápidas desde allí. Al principio del intercambio, The Kyiv Independent pregunta: «¿Tuviste la impresión de que Vladimir Putin respetaría los acuerdos de Minsk?» a lo que Hollande responde: «No podíamos saber eso».

Mentiroso. El deseo de Putin de un acuerdo negociado fue perfectamente obvio desde la reunión del Día D en adelante.

“Soñaba con una recreación de la Unión Soviética”, dice Hollande del líder ruso. “Putin adoptó una postura agresiva y esperó a ver cuál sería la reacción de Occidente”.

El primer punto es una perversión común de un comentario de tipo sentimental que Putin hizo hace muchos años: “Cualquiera que apruebe el colapso de la Unión Soviética no tiene corazón, cualquiera que piense que puede revivirla no tiene cerebro”. En cuanto a “Putin el agresor”, ¿qué pasó con los esfuerzos de décadas de Moscú para negociar un orden que funcionara después de la Guerra Fría? ¿Qué pasó con las décadas de subterfugio estadounidense en Ucrania por medio de varios “grupos de la sociedad civil” patrocinados por Estados Unidos? ¿Qué pasó con el golpe de febrero de 2014?

De esto, Hollande no tiene nada que decir. Y sigue y sigue. “Moscú no quería la paz”. “Mariupol ya estaba en su punto de mira [de Putin]”, una referencia al puerto ucraniano que cayó en manos de las fuerzas rusas la primavera pasada. Tonterías y tonterías. Nada de esto resiste el escrutinio lógico o los hechos conocidos.

Y no importa que el incumplimiento de lo acordado en las conversaciones del Formato de Normandía y los dos acuerdos de Minsk condujeran directamente a la guerra que comenzó hace un año. La duplicidad de Europa ha sido un gran éxito, Hollande quiere que lo sepamos. “Ucrania ha fortalecido su postura militar”, afirma. “De hecho, el ejército ucraniano era completamente diferente al de 2014. Estaba mejor entrenado y equipado. Es mérito de los acuerdos de Minsk haber dado esta oportunidad al ejército ucraniano”.

Los méritos de los acuerdos de Minsk: debemos suponer que se refiere a los méritos de su subversión.

¿Cómo, se pregunta Hollande, puede considerarse un éxito la estrategia encubierta que siguió con Angela Merkel en vista de cómo han resultado las cosas? Eso es fácil. Occidente fue blando con Rusia, por lo que le dio a Putin la apertura que estaba buscando. Considera esto:

Ya hemos visto la retirada estadounidense de la escena internacional en Siria con el “laissez faire” [el pase libre] dado a Putin respecto al apoyo que le dio al dictador sirio Bashar al-Assad.

Guau. No sabía que Estados Unidos tenía pases gratis que dar en Siria, donde su intervención fue y sigue siendo ilegal y donde los rusos intervinieron contra el Estado Islámico en septiembre de 2015 por invitación del gobierno de Assad.

Cómo han caído los socialistas franceses, tengo que decirlo.

¿Por qué Hollande eligió hacer estos extraños comentarios? Esta es una pregunta interesante.

Una pista puede estar en su elección de The Kyiv Independent como publicación para conceder esta entrevista. The Kyiv Independent no es, para ir directo al grano, independiente. El gobierno canadiense y el Fondo Europeo para la Democracia, la versión continental del Fondo Nacional para la Democracia, han estado entre sus partidarios desde su fundación hace un año. Parece estar todo mezclado con otras ONG del tipo antirruso. The Kyiv Independent, en otras palabras, era tierra firme para Hollande; haría todas las preguntas correctas y ninguna incorrecta. Entonces, la entrevista fue una especie de ventilación escenificada.

Es inconcebible que Hollande hablara sin el conocimiento de Merkel. Tal vez estaba encubriendo lo que ambos consideraban un error de la excanciller cuando admitió su deshonestidad y la de Hollande ante Der Spiegel y Die Zeit. Difícil de decir.

Cualquiera que sea la motivación específica de Hollande, parece más obvio que su intención era legitimar el engaño como una característica del arte de gobernar del siglo XXI. Mayor cinismo no conoce hombre.

Él y Merkel han dado un paso grave en la dirección equivocada en los últimos nueve años. Han pasado muchas décadas desde que vimos una diplomacia seria por parte de los estadounidenses. Otra cosa es que los europeos abandonen sus largas tradiciones diplomáticas, reconocidamente llenas de viruelas. Cada vez menos naciones toman en serio a los diplomáticos estadounidenses, sabiendo que su palabra simplemente no sirve. ¿Se extenderá esto ahora a todo Occidente, viendo el no-Occidente poco sentido hablar con él?

La duplicidad con la que Francia y Alemania llevaron a cabo las negociaciones de Minsk durante algunos años ahora toma su lugar en la larga historia de la deshonestidad de Occidente en sus tratos con Rusia desde que James Baker, el secretario de Estado de George H. W. Bush, prometió a Mijail Gorbachev en febrero de 1990 –en conversación, no por escrito– que la OTAN no se expandiría hacia el este desde Alemania.

En efecto, Hollande acaba de confirmar que mentir a Moscú sigue siendo perfectamente aceptable entre las principales potencias occidentales. Esto nunca ha llevado al mundo a ninguna parte buena y nunca lo hará.

Fuente: La casa de mi tía.

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La petrolera Exxon sabía con «precisión» cómo afectaría el calentamiento global al planeta desde los 70

 

La petrolera Exxon sabía con «precisión» cómo afectaría el calentamiento global al planeta desde los 70

 

Por Dani Domínguez

REBELION

 | 18/01/2023 | 

Fuentes: La marea climática


Hace unos años una investigación periodística destapó que la gigante petrolera estadounidense era conocedora del calentamiento global desde hacía décadas. Ahora un estudio científico revela el nivel de exactitud con el que lo sabían.

En 2015, el mundo conoció que la petrolera ExxonMobil había ocultado sus conocimientos sobre la relación entre los combustibles fósiles y el cambio climático desde finales de los años setenta. Ahora, investigadores de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (Alemania) han analizado toda la documentación que se hizo pública y ha concluido que el gigante de los combustibles fósiles conocía los efectos del calentamiento global «con una precisión asombrosa«.

En un artículo publicado en la conocida revista científica Science, los tres investigadores han corroborado que las proyecciones climáticas llevadas a cabo por los científicos de Exxon entre 1977 y 2003 pronosticaron «con exactitud» la posterior deriva climática del planeta. Estos resultados «corroboran y añaden precisión cuantitativa«, dicen los autores, a las informaciones publicadas desde 2015 que acusaban a la petrolera de poner en marcha «campañas de presión y propaganda para retrasar la acción climática» a pesar de conocer el problema.

La investigación señala que entre el 63% y el 83% de las proyecciones climáticas comunicadas por los científicos de ExxonMobil fueron precisas a la hora de predecir el calentamiento global posterior. El gigante de los combustibles fósiles ocultó una proyección de calentamiento de 0,2 grados centígrados por década, unas cifras en consonancia con lo reflejado en publicaciones académicas y gubernamentales independientes entre 1970 y 2007

«Nuestro análisis muestra que los propios datos de ExxonMobil contradecían sus declaraciones públicas, que incluían exagerar las incertidumbres, criticar los modelos climáticos, mitificar el enfriamiento global y fingir ignorancia sobre cuándo -o si- el calentamiento global causado por el ser humano sería medible, todo mientras permanecía en silencio sobre la amenaza de los activos de combustibles fósiles varados», comenta Geoffrey Supran, el autor principal.

Las líneas grises contínuas indican proyecciones de calentamiento global modelizadas por los propios científicos de ExxonMobil y las líneas grises discontinuas indican proyecciones reproducidas internamente por científicos de ExxonMobil a partir de fuentes de terceros. La línea roja muestra el calentamiento real ocurrido. Gráfica del estudio.

El mundo ya conocía las estrategias de Exxon

Hace ocho años, la web estadounidense InsideClimate News reveló las maniobras de ExxonMobil para sembrar dudas sobre el cambio climático. Para tratar de justificarse, la propia multinacional animaba a leer con detenimiento los documentos revelados «porque verán que socavan por completo las acusaciones hechas por InsideClimate News«. El guante fue cogido poco después por los investigadores Geoffrey Supran y Naomi Oreskes, dos de los autores del nuevo estudio que se acaba de publicar. Los científicos analizaron dicho material, además de 37 editoriales publicitarias pagadas por la compañía y publicadas en The New York Times.

Supran y Oreskes llegaron a la misma conclusión dos años después de la investigación periodística: ExxonMobil había tratado de confundir deliberadamente a la opinión pública difundiendo dudas sobre el cambio climático: «El 83% de las publicaciones científicas y el 80% de los documentos internos reconocen que el cambio climático es real y causado por la actividad humana, pero solo el 12% de los publi-editoriales promulgan la misma opinión, mientras el 81% siembra dudas«, aseguraron.

De manera más reciente, sin embargo, el Estado de Nueva York perdió en diciembre de 2019 una batalla judicial contra la petrolera, a la que acusaba de engañar a sus inversores sobre el impacto que el cambio climático tenía sobre sus cuentas empresariales. El magistrado a cargo del proceso consideró que no existían «pruebas irrefutables» que acreditaran una violación de la legislación estatal contra el fraude a los accionistas. Ahora, este nuevo estudio supone una enorme prueba para las investigaciones legales y políticas en curso sobre ExxonMobil.

Fuente:  https://www.climatica.lamarea.com/exxonmobil-retardismo-estudio-2023/

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«El statu quo puede ser desafiado, un mundo mejor está a nuestro alcance»

 

Entrevista a Noam Chomsky


«El statu quo puede ser desafiado, un mundo mejor está a nuestro alcance»

 

Por C.J. Polychroniou

Rebelion

 | 17/01/2023 | 



Fuentes: La jornada [En la imagen, un residente pasa junto a una casa en llamas bombardeada por los rusos el viernes pasado, en Jersón, Ucrania. Foto Ap]

“Washington acaba de autorizar proveer a Ucrania con misiles Patriot: si éstos funcionarán o no es discutible, pero Rusia asume el análisis del peor escenario posible y los considera un objetivo”.

Es una obviedad que el orbe está en un estado abismal debido a que hay demasiados desafíos en un planeta que está en su punto de quiebre, como lo analiza Noam Chomsky en entrevista exclusiva con Truthout. Lo que es menos reconocible es que otro mundo es posible, simplemente porque el que tenemos no es sostenible, señala uno de los más grandes intelectuales públicos internacionales.

Chomsky es profesor emérito de los departamentos de lingüística y filosofía del MIT, así como profesor galardonado de lingüística y presidente en el programa Agnese Nels Haury de Justicia Ambiental y Social en la Universidad de Arizona. Es uno de los académicos más citados a nivel mundial y un intelectual al que millones consideran un tesoro nacional e internacional. Chomsky ha publicado más de 150 libros sobre lingüística, pensamiento político y social, economía política, estudios de medios, política internacional estadunidense y asuntos internacionales. Sus más recientes obras son Autoridad ilegítima: Enfrentando los desafíos de nuestro tiempo (próximamente con C. J. Polychroniou), La retirada: Irak, Libia, Afganistán y la fragilidad del poder de EU (con Vijay Prashad, The New Press, 2022) y El precipicio: Neoliberalismo, la pandemia y la urgente necesidad por el cambio social (con C. J. Polychroniou, Haymarket Books, 2021).

–Al entrar al nuevo año quiero comenzar esta entrevista pidiéndote que resaltes los más grandes desafíos que enfrenta hoy nuestro mundo y que nos expliques si estás de acuerdo en que el progreso humano, si bien en ciertos aspectos es real y sustancial, no es parejo… y tampoco inevitable.

–La forma más fácil de responder es con el Reloj del Apocalipsis (un reloj simbólico establecido en 1947 por la junta directiva del Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago que usa la analogía de la especie humana, en el que la medianoche representa la destrucción de la humanidad). Ahora estamos a 100 segundos de la medianoche y seguramente tendremos aún menos tiempo cuando se reajuste dentro de algunas semanas, lo que de seguro sucederá si consideramos todo lo ocurrido el año pasado. Los desafíos de enero pasado siguen a la cabeza de la lista: guerra nuclear, calentamiento global y destrucción ambiental, así como el colapso de los foros para el discurso racional, que son la única esperanza para señalar los desafíos existenciales. Hay otros, pero analicemos estos.

Washington acaba de acceder a proveer a Ucrania con misiles Patriot: si éstos funcionarán o no es discutible, pero Rusia asume el análisis del peor escenario posible y los considera un objetivo, por lo que son blanco de un eventual ataque ruso, lo que es un paso más hacia una escalada.

Ese no es el único escenario ominoso en Ucrania, pero las amenazas de que se avanzará hacia una guerra impensable no sólo están ahí, sino que son un peligro que alcanza a la costa de China, particularmente porque Biden ha declarado virtualmente la guerra contra Pekín, mientras el Congreso está enardecido y al borde de destruir la ambigüedad estratégica que ha mantenido la paz con respecto a Taiwán los últimos 50 años.

Aún sin proceder, la amenaza de una guerra terminal se ha incrementado, lo mismo que las tontas e ignorantes aseveraciones de que esto no debe preocuparnos.

Ahora hablemos del medio ambiente. En cuanto al calentamiento global, las noticias van de lo atroz a lo horrendo, pero hay algunos destellos de luz. La Conferencia para la biodiversidad es un paso mayor hacia limitar la destrucción letal del ambiente. El apoyo es casi universal, aunque no total. Un Estado se negó a firmar: ese que tiene valores atípicos, el Estado más poderoso en la historia del mundo. El Partido Republicano, fiel a sus principios, se rehúsa a apoyar cualquier cosa que pueda interferir con su poderío privado y sus ganancias. Por razones similares, Estados Unidos (junto con Andorra) se niega a firmar los Protocolos de Kioto sobre el calentamiento global, lo que motivó un desastroso fracaso en cuanto a tomar acción, lo que ha reducido la perspectiva de escapar de la catástrofe.

No quiero sugerir que el resto del mundo es pura santidad; está muy lejos de serlo. Sin embargo, la hegemonía global realmente resalta.

Vayamos al tercer factor que acelera el Reloj del Apocalipsis hacia la medianoche: el colapso de los foros para el discurso racional. La mayor parte de la discusión de este perturbador fenómeno se enfoca en los exabruptos de las redes sociales, las locas teorías de conspiración, QAnon, las elecciones robadas y otros hechos peligrosos que en gran parte se pueden rastrear hasta la destrucción del orden social bajo los martillazos de una guerra de clases que ha ocurrido en los últimos 40 años. Pero al menos tenemos un sobrio y razonado dominio de la opinión intelectual liberal que ofrece alguna esperanza al discurso racional.

¿Pero realmente lo tenemos?

Lo que vemos en este dominio a menudo desafía nuestras creencias y es objeto de ridículo fuera de los disciplinados círculos occidentales. Por ejemplo, los reportes de los temas internacionales desde el establishment nos informan sobriamente que derrotar a Rusia reforzará el principio de que atacar a otro país no quedará impune.

El reporte se refiere al principio que se ha enarbolado incluso cuando somos nosotros los agentes de la agresión, una noción que emerge sólo entre quienes cometen el crimen imperdonable de aplicarnos los principios que nosotros valientemente exigimos a los demás. Es difícil imaginar que esta noción nunca haya surgido en la cultura dominante. Parece que no es fácil de encontrar.

Ataque a Nord Stream

Lo que a veces ocurre es tan estrambótico que uno tiene el derecho de preguntarse qué hay detrás, cuando es evidente que quienes escriben esas noticias no saben lo que están diciendo. Por ejemplo, ¿cómo puede uno reaccionar a un artículo titulado No existe evidencia concluyente de que Rusia esté detrás del ataque a Nord Stream, que explica que los líderes mundiales se apresuraron a culpar a Moscú de las explosiones a lo largo del gasoducto submarino, pero muchos funcionarios occidentales dudan que el Kremlin sea el responsable, afirmando que los rusos lo hicieron para estrangular el suministro de energía para millones de personas en todo el continente?

Es bastante cierto que Occidente se apresuró a culpar a Rusia, pero eso es tan novedoso como el hecho de que cuando cualquier cosa sale mal, los apparatchiks rusos se apresuran a culpar a Estados Unidos. De hecho, la mayor parte del mundo reconoció de inmediato que los rusos eran el sospechoso menos probable. No ganan nada con destruir un valioso recurso que les pertenece. La compañía estatal Gazprom es la principal propietaria y promotora de los gasoductos, y Rusia cuenta con ellos para obtener ganancias e influencia. Si quisieran estrangular el suministro de energía, lo único que tienen que hacer es cerrar algunas válvulas.

Las partes cuerdas del mundo también reconocieron de inmediato que el culpable más probable es quien tiene el motivo y la capacidad. Los motivos de Estados Unidos no están a discusión, los han proclamado abiertamente durante años. El presidente Biden explícitamente informó a sus contrapartes de Alemania, de manera muy pública, que si Rusia invadía Ucrania el gasoducto sería destruido. Tampoco está a discusión la capacidad de Estados Unidos, incluso sin considerar las importantes maniobras navales estadunidenses que tuvieron lugar en la zona del sabotaje poco antes de que éste ocurriera.

No obstante, llegar a la conclusión evidente es tan absurdo como suponer que el noble principio de que atacar a otra nación no puede quedar impune pueda aplicarse a Estados Unidos cuando ataca a Irak o a cualquier otro país. Es indescriptible.

El elemento cómico del encabezado: No hay evidencia concluyente de que Rusia esté detrás del ataque a Nord Stream, es la traducción orwelliana que apunta a la abrumadora evidencia de que Rusia no fue quien ejecutó el ataque, sino Estados Unidos.

La respuesta más plausible es la técnica al ladrón, al ladrón un recurso de propaganda muy familiar: cuando te atrapan con la mano en el bolsillo de alguien, nunca lo niegues, pues es muy fácil refutarte. Mejor apunta a alguien más y grita: Al ladrón, al ladrón, para así aceptar que existe un robo, al tiempo que se dirige la atención de todos hacia un perpetrador imaginario. Funciona muy bien. La industria del combustible fósil lo ha practicado con eficiencia durante años, como lo hemos discutido.

La técnica del al ladrón, al ladrón funciona aún mejor cuando se le embellece con las técnicas acostumbradas que hacen que la propaganda estadunidense sea mucho más efectiva que la burda versión totalitaria: promover el debate para mostrar lo abiertos que somos, pero siempre dentro de nuestros estrechos márgenes para que el mensaje de la propaganda se adopte por presuposición, lo que es mucho más eficiente que la aseveración. Así, para resaltar el hecho de que hay escepticismo sobre la depravación rusa, ostentamos al mismo tiempo la libre y abierta sociedad que somos, y de esta manera establecemos con mayor profundidad la ridícula afirmación que el sistema propagandístico trata de instaurar.

Existe, de seguro, otra posibilidad: tal vez segmentos de las clases intelectuales están tan inmersas en el sistema de propaganda que en verdad no son capaces de percibir el nivel de absurdo que hay en lo que dicen.

De cualquier forma es un crudo recordatorio del colapso de la arena del discurso racional, justo donde esperábamos que ésta pudiera ser defendida.

Desgraciadamente, es demasiado fácil continuar.

En resumen. Las tres razones por las que el reloj está a 100 segundos para la medianoche se reforzaron brutalmente el año pasado. No es una conclusión reconfortante, pero es ineludible.

–Los científicos nos advierten que el calentamiento global es en este momento una amenaza tan grande a nuestra existencia que la civilización se dirige a una catástrofe mayor. ¿Son útiles las visiones apocalípticas sobre la temperatura del planeta? ¿Qué será necesario para lograr una acción climática exitosa, tomando en consideración que la nación más poderosa de la historia es un Estado insolente que lleva al mundo al colapso ecológico, como lo dijo acertadamente George Monbiot en un artículo de opinión publicado en The Guardian?

–El programa de la Universidad de Yale sobre el clima y la comunicación ha llevado a cabo estudios sobre cuál es la mejor forma de hacer que la gente comprenda la realidad de la crisis que enfrenta la humanidad. Existen otras, desde diversas perspectivas.

Es una labor de particular importancia, sobre todo en el Estado insolente que lleva al mundo al colapso ecológico. También es una labor difícil, debido al negacionismo que existe no sólo en algunos círculos, sino que ha sido casi la política oficial del Partido Republicano desde que esta organización extremista sucumbió a la ofensiva del conglomerado energético Koch, lanzada cuando el partido se aproximaba a un viso de cordura durante la campaña por McCain en 2008. Cuando los leales del partido escuchan a sus líderes, y a su cámara de eco mediática, les aseguran que no se preocupen, no es fácil convencerlos de lo contrario. Aunque el Partido Republicano es el extremo, no es el único que maneja este mensaje.

Parece ser del consenso general que los pronunciamientos apocalípticos no son útiles. La gente, normalmente, o los deja de escuchar o se rinde: Es demasiado para mí. Lo que parece tener más éxito es enfocarse en la experiencia directa y en pasos que pueden tomarse, incluso si son pequeños. Es un camino muy difícil de seguir para quienes tienen consciencia de la enormidad de la crisis. Pero los esfuerzos para llegar a la gente pueden ser hechos a la medida para tomar en cuenta su entendimiento y a sus preocupaciones; de otra manera podemos caer en un precipicio de pontificación egoísta.

–En otra entrevista discutimos los objetivos y los efectos del capitalismo neoliberal. Ahora, el neoliberalismo es a menudo vinculado con la globalización, pero es bastante obvio que el último es un proceso multidimensional que existe desde mucho antes del ascenso del neoliberalismo. Por supuesto, actualmente la forma dominante de globalización es la neoliberal, aunque esto no quiere decir que la globalización deba estructurarse en torno a políticas y valores neoliberales o que se deba pensar que no hay alternativa. Desde luego, existen continuas luchas por todo el mundo por el control democrático sobre los estados, mercados y corporaciones. Mi pregunta es, ¿se trata de una utopía pensar que el statu quo puede ser desafiado y que otro mundo es posible?

–La globalización simplemente significa integración internacional. Puede tomar muchas formas. La globalización neoliberal, ejecutada sobre todo durante los años de Clinton, se diseñó de acuerdo con los intereses del capital privado, con una gran variedad de acuerdos altamente proteccionistas diseñados para defender a los inversionistas, que fueron disfrazados de libre comercio.

Eso no fue de ninguna manera inevitable. Tanto el movimiento laborista y la Oficina de Investigación del Congreso (la Oficina de Evaluación Tecnológica, OTA) propusieron alternativas encaminadas hacia los intereses de los trabajadores. Éstas fueron ignoradas sumariamente y la OTA se disolvió, según algunas fuentes, debido a que el Partido Republicano de Newt Gingrich la consideró sesgada en su contra, pero también los nuevos demócratas clintonianos pudieron haber compartido ese sentimiento sobre los hechos y sus razones. El capital floreció, incluido el sistema financiero más depredador. El movimiento trabajador se vio seriamente debilitado y las consecuencias resuenan hasta el presente.

La globalización puede tomar cualquier forma, al igual que ocurre generalmente con los acuerdos económicos. Existe una larga historia de esfuerzos por separar el dominio político del económico, y este último se concibe como puramente objetivo, como la astronomía, guiado por especialistas en profesiones relacionadas con la economía e inmune a la voluntad de los ciudadanos de a pie, particularmente los trabajadores.

Un nuevo estudio de Clara Mattei argumenta de manera muy persuasiva que esta dicotomía, que normalmente toma la forma de programas de austeridad, ha sido el principal instrumento de la guerra de clases durante un siglo y ha pavimentado el camino hacia el fascismo, lo cual fue muy bienvenido por líderes de opinión de la élite occidental y causó entusiasmo entre los libertarios.

Sin embargo, no hay razón para aceptar esta mitología. El dominio político en el sentido más amplio incluye el activismo laboral, entre otros movimientos populares, y puede dar forma al sistema económico para que beneficie a la gente en vez de a las ganancias y al poder privados. El ascenso de la democracia social ilustra eso muy bien, pero tampoco hay que aceptar la tácita hipótesis de que la autocracia capitalista es una ley de la naturaleza. Como dice Mattei: O las organizaciones populares se mueven más allá de las relaciones capitalistas (hacia la democracia económica) o la clase dominante reimpondrá su mandato.

El statu quo puede ser desafiado. Sin duda, un mundo mejor está a nuestro alcance. Hay muchas razones para hacer honor al lema del Foro Social Mundial: Otro mundo es posible, uno mucho mejor, y dedicar nuestros esfuerzos para volverlo realidad.

Publicado originalmente en Truthout.

Traducción: Gabriela Fonseca

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2023/01/09/politica/016n1pol

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57 años de radiactividad en Palomares

 

La indolencia de los gobiernos centrales


57 años de radiactividad en Palomares

 

Por José Herrera Plaza

Rebelion / España

 | 17/01/2023 |


Fuentes: Rebelión


Hoy se cumplen 57 años del accidente nuclear de Palomares.

El aforismo del Eclesiastés: “Lo que fue, eso será”, aquí nos suena como una maldición determinista sin solución ni esperanza, en un horizonte político marcado por la indolencia y el olvido. La descontaminación pendiente de las 40 hectáreas ha sido y es utilizada por los políticos del bipartidismo central y centralista como un mero instrumento, pero solo cuando están en la oposición. Ni las demandas en tribunales ni las reiteradas llamadas del Parlamento Europeo han servido para que se inicie la limpieza. Palomares, Villaricos y Vera llevan más de medio siglo como un segundo Gibraltar, una zona franca, donde se incumple de manera sistemática la normativa nuclear nacional e internacional.

Hasta el momento, los únicos que han mostrado empatía, generosidad y solidaridad han sido Greenpeace en 1985 y Ecologistas en Acción, que lleva años en vano luchando en los tribunales, con esa maltrecha y dependiente Justicia que padecemos los españoles. Sin embargo, todavía algunos vecinos ‒que no todos‒ se quejan que: “siempre están señalando lo negativo”. Al Tribunal Supremo lo que se denuncia es eso, lo peor de allí: la injusticia mantenida por el Ejecutivo, las zonas radiactivas valladas sin solución, los puntos radiactivos fuera del vallado, los 3.098 kg de residuos nucleares con 223 millones de Bequereles de radiactividad, que fueron traídos de forma subrepticia entre 2011-2016, alojados en dos contenedores y en un almacén de la zona urbana, o el estigma y daño a la economía local que están ocasionando. Mientras, el Gobierno lo único que ha hecho este año son otras expropiaciones (34 ha.) a precio de saldo, perjudicando a los de siempre.

Tal como calificaba el periodista Manuel León, se está ejerciendo terrorismo de Estado con las 2-3 generaciones del lugar. Al principio puede parecer exagerada tal aseveración, pero repasemos los detalles: al estafar a los vecinos afirmando Fraga en 1966 que todo había quedado igual o mejor que antes del accidente y ser abandonados como zona de sacrificio, se ha ejercido con los vecinos una violencia medioambiental. Además, fueron utilizados como cobayas humanas durante 30 años de los 46 que duró el “Proyecto Indalo”, sin ninguna garantía bioética, al dejarles adrede para experimentar “varios kilos de plutonio sin recoger”, como reconoció el presidente de la Junta de Energía Nuclear al ministro de Industria. Algo sin parangón en la historia de la Ciencia de España, que no solo es inmoral, ilegal, sino además penalizable. Por si fuera poco, los vecinos pagaron la desigualdad distributiva de los costes medioambientales heredados de la dictadura y padecieron unos evidentes riesgos a la salud, con más de 120 personas que han evidenciado contaminación interna por plutonio, más los que no conocemos.

Ni la Transición, ni la democracia han supuesto cambio, incluso seguimos con el oscurantismo de la dictadura. La excusa para no hacer nada siempre ha sido que hay que esperar al país causante, cuando contamos con sobrados medios económicos y técnicos para la limpieza, o que en España no existen lugares para albergar el plutonio, cuando es factible la creación de un almacén temporal individualizado (ATI) en el Cabril, mientras se les devuelve a sus legítimos propietarios.

Algunas personas sí se han pronunciado para decir ¡basta!. Hace un par de meses un palomareño, Pascual Soler, ex presidente de ASAJA, quiere que al menos parte de la pedanía afectada, junto con Vera y Villaricos, se movilice a pesar de la posible repercusión negativa. Aunque no existiese consenso en la población, ayudaría mucho. Parece que una parte de los jóvenes del lugar se sienten ahora más comprometidos con la descontaminación. Es evidente que si aspiran a un entorno libre de radiactividad y son generosos con sus hijos, con los nietos de sus nietos y los que vengan en los 24.000 años que quedan de plutonio, tendrán que mojarse el culo.

En ocasiones, se ha puesto en solfa la salubridad de los productos agrarios. En la foto del 20 de febrero de 1966, unos chicos muestran su inocuidad comiendo tomates, pues el plutonio, al ser insoluble en agua, no pasa a los cultivos. Para despejar cualquier duda, lo ideal no es callarse, sino vindicar lo que en justicia merecen. La rehabilitación radiológica y su demanda tendría un coste económico innegable, pero solo durante el proceso de limpieza, mientras que los beneficios serían a perpetuidad.

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