viernes, 7 de junio de 2019

PARA LAS MALAS YERBAS DEL PERIODISMO, TALES COMO CARLOS HERRERA; EL FEDE; MAL HUENDA Y OTROS PIRIPIS DE MENOR CUANTÍA. TAMBIÉN PARA CUALQUIER TRABAJADOR QUE VOTE A PARTIDOS DE DERECHAS, NO POR SU IGNORANCIA, QUE NO SON NECESARIAMENTE IGNORANTES, SINO ALIENADOS SOCIAL Y POLITICAMENTE HASTA LA MÉDULA, Y PARA LOS QUE CREAN QUE LOS NIÑOS VIENEN DE PARIS, QUE NO VIENE DE PARIS, SINO EN TODO CASO DE LOS CONVENTOS, Y A LAS PRUEBAS NO DIFUNDIDAS POR LOS PIRIPIS DEL PERIODISMO NI POR LOS CURAS ME REMITO: MONJITA BRÍGIDA EMBARAZADA POR UN ZOQUETAZO QUE LE DIO EL ESPIRITU SANTO LA NOCHE QUE SALTÓ LA TAPIA DEL CONVENTO. POR CIERTO, SEÑOR CARLOS COLÓN DEL DIARIO DE SEVILLA, HA SIDO NIÑO O NIÑA?, PORQUE DE ESTO HACE MÁS DE NUEVE MESES QUE PASÓ, NO SE ME PASA POR EL MAGIN QUE HAYA ABORTADO, PORQUE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA NO QUIEREN ABORTOS



Temporada de «fantasmas» o Marx reportero

Para aquel que comenzaba a dar sus primeros pasos en el mundo intelectual, la filosofía asumió el papel de redentora de las principales interrogantes. El periodismo fue el vehículo para propagar inquietudes que, por otro lado, la academia ni siquiera se formulaba

Diario Octubre
junio 3, 2019


Marx y Engels en la imprenta donde se publicaba la Nueva Gazeta Renana en Colonia. Pintura de E. Capiro

Mauricio Escuela.— En el más reciente aniversario de Karl Marx, varios diarios de la mal llamada gran prensa declaraban la «muerte» del pensador de Tréveris. Uno de esos columnistas describía la soledad de su tumba y el vacío de las plazas de los antiguos países socialistas, en contraste con las manifestaciones de apoyo de tres décadas atrás.

Ese «gran» periodismo tiembla cuando halla, entre las fotografías cotidianas, el mensaje del Manifiesto Comunista escrito en pancartas de protestantes: «Un fantasma recorre Europa». La vigencia del pensamiento crítico más allá de la hegemonía imperante, se trata de encubrir mediante una industria cultural de la estupidez, que apela a la imagen y la emoción.

El concepto de alienación fue el punto de inflexión en la obra del joven Marx, a mediados del siglo XIX, tomado del pensamiento de Feuerbach y de la propia práctica del periodismo temprano en las páginas de La Gaceta Renana. Para aquel que comenzaba a dar sus primeros pasos en el mundo intelectual, la filosofía asumió el papel de redentora de las principales interrogantes. El periodismo fue el vehículo para propagar inquietudes que, por otro lado, la academia ni siquiera se formulaba.

Aquella alienación no ha cambiado: por un lado, vive el hombre que consume y por otro, el que trabaja, ambos nunca se ven el rostro, aunque en muchas ocasiones sean la misma persona. Salirse de ese guion le costó a Marx no solo la condena a la miseria material y la dependencia del pago por sus colaboraciones periodísticas, sino ese olvido, casi muerte, que el sistema aún pretende decretar.

DEL HOMBRE ALIENADO AL HOMBRE MUNDIAL

A partir del cierre de La Gaceta Renana, Marx inició un itinerario a través de publicaciones que le garantizaran la libertad de expresión para pensar al mundo y transformarlo. Si en aquella publicación su punto de vista era ilustrado, pro-ideales de la Revolución Francesa y antifeudal, en el periódico Anales Franco Alemanes, se iría moviendo hacia el ensayo de prensa y el análisis, con un lenguaje que miraba más hacia una visión comunista.

El capitalismo, que echaba sus garras sobre Europa, empobrecía con rapidez y de forma artificial a los campesinos y los obreros industriales, y el contacto con este fenómeno llevó a aquel Marx a formular su primer concepto del plusvalor (parte del trabajo no retribuida, de la que sale la ganancia del dueño). Era ya un pensador «peligroso», al que testas coronadas como el Zar de Rusia, el rey prusiano y, luego, el emperador francés, miraban con odio debido a la agudeza de sus denuncias.

De esta etapa data la máxima de Marx acerca del periodismo de investigación: «hacer más ignominiosa la ignominia, para que no quede invisible», es decir, escribir con pasión sobre los problemas e injusticias del momento, pues sin eso –el phatos de la denuncia– no se alcanzaba ningún objetivo revolucionario. Esta etapa marcó la transición del hombre fascinado por la Revolución Francesa, hacia el pensador que ya a la altura de 1850 predijo, mediante una serie de análisis, la primera gran crisis mundial del capital que estalló en 1857 y que prefiguraba el mundo de hoy.

MARX COMO NUEVO PROFETA

A aquellos que lo quisieron ver como el iniciador de una especie de «nueva religión de los pobres», el pensador les dejó la conocida sentencia: «ciertamente no soy marxista». Encerraba así su visión de un mundo interconectado, donde no vale la idea única para llevar adelante un proyecto de libertad, sino la integración de saberes y su aplicación práctica, de una manera transversal. De hecho, fueron los métodos de la duda, de la docta ignorancia, las herramientas de aquel Marx para escaparse de fórmulas que petrificaran una verdad que era la misma y a la vez, diferente en cada aproximación.

Fue en aquella década de 1850, en su exilio en Londres, cuando comenzó a colaborar con el New York Tribune, el medio de prensa de mayor tirada en la Norteamérica de la época y con una gran presencia en el panorama mundial. Allí se le otorgó la posibilidad de una columna permanente sobre alta política, donde el pensador aprovechó para criticar el reparto imperialista, el ascenso del cesarismo europeo (en las figuras de Napoleón III y Bismarck), la explotación de las colonias (el caso de la India británica), la crisis del sistema imperialista y el ascenso de un hegemonismo cultural de nuevo tipo que en el siglo xx veríamos en el cine, la música, la danza y diversas facetas de la industria del entretenimiento.

De las colaboraciones con el Tribune –más de 350 columnas– data el conflicto de Marx con el periodismo liberal, cuyos conceptos atacaba por percibirlos hipócritas. Entre las malas prácticas que debió sufrir como periodista estuvieron, además de la censura de muchos trabajos, el cambio literal del sentido de las sentencias, la transformación de los titulares y otras que provocaban su ira, pues veía con agudeza la causa ideológica de tales manejos, de los editores a sus espaldas.

Sin embargo, a la par que escribía lo que él llamó «el estercolero periodístico», le daba forma a unos manuscritos que denominó inicialmente Economía, y que eran nada menos que el germen de El Capital, su obra magna, una crítica de los mecanismos que hacen funcional y disfuncional el sistema imperante. Sin duda, tratar periodísticamente con realidades concretas y estudiarlas, a través de horas interminables en el Museo Británico, le dieron las pautas a la hora de hilvanar la genial crítica a la economía política del capitalismo que sería la base de un nuevo momento revolucionario.

¿POR QUÉ SE QUIERE OLVIDAR AL MARX PERIODISTA?

La escuela liberal ha fracasado en la formación de profesionales de la comunicación hechos a la medida de versiones ideológicas de la «libertad de expresión» que la historia ha desmentido, ya que la única justicia es aquella que se coloca del lado del desposeído, de manera que no existe la cacareada «imparcialidad».

Ser periodista es asumir un largo camino de martirologio en la militancia de la verdad, una que a la vez que redime, se expone a muchos ataques. Eso lo hizo Marx y allí está la causa de que su modelo de prensa, a contracorriente, perseguida, censurada, quiera olvidarse. La muerte de este Prometeo se ha anunciado de diversas maneras, pero los libelos de ese «deceso» siempre estuvieron financiados por los temerosos burgueses.

Por otro lado, el marxismo europeo, ansioso por ser marxista, creó un canon de obras. Louis Althusser se centró en aquellos libros que marcan la madurez del filósofo y obvió, tanto su recorrido hegeliano, como la obra periodística. Hay ahí un interés ideológico conservador y a la vez academicista.

A la altura de 2019, con un sistema capitalista hundido en profundas contradicciones y con la industria cultural hegemónica que hace aguas, pretenden que la tumba de Marx esté vacía. Pero ese fantasma que recorre Europa y el mundo, toma cuerpo y respira delante de nosotros.

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HISTORIA. LAS MENTIRAS MENTIRAS SON, Y SI SE REFIEREN A LA HISTORIA SON MENTIRAS HISTÓRICAS: LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA NO GANARON LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. LO QUE SI GANARON LOS GRUPOS CAPITALISTAS AMERICANOS FUERON MUCHOS SACOS DE MILLONES A COSTA DE LA SANGRE Y DESTRUCCIÓN MATERIAL DE OTROS.



Los verdaderos datos de la II Guerra Mundial: Los soviéticos aplastaron 607 divisiones fascistas; todo el resto del ejército aliado, 176

Tercerainformación
06/06/2019
  • La Alemania nazi aguantó por todo lo robado a la URSS. ¿Sabías que en los mismos días que EE.UU mató cientos de miles de civiles con la bomba H, la URSS aniquiló 677.000 militares nipones?
  •  La URSS derrotó a los nazis en la 2ª G.M. Las mentiras se rompen con datos históricos. La importancia del resto de países en la derrota fue tercia
  • Estos datos fundamentales los publicó la desaparecida web Presos.org., pero ya no podían consultarse en internet. Contenido recuperado por Tercera Información e ilustrado con una imagen también rescatada, y otras añadidas.


Los soviéticos aplastaron 607 divisiones fascistas; todo el resto del ejército aliado, 176. La Alemania nazi aguantó por todo lo robado a la URSS. ¿Sabías que en los mismos días que EE.UU mató civiles con la H, la URSS aniquiló 677.000 militares nipones?

Partimos de un dato ya editado. Los franceses, en mayo de 1945 ya valoraban en mayoría que el gran peso de la victoria contra los nazis lo había desarrollado la URSS. Sin embargo la encuesta nos decía además que ningún francés había visto en su vida un soldado soviético, en su territorio o cercanos, pues solo habían conocido personalmente tropas inglesas, yanquis y de otros países. Pero sabían que el enorme peso de la guerra, se desarrolló en el Este de Europa soportado por la URSS. Desconocían sus consecuencias. Y en Francia, aún así se valoraba con un 57%. Aunque en el conflicto participasen 61 Estados.

Vamos a datos mucho más concretos, pues al fin del postre las guerras en el campo de batalla se desarrollan con soldados, batallones, armas, muertos, lisiados de por vida, ocupaciones de ciudades… y estos fueron los datos 1941-1945 de quién ganó o no la guerra contra el nazifascismo:

(Nota) Cada División, equivale a dos Brigadas. La División es la formación militar máxima, y estaba formada por entre 6.000 a 10.000 soldados, mandos, intendencia…

Desde el 22 de junio de 1941, hasta enero de 1945, donde el declive nazi se convirtió en puro repliegue, la  distribución de las divisiones de Alemania fueron:

1941: 223,5 Divisiones militares en total.
56,5 ocupan la URSS.
3 Divisiones en otros frentes.
64 Divisiones en Alemania o en territorio ocupado.
1942 (noviembre): 268,5 Divisiones en total
193,5 ocupan la URSS.
4,5 Divisiones en otros frentes.
70,5 en Alemania o en otros territorios ocupados.
1943 (julio): 297 Divisiones en total
196 en territorio soviético.
7,5 en otros frentes.
93,5 en Alemania o países ocupados.
1944 (enero): 317 Divisiones en total.
201 contra los soviéticos.
21 en otros frentres.
95 en Alemania o países ocupados.
1945 (enero): 313,5 Divisiones en total.
179 contra los soviéticos. Más 16 Divisiones de los fascistas húngaros.
106 en otros frentes.
12 contra el EPL de Yugoslavia.
16,5 en Alemania y ocupaciones.



Las Divisiones de la Italia fascista fueron: 86 contra las tropas de EE.UU. y G.B. y otros países.

La URSS tuvo que destacar: 72,5 Divisones en la lucha contra los satélites de Alemania.
La URSS destruyó o aniquiló durante toda la guerra a 506,5 Divisiones alemanas y 101 Divisiones de sus satélites fascistas.

Todo el resto de aliados de la URSS (G.B., EE.UU,…), destruyeron en Europa, Norte de Africa, Italia y territorio ocupado por el Japón fascista, 176 divisiones.

*Por si queda alguna duda, en mayo del 1945 y rendidos los nazis por los soviéticos, EE.UU. decide bombardear atómicamente Japón, que ocupaba -a nivel militar- repartidas islas insignificantes. El 6 y el 9 de agosto de 1945 realiza la masacre de civiles más cruel de la guerra. Lo que nunca cuentan es que esos mismos días, inicios de agosto, el Ejército Rojo causó la gran derrota del militarismo japones al diezmar al ejército fascista de Kwantung, eliminando a 677.000 soldados y oficiales nipones.

*Que a nadie se le olvide lo que no pudieron utilizar contra otros: Cientos de miles de aviones, tanques, lanzamisiles; millones de armas, explosivos, tanquetas, camiones… que los soviéticos destrozaron a los nazis y sus satélites. Y que la gran mayoría de tropas alemanas eliminadas entre febrero y mayo de 1945 lo consiguió la URSS.

Y a sus consecuencias prácticas:

Los nazis y fascistas:
*Asesinaron 24 millones de soldados y civiles de las distintas repúblicas que formaban la URSS.
*Destruyeron en su totalidad o parcialmente 15 grandes ciudades de la URSS, 1.710 ciudades y 7.089 pueblos. Incendiaron o destruyeron 6 millones de edificios y dejaron sin hogar a al menos 25 millones de personas.
*Saquearon y destruyeron 40.000 hospitales y centros médicos, 83.900 escuelas y facultades. 43.000 bibliotecas públicas, 44.427 teatros, museos, salas exposición. 31.852 fábricas, 4.100 estaciones de tren, 35.990 oficinas de correos, teléfonos y telégrafos, 90.000 puentes, 10.100 centrales eléctricas, 65.000 km de vía férrea, 56.000 millas de carreteras principales. Inutilizaron 1.135 minas de carbón y más de 3.000 pozos de petróleo.
*Saquearon 98.000 granjas colectivas, 1.876 sovjoses y 2.890 estaciones de maquinaria y tractores.
*Sacrificaron o se llevaron a Alemania, 7 millones de caballos, 17 millones de vacas, 20 millones de cerdos, 27 millones de ovejas y cabras, 110 millones de aves de corral… 110 millones de libros quemados o saqueados. Se llevaron a Alemania más de 14.000 calderas de vapor, 1.400 turbinas y 11.300 generadores eléctricos. Inutilizaron o se llevaron 16.000 locomotoras y 428.000 vagones.
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Datos: David Horowitz. 1965. Edición castellano en 1968. La gran guerra patria de la URSS. Progreso 1970. Edición castellano en 1975. El Estado Mayor soviético en la guerra patria. S. Shtemenko. 1985. Datos y actualización web Gobierno ruso y otros países. 2015.


(El contenido ya no era accesible en internet. Recuperado por Tercera Información). 


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15 - M. ¿QUE SE HA IDO Y NADIE SABE CÓMO HA SIDO?



El 15 M ha muerto... definitivamente

07.06.2019


Que Podemos, Unidos Podemos o Unidas Podemos han cometido muchos errores y son en buena parte responsables de su fracaso es evidente. Sin embargo, en mi opinión, cometeríamos un error analítico grave si pensamos que esa “buena parte” es la mayor parte o la única parte que está en el origen de su serio retroceso electoral. 
 
Creemos que existen razones “objetivas” que operan por debajo y que han reforzado los errores y extravíos de la cúpula dirigente de la formación morada. De forma telegráfica:

1ª.- Se está dando una ola de fondo conservadora en la sociedad española. Las clases medias –que son las que fundamentalmente votan– están cansadas de “inestabilidad” política. Castigadas por la crisis económica y por las medidas orquestadas para salir de ella han pasado de la indignación o el simple descontento al "madrecita que me quede como esté".

2ª.- Esta situación ha llevado a amplias capas de las clases medias a la necesidad de creer en una opción reformista que las devuelva a la situación de antes de la crisis y que no implique nuevos sacrificios, ni exigencias de lucha, ni conflictos o enfrentamientos con los que realmente mandan: somos mercancías en manos de políticos y banqueros, pero al menos vendednos por un precio digno que nos permita participar de la sociedad de consumo.

3ª.- El oportunismo populista del PSOE de Sánchez ha sabido captar esta necesidad y se ha ofrecido a satisfacerla: nosotros daremos al capitalismo neoliberal español el rostro humano que demandáis: poderosos de España enriqueceos todo lo que queráis, pero al menos cread algo de trabajo y pagad algún impuesto para que podamos hacer gasto social y mantener nuestro estado asistencial –más que de bienestar.

4ª.- La posibilidad de que esta alternativa oportunista populista del PSOE logre al menos alguno de sus objetivos pasa por:

A) Que no haya una nueva crisis que dé al traste con la ligerísima recuperación económica en nuestro país.

B) Que exista un margen de mejora reformista en el capitalismo realmente existente en España, esto es, que los de arriba estén dispuestos a un nuevo pacto social que suponga alguna contraprestación a las clases medias a cambio de su apoyo al modelo actual de acumulación de capital en España.

5ª.- El fracaso de esta alternativa oportunista populista del PSOE abriría las puertas a la derecha extrema en España, como lo ha hecho en Italia con Salvini y amenaza hacer en Francia con Le Pen. 

Sería entonces la gran oportunidad de VOX.

6ª.- Frente a esta alternativa oportunista populista del PSOE y su más que probable fracaso, solo queda la presión ciudadana que fuerce a los de arriba a hacer concesiones en materia económica y social. 

Derechos sociales y económicos que no solo no están dispuestos a ceder sino que están decididos a recortar aún más.
 
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CAMBIARÁ PABLO IGLESIAS A PODEMOS POR UNA LENTEJA DEL PSOE?



Unidas Podemos: la realidad como problema

rEBELIÓN
Cuarto Poder
07.06.2019

Estas elecciones abren un nuevo ciclo político. Podemos cierra uno completo que comenzó en unas elecciones europeas en 2014. En medio, varias elecciones generales, municipales, autonómicas y europeas. La resultante final es una derrota que, en muchos sentidos, cierra una fase de expectativas de cambio, de ruptura y de disputa por la hegemonía política en un país que vivía una crisis de régimen. Las esperanzas abiertas por el 15M se han ido agotando y la recomposición del sistema político parece que ha culminado en una enésima restauración. 
 
No es este el momento de hacer una evaluación de lo que ha pasado en los últimos cinco años. Ahora parece que solo toca debatir de algo que parece ser la quintaesencia del único cambio posible: gobernar con el PSOE. Nadie podrá negarle a Pablo Iglesias la capacidad casi infinita de reinventarse a sí mismo; tampoco nadie le podrá negar audacia y determinación. Convertir la propuesta de entrar en un gobierno presidido por Pedro Sánchez en una reivindicación democrática y anti oligárquica resulta, cuando menos, sorprendente. Convencer de ello al PCE, a IU, a Equo y demás convergencias y, sobre todo, a casi el 15% de los votantes, da que pensar. Los resultados de las elecciones generales fueron malos, pero, hay que decir, que fueron solapados –en parte– por la sistemática y constante propuesta de gobernar con el PSOE.
Es un viejo tema, las relaciones entre realidad y percepción. Las encuestas anunciaban un descalabro de grandes proporciones y los resultados finales permitieron hacer la lectura de que, siendo malos, se “salvaron los muebles”. Como suele ocurrir, lo que se transmite no siempre se corresponde con la realidad, con los movimientos sociales de fondo y, sobre todo, cuando dicha realidad cambia aceleradamente. Las percepciones nunca son arbitrarias y se reajustan en función de los resultados. No es lo mismo partir de un 21% de votos que de un 15% y eso ha afectado a las elecciones que acabamos de celebrar. Ese 15% ha continuado bajando hasta llegar a unos resultados que, casi unánimemente, han sido calificados como típicos de la vieja IU. El tema de fondo era saber si la campaña había invertido la tendencia o, simplemente, la había frenado.

Gobernar o no, no es una cuestión de principios, depende del programa, de la correlación de fuerzas y de la interpretación de una coyuntura histórica determinada. Pablo Iglesias ha insistido mucho sobre esto, gobernar para impedir un acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos. No nos podemos fiar de un PSOE que cuando puede, acaba por hacer las políticas que los poderes económicos imponen. Esta ha sido la idea central de una larga campaña electoral. Entendamos lo que se quiere decir: hay una operación de régimen para imponer un gobierno PSOE/ Ciudadanos; la tendencia predominante en los socialistas va en esa misma dirección, es decir, impedir un gobierno de coalición con Unidas Podemos; luego la clave es gobernar, conseguir los votos suficientes para forzar, para garantizar el gobierno de coalición. Este último aspecto es algo más que un salto lógico.

Hay dos cuestiones que es necesario clarificar, ¿es posible un acuerdo programático entre el PSOE y Unidas Podemos? y ¿es posible el tipo de acuerdo que quiere UP? La primera cuestión es mucho más complicada. En un contexto nacional (poderes económicos) e internacional (Comisión Europea) como el que conocemos y un Partido Socialista que vira al centro, es difícil imaginar que se pueda llegar a un acuerdo programático sustancial entre ambas formaciones políticas del tipo que ha defendido UP en todo este ciclo electoral. A la segunda pregunta hay que responder que el riesgo era muy alto ya que haría falta un número sustancial de votos y escaños que garantizaran una mayoría común. Las elecciones generales demostraron que esa relación de fuerzas no existía. El último proceso electoral confirmó esta tendencia a la baja. Siempre quedará como posibilidad haber hecho una campaña en positivo en torno a un proyecto de país concretado en un decálogo de ideas-fuerza capaz de organizar a un bloque progresivo comprometido con la superación de las políticas neoliberales y, lo fundamental, por un nuevo modelo de desarrollo social y ecológicamente sostenible.

Cuando hablamos de “problemática IU” nos estamos refiriendo a una contradicción que ha presidido la política de Unidas Podemos, al menos, desde que se apoyó la moción de censura de Pedro Sánchez. Lo podríamos formular así: conforme más se acercaba Unidas Podemos al PSOE, menos autonomía de proyecto y una relación de fuerzas cada vez más desfavorable que le impedía, de hecho, conseguir el objetivo que se pretendía, gobernar en el futuro con el PSOE. Ofrecerse continuamente a Pedro Sánchez para gobernar, fomentaba el voto útil y hacía cada vez menos necesaria la presencia de una fuerza determinante como debería haber sido Unidas Podemos. Se podría decir de otro modo, la consigna de gobernar con el PSOE cuando se está bajando electoralmente, lo que provoca es un fortalecimiento del Partido Socialista.

No se trata de un debate teórico, sin más. Los más de ocho meses de colaboración parlamentaria con el Partido Socialista deberían haber enseñado muchas cosas y desaconsejado otras. Supimos desde el primer momento que el gobierno de Pedro Sánchez tenía como objetivo fundamental ganar las elecciones; organizar una campaña electoral que le permitiera volver a lo que fue en el pasado, convertirse en el partido eje de la recomposición del régimen, ser el partido central que define los límites y las opciones. La clave, reducir el peso social y electoral de Unidas Podemos. Cualquier opción política del PSOE tenía que partir de la derrota de Unidas Podemos. Si, además, la derecha se dividía y aparecía VOX, mucho mejor. La reacción de Unidas Podemos se podría exponer así: puesto que el PSOE capitaliza las medidas positivas que UP, entre otros, promueve, la única alternativa es gobernar con el PSOE. Esto fue algo más que un salto de cualidad, fue un atajo, una fuga ante problemas graves que se iban acumulando en Podemos y, derivadamente, en sus diversos y heterogéneos aliados. Lo más sorprendente de esta colaboración con el gobierno socialista fue la aparición de continuas diferencias política en las grandes cuestiones y que cada acuerdo suponía un conflicto, una lucha constante. Hablar de gobernar con el PSOE implicaba, entre otras cosas, que hubiese una convergencia programática que, en esos meses, nunca se hizo evidente.

Las elecciones andaluzas de 2018 fueron un toque de atención que no se supo leer y que ya señalaban un cambio de tendencia. La campaña electoral fue muy dura y difícil. Las direcciones de Adelante Andalucía trabajaron contra corriente, el viento había dejado de soplar a favor y la tendencia de cambio daba síntomas de agotamiento; había una profunda desmovilización, los vínculos sociales se estaban resquebrajando y los círculos perdieron dinamismo, militancia y compromiso. Podemos se había ido “cartelizando” y empezaron a crecer las dificultades para ir más allá de una simple coalición electoral. Hay que subrayar que las contradicciones internas se fueron acentuando, la dinámica fraccional se amplió ante una base militante cansada de peleas y de luchas por el poder.

Era necesario un golpe de timón, pararse para analizar las nuevas realidades y relanzar el propio proyecto. El PSOE empezaba ya a iniciar su despegue y tuvimos que acostumbrarnos a trabajar contra las encuestas. No se entendió que darle el gobierno a nuestro principal adversario electoral implicaba algo más que un reajuste táctico. La alianza parlamentaria con el PSOE no era otra cosa que la continuación del conflicto por otros medios. La clave, acentuar la autonomía del proyecto, impulsar el desarrollo político y organizativo en momentos en los que la conciencia, la subjetividad era absolutamente necesaria; ganar presencia en la sociedad civil, saber diferenciarse desde un proyecto propio, definido en positivo. Lo sabíamos, todo esto era muy difícil y requeriría una dirección política a la altura de los desafíos y dedicar muchas horas de trabajo a los círculos. La resultante de tanto desafío fue exigir gobernar con el PSOE. El problema es que para conseguirlo había que tener fuerza, votos, organización e identidad. Lleva razón Pablo Iglesias, gobernar es cosa de relación de fuerzas; el problema es que con esta política, cada vez somos más débiles, más prescindibles. Seguramente de esto y de algunas cosas más, habló Pedro Sánchez con Merkel y con Macron.

Artículo publicado originalmente en Cuarto Poder
 
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